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Arcángel Gabriel

"Fortitudo Dei" (Fortaleza de Dios), uno de los tres arcángeles mencionados en la Biblia. Sólo se
registran cuatro apariciones de Gabriel:
• En Dn VIII, explica la visión del carnero y del macho cabrío como presagiando la
destrucción del Imperio Persa por el Macedonio Alejandro Magno, y que posterior a su
muerte el reino sería divido entre sus generales. De uno de ellos nacería Antioco
Epifanio.
• En el capítulo IX, luego de que Daniel había rezado por Israel , leemos que "aquél varón
Gabriel. se me acercó en rápido vuelo" y le comunicó la misteriosa profecía de las
"setenta semanas" de años que deben pasar antes de la venida de Cristo. En el capítulo
x, no queda claro si es que el ángel es Gabriel o no, pero de cualquier manera podemos
atribuirle la maravillosa descripción de los versículos 5 y 6.
• En N.T. predice a Zacarías el nacimiento del Precursor, y
• a María la Madre de Nuestro Salvador.
Es el ángel de la Encarnación y del Consuelo, y en la tradición cristiana Gabriel es siempre el
ángel de la misericordia mientras que Miguel es más bien el del juicio. Al el tiempo del mismo, la
de en de incluso Biblia, es de Gabriel, del acuerdo contra el nombre del su, el poder de del de
ángel de Dios, y es importante notar la frecuencia con la que tales palabras como: "grande",
"pueda", "poder", y "fuerza" aparecen en los pasajes referidos anteriormente. Los judíos parecen
haber insistido particularmente en este rasgo del carácter de Gabriel, y es recordado por ellos
como el ángel del juicio, mientras que Miguel es llamado el ángel de la misericordia. Así,
atribuyen a Gabriel la destrucción de Sodoma y de las huestes Senaquerib, sin embargo también
lo recuerdan como el ángel que enterró a Moisés, y como el enviado a marcar la figura Tau en la
frente del elegido (Ez, 4). En literatura judía posterior se consideraba que los nombres de los
ángeles tenían una eficacia peculiar, y el Museo Británico posee unos recipientes con
inscripciones de sortilegios en Hebreo, Arameo y Sirio en las que aparecen los nombres de
Miguel, Rafael y Gabriel. Estos recipientes fueron encontrados en Hillah, lugar de Babilonia, y
constituye una interesante reliquia de la obsesión judía. En literatura apócrifa cristiana los mismos
nombres aparecen, cf. Enoc, IX, y el Apocalipsis de la Virgen María.
Como ha sido recalcado, Gabriel es mencionado sólo en dos oportunidades en el Nuevo
Testamento, pero no es razonable suponer con la tradición cristiana que es él quien se apareció a
San José y a los pastores, y también que fue él quien "fortaleció" a nuestro Señor en el jardín (cf.
El himno para Laudes del 24 de Marzo). Gabriel es generalmente llamado sólo arcángel, pero la
expresión usada por San Rafael, "yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que asistimos delante
del Señor" (Tob XII, 15) y las propias palabras de San Gabriel, "Yo soy Gabriel que asisto a la
vista de Dios" (Lc, 1, 19), han llevado a algunos a pensar que estos ángeles deben pertenecer al
mayor rango; pero esto se explica generalmente refiriéndose a su rango como el mayor de los
mensajeros de Dios, y no ubicándolos entre los Serafines y Querubines (cf. St. Tomás, I, Q. CXII,
a.3; III, Q. XXX, a.2, ad 4um).
Adicionalmente a la literatura contenida en ÁNGEL in en los diccionarios bíblicos, vea PUSEY, El
Profeta Daniel (Londres, 1868); EDERSHEIM, Jesús el Mesías (Londres y Nueva York, 1890),
Apéndice. XIII; H. CROSBY, Miguel y Gabriel en Revisión Homilética (1890), XIX, 160-162;
BARDENHEWER, Mariä-Verkündigung en Bibl. Studien, X, 496 sqq.

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