“Mi historia familiar me identifica
con la conservación y defensa de
los recursos naturales”
Lorena Kempff
Que los bolivianos se involucren en el tema
de conservación de la biodiversidad, que
asuman esa problemática como propia, es
una de las directrices que ha impulsado la
labor de la Fundación Noel Kempff Mercado
(FNKM), y principalmente de su directora,
Lorena Kempff. Para ella, el trabajo en el
tema ambiental, conservación y uso
sostenible de los recursos naturales, es
más que una actividad, es un compromiso
personal que se ha convertido en un
proyecto de vida. Desde que tomó las
riendas de la Fundación que ayudara a
crear, junto a otras personas de su familia,
se ha involucrado de lleno en su
fortalecimiento.
Una valiosa herencia para la vida
Licenciada en Relaciones Públicas y Master
en Gestión y Políticas Públicas, entre otros
estudios, su experiencia laboral la
relacionaba principalmente con el sector
bancario; pero a la postre, se perfiló con
mayor apasionamiento en el tema ambiental.
Durante varios años fijó su residencia en la
ciudad de La Paz, donde se incorporó, el
2002, como miembro del directorio de la
Fundación para el Desarrollo del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas
(FUNDESNAR). Esta experiencia fue
decisiva para engancharse definitivamente
en el campo del quehacer ambiental, según
cuenta: “Si bien he trabajado en banca,
siempre he tenido una fuerte inclinación al
área social. Sabía que algún día iba a
volver a Santa Cruz, pensando desarrollar
alguna actividad que tuviera que ver con
aporte ciudadano. Eso era lo que tenía
visualizado para mi futuro”.
Lorena reconoce que fue la muerte de su
padre el momento decisivo, que le hizo, no
sólo replantear su vida personal, sino
también su vida profesional: “La historia
familiar me identifica con la conservación
de los recursos naturales, sin embargo, la
muerte de mi padre me marcó
profundamente y dio inicio a un nuevo y
largo proceso de replanteo existencial”. Aún
hoy lamenta no haber tomado mayor interés
al trabajo de su padre, cuando estaba con
vida.
Con el recuerdo y el legado del profesor se
erige la Fundación
La Fundación Noel Kempff Mercado nació
a iniciativa de la familia del profesor: su
esposa, sus hijos y hermanos.
Posteriormente se abrió a la sociedad civil
a través de un directorio compuesto por
personas de reconocido prestigio
profesional. Hoy, es una de las hijas del
Profesor, Lorena Kempff, la que ha asumido
el cargo de dirección y se identifica
plenamente con sus retos.
Esta organización se erige principalmente
sobre los cimientos del patrimonio intangible
de Noel Kempff: sus investigaciones sobre
flora y fauna, su lucha, sus ideales. Tiene
el objetivo de “promover y velar por la
conservación, progreso y desarrollo de las
obras que fueron impulsadas y/o
gestionadas por él: Parque Nacional
Amboró, Parque Nacional Noel Kempff
Mercado, Parque Zoológico Municipal,
Jardín Botánico y Museo de Historia
Natural”.
Los primeros pasos hacia su consolidación
La Fundación se estableció legalmente en
octubre del 2003, y el 2004, después de
participar en la organización del II Taller
Sudamericano sobre Comercio Ilegal de
Animales Silvestres, y surgió la oportunidad
de conformar la Red Boliviana de Combate
al Tráfico de Animales Silvestres
(REBOCTAS), bajo la premisa de que sólo
a través de la unión de esfuerzos se podrá
controlar el tráfico y comercio ilegal de
especies silvestres.
Gran parte del esfuerzo y el trabajo de la
Fundación se destina a fortalecer y
consolidar la presencia de la Red, como el
medio que permitirá, a nivel nacional,
articular e integrar a los actores tanto
públicos como privados y de la sociedad
civil, involucrados en la protección de la
fauna y flora silvestre. Su centro de
operaciones está en la ciudad de Santa
Cruz, en una oficina que es propiedad de
la familia Kempff. El aspecto económico no
ha sido un obstáculo para su desarrollo y
1
la ejecución de sus proyectos pues, además
de recursos propios, cuenta con el apoyo
de instituciones como AVINA y la
Cooperación Española, entre otros.
Sus líneas de acción se enmarcan en cuatro
objetivos perfectamente definidos y
articulados entre sí:
- Promover la participación de la
sociedad civil en temas de vida silvestre,
su sensibilización y apropiación.
- Facilitar y desarrollar investigación,
transferir conocimientos y experiencias en
temas de diversidad biológica y cultural,
para fortalecer la gestión de los recursos
naturales.
- Promover y generar procesos de
comunicación, educación y sistemas de
información para el manejo de la vida
silvestre.
- Impulsar la generación de políticas para
el correcto uso y manejo de los recursos
naturales y su conservación.
Una batalla en la que nadie debe claudicar
En Bolivia, la lucha por la conservación de
la biodiversidad debe ser acérrima en sus
diferentes niveles. En cuanto al tráfico de
animales silvestres, según nos comenta
Lorena, lo que se incauta, o las
incautaciones que son noticiadas por los
medios de comunicación, son apenas
ínfimas en relación a las cantidades de
especies que son comercializadas y
sacadas al exterior: “En el ámbito
internacional, nos dice, el país está
considerado como uno de los blancos del
tráfico de animales silvestres. Hay claros
indicios de la existencia de movimientos de
comercialización ilegal de fauna silvestre a
nivel nacional e internacional. Existen pocos
datos sobre el tráfico y los órganos de
fiscalización y control no cuentan con
estrategias de investigación o incautación”.
Proyectos paralelos
Por otro lado, para la Fundación es
importante su incursión en temas de
conservación y uso sostenible de los
recursos naturales, que les permite
involucrarse más con las comunidades
indígenas y campesinas. Entre sus objetivos
fundacionales está también el Parque
Zoológico Municipal de Fauna
Sudamericana, una de las obras urbanas
que fue impulsada y proyectada por el
profesor: “El 2004 trajimos a la presidenta
de la Asociación Latinoamericana de
zoológicos y Acuarios, quien realizó una
evaluación del zoológico cruceño, dio pautas
y sugerencias de las líneas que deben
seguirse para que este centro faunístico
salga de su postergación y logre su
desarrollo, para volver a convertirse en un
referente de la fauna sudamericana a nivel
de la región y el mundo, como lo soñó el
Prof. Kempff. Actualmente estamos
trabajando para realizar un evento a nivel
internacional, que permita propiciar el
análisis y discusión sobre el rol de los
zoológicos de Bolivia y las perspectivas
para incorporarlos a la gestión ambiental”.
Otro de los proyectos a mediano plazo será
la recopilación y publicación de las
investigaciones científicas del profesor
Kempff. Éste es un trabajo que requiere de
la participación de personas conocedoras
del tema, aunque, como reconoce Lorena,
son investigaciones que, debido al tiempo
transcurrido, tienen más que nada, un valor
histórico para la ciencia. La injusta muerte
del profesor a manos de la mafia del
narcotráfico en 1986, además de truncar
una vida dedicada a la investigación y
preservación de la biodiversidad en Bolivia,
dejó inconclusos trabajos de investigación
que no alcanzaron a ser publicados.
Que el pasado nos herede la pasión del
hombre no la injusticia de la impunidad
Parte de esta historia empieza en
septiembre de 1986, cuando tres personas
fueron victimadas en la serranía de
Caparuch, actual Parque Nacional Noel
Kempff Mercado. Ese año, ante los
bolivianos se relevó por primera vez el rostro
más clandestino y cruel del narcotráfico.
Esos traumáticos y confusos sucesos de la
historia boliviana, no nos permiten dar vuelta
la página: el “caso Huanchaca”, como es
conocido, pasó a la esfera política y se
entrampó entre acusaciones de corrupción
y encubrimiento.
Las tres personas eran parte de una misión
científica que realizaba investigaciones en
el Parque Nacional Huanchaca. La avioneta
que los transportaba hasta la Serranía
“había aterrizado en una de las pistas
utilizadas por la más grande fábrica de
clorhidrato de cocaína y almacenadora de
precursores conocida hasta hoy” (Rodas,
H. 1996: 110). La misión científica estaba
encabezada por Noel Kempff Mercado.
El profesor era un apasionado defensor de
los recursos naturales y en su momento
denunció el tráfico ilegal de fauna silvestre.
“Obtuvo poder de convocatoria ante la
sociedad civil, dice Lorena, poder de
interpelación ante la sociedad política de la
época y prestigio ante la comunidad
científica internacional”. Ese legado de
investigaciones y defensa de la naturaleza,
continúa hoy a través de la fundación que
orgullosamente lleva su nombre.