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Creador de vocaciones

Enrique Gánem Corvera

Conocí a Miguel Ángel Herrera en el


planetario Luis Enrique Erro, en 1977.
Después de ver estrellas por varios años,
por fin podía encontrarme con una per-
sona que se dedicaba a estudiarlas.
La experiencia fue agradable e inquie- tían poco a poco en adultos. llanura española. Aparecimos en un po-
tante. En vez de un individuo serio y fas- En el trabajo, coincidimos con frecuencia pular talk show para presentar la pers-
tidioso, me topé con una persona alegre, con Miguel Ángel, pues siempre se encon- pectiva científica sobre los ovnis. Como
cordial y –paradójicamente- muy terre- traba dispuesto a realizar cualquier esfuerzo era de esperarse, nuestra participación
nal (en el mejor sentido de la expresión). por generar interés en la astronomía. fue muy breve, pero Miguel Ángel dijo
No era un personaje olímpico, acostum- Además del planetario, ambos participa- que era importante realizar ese trabajo,
brado a vivir fuera del mundo. mos en los grupos de conferencias del por imposible y absurdo que pareciera.
Los años que siguieron solamente con- ISSSTE, que valientemente llevaban pláticas Él sabía que la única arma que tiene la
firmaron y mejoraron esta imagen. En sobre toda clase de temas científicos a los sociedad humana para enfrentar las con-
varias ocasiones nos volvimos a encon- multifamiliares, escuelas, hospitales y hasta secuencias de su propio éxito desordena-
trar, en diferentes ambientes, y siempre reclusorios de todo el país. También parti- do es el pensamiento racional.
había algo agradable que descubrir de cipó activamente en el programa “Café En ese mismo viaje, Miguel Ángel me
él y de su familia. con... ciencia”, dirigido por mi esposa, presentó lo que quizá fue su faceta más
Es doloroso, por partida doble, escri- María de los Ángeles Aranda, en el que sos- valiosa para la sociedad mexicana. Ya de
tuvo varias charlas memorables so- regreso, me mostró con orgullo el nom-
bre varios temas, incluyendo una bre de un antiguo alumno, el ahora doc-
sobre música con un excelente pia- tor Alejandro Frank, que aparecía en un
nista y compositor, Heberto Casti- artículo sobre supersimetría en la céle-
llo hijo. Tiempo después volvimos a bre revista Scientific American; me comen-
encontrarnos en el internet: fue uno tó que el doctor Frank había encontrado
de los mejores colaboradores de su vocación por la física en sus clases.
“Hiperciencia”, en el portal alo.com. Miguel Ángel fue muchas cosas bue-
Una de las mejores muestras de nas. Autor de libros, cantante, aficiona-
la convicción de Miguel Ángel es do serio al beisbol (lo suficiente para
la que ofreció, frecuentemente, a mantener largas y fluidas conversacio-
los “Amigos de la ciencia”. Duran- nes con los alegres taxistas de origen
te más de dos años, todos los sába- cubano en Miami), maestro, padre de fa-
dos a las diez, se reunía un grupo milia, esposo y, sobre todo, creador de
bir este texto. Por una parte, por la nece- muy nutrido de personas de todas las eda- vocaciones. Sólo con el apoyo de una fa-
sidad de despedir a Carmen y a Miguel des y niveles educativos. Entre los invita- milia extraordinaria fue posible realizar
Ángel sin tener la esperanza de hacerlo dos frecuentes de Ángeles, la organizadora una labor igualmente extraordinaria.
en persona alguna vez, para agradecer- del grupo, se encontraba Miguel Ángel, que En el futuro, los esfuerzos de Miguel
les tantas cosas, y por la necesidad de además de dar su charla, siempre respon- Ángel y de Carmen seguramente rendi-
realizar esto en forma tan breve, pues día pacientemente las interminables pre- rán grandes frutos en la labor de mu-
resulta inevitable dejar muchas cosas guntas del público por varias horas. Como chas personas que, gracias a ellos,
buenas por decir. normalmente ocurre con este tipo de es- tuvieron la oportunidad de descubrir
En varias ocasiones tuve la oportuni- fuerzos, ninguno de los organizadores y co- que la ciencia es una pasión maravillo-
dad de compartir la vida de su familia, laboradores de los “Amigos de la ciencia” sa, y que cuando menos algunas perso-
por ejemplo cuando fue convencido de recibía un solo centavo. Siempre estuvimos nas que la practican también lo son.
comprar una computadora nueva, o para conscientes del esfuerzo que Miguel Án-
discutir ideas sobre proyectos de divul- gel y su familia hacían en estas ocasiones.
gación, o simplemente para platicar con En la última vez en la que tuve la opor-
otros amigos de todo y de nada. Además tunidad de trabajar con él, a mediados del Enrique Gánem Corvera es biólogo, divulgador
de la ciencia y editor de la revista Scientific
de las estrellas, siempre se hablaba de mes de julio viajamos a Miami para reali- American México.
20 libros, música y de la forma en la que zar una labor no muy diferente a la de pe- Comentarios: explicador@prodigynetmx
sus hijos Leonardo y Héctor se conver- learse con un molino en una soleada

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