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Como siempre me fui en bicicleta hasta la iglesia y regrese en la noche, en la iglesia me

invitaron a dar la clase a otro grupo que no era el mío, puede ver a los nuevos jóvenes
como se están integrando en la iglesia, creo que todos necesitamos mejorar mucho en
cuanto a la vida espiritual, estar cimentado en la Piedra es la clave, mientras haya
tiempo de crecer espiritualmente hay que hacerlo, porque si no viene la tormenta y todo
destruye. Por otro lado la parábola de los dos constructores dice mucho, uno fue
insensato, el otro prudente, y que decir de la parábola de las diez vírgenes, todas nos
hablan de una cosa, estar preparado para las pruebas de esta vida, Creo que todos tienes
pruebas en esta viva, el Enemigo tiene planes maestros para que las personas caigan, y
hay que tener a Cristo al lado para poder vencerlas, de otro modo estamos totalmente
perdidos.
En la hora del culto la iglesia estaba tan llena que no había espacio para sentarse, en el
culto había predicaron dos niños antes que empiece el pastor, la primera niña era
aventurera y lo hizo muy bien se sabia todo de memoria y no se corto en ninguna parte,
hablaba pausadamente, fue lindo de verdad, luego fue un conquistador también predico
muy bien y después el pastor.

El secreto de la predicación es que el pastor viva lo que predica. Dice Elena de White:

Existen dos extremos que deben ser evitados; siguen el espíritu de pastores oportunistas
que en esta era claman; “Paz, paz; y no hay paz”, y entretejiendo en sus labores un
elemento que apela a los sentimientos pero que deja el corazón sin cambio alguno…
El segundo extremo consiste en azotar constantemente a la gente y hablar de una
manera ruda y no cristina, de modo tal que los oyentes piensen que estáis enojados
(Carta 43, 1886)

Pero los niños predicaron bien, en la iglesia por lo menos en la mío cuando hay culto de
adoración y no se habla de Jesucristo y se pone un tema cualquier escucho comentarios
como, el tama tiene que ser cristo céntrico porque es un culto de adoración, y tienen
razón, los temas tiene que ser en otros momentos. Yo me cuerdo que en vacaciones de
invierno del año pasado predique un miércoles sobre los pecados y al final pedí críticas
y me dijeron algo muy impórtate que nunca me voy a olvidar: tienes que hablar de
Cristo, bueno me gusto mucho su crítica, y creo que nunca la voy a olvidar.

Cristo es el centró de los sermones.


En la noche hubo un ensayo de matrimonio y me hicieron ayudar como si fuera el
pastor del matrimonio, luego me fui a mi casita

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