Extremoduro ama http://youtu.

be/Fyqs0ImzKhU

Haba un hombre que siempre se levantaba desvencijado, brumoso, herido de muerte. Cada maana su cuerpo tena resaca de castigo. Hurfano de alma vagaba como zombi ciertamente falto de humanidad, gastado, expulsado de su propia carne. Haba desarrollado un terrible temor a dejarse vencer por el sueo que nunca haba sido reparador. No entenda su extraa enfermedad, compuesta de cansancio, dolor y pegamento nocturno endurecido. Cuando entraba a la ducha no caa agua, caa sal sobre una piel cuarteada en toda su extensin. Dicen que lo que pica cura, pero para l slo era una irnica frase de viejas, cargada de infeccin. Busc remedio en la ciencia, en los mercaderes charlatanes, en la dscola fe, pero slo encontraba fraude, decepcin y burla. Desesperado dej la cama vaca y sorprendentemente comenz a sentirse aliviado.

Se esforz en estar despierto lo ms posible, callejeando. Un da, quiz el ltimo que poda aguantar, conoci a alguien que se apiad de l entrando en su vida cotidiana, y al ver su cama desecha de tiempo, se puso manos a la obra, y al cambiar las sbanas encontr cristales en su almohada. Recicl el vidrio y le regal el primer descanso de su vida.