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6 junio 2006 En la clase de INT1 del lunes 5 de junio surgieron unos temas que he de tratar con mayor y ms profunda

consideracin. En estos momentos los enuncio aqu con el propsito de ms tarde poder escribir un artculo en cuanto al tema, que merece que se le dedique ese espacio. El tema tiene que ver con la encarnacin de Dios en la historia en la economa divina. Dios se encarna, de manera que asume nuestra forma de vida con sus limitaciones, pues es a esa realidad que quiere hablarle. Esto surge a raz de la discusin que tratamos en cuanto al estudio de la Biblia por medio de la HF que adems percibe un contexto histrico particular detrs de cada gnero literario. Lo que propuse en clase es que esta forma de operar, aunque ciertamente subjetiva en esa bsqueda de contexto vital que encuadra el gnero, es a la vez la mejor manera de leer los textos ya que toma en serio su encarnacin (o mejor dicho, su ubicacin) en la historia de las personas. Es ah donde el texto bblico busca interlocutor, no en lo abstracto de una situacin idlica, sino en la dureza y aspereza de la historia humana. Cualquier otro tipo de acercamiento tiene cuanto menos que asegurar que este principio de la encarnacin se lleva a cabo. No vale por tanto la lectura espiritualista que abstrae el texto y su significado de la realidad histrica para elevarlo a principios universales fuera de su contexto primario. El principio de la encarnacin se vuelve as un patrn de medida que valida o no los distintos acercamientos literarios, histricos, etc., al texto. Como se puede apreciar a primera vista, lo que aqu comento tiene unas implicaciones realmente importantes a la hora de predicar la Palabra. La iglesia tiene obligacin de encarnar en s misma esta palabra que predica y que anuncia. Que nuestra metodologa sea siempre una que permita este tipo de lectura.

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