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Una especie de hombre providencial. En 1828, tras la presidencia de Marcelo T. Alvear, se hizo reelegir. Tena 75 aos y estaba decrepito.

Gozaba justamente de la fama de hombre honrado, pero no as su gabinete. George Pendle, que ha estudiado a fondo este perodo, lo describe as: El Presidente que no haba sido nunca una persona de claro juicio, se encontraba ahora senil; sus rapaces subordinados, sin que el lo supiese, saqueaban todos los departamentos de la administracin, y l mismo fue incapaz de cumplir con la rutina corriente de su despachoLos documentos permanecan sin firmar, los salarios no se pagaban y se olvidaba las citas que tena con sus ministros. En el ao 1946, en efecto, apareci en Argentina otra modalidad de caudillo: en ese ao el Coronel Juan Domingo Pern alcanz la presidencia con un amplio respaldo popular. Pern siempre fue un dictador electo democrticamente. Es decir una figura autoritaria a la que los argentinos, con cierta dosis de irresponsabilidad, le entregaron el Estado a sabiendas de que no respetara la constitucin vigente ni tendra en cuenta los derechos de las minoras.

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