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Sobre tu tumba

Por Esteban Grandal

Ilustracin: A juzgar Dios a Adam leo de William Blake.

Maldito charlatn! Tu indiscrecin, creme, te llevar a la tumba. Ya me encargar yo de ello. Fisgn incauto Ah estar, el oscuro da de tu sepultura. Desnudo, como me has dejado, pero sereno, disfrutando de tus ltimos momentos sobre este podrido planeta. Mrate ahora, altanero, como si tus logros fuesen tuyos. Ladrn! Mrate bien, exhibiendo obscenamente tus mentiras ante tu plyade de incautos y mentirosos. Cmo sobrellevas la culpa? Acaso careces de conciencia? Tiene que ser eso. No te conozco. Cuando remate esta elega partir, te abandonar. No te ras! Te dejar solo para siempre, as que escchame por ltima vez y no tuerzas el rostro mientras bramo, porque esta vez s, te juro que ser la ltima. Me has robado la vida. T, mi fiel perro silencioso, que te confi todos mis problemas, mis inquietudes. Toda mi vida, mi amor y an ms, todos mis miedos y vergenzas. Sacrlego! Mereci la pena? Ya no eres mi perro, tan solo otro proxeneta ms, un chulo de almas. Vendes mis emociones. Las expones sin el menor retraimiento y recoges vido los beneficios. Ansioso de fama y dinero, como si pudieran borrar tu dolencia, y llenar tu hueco, tu nada... Yo apilar tus comisiones. Con cada una de tus ganancias crear una montaa sobre tu tumba. Con tus despojos, tus monedas de plata, tus pieles de serpiente y tus oropeles. Regar el tmulo con tu vanidad y le prender fuego en una pira funeraria que Haciendo odos sordos, el escritor se gir dndole la espalda al hombre del espejo, quien a su vez le imit sincrnicamente en la direccin opuesta, enmudeciendo para el resto de sus vidas. Ambos tenan la certeza de que se volveran a encontrar, tarde o temprano, pero entretanto el escritor tena mucho que contar a quien quisiera leer...

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