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GRUTAS HELADAS EN PICOS DE EUROPA

INTRODUCCIÓN

La existencia de acumulaciones de nieve y hielo se presenta como uno de los contratiempos más
habituales en la exploración subterránea del macizo de los Picos de Europa, especialmente en zonas de umbría
por encima de los 2.000 metros.

Las intensas nevadas y el clima frío que soportan estas cumbres hacen que numerosas cavidades
permanezcan ocultas o taponadas hasta el periodo estival. Por este motivo durante los meses de Junio a
Septiembre se suceden campañas y expediciones nacionales e internacionales en continua búsqueda de
desarrollos subterráneos.

De todos es conocido el enorme potencial espeleológico de Picos, sin embargo numerosas torcas cuyos
desarrollos se intuyen bajo grandes neveros, siguen obligando año tras año a una revisión sistemática que
permita encontrar un nuevo acceso entre el hielo y la pared, abriéndose así las posibilidades en la exploración. A
menudo esto sucede añadiendo un nuevo factor de riesgo; la fragilidad del hielo, la fusión de la nieve y el
deslizamiento de los neveros son aspectos que hay que tener en cuenta, sin olvidar también que las lluvias o la
exposición solar pueden originar peligrosas cascadas de agua helada sobre los pozos.

GLACIARES SUBTERRÁNEOS

Los glaciares del norte de la península han experimentado un intenso retroceso desde el siglo pasado, con
un incremento de la fusión en las décadas de 1980 y 1990, llegando a extinguir algunas masas de hielo.
Estos glaciares están hoy recluidos en las áreas mejor orientadas respecto a la alimentación nival y la
insolación, es decir al Norte y Nordeste. Se localizan a una considerable altitud y en el interior de circos, bajo
vigorosas crestas que superan los 3.000 m como es el caso de los Pirineos.
Actualmente el limite de las nieves perpetuas y por tanto de los glaciares está por encima de las montañas
mas altas de Picos, a unos 2700-2800 m. superando las cumbres de Torrecerredo (2648), Llambrión (2642) y
Peña Vieja (2613). Es por ello por lo que aquí los restos de los glaciares no hay que buscarlos en circos o en
valles sino en su interior, en cuevas y simas donde se acumulan enormes cantidades de nieve y hielo.
En el Cuaternario los Picos de Europa estaban cubiertos por glaciares
que alcanzaban unos espesores notables sobre todo en los jous (zonas de
acumulación similares a los circos) y la temperatura media era unos 7º C
inferior a la actual. Hace unos 20.000 años, en el máximo glaciar del Wurm, los
hielos y glaciares ocupaban toda la parte alta de Picos a partir de una altura de
unos 1500 m. (aunque algunas lenguas fluían hasta cotas de unos 800 m. o
incluso menos), también en algunas simas cuyas bocas son de notables
dimensiones la nieve se introducía por su boca y en su interior se compactaba
por el peso convirtiéndose en hielo.

Una gran lengua de hielo descendía hacia Lloroza desde el gran circo formado
por el Pico Tesorero, Horcados Rojos, Torre Blanca y Madejuno. En esta zona
el glaciar se separaba en dos: uno caía hacia Fuente Dé mientras que el otro se
dirigía hacia Aliva por el Collado de Covarrobres, dejando en su recorrido una
gran morrena central perfectamente distinguible actualmente entre el Chalet
Real y el refugio de Aliva.

Hace unos 10.000 años el hielo empezó a retirarse rápidamente de Picos pero el hielo acumulado en las
simas quedó retenido debido a su baja temperatura interior y sobre todo a las circulaciones de aire que se
establecen en las simas con más de una boca, de esta forma el aire que entra se enfría cediendo su humedad y
convirtiéndose en hielo (Eraso, Pulina, 1994). Ese hielo que hoy se puede observar tiene por lo tanto miles de
años de antigüedad y puede encerrar una valiosa información para glaciólogos y climatólogos.

Ahora tan solo quedan algunos heleros más o menos permanentes en la zona del Transllambrión y el Jou
Negro como testimonio de los antiguos glaciares.

LAS CUEVAS HELADAS DE ALTAIZ Y DE VERONICA.-

En esa época el
drenaje subglaciar
(aguas de fusión del
glaciar que circulan
entre el hielo y la roca)
se servía a menudo de
las debilidades de la
roca aprovechando
principalmente las
fisuras (fallas y
diaclasas) y en menor
medida las juntas de
estratificación para
disolver la caliza dando
origen a cavidades
(glaciokarst). Tanto la
Cueva de Altaiz como
la Cueva Helada de
Verónica aprovecharon
la clara inclinación de
los estratos del Hoyo
Sin Tierra para atrapar la nieve y formar así dos curiosas cavidades con grandes portales favoreciendo la
acumulación de hielo y nieve en su interior. Su orientación en zonas de sombra, su altitud (2.200 m) y una
recirculación de aire frío han preservado hasta la fecha la existencia de formaciones de hielo. Tan solo a unas
decenas de metros de la entrada ya nos encontramos en ambas cavidades con un suelo cubierto de hielo y zonas
donde se alternan la nieve más reciente, aspirada por las corrientes de viento, con las formaciones de hielo más
antiguas.

Es destacable comprobar la convergencia de formas en los procesos de disolución tanto en la caliza como
en el hielo; así, un persistente goteo capaz de excavar y disolver un gran pozo en la roca caliza lo hace de forma
parecida sobre el suelo de hielo (Cueva Helada de Verónica); un pequeño aporte de agua calcárea que conforma
con su precipitación coladas, en el interior de estas gélidas grutas lo hace en forma de hielo. Esta homotecia de
figuras se hace patente también en la formación de estalactitas y estalagmitas.

La Cueva Helada de Altaiz tiene su acceso horizontal aprovechado una fisura abierta sobre la pared de la Torre de
Altaiz, en su flanco más umbrío. Pronto se escalona ante un resalte de unos 8 m. que acaba sobre un falso suelo
de hielo. Numerosos bloques desprendidos del techo de la bóveda cubren este tapón de hielo dando la sensación
de un suelo estable y rocoso.Cuatro falsos pozos perforan el suelo
aprovechando el contacto con la pared, y al descender por ellos vemos una
gran masa de hielo de unos 40 m. que baja hasta el fondo de la sima. En
verano la temperatura del aire hace fundir parte del hielo de este singular
suelo formándose charcos, sin embargo la inercia térmica de la enorme masa
de hielo hace que el tapón se conserve y se solidifique de nuevo con las
primeras heladas del invierno. Actualmente la cavidad se detiene en hielo a -
58 m. pero sigue siendo revisada casi todos los años.

En la Cueva Helada de Verónica el espesor del hielo es menor (alrededor de un metro), más inestable
térmicamente, pero más espectacular por su transparencia en suelo y paredes. A - 140 m. sobre la base de un gran
pozo gigantescas costras de hielo de más de un metro de altura descansan sobre un mar de firn, hielo picado que
nos hace sentirnos guindas de un descomunal cóctel. La cavidad continúa bajo este punto a través de estrechos
conductos forzados, su exploración sigue en curso (A. S. Charentaise - C.E. S. Alfa (Móstoles) 2000). La cueva
tiene dos entradas: una superior en forma de sima y otra inferior, un gran porche con una rampa helada que
termina conectando con la entrada superior, esto origina una recirculación del aire exterior aportando las
condiciones de humedad y temperatura para la formación de hielo en su interior..
Posiblemente estas sean las simas de menor altitud en España donde
hay hielo glaciar, situadas a una altura de unos 2200 m. están bastante mas bajas que las de Pirineos. Su
antigüedad queda patente en los bandeados que se pueden observar en el hielo.

EL CAMBIO CLIMÁTICO

Hasta ahora el hielo de estas cuevas no tenía mas


alimentación que la nieve caída en invierno al introducirse por las
bocas, siendo claramente insuficiente para que fluyeran como lo hacían antes, pero debido a la baja temperatura
en el interior de la cavidad ese hielo se mantenido perfectamente.
Desgraciadamente en estos últimos años hemos podido comprobar un gran y acelerado retroceso nival
que puede medirse en metros, probablemente una prueba más del acelerado cambio climático que sufre nuestro
planeta.
La temperatura en el interior de las simas es aproximadamente la temperatura media anual de la zona, y
esta a su vez depende de la altura y la orientación. Medidas efectuadas en diversas simas exploradas por nosotros
y que no presentan hielo en su interior dan unos valores de entre 1º y 3º C según la profundidad (Torca de la
Nieve, Torca de la Padiorna).
En Picos no hay estaciones meteorológicas, tan solo existe la del Cable de Fuente Dé a una altura de 1850
m. y sus datos son bastante irregulares con series muy incompletas y desde hace pocos años. No obstante, con los
datos disponibles y apoyándonos también en la estación situada en Fuente Dé (estación inferior del teleférico,
con una temperatura anual media de unos 10 ºC) podemos extrapolar las siguientes temperaturas medias:

Cable (1850 m.): 7 ºC


Zona de las simas heladas (2200 m.): 5 ºC

La temperatura a 2200 m. está en la actualidad muy claramente por encima de los 0º C por lo que el
balance resulta negativo con una progresiva disminución de los niveles del hielo en el interior de las simas.

La realización de topografías datadas entre 1970 y 1990 y la revisión de las mismas durante los periodos
estivales ponen de manifiesto que el descenso de los niveles de nieve observados en las torcas viene a coincidir
con el sobrecalentamiento denunciado en nuestro planeta. Pensamos que no es una observación simplista o
poco rigurosa dado que la situación y el volumen de hielo y nieve a los que nos referimos se encuentra a
menudo muy por debajo de su influencia exterior y no se corresponden con las precipitaciones de nieve de años
anteriores; por el contrario son hielos que han permanecido inalterados desde hace miles de años. A nuestro
juicio sería esta recesión en la cota de nieve un buen parámetro hidrogeológico para evaluar las consecuencias
del clima.

Lamentablemente observando las fotografías realizadas en estos últimos años en el interior de la Cueva
Helada de Verónica se advierte una perdida de espesor de hielo en las paredes y la modificación de su
morfología.

En la Cueva Helada de Altaiz esta recesión


se manifiesta en la ampliación del número y
tamaño de los pozos de hielo, así como la
existencia de un canal perimetral de medio metro
de profundidad. En el caso de otras cavidades
hemos visto como han desaparecido hasta 15 m.
de espesor de nieve en los últimos diez años, tanto
en el nevero de entrada en la Torca de la Nieve,
como este año en la 24P con un tapón de nieve a
-10 m. en 1991 y cuya exploración ha sido posible
al fundirse por completo el nevero que la obstruía
hasta los –25 m.p.

Las pocas décimas que ha podido subir la temperatura en estos años ha sido suficiente para desencadenar
un proceso de fusión acelerada que el invierno no es capaz de parar y que verano tras verano hacen que los
espesores disminuyan claramente.

Un objetivo que nos hemos planteado es cuantificar científicamente esa perdida de volumen del hielo
mediante mediciones de temperatura, humedad relativa y velocidad de las corrientes de aire.
BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS

Los datos climatológicos de las estaciones de Fuente Dé y Fuente Dé (Cable) han sido aportados por el
Instituto Nacional de Meteorología.
“Cuevas en hielo y rios bajo los glaciares” de Adolfo Eraso y Marian Pulina edit. McGraw Hill.

NOTAS PARA LA REVISTA:

Las diapositivas: José María Gómez


La fotografía digital : Marcos Gómez
Los negativos: Fco. Javier Sánchez

Texto: Roberto Cerdeño y Fco. Javier Sánchez

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