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ye matila c.ghyka matilacghyka ‘elnumero de oro | - el numero de oro ; los ritmos poseidon ee , if It poseidon En los dos volimenes de EL NUMERO DE ORO, sque es una continuacién y una ampliacién de la «stética de las Proporciones en la Naturaleza y en las «rtes), Matila C. Ghyka aporta su contribucién a la rcepcin de los conceptos y de los invariantes sgicos y afectivos que han sido las ideas-motrices de ecidente, las de Numero, Ritmo, Proporcién y ‘rmonja (condensadas por el autor en Ley del Ni- “iero) € injerta sobre este rigor geométrico el culto, Terviente de la Belleza de las Formas. En el primer volumen, LOS RITMOS, el autor ~voca las similitudes de forma y ritmo entre la vida y 4 materia no organizada, expone una nueva teorf bre los trazados arquitecténicos egipcios, griegos y Sticos, y define y analiza las diferentes categorias “al ritmo considerado como expresidn estética, exa- inando los ritmos irreversibles, que se desarrollan ‘sn el tiempo (miisica, poesia), en el espacio (arqui- tectura y plastica), y en el dominio de lo reversible y ate lo continuo, de la proporci6n y del ciclo creador, 1 que lama mediterréneo, en el que se manifiesta en sorma caracteristica el sentido de la proporcién y de 1 ritmo espacial, regulados por una voluntad mate- \ética En el segundo volumen, LOS RITOS, Ghyka uueba la transmision continua a través de las edades 1 simbolo pitagorico, el simbolo estrellado de la "ina proporcién —el pentagrama—, de sus variantes v de los trazados geométricos emparentados con él. Jas cadenas de transmision, no estén constituidas solamente por las técnicas secretas de los arquitec- «Js, sino también por otras corrientes: kabala, ma- esi, sociedades secretas, Sobre EL NUMERO DE ORO, Paul Valéry, el reeta de Cimetiére Marin, ha expresado: “Este libro Ataba, Ahora existe. Condensa lo que hay de preci en estética. El eterno deseo de encadenar la orfologia fisica y biolbgica a Ia ciencia de las * mas creadas por la sensibilidad humana.” editorial poseidon 79 EL NUMERO DE ORO I LOS RITMOS 73 MATILA C, GHYKA Obras det autor ublicadas por Eorrontat, Paseinow: esommen on us mororcows ca varosaca =» BX, NUMERODEORO Y EN LAS ARTES EL NUMERO DE ORO RITOS ¥ RITMOS PITAGORICOS EN EL Vol. I: Los armos DESARROLLO DE LA CIVILIZACION OCCIDENTAL Vol. II: Los rros I LOS RITMOS EDITORIAL POSEIDON BARCELONA A | LA PRINCESA MARIA CANTACUZENE en recuerdo de su acogida en Tetzcani de Moldavia donde atin brilla en las nubes el viejo suetio hiperbéreo y donde fue comenzado este libro Titulo oxiginl: Le nombre at 1. Le eydhmes ‘Traduceién de francés J. Bosch Bousquet © Editorial Poseidon, S.RLL,, Buenos Aires, 1968 © Editorial Poseidon, S.L., 1978, Llansi,S1, Barcelona - 15, Espa Primesaedicin espatols Printed in Spain Impreso en Espafa ISBN: 84-85082-11- (obra completa) ISBN: 84-85083.09-1 (tome primero) Depésito Legs: B:30,530-1978 ROMARGRAF, 5.4, Juventud, $$ L'Hosptaet de Llobsosat Bareclons CARTA AL AUTOR Querido sefior: Su manuscrito me ha acompafiado en todos mis cortos paseos por los alrededores de Paris, Le he dedicado el poco de espiritu que me queda después de un afio de laborioso trabajo. Estoy seguro de que lo gustaré mejor atin, cuando haya podido meditar mds profundamente en su plena y preciosa sustancia. Este libro faltaba. Ahora existe. Condensa lo que hay de pre- ciso en estética. Me maravilia su amplitud de informacién. Admiro, sobre todo, el modelado personal que supo imprimir a una materia tan considerable y tan compleja. El eterno deseo de encadenar ta morfologia fisica y biotégica a la ciencia de las formas creadas por la sensibilidad y por el trabajo humano; la necesidad de com- parar y de conjugar las estructuras y arquitecturas naturales y las construcciones del artista, la matemética que aparece 0 que asoma en las primeras y las fé?mulas, aparentemente arbitrarias, que sir- ven en las artes, es el tema, cuya extensién ha explorado, cuyas partes ha ordenado y cuyos problemas ha enunciado con tanto ézito. iQué poema el andlisis de Bt Canta usted esa prodigiosa y proteica expresin, esa magnitud cuya udicwidad y proliferacién hacen pensar en. algiin importante “invariable” de nuestro sistema sensorial, y la celebra con una cien- cia y un entusiasmo que a mi me resulta deticioso. Porque pre- tendo —y lo he hecho precepto de mi estética personal— que en el orden del espiritu hay potencias de pasién y de “sentimiento” tan fuertes aunque mds raras—, que en el orden del “corazén” No obstante, no puedo menos de observar que este ntimero phi, de propiedades maravillosas, podria seducir a los artistas para ser- virse de él descuidando la magnitud de ejecucién, la materia y la localidad de las obras. Pero en todas las construcciones, ya se trate 10 EL, NUMERO DE ORO de méquinas, edificios u obras de arte, se plantea el gran problema dela Somidam are el proyecto o el modelo y Ie obra. Lo que es posible y conveniente en cierta escala, no lo es en ira. Incluso en el orden mecénico este problema sélo estd resuetio de un modo imperfecto. No sé si en el orden estético se haya planteado alguna vez en toda su generalidad. Ahora bien, la tendencia det espiritu es concebir las formas, las relaciones, la dependencia de las partes, sin reparar en la materia ni en la magnitud, La geometria pura vive de esta ignorancia, No se preocupa de las unidades de medida, y se declara “verdadera” en toda la escala, a Pero lo propio del técnico y del artista es, por el contrario, insti- tuir y mantener, durante su operacién, un temperamento, o cam bios tan intimos como sea posible entre lo que desea y busca y lo que le ofrece o le niega el conocimiento que tiene de su materia y del estado final y real de su obra. De estas observaciones resulta que se puede imaginar facilmente una especie de conjlicto entre la particularidad de la produccién de las obras de arte, en que cada una es una solucién singular de un problema que jamés se repro- auciré exactamente, y la generalidad det precepto estético que re- presenta y precisa el ntimero phi, el cual no debe uiilizarse ciega xy brutalmente, sino considerarlo como un instrumento que no puede Prescindir de ta habilidad y la inteligencia del artista. ;Al contra- rio! Debe excitar al artiste a desarrollar estas cualidades, y aqui es donde intervienen las propiedades, ten notables, de vuestro Nimero de Oro. Leyendo sus paginas, no puedo evitar el pensar un poco en la Literatura, Por desgracia, este arte cede a los otros, en lo que con- cierne a la biisqueda de razones intrinsecas, ta obseruancia de pro- porciones y de condiciones formales... Nada hay en ella de sec- cién aurea. Siempre sofié con edificar alguna obra secretemente armada de convenios razonados y fundados sobre la observacién. precisa de las relaciones entre et lenguaje y el espiritu y siempre he retrocedido ante la dificultad excesiva —el inmenso trabajo de rehacer una concepcién tan neta de la literatura, que permita ra20- narla—. Y lwego: ;para qué?, me dijo el tiempo, Creo —y se lo auguro— que su notable sintesis tendré lo que merece. No sélo en cuanto a la acogida, sino a su influencia. El equilibrio entre el saber, el sentir y el poder esta hoy rato en las CARTA AL, AUTOR u artes. El instinto sélo da fragmentos; pero el arte magno debe corresponier al hombre completo, La Divina Proporcion es la me- aida generatizata, Una especie de misticismo, un esoterismo (que fue tal vez nece- sario) se reservaron en otro tiempo estas verdades, muy delicadas y dificiles de establecer. ;Han daitado, por esta restricciém, al pro- greso de las investigaciones; 0 fueron més bien afortunados al hacer Uegar hasta nosotros resultados de experiencia convertidos en prin- cipios tradicionales, que, sin esta transmisién oculta de poderes, hubieran podido perecer en el curso de las edades? No lo sé. El celo tiene sus virtudes y su profundidad. El secreto seduce y anima: Pero nuestro tiempo quiere producirlo todo y para todos. Quiere definirlo todo. Sometiendo tat vez a su examen los problemas mé- gicos del arte, pensard que no se trata, en el fondo, més que de encontrar en ei dominio de ta sensibilidad refinada, métodos del mismo poder que los que se han demostrado tan jeeundos en el andlisis del Universo de la Extension... Pavt Vauiny, Xe PREFACIO Este libro es una continuacién y una ampliacién de mi Estética de las Proporciones en ta Naturaleza y en las Artes.' En este pri- mer trabajo, traté de bosquejar: 10 Una teoria matematica de la Forma, comenzando por un repertorio de las formas geométrieas posibles, para llegar al exa~ men comperado de las simetrias y de los tipos morfolégicos que caracterizan las formas naturales, especialmente los sistemas cris- talinos y los organismos vives; 2° Una exposicién de la evolucién de las ideas de proporeién y de armonia, y de los cénones geométricos que, en las grandes épo- cas del arts mediterraneo lato sensu, han podido servir para la composicién de los trazados arquitecténicos. ‘Como las fuentes eseritas son muy discretas y como ning\ timonio gréfico, por lo menos en lo que respecta a la antigiiedad, ha subsistido (ni siquiera los dibujos que ilustran el tratado de Vitruvio) el estudio de estos cénones, 0, mejor dicho, procedi- mientos de composicién, de ajuste proporcional, se reduce a un cierto ngimero de hipétesis recientemente formuladas sobre la ma- teria, Tienen de comtin el hecho de que los métodos graficos que aspiran a ser sus demostraciones tienden a producir trazados en Jos que el tema del conjunto se refleja, se reproduce, segin un cierto ritmo mas o menos velado, en cada una de las partes. Leyes de la analogia (Tiersch), de la repeticién de la forma fundamental, de Ja identidad en 1a variedad, de lo Igual y de lo Semejante..., distintas denominaciones de un mismo principio o de una misma comprobaciSn, derivan en efecto, de los conceptos de simetria y tes- 1 Coleceiin La Pensée Contemporaine, Ediciones de la N.R.F, Paris, 1927, Traduccién castellana: Editorial Poseidon, Barcelona. u EL NUMERO DE OHO de analogia, tal como los entendian los antiguos. La Avatoyia de Platn y de los aritmélogos pitagéricos no es otra cosa que la Proporcién (igualdad, equivalencia o concordancia de dos o més relaciones). La proporcién. geométrica, especialmente myuteroia, significaba en ellos, lo mismo que en Vitruvio, Ja conmensurabi- lidad entre el todo y las partes, correspondencia determinada por una medida comin entre las diferentes partes del conjunto, y entre estas partes y el todo (es la definicién de Vitruvio, y la palabra simetria conserva este sentido, del todo diferente de su significa- cién actual, hasta fines del siglo xv1). Las mas interesantes de entre estas hipétesis concuerdan tam- bién incidentalmente con la teoria pitagérica de 1a armonia de las Esferas, con las ideas filoséficas y cosmogénicas enunciadas por Platén en el més pitagorico de sus didlogos (el Timeo), y con las especulaciones derivadas de Ia analogia, la correspondencia, entre el Macrocosmo (el Universo creado por el Gran Ordenador) y el Hombre, 0 Microcosmo. Y al final del pasaje antes mencionado, en el iinico tratado de arquitectura que nos ha legado la antigtie- dad, Vitruvio da como ejemplo de la euritmia producida por una “simetria” ideal, el cuerpo mismo del hombre. Después de la aparicién de mi obra antes citada, he tenido cano- ‘cimiento de una nueva hipétesis, de un nuevo sistema de canon © ajuste proporcional grafico, que, en cierto modo, sintetiza y con- cilia las dos tesis principales expuestas detalladamente en mi Esté- tica de las Proporciones (la de Lund y la de Hambidge) ; es la hipotesis de Moessel,* de la particién 0 segmentacién polar del circulo fundamental 0 circulo de orientacién. Por otra parte, esta teoria puede reducirse a un punto de partida prictico bastante racional, y de aqui mi primera idea de agregar un apéndice a mi iibro, En el bosquejo de evolucién de la arquitectura mediterrénea y de las doctrinas estéticas relacionadas con ella que acompaiia- ban en mi primera obra a la exposicién de las teorias de Cook, Lund y Hambidge, aparecia ya un poco de filosofia pitagorica o platéniea (que muchas veces es la misma cosa). Como simbolo En 1650, Fréart de Chambray escribe: “Simetria... unidn y concurso keneral,de todas las partes de un edificio, .." 3 Brkst Moessel, Die Proportion in Antike und Mittetalter (C. H. Bleck, editores, Munich) PREFACIO 15 © motivo dominante del trazado he encontrado, con frecuencia, una figura geométrica (el pentagrama) asociada, precisamente, a las tradiciones pitagéricas (también la he encontrado como motivo dominaate en el estudio de las formas vivas) y como properciones frecuentes, por no decir las mas frecuentes, han aparecido temas basados sobre cierta razin (la seccién éurea). Esta razén, este invariante algebraico, puede nacer de una manera abstracta y di- recta d2 una operacidn légiea muy sencilla, Ja més sencilla que puede hacerse, acercdndonos al concepto platénico de proporcién. La he encontrado igualmente en biologia, esquema numérico, sim- bolo resumido de la forma viva (al mismo tiempo que opuesto a los esquemas de equilibrio cristalino de las formas no-vivientes), de la pulsacién de crecimiento, Este “ntimero de oro” resume ari mética y algebraicamente las propiedades de la dominante geomé- trica (el pentagrama) antes citada, En el estudio de la transmisién de estos simbolos 0 trazados por intermediarios generalmente andnimos y raras veces canoce- dores de su sentido 0 sus propiedades, nuevas fuentes me han pro- porcionado indices que permiten un jalonamiento mas preciso de Ja ruta misteriosa, De donde surgieron nuevas adiciones al apén- dice que, bien a mi pesar, se convirtié en un nuevo libro... de dos volimenes. Asi, pues, tedricamente, es mejor haber leido u hojeado mi Estética de tas Proporciones (o tenerla por lo menos como memento de referencia) antes de leer esta nueva obra. Pero me he esfor- zado, no obstante, por darle un caracter auténomo, acortando en Jo positle Io ya expuesto y reduciendo la exposiciin matematica a logstrictamente indispensable. Presento ahora excusas retrospectivas por la acumulacién de proposiciones aritmétieas, algebraicas y geométricas que ha debido dar a mi primer trabajo un aspecto poco atractivo para la gran mayoria de lectores, Mi excusa se basa, ante todo, como lo expuse anterjormente, en que guise hacer un “memorandum” que permi- tiese prescindir de una copiosa coleccién de libros, para el estudio de la “Ciencia del Espacio" y de todos los conceptos matematicos evocades en la obra, Lueyo, y admitiendo al mismo tiempo que el punto de vista geométrico no es el tinico ni tal vez el mas importante de una teoria estética de la Forma, recordaré el argumento de la Paradoja 16 EL NUMERO DE ORO del Abogado, de Edmond Picard: toda causa, la mas mala, la més desesperada, debe ser defendida a fondo. Del trabajo, del brufido de todas las caras surgen las aristas y las formas del cristal, y a veces, para un juez, el “hilo” de la Verdad. Por esto me parecio {itil profundizar, mientras era compatible con el marco y las di- mensiones de la obra, el estudio matematico de las nociones de razén, de proporeién y de armonia. Es claro que se pueden llevar mucho mis lejos las especulaciones puramente matemiticas de que derivan estos tres conceptos; Platén, entre otros, lo hizo en el Timeo (jeroglifico del Numero del Alma del Mundo) , cuyas medi- taciones matematicas no son extravagancias de maniftico que pue- dan separarse del conjunto de sus doctrinas, sino la médula misma, Ja fuente viva de toda su concepeién del Cosmos, de la Armonia y del Amor, Son también la base de los conceptos estéticos de la ‘Analogia, de la Semejanza en la Diversidad, de la Variedad en Jo Mismo, cuyo eco preciso nos transmite Vitruvio, y que, mien- tras tuvieron vida (ya como ensueno filoséfico sobre el esquema ‘Macrocosmo-Microcosmo a través de la Edad Media, 0 como im- pulso creador de ritmo en los comienzos del Renacimiento),, han desempefiado un importante papel generador en Ia evolucién de todo el arte mediterraneo. ‘Como he prometido limitar a lo indispensable el aspecto mate- mitico de esta nueva obra, ya es hora de presentar el plan de Ja Luego de haber vuelto a definir al principio la idea de propor- cién y nociones conexas, evocaré las semejanzas y divergencias de forma y de ritmo entre la Vida y la materia no organizada, y aprovecharé Ja ocasién para dar algunos detalles sobre el ritmo de las proporciones en el cuerpo humano (su morfologia, asi co- mo la de las plantas y organismos marinos han sido ampliamente desarrolladas en la Estética de las Proporciones). Expondré en seguida la nueva teoria (Moessel) de los trazados arquitecténicos egipeios, griegos y géticos, y desarrollaré con mayor extensién ciertas cuestiones esbozadas en ia Estética de las Propor- ciones: composicién de los volimenes arquitecténicos, correcciones Spticas, ritmo poético, relaciones entre ritmos, ritos, magia. Esto por lo que respecta al presente volumen. En el segundo, estimu- Jado por el cortés escepticismo de Salomon Reinach, respecto de la transmisién ininterrumpida del esoterismo matematico pitagérico- DEE «EERE EI PREFACIO a Platénico,* trataré de completar, de todas maneras, la trayectoria de esta traasmisién, y demostrar que el pitagorismo, con su geome- tria, de la que jamés se ha desconectado, se transmitié por una “cadena dorada” no sélo en arte (Platén, Vitruvio, maestros de obra, Paccioli, Leonardo) 0 en matemética (Platon, Nicomaco de Gerasa, Paecioli, Kepler, Descartes, Russell, Einstein), sino en otros dominios, el mas interesante, y atin sensacional, de los cuales me ha sefialado el propio S. Reinach. Porque del magnifico tronco dejado por el Maestro de Samos, han brotado ramas poderosas que forman el noble abanico de la palmera del viajero. ¥ la idea-savia de este arbol gigantesco, mas de dos veces milenario, arbol del Conocimiento y arbol de la Vi hha sido la que he llamado (segin Flaubert) la “Ley del Nimero”, idea matris, base vivificante, tanto, que fue comprendida no sélo por el Arte mediterrdneo, sino por toda la “Aventura” intelectual (en el sentido bergsoniano de la palabra) de la Raza Blanca, * Revue Archéologique (octdic,, 1927). CAPITULO PRIMERO DEL NUMERO A LA ARMONIA Numero, razén, proporcién.—La doctrina pitagoriea de los ‘Numeros.— Pitagoras, Platén y Nicémaco de Gerasa.— Nie meros puros y numeros cientificos.—‘Tetracto, Péntada y Década.— El “Nimero del Alma del Mundo” y'la teoria de Jas correspondencias arménicas en el Timeo.—Macrocosmo ¥ Microcosmo.—La teoria arménica de la arquitectura en Vitruvio.— Analogia, simetzia, euritmia. Filles des nombres d’or, Fortes des foie du ciel, Sur nous tombe et Sendort Un Diew couleur de miel. Cantique des cotonnes, ‘PAUL VALERY. Uno de los métodos posibles cuando se pretende volver a defi- nir, 0 pensar de nuevo en las nociones Hamadas clementales de niimero, razin y proporeién es beber en las fuentes griegas que tratan d2 estos temas. A pesar de su poca originalidad, este pro- cedimiento no suele conducir a una trayectoria mental de “minimo es{uerzo”. Sin embargo, como en Platén y en el tnico tratado completo de la teoria de mimeros que nos legé la antigiiedad, el de Nicimaco de Gerasa,’ se encuentran puntos de partida, y a + Nicémaco de Gerasa (colonia griega de Palestina fundada por vete- Fanos, yevowrss, de Alejandro) apodado “el Pitagdrico”, vivid en el siglo 2 de nuestra era, y estudié probablemente en Alejandria, Dos de sus obras nos han legado intactas: un Menual de Armonia y su Introducciin a ta Ariiméticn CAgipntix% Elonyoyii). También se conserva una gran parte de I EE 20 BL NUMERO DE ORO menucdo de legada, bastante claros, me limitaré a dar textualmente sus definiciones y, a veces, sus comentarios. Como se sabe, la concepeién del Niimero en Platén y la impor- tancia que le otorga (“Los nimeros, dice en el Epinomis, son el més alto grado del conocimiento”.... y luego: “El Namero es el Conocimiento mismo") se derivan del pitagorismo mas ortodoxo? El propio Nicémaco era pitagérico, © més bien neo-pitagdrico de- clarado, y su obra matemética no es sino una compilacion discre- tamente ordenada y claramente redactada de elementos tomados de los trabajos de la brillante Escuela de Alejandria, de los cuales, en general, slo han legado hasta nosotros los titulos, En la base de Jas ideas y de las definiciones que seguirén se encuentra la afirmacién: “Todo esta dispuesto conforme al Numero,’ que ya en el siglo iv a. J.C. pasaba entre los que habian conocido a Jos ailtimos supervivientes de la Escuela primitiva fundada por el Maestro en Sicilia* como le mas importante de sus revelaciones filosofieas. Los comentarios, e incluso las definiciones, parecerdn en el primer momento al lector no familiarizado con la matemitiea sus Teologiimenos Aritméticos (Aritmologia o Mistica del Niimero) en una compilacién debida a Jamblico (Roma, siglo w), autor de la famoss. Vida fe Pitdgoras, que escribié igualmente un comentario importante sobre la Introduecién Aritmética de Nicémaco. La traduccion (en latin) mas céle bre de esta obra es la de Boecio (Roma, siglo v) que ejercid gran influencia durante toda la Edad Media, ‘Me he servido de un modo especial de Ia traduecién inglesa publicada por J Universidad de Michigan (The Macmillan Company, Nueva Yorks 1926), precedida por un precioso estudio sobre Nicomaco ¥ los rate: ticos griegos, por F. E. Robbins y Luis Ch. Karpinski 2 Se sienten tentaciones de decir que Platén (429-347 a. de J.C.) era lun iniciado que no habia prestado el juramento del silencio, 2 ‘Acting BE xe néve' txéouces, probablemente un fragmento del Iéros Logos 0 Discurso Sagrado, eitado por Jimblico Aristogenes de Terento (que en la segunda mitad del siglo tv a, de J.C. Mantuvo relaciones amistosas con los wltimos iniciads del pitgenrioome primitivo), dijo, en prosa, mas o menos lo mismo: Thvayogus. sawe ea soiquara dxeyibev swig deGuois (citado por Estabeo) * No estd demas dar desde ahora algunas breves indicaciones erono= lgicas respecto a la vida de Pitgoras y de la secta 0 Escuela aue él funds Pitdgoras, nacido en Samos entre 560 y 570 a. de J.C, vuslve a le seta después de largos viajes (su estancia en Pgipto es probable, pers les ae Fenicia y Caldea pueden haber sido imaginadas por tacones fe einen ‘cuando en el siglo av se elaboré la leyenda de Pitagoras), Abondene ae DEL NUMERO A LA ARMtONTA 2 gtiega como envueltos en una metafisics a priori, desconcertante ara el honesto racionalismo que presidié nuestra iniciacién mate- matica Pero advertira poco a poco, que el tono desacostumbrado de este pute de partida no impide a la razén dominar con firmeza el desarrollo y el encadenamiento de las ideas, y que este pequefio repaso de gimnastica mental helénica permite seguir ulteriormente sin esfuerzo la evolucién y las vicisitudes sufridas hasta nuestros dias por un sistema conceptual de extraordinario vigor, que per- manece mis vivo que nunca, a pesar de su niicleo cristalino de pensamiento puro. Y descubrira tal vez que el sospechoso destello de la nube metafisico-teolégica no era oropel sino claridad y que la Teoria de Niimeros de hoy comienza a parecerse de extrafio ‘Atlevo Samos a causa de Ja tirania de Polierates y llega a Sicilia hacia el 829. Su ensefianza tuvo tal éxito que sus discipulos se apoderaron del poder politico, primero en Crotona (Liga Crotoniata) y luego lo exten dieron sobre una serie de ciudades y sobre una gran parte de la Magna Grecia (Sibaris cae en 510). El Maestro murié hacia el afio $00, pero la dominacién politica pitagériea en Sicilia durd hasta cerca del 450. Bn esta, época se desataron revueltas populares en las cludades sticesivamente ava~ salladas y Ios miembros dirigentes de la secta, asediados por la plebe en Metaponto, perecieron easi todos en un gigantesco incendio. Entre el Pequefisime nimero de los que escaparon se citan a Filolao de Crotona (que fue acusado de haber vendido al tirano Dionisio de Siracusa los libros secretos que contenian la ensefanza de La secta pitagériea, libros que, sein Didgenes Leercio, Platén se habria procurado en seguida), y a Lysis, que se tadiod er Tebas con la familia de Epaminondas. Arquitas de Tarento, iseipulo de Filolan, fue uno de los grandes matemiticos de la Antigedad y consiguié reconstituir un estado pitagérico: fue Regente de Tarento Siete vecgs generalisimo, Platén se relacioné con él durante su primer viaje @ la Magna Grecia (388-387) y puede admitirse con Didgenes Laereio que Je debe su jniciacién en las doctrinas pitagdrleas. Las ideas y los ritos con- tinuaron transmitiéndose de un modo mis o menos esatériea en pequefios grupos aislados, siendo su Tama especialmente custodiada por los platonicos pitagéricos ‘Speusipo, sobrino de Platin, muerto en 388, escribio un tra- tado sobre los Nimeros pitagsricos del que ha legado hasta nosotros un equeno fragmento). Aristégenes de Tarento, diseipulo de Aristoteles, que hacia fines de! siglo w eseribié una biogvatia de Pitagoras, declara haber conocido a los Gllimos pitagéricos, pero se ve, a través de las burlas de Jos poetas eimicos, que la secta subsistia en Grecia en el siglo tt, Pero fue fen Alejandra, hacia fines del siglo 12 a, de J.C, donde comenzé a retonar Ja doctrina que como neopitagorismo debfa desempefiar Un papel muy im- portante, tarto en la eapital del Imperio romano como en Egipto y en Sitia, RE IS :’' ama, 22 EL NUMERO DB ono modo a la de Platén y de Nicémaco, esperdndose que nuestra Fisica y nuestra Cosmogonia se unan a las del propio Téros Logos. Observemos ante todo que Ia misma palabra Logos, significa en griego razén, razonamiento y relacién (el juicio, facultad esencial de Ja inteligencia razonante, es, por lo demas, la justa percepcién de las relaciones entre las ideas o las cosas). Este mismo término, ‘a palabra por esencia (como més tarde el “Verbo” en el Cuarto Evangelio), significa también la Inteligencia divina ereadora (Nieéd maco lamara indiferentemente al Dies ereador: § reyviie hiyos, 6 Texvitus* eds). Como Platén, Nieémaco distingue dos clases de nuimeros: el Nimero divino, o Niimero-Idea, y el numero cientifico, El primero es, naturalmente, el modelo ideal del segundo, es decir, de lo que consideramos generalmente como nlimero; pero a causa de que en el mundo material son las formas (que dependen de canti- dades, de calidades y de disposiciones) las tinicas cosas permanen- tes, y de que la estructura de las cosas (copia del modelo o para. digma percibido por el Logos como resultante de la Idea y del Niumero) es su tinica realidad, é1 (el Numero Divino) sera también, més generalmente hablando, el Arquetipo director de todo el Uni. verso creado, En los Theologumena Arithmeticae, Nicémaco trata de este ‘Nimero-Idea 0 Niimero Puro, en la Introduccién a Ja Aritmética del niimero cientifico y asi, 1a teoria de los nimeros estaba divi- dida en dos disciplinas; la primera: Aritmologia (Mistiea del Nii. mero) de tendencias metafisicas, que se ocupa del Niimero Puro, 1a segunda, Aritmética propiamente dicha, que trata del numero cientifico abstracto, segin un método silogistico riguroso de tipo euclidiano, Pero esta Teoria de los Nimeros cientificos se ditige también al filésofo, no al principiante. Finalmente, una tercera ciencia, 9 mejor, una téenica (lo que hoy lamamos Aritmética) relegada a un grado inferior, era el Céleulo propiamente dicho con niimeros coneretos, Era la aritmética para negociantes 0 ioywuyi, { ‘leeds Aéyos, 0 Diseurso Sagrado, atribuido Pitégoras, pero redac- ado probablemente después de su mucrie, durante el periodo Croteniata {principios del siglo v a. de J.C.) y del cual Delatte (Estudios sobre te Literatura pitagoriea, Paris, 1919, Champion, ed.) pudo reconstitulr, un cierto niimero de versos. 4 xazsions: el que eompone con arte; la creacién puede ser simple recom= pposiciin del caos, seleccién DEL NUMERO A LA ARMONTA 23 Un escolio sobre el Carmides de Platén dice a este respecto: “La Logistica (el cdleulo) es Ja teoria que se ocupa de los abje- tos enumerables y en ningiin caso de los (verdaderos) ntimeros, No considera, en efecto, el nimero en el sentido propio de la pala- bbra, pero supone que 1 es la unidad, y que todo lo que puede ser enumerado es niimero (asi en lugar de la triada, toma 3, en lugar de la década, 10) y les aplica los teoremas de la aritmética Esta distincién parecer mucho més clara si se recuerda que los Sriegos no empleaban simbolos exclusives, de cifras, para repre- sentar niimeros, aunque fueran coneretos, sino que se servian de letras del alfabeto y de algunos signos suplementarios (los pitagé- ricos empleaban en Sicilia grupos de puntos, lo que los llevé direc tamente a las propiedades estereométricas de los ntimeros y a los “nimeros figurados” de los que hablaremos mas adelante). Las ci- fras drates y el sistema decimal hicieron tan facil el céleulo (lo que lamamos aritmética), que olvidamos la distincién entre Filo- sofia del Niimero, Teoria de los Niimeros y Caleulo, y la diferencia entre mimeros ordinales y cardinales, y hemos tenido que esperar a la ereacién de la teoria de Conjuntos de Cantor-Russell para des- cubrir de nuevo que la cifra 2, el ntimero dos, la diada 0 par, y 1a idea de Dualidad eran cosas muy diferentes. ‘Tratemos, pues, de olvidar las cifras y de pensar en mimeros puros y nos parecera entonces tan razonable como a nuestros dos antiguos guias admitir gue, estando el Cosmos ordenado y ritmado, el Niimero es, segin la expresién de Nieémaco, la esencia eterna de Ia realidad. Los principios (iozal, origenes) del Niimero y del resto de todas les cosas son, dice, copiando también en ésto la terminologia del Tingeo, “Io Mismo” y “Io Otro” ¥ (0 la cualidad de “ser la misma cosa” 6 de ser “otra cosa") 1" cuando el Todo hubo comenzado a ordenarse. .. todos los elemen- tos recibieron de Dios sus figuras por la accién de las Ideas y de os Nameros...” (Timco), “BI Caos primitivo, fatto de orden y de forma, y de todo To que aife~ rencia segin las categorias de la cualidad, de la eantidad, ete, fue organi- zado y ordenado segin el Numero” (Niebmaeo de Gerasa, T. A.) 5 Moderato de Cadiz (célebre pitagérico y matematieo de la época de Nerén, autor de un tratado que se ha perdido titulnda Escotios pitagdricos, citado por Porfirio, dice: Los pitagéricos llaman “Uno” a Ia idea de iden tidad, de unidad, de igualdad, de concordia y de simpatia en el Mundo, y “Dos” a la idea de “lo otro", discriminacién, desigualdad. 24 BL. NUMERO DE ORO La ciencia moderna acaba de legar a una actitud espiritual andloga al suprimir de nuevo las barreras entre la matematica y 1a 16gica: la teoria de conjuntos, de clases y de relaciones de Cantor- Russell-Whitehead y la Axiomética de Hilbert, son capitulos de una ciencia unica, la nueva “logistica”, cuyos elementos, fichas simbélicas, representan indiferentemente ficciones légicas, niime- os o configuraciones geométricas, Desbrozado asi el terreno, cedo la palabra a Nicémaco de Gerasa, cuyo prefacio de su Introduccién a la Aritmética parecer ahora suficientemente ¢laro: “Los antiguos, que bajo la direccién espiritual de Pitigoras fue- ron los primeros en dar a la ciencia una forma sistematica, han de! nido a Ja filosofia como el amor al Conocimiento.... Las cosas incor. porales —como las cualidades, las configuraciones, 1a igualdad las relaciones, las disposiciones... ., los lugares, los tiempos... son Por esencia inmutables e incambiables, pero pueden participar accidentalmente de Jas vicisitudes de los euerpos a los que son afectados. Y si accidentalmente el Conocimiento se ocupa también de los cuerpos, soportes materiales de las cosas incorporales, es, sin embar- #0, a éstas a las que se aplicaré de un modo mas especial. Pues estas cosas inmateriales, eternas, constituyen la verdadera realidad, Pero lo que esta sujeto a formacién y destruceién.., (la materia, Jos cuerpos) no es actualmente real por esencia "Todo lo que Ja naturaleza ha dispuesto sistematicamente en el Universo parece haber sido, tanto en sus partes como en el con- Junto, determinado y puesto en orden de acuerdo con el Nimero, or la prevision y el pensamiento de Aquel que creé todas las cosas) pues el modelo estaba fijado, como un bosquejo preliminar, por Ja dominacién del Numero preexistente en el espiritu del ‘Dios creador del mundo, numero-idea, puramente inmaterial en. todos sus aspectos y, al mismo tiempo, la verdadera y eterna esencia, de manera que de acuerdo con el Namero, como de conformidad, en un plano artistic, fueron ereadas todas les cosas, y el Tiempo, el movimiento, los cielos, los astros y todos los ciclos de todas lac cosas.” Observemos que Nicémaco de Gerasa no fue ni un fildsofo, ni tun matematieo notable como Eudoxio Diofanto, Bra un profesor ¥ un ensayista pitagérico, a la manera de los horbres mundanee EE __ DEL NUMERO A LA ARMONTA 5 ‘Su gran ideal parecié ser 1a composicién de un tratado de armonia Para una dama patricia a quien dedicé un pequeio manual sobre @l mismc tema (por desgracia ni el tratado grande ni el nombre de Ja dama han Megatio hasta nosotros, pero del manual prepara. torio se ceduce que debfa tener una cultura matematica y musical oo comin). Pero se desprende una cierta grandeza de la grave- dad litirgica con que enuncia en el prefacio de su “iniciacién mate. matica” el artfeulo fundamental del eredo de la Escuela* Después de esta introduccién viene la definicién del nimero Cientifico (Emormiowis éerdude) de que se ocupa especialmente su tratado (volveremos a encontrar mas adelante el niimero “divino”) Dice cue el mimero es: Una multitud limitada™ (hoy dirfamos: conjunto numerable finito) ; es el zooéms propiamente dicho, 0 Una combinacién de ménadas, es decir, de unidades, Citemes aquf un pasaje del contemporaneo de Nicémaco: Ten de Esmirna,"" que glosa este segundo aspecto del niimero: ® La sevta pitagérica primitiva constaba, ademis de Ia secta religiosa, de la Escuela filoséfica y det elub politico. La doctrina religiosa y filosética de Pitigores fue condensada después de su muerte (ocurrida probablemente 4 comienzos del siglo v) en os versiculos déricos del Iéros Logos. Liege de la matanza de Metaponto y la dispersiin de la cofradia ciiliana, los equefios cendictlos reconstituidos en Grecia y en Calabria agrupan dos géneros de adeptos: los mateméticos y los acusmitieos, Estos dltimos se limitaban a transmitir un formalismo ritual que pretendia seguir a la letra todos tos preceptos del Maestro. El giro fanético y puritano de pricticas gue pareces haber degenerado en supersticiones pueriles en los, medios poco cultivadas en que se recluté este avatar democritico de la secta excite J hostilidad y la burla. Los “acusméticos” son, en efceto, ios pitagoricos de quienes se burlaron Tos poctas cémicos. Los acusmaticas redactaron a su manera una especie de catecismo por preguntas y respuestas: los “acus- mata’. Jémblico nos ha transmitido algunos de sus fragmentos sen la compilacién (perdida) de Aristoteles sobre el pitagarieme, 2» Conceptos bisicos: wireBos-magnitud (continua) ios multitud de elementos distintas (hoy decimos “con- junto”) ; vlixov cantidad oo quantum roodens ¥ dubs niimero; ‘nina caudal, Sueesién que fluye, 4 Tedn de Esmima (florecid hacia 125 d, de J.C.) escribié un libro matemitico destinado a facilitar el estudio de los textos de Platén (Expo, 26 EL NUMERO DE ORO “Los pitagérieos consideraban todos los términos de la serie natural de los nlimeros como prineipios, de manera que, por ejem- plo, “tres” (la trfada) es el principio de tres de entre los objetos sensibles, y “cuatro” (la tétrada), el prinelpio de los cuatro, etc...." Es casi heralmente Ja definicin de niimero de Bertrand Russell eomo “clase de clases”. Estas unidades, estas ménadas, pueden ser puntos, y entonces dan nacimiento al mundo a la vex geométrico y algebraico de los niimeros “figurados”, planos (triangulares, cuadrados, pentagona- les, ete.) y sélidos (nimeros piramidales, etibicos, parelelepipe- dos, ete, que los primeros Madeyacizo de la secta pitagdrica estu- diaron ya en Sicilia.” Sea un caudal, una afluencia de ménadas, xocdmrocyya é wowdScov avyrsinsvor. Es esta tercera definicién del nimero, como una serie animada que brota de la ménada (traduccién abstracta de In “turgencia puntual"' © crecimiento geométrico de los niimeros figurados antes mencionados), variantes de la cual se encuentran en los neo-pita- géricos Teén de Esmirna y Moderato de Cadiz, la mas original y la més genuinamente pitagérica. También aparece en nuestros sitio Rerum Mathematicorum ad legendum Platonems utitivm) que ha He gado hasta nosotros, en el cual se encuentran muchas materias tratadas or Nieémaco (los niimeros figurados, por ejemplo). Declara explicita~ mente que su aritméifea esti tomada de la tradicién pitagorica 8 He dicho ya (Estética de las Proporciones) cuanto este estudio de tos niimeros figurados (poligonales, poliédricos, ete.), 0 geometria diferen- cial de los antiguos —que Platén utiliza en el Timeo, el Teéteto, ete, quien, gracias a Nicdmaco y a cu vulgarizador Boecio, goz5 de honores todavia durante la Edad Media y el Renacimiento, y sobre el ctial Descartes me- Git6 serlamente en 10s afios que precedieron a su “iluminaeion" del. 10 de noviembre de 1619—, puede ser preciosa atin en nuestros dias (esti~ io de 10s cuerpos regulares en los espacios de mas de tres dimensiones, teoria de las combinaciones maltiples, etc.) del que yo me he servido para el estudio del crecimiento homotétieo. Nicémaco se ocupa de él con pre- sileccién y enuncia el importante teorema de Hipsietes sobre los gnomones © ctecimientos geométricos de tos nlimeros poligonales erecientes, Speusipo, sobrino de Platén, se sirvié de las obras de Filolao para componer un libre sobre Jos Nimeros Pitagéricos, uno de cuyos. pasaies (conservado) habla de los niimeros piramidales, Los tratados sobre los niimeros figurados de Felipe de Opus (diseipulo de Patan) y de Hipsicles (siglo 1 & de J.C.) se han perdido; pero, afortunadamente, nes ha ile- ado el de Diofanto de Alejandria, DED EEE SLCEEUS|}R’SE S SZ iS Scere DEL NUMERO A LA ARMONTA a dias reencarnada en el niimero-cortadura 0 nmero-segmento de Dedekind. Podemos resumir estas concepeiones sobre los mimeros tanto “divinos" como “cientificos" exponiendo que en el mundo pereep- tible donde sélo Ja estructura, la forma y el ritmo tienen un eardc- ter de realidad, del mismo modo que en el dominio de la Idea Pura, el Numero es la esencia de la Forma, o la Forma por exce- lencia, y ahora podemos pasar al examen de los vinculos’o rela- clones entre los niimeros. Al concepto general de relacién entre dos objetos 0 dos dimen- siones Nicdmaco lo Nama ogiots. La relacién que dice cualitativa, como doble, triple, ete., rola oxiios © razén propiamente dicha (en el sentido moderno de la razén-medida en Algebra y en aritmética, dénde se -rata, por ejemplo, de dos longitudes con respecto a la misma unidad, la razén © es la medida de la magnitud @ si se b toma 1a magnitud b como unidad) es, como lo hemos visto, el “Toges" En Fuclides, cuya teorfa de razones y de proporciones est ba- sada en los trabajos de Eudoxio, diseipulo de Platén, encontramos la rigurosa definicion siguiente: “Razin es la relacién cualitativa en lo que se refiere a la dimen- sidn entre dos magnitudes homogéneas. La proporcién (dvahoyia) es Ja igualdad de razones,” ‘Traducido al élgebra, esto conduee a la ecuactén general de la proporcién geométrica entre cuatro magnitudes “.—£ (propor- x b in distortinua) Esta razén, comparacién de dos magnitudes o de 1os ntimeros coneretos que Ias miden ™, es la proyeccién en el plano matema- ™ Cuando a y b son miimeros eoneretos, ol simbolo “- se puede sustituir b Por su resuliado, el cociente de la operacién aritm 4 ‘a dividido por b”, 5 decir, que la razén —, por ejemplo, es equivalente a 4; la razén— a 1 5 28 EL NUMERO BE ORO tico de Ja operacién elemental del juicio: percepcién exacta de las relaciones entre las cosas 0 las ideas (es una medida, un “peso” ideal). La comparacién entre dos 0 mis razones, y la’ percepeién de su equivalencia, de su armonia, de su “analogia”, operacion ya mas sintética de la inteligencia, que armoniza, que ehlaza diversos juicios © percepciones elementales, tiene también como proyec- cién esquemitica en el plano de Ios ntimeros 1a ecuacién de pro- porcién anterior: = & ’ a Cuando los dos mayores intermediarios b y c son iguales, obte- a a nemos la proporcién “continua” “—°. (Jamblico™ reserva Ia Palabra dvaioyia para esta proporcién continta, y Hama to 2 Ja geométrica “discontinua” de cuatro términos diferentes) De aqui la observacién de Nicémaco de que siendo la razén una relacién entre dos términos, y la proporeién una combinacién 9 correlacién de dos razones por Io menos, se necesita un minima de tres términos para establecer una proporcién Observemos que levando més lejos el “Principio de Bconomia” (Entia non sunt multipticanda) podemos obtener una proporeién yor de modo que 4 y 1,6 serdn, en este caso, “ntimeros-medidas’, razones de luna magnitud medida con la unidad de medida. En este sentido todos lee niimeros sean enteros o fraccionarios rationales, y aiin los inconmensurss bles (aigebraicos como V2 0 trascendentes como x), pueden representar razones, es decir, ser concebidos como nimeros-medidas La gucesion de todos los niimeros “reales” (racionales, algebraicos y trascendentes) entre Oy un ndmero dado a, se puede poner en “correspondencia univoca ¥ rear, boca" con Jos puntos de un segmento de recta si se toma a como medida de este segmento. Hay correlacidn, correspondencia absoluta, entre el cone tinuo de los nimeros-medidas, y el continuo yeamétrico, Los grieyos preferian reservar el nombre de nimercs a los numerables Centeros) y daban a los niimeros-medidas e] apelativo y la forma de sean nes 0 de relaciones. 14 Jénablico frecuentd en Roma los cireulos neoplaténicos y neopitag’- rico del siglo w de nuestra era. Escribié una vida de Pitigores ovata Hegado hasta nosotros, ¥ euyo interés proviene de que utilies, directa o indirectamente, las obras perdidas de Hericlides del Ponto, Aristogenes de Tarento y Timeo de Tauromenio, los tres del siglo w a. de J.C. Times de Tauromenio compuso su trabajo sobre la Sociedad pltagérica, dec, bués de haber investizado en los archivos de las ciudades de Sielia y deta Magna Grecia IEE ESS DEL NUMERO A LA ARMONIA 29 continua partiendo solamente de las dos magnitudes @ ¥ b: su suma, ¢-+ b da la tercera magnitud, y la proporcion mis ceneilln atb_a Gp” 708 G4 inmediatamente la proporcién continua mas a caracteristica (la que los alemanes Haman Die Stetige Proportion, o Propercién continua por excelencia) basada en la razén de le «Secclor, durea”, Traducida al lenguaje vulgar, esta ecuacion dice eye 7azia entre In suma de dos magnitudes consideradas y una de ellas (iz mayor) es igual a la razin entre éstay la otra (la menor).” Aplicada a las longitudes que dividen un segment AC en dos partes A'B y BC por un punto B, de tal modo que SCAB. AB BC correspende a lo que Euclides lama “divisién de una longitud en media y extrema razén”. Tanto geométrica como algebraieamente, es tamb-én la particién asimétrica més “Iégica” y mas importante 2 causa de sus propiedades mateméticas, esteticas, ete.® Esta razén fue lamada divine proporcidn por él monje bolofiés Fray Luca Paccioli di Borgo, que le consagré el magnifico tratado q, Néase en la Estética de tas Proporciones, capitulo 1, un estudio deta- ado en este sentido sobre el “invariante” mis interesanie de los numeres algebraices, Recordaré solamente aqui que si en la proporcién 2+ =f S¢ divides todos os términos por b, se obtiene (reemplazando * por > XOX!=X+1, ceuacién cuyas raices son 14V5 _ tae. y love 2 2 BI valor aumérico de 1a razén 0 “niimero-medida’ . 618. V5 4 p M+). vas, fs la expresién aritmética de Ia seceién aurea o miimero de oro. Siguiendo Ja sugestidn de Sir Th. Cook y Mark Barr (en The Curves of Life, Cons table, edit), 1o he designado por el simbolo #, De la ecuacion anterior se 1 1 deduce no silo B=O+1y¥ B=14-, (r= 2618... =1,018.., a 0,618...), sino en general: ge = 9-14 gn-2 8 decir, que en la “serie " 0 progresién geométrica (0 proporcién con- tinua desatrollada) 1, 6, 2%, @%..., g»..., todo término es igual a la soma 30 EL NUMERO DE oRO Divina Proportione ilustrado por su amigo Leonardo da Vinci. Mas adelante encontraremos nuevamente la divina proporcién. Los griegos, Nicémaco entre otros, escribjan en general una proporcion (no solamente una proporcién geométriea continua sino también las proporciones aritméticas 0 arménicas que encontra- remos mas adelante) bajo la forma de progresién o de serie, es decir, que hablaban de: la proporcién 1, 2, 4, 0: la proporcién 1, 3, 9, 21, BL. Este concepto de proporcién desempeiié un papel dominante en sus especulaciones filoséficas y cientificas. La teoria pitagérica de la armonia musical que es puramente matematica (y que, segiin la opinién general de los antiguos, se debe atribuir al propio Pit. goras) esté fundada en la teorfa de las proporeiones (sus elemen- tos eran las longitudes de los segmentos de las cuerdas sonoras, inversamente proporcionales al ntimero de vibraciones). Igual que con nuestra nueva terminologia russelliana y einsteiniana, la mis- ma frase puede representar indiferentemenie un teorema de geo- metria tensorial, una ecuacién de calculo diferencial absoluto, una ley fisica, una “funcién proposicional” légiea; también en Platon y sus discipulos pitagéricos la misma frase puede leerse como una roposicién de geometria, de miisica, de estética general, de cosmo- gonia o de metafisica; pasan sin esfuerzo de los nimeros cienti- ficos a los ntimeros puros, de la armonia a la inteligencia pura, y reeiprocamente, en torno a los invariantes que jalonan los cami- hos del conocimiento. Pero los invariantes que les eran familiares y que estaban to- davia vives y activos en el pensamiento de Leonardo da Vinci, Shakespeare ", Kepler y Descartes, no son ya los nuestros. Incli- de Jos dos precedentes. Asi esta serie es la tinica progresién geométzica que sea una serie “aditiva en dos tiempos”, pues participa a la vez de le natu raleza de la serie geométrica y de la ‘serie aritmética De agui se deduce que longitudes proporcionales a los términos de esta serie tendrin propiedades geométricas y graficas notables (dos long! tudes cuya razén es @ permiten construir con regla y compas por simples adiciones 0 sustracciones la serie geemétrica entera). ‘There's not the smallest orb tzhich thou behold'st But in his motion Like an angel sings Such harmony i im immortal souls. Et Mexcapen ne Venveta, Acto V, Escena 1 f DEL NUMEHO A LA ARMONIA a nado sobre ellos como sobre bellos cuerpos exénimes tendidos en el marmol, trato de resucitarlos para la comprensién de lo que igue. iQué se me perdonen las repeticiones y 1a monotonia de esta operacién! Platén es probablemente el pensador que mas ha meditado sobre la proporeién y la armonfa, Su jeroglitico sobre el Namero © més bien el Ritmo del Alma del Mundo, cuyo esquema mate- mitico y musical no ha sido rigurosamente reconstituido hasta el siglo xmx (por A. Boeckh, cuyos largos estudios a este respecto comenzaton en 1807) muestra la forma en que la “‘tetractys” pita- g6riea pedia intervenir en los problemas de “armonia general”’ Plator. se ocupé también de modo muy especial (siempre en el Timeo) de las proporeiones entre sélidos, y a ello debemos uno de sus teoremas, Encontraremos sus ideas a este respecto en el capi- tulo tv. Las definiciones que he dado antes convienen a las propor ciones propiamente dichas, o “analogias” del tipo “geométrico”, basadas sobre la igualdad de dos 0 mas razones ", y cuyos elemen” tos son entre s{ como los términos de una progresién geométrica 1A, ERA En una proporcién 6 progresién geométriea continua a, b, ¢, ~ His legs bestrid the ocean; his rear'é arm Crested the world: his voice was propertied As all the tuned spheres, and that to friends; ANTONIO ¥ CLEOPATRA, ‘Acto V, Hscena Il 1 La rexén propiamente dicha ©, 9 némero-medida de una magnitud ° fen funcién de otra (togos), s6lo es un caso particular del concepto de rela- cidn (oxo) entre dos magnitudes de Ta misma especie. Hay otras, por eiemplo, la relacién que los griegos Hamaban “euantitativa” (noah ozsios): fiferir (en mas © en menos) de otra magnitud de una cierta cantidad (es Ja relacién que existe entre los términos de tna serie aritmétiea: , a+ k, @+-2k,...a+nk...), Nioémaco sefiala diez tipos de relaciones funcio- nales de este género entre dos magnitudes ineluyendo las de maltiplo y submiltiple (asociadas @ la nocién de razén simple). Peto en las consi deraciones Je estétien geométrica que seran necesarias en el curso de este libro nos ocuparemos sélo de la razin propiamente dicha 0 nimero- medida =, > | 32 EL NUMERO DE on el término intermediario se Hama media geométrica entre los otros os; es decir, que, si —> (por consiguiente b* = ac), b=-VaE boc es la media geométrica entre a y ¢ Por ejemplo: la progresién geométrica 3, 6, 12, de donde 6*=3 x 12=36. En una proporcién Beométrica de cuatro téminos (del tipo discontinuo 0 separado) <= tenemos dos medias, b y ¢ entre los dos términos extremos boa De este tipo de proporcién (geométrica) me he ocupade en la Estética de las Proporciones y me ocuparé aqui ocasionalmente, ¥ de modo muy especial del ‘tipo continue (que puede ser pro: Tongado en un mimero indefinido de términos, y que reproduce en tal caso la pulsacién de una progresién geométrica de razén constante) de Ja que fluye la semejanza (homotecia) de las figu- Tas en geometria, y Ia analogia de los planos 0 de los volimenes fen arquitectura, Pero, Jo mismo que el concepto griego de razon © telacién numérica es més general que el de razén o niimero- medida propiamente dicho, la nocién de proporcién fue a su ver Seneralizada, y la “analogia” propiamente dicha 0 proporeién goo- ‘métriea no es mis que uno de los diez tipos de “‘correlaciones entre relaciones” tan gratos a Nicdmaco y a Teén de Esmirna, Segiin Nicémaco la proporcién es 1a combinacién de dos 0 més relaciones. No implica necesariamente la igualdad de dos razones intciales, pero puede también considerar entre ellos una diferencia u otro tipo de correlacién o de comparacién, Para todos los tipos de combinaciones de razones (0 de rela- clones) —agrega—, es decir, para todo tipo de proporcién, el me. nor niimero de términos que se pueda emplear es tres, ‘Hemos visto anteriormente el ejemplo del tipo => de ta boc Proporeién geométrica continua (la raz6n entre el primer término ¥ el término medio es igual a la razén entre éste y el termine extremo; b= ae. Ejemplo: 2, 4, 8) Los otros dos tipos usuales de proporciones son: La proporcién aritmética cuyo término medio excede al pri- mero en una cantidad igual a la que éste es excedido por el tltimo, de suerte que (este término medio o media aritmética) es igual a lg DEL NUMERO ALA ARMONIA semisumé de los extremos ¢—b = b —a, o bien, b= 2+" (ejem- 2 plo: 2, 4, 6), y la proporcién arménica (en la que el término me- io exeede al primero en una fraceién de éste igual a la fraccién en que aquel es. sobrepasado por el tiltimo término) : b a=) 4 rien b =—2#¢ c ate Estos tres tipos principales de proporeiones, ya establecidos por los pitagéricos de Sicilia, fueron probablemente transmitidos a Platon per Arguitas de Tarento'* durante su primer viaje a la Magna Grecia. Eudoxio y los discipulos inmediatos de Platén ele- varon este niimero a seis agregandoles los tres tipos “sub-contra- ios”, y les neo-pitagéricos Mionidas y Eufranor inventaron otras cuatro hacia el siglo ra, de J.C. (véase Jamblico, V. P.) elevando asi su niimero total a diez (también hemos encontrado que este niimero fue grato a los pitagéricos en el niimero de los tipos de relaciones) Nicémsco y Teén de Hsmirna emplean un método “logistics” muy elegante para establecer, dadas tres magnitudes, estos diez tipes de proporciones por medio del prineipio de “lo Mismo y lo Otro” y del “Principio de Economia" (he aplicado mas atrés estos misiros principios para establecer ldgicamente la seceién aurea Partiendo simplemente de dos magnitudes). En estos diversos tipos de proporciones como en a proporeian continua geométrica, el tér- mino intermedio se llama media o mediana. Ejemplo: 6, 8, 12. x Basa 0-65 ade 36 (ote nate 4, pga 20, La amiad entre Arquitas y 2atén esté atestiguada por la séptima carta de este dima “Arauits fue el primero que tel oftialmente del foeoro potions de ta duplicaciin del cubo (Diogenes Loereo), gue no es ino tm caso parti= ular del problema de intercalar dos medias geométrias entre dos némeros slidos” © volimenes. Platin eheontrd sna solueiin, (mecinica) Gel Pres blema y también es el autor de un teorema sobre Ins Telacones entre veld meres que encontraromos tn otto capitulo % "Ambos ctan como inspirador del método a Eratéstenes (276-194 a de J.C), conservator de la famosa Biblioteca de Alejandeia, y autor de un Platdniexs 0 comentario matematico sobre el Times. Nicémaco thee este tespecto; “El principio que gobierna estas cuestiones (de. propor hes)... puede demostrar que todas las eepecies tompleles fe designe side It aides tan eps pueden acre Se aa emo de una madre y de una rales 1 34 EL NUMERO DE ORO Armonizar 0 llenar el intervalo entre dos términos dados consis- te en encontrar la media que dé nacimiento a la proporeién, Platon aplica indiferentemente estas expresiones a proporciones del dom. nio de la matematica, de la miisica, de la cosmogonia. El “problema arménico” general consiste (Republica) en poner en proporcin los intervalos por medio de términos que se den en razones defi- nidas con los términos iniciales, a fin de obtener la consonancia (owgevia) 0 acorde de los intervalos.®” Intercalar el término me- dio en un silogismo, montar una cadena de silogismos en “sorites” y tender asi un puente entre dos islotes de consonancia, relacionar Por el destello de la metéfora precisa dos imagenes que se barian en las olas del ritmo prosédico, juntar por la euritmia basada en Ja analogia de las formas las superficies y los vollimenes arquitec. ténleos, como lo dice el mismo Platén en el Teéteto y el Timeo, y como lo detalla muy claramente Vitruvio..., todas estas opera- clones son paralelas, “andlogas” a la creacién de la armonia musi. cal que los pitagéricos toman preferentemente como modelo o como ¥ Teén: “Lomaremes ast tres magnitudes y las proporciones que resi den en clas, intercambiaremos los términos, y temostraremos qu ted la matemiética esté constituids por las proporeiones entre cantidades y ave sa grigen y sus elementos se resumen en la esencia de la proporcion trie avadorlas pine). Fe aqut estos diez tipos de proporciones escrito bajo la forma de igual- Gades, con ejemplos numéricas correspondientes, bee a2.3) =£ age e—b b § > OHH 28.2 pay bee O36 S86 6, S-£ ny (8, 5, 6) is (4, 6 7) 3 49) a5, er wm comme método combinatorio fundado sobre cierto grupo de transfor- por ge ae 18 iualdadinicial emplen Nicomaco para Seen ee iti © “TIRES funcionales” Craaones lato tenend See eeeE magni tudes, 22 En ta teorta griega de | r et iega de la armonia musical, el intorvato es el con ‘Risto formado por dos Tonos y in racbn que ioe weet tare intervalo DEL NUMERO A LA ARMONIA 35 ejemplo. ¥ en el capitulo ya mencionado en que el Timeo trata del Ritmo del Alma del Mundo, Platén emplea el doble-tetracto musical de los pitagéricos, Q4+34547 + @+44+648) 36, Suma de Tos cuatro primeros nimeros pares y de los cuatro pri- eros impares, como cuadro para establecer la séptupla gama celeste *t cuyes tonos permitian orquestar la armonia de las Esferas. Ignoramos si Nicémaco y los demis neo-pitagéricos poseian ln clave del jeroglifico de Platén. Su explicacién completa no se en. cuentra en ninguno de los comentarios sobre el Timeo que han le. gado hasta nesotros, y, como he dicho antes, ha sido recientemente descifrado por los comentadores modernos, Pero la influencia en el pensamiento europeo de este pasaje y de los que exponen respec- tivamente la correlacién, entre el Ritmo del Alma del Mundo y el del alma del hombre, y la importancia morfoldgica de los cinco Poliedros regulares, fue inmensa* tanto en la filosofia (teoria del 8, en este ease, poner entre dos tonos otros unidos a les dos primeros por Fazones sencillas tales que del nuevo intervalo comprendide entre Hoe consecutivos resulte el acorde 0 consonancia (sinfonia) de los intervalen {Los tonos estén simbolizades. por los dos términos numéricos, que. cnet: dran el intervalo, los cuales no son proporeionales al mimnero de Ins vibra clones como er Ta teorla arménica moderne, sino a 1a Tongitud de las euerdas vibrantes (inversamente proporcianales al nimero de vibraciones), Jo que en ambos casos da para los intervalos de la gama diatiniea lag 23 razones muy sexcillas 2, 3, ete V2 21 Une primero en uma progresién compleja (1, 2 3, 4, 9, 8, 27) dos rogresiones geométricas (1, 2, 4, 8 y 1, 3, 9, 27), luego llena con dos Fepeticiones todes los intervalos con medias aritméticas y arménicas, obte- niendo finalmente una escala musical de 96 términos y 35 tonos y “leimmas” en luger de los 5 tonos y de los 2 “eimmas” de la gama clasica. Quienes se interesen por los detalles completos de esta “armonizacién” 0 ajuste de proporciones del Ritmo del Alma del Mundo, los eneontraran en Ia erudita introduccién a 1a edicién del Time publicada bajo los auspicios fe la Asociacién Guillaume Budé (Coleceién de las Universidades de Fran- sociedad de ediciin “Les Belles Lettres Los comentarios de Plutarco sobre el Timeo (De Animae Procrea~ Hone in Timaeo), de Calcidio y de Procio han liegado hasta nosotros, pero entre los autores que se han perdido podemos citar a Jenécrates, Eratie, tenes, Crantor, Fudoro, Clearco, Teodoro, Panecio, Adrasto y Pasidonio de Apamea. Teén y Niedmaco declaran que sus tratados son’ especialmente ‘Whtes para estudiar 1a matemiitica necesaria para comprender a Platon 36 EL NUMERO DE ORO Macrocosmo y del Microcosmo) como en étiea y en estética. Pac- oll y Leonardo da Vinci sacan su canon de la divina proporcien, propésito de los fondos pitagéricos del Timeo. La ‘Tetracto propi mente dicha, cuyo descubrimiento por Pitigoras fue conshlerado Ge Janta importancia que Ja invoca en el juramento de los pitagé, Tieos 7 era la sucesién de los cuatro primeros niimeros 1, 2, 3, 4 considerada como sucesién y como conjunto. Era, pues. (Q4243-44=10) en realidad 1a Década en cuanto a origen de la formacién “cuater- naria” (como cuarto ntimero triangular) ** La tetracto 11 tid 1iad tenia asi a Ja ver las cualidades trascendentes de la Década (ve- Temos més adelante que ésta, arquetipo de la decena, era el niimero simbélico del Universo) y las cualidades dinamicas del frecimiento triangular, base a su vez de la generacién de todos Jos niimeros triangulares planos o slides * (pues los cuerpos re ractaN; ¥0 10 juro por aquel que ha transmitido # muestras almas Ia ‘etracto an que se encuentran el origen y Ia raiz de la eterna eataraicsars (0%, wa tov dueréon, yung xoqadévee seveaxeiy nay davdov qinvas pitioud. + Exovouy) fe alice titado per Jémblico, pero que, bajo esta forma doria, data del Gale, Vow a. de J.C. Se trate del juramento para no divulger Ina cesce, de Ia secta. (Véase Delatie, op. cit.) fomtict menéionado la importancia de tos nimeros figurados en ta matematica pitagérica ‘Los mimeros triangulares HAZ T424S 1494844 Theeay eas... MEEDy 2 es decir, 1, 3, 6, 10, 15, 21 REP Luteo correspondientes en el espacio de tres dimensiones Jos niime= os tetraédricas o piramidales W143, 14546 14346410... MO+Din+2), 12.3 5 decir, 1, 4, 10, 20, 35, dangaig,timeros figurades regulares planos o nimeros poligonates Gelangulares, cunsrangulares, pentagonates, etc), puede ded DEL NUMERO A LA anon 37 gulares corresponden a algunos de entre ellos), Por dltimo, parti- cipaba de les cualidades arménicas de la progresin 1, 23,4. En efecto, Ia raxén de 4 a2 ode 2 1 representa la octava (el Buk xaciv), Ja de 3 a 2 la quinta (’d xfvee), la de 4a 3 la cuarta, Se puede ues, decir con Delatte que “La tetracto es el conjunto de los cua- tro niimeros cuyas razones representan los acordes musicales esen ciales...”. El descubrimiento de estas leyes actisticas, que fue con siderado por 1a Antigiiedad como una invencién genial, se atribuyd a Pitégoras no sélo por sus disefpulos, sino también por especia~ listas ajenos a Ia escuela.*# La tetracto Hega asia identificarse con la Armonfa misma en el “Catecismo” de los Pitagéricos del que Jamblico (citando a Aristételes) nos ha conservado, entre otros, el verso siguiente: Tetracto, armonia pura, ta misma de tas Sirenas, (rexgaxeis day forty H aguovia, ev fai Sevofves. ..) En la Remiiblica de Platén oiremos a estas mismas sirenas, por- tavoces planetarios de 1a armonia de las Esferas. Bajo su forma de Niimero Puro o divino, es decir, en cuanto Década, es como la tetracto Nega a ser el simbolo del Universo. Filolao, uno de los pitagéricos que escaparon de la matanza en que Perecieron, en Crotona o en Metaponto casi todos los miembros Gtecto, todos de los niimeros triangulares por un procedimiento anilogo al del tridngulo aritmético de Pascal pairadra a Nimeros naturales oo... 102 8 6 on > ttlangulares 4. 1 38 6 10 15 at aepe » cuadrangulares ...... 1 4 9 16 25 36 na + pentagonales 2.0... 1 5 12 22 35 BL oe » exagonales sss... 1 6 18 28 45 68 n(zn—1) ete. Las diferencias sucesivas 0 “‘gnomones” de los términos de ta quinta fila horizontal, por ejemplo (nimeros pentagonales), forman una serie aritmética 1, 4, 7) 10, 18,..., (@n—2) de infervalo constante 5—2= 3. A Ja inversa, se puede partir de esta serle para construir aritmética 6 Reométricamente los niimeros o figuras de la serie pentagonal por creck miento 0 fluxién “gnoménica” (Ia tey general esta dada por el teorema de Hipsicles, k= -2). Ver limina 1 38 Delatte, op. cit. 38 EL NUMERO DE ono de la “Sociedad” primitiva, habia dicho: “La Armonia es la unifi- cacién de lo diverso y la disposicién concordante de lo discor. ian Nicémaco eseribié, al hablar del Némero “paradigma” preexis- tente en el pensamiento del Dios creador: “Como el todo era una multitud ilimitada... se necesitaba un Orden... Ahora bien, en la Década es donde preexistia un equilibrio natural entre el con- junto y sus elementos... De ahi el por qué mediante su Razin el Dios ordenador (literalmente: el Dios que dispone con artes) Se sitvié de la década como de un canon para el todo, ., y de ahi el por qué las cosas, desde el cielo a la tierra, tienen para los con- Juntos y las partes sus razones de concordancia basadas en ella y ordenadas segtin ella.” Mas adelante encontraremos las mismay expresiones en Ia frase de Vitruvio sobre la euritmia de una Com. posicién arquitecténica, ¥ més adelante: “El niimero diez es, segin la doctrina pita- S6rica, el més perfecto de los niimeros posibles. .. De acuerdo’ con esta idea se observaron diez tipos de relaciones y de categorias, ¥ parecen atin establecidas las divisiones y las formas de las extre, midades de nuestras manos y de nuestros pies, y de muchas cosas que citaremos oportunamente” (I, A., libro II, cap. XXT) ¥ en sus Theologumena, Nieémaco lama a la Década el todo (Tay), “pues sirve de medida para el todo como una escuadra y una cuerda en manos del Ordenador"” Pasando ahora de la Déeada a su mitad, legamos a una de {es Petsonalidades més brillantes de la “Sociedad de las Némeros”, la Péntada 0 caracteristica del Cinco, En aritmologia 0 mistica del Nimero, participa, por una parte, de Ja esencia y la importancia de la Década por su mitad'y su imagen condensada, pero es también el 'AMOY, Numero de Attn ‘ite, diosa de la unién fecundadora, del Amor’ generadon, argue. Slo quedan breves fragmentos del Tea germs y de los demils ‘tratados de Filolao, que fueron, dice Jémblica (V-P.), las praneas vhs (pablicadas hacia el 440 a. de J.C.) que dan al piblico las ideas pitegs, Hleas, También aqui se trataba de la Década (Estobes) Min distico del Iéros Logos eitado por Siriano menciona igualmente la Geeaa como clave del Universo. Espeusipo trataba, entre otis meni: coe. whee EE cee. TUNED Cl OF HE Grctemant in pentagonal ng Cut) 1. egies RRS) ltrened egenilelarenGen es) Lanuwa 1. Niimeros figurados poligonale: 39 ¥ ghomones, ET 40 EL NUMERO DE ORO tipo abstracto de la generacién, Cinco es en efecto la combinacién del primer niimero par, femenino, matriz, eseisiparo (Dos, diada) ¥_ del primer niimero impar (masculino, asimétrico) completo (Tres, triada). La péntada es también el mimero de la armonfa en la salud ¥ Ja belleza realizadas en el cuerpo humano. Su imagen grafica, el pentalfa 0 pentagrama (pentagono estrellado) sera, pues, a la vez, el simbolo del Amor ereador y el de la belleza viva, del equi- Ubrio en la salud (la belleza, la armonia y la salud son en Platén cualidades conexas ¢ intercambiables) del cuerpo humano, que, Proyeccién del alma en el plano material, refleja como ella el gran ritmo del “Alma del Mundo” 0 Vida Universal Este sincronismo entre los ritmos del alma individual “bien armonizada” y del Alma Universal esta claramente especificado en el Timeo: “Luego, en este cuerpo adénde afluye y de dénde fluye un raudal (la Vida) ininterrumpido, ellos (los dioses) introducen los movimientos periddicos®* del Alma inmortal...” A este respecto Platén menciona también un poco mis adelante a misién reguladora y purifieadora de la Misica “La armonia, euyos movimientos son de la misma especie que las revoluciones regulares de muestra alma, en ningiin aso aparece al hombre que mantiene un inteligente comercio con las Muses como buena solamente para procuratle un placer irrazonado, tal como hoy pudiera parecerle. Por el contrario, las Musas nos 1a hhan dado como una aliada de nuestra alma, cuando se esfuerza par volver al orden y a la unidad sus movimientos periédicos, que se han desajustado en nosotros. Del mismo modo el ritmo, que corrige en nosotros 1a tendencia a un defecto de medida y de gracia, visi ble en la mayoria de los hombres, nos ha sido dado por las mismas Musas y para el mismo fi Esta idea de la analogia, de la correspondencia entre Ia estruc- bie itte es Periodicidad percibida. . Todo fendmeno peridico per= ceptible por nuestros sentidos se destaca del conjunta de los fenémenss hres gulares... para actuar s6lo sobre nuestros tentidos. . y poco s pees maces {Eg Tesplracién, nuestras pulsaciones, nuestros pensamichtos y sucnias hoe fers todo danza sobre el ritmo esfumado, pero persistente us tremens S. Coculesco (P, Servien), Bssai sur les rythmes tontquee de DEt NUMERO A LA ARMONTA au tura (el “Nimero") y el ritmo del Cosmos y los del Hombre, entre el Macrocosmo y el Microcosmo, como se llamarin mis tarde, inspiré y fecundé durante mas de dos mil afios la filosofia tanto Profana como religiosa, De un modo muy especial, la Gnosis ale- Jandrina y sus tenaces retofios de la Edad Media y del Renaci- miento tejieron y soBaron con ella multiples sistemas cuyas tramas encontraremos mas adelante, sombrias telas de arafia o tornasola. das tapicerias ideolégicas aim bastante sélidas. El pentagrama legé a ser y siguié siendo el emblema del Micro- cosmo, pero sabemos por un pasaje de Luciano que este simbolo Beométrico de Ia Péntada, es decir, del Amor y de la euritmia viva, ya era la contrasefia secreta de 1a Sociedad pitagoriana.*" En el curso de este estudio seguiremos su carrera jamiis inte- rrumpida hacia avatares a veces dudosos. Desde el proximo capi- tulo veremos que, como emblema matematico de las ‘‘correspan- dencias arménicas”, fue muy bien elegido, pues se distingue entre todos los peligonos estrellados suministrando un ritmo indefinida- mente recurrente y continuo basado en la proporcion continua por excelencia, la que, segiin Platén, “se daa si misma y a los térmi- nos que une la unidad més completa”, que es, ademas, caracte- “rb mevesyocunor, @ owpbdhe. nods tous Godétovs exoivey, tyiela obs uitby domatetd el pentaz:ama, que adoptaban como simbolo los inielados, era para ellos el emblema ce ia’ salud..." (Pro tapsu inter satut.) Este detal'e, muy importante para el estudio de la transmisién de los simbolos geométricos, en general esté confirmado por un exégeta de Aris t6fanes. En el Museo de Basilea hay un diseo de alabastro de la época alejendrina (probablemente un molde para las tortas de las colaciones rituales) que eva en bajorrelieve el pentagrama en cuyas cineo puntas estin precisamente las letras YTEIA, (Véase Perdrizet, Negotium peram- bulans in tenebris.) 8" Timoo. He aqui el pasaje completo en que Pistén introdujo Ia pro- porcién geomitriea: “No es posible que dos términos formen por si solos luna hermosa :omposicién sin un tereero, pues es necesario que entre ellos haya un vineulo que los aproxime. Ahora bien, de todos los vinculos el mas bello es el que se daa s{ mismo y a los términos que une, Ia unided mis completa, ¥ es naturalmente la proporelén (avalovia), la que realiza ‘esto del modo mis bel Lo mismo dice Vitruvio: “...La proporeién que los griegos Maman loyia, es la consonaneia entre las partes y el todo.” 42 EL NUMERO DE ORO ristica de la morfologia de las leyes de crecimiento de los orga- hismos vivos, ‘Tratando de penser de nuevo “a la antigua” niimero, de razén y de proporcién, dle proporciones) y de armonia que de ellas fluyen organicamente, J onames visto incidentalmente (st esto se puede llanen ae ete fan's) gue para nuestros proceptores griegos de “aimnaae oe freabe eereePsisn de Tas razones y de las proporciones ae iden Saba con le operacién elemental de juicio y de selec creadora ciente o eect 2 inteligencia en sa funcicn de sintesis comes: Ein ego cteadora tendia hacia la armonia, 0 era la armonia meen canceamen: To Bello, lo Verdadero y lo Bueno son Uno ay ne concepeién arménica del Conocimiento y de la Vida cmeitural que esta actitud “estética” de la filesofia general Ta arguitectge Lortion zellejada integramente en el Arte mayor de joc eduitectura, armontzacion del espacio. Es mis que prokatie que Jos arquitectos contemporineos de los pensadoree aig estableeie- tracclones cand, CcrresPondencias mateméticas rigurosas para abe macciones como el Alma del Mundo, fueran por lo mere igual- + templos que bablan, o mas bien, cantan, segiin la expresion de Valéry! ® Aun no hemes descifrado sus temas meleditos, peco-ga podemos Honma clcnde $2 encuentra Ta clave, Las hipitesis relent de Gambidge y de Lund que he detallato en mf oke anterior y la dle Moessel, que expondré en esta, tratan, cada ure de las tres, de zantes dal rercbema, al resplandor de diverses pasajes pitagori- antes del Teéteto, del Timeo y del Fitebo de Platsn si fh arma- rae gin, Gominlo de tn inteligencia a primera vista terriblemente STnfintee gemmanis, el arte de Ia. guerra, observanea, ta nee “sinfénica” de la historia, 1a batalla Se Fie Ord uests Soon 22 e sido mis que el director de oer e De una pial Suoaeeageydentemente,.. ;Observen que he less Hien ene illo (ae aesteD €8 para aquecios de quienes dice, "ert, ieh 2 orga nillo.” (Revue Universelle, 15 de abril de 1920) + Goet we dice también en e} Segundo Fatisto: TOT Saillenschaft, auch die Trigtyphe Ringe ch glaube gar, der ganze Tempel srroth DEL NUMERO A LA ARMONIA 43, dura geométtica es un poco mis sutil que las triangulaciones emp: teas de Viollet-le-Duc 0 de Dehio, no es, al menos Para los templos Sriegos un argumento en contra, Los textos y definiciones que componen la sustancia del pre- verosingptle ‘nos facilitarin tal vex los medios de waleat su rat yatta y nos permitirin descubrir inmediatamente 1, inspi- actén de Ja tniea obra antigua que ha legado hare nosotros, en Hue 20 hombre det oficio nos habla brevemente de compo- sicién arquitecténica: rut simetria, dice Vitruvio, eonsiste en el acorde de medida for yn diversas elementos de la obra, como entre estos cress got feParados y el eonjunto.... Como en el everpo hunens fluye de Ja proporeién —ia que los griegos llaman sanalogias— conso- tada por el atts Patte y el todo... Esta simetria esta reglemons ‘ada por el médulo, el mareo de medida comin (para la obra con- SGerada), lo que los griegos aman el xeaorn, (et smtumeros) , Cuando eada parte importante del edificio esta, ademas, convenien- femente proporcionada en razén al acorde entre lo alte y Io ancho, entre lo ancho y lo profundo, y cuando todas estas Partes tienen también su lugar en la simetria total del edifieio obtenemos la Vitruvio insiste mucho en esta “sinfonia” perfecta del juego de 128 Broporeiones en el euerpo humana, y de correspandentee ogee logas, a veces atin numé: ticas, que el arquitecto debe Tatar geet en el plano euritmico de los edificios sagratos Te ane Ndad de su bro UT esta consagrado a este pareiaiinng, ie com- rreacignes ¥ Semejanzas tomadas de Ja misica alternan con Tre vrcme es Putamente geométricos. Cuando remitiéndose a lee on tas de Pasay tatado $e observa que se refiere a Filolao y 1 Argui {2s de Taronto, causa menos extrafieza comprobar que'el arquitecto due et maeciGl Primer Emperador emplea las mismas expresionce ese Piteaérico Nieémaco de Gerasa quien, dos generacionee den patric i inieiar en la armonia de las esteras a la desconoeite Patrica de la eva flaviana, y en una de las glosas, la ultima oy io no serge a insistir en el elogio de la “simetria” del cuerpo horns. porate de un modo natural esta referencia a la Década.Tetract, mils antiguos tenian por perfecto el mimero Diez... beste ge a ménada, ..” Esta “simetria” de Platén (Teéteto) y de Vitruvio (que, repi- 44 EL NUMERO DE ORO tmoslo, no tiene ninguna relactén con lo que designamos actual- mente con este nombre) resulta, pues, del vinculo, de la “conmo. dulatio” que mediante el prototipo de medida comtin (el médulo) tune todos los elementos entze si y con el todo, pudiendo este vineulo ser, por Jo demés, la simple conmensurabilidad lineal (siendo todas las dimensiones lineales importantes miltiplos del prototipo), o estar constituido por relaciones funcionales mas complejas (recor. demos las diez clases de relaciones entre dos magnitudes y de los diez tipos de proporciones enumerados por Nieémaco). La euritmia aparece cuando esta simetria, esta correspondencia métrica, se obtiene por el encadenamiento continuo de las propo: clones, por la analogia recurrente, y cuando, ademas, la analogia Se manifiesta de modo feliz tanto en las formas de las partes maes {ras como en las relaciones entre estas partes y el conjunto arqui- tectdnico, Como el Gran Ordenador del Timeo, el arquitecto ha recortado, desarrollado, opuesto, sus cortejos de formas; ha “armonizado™ Telacionado sus acordes, lenando los intervalos por medio de las “medias” requeridas, y si, en un relimpago de pasién creadora, vibrando su ritmo personal al unisono de un Ritmo més alto, he obtenido la gran consonancia, la Symphonia, que tiende y hace vibrar, arco invisible, su obra de piedra o de marmol... la obra vive, y, como los templos de Grecia y de Sicilia, como las cate. rales géticas, como las sirenas de la visién de Er... canta... CAPITULO I LA DIVINA PROPORCION Feccisn durea, pentigono, dedecaedro.—La seccién urea y Jos cinco euerpos platénicos. —Equiparticiones cristalinas ¥ Pulsaciones vivas.—Proporciones del cuerpo humano. Ah, Beauty! Syren, fair enchanting Good, Stil! Harmony, whose diapason ties, Within a Brow, S. Dantes, 1592, Hemos visto en el capitulo anterior que Ia particién desigual (asimétriea) més sencilla de una magnitud on dos partes, ave ce obtiene aplicando el Principio de Economia (de los concepiea ¢ ae |as operaciones), era 1a que establecia entre la magnitud intel ¢ sus dos pattes, la proporeién lamada media y extrema rason secciin durea. Si estas dos partes son ay b (segmentos linesles wr saecdyeie « o cuando se trata de una magnitud), se tiene i+. B= ET ng... > 2 + Formando ta ecuacién (3) tomando © come ineég- . 6 0.618... es a Tvs oe —vi rita, resutta (©) 2 Ya raiz negative =¥5_ ( 3) 2 ” 2 1+vi Ja inversa de la rate ~ositiva =1618.., y siempre se tendra 46 EL NUMEKO DE ORO B+1 He recordado que esta razn Y° + que, de acuerdo con Sit Th. Cook, represento por & para simplificar la eseritura y Tos eéleu- les, se encuentra en las figuras geométricas derivadas del pentigono regular (especialmente en el pentagrama o pentagono estrellado), ¥ del decagono regular convexo o estrellado (Lamina 1.) Por intermedio explicito de la seccién aurea, cuya consiruceién rigurosa ha sido divulgada desde Euclides, Claudio Ptolomeo resol- ‘Vio en su Almagesto los problemas graficos de encontrar los lados del Pentagono y del decigono regulares inscriptos en un efreulo lado. Como el dodecaetiro y el icosaedro regulares (poliedros que tie- nen, respectivamente, 12 caras pentagonales, 30 aristas, 20 vertices ¥, 20 cares triangulares, 30 aristas, 12 vértices), son las amplia. siones en cl espacio, del pentagono regular* no habré. por qué (@ causa de la ecuacién fundamental +1), si se llama gi esta razon Sn VE4) ae ta sectién durea, > 8 mR dr Esta raxin domina todas Ins proparciones de las figuras asi obte- Ridas¥ trazando, a pertir de un pentigono inital serge, Obt- dscrecientes de pentagramas concénttices, se sbiency gers receneet © ® lineales indefinidas. « Recordemos que el lado del exizono regular inscripto en el elreulo ex Jeuat al radio R (es la razin principal para la precmnsecie de Ns hh exagonal en las equiparticiones Indtropes, cigaling ea se sci ,20 vrlces del docaedro aan lor de cunts pectnnrcy segue JETT Igteles de dos on dos stundos en pianos parailen anes, TORS donor’, emre In longi de ls los de lo grandes 5 wane § 2 Spin? fee gue Tas razones entze las distancing vepeeeas Bente te ma 12 vertices del ioracdrocolncden ton los dees eased cuerpo Me © perpendiculares entre a Bl dodccacdro'y 1 sqitsneHles ‘ses reciprocos como el eclacdro 'y el tbe), uty “asaedte son UA DIVINA PROPORCION a extrafiarse de encontrar la seccién éurea como razén esencial que gobierna tanto las proporeiones lineales, planas o sélidas del inte~ Hor de estos dos euerpos como las proporciones que enlazan entre si el dodecaedro y el icosaedro inscripto en la misma esfera 0 en el mismo cuko. Idéntica observacién se aplica a los dos dodecaedros estrellados, que se obtienen prolongando las caras (0 las aristas) del dode. caedro 0 del icosaedro,* y que constituyen entre ambos la amplia- cin del pentagrama en tres dimensiones Todo trazado, toda proyeccién, que represente estos cuerpos, aislados combinados, requerira la particién inieial de un seg. mento segtin la seccién éurea, ‘Tal era, en especial, el caso para entros de las caras de uno de ellos, se obtiene el otro, ete... (Véase Estétiea de las Proporeiones.) Aqui intervigne un hecho smuy importante desde el punto de vista de las teorias griegas sobre la simetria y las pro- orciones; mientras en el plano el triangulo, el cusdrado y el pentagono son morfolégieamente irreductibles, en el espacio se puede pasar del dede~ caedro del icesaedro al cubo, y del cubo al tetraedro. Por ejemplo: los 12 vértices del ieosaedro (y 6 de sus aristas) se eneuentran en 1a super ficie de un cubo; los 8 vértices de este cubo coinciden a su ver con 8 vértices de un dodecaedro que tiene una arista igual a la del icosaedro, Jos otros 12 vértices del dodecaedro y 6 de sus aristas, encontrindose sobre Ja superficie de otro cubo concéntriea, envelven el conjunto, y de. tal ‘modo, que la longitud de su arista y la de la arista del primer cubo esten fen la razin @. De igual manera, Ins 6 aristas de todo tetracdro pueden eoleearse como diagonales sobre las 6 caras de un cubo, y los 4 véetices Gel tetraedro ceincidirin con 4 de los vertices del cubo (los 4 vértices restantes y las otras 6 diagonales constituyen un segundo tetracdro) Esto nos permitiri apreciar la importancia del pasaje de Campano de Novara, citado més adelante varias veces, sobre el papel de la seccian aurea como vineulo arménico entre los einen euerpos platonicos, + Mientras que en el plano existen infinitos poligonos regulares con- Vexos, y estrelladcs, en el espacio de tres dimensiones solo hay cinco cuer= os regulares convex0s (los 5 poliedros platinicos: tetraedro, eubo, octaedro, Godecsedro, icossedro) y dos poliedros regulares estrellados continuos, que son, precisamente, Ios 40s dodecaodros estrelladas (pues la Stella Octanguta de Kepler, estrella sélida de 8 puntas, formada por dos telraedros distintos, Que se compenetran, con un niicleo eomtin actaédrice, no es més que una Pseudo-estretia, como su correspondiente en el plano: exagrama o tello de Satomén, compussto, a su vez, por dos tringulos equildteros distintos yux. tapuestos en sentide inverse), EI dodecacdre estrellado del primer tipo (lémina v), s¢ obtiene proton Sando las caras (0 las aristas) de un ieosaedro micleo: las 20 putas de la @strella sOlida resultante coinciden con los vértices de un dodecaedro cone \ 1 a 1 <— m i AC'spe ECDC, Jeclinyule pete g fe mee fe da ere 4 1 & tds seule pdectectonle Lamina mt, Seccién aurea - Pentagono - Pentagrama - Rectingulo @. ae Lamana 11, Los cineo poliedros regulares (cuerpos platé- nicos) . 50 EL. NUMERO DE: ORO la inseripeién del dodecaedro en la esfera y por haber divulgado este seereto reservado Hipasos de Metaponto fue excomulgado por Ja cofradia pitagérica.® En la Estética de las Proporciones he demostrado eémo los esta- dos de equilibrio y configuraciones de todo sistema material fisico- quimieo inorgénico (es decir, que no contienen organismos vivos) estén rigurosamente regides por el principio de minima accion 0 de Hamilton que hace evolucionar el sistema desde los estados menos probables hacia los estados mas probables (Boltzmann), y Por qué, cuando los estados finales de equilibrio convergen a con- figuraciones, a esquemas geométricos regulares (como en las for- maciones cristalinas), las simetrias resultantes son siempre de tipo etibico (redes planas cuadradas, conjuntos cibicos en el espacio) vexo envolvente, El dadecaedro estrellado del segundo tipo (lim. v1), se obtiene prolongando las caras (0 las aristas) de un dodeeaedto micleo: las 12 puntas de la estrella resultante coineiden con los vertices de un icosaedro, Esta estrella del segundo tipo inspira el nombre de icasaedro estretlado, ero la denominacién comin de dodecaedro estrellado para los dos cuerpos se justifica por el hecho de que cada uno de ellos esta constituido por la combinacién, el ajuste, de 12 caras planas (de los pentagramas) que se eortan en el espacio. En estas generaciones reeiprocas y continuas por yemacién, a partie del miicleo central, del dodecaedro al icosaadro, de éste al dodecacdyo, y sucesivamente, cuya armadura de pulsacién esta constituida por los hhaces alternados de las artistas de los dos poliedros estrellados, y em que el crecimiento de los radios, superticies, voliimenes, esta reside en progre. ‘sin geométrica por el ritmo de Ja seeeién Surea, tenemas el arquetizo Ideal Gel crecimiento dinamico, cuyos reflejos, proyeeciones ¥. cortes enconira remos a través de toda esta obra. Y a ello se debe que lo ilustre gratica. mente (léminas vy vi). La lamina xv da, por el contrario, el ajuste estdtica ae Jos cinco cuerpas platénicos encajados unos en otros, no ya relacionados or una pulsacién 0 proyeccién polar, sino por las simples correspondens clas morfolégicas sefialadas en la nota anterior, # Jimblico, Vita Pyth. Como hacia la misma época (450 a. de J.C), HipSerates de Chios fue eastigado con Ia misma expulsién solenme, tery bién por In divulgacién de un secteto geomérico en relacién tom Iss oree porciones irracionales, y como se le atribuye la invencion de un saivoto ‘especial para la construceién de un pentagono regular de lado dado (e Ecc, tica de tas Proporciones), basada igualmente en la seccidn aurea, es posible ue sea precisamente Ia divulgaciin de este pentagrama de Hipsermier lo gue haya traldo consigo su excomunién, tanto mas evanta que siende ol Pentagrama ol santo y sefia secreta de los pitagérieos, tado lo’ gue ce sofa ria a Su construceidn debia constituir el secreto materatico por exectomin Linana wv Los cinco cuerpos platénicos inscriptos uno dentro del otro. (D. Wiener.) Lanana v. Dodecaedro estrel Por dos pulsaciones polar lo de 20 vértices (obtenido @ partir de un icosaedro 0) Lanna vi. Dodecaedro estrellado de 12 vértices (obte- nido por dos pulsaciones polares a partir de un feo- saedro micleo) 54 EL NUMEHO DE ORO © (ain con més frecuencia), exagonal (redes planas triangulares ‘0 exagonales), conjuntos cuboctaédrieos en el espacio y, a la inversa, he demostrado cémo en los sistemas que contienen materia organizada —vida—, y que pueden derogar el principio de minima accién,? encontramos a menudo formas fundadas sobre la simetria pentagonal, es decir, sobre el tema asimétrieo de la seccién Aurea (flores, organismos marinas, cuerpo humano). _EI fenémeno causal de Ia asimetria es, en este caso, el creci- miento de los seres vivos, crecimiento que actiia de dentro hacia fuera, como por imbibicidn, turgencia, y no por aglutinacién, como en los cristales, y este crecimiento vivo tiende a producir formas sucesivas homotéticas, es decir, semejantes @ si mismas. Aqui se manifiesta de nuevo la diferencia esencial entre la simetria exagonal que corresponde perfectamente al equilibrio inerte (cuyos cauces ideales son; relleno del plano o del espacio, isotropismo, periodi- cidad estética, yuxtaposicién del mismo motive intercambiable, sin La tendencia a ta nivelaci, sl equilibrio, « 1a equiparticiia de 1a energia, conduce aia simetria, a la equipartcién del plano del espacio. {Las Simetrias cuadradas y exagenales se imponen por el hecio de que los Sinicos poligonos regulares que pueden llenar el plano (sin intersticios) son el cuadrado, el iriingulo eqlilater y el exagono. El tnico poliedro regular sue puede Ilenar el espacio (por su repeticién) es el cabo, Dos poliedros Semitregulares permiten también la equipartcién del espacio: el prise regular exagonal y el semipaliedro (arquimediana) de lord Kelvin (8 caras exagonales, 8 caras cusdranas, 24 vérlices, 36 acistas iguales). Finalmente, lo mismo que el sistema isitropo ideal de puntos en el plano esta dado por los eentros de la agrupacién compacta de eitcunterenciasiguales y tangentes (cada una alas sets que la rodean, equivaliendo la red asi obtenida an que da los vértices de la equiparticicn triangular, los vertices y ios eentrow de Ja equiparticién exagonal del plano), ai también en el espacio la red [deal de puntos isétropos esta dada por Tos eentros de la agrupacié com. acta de esferas iguales y tangentes (cada una a la doce que la Todean siendo los 12 puntos de contacto los vértices de un cuboctacdro inscripto en la estera central), Este sistema isctropo de puntos eeriva tambien ch af eect de i Stra exagonal ela cies sa smpicon en tes imensiones. Recordemos que el euboctacdro (paliedro semirresulat arquis Redan de 12 wren 8 crn Ginga, erat, fas iguales) Gene sus arisias iguales al radio de In esfera elvcunscnta, Ea poliedro y el prisma exagonal regular constituyen la ar 6 ‘a tspicio dal exagono plane. es beatles a 1 Se trata agui del principio de minima accién en fsica matemit 9 principio de Hamilton (llamado también principio de ecslin estactonae i), tendencin al desgaste, al derroche Ge las cnerBlas potencinies tenten LA DIVINA PROFORCION 55 direccién favorecida), y la simetria pentagonal que introduce tanto en el plano (prolongacisn de las lineas del pentgono que engendra pentagramas cuyas dimensiones aumentan en progresién geomé- rica) como en el espacio (generacién, abultamiento de los polie- dros estrellados alternados a partir de un niicleo dodecaédrico) tuna pulsacién en progresiOn geométrica, una periodicidad dinamica yerdaderamente ritmada, que no sélo corresponde a un crecimiento cualquiera, sinc al crecimiento perfectamente homotético, por el hecho de que toda pulsacion en razén geométrica se puede consi- derar como la huella esquematica de tna espiral logaritmica, curva ideal de crecimiento homotético, analégico.* Mas ain: como entre los crecimientos homotéticos, el que resuel- ve el problema de ser a la vez aditivo y geométrico esta regido es a Ia nivelaciin, que predetermina y gobierna rigurosamente 1a evo~ Iucién de todo sistema fisieo-quimico cerrado (es decir, incidentaimente Gesprovisto de vida, pues la vida actia en fisica como una fuerza exterior) Se trata algunas veces en esta obra, de tna ley psicoldgica cuya denomi- necién se presta 4 confusiones: ese] prinelpio hedonistico del minimo es- fuerzo que, en vez de ser una tendencia al desgaste, es un principio de economia de las energias mentales 0 nerviosas. Los estetas alemanes 10 invocan para explicar la preferencla acordada por e! organismo a ciertos colores y a ciertss formas (el rectingulo de Ia seceién aurea, por ejem~ plo), ¥ el por qué de la sensacién agradable, armoniosa, correspondiente, Gon'este principio hedanistieo del minima esfuerzo se emparenta el de economia de los conceptos (entia non sunt multiplicanda....), la Ockham’s Razor de los logicos ingleses), instrumento de regulacién, de tayloricaciin Gel razonamiento, que nos ha permitida establecer @ priori la sevcién aurea (cap. 0) , * Sobre 1a espiral logaritmica, descubierta por Descartes, véase la Bsté- tica de las Propovciones. Repetiré aqui algunos pasajes de la obra de D'Arcy ‘Thompson (Growth and Form, Cambridge University Press) sobre las le- ‘yes matematicas del crecimiento de los organismos Vivos: “Esta notable propiedad de aumentar por crecimiento terminal sin mo- Jdificeaciin de la forma tolal, es caracteristica de la espiral logaritmica y Ge ninguna ola curva matematica... Toda curva plana que parte de un polo fijo y de tal naturaleza que el rea polar de un sector sea siempre Un gnomon respecto del area precedentemente obtenida, es una espiral logaritmica...” (D'Arcy Thompson reintroduce agui el término gnomon en Ta acepetén {que tenia en la teoria pitagérica de los wimeros figurados: es un mimero fovuna figura) que agregado a un numero (o a una figura) no cambia Ia forma de este Los niimeros figurados de una misma sucesién son todos semejantes, y las diferencias sucesivas son gnornones).. “Si una estructura reciente est4 eempuesta de partes sucesivas hamotéticas (semejantes) y Lina vit. @) Teosaedro dibujado por Leo- nardo da Vinci para De Divina Propor- tione, de Fra Luca Paceioli. b) Dode- \AvtNA vu a) yb) Poliedros semirregulares, caedro dibujado por Leonardo da Vinei Te Te eae Wil para De Divina Proportione, de Fra Laica Paccioli a CC (COU Liaana 1, a) Dodecaedro estrellado, lado, por Leo nardo da Vinci. b) Stella octangula, Leonardo da Vine” Po LA DIVINA PROPORCION 59 por la espiral de pulsacién cuadrantal® @ y el rectingulo director de médulo @ (porque la serie 2 es la tinica serie aditiva de dos tiempos que sca a la vez una progresién geométriea, es decir, una sucesién continua de proporeiones), y como esta razén es justa- mente la razén caracteristica de las simetrias y crecimientos pen- tagonales, tenemos una razén adicional para la presencia de formas y simetrias pentagonales en los organismos vivos. Se encuentran en estos tiltimas no solo elementos de segmentos y superficies pro- porcionales a los términos de Ia serie (como en las proporciones del cuerpo humano), sino también, y especialmente en botinica (por ejemplo, en la filotaria, que estudia la disposicién de las ramas, de las hojas, de las semillas) los niimeros de la suee de Fibonacci, 1, 1, 2, 3,5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144...., aproximactén a términos enteros de Ia serie " Es hora de observar que esta sucesién de Fibonacci corresponde al décimo y Ultimo tipo de las proporciones enuimeradas por Nicémaco de Gerasa (v. Cap. 1), aquel euya ecuacién (si @, b, ¢, son tres magnitudes que obedecen @ =. De ella se deduce, en efecto e—b a a esta proporcién) es Be 13) 2° 4 LER ES Sat oO pte me by 2 EL. NUMERO DE ORO (muultiplicando y reduciendo) a= 1) la sucesion de Fibonacci." Hemos visto (Cap. 1) que los cuatro iiltimos tipos de proporeién, y desde luego en forma muy especial el 109, de que acabamos de Scuparnos, fueron inventados © divulgados por los neopitagéricos de la Escuela de Alejandria, He recordado también el lugar capital que los mimeros y trazados geométri cién aurea (péntada, década, pentagrama, dodecaedro) ocupaban en Ia mistica pitagorica. El papel de la seccién aurea en las propor- ciones de las construcciones 0 proyecciones relativas a la inseri clén de los cinco cuerpos platénicos en la esfera no fue olvidado en la Edad Media, como sabemos por una frase de Campano (siglo XI), repetida por Luca Paccioli di Borgo, autor del tratado De Divina Proportione (1509), ilustrado por Leonardo da Vinci La divina proporcién o seccién aurea, la cita Kepler como una de las dos joyas de la geometria,!? siendo la ctra el teorema de Pitégoras sobre el cuadrado de la hipotenusa (que permite, con una simple cuerda o cadeneta, dividida en doce partes iguales, un Angulo recto sobre el terreno) ; luego fue corm dada hasta el momento de ser de nuevo descubierta y puesta de relieve como principio morfolégico directivo por el alemén Zeysing (hacia 1850). En el capitulo siguiente comprobaremos su papel Preponderante en los trazados arquitectinicos egipeios, griegos 6ticos. No sélo es el resultado de Ia presencia en estos esquemas, de decégonos y de pentagonos inscriptos en el circulo de orienta- cién, o atin del empleo consciente de volimenes y de proporcione +b, lo que da (partiendo de 1s relacionados eon Ia sec- ‘ a _ 380" —a satisface Ia ecuacién: — ° 360" a 860 oF solucién matemstica rigurosa del problema de exposicién éptima (m fen los climas templadas) de las hojas a Ja luz vertical (o axial) corresponde a la Gngulo idea? al ingulo «=:—*.. 1 Sino se pone Ia eondicién de que Tos términos a, b,¢,... sean enteros, de nuevo en Ta serie @. Puede decirse que la serie B es el arquetipo alge- braico, continuo, de 1a sucesién F, 0 sucesién (diseontinua, de términos enteros) de Fibonacci, En su Mysterium Casmographieumn de admirabiti proportione orbium caelestinm, publicada en 1596, o=Cl Lanaawa x11 simet cristal exagonales (cristalinas) Al centro, ee ee ot EL NUMERO DE ono que resultan de la inscripcién del icosaedro 0 del dodecaedro en Ia esfera, sino también del hecho de que, durante la gran época de Ja arquitectura griega, el cuerpo humano fue considerado como el ejemplo vivo mas perfecto de simetria y de euritmia, debiendo ser- vir al arquitecto de inspiracién, ademés de modelo para la eompo- sicién de sus trazados, Vitruvio, cuya obra no contiene ninguna innovacién personal, sino la exposicién de la tradicién, vieja ya de cinco siglos, de la arquitectura griega, insiste con mucha frecuencia sobre ella, Cuan- do trate de Jas columnas comparard las proporeiones de Ja eolumna @éorica (méduilo de © entre ta altura y el diémetro medio) a les 1 del cuerpo masculino; las de las columnas jénieas (médulo ®) 1 evocarin el cuerpo gracioso de Ia mujer, las de las eolumnas corin- tias, los cuerpos esbeltos de las virgenes, Este punto de vista sélo es la transposiciSn al dominio de la forma geométrica, del coneepto de las correspondencias entre el Macrocosmo (Universo) y el Microcosmo (el hombre), cuya ver- sin metafisica nos ofrece el Timeo (hasta con un triple juego de correspondencias entre el cuerpo humano, el alma humana, y e1 Alma del Mundo. La correspondencia entre la forma del templo y_ el Universo, se encuentra mencionada ya en Egipto,) pero la idea de realizar este fin tomando como iniermediarie no la forma humana a Ie letra sino el sutilisimo juego de las proporciones, y de las armonias que ali se denuncian, parece especificamente griega Hemos visto que los pitagéricos habjan escogido el pentagrama, simbolo de la armonia viva y de la salud,'* como su santo y sofa Lo encontraremos en los cabalistas, alquimistas, mages de la Edad Media y del Renacimiento, como simbolo del microcosm, es decir, el hombre tanto fisico como astral, para emplear el término mor derno que interpreta bastante bien las ideas de los ocultistas do 38 En una inseripeién sefialada en el museo del Cairo por Ja princesa Bibesco y con la cual eneabezo el eapitulo siguiente, 1X Ya he mencionado antes que el bien conocido pasaje de Luciano 8 este respecto, es corroborado por el molde ptolomelco en alabasteo de museo de Basilea, sefalada y reproducida por Perdriget, LA DIVINA. PROPORCION 65 todas las épocas sobre el aura fluidica, intermedio seyin ellos, entre la esencia espiritual, el Notis, y el cuerpo. La mas conocida de estas representaciones del hombre —microcosmo, piernas y brazos separados en forma de figurar con la cima de la cabeza los cinco puntos del pentagrama, es la de Agripa de Nettesheim en su tra- tado De Occulta Phitosophia (Lam, xv1,, a). Por lo demas, en el siglo xrir Villard de Honnecourt, en el famoso album de croquis que se conserva en la Biblioteca Nacional de Paris, se sirve a veces del pentagrama como trazado director tanto para la cabeza y e] cuerpo humanos, como para las hojas, tal como Jo hard més tarde da Vinci para los esquemas de flores. Las ideas de los antiguos y de sus herederos espiritueles con respecto a estas correlaciones entre el cuerpo humano y el penta- grama encuen:ran una curiosa confirmacién, en el orden no ya estatico sino dindmico, en las experiencias de Rudolf von Laban, director de uno de los mas eélebres institutos alemanes de coreo- grafia ritmica, Von Laban observa que todos los movimientos del ‘cuerpo del bailarin (en las tres dimensiones) dan desplazamientos angulares extremos de 72°, y que las diferentes direcciones en el espacio que co:responden a estos desplazamientos se pueden repre- sentar por los radios de um ieosaediro eircunserito (12° = ——es el a tro del pentégono). ™Ejon Eatan enpler shore en eo cire ote iaeuedso dieetor (véase su obre Die Welt des Tanzers). (Lam. xvut,b.) Remito a mi Estética de las Proporciones y a las laminas XIX y xxir del preseate libro, a quienes interese el establecimiento rigu- roso de un canon de las properciones humanas regido por 1a see- clin éurea y Jos temas emparentados, de acuerdo con las ideas de Zeysing, Sit T. Cook y Hambidge. La conclusién « que Neg6 Ham bidge, de un tema individual propio de cada esqueleto, abtenido analizando no sélo las proporciones Jineales sino las superficies (de las 2 proyeeciones principales) descompuestas en recténgulos arménicos segin el procedimiento de que se servia para sis lisis arménieos de los templos y de los vasos griegos,”* me parece 's Bn of copula siguiente se encontrar una breve recaptulaclin de Jos procedimientos de Hambidge. Lo Interesante de su método es aue no texpone tun eanon riguroso nice, basado directamente en Ia seccién ures, 1 OL ois De 48 Ba ole Lésana xx. Expli ™ EL NUMERO DE Ono digna de recordarse, De diversos pasajes de Vitruvio ™ se despren- de claramente que los pintores y escultores griegos habian estu- diado cuidadosamente las proporeiones del cuerpo humano y que, Jo mismo que los arquitectos, no se habian conformado con un canon aritmético, con un estado numérico, sino que apliearon lo Que Vitruvio lama, por oposicién a la simetria aritmética o estitica obtenida por una simple escala de coeficientes enteros 0 fraccio- narios, la simetria geométrica, es decir, el ajuste de las propor- ciones, por medio de un método grafico, de superficies cuyas di- mensiones lineales pueden presentar razones irracionales conmen- surables en potencia, segiin la expresién de Platén en el Teéieto, Es a Hambidge a quien corresponde el mérito de haber encontrada una clave enteramente satisfactoria para esta conmensurabilidad en potencia (simetria dinimica) de Platén, al identificaria con la simetria geométrica de Vitruvio, La palabra geométrica tiene aqui la misma acepeién que en la expresion proporcién geoméirica 0 media geométrica, Se trata de la analogia o proporeién geométriea continua y de las proporciones irracionales (como la seccién éurea) aplicadas a las superficies y a los voliimenes. Este tratamiento grifico constituia, precisamente, uno de los secretos matemiticos de Jos pitagéricos, divulgado parcialmente por Hipdcrates de Chios sino que proporcions una infinidad de temas emparentadas con esta pro- porcién. Un canon ideal que explica la seecién furea aparece, por el & trario, como el término medio resultante de un gran mimero de obs vaciones. Por ejemplo, la comprobaciin que en nuestra, época. ha. sido Zeysing el primero en enunciar, de que el ombligo divide al cuerpo hurnas no (del adulto) segin la razén@ =1,618... (aproximaciones fibunacianas, 8 awe encundran @,-2= 1.8 y “2 = 1.625) es exacta como resultado exta- Gistico medio. La bisqueda de un canon estético de las proporciones del cuerpo humano esti hoy mis que nunca a la orden del dia: rehslomes, an Malia, los interesantes trabajos del profesor Paola Cipriani de Revige (Geometria del Corpo Umano, Rovigo, 1928). Umbdenstoele profesor ae ia Escuela Politéenica y de la Escuela de Bellas Artes de Paris y R. Mucirect, Ignis (Roma) han anuneiado obras sobre el misins iene W #.. Reliqua quoque membra sios habent commensis proportion Guibus etiam antiqui pietores et statuarit nobiles ust magnas et iajinieny laudes sunt assecuti Similiter yero secrarum aedivm meron ad antuoraan tottus magnitudinis summam ex partibus singulis eonvenientissimum detent hhabere commensuum responsum. Item corporis centrum madsen merken est umbilicus.” El ombligo ya era designado como centro de simetvia LAmiwa xt. Isabel de Este, por Leonardo da Vinei nmin x000, Bajorvelieve helenistce (Roma), Marco composicién en V3; proporciones de los euerpos en 2 (seecion aurea) * LA DIVINA PROPORLION, 0 (con su pentagrama antes citado), y luego por Teéteto, Eudoxio y Platon, Conclusién: es posible que, para las proporciones del cuerpo humano, los escultores y pintores griegos habian establecido: 1° Un eancn aritmético practieo de coeficientes aritméticos en- teros o fraccionarios, euyos elementos encontramos en Vitruvio y que 0s trensmitido hasta nuestros dias por Paccioli, Leonardo da Vinei y los pintores-geémetras del primer Renacimiento.” 2 ‘Un canen geomeétrico ideal, basado en la seccion aurea, como el que se ha reconstituido segim el Doriforo de Policleto.’* 32 Un método grafico que permite modular variantes del canon ideal sirviéndese probablemente de procedimientos idénticos o ana- logos a los de Hambidge para 1a composicion o descomposicin ar- moniea de las superticies y de los volimenes. Me permito dar aqui algunas comprobaciones del canon ideal, EI perfil (Lam. xx1) es el de Isabel de Este dibujado por Leo- nardo en la época eu que su amigo Luca Paccioli, el monje ebrio de delleza, daba en la corte de Ludovico el Moro, duque de Milan iv 8 9 19-5 como razin entre Ia altura total y la distancia ae! 5° 6 8 1 ombtigo al suele, -- como dimensién de Ia cabeza (con respecto a To slturs 8 total), \ para el semblante (desde el mentén @ 1a raiz de los eabellos 10 1 L se encuentra en Vitruvio) ~ para el pie, — para la mano, ete 6 10 16 Wéase en la Estétiea de tar Proporciones, lamina 4, un cuerpo de mujer ideal segun Sir Th. Cook (The Curves of Life, Constable, ed.). Fi Gate canon ‘dedi, 1a altura del ombligo divide exactamente la altura total Seetin la seccién dures, La misma proporeion esta determinada (pero con istmenor abajo) por el nivel de 1a extremidad de los dedos medianos cuan- do los brazos euen verticalmen ene de igual modo 1a razén £5 entre: la altura del semblante (hasta la raiz de los eabellos). [y la distancia vertical, arco subeiliar - parte inferior del men [a distancia parte inferior de 1a naviz.~ parte inferior del ment y la distancia comisura de los Tabior ~ parte inferior del ment “Lag tres falanges del deda medio o del anular dan tres términos con secutivos de ura serie @. Recordemos aqui que una propiedad caracteristica Ge la serie @ (ececiente, por ejemplo), es que cada término es igual a la Suma de Ios dos precedentes (a causa de @ = @ +1). Esta propiedad aditiva “0 EL NUMERO DE ORO (y eufiado de Isabel) sus conferenciss sobre la Divina Proporcién ilustradas por los magnificos diagramas de Leonardo. Viene a la memoria la frase de Valéry: “Adora ese cuerpo del hombre y de la mujer que a todo se equi- Para. .. Y el rostro, ese algo luminoso e iluminado, la mas peculiar de las cosas visibles, la mas magnética, Ia mas dificil de mirar sin leer en ella, lo pose.” * La fotografia de Ja lémina xvnr es de miss Helen Wills. (Mrs, F. Moody). Tiene la rara propiedad de suministrar no solamente un tema emparentado con la seccién aurea, sino un canon ideal, modulade rigurosamente por ésta (Lams. xx y xx). No es dificil encontrar, tanto en los micracosmos vivos de las laminas 2x1 y xxrm como en los rasgos de la campeona olimpica de tenis, las sinfonias platénicas que resultan de la inscripcién en la esfera de los poliedros regulares y de la gemacién alternada, pul- sante, de los poliedros estrellados a partir del dodecaedro, niicleo 0 envolvente, dodecaedro del Timeo, paradigma geométrico de la armonia del Cosmos. Encontraremos estos esquemas en los trazados de templos que se analizan en el capitulo siguiente, ilustrando asf la exactitud de Jas palabras que el autor de Eupatinos pone en boca del arquitecto antiguo: “Donde el transetinte sélo ve una elegante capilla... he cifrado el recuerdo de un dia luminoso de mi vida, ;Oh, dulce meta- morfosis! Este templo delicado, nadie'lo sabe, es la imagen mate- matica de una hija de Corinto... El reproduce fielmente sus pro- porciones particulares.” introduce en todo esquema en ritmo 2, asimétricas, razones enteras simples y atin la particign simétriea en 2 pars tes iguales, Es esta propiedad tiniea la que asi permite, parlicnde de dos elementos en razin @, construir graficamente y al instante une sedi fan extensa como se quiera por manipulaciones elementales del. compin Mario Meunier me comunica que Plutarco menciona el famoso caren ae Policleto como establecido segin las ideas pitagéricas, ' Introduccién al Método de Leonardo da Vinci junto a sus sutiles proporeiones CAPITULO II LOS CANONFS GEOMETRICOS DE LA ARQUITECTURA MEDITERRANEA 1 Cal Sea dram cra Ae da pr ol ‘ “ tonica, Esto templo es coma el cielo en todas sus dsponciones nscripelon dean fragmento del tem= plo de Ramsés IL buseo del Cairo. Iladamente en mi Estética de las Proporciones dos a) El del americano Jay Hambidge, o Simetria dindmica, en fundamentos se encuentra: - ecdmene cuadramiento, y elementos de superficie, de un cierto mimero de rectangulos del tipo que Hambidge lamé dindmico, es aoa ie seit naturaleza que sus médulos (relacién entre jas nae an ae lados mayor y menor, que basta para caracterizar la spent de 2d a ac mo = rectingulo) ne fuesen ya niimeros racionales como — "Bata teorfa ha sido expuesta por Hambidge en Dynamic Symmetry del doctor Caskey, conservador de antigtiedades grienas 82 EL NUMERO DE ORO (a los que est reservada la denominacién de recta n jenomi le rectngulos de sime- tra esttica, © reeténgulosestdticos), sing nimeros incon tables. como: — Vi VB VE VS wo V541 oii’ a iy ae (razén de la seccién aurea, emparentada algebraica y geométrica- sente eon ls temas en VB). Los rectingulos “4. y Wt _ + es decir, el doble-cuadrado y el cuadra anf tant de See eee subdivisién arménica de estos rectingulos de en tlento en superiies rectangulares de ifeentes magntites tl cionadas entre si por un encadenamiento continuo de proporciones, tare REeno® metodo de esias descomposiciones arménicas esti fundado en la ereccién reeurrente en el interior de 1a superficie le encuadramiento y de sus subdivisiones primarias de superticies semejantes (reciprocas) 0 emparentadas, por el simple trazado de is diagonales y perpendiculares bajadas sobre ésias desde los vér- tices de los diferentes rectingulos dados 0 progresivamente obt nidos (Lam. xxv), “ee eee, ssrvarin expecimente Jas subdivisiones arménicas del cu lulo es igual a Ja razén de la seccién aurea Tiene la notable propedad de que ia subdivision armdaica el mental (obtenida bajando desde un vértice la perpendicular a la @iagonal opuesta) determina un cuadrado, ademas de un rectan. . . 1 slo de médulo @ (o mis bien — semejante, pero dispuesto perpendicularmente al primero en el interior de éste). Pudiendo Boston (Geometry of the Greek Vase); y tam editada por Ie Universidad de Yale. Da anda exLecrevad: Dlavo 2 Este cuadrado es el gnomon de! pequefio rectingulo 2, ya que, agre: ‘imiento homotétieo por gnomones sucesives (que ret ni aplicé igualmente a los niimeros figurados sélidos, repos dn CANONES DE LA ARQUITECTURA MEDITERNANEA 883 sepetirse indefinidamente esta subdivision decreciente, Hambidge jlamé rectdngulo de los cuadrados giratorios al rectangulo de la seccién urea. Este diagrama de los cuadrados giratorios tiene une spiral directriz que es la curva de crecimiento armonioso, espiral Jogaritmica de pulsacién cuadrantal ©, envolvente ideal del creci- miento pseudognoménico esquematizado en la sucesién F o de Fibonacci (1, 1, 2,3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144...) que hemos encon- trado anteriormente (Cap. 11) como aproximacion discontinua na- tural del continuo ideal (sucesion 2) ‘Ya he dicho que la primera idea de este método de eomposieién de andlisis de las superficies rectangulares habia sido sugerida 2 Hambidge por diversos pasajes del Teéteto de Platén, y especial- mente por la expresion “dwvauet oygiergot”, niimeros (0 razones) “conmensurables en potencia”. Se aplica perfectamente a estas combinaciones de superficies rectangulares que, aunque derivades de rectingulos de encuadramiento de médulos inconmensurables (pero faciles de zonstruir con la regia y el compas), V2, Ve V5, @, ete, no solamente son conmensurables entre si (las superficies obtenidas por esta descomposicién arméniea), sino que forman Siempre un encedenamiento graduado, una serie 0 progresién de superficies relaconadas (entre si y a la superficie del conjunto) por una misma proporcién, exactamente como lo exige Vitruvio para Jos elemen:os de superficie 0 de volumen relacionados “por Ja simetria basada sobre Ja proporcién que los griegos Haman ana- Togia”. Y por lo dems el Teéteto, nos muestra tan bien como el Tameo que siempre que los antiguos hablaban de proporciones ana- lizables entre superficies, entre “numeros planos”, éstos fueron siempre “nimeros rectangulares” (del tipo « X b, producto de dos iiimeros comporentes), es decir, que eran superficies rectangulares las que comparaban* Este estudio de las proporciones entre niimeros rectangulares (ax b, eX d, donde o, b, ¢, d, eran en su origen niimeros enteros) + ¥ no Jos otros niimeros planos o poligonales propiamente diches, ave forman las sueesiznes de niimeres triangulares, pentagonales, etc. de que sepcupan por otfa parte Nicbmaco y Teém de Bsmirna. De igual modo fos Fe eae selidos ce que bablan Platon y Nicémaco desde el punto de vista Jertae proporciares, son nGimeros de la forma « X b Xe, que Tepresentan Ssealetepipedas iectos reetingulos (y eubos) y sie tos otros ntimeros figurndey poliédricos, piramidales, dodecaédricos, etc. no nO Rectingulo V5 1 % % 1 = Vs 1 LAsana xxv, Rectingulos arménicos (@ y V5), segin Hambidge. Descompesiciones arménteas de evadrade = et) Yaso Hea ee eat Lanuna xxvs, Descomposiciones arménicas de los traza- i dos, segiin el método de Hambidge. 86 EL NUMERO DE Ono fue el que condujo ditectamente al estudio de las proporciones irra- cionales (pero “conmensurables en potencia”) en cuanto se trato de interealar una media geométrica entre dos nimeros planos. El propio Platén traté el problema correspondiente en tres dimensiones (véase en el capitulo siguiente el teorema de Platén sobre las dos medias geométricas que se pueden intercalar entre dos eubos, y también el problema concomitante de la duplicacién del cubo que, 4 su vez, conduce a medias no solamente inconmensurables, sino inconstruibles euelidianamente). Esta cuestion de las proporcio- es inconmensurables constituia hasta la traicién de Hipécrates de Chios, con las cuestiones conexas de la construccién del pentagrama y del dodecaedro, el secreto matemético reservado por los pitags- Heos a los iniciados. En cuanto a su aplicacién préctica en el ajuste proporcional de los planos arquitecténicos, especialmente para los edificios reli- giosos, dicho seereto parece haber formado parte de la ensefianza confidencial que se transmitian las familias de arquitectos y las corporaciones de artesanos de la construccién. La ensefianza pro- fesional, como la religiosa y filoséfica, era en la antigiiedad de base esotéries, y se aplicaba tanto al arquitecto como al escultor y al médico, Veremos (volumen II) que en lo que respecta al arte Feal de Ia arquitectura y la geometria que constituye su esencia, este estado de espiritu, con el ritualismo iniciatico aferente, habia sido transmitido integramente a las corporaciones de constructores de la Edad Media, Si en Vitruvio hay muchas nebulosidades, 0 mejor dicho, reti- ccencias, son, en lo general, premeditadas. Las figuras, desaparecidas, que acompaiiaban su tratado, nos habrian dado probablemente la clave de esas nebulosidades. En su defecto, la interpretacién de Hambidge de la simetria dindmica suministra una hipétesis plenamente satisfactoria para explicar lo que, en el texto latino, se refiere a la famosa trinidad euritmia, simetria, analogia, y, especialmente, a la distincién entre la sime, trfa aritmétiea y la geométrica que ciones de las superticies La prueba de esta importancia de Ia simetrfa,4 como diseiplina maestra de Ia cleneia arquitecténica de Ia antigiedad (correspon permite ajustar las propor- 4 Recordaré una ver mis que para Platén, Vitruvio Jos arquitectos del primer Renacimiento, la palabra simetria significaba ‘conmensurabili= CANONES DE LA ARQUITECTURA MEDITERRANEA 87 diente a Ja armonia y al contrapunto en el curricutum de los estu- dios de un ecmpositor de miisica de hoy), se encuentra en él mismo Vitruvio en que este término se repite como leitmotiv, como resu- men de la esoncia de la arquitectura. Los tratados griegos y latinos (desgraciadamente perdidos) que cita como clisicos de ta arqui- tectura son casi todos titulados Tratados de Simetria.* ¥ el papel de esta simetria, commodulatio, conmensurabilidad de las partes entre si y entre las partes y el conjunto, en lo que concierne a Jos elementos lineales, o (simetria dindmica) en lo que se refiere a las superficies, era perfectamente comprendido por los primeros corientadores de Vitruvio, arquitectos y matematicos, cu- yas obras peseemos gracias a la invencién de la imprenta. Y ésto, asi se tratase de arquitectos que trabajaran en la tradicion gotica (como Cesar Cesariano que en 1521 escogié los planos de la cate- dral de Milén para ilustrar el texto vitruviano), de mateméticos como Luca Paccioli,* o de maestros del primer Renacimiento como Alberti Gad entre totss 10s elementos de un conjunto y entre cada uno de extor tlementos y el conjunta” * Blemplos: Silemis de syrmetri Doricorum editit votumen : Philo de cedium sacrariom symmetrss et de armamentario quod fecere Pirfiteuvo ca, ademés,« Argulio como autor de una obra sobre la sime- tuia en el orfen corinti, y otros mueve autores menos importantes. de tratados de "simetriay’ La mencién de Filéa es digna de destacarse, porque una inscripein cencontrada en Grecia da todas las acolacones "medidas que se refleren ai tron del arsenal del Prep del que Jstamonte sv trata agu,» porave tet sts actaciones Coty loge rst con Go tm taro Urgénieo en 1) que todo so eneadena yeométricamente, "Pur to dems, Chol), en su excelente comentario sobre Virivi,ex- bieeld qe lat telaciones de conmensurebildad (as comodulaciones) de ae faye la imetra, no son neceraiamente aritméteas (erties), sino fie pueden ser geomiea. na son otras que ns geomet rtiones, de ue habia ef texto Tain. Obyern gue en el plano del teatro geo des ert por Vitiuvin (emo en las proporeones del cuerpo meno), atin Ssocitos los Sos tos, modular geomftrico, ¥ pone de relieve 2a fase én que desde ou prefacio Vitruvio declara que ias Cuestiones delieadas que Se refioren a la simelsia ae resuelven por razohes y métodes geomélricos (bitietesque symmetriarum quaestiones geometriis rationibus et metho- ee neta! precisa, (De div.Proportione, cap. v) gue lo’ adquitector deben LAMINA xvi, ‘Trazados arménicos egipcios. a Mi ‘Limaa xxvinz, Descomposicién arménica del reetangulo 2, segiin D. Wiener, 90 EL NUMERO DE ono Sin la invencién de la imprenta, 1a arquitectura permaneceria ain esotériea, pues en ausencia de textos impresos accesibles a todos, la transmisién de los principios y de los procedimientos “por iniciacién” profesional era (y este punto es muy importante para entender el presente libro) no ya e] resultado de un pueril e inexpli- cable amor hacia lo oculto, sino una necesidad. E] procedimiento de Hambidge no sélo tiene la ventaja de intro- ducir en la superticie descompuesta arménicamente sucesiones de superficies decrecientes semejantes o emparentadas con Ja primera, sino también Ja de excluir autométicamente toda superficie de si- metria extrafia, respetando en este hecho una ley de no-mezela de temas que confiere a todo plano asi tratado un caracter sinfanico, organico, Ciertos pasajes de Alberti aportan plena confirmacian al método: “La armonia es un acorde de diversos sonidos placenteros, En cuanto a la armonia arquitecténica, consiste en que los arqui- tectos se sirven de las superficies simples, que son sus elementos, no en confusa mescolanza, sino haciéndolas corresponder las unas 2 las otras por la armonia 0 Ia simetria. Si, por ejemplo, se quiere Jevantar murallas en torno de un 4rea que sea dos veces mas larga que ancha, no convendria emplear las consonaneias triples, sino solamente las dobles...” (De re aedificatoria, 1485). Y el famoso pasaje en que Thiersch descubre con toda exactitud Ja ley de la analogia, de la repeticién de la forma fundamental, que es la clave de la armonia arquitecténica: “Lineamenta sentiamus ubi una atque eadem in iltis spectatur forma” (Ibid.). Remito a mi Estética de las Proporciones para el detalle de los notables resultados obtenidos por Hambidge en sus estudios de templos y de vasos griegos (véase la Lim, xxvr en este mismo ‘emplear todas Tas simetrias “aiin las irracionales que, como la razén entre Je diagonal y el lado del euadrado, no pueden expresarse en niimeros ente- vos y sus partes alicuotas’. Y més adelante (cap, xx) vuelve sobre esta idea: cuando no se pueden emplear las simetrias simples como 2,2, 3, 2 23 4's fle, pero que se deba utilizar las proporciones irracionales, los puntos en fea de estar determinados por niimeros, lo estarin por lineas © superticies, ‘Dues la proporcién tiene un empleo mucho mas vasto en él dominio de las cantidades continuas que en el de los niimeros enteros... y vl gedmetra tanto se ocupa del dominio irracional como del otto", ete CANONES DE LA ANQUITECTURA MEDITERRANEA 91 volumen), y para la aplicacién de su método al andlisis del euerpo humano, Agregaré ademas aqui, como confirmacién suplementaria del caricter griego de sus construceiones que, como él lo habia adivinado intuitivamente, las diagonales desempeftaban, en efecto, tun papel importante en las manipulaciones grafieas de los geome- tras griegos, El método de Eratéstenes para duplicar el cubo por tun corrimiento de diagonales conduce precisamente el problema a tuna euestion de proporciones. Recordaré aqui que entre todos los temas dinimicos, Tos basa- dos en /9 y 6 (¢s decir, en la seecién durea) ofrecen una variedad ¥ tna flexibilidad mucho mayores que los otros dos temas dind- micos simples (x2 y \/3), y que se encuentran mucho més a me- nnudo que estes tltimos (Jos temas cristalinas de la materia no organizada), en los esquemas arquitecténices 0 decorativos egip- cios y griegos. B) El sistema del arqueélogo noruego F. M. Lund, quien, ade- mas de los templos griegos, ha estudiado especialmente los trazados aeor lo general, sobre una red de dobles-cuadrados él eneventra trnzados radiaates que tienen como polo asimétrico (coincidiendo a menudo con e: centro del altar mayor sobre el plano, ¥ con el del rosetén sobre la elevacicn) el centro de un pentagono o de un ntagrama. ; Pere mi Betética de las Proporciones se encontrar también una exposicién mas detallada de esta teoria, y alsumos ejemplos gré- + Véase mis adelante, capitulo 1, Choisy, que escrbi6 sus comentatios sobre Viral enetent aos ater de que Hambidge hubise encontrado fu teoria de le simetra dindmdes, bserva que en un plano de atsfo deta~ Hado por Vitruvio la azn (irrational) de ia élagonal al ado del rectin~ jlo gobierna Is simetra del plano . fe do Bona a, entre fos mierosfguradas a os “mero dia= gonsies” y los "nlmeros laterals” cuyas series suministran aproximacl hes racionales de 2, y Proclo, en st comentario sobre la Republica de Piatin, menciona cl orig pitagirco de etos "nimeros Gagonales” "fil Quarta, por F. Macody Lund, 2 volimencs. Etiion ingesn publicada’ por Batsford (Londres), ediciin francesa por la Casa Albert ed bli bit nda parte Pr obra, Thund acaba de publicer tambldn una segunda parte a su primera obra, titulada Ad Quidratum Tf (AkUcrelskabet det Lindske Forlag, Farsund Noruega) 94 EL NUMERO DE ORO ficos que recuerdan los diagramas abstractos de polaridad penta- gonal del capitulo precedente (por ejemplo, la construccién que Teproduzeo esquemiticamente en la fig. ¢, Lim, xxv del presente volumen y que permite pasar del diémetro transversal de una nave gba al diametro de los pilares), de SOY Hambide, tambien Lund fue onientado por los pasajes Sigue a través de las edades la influencia de las ideas expresa- das en el Timeo sobre la importancia de los cinco poliedros rei. Jares y de su estructura, Aqui se injertan con toda naturalidad los esquemas planos obtenidos por las proyecciones sobre un mismo plano de los poliedros inseriptos en una misma esfera. El papel Superior atribuido por Platén al dodecaedro (simbolo geometrico del Cosmos del elemento de éter, de quinta esencia), Ia impor. tancla del pentagrama, y, desde luego, de la seccién aurea, guian a Lund y le hacen encontrar en un texto “gético” la frase capital con la que Campano de Novara (siglo xi) rinde homenaje a la seecién urea (proportionem habentem medium duogue extrema) por ser Ia proporeién que en una sinfonia irracional (es decir, una simetria dinémica de mimeros irracionales, conmensurables’ slo fen potencia) concuerdan “de la manera mis racional" (en el sen- tido de armoniosamente ldgico") las proporeiones de los cu ii dgico") las proporeiones de los cuerpos Esta frase, que no fue olvidada, yo que Ja encuentro - mente itada por Paccioli més de dosclentos alos despues (oa tratado sobre la Divina Proporcién, aunque impreso en 1509, fue escrito en Milén antes de 1500, en la época on que Leonardo dibujs # EL interls dete frase de Campa rede justanente en I ep antitesis (Rationabilitr... irrational: symphonta) upareate entre re ali cenit en el sentido estrictamente matematico de inconmensurable, y rationabiliter empleado en el sentido general. Campano de Nowe ee Capellén de Urbano Vit y eandnigo de Paris Este paste sc cin eeanaa oe su somentari sobre una traduccién de Euclides, ese ences en iP'Sta prerogative que nuesta vis) propren ha re sietamente de la naturace invariable ae los pincipansuperises (gue ace qu) como dij el pan flow Carmenere Sears rético, es Ia que por una sinfonia irracional enlace arene Geo So acne ror patna) tse fede a a oe formas...” (De Divina Proporticne). . mes CANONES DE LA ARQUITECTURA MEDITERRANEA 5 sus magnificas liminas) muestra cuanto apreciaban los géticos las propiedades euritmicas de la seceién aurea. Lund, que exhumé muchas otras referencias interesantes a este respecto, demuestra cémo la red de dobles cuadrados grandes y pequeiios, que encuentra en casi todos los planos géticos, no da més que la trama elemental, articulada o drapeacia como una tela sobre la armacura del trazado. Pero la cortadura, el ritmo prin- cipal de esta armadura es casi siempre un tema independiente de esta red y cuyos elementos principales, tanto en la planta como en la alzada, son a menudo suministrados por un gran pentégono y la serie decreciente de los pentagramas inscritos en él Desde la aparicién de mi Estética de las Proporciones he tenido conocimiento ce una tercera hipétesis, muy reciente en cuanto a su presentacién, pero fundada sobre una larga serie de observa- ciones y de comparaciones: la del profesor Moessel,”” de Munich. C) Moessel es un arquitecto que, habiendo Iegado a la con- Glusién de que el problema que en arquitectura domina a todos los demés, es el de la proporcién, ha consagrado una parte de su vida a medir 0 cotejar desde el punto de vista de las longitudes, de las superficies y de los volimenes, las dimensiones y propor- ciones de todos los edificios egipcios, griegos y géticos de los que poseemos planas precisos. No partié de ninguna teoria o idea sin- tétiea @ priori, pero de 1a comparacién de centenares de trazados dedujo analog'as y semejanzas, ademas de identidades impresio- nantes. Entre los millares de razones numéricas establecidas reapa~ recian siempre ciertos nimeros, asi como sus potencias, y sucesiones de estas potencias ordenadas en progresiones. ‘Todos los dingramas geométricos, tanto para las plantas como para les alzadas y secciones vertieales, se reduefan a la inseripeién en un cireulo, 0 en varios circulos concéntricos, de uno o varios poligonos regtlares. Se trataba a veces de la divisién del eireulo sobre el plano hori- zontal en 4, 8 6 16 partes iguales, y las diversas combinaciones de cuadrados y de rectingulos sugerides por los puntos y les lineas as{ obtenidos suministraban la armazén del plano, En este caso, se imponia una idea sencilla; la derivacién de este circulo director 1 Die proportion in der Antike und Mittelatter, C. H. Beck, edit, Munich, LAnawa xxx, Esquemas tipos de plos griegos, segiin Moessel, tem- © 10 Lanta x00, Esquemas tipos de Moes- sel. a) Basilica cristiana primitiva ) Iglesia gotica 98 EL NUMERO DE ORO del efreulo de orientacidn del edificio trazado sobre el terreno mis- mo, idea que euadraba con la importancia casi religiosa atribuida ala orientacidn de los templos primero entre los egipelos y luego entre los griegos y los romans. Vitruvio deseribié con toda claridad el procedimiento, Sobre uuna gran circunfereneia, trazada en e) mismo suelo, la sombra de aleance minimo (que corresponde a la maxima altura del sol sobre el horizonte y en su mediodia real) de un méstl colocado al cen- tzo del circulo (gigantesco cuadrante solar) da rigurosamente la direceién norte-sur. El diametro perpendicular dar& sobre el cizcu- Jo, las direcciones Bste y Oeste... Se sabe, que por medio de una cuerda cerrada dividida por nudos en 3-+4-+5= 12 segmentos iguales, los arpedonaptas 0 geémetras-agrimensores de la antigiie- dad trazaban una perpendicular rigurosa sefalando sobre el suelo un tridngulo de Pitégoras por medio de tres estacas. Y la extra- ordinaria importaneia que los antigos atribuian al descubrimiento de Pitigoras en lo que concierne al cuadrado de la hipotenusa, proviene en gran parte de la posibilidad que daba para construir pricticamente el angulo recto. Bs evidente, ademés, que los egipcios conocian ya muchos casos particulares del teorema de Pitagoras, y en particular el 34-5. De Jas practicas de estos geémetras-agrimensores del antiguo Egipto es como nacié, segtin confesion de los griegos, Ia geometria medite- rranea, Se conoce la eélebre frase en que Demécrito de Abdera se jacta.... “de no haber encontrado a nadie que Jo superase en el arle de irazar Kineas en las figuras, y de demostrar sus propiedades, ni atin entre los agrimensores egipcios”." Se trata del mismo Demé- crito (450-860. de J.C.) que habiendo residido largo tiempo en Egipto, como Tales y Pitégoras, donde estudié matematicas y cien- cias naturales, fue el precursor de la teoria atémica: conocid a Fi- lolao y fue probablemente iniciado por él en las especulaciones talaaiento de que el Angulo inseripto en un semicirculo es recto. a L CANOWES DE LA ANQUITECTURA MEDITERRANEA 99 filosético-musicales de los pitagéricos. En todo caso, fue el primer fildsofo (segan nuestras informaciones) que empleé las expresiones de macrocasmo y de microcosm. Por otra parte, Moessel observé que los trazados mis numerosos no eran suministrados por esta segmentacién natural astronémica Gel circulo de orientacién en 4, 8 6 16 partes," sino por una division més sutil en 10 65 partes, es decir, por la inseripeién en este circulo, convertido en citeulo director de un plano-galibo en magnitud natu- tal, de un decdgono o de un pentagono regular. Esto se aplica tanto 4 los trazados egipcios como a los trazados clasicos griegos de la gran época, y nos restituye directamente para los trazados goticos Tos planos radiantes de polaridad pentagonal de Lund. No nos causari, pues, extrafieza comprobar que las razones asi como sus potencias aparezcan continuamente en las tablas numé- Ticas de proportiones calculadas por Moessel independientemente de sus trazados. Son la razin @ =1,618... 0 ntimero de oro, sus til potencias 2° %, etc., las potencias descendentes —, — —..., asi wa BF como 1/3 =2.8—1 =2,296..., ya que sabemos que de esta razin Ge la seccién aurea dimanan las arménicas y correspondencias de todo trazado de base pentagonal o decagonal (Lam. xx1x) “Moessel pudo clasificar asi los trazados de casi todos los monu- mentos estudiados por él en un cierto niimero de tipos especfficos basados sobre ‘0 que lama la kreisteilung o segmentacién polar Gel cireulo director, tanto en Jas alzadas como en las plantas de ada edificio, estando los elementos y conjuntos de los trazados fanto verticales como horizontales relacionados por cadenas de proporeiones en que vuelven en leit-motiv los temas conocidas de 19 Beeeidn aurea, Este es, pues, un punto comin con Jos sistemas de Hambidge y de Lund (que Moessel ignoraba completamente cuan- do en 1926 publicé por primera vez el resumen de sus conelusiones) Sefalemos inrediatamente que mientras el método de Hambidge impone lo que he llamado la ley de no-mezela de los temes, Moesse] encuentra en ciertos cas0s dos circulos directores coneéntricos, el 14 Vemos en Vitruvio que esta divisién del circulo de orientacién segiin la rosa de los vientos era muy empleada en el urbanismo antiguo para tra~ Haves planoe és Tas ciudades, y determinar las direcciones de sus princi- pales arterias. Lamina 20001. ‘Trazados géticos tipos, segiin Moessel (segmentacién deca dica del circulo director) 7 Lina 200nv, Puesta en proporcion transversal de naves goticas, segin ‘Moessel. 102, EL NUMERO DE ORO mayor de los cusles, correspondiente al trazado exterior del edifi- cio considerado, esta dividido en 8 6 16 partes (simetria octogonal, es decir, cuadrada, de médulo 1/2), mientras que el otro, que co- rresponde al miicleo (cella, ete.), esta dividido en 5 6 10 segmentos (simetria pentagonal o durea de médulo @ 0 \/). El trazado ver~ tical (fachada o corte transversal) del edificio, proyectado sobre el mismo diagrama, esté regido en este caso por el circulo director interno (de simetria pentagonal); pero uno de sus elementos 1i- neales es igual a un elemento suministrado por el otro circulo, lo que crea un enlace orgénico, una concatenacién de todos los ele- mentos, @ pesar de la presencia de dos temas distintos, Bastard observar los tipos generales de esquemas que repro- duzeo de la obra de Moessel (Laminas xxx a XXXIV), para ver que su sistema reiine, combina en cierto modo los diagramas radiantes de Lund y los rectingulos dindmicos de Hambidge, sugitiendo al mismo tiempo un punto de partida verosimil: manipulaciones, seg- mentaciones, del eirculo de orientacién tomado desde su origen como gran cireulo director sobre un plano-gilibo en magnitud natural, ejecutado sobre el suelo mismo, Este punto de partida permite imaginar, deste que por la prac- tica de las manipulaciones gréficas de las series dureas surgidas de la divisién del efrculo en 10 0 en 5 partes, los arquitectos se dieron cuenta de la flexibilided de estas modulaciones, una evolu- cién muy répida hacia una sutileza sinfnica de los ritmos con- forme al ideal arménico de la escuela pitagérica tal como lo bos- quejé Platén, Basta comparar el texto de Vitruvio al del Timeo para ver que esta rigurosa estética matemético-musical dominé 1a arquitectura antigua. La teoria general de las proporciones, comprendidas en ellas las arménicas y geométricas asociadas a la’ década y a Ta tetracto, el estudio de las proporciones entre volimenes, el de los einco cuer- pos regulares, de los ritmos astronémicos y biolégicos cuya evoca- cién encontramos en e] Timeo y la Reptiblica (Niimero del Alma del Mundo, Niimero Nupcial, et), unido todo ello a la idea egipeia de la correspondencia deseable entre el Templo y el Universo, a la de la correlacién entre el Universo vivo y el hombre (macro- cosmo-microcosmo), debian converger justamente en Ia técnica de los arquitectos hacia esos trazados de sutiles correspondencias CANONES DE LA ARQUITECTURA MEDITENRANEA 108 fi yue por la ceuritmicas entre longitudes, superficies y volimenes, que por | Gificultad que hemos tenido para descifrarlos bien merecen la Cal: ficacién de esotér:cos. La arquitectura contemporanea de la mate: mitica pitagorica y de la religién de Bleusis, era de cardcter inlet: tico y ritudlico, y esta tradicién de} secreto para tede cuanto, tenia relacin con las cosas sagradas venia, a su vez, de Egipto”* Hes griegos Te agregaron correlaciories no sélo arménicas sino explie famente musicales," y desarrollaron al extremo una concepeién metafisiea del Nimero y de sus emanaciones: Proporcién, Ritmo, Forma: ansmisiba a los géticos de esta concepelén esotérics dem arquitectura se hizo mediante las corporaciones de constructores sarge graiitgetos eppeios cl secreto de sus métodos y, traredas : ‘niimero de los que conoeian los planos de las al stricto mite ge acceso, La berencia del filo de arquitecto em came en erga permitia buslar el espiity de la Tegla respetando pd erlcones em re taba ninguna sutileza numérica, no trataron, aparte de las sime eer oben yea? ane nn ne ee i i 2 & é ‘saperizoad unas ‘ (uowaWed seuumyos se[ ap sojuoruersedsa sofatz3 sojduoy sot ap UO TAXXX VNEYT fone de la nave por el penta ni gama pita Lima xxxv. a) y b) Intervalos de Ja gorica, c) Trazado gético (anchura y diametro de los pilares unidos grama), segin P.M. Lai 106 EL NUMERO DE ORO ¥ Ia filosofia neoplaténica. El espiritu celto-nérdico fecundé y re- hové la teorfa clasica de la proporeién incorporando a ella el en. sueho, la selva gética, sin hacerle perder nada de su rigor ni de su seguridad geométrica, ¥ también fue Platén quien suministré a Moessel el hilo de Ariadna que conduce a su atrayente sintesis, en el Timeo, y en este pasaje del Filebo: “Lo que aqui entiendo por belleza de la forma no es lo que cl vulgo comprende generalmente bajo este nombre como, por slemplo, la de los objetos vivos o de sus reproducciones, sino algo ad usu Cersaris, no resistieron a 1a tentacién. Ahora bien, un sabio griego, Ath, Georgiades (ingeniero de Puentes y Caminos de Paris, ex ingenicre departamental del Atica), estudid, a su vez, las dimensiones 9’ proporciones de Jos templos de In Hélade, pero desde un punto de vista muy especial ‘Sus conclusiones, publicadas en Atenas en 1926 (bajo el titulo: HVA Aewone iy i donnsccamxs) xavjor, es decie: La Armonia en la Composicien Arquic teetoniea) son afirmativas, Se sabe que las medidas efectuadas en los templos griegos revelan, aparte de las desviaciones o deformaciones evidentemente destinadas a pro” uclr Jas Ulnmadas eorreeciones épticas (como el coutorno de las colursies Ja oblicuidad hacia el interior de las columnas exteriores, la ainpulosided hacia lo alto de las cornisas, etc), otras irregularidades, igualmente premes ditadas, pero mas dificiles de explicar, en especial en los didmettos de les columnas y sus separaciones. En esta disposicién de las columnas sobre at estilabato Georgiades encontré, para el Partendn y los Propileos, entre otros, nlimeros tigurosamente proporcionales los elementos de la gata pitagéries, cuando se toma el ancho del estilobato como canon (ends ‘musical euya longitud se hace variar para obtener los diferentes intervelea ¥ acordes) 0 prostambanomenos de 9216 unidades, Para el Partenén, por ejemplo, las longitudes de los elementos prinel pales, por una parte en metros y por la otra en unidades diatonean, non Enmetros En unidades diaténicas Ancho del estilobato e=306 9218-12 x12 x 64 Intervalo entre la eolumna de ingulo y su vecina sevceeassss = 3804 1.08012 X 90 Intervalo normal (entre las’ dems scolumnas) .. B= 4312 1296-12 x 108 Didmetro de las columnas de angulo y= 1916 "516 ya cS Diimetro (normal) de las demés eo Tumnas sess. d= 187 See 12 x47 Georgiades demuestra que estos niimeros a, f, ¥, 8, como consecuencia sag, {2elares comunes y de las proporciones que jos relacioren ah enn "216 (ancho del estitabato), suministran, por combinaciones ervpies aac CANONES DE LA ANQUITECTURA MEDITERRANEA 107 de rectilineo y de circular, y las superficies y cuerpos sélidos com- Puestos con lo rectilineo y lo cireular por medio del compas, de la cuerda y de la escuadra. Pues estas formas no son, como las otras, bellas s6lo bajo ciertas condiciones, sino que son siempre bellas en si mismas.” ‘Subemos por Sinesio que uno de los grados superiores de inicia- cién en los misterios de Eleusis se lamaba la iniciacién en el circulo, La inseripeién pitagériea-6rfica de Petelia nos ha permitido recons. clones sustracciones,relaciones), todos ls intervatos y acordes que corres Ponden a la gana diaténica, ) =e 128 an ta quinta (Por ejemply, 4-0) ~ 64 es y redue- 8 8 clones Geargiades se sirve de la famosa proparcién universal 6, 8, 9, 12 {imbue al propio Pitdgoras por Jamblic y cuyas virtues alabe Nicémace (eontiene, en efzeto, los tres tipos de proporciones clisicas: serie aritmé- tea 6, 9, 12, serie arméniea 6, 8, 12, porque 22 — Be ¥ proporeién geome ttiea discontinue 122). gnevontea eomposiciones arménicas rigurosas 8 de ‘este género para los estilobatos de doce de los principales templos Griegos (entre otros Eleusis) y justifica ol comentario de René Puaux (Temps del 20 ce setiembre de 1926) en el sentido de que "el templo ert fen su conjunto una sinfonia musical en mérmol”. Podria decirse as! que 1 pitagérico, al contemplar la fachada de un templo, era capar de encon- rar en ella no solo “las proporciones de una joven doncella a la que tuviese la dicha de amar" o de su atleta preferido, sino también el leit= motiv a la letra de tal 0 cual himno érfico. Anetemos que el niimero 576 se encuentra en el ajuste proporeional de Ja Gran Pirdmide (es igual a 4X 144, niimero de codos reales de a+ c, suma del eateto menor y la hipotenusa del semitridngulo meridiano (véase mas adelante, pigina 111, nota 22), en el Niimero det Alma del Mundo de Platén (gual, por otra parte, que 1296 y 9216), que también es igual a 8X 72 (siendo 72° Ia quinta parte de 360°/5, éngulo del centro del penta- gono), y anotemes en fin que el ndmero 108,'que aparece en diversos l= Uptos en estos elementos diatinicos del estitobsto del Partenin, es el angula en el vértice del pentigono, 108 EL NUMERO DE ORO tituir aproximadamente los detalles de esta ceremonia en la que desempefiaba un papel capital un cfrculo trazado sobre el suelo. En un misterioso cuarteto medieval, que se transmitian los maes- tros talladores de piedra de la época gotica, encontraremos sefalada nuevamente la importancia del circulo y de su centro: Bin Punkt der in dem Zirkel geht, Der im Quadrat und Dreyangel steht, Kennst du den Punkt, so ist es gut, Kennst du ihm nit, so ist's umbsonst!"* En el volumen II doy una variante de este curioso refrain que adquiere un sentido preciso a la luz de los diagramas de Moessel: tanto en los trazados del arquitecto o del maestro, como en el signo lapidario que el oficial o el maestro, al Hegar a una ciudad forastera debia justifiear (colocar en su cuadricula en el interior de un circulo) se trata siempre de encontrar el circulo director y el polo de simetria que rigen toda la geometria del trazado y su- ministran la clave de su unidad. Vitruvio describe el trazado clésico de los teatros griegos en cuyo circulo director se inscriben tres cuadrados, y el trazado ro- mano en el cual, por el contrario, intervienen cuatro triangulos equilateros. En uno y otro caso el citculo esta dividido en 12 seg- mentos y el texto es bastante preciso para que sea posible trazar Jos planos correspondientes, en los que, lo mismo que en los dia- gramas de Moessel, ningtin punto est librado a la fantasia, siendo todo determinarlo por la simetria geométrica del eoncepto. De igual modo, una interesantisima limina del Vitruvio de César 17 Les Mystéres d’Elewsis, por Vietor Magnien, Payot, 1929, 38 Se trata del primero de los grados superiores 0 iniciacién hotdelera (completa), siguiéndole la epoptia, que permitia al alma encontrar sti uni- dad sustrayéndola a la multiplicidad de los deseos, en concordaneia con la tunidad divina, Paul Le Cour me ha mostrado una fotogratia, tomada en Eleusls por @ mismo, de un cfrculo con 8 radios grabado sobre una losa de mirmol Circulos idénticos, pero redueidos a las dimensiones de_signos lapidarios, han sido fotografiados por P. Le Cour sobre otras piedras de Eleusis. » Un punto hay en et Cireulo, ue en el Cuadrado y el Tridmouto se coloca. sConoces tii ese punto? jTodo saldrd bien! {No lo conoces? Todo seri en vana! LER PRIS reyeroeyamma nnonsry Sess rAcgt ‘an, Plano reproducido por tan ie Vitraio. 821) Lana x0xxvat. Catedral de Mil ‘Cesar Cesariano en su coment 10 EL NUMERO DE ORO Cesariano (Como, 1521), que representa Ia fachada de la Catedral de Milan, se conforma tanto a la teoria de Lund como a la de Moes- sel: el circulo director no sélo aparece trazado sino que también est mencionado explicitamente en el comentario: ‘<.. cut possint per orthographiam ac scenographiam perducere omnes quascumgue lineas non solum ad circini centrum..." (Lim, xexxvitt) 2° Por lo demas, no puedo menos que citar algunas frases en las que Moessel (op. cit.) ha condensado claramente su sistema: “La composicién de los planos (arquitecténicos) desde el co- mienzo de la arquitectura egipcia hasta el fin de la Edad Media no es aritmética, en la gran mayoria de los casos, sino geométrica, Deriva de las segmentaciones angulares regulares del cireulo... De las diferentes particiones del eireulo derivan sistemas de rectin- gulos triangulos, poligonos convexos y estrellados, que representan redes que tienen la forma y el significado de los sistemas de coor- denadas. Estas conformaciones geométricas son los fundamentos de las composiciones artisticas en arquitectura, pintura, escultura en bajorrelieves. Esta geometria que se mueve en el plano (con- torno horizontal y alzada) se puede considerar como la proyec- cin de una geometria en el espacio. Las particiones espeeificas del cireulo y las razones numéricas que las caraeterizan aparecen en las proyecciones planas de los cuerpos regulares inscriptos en la esfera, tetraedro, octaedro, cubo, dotiecaedro e icosaedro. Estos ‘uerpos platénicos desempefian un papel excesivamente importante fen toda la teoria y la practica de la Antigiiedad y de la Edad Media a Ja vez que como punto de partida de las especulaciones cosmo- génicas, “La particién decédica del circulo y sus derivados parecen ser los sistemas més empleados por los antiguos maestros. Mediante 29 EI planteamienta de la proporcién se hace more germanico, por me= dio de triéngulos equiléteros. En los archivos de la catedral de Milan hay un eroquis, fechado en 1391, que presenta exactamente el mismo trazado, pero sin los circulos que dan la elave del mismo, #1 Muchas veces los autores alemanes dan a la seccién aurea el nom- bre de proporcién continua (0 constante, stetige Proportion). Es positle también que lo que Vitruvio Tama analogia no sea la proporeién continua geométrica en general, sino el caso particular y earacteristico de la ececiin urea, generatriz por excelencia de las analogias recurrentes. ‘Tal era, dems, la interpretacin de Paccioli y de los arquitectos del Renacimiento, CANNES DE LA ARQUITECTURA MEDITERRANEA, im seceién aurea (proporcién continua por exeelencia®) que es la Consecucncia de estos sistemes, los elementos de los edificios (u otras obras de arte) estin armonizados en cadenas crecientes 0 decrecientes desde las medidas de las dimensiones extremas de 1a planta o de la elzada hasta las més pequefias subdivisiones de las partes componentes, y ésto del modo mas sencillo.” EI mejor comentario de la tesis de Moessel 1o proporcionan una vex més sus diagramas y las acotaciones y razones numéricas rela- tivas a las dimensiones de los edificios estudiados™ Js cias sn tanto mis intoresantes cuanto qu, por un Tado, Moes- sel proses wee ine eolimnas Yuntapesin, as medidas exactas (por fo general cial milimetro)con'la-moncdn de lot fuentes de donde son fciacanades, y por el ero la era tericas le Tesultarian de un trax ‘Sup nguresanente conforme el diagamactipe abstracto de que parece Sesiear el eer los pequeis separslonay svergencas Son tan impre= Sonanies come Cl gran nimero de Ins riguross coincidencios de amas Selumnos, Con mucho fecucntiaaporacn ar aproxsmaciones bonalanas tor Tun "Cen uridades de longliud empleadae en a Epoct de la cone~ tration) ebservatas ye en ln Prime de Cheope 3 oles monuments tlocioy (Eictce de is Brozorcione). He sas algunos ejemplos de com= probackin numa: Bairro Tumba 81 de Gissh Tumba 106 de Gish Teese Sea wba 1 de Sohne et Meitun " 9,52 X 0,618 = 5,883 4.75 X 0,618 = 2,94 Ls 10,82 4,75 = 0,618? = 1,81 12 oa Gran ‘emplo de Flse tos a18 = 638 Va ie Promo jo'f de Nage Femi F L= 16,30 profundidad = 3,64 12 133 n= 390 130 x 2880 = 1039 aga x naib = 5.60 L cella interior = 9,05 9.53 0,618 = 3.04 Donn 3568 5631618 1 = longitud; 1 = ancho; h = altura, TLas cotas se dan en metros, salvo indicacién en contra 0618 = 2 a 1,618 = 9, raxén de la seccién aurea, 2280 = V5 =20—1 Lénuwa xxxvitt. Catedral de Milén, Alzada y corte trans- versal, por Cesar Cesariano (152i) LAMINA XXxxIX. 8 squema explicativo de la Lamina xxxvit, ug EL. NUMERO DE ORO Lo mismo que Hambidge y Lund, Moessel observa que sus dia. gramas planos, con sus poligonos y fragmentos de poligonos inserip- tos en un efreulo, se pueden considerar como proyecciones 0 cortes de figuras sélidas en el espacio, siendo estas figuras poliedros ins- criptos en 1a esfera, Io cual es especialmente cierto para los dia. gramas de Moessel con su cireulo director, y, sobre todo, para los diagramas complejos de doble cfrculo director y temas mezclados en los cuales 1a proyeccién puede configurar poliedros diferentes, pero relacionados arménicamente por el hecho de su inscripcién en la misma esfera. Moessel analiza también Jos voliimenes constituidos por las en- volturas principales de los monumentos egipcios, griegos 0 géticos, y encuentra a menudo lo que en mi estudio (Bstética de las Pro- Porciones, cap. vim) de los paralelepipedos rectos de base rectan- gular, he Hamado volimenes egipcios, en atencién al més notable En Filae todas Jas dems dimensiones estén relacionadas a las préce dentes, ineluso 195 del tabernécula monolito, dando una serie @ deere ciente hasta 959 X +. Parece que el empleo de las aproximaciones ente- a ras (on codos egipelos 0 miltiplos sencillos del codo) fue a menudo pre- ferido a ta seccién gurea rigurosa. Estes aproximaciones estin copiedas invariablemente de la sucesion de Fibonacci, 1, 1, 2, 3 8, & 19, 21, 34, 55, 89, 144, que en la naturaleza aparece también ‘por doquier come ‘una aproximacién discontinua muy rigurosa e Ia serie @ ideal. He resefiado en la Estética de tas Proporciones (Ja observacién ya habia sido hecba por Jarolinek y Kleppisch) que el semitridngulo meridiano de la Gran Pirie mide (trifmguto recléngulo cuya hipotentsa y el cateto menor estan & primera vista en ta razén rigurosa de la seccién aurea) parece sesultar, i se designa por (r=0,524m) el codo real egipcio, de una construccién uy ingeniora partiendo de a= 144% 4r; de modo que e=80 Xr y = 55 X 4r (55, 69, y 144 son precisamente tres términos consecutives, de la sueesién de Fibonacci, y 144 es también el cuadrado de 12). La altura, h de este triingulo rectingulo y de le pirimide (1466m) es apreximada. mente igual a 70 X4r, a causa de la curiosa coincidencia 88° 10" 995, y 89 = 7.921, ‘La longitud de los lados de base de ta pirdmide seqrin este sistema seria teéricamente: 2X55 X 4X 0,524 = 280,560 metros Ahora bien, las dltimas medidas precisas efectuadas en el mismo lugar en 1925 dan para el término medio de Ios cuatro lados de base (eon nna Separacién de 20 centimetros entre el mayor y el menor) el valor 290,694 tm (lim. seu; otro término medio dado por Borchardt: 290,30), YS CANONES DE LA ARQUITECTURA MEDITERRANEA us de ellos: 1a Camara del Rey, en la Gran Pirimide de Cheops (aris- vs 5 ani tas proporcionales a 1, 2, —. diagonal mayor, a —; 0 aristas nro a 2 porcionales a 2, 4, \/5, y diagonal mayor, a 5, en cuyo caso uno de los recténgulos diagonales se compone de dos tridngulos sagrados 3-45, otro, vertical, es un doble cuadrado como el recténgulo de base). Por ejemplo, en la tumba n? 105 de Gizeh y en el templo de Hathor en Der-el-Medinet las proporciones 1-2-2"; en el Pro- sekos del gran templo de Filae las mismas proporciones, pero con el rectangulo 2* horizontal, y en la catedral de Ulm (nave mayor) las proporciones 14/5-0%, eteétera. Una vez mis las posiciones y proporciones que fluyen de los tres sistemas (Hambidge, Lund, Moessel) de trazados son idénticas, en general, y es también un buen ejercicio pasar de uno a otro en el mismo plano.** Los cortes transversales de Lund (por ejem- “Moessel observa igualmente 1a serie 6, 13, 21, 24, en las dimensiones det templo oeste de Filze expresadas en cados egipcios. Por itimo, una fachada de templo representada en un fresco de 1a sala de lus eolumnas del templo de Chunsu en Karnak es un rectingulo @ rigu- ros0 subdividide arménicamente. En este caso las cotas en milimetras son: Ancho total 329 229 0,618 = 208 ‘Altura total 203 Ancho pilénieo » 121 29x 0618? = 196 Estas colneldencias rigurosas y sus ligeras divergencias se encuentran en las dimensiones de 10s templos griegos y de los edificios roménicos y ‘éticos estudiades por Moessel Por ejemplo, en la iglesia del monasterio de Maria Laach, se tiene: Longitud total . 2168 100g? = 2168 Altura de la torre woo 10x = os Longitud de le nave ...... 99,20 Ancho de la nave 61,82 ‘Las cotas se dan eit pies renanos de 0m 315 (era la unidad de longitud empleada en Ja époea de Ia construccién). La cota de 261,8 para la lon= ilud total, de modo que @!= 9 -1=2,618..., no puede ser més suges- tiva 2 Reproduzeo (Iims. x1, xt4 y xti1) os aniilisis arménicos de diversos ‘monumentos antiguos ejecuiados por D. Wiener, que se pueden trasladar Indiferentemente al sistema de Hambidge o al de Moessel Lamina x1. Pequeiio templo de Minerva Médiea, Roma, Analisis del trazado, (D. Wiener) Lésuxa xu. Panteén de Roma, Analisis del trazado, (D. Wiener.) | Liana x11, San Stefano Rotondo, Roma. Anilisis del trazado. (D. Wiener.) CANCNES DE LA ARQUITECTURA MEDITERRANEA 9 plo, la gemacién estelar de los 7 pentagramas concéntricos que le permiten pasar del dimetro transversal de la nave de 1a catedral fe Colonia al de los pilares), coinciden muchas veces con los dia- gramas de Moessel; los eirculos directores de éste pueden colo- arse en los trazados arménicos rectangulares de Hambidge y viee- versa (ésto, justamente por el hecho de que las construeciones de Hambidge y de Moessel no son mas que dos formas diferentes —proyeceién ortogonal y proyeccién central— de plantear sobre tuna superficie plana la misma cosa en tres dimensiones) “Es imposible no asombrarse tanto por Jos resultados de Moes- sel en tal o cual trazado, como por la notable sintesis a que han fondueido sus investigaciones. Su teoria es tan légica que a pri- (era vista dar ganas de adoptarla en forma exclusiva; pero tal vye7 esta decisién no se justificaria, Por el contrario, luego de haber Jneditado sobre estas tres teorias, a la Juz de los textos materna- ticos griegos que se ocupan de la proporeién, y del texto de Vitru- vio, me parece que cada uno contiene una parte del secreto de las Sinfonias arquitecténicas egipeias, griegas y goticas, y ain diria que entre las tres contienen toda la Verdad y revelan todo el Secreto." El hecho que las composiciones que de ellas derivan parezcan sumamente sutiles (en realidad desde que se conoce Ia trabacén igeométrica y aritmética de la seccién urea bastante sencilla) no ‘es un argumento en su contra, sino todo lo contrario. Los griegos, ‘4 B] tridngulo rectingulo cuyos lados son proporcionales @ 1, 2, By que permite a Noessel construir con la regla y'el comps todas las dimen see ee conjunte y detalles, del templo dérico tipo de 6 columnas (lim. Sexi, no és off que la mitad (oblicua) del recténgulo doble-cuadrado due desempefia fan importante papel en la teoria de Lund. Debles-cuadradlos Ge Lund y eirculos directores de Moessel se encuentran en Jas planchas Gel Vitruvio de Como. He aqui como Moessel relaciona al triangulo 1, 2, V5, las especifica~ clones del templo dérico tipo: Si cl cateto menor a es igual al ancho inte- ior de Ya cella, la hipotentisa 20 4 5 es igual al anche del estilobato, el otro Jago 2a es igual a 1a separacién de eje a cje de las columnas extremas Fe modo que ia altura total h sera igual a.a.@, Ia altura sobre el suelo de los se iiteles. Ceolumnas completas y pedestal) a a, el didmetro inferior de tas columnas a ete 10 ‘2 By probasle que la proporcién geométrica continua, 1a analogia de Lava xttt, @) Esquema explicativo del trazado de San Stefano Rotondo. b) Esquema explicativo del trazado’ del Panteén de Roma = OAM sot lt arcmin Sc aEeeStee, p aout) 7 Mz * M m= 0M; Among Lawa xiv. La gran Pirémide. Seceién meridiana. 122 EL NUMERO DE ono tanto en matemética como en estética y en metafisica (y en In composicién de las proporciones de un templo entraban en juego estas {res disciplinas), no temian ni la sutileza, ni la dificultad. Diriase que reverenciaban parad6jicamente la claridad y el mis- terio, o que, por lo menos, eoncebian que la claridad, la unidad final hhacia 1a cual tendia naturalmente su pensamiento filoséfico y reli- gioso, no tenia méritos sino cuando era aleanzada por un atduo camino a través de un laberinto de simbolos y de analogias hasta el centro donde, en su verdadera perspectiva, a Verdad, la Belleza ¥ la Armonia, se iluminaban en la revelacién de la Unidad. ‘¥ mediante la geometria esotérica pitagérica y la tradicién siem- pre paralela de los arquitectos y de los artesanos de la piedra, Is misica de los grandes acordes ‘Templo-Vida, Macrocosmo-Micro- cosmo, se transmitié una y milltiple, desde el Egipto a las cate- arales géticas. SIR Yun A REN a i Hay sen perm eng ei ac a pe wet Tek oul elie eae cts eee a 3a fd oe stead sinetriaertinds en ete va roles sland oo In tad de templngrsea'y gue eens chin de las correspondencias musicales conde a veces ai empl ontee a es prpoein sso pharrell is sale peclamels Sees larsnaersaase donee lo afirma Georgiades. pee “ eee CAPITULO IV LA ORQUESTACION DE LOS VOLUMENES Y LA ARMONIA ARQUITECTONICA “La cieneia del espacio y la composicién arquitecténica.— Aphi- ccacién a los volimenes del concepto de proporeién. —Teorema de Platon.—Numeros sélidos y duplicacién del eubo. —Las correcciones Opticas. —Perspectivismo dptico-fisiolégico de Borissavlievitch.—Ley de la analogia o de la recurrencia de Ia forma fundamental.—El niimero, el ritmo y el rito. Cette Jumineuse rupture Fait réver une ame que Jeus De sa secréte architecture. Les Grenades, pr Vauiny. El presente capitulo es una glosa que comprueba desde el punto de vista de su aplicacién concreta, las teorias y procedimientos _raticos expuestos en los capitulos anteriores. Si puede ofrecer algin interés a los arquitectos, aconsejo, en cambio, a los demas lectores que no se detengan en él. ‘Los trazados y los ciinones arménicos mencionades o examinados anteriormente son de dos dimensiones, es decir, planos, cada uno de los cuales representa una construccién o un conjunto de cons- truceiones geométricas imaginadas y situadas en una misma super- ficie plana. Ahora bien, en arguitectura se trata indiscutiblemente de componer voltimenes, o sea de concebir, de pensar en tres dimen- siones. Fs evidente que el creador de volimenes no debe olvidar el manejo de las proporciones Iineales deducidas de la serie @ u otras esquernas emparentados, o incluso el de Jas superficies Gnica- 124 ‘EL NUMERO DE ORO mente descompuestas 0 relacionadas por la simetria dindmica de Hambidge. En mi Estética de las Proporciones he insistido de ma. nera especial sobre la importancia de la Ciencia del Espacio, en Particular sobre 1a del estudio de Ios cinco cuerpos regulares (pla. ténicos) y de su inseripeién en la esfera, y del andlisis de lo que he Mamado los P.R.R. (paralelep{pedos rectos rectingulos), ele. mentos ortogonales de volumen cuyas proporciones pueden com. pararse.t Los mis interesantes son los volimenes egipcios emparentados con Ja seceidn aurea. Insistiré todavia en el volumen de la Cémara del Rey en la Gran Pirdmide. Tiene por base un doble euadrado y Por altura la mitad de la diagonal de este doble cuadrado, lo que quiere decir que stis dimensiones son proporcionales a 2, Vy 2 16 4, V5 y 2 Si se toman como unidad 5 codos reales egipcios (§ 052m) sus dimensiones son precisamente 4, Vy 2 (slendo tt debe euadrado de la base); 1a diagonal mayor del stido es ‘gual a 5, y los dos rectingulos diagonales principales tienen como caracteristicas: 25, V5 y 4, 3. El primero (vertical) . VB y 4, tical) es, pues, un doble euadrado; el segundo se compone-de dos triangulos eogredon 0 tridmgulos de Pitagores, , 4, 5, adosados, Es necesario, por cierto, pensar, erear los voliimenes arquitecté- 1 ta forma de un rectingule, elemento ortogonal de superficie, et completamente carscteriada por dos numero, ab, bropornennee aie longitudes de sus lados, © si se quiere, por 1a razin entre estos dos ° ‘nimeros; y asi pudo decir Hambiage: que el rectingulo +, et rectingulo V2, ¥ como yo digo: el reetingulo @, etc. Se trata de rectingulos tales ue sus lados mayores y menores estén respectivamente en la razin 4, a AF ait...,ete,, 1 Del mismo modo se puede caracterizar Ja form; reeto rectngulo, ele a de un paralelepipedo mento ortogonal de valumen, por tres nomersy mee ONQUESTACION ¥ ARMONIA ARQUITECTONICA 195 nicos “desde adentro hacia afuera”: los antiguos lo hacian, desde que Hipasos el pitagérico divulgé el secreto, La importancia que Platén da a la meditacién sobre la Geome- tria del Espacio aparece informada por el curios pasaje de La Repiiblica, en que declara que el Estado cuyos jefes supieran impo- ner en las escueles el estudio profundo de la Geometria de los sélidos adquiriria una sefalada preeminencia sobre todos los demas. El propio Platén medité (como tal vez nadie lo ha hecho después), en la aplicacién del concepto de proporcién a los cuerpos sélidos. En prueba de ello tenemos, ademas de los pasajes sobre este asunto proporcionales a sus dimensiones, y también, con todo rigor, por dos nime- ros que representan las razones © y © a razén © también resulta de L=2) . tos griegos (Platén especialmente) que se ella ya que ‘ocuparon mucho de los mimeros sdlidos de la forma aX b Xe pudiendo justamente represeatar los voliimenes de paralelepipedos rectos rectingulos e especificaciones (dimensiones) proporcionales a a, b ¥ ¢, y a quienes parecia interesante una sucesién de tres dimensiones o niimeros, sobre todo ab be estudiaron de modo muy espectal los voliimenes ortogonales caracierizadés por niimeros en proporeién geométrica, aritmética o arménica. Platén y Sus sucesores daban nombres especiales a las diferentes formas de voli menes 0 mimeras sélides ortogonales. Asi, ademas de los cubos a Xa X a, babia los altares a Xb Xe (las tres dimensiones son diferentes), los ladri- Uos 0 plintos aX CX b (con a) ‘Ya los egipelos parecen haber tenido una marcada preferencia por los volimenes ortogonales de proporciones 1,1, ,—1, 8, @ —1, 8, %,— (el volumen de oro de S, Colman) — 1, 2,23, gobernados por la seceién dures, ‘asi como para las aproximaciones fibonacianas 6, 6 10—6, 10, 10—10, 16, 26, ete. Estos volimenes on que figuran separados 0 combinades 10s. si formaba una proporeién continua (geométriea, por ejemplo, : prin oases ent in (==) que se aplica tanto a os tres términos consecutivos de la sucesién de Fibo~ ‘race, 1, 1,2, 3, 8, 8.18, 21, como a los tres términos consecutivos £5", O*-1, gn -4, de'la serie B, fueron transmitides por Grecia hasta la Edad Media (vase eap. m1) ; . ® Proclo (comentario sobre Euclides) atribuye al mismo Pitégoras la construccién de las figuras césmicas (los cinco poliedros regulares). El primer escolio del libro xu de Buelides atribuye a los pitagéricos prop! mente dichos sélo 1a eonstruccién rigurosa del eubo, del tetraedro y del dodecaedro (esta ‘ltima divuigada por Hipasos de Metaponto que fue 126 EL NUMERO DE ono del Teéteto? del Critias, ete,, el importante teorema sobre las pro- porciones entre sdlidos que enuncia brevemente en dos lineas del Timeo,* y la soluciin que encontré para el famoso problema de la duplicacién del cubo, en el cual habia trabajado su: amigo y mentor Arquitas de Tarento, y que se remite él también a una cuesticn de proporciones entre sélidos, emparentades precisamente con el “teorema de Platén”, ‘He aqui en qué consiste el problema de la duplicacién del cubo: Habiendo ordenado un oriculo a los sacerdotes de Delos que reemplazaran su altar clibico por otro semejante, pero de volumen doble, se dizigieron, uno a uno, a los més grandes matematicos de Ja Antigliedad en demanda de solucién; se trataba de construir (0 calcular) 1a longitud x de la arista de un cubo de tal modo que su volumen fuese igual al doble del volumen de un cubo dado, de arista a. El problema, a pesar de su aparente sencillez, es insoluble euclidianamente, es decir, por medio de una construceién rigurosa excomuigado por esta eausa, provocando asi un cisma en la secta) y a ‘Teéteto, amigo de Platén (caido en um combate cerca de Corinia en el 369'a, de J.C.), la construceién del octaedro y del icosaedro, y el estu- étieo y comparado de los cinco cuerpes platénices, que Platén 9 table, parm 14 sion Ci tiiea), benoe encanta eyes anioest a propbaio de a altura del gran templo de Posldin, caps) de ta Atlantida, cuya base era vn doble euadrado, y la altura “proporcionada en medida” Constr, expresion que mie tare encontramen en Vital) i Alnipes by id shoe cen aotdan ieee kati ae radce de tre dimensiones de in forma aX e gue aver Indferete- fonnte 2 Palén phen probenas de artla'¢ a geametis el copeca Benin ain del tore deen el Tine ‘ijenraa cue na cin mea bapa part aslacar {ca una propordién) doe ntmeros plane (de in forma e bh, san necesaian dos eaioe nen enlazar dos ntimeros sdlidos.” ies pare Lom coment dy Mate CaucameSSits 6: tan 1 sa al propio Platén) demuestran: uel fee i pain rceron stlcorexemimioe soy kt eubta 2h 0 sine a y b dos niimeros primos entre si, nie hj Wy Ses 2 Que las dos medias biscadas deben ser igualmente votimenes 0 numeros sdlidos enteros © fraccionarios. 2 aii refiere a las proporeiones entre Las dos medias buseadas son entonees a% y ab?, pues: abe oe archer Hind). ORQUESTACION Y ARMONIA ARQUITECTONICA 139 con regla y compas, pues la ecuacién de tercer grado x = 2a", no tiene raiz construible (pudiendo reducirse a un radical o a una combinacién de radicales de segundo grado). Los mas esclarecidos cerebros matemiticos de la Antigiiedad se aplicaron a ello. El pita- gorico Hipécrates de Chios (excomulgado, como sabemos, lo mismo que Hipasos hacia el ano 450. de J.C., por haber revelado un seereto concerniente a los ntmeros irracionales, los que segin la expresién de Platén, readoptada por Hambidge, son conmensura- bles en potencia), remitiendo a la manera pitagériea el problema a una cuestién de proporciones, demostré que se trataba de inter calar dos medias continuas y y z entre dos longitudes, la segunda de Jas cuales es doble de la primera (carta de Eratéstenes conser vada en un comentario sobre Arquimedes por Eutocio, siglo vid. de a 2 J.C, en Tenguaje algebraico — =~ yz ecuacién de tercer grado antes citada, Platén, Meneemo, Nicomedes y Eratéstenes encontraron solu- ciones mecénicrs del problema, siendo Ia mas elegante precisa- mente la de Pletén, Es probable que las investigaciones sobre este problema déliev fuesen las que inspiraron a Platén su famoso teorema (nota anterior) * 0 yi=20° que es la 6 1 jeroglifica del Mimero nupelal en Ie Repiibtica que asigna a un ciclo lunar las eoyundas propicias a Ix generacién, se resuelve también por luna construceldn de proporciones entre sélides. Converge a la interesante elacién entre cuatro cubos 63 = 39 48 4 9%, Observemos que 6! = 216 = toc 72, En la leyenda de PHagoras 216 es ol nimero de afio que trans~ curre entre dos encarnaciones sucesivas del Maestro, y 72 es uno de los fnimeros que con mas frecuencia reaparccen en astrologia y en cosmo~ fonia mitologica: es la 360-ava parte de 25920, duracién del Gran Afo Erecesional (Metacosmesis de los Pitag6ricos); 72 afios corresponden, pues, fun desplazamiento de un grado del punto vernal sobre Ia ecliptica, En el talondario egipcio, Hermes-Thot despoja a la luna de un 72-avo de cada tune de les dias y de la suma de estos 360 setenta y dos-avos deduce 760 2 « praban e] nacimiento de los dioses, En mitologia pura tenemos los 12 cém- lives de Tifén (eontra Osiris), los 72 genios que correspanden a 72 por- Eionel de la esfera (Paccioli atribuye gran importancia a un potiedro de ‘Fo cares que sievio en Ia antigedad de modelo para ciertas bévedas esfé- Tress, entre otras 1a del Pantedn), las 72 flechas que traspasaron al profeta , los cinso dias epagémenos durante los cuales Jos epipetos cel 128 EL NUMERO DE OKO Luca Paccioli, que comprendié perfectamente las ideas de Pla- t6n a este respecto, recomienda a los arquitectos como modelos y objetos de meditaciones arménicas provechosas, no solamente los cinco poliedros regulares (“pues.... sirven de inspiracién y de obje- to de meditacién a los sabios y a los fildsofos a causa de la divina proporcién que los une” (De Divina Proportione, libro 11, eapitulo xv1tt), sino también los euerpos semirregulares arquimedianos,' ete.; preconiza para su plena comprensién el estudio de pequefios mo- delos sélidos y recuerda que él mismo tallé y entinté tres series, de sesenta cuérpos cada una, guardando una en su casa, otra en lade Galeazzo Sanseverino, y la tercera en el palacio del gonfalonero P, Soderino, en Florencia. Hecho esto, es decir, una vez establecido el proyecto de un edi- ficio o de un conjunto arguitecténico, sobre 1a base de una compo- sicién platénica, abstracta, de una creacién de adentro hacia afuera® limitada, regulada y dominada a veces por las condiciones mate- riales de realizacion, y casi diria de encarnacidn de la obra: utili- dad, duracién, precio de {Abrica, y una vez admitido el conjunto de esta composicién en tres dimensiones, tras una primera compro- Hossein. Citemos también los 72 articulos de las Constituciones de los ‘Templarios. Como ingulo, 12° representa Ta quinta parte de la circunferencia (S 2) 1 es decir, el Angulo del centro que subtiende el lado del 5 pentdgono Fegular. Bs, pues, uno de los Angulos centrales importantes del odecnedo y del icosaedro, En ss tratados de danza ritmiea (véase cap. 0), R.von Laban Jo sefiala como angulo maximo de torsiin y de flexion del cuerpo Son poliedros inscriptibles en una esfera, que tlenen todas sus arstas figuales, todos cup Anguloa o6lidos euperponibles, y como cares po regulates de dos 0 tres especies diferentes. Su nimero es 13, Patcioll ita fl empleo del ieosaedro como modelo abstracto del templo de Ceres, en Gereio, cerea de Rom. El poqueto temple circular de Minerva Méaica (liamado también tem- plo de Vesta) en Roma, cuyo plano day en la lina xt del capitulo ante Flor, se pudo componer de esta manera fomande como armadura idea! un feosaedro o un dodecaedro, ® La ereacién puede set el resultado de un impulto, de una ides espon- tinea, o de wna seleeeién consclente. Estas doy fuentes; la. pasin 18 mmesitacién, se encuentran mezcladas de hecho en proporciones variables, tn tode obra de arte; cl timo y Ia pasin pueden enlazatse y separarce en ella alternativamente . RSS ORQUESTACION ¥ ARMONIA ARQUITECTONICA 29 bacién mediante maquetas sumarias son, sin embargo, los esquemas planos," que revelan en todo o en parte el encadenamiento de las proporciones entre las longitudes y las superficies, los que bastardn (serdn a la ver necesarios y suficientes) para el estudio completo del conjunto y de los detalles, en particular para construir grafiea y numéricamente este juego de proporciones. Quiero decir que los aspectos principales y las proyecciones que bastan al arquitecta para ver anticipadamente su construccién, pueden establecerse, a causa de los planos y ejes de simetria que poseen tanto los monu- mentos como los seres vivos, en superficies, en esquemas de dos dimensiones; y de aqui, que Ia descomposicién en rectangulos arménicos, sexi Ins ideas de Hambidge, puede bastar para el estu- dio de las proporciones y comodulaciones de cada esquema o parte de esquema, Perque los médulos de Hambidge, ©, \/5, ete, no son subdivisiones Ineales, sino razones que caracterizan las propor- ciones de las superficies. Se sirve de ellos para analizar, compara, Jas modulaciones de superficies, y sus descomposiciones arménicas por medio de méduilos irracionales conmensurables en potencia su- ministran sistemas de superficies unidas por relaciones racionales en las que figuras semejantes, pero de distinta magnitud, se agru- pan ritmicamente reflejando a diversas escalas la forma funda- mental. Asi entiende Vitruvio la conmodulatio 0 juego de propor- ciones en la simetria, Euclides, cuya teoria de las proporciones fue copiada en bloque de Eudoxio de Cnide (408-353 a, de J.C.), here- dero directo del sistema de Teéteto y de Platén, no lo entendia de otro modo cuando distinguia entre las proporciones racionales que se expresan por niimeros y las otras que se representan por lineas, superficies 0 sélides. Esta concepsién pitagérico-platénica que Hambidge descubrira y bautizard de nuevo con el nombre de simetria dindmica se ve laramente en Paccioli y Alberti," hasta el punto de que no parece tun redescubrimiento sino transmisién continua, ® La misma palabra plano, empleada para el coneepto de la compo: cin general directiva recuerda que los esquemas de dos dimensiones bas~ tan practicament> para ejecutar un proyecto arquitecténico. 1 El pasaje de Paccioli es muy importante, tanto mas cuanto que Ham~ bidge no parece haberlo conocido: 1 “Cuando no se trate de emplear Ins simetrias simples (4,4, 3,2. 2 3 330 EL NUMERO DE ORO . +1 Incluso la razén de la secef6n durea, 6 =, aunque obte. nida por un razonamiento lineal a priori es, en realidad, la pulsa- cidn de un crecimiento éptimo (homotético por agregaciones suce- sivas) de dos tiempos, en dos dimensiones. DEFORMACIONES OPTICAS Supongemos que en una creacién arquitecténica o pléstica, lo que concierne a la composicién de los voliimenes haya sido regla- mentado in abstracto, con planos y maquetas, y lo relativo al célculo ¥ comprobacién de las proporciones resultantes, tratado por gréfi- 0s planos del tipo Hambidge o Moessel. Se Mega en este caso, al pasar a la ejecucién, al.problema que apenas si he rozado en mi Estética de las Proporciones, bajo la denominacién global de correc- ciones épticas, cuyos dos aspects principales voy a esbozar: _L—Para determinadas posiciones de un observador, la ejecu- cién del proyecto podria producir una deformacién accidental, un tronchamiento, de la comodulacién buscada, proviniendo esta muti- sie), 9 se eaiga en el dominio de las proporciones irracionsles —por efem- pi in determina por In dingsntl ye indo del eundrado™ or wxvsda Gel nivel y del compas para stuar los puts importastes en vuestro albu jo. En efecto, aunque una proporeién no se pueda expresar en nlmeros, no impide fjarla por medio de Lineas y de supersicies, pues Ia proporcion puede extenderse mucho mis lejos en las magnitudes continuas. que en Jee discontinuas (.--che le propartione sia mallo piu ampia fn la quan tit continue che in la disereta...)..," (De Divina Proportione, libro 22, cap, xx). [En esto se condensa toda 1a doctrina de Hambidge sobre los rectngules de médulos dinémicos (V2, V5, 2, ete.) 0 estiticos ($ Stet ra 11 Yéase Ia Estétien de las Proporeiones, caps. v'y vi, en los que he {rer dimensiones, de tres Gempos, tna proporcién teorica ideal para incre- mentar volimenes, no conduce a n resultado practic, pues se llega —como tn la duplicacién del eubo— a una ecuacién de tercer grado irresoluble evclidlanamente (2 = 22-4241). Es esta una indiesci6n mis para conformarse con los griticos plans y de comodulaciones de superficies para el tratamiento prdctio de las cues tiones de proporciones concernientes a los volimenes, ORQUESTACION Y¥ ARMONIA ANQUITECTONICA 131 lacién simplemente de las posiciones respectivas del monumento y del ojo. Por ejemplo: a) Si en un conjunto, una superposicién de voliimenes arqui- tecténicos graduados segiin una cierta proporcién o comodulacién * —tomemos el caso muy seneillo de dos cubos superpuestos cuyas aristas estan er. la razén @— una poreién de uno de los voliimenes, en este caso el pequefio cubo superior, esté encubierta por la arista horizontal, coraisa, del cubo de la base, el ojo del observador ya no percibira la razén @ entre las alturas, ni la razén @* entre las superficies frontales de los cubos. Lo mismo ocurre si en lugar de una simple razén entre dos aristas, se trata de un edificio mas complejo con un encadenamiento de razones y proporciones que pueden ser de igual modo truncadas o encublertas por las aris- tas, las cornisas salientes, etc.: 1a comodulacién cuya consonancia {acorde: consensus) debiera percibir e] ojo, estarfa mutilada y ya no fluiria de ella Ia euritmia. Las consecuencias no son tan graves de hecho. Cuando un todo orginico, vivo (animal, planta, ser humano), 0 su representacién, una ereaciér. organica, arménica, del hombre, un edificio, por ejemplo, realiza en las proporciones rec{procas de sus elementos Ja euritmia que se considera capaz de procurar un placer estético al observador (p'acer que proviene de un ritmo liberador, catértico, de una percepeién de las recurrencias analégicas, de la unided en la varieJad, ets), esta euritmia sigue siendo percibida‘atin cuando ciertas partes estén encubiertas o ausentes. Un esfumado perfil de mujer, el extremo de un hombro, la curvatura de una cadera, un lejano fragmento de silueta, bastan a) subconsciente para re- constituir 0 adivinar la armonfa del conjunto, Una estatua griega de la época magna, mutilada, reducida a un fragmento que debiera 22 Empleo esle término de proferoncia al de simetrie para no tener que recordar a cada instante que se trata de la simeiria platonica, vitraviano, ¥ no de Ja acepeién moderna de la palabra. 13 "Una obra de arte es anatémica, aunque no fisiolégicamente, un organismo, Es una armonia, una unidad.” Profesor J. Mac Murray, The Unity of moder problems, Journal of Philosophical Studies, abril, 1929. “La obra de arte es, en primer lugar, un ser concreto individual, que da 1a impresion de poseer“una individualidad propia, como una persona. ‘Su eriterio es precisamente Ia unidad que demuestra en la variedad de sus partes, su cardcler orginico, el hecho de manifestar un designio.” S. Ale- Xander, Philosoohy and Art, Ibid. 152 EL NUMERO DE ORO ser informe (mérmoles del Partenén, etc.) suministra intacta la melodia expresada en el tiempo de su creacién, pues ‘el ritmo arqui. tecténieo, ténico, plastico, el de un ser vivo, son percibidos en blogue, y el hecho de que algiin peldafo de proporcidn falte o este eneubierto no afecta en general a la unidad ritmica del conjunto (isi ha existido!) ni a su percepeién. La reconstitucién es automa. tica, por asi decirlo, en el espiritu que percibe. Sin embargo, si por efecto de la situacién del objeto 0 del edificio y sus accesos, el ebservador esté colocado de manera anormal, en una posicién (muy cercans, por ejemplo) que invierta la importancla de los planos, nos encontramos en el caso en que las correcciones épticas (es decir, Geformaciones premeditadas en la ejecueién del plano, destinadas compensar las deformaciones épticas) son necesarias."' Mas ade- lante, en el parrafo II, trataremos esta cuestién. 5) La cadena de razones y el ritmo, podrian ser influidos no ya por truncadura u ocultacién de un elemento, sino por verda- Gera deformacién proyectiva, Asi, una fachada contemplada obli- ciamente podria no presentar'ya el ritmo perfecto que se supone que tendria de frente, ete. En este caso, también podemos establecer a primera vista que, en realidad, la proyeccién, oblicua e incluso alin repetida, de un ‘conjunto ritmado sobre tn plano o sobre varios planos sucesivos, da todavia una imagen ritmada, Una progresidn ritmada de lineas, de superficies, de voliimenes, proyectada sobre un plano cualquiera conserva este carcter de progresién ritmada, y conserva también, en general, 1a misma commodulatio, el mismo juego de propor. clones entre las partes y el todo; y, en particular, si este ritmo existe en el modelo real, los juegos de analogia se reflejan y reper. cuten en Ja imagen, Esto se aplica de un modo muy especial a las cascadas musi- cales barrocas: Jas de un edificio, por ejemplo, como la abadia de Melk: la orquestacién magistral de estos volimenes canta desde cualquier parte en que uno se aproxime a la inmensa sinfonia de Piedra, y esto se aplica a muchas otras abadias barrocas de 14 Par ejemplo, el caso eflebre de Jas deformaciones premeditadas, muy complejes, que Miguel Angel encontré en los eaballos de los, Disccores (Montecavalio) cuando quiso medirlos, 1o que lo convirtieron a la Ley del Numero. Sastre. ORQUESTACION Y ARMONIA ARQUITECTONICA 133, Austria o de Alemania, lo mismo que a su arquetipo, el abside de San Pedro de Roma por Miguel Angel. La deformazién perspectiva no deforma, pues, el juego de las proporciones mientras se trate de proyecciones isogonales 0 cen- trales con superticies de corte planas como en la perspectiva clisica IL, Conreccrones Oeticas PROPIAMENTE DicHAS.— Pero en la rea~ idad, las imagenes vistas por el observador no son el resultado de proyecciones centrales sobre un plano vertical como las proyec- ciones-imagenes de la perspectiva clasica, que desde hace cuatro- clentos afios es la de pintores y dibujantes. La verdad, cue los antiguos conocian y que ha sido redeseubierta por Eugéne-E. Viollet-le-Duc, es que excepto si el observador esta bastante lejos del monumento o del objeto considerado— la ima- gon diseernidia no corresponde (como en la perspective clasica), a una proyeccién sobre un plano vertical perpendicular a Ia linea que une el ojo al centro de figura o de simetria del objeto en cues- tién, Seguin la expresién de Borissavlievitch,", hay deformaciones éptico-fisioldgicas que provienen del hecho de que el ojo no es una cémara obscura, ni siquiera un objetivo fotografieo que eapta en una sola imagen el objeto que se presenta ante Ia retina."® La visién no es instantanea; es una operacién compuesta del enlace de imagenes sucesivas, y a medida que el ojo se eleva, por ejemplo, para examinar la fachada vertical dé un edificio, no hay ya un plano vertical de proyeccién, sino una serie“de planos per~ Pendiculares alos ejes momentineos de visién (cada vez mas in clinados, por consiguiente), que dan para esta visién dptico-fisio- Uigiea (que ocurre tanto en el tiempo, o mejor dicho, en la dura- cién como en el espacio) una imagen compuesta del enlace de las prayecciones fragmentatias sobre estos planos giratorios euys en- volvente es una superficie curva, cilindrica 0 mas bien esférica, i ge amite el mismo fenémene. para ta visiOn horizontal, Por ejemplo, el ojo debe moverse de izquierda a derecha para abarcar todos los elementos de una fachada en el sentido de su ancho, y los segmentos de extrema izquierda o derecha le parecerén redui- 28 Les Théories de PArohitecture, Payot, 1926 26 La imagen no se imprime sobre la relina come sobre_una placa fotogitia, es decir: simulldneamente, sino por un serie de faalagipes yc 0 sea, sucesivamente, gracias a la fovee centralic, punto de Ia Vii (Borissavlievitch, op. cit.). 3B. B.M. M. VALENCIA PTAH ] [ 134 EL NUMERO DE ORO cidos con respecto a los del centro, lo mismo que, cuando al levan- tar la vista de abajo hacia arriba, trataba de abarcar los elementos verticales de la fachada, los de arriba parecian igualmente redu- cidos con respecto a los segmentos equivalentes que se encontraban @ la altura del ojo (Lam. xy). Guiados por su padre espiritual, el sabio jesuita que pinté el fabuloso techo de San Ignacio, los decoradores teatrales de la época barroca se dieron cuenta de ésto, y los pintores de panoramas y de fondos para revistas de music-hall siguen su tradicién. En el mismo orden de ideas, los pintores que han querido abarcar en una tela un gran campo de visién no han ignorado la necesidad de emplear varios planos de proyeccién: el Veronés, en sus Bodas de Cand, emplea siete puntos de vista y cinco horizontes diferentes. Estos efectos de reduccién aparente de las lineas verticales u horizontales situadas en los extremos de los sectores de rotacién del ojo no son las inicas deformaciones perspectivas habituales:"" los antiguos habjan observado que en una columnata, las columnas extremas parecen divergir (y por el mismo efecto una columna verdaderamente cilindriea pareceria evadirse hacia Jo alto), las lineas de la cornisa y del entablamiento parecen doblarse hacia el medio, etc, y de aqui las correcciones dpticas indicadas por Vitruvio (que lama explicitamente Escenografia a la parte de Ja cieneia arquitecténiea que, una vez levantado el plano tedrico, se ocupa de determinar estas correeciones). Los ejes de las columnas extremas ho serdn verticales, sino ligeramente inclinados hacia el interior, y las columnas aderezadas (entasis) hacia el tereio de su altura (que corresponden poco mas 0 menos a Ja altura de un hombre); les cornisas ligeramente inclinadas hacia adelante, ete Estas correcciones no fueron observadas en los monumentos an- {iguos, sino hacia comienzos del siglo 21x, Se observ luego que los arquitectos bizantinos y géticos habian empleado correecioncs 3 Deformaciones habituales: Ias que se producen en el observador que examina un monumento a una distancia y una allura normales ee decir, ni demasiado cerca, ni demasiado lejos, encontrandose el ore ei ok as del suelo ni al nivel del centro de figura'de la tachada, sino orepiae mente a la altura... del ojo sobre el suelo Podré ser, pues mtonenie hacer coincidir el centro de las simetrias proyectivas de la fachede con Ja proyeccién del ojo: es la idea de Borlssavlievitch enunciads nas ann, lante. ORQUESTACION ¥ Ana NIA ARQUITECTONICA 135, analogas apropiadas a las formas de los edificios construides por ellos (sus correcciones parecen mis empirieas; en Vitruvio, al con- trario, los perf:les corregidos, comprobados por Choisy, correspon- den rigurosamente a las soluciones mateméticas: arcos de parabola, de hipérbola, ete.) | La ley de ‘a reduecién aparente de los segmentos verticales (que no respeta en sus razones lineales) fue descubierta de nuevo —como se ha visto antes— por Viollet-le-Duc, quien atribuyé esta deformactén al hecho de que en el ojo 1a proyeccién de las ima genes se haria sobre una poreién esférica de la retina. La expli- cacién no era completamente exacta: Borissavlievitch demostré que €l fenémeno es una consecuencia de los movimientos sucesivos del ojo durante la visidn, siendo la superficie curva que reemplaza, en efecto, al plano vertical de Ia perspectiva clasica, la envolvente de distinios planos giratorios, cada umo de los cuales es normal al rayo visual instanténeo. Es lo que Borissavlievitch Mama Ia pers- Pectiva éptico-fisioldgica. Por lo demas, admite que las conclu- siones pricticas de Viollet-le-Duc son justas: “Cuando se trata de Proporcionar un edificio hay que tener muy en cuenta el punto © los puntos desde donde sera posible verlo, las disminuciones pro- dueidas por las alturas, las descargas y los salientes.” Luego de aber establecido la existencia de hecho de esta perspectiva dptico-fisioldgica, Borissavlieviteh funda en la posicién probable u optimum del observador, todo un sistema no sblo de correcciones Opticas, sino de ajuste proporcional de los elementos internos (puer‘as, ventanas, columnas, alturas de entablamiento, etc), de una fachada o de un conjunto monumental siendo el con- torna o encuadramiento escogido previamente o dado por las demas condiciones del problema, Una vez situado (sobre el papel) en el encuadramiento el polo perspectivo, proyeccién horizontal del ojo, las posiciones y dimensiones de estos elementos interiores se obtie~ nen o comprueban por las semidiagonales trazadas desde el polo a los angulos ¢el marco y a otros puntos importantes del encua- dramiento (las diaonales son quebradas porque la proyeccién del ojo no coineitle con el centro de simetria del marco, sino que se encuentra, en general, muy por debajo), y entonces “Las superficies pequetias son las perspectivas de las grandes, Ja pequeiia columna, perspectiva de la grande; de igual modo el capitel y Ia base de la primera perspectivas de los de esta tiltima

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