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salud

Pubalgia en
el corredor
Lesiones en la carrera a pie (6)
Quizás sea la pubalgia la lesión menos frecuente entre los
corredores de las que hemos tratado hasta el momento en
estas páginas, pero no por ello va a ser menos importante que
aprendamos a prevenirla.

Texto: Enrique García-Torralba Iglesias. Fisioterapeuta especialista en el


deporte. Colegiado 1209. Contacto: 616 80 23 56. Madrid. Mail: quique_
torralba@yahoo.es y quiquetorralba@gmail.com. Fotos: Enrique García-
Torralba y Leonardo Castro.

E l hecho de que sea menos habitual que una tendinopatía aquílea o una fascitis plantar, no significa
que no haya corredores que la padezcan. Y siendo relativamente fácil de prevenir, encuentro
indicado que le dediquemos el artículo de este mes. Será habitual encontrarnos con ella entre los
futbolistas, jugadores de rugby y baloncesto, tenistas o saltadores, pero también entre los corredores
tiene mucho que decir, sobre todo entre los fondistas y ultrafondistas que realizan entrenamientos de
mucha duración y en los velocistas , de mucha intensidad.
El término “Pubalgia” significa exactamente “dolor en el pubis” y va a englobar una serie de síntomas
o dolencias localizadas a este nivel, que aunque pueden encontrarse de forma aislada, normalmente
se verán asociados formando cuadros más complejos en función de las características físicas de cada
corredor así como de sus hábitos de entrenamiento. Es por este motivo por el que no van a existir
“recetas” mágicas o universales ni en la prevención ni en el tratamiento de esta dolencia.
Por el contrario, su abordaje requerirá de un profundo análisis del paciente puesto que pueden ser
muchas las causas y muy variadas combinaciones entre ellas las que nos conduzcan a la lesión.
Osteopatía dinámica de pubis, Entesitis Pubiana, Tendinitis de adductores u Osteitis del pubis son
algunos de los síndromes asociados a la Pubalgia.
Antes de nada, vamos a situarnos: La cintura pélvica
es la base del tronco, donde se asienta la columna
vertebral por medio del hueso Sacro que,
articulándose con los dos huesos Iliacos forman
un anillo osteoarticular cerrado. Va a ser
también esta cintura la encargada de unir los
miembros inferiores al tronco por medio de la
articulación que forman los Iliacos con ambos
Fémures (articulación coxo-femoral).

El resultado es una estructura fuerte capaz


de soportar fuerzas intensas desde diferentes
ángulos como veremos a continuación. Y para
ser capaz de soportarlas, aunque se trate de una
estructura extremadamente rígida, tiene cierto
grado de movimiento o de tolerancia que le otorgan
las articulaciones Sacroiliacas (azul) y la Sínfisis
Púbica (rojo). Esta última es la que nos importa en esta
ocasión, y cuando se produce, por diferentes motivos,
un exceso de movilidad en ella, nos encontramos ante
una de las principales causas de dolor en esta zona o
Pubalgia.

Una estructura fuerte


Como ya hemos comentado, este anillo supone la transición entre Tronco y Miembros Inferiores, por lo
tanto deberá transmitir todas las fuerzas que se generen desde las piernas hacia el tronco y viceversa.
Sirve de inserción a casi todos los músculos que afectan a la cadera y a muchos de los que lo hacen
sobre la rodilla; cuádriceps, isquiotibiales, glúteos, adductores o iliacos entre otros, que traccionan
de ella hacia abajo, y a los principales grupos musculares de la cintura; abdominales, oblícuos,
transversos y cuadrados lumbares, que lo harán hacia arriba. Además será la encargada de repartir

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el peso de nuestro tronco entre las dos piernas,
o sobre una sola cuando no tengamos las dos
apoyadas sobre el suelo como cuando corremos
por ejemplo.

El pubis es la parte anterior de este anillo. Son


dos huesos (uno por cada iliaco) que se unen
delante por medio de una articulación (sínfisis
púbica) cuya movilidad está limitada además
de por un importante sistema ligamentoso,
por el equilibrio entre los músculos superiores
(abdominales y oblícuos) y los inferiores
(adductores) que se insertan en el.

Esta movilidad aumenta en el apoyo unipodal


(cuando solo apoyamos una pierna) puesto
que la hemipelvis del lado que no está apoyado
tenderá a descender hacia el suelo. Y aunque
este descenso es eficazmente frenado por un
complejo conjunto de contracciones musculares,
se producirá un cizallamiento de la sínfisis
pubiana, ya que mientras ese pubis que no se
encuentra con la pierna de su lado apoyada
desciende, el contrario, por el empuje del fémur
de la pierna que si se encuentra en contacto con
el suelo soportando todo el peso del cuerpo,
ascenderá.

Este cizallamiento se va a ver


aumentado cuando exista un desequilibrio
importante entre los músculos adductores
y los abdominales. En deportes como la
carrera a pie vamos a desarrollar mucho mas
estos músculos de las piernas en detrimento de
los abdominales, que apenas trabajaremos a no
ser que lo hagamos específicamente.

Si sumamos el trabajo de los adductores


traccionando de una rama pubiana hacia
abajo, a la elevación de esa misma rama en
el impacto con el suelo de cada zancada, con
una musculatura abdominal deficitaria incapaz
de limitar este movimiento traccionando hacia
arriba, nos encontraremos con un exceso de
movilidad que inflamará la sínfisis produciendo
una “Osteopatía Dinámica de Pubis”. Estos
microtraumatismos acaban provocando daños
no solo a nivel óseo (osteonecrosis) sino sobre

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el sistema capsuloligamentoso y muscular asociado,


provocando un cuadro de dolor sobre la zona que
aunque al principio solo duela en el entrenamiento
puede acabar siendo realmente molesto incluso al
andar o en reposo y que no será ni rápido ni fácil de
resolver.

Este cuadro se puede producir poco a poco con el paso


de los quilómetros (pubalgia crónica) y bruscamente
(pubalgia traumática) cuando provocamos un fuerte
cizallamiento al caer de un salto sobre una sola pierna,
cuando corriendo tenemos un tropiezo y metemos el
pie en una zanja o si pisamos una placa de hielo en
invierno que nos obliga a dar un traspiés importante,
por ejemplo.

Factores de riesgo
Otros factores que van a predisponer al corredor a
sufrir este tipo de lesión son:

Contractura, acortamiento o sobresolicitación


de los adductores provocados por un entrenamiento
inadecuado o excesivo y una falta de estiramiento
de estos músculos además de falta de potenciación
abdominal adecuada.
Es frecuente encontrarse con una sobrecarga mayor
de lo normal en los adductores o incluso dolor al día
siguiente de haber corrido sobre tierra mojada con
charcos pues abriremos nuestra zancada y la haremos
irregular intentando esquivarlos para no mojarnos. Lo
mismo ocurre en determinados terrenos en los que se
forma un barro muy deslizante. Nuestro apoyo a cada
zancada no será firme pues el pie patinará ligeramente
haciendo que en general los músculos de las piernas
tengan que hacer un trabajo extra para compensarlo,
y en particular los adductores van a ser de los más
castigados.
Esta circunstancia podría ser el origen de una sobrecarga
en estos músculos que sumada al trabajo normal al que
los sometemos y a la falta de estiramientos adecuados
por ejemplo , pueden conducirnos a una retracción
importante con el paso de los días y las consiguientes
consecuencias.
Ya hemos comentado que rara vez será una sola
circunstancia aislada la que provocará la lesión. Existen
en cambio lo que podríamos llamar “precursores”
o elementos aislados que van a predisponernos a la
lesión pues nos colocan en una situación de desventaja
o debilidad.

Dismetría de miembros inferiores. Una pierna


más larga que la otra va a ser un importante precursor
ya que va a mantener al pubis “permanentemente
zizallado” y va a provocar una mayor caída de la
hemipelvis de la pierna corta durante la carrera en la
fase en que esta pierna no se encuentre apoyada en
el suelo.
Incluso se da el caso de descubrir ligeras dismetrías
cuando se realizan pruebas radiológicas para
diagnosticar “osteopatía dinámica de pubis” en
pacientes que previamente lo desconocían.

Otra situación que puede inducirnos a la lesión


va a ser la “hiperlordosis lumbar” o exceso de
curvatura anterior de la columna lumbar, puesto
que la pelvis se encontrará con las ramas pubianas

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Estiramiento Adductores Monoarticulares
(Pectineo, Add. Mayor, Menor y Largo).
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descendidas provocado por la “báscula anterior”
de esta que acompaña a la columna lumbar
hiperlordótica. Como resultado los adductores
se verán acortados casi permanentemente
lo que hará que se reduzca su longitud y a la
hora de solicitarlos corriendo por ejemplo vean
disminuida su eficacia y aumentada la tensión en
sus inserciones.

El acortamiento de los isquiotibiales va


a provocar la situación inversa, una báscula
posterior de la pelvis con la consiguiente
elevación del pubis y elongación permanente
de los adductores, sobre todo del Pectíneo y
el Adductor Menor y el Largo, dando como
resultado una situación muy parecida al caso
anterior en cuanto a que las inserciones estarán Estiramiento Adductores Biarticulares (Recto Interno).
sometidas a una mayor tensión.

Por supuesto que podremos encontrarnos con


una “osteopatía dinámica de pubis” aislada,
también podríamos encontrarnos simplemente
con una “tendinopatía de inserción” de los
adductores en el pubis, e incluso de los rectos
anteriores del abdomen, aunque lo más probable
va a ser que nuestra dolencia tenga un poco de
todas ellas en mayor o menor medida y que tanto
la prevención como el tratamiento deban tener
en cuenta todos estos factores para obtener los
mejores resultados.

La importancia de los
estiramientos
Aunque se dedicó un artículo completo a los
estiramientos de los más importantes grupos Estiramiento de Isquiotibiales con corrección
musculares que debe cuidar un corredor, en Báscula Pélvica Anterior para una mayor
en breve volveremos a tratar este tema eficacia del ejercicio.
detalladamente en estas páginas puesto que son
muchas las consultas que llegan a la redacción.
Y en cuanto a la manera correcta de potenciar
los abdominales, tenemos previsto publicar
un artículo completo en los próximos números
sobre este tema.

Una correcta planificación de los entrenamientos


evitando los excesos innecesarios y adaptándolos
a nuestras características físicas personales, una
correcta hidratación y alimentación, respetar
los descansos, utilizar un material correcto y
utilizarlo correctamente, vigilar el terreno de
entrenamiento y realizar un “mantenimiento”
DIARIO por medio de ejercicios de estiramiento
y de potenciación muscular según precise
cada corredor, deben ser una parte más de
nuestro deporte, ni más ni menos, y a riesgo de
repetirme en este punto en todos los artículos
debo insistir en que esta será la diferencia entre
disfrutar de nuestro deporte muchos años o no.
Hay que entrenar con corazón, pero también con
cabeza.

Existen infinidad de profesionales de diferentes


disciplinas que nos ayudarán en los aspectos que
desconozcamos o que no podamos controlar por
nosotros mismos.

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