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19 de marzo de 2009

Torturan militares a comerciante en Oaxaca


PEDRO MATíAS

SALINA CRUZ, Oax., 18 de marzo (apro).- La Comisión Nacional de los Derechos


Humanos (CNDH) recibió una nueva queja contra militares, ahora por el presunto
delito de tortura.

La queja fue interpuesta por el abogado Martín Gallegos Morales, en representación


de Guillermo Marín Campos, quien el pasado 28 de febrero, alrededor de las 23:00
horas, fue torturado por los soldados en su propia casa.

Según se desprende de la queja interpuesta ante la CNDH, elementos del


Ejército entraron a su domicilio particular, ubicado en la colonia César Linton
Rodríguez, en Salina Cruz, para buscar "armas y droga" porque, según ellos, tenían
conocimiento de que la AFI había cateado antes su casa, pero que habían llegado a
un "arreglo" y por eso no lo habían detenido.

El comerciante negó las imputaciones que le hicieron los militares, tras


lo cual lo golpearon y obligaron a desnudarse, luego lo vendaron de los ojos y lo
amarraron a una cama, a la que previamente le quitaron el colchón, y ahí empezó la
tortura.

En la queja presentada ante la CNDH se lee:

"El personal militar me amarró a la cama, me echaron agua encima, me amarraron un


alambre a mi dedo gordo del pie izquierdo, y el que venía a cargo le dijo a otra
persona: conecta el aparato a una clavija".

En ese momento, el que iba al mando volvió a preguntarle a Marín Campos:


"Por última vez, gordito, dime dónde están las drogas y las armas".

Como la respuesta fue negativa, "me empezaron a dar descargas eléctricas


y en ese momento empecé a gritar y uno de ellos intentó introducirme un trapo en
la boca con el cañón de un arma. Después de varios intentos lograron meterme el
trapo para acallar mis gritos".

Después de un rato, los militares dijeron: "¿Ya vas a hablar?". Y como la


respuesta fue que no tenía nada, continuaron con las descargas eléctricas, hasta
que el comerciante comenzó a convulsionar.

Fue entonces cuando los soldados obligaron a la señora Delfina Sánchez


Bautista a que les diera los medicamentos de su esposo, quien padece de presión
baja y últimamente ha tenido problemas del corazón.

Nada de eso importó a los militares y de nueva cuenta volvieron a


interrogarlo, esta vez sobre sus cuentas bancarias y sobre la clave AC20.

El afectado explicó que el AC20 no es una clave, sino que su giro


principal es la compra-venta de cemento asfáltico, de manera que el AC20
significa, por sus siglas en inglés, Asfalt Cement, y el número 20 es el grado de
viscosidad y penetración del producto.

Luego de catear toda la vivienda e interrogar y atemorizar a los hijos,


esposa, suegra (Isabel Bautista García) y cuñado del comerciante (José Adán
Sánchez Bautista), lo obligaron a firmar un papel en el que se anotaba que "habían
cateado mi domicilio por mi propio consentimiento y en mi presencia y que no
sustraían nada, y me hicieron estampar mi huella del dedo pulgar, al tiempo que me
fotografiaron".

Más tarde, al revisar sus pertenencias, se percató del robo de tres


pulseras, tres pares de aretes, dos cadenas, un reloj de oro, cinco anillos, una
gargantilla, un semanario, una sierra eléctrica, un taladro y una cámara de video,
entre otros objetos.

De acuerdo con los afectados, el Ejército se ha dedicado a catear


diferentes domicilios en las colonias Petrolera, Deportiva, El Pitayal, Hidalgo
Poniente y Fraccionamiento La Noria, pero la población se ha negado a interponer
denuncias por miedo a represalias.

C E N C O A L T

Centro de Comunicacion Alternativa


http://mx.geocities.com/cencoalt/index.html

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