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La Soka Gakkai nació en 1930 como la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educacional para la
Creación de Valores) y sus fundadores, Tsunesaburo Makiguchi y su discípulo Josei Toda, inspirados
en el Budismo de Nichiren Daishonin se consagraron a la reforma educativa. En el libro de
Makiguchi “Sistema Pedagógico de la Creación de Valor” se sentaron las bases y principios de la
educación soka, donde enfatizaba el desarrollo de la capacidad para el pensamiento crítico de los
educandos por sobre la mera rutina del aprendizaje, así como la motivación interior por encima de la
obediencia ciega. Esta era una manera de pensar revolucionaria para el sistema educativo japonés
de aquel tiempo. Makiguchi y Toda investigaron las enseñanzas de este Budismo y encontraron que
proveían el soporte espiritual para el desarrollo de la teoría de la creación de valor. A partir de ese
momento, Makiguchi y Toda, junto a otro grupo de educadores, se comprometieron en una valerosa
lucha para ganar la aceptación de su filosofía educacional en un Japón crecientemente militarista.
Así es que en 1942 la Soka Kyoiku Gakkai contaba con tres mil miembros. Posteriormente Japón se
encontraba sumergido en un caos de guerra y destrucción y a medida que la Segunda Guerra
Mundial progresaba y las probabilidades de victoria disminuían, el gobierno militar redobló sus
esfuerzos para controlar y suprimir cualquier forma de disidencia. Por enfrentarse al creciente
militarismo, Makiguchi y Toda fueron presionados para descartar sus creencias filosóficas, apoyar al
gobierno japonés y a la guerra. Debido a su continua resistencia fueron arrestados y encarcelados
en 1943, junto con otros líderes de la Soka Kyoiku Gakkai, por el cargo de "delito ideológico".
Makiguchi murió en la cárcel manteniendo firmemente hasta el final sus principios y convicciones.
En medio de las cenizas y el caos de la posguerra en el Japón, Toda fue finalmente liberado el 3 de
Julio de 1945, y se abocó de inmediato a la reconstrucción de la organización, que, a partir de
entonces, se llamaría Soka Gakkai. Josei Toda amplió la visión de la organización, de una sociedad
para el mejoramiento de la educación a una sociedad para el mejoramiento integral de la
comunidad. Él promovió la práctica del Budismo como un medio de fácil acceso para que las
personas pudieran reconstruir sus vidas y superar los obstáculos, en su búsqueda de la felicidad.
Asumió como segundo presidente el 3 de Mayo de 1951 y, en ese momento, decidió expandir la
organización incorporando un total de setecientas cincuenta mil familias. En 1957, había alcanzado
la meta fijada. Toda falleció en 1958 y su discípulo directo, Daisaku Ikeda tomó la presidencia de la
Soka Gakkai el 3 de mayo de 1960 cuanto tenía 32 años de edad. En octubre de ese mismo año
comienza sus viajes a ultramar para alentar a los miembros y crear un entendimiento global del
Budismo de Nichiren Daishonin. Bajo su liderazgo, la organización continuó creciendo y ampliando
su enfoque al bienestar de toda la humanidad. En 1975 se establece oficialmente la SGI y
actualmente, sus miembros se esfuerzan por contribuir con la paz, la cultura y la educación en sus
respectivas sociedades, como ciudadanos responsables.
CARTA DE LA SGI
Preámbulo En ningún otro momento de la Historia, la humanidad se había visto tan oscilante entre la
guerra y la paz, la pobreza y la abundancia, la igualdad y la discriminación, como lo estuvo en el
siglo veinte. Las armas nucleares, epítome del progreso de la tecnología y la industria militar han
sido causa de masacres en masa, aun cuando dichas armas representan una casi segura extinción
de la especie humana. La producción y el consumo en gran escala, que caracterizan a la economía
moderna, han determinado, por un lado, el surgimiento de países industrializados que disfrutan de
una abundancia sin precedentes, y por otro, países en vía de desarrollo que se ven acosados por la
pobreza aplastante y la indigencia. Tampoco se vislumbra el fin de los conflictos humanos. En esta
centuria, después de haber sufrido dos terribles guerras mundiales, la sociedad internacional
finalmente ha tomado conciencia de su destino global aunque todavía, persiste la cruda realidad de
la violencia étnica y la discriminación religiosa. Como si esto fuera poco, el egoísmo del hombre ha
causado asimismo serios males al medio ambiente global. Frente a tales dilemas, una nube de
incertidumbre parece extenderse sobre la suerte del género humano. Nosotros, quienes
representamos a las organizaciones que constituyen la SGI, tenemos plena convicción en que el
budismo de Nichiren Daishonin es una filosofía que parte del reconocimiento de la dignidad del
hombre y del valor universal de los derechos humanos, y que incentiva a los individuos a albergar
misericordia por sus semejantes. Estamos convencidos de que la capacidad creadora del espíritu
humano no sólo permite superar las innumerables crisis que afronta la humanidad sino que además,
contribuye a construir una sociedad pacífica y próspera fundada sobre los cimientos de una
coexistencia armoniosa. Aproximándonos al siglo XXI, nosotros, los miembros de la SGI,
enarbolamos nuestra bandera como ciudadanos del mundo, y nos comprometemos solemnemente
a resolver los problemas de orden global con espíritu de tolerancia, mediante el diálogo constante y
la estricta observancia del espíritu de la "no violencia". Al adoptar esta resolución en esta 20ª
Asamblea General de la SGI, nos comprometemos a contribuir al avance de la sociedad humana.
Artículos 1. La SGI contribuirá con la paz, la cultura y la educación de toda la humanidad,
basándose en el budismo que respeta la dignidad de la vida humana. 2. La SGI, como una
organización conformada por ciudadanos del mundo, protegerá los derechos fundamentales del
hombre sin establecer discriminación alguna. 3. La SGI respetará y protegerá la libertad de culto. 4.
La SGI promoverá la comprensión del budismo de Nichiren Daishonin propiciando el intercambio
entre las personas, para contribuir así a la felicidad de cada individuo. 5. Por medio de sus
organizaciones afiliadas, la SGI alentará a sus miembros a ser buenos ciudadanos y a contribuir con
la prosperidad de la sociedad. 6. La SGI respetará la independencia y la autonomía de sus
organizaciones afiliadas según las condiciones prevalecientes en cada país. 7. Sobre la base del
espíritu de tolerancia que caracteriza al Budismo, la SGI respetará a las demás religiones, dialogará
con ellas y buscará su cooperación para resolver temas fundamentales que afectan a toda la
humanidad. 8. La SGI respetará la diversidad de las culturas y promoverá su intercambio, creando
así una comunidad internacional de mutuo entendimiento y armonía. 9. La SGI promoverá la
protección de la naturaleza y el medio ambiente teniendo como base la idea sostenida por el
budismo sobre la coexistencia simbiótica. 10. La SGI contribuirá con la educación, en lo que
concierne a la búsqueda de la verdad, así como con el progreso del saber, para brindar a los
individuos la posibilidad de desarrollarse y disfrutar de una vida satisfactoria y feliz.
TSUNESABURO MAKIGUCHI
En 1901, a los 31 años parte para Tokio, lo acompañan su esposa y dos de sus hijos, lleva también
los manuscritos de su obra sobre “Geografía Cultural”, con la intención de publicarlos, y luego de
penosas circunstancias consigue su fin, y son publicados con el título de “Geografía de la Vida
Humana”. Su obra es bien recibida y reconocida por el gobierno, que decide utilizarla como material
básico, para la preparación de nuevos profesores; durante ese tiempo realiza diversos trabajos,
como la edición de una revista para niñas y crear una oficina de Publicaciones de Material de
Estudio, para futuros profesores. En 1909, enseña en la escuela primaria de Fijimi, en Tokio, y un
año después contrae una grave enfermedad, que lo postra en cama, por cuatro meses. En 1912,
edita su segundo libro “Investigación y Estudio Sobre la Cultura Popular”; en 1913, obtiene el cargo
de Director de la Escuela de Tosai, y al mismo tiempo, continúa enseñando en diferentes escuelas
elementales de Tokio; tiempo más tarde y debido a su gran capacidad, lo nombran Director de seis
escuelas, entre ellas las de Nishimachi y Shirokane. A partir de su propia experiencia práctica en el
aula, Makiguchi desarrolló su teoría Educación para la Creación de Valores. Para él, el propósito de
la educación era la felicidad y la esencia de ésta radicaba en la Creación de Valor - Soka en
japonés. Definió el concepto de valor basándose en tres categorías: belleza, ganancia o beneficio y
bien social. Como educador, veía su trabajo como la capacitación de la gente joven para crear este
tipo de valores por sí mismos. Makiguchi, siempre estuvo al lado del pueblo, y se interesa por los
niños pobres, utiliza su propio dinero para ayudarlos. Después de trabajar tres años, en la escuela
de Tosai, le piden que vaya a dirigir una escuela a la ciudad vecina, de Micaza; donde la mayoría de
los adultos son analfabetos, y no saben ni siquiera, escribir su propio nombre. Makiguchi, acepta el
desafío, y hace de esa escuela un modelo ideal de educación primaria. Tiempo después y al
negarse a dictar clases particulares a ciertos alumnos, de las familias más ricas, la molestia y la
presión de los padres influyentes, lo obliga a cambiar de escuela. Desafortunadamente, su enfoque
humanista contradijo la visión del sistema educativo japonés. De hecho, en aquellos días, era común
para directores y maestros brindar especial atención a los niños de familias prominentes, visitarlos y
ofrecerles sus respetos. Makiguchi se rehusó a seguir estas prácticas corruptas y desanimaba
fuertemente a otros maestros a seguirlas. Como resultado, aun cuando era extremadamente popular
entre sus estudiantes, era transferido de una escuela a otra. En el año 1920, debe dejar la escuela y
se traslada a una escuela de Nibori, en ese año ayuda a un joven llamado Toda, a obtener un puesto
de maestro, y continúan juntos la labor docente. Para ese momento, el sistema educativo de Japón
estaba enfocado únicamente hacia la formación de sujetos serviles y obedientes a los intereses del
estado, en lugar de formar individuos capaces de emitir juicios y pensamientos independientes.
Mientras toda la nación japonesa avanzaba hacia el nacionalismo, Makiguchi incitaba a sus
estudiantes a que dedicaran sus vidas al logro de la paz duradera en el mundo entero. En el año
1928, luego de haber conocido a un miembro de la Nichiren Shoshu, el Sr. Sokei Mitani, que visitó la
escuela para vender materiales de estudio, y luego de varios días de diálogo sobre religión y
filosofía, decidió ingresar y convertirse al Budismo de Nichiren Daishonin; e invita a su discípulo
Toda, para que lo acompañe. Makiguchi, encontró en estas enseñanzas, la máxima expresión de su
filosofía del valor. Publica una obra llamada Soka Kyoiku Taikei (Sistema Pedagógico para la
Creación de Valor), que sale a la venta en 1930, cuando con el Sr. Toda y otros maestros
compañeros, estaban organizando la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Pedagógica para la Creación
de Valor) con el fin de promover la reforma de la educación. El segundo volumen, aparece en 1931;
y en él Makiguchi, expone su filosofía del valor. El tercero se publica en 1932, y el cuarto el año
1933. La muerte de dos de sus hijos y los enfrentamientos y adversidades, que debe soportar al
querer modificar el rígido sistema educativo, ya influenciado por el militarismo imperante, le hacen
comprender que la educación solamente no va a cambiar la sociedad japonesa; y que hace falta una
religión verdadera para conseguir la reforma social. Al estudiar la filosofía de la vida, que enseña
Nichiren Daishonin, comprende que la misma coincide con su trabajo, lo que le da más vigor y
entusiasmo en su lucha. Dicta conferencias en Universidades, y también ve que el número de
adherentes a la Soka Kyoiku Gakkai, va aumentando día a día. En 1935, escribe Soka Kyoikugaku
Taikei Kogai (Resumen del Sistema Pedagógico para la Creación de Valores), donde expone su
complacencia de haber encontrado la filosofía de vida, y el valor futuro para la humanidad del
Budismo Verdadero. Establece contactos con la Nichiren Shoshu, y estudia con el que sería el 65º
Sumo Prelado Nichijun Shonin; el reverendo prelado Horigone, con quien establece una profunda
amistad. En 1936, en el Templo Principal Taiseki-ji, se dan los primeros cursos de verano; y al año
siguiente, Japón declara la guerra a China; y ante situación, la fe y la determinación de Makiguchi,
se ven fortalecidas, y decide multiplicar las reuniones de diálogo. En 1939, en un restaurante de
Tokio, y con la participación de cincuenta personas; tiene lugar la Primera Reunión General, donde
se cuentan maestros, educadores y comerciantes, interesados en esta nueva filosofía de vida. El
número de miembros aumenta considerablemente, y es nombrado Presidente de la Soka Kyoiku
Gakkai, y el Sr. Toda, Director General. Ese mismo año (1939), el gobierno promulga la Ley de
Asociaciones Religiosas; a partir de ese momento, al ver que las autoridades, obligan a las
organizaciones y entidades religiosas a cambiar sus creencias, y exigen a todos los ciudadanos
adorar a la diosa del Sol de shintoismo, y aceptar la divinidad del Emperador. En 1943 el Templo
Principal recibe y acepta el pedido de fusionarse con la escuela herética Minobu y aceptar los
amuletos shintoistas. Makiguchi los rechaza y abandona el Templo Principal ya que considera que la
responsabilidad principal de las autoridades del Templo Principal, tendría que haber sido proteger el
Dai-Gohonzon y la pureza de las enseñanzas de Nichiren Daishonin. La Organización laica Soka
Kyoiku Gakkai, al enfrentar a las autoridades y mantenerse firme en su lucha anti-militarista, logró
desviar la atención del gobierno, respecto al trato con el Templo Principal. El día 6 de Junio de 1943
fueron detenidos, el Sr. Makiguchi, cuando asistía a una reunión de diálogo en Shimoda, y Toda en
su domicilio; y dos semanas más tarde veintiún dirigentes de la organización también fueron
arrestados, acusados de “Violación a la ley, que mantiene la paz social” y por “falta de respeto hacia
el Emperador y el Shintoismo”. Aun bajo el interrogatorio más implacable, se rehusó a comprometer
sus creencias. Los rigores de la prisión, las torturas a que fue sometido, la falta de medicamentos y
de alimentación adecuada, minaron su vida y fallece el 18 de Noviembre de 1944 a los 73 años de
edad, sin haber claudicado a sus creencias por las que siempre luchó.
JOSEI TODA
DAISAKU IKEDA