Vous êtes sur la page 1sur 4

Archivos del Arcanum:

Charles Manson, el profeta diabólico, y el asesinato de


Sharon Tate

Nada hacía presagiar que aquel joven de mirada perdida en las


profundidades de las drogas acabaría siendo un ídolo de masas, el
supuesto mesías satánico que liberaría al mundo del Apocalipsis y el
guía que los llevaría a agartha, el mundo subterráneo en el que
aguardarían hasta que la raza blanca hubiera desaparecido. Aquel
joven, Charles Manson, había tenido una infancia dura, encaminada,
casi desde sus primeros pasos al trágico desenlace que lo esperaba,
como si el destino lo hubiera marcado ya desde el mismo vientre de su
madre, la prostituta Kathleen Maddox.

Nacido un 12 de noviembre en Cincinnati (Ohio), sus primeros


años los vivió entre continuos problemas, pasando de familia en
familia, y probando toda clase de experiencias autodestructivas:
drogas, alcohol, vandalismo, violaciones, prostitución… Su acusada
actitud antisocial lo condujo finalmente a la cárcel, y, curiosamente,
fue allí donde tomó el giro definitivo que lo acabó convirtiendo en el
mito satánico.

Fue en la cárcel, a lo largo de los años 50, donde tomó contacto


con las virtudes del esoterismo, y algo, en su desquiciada cabeza,
pareció perder el rumbo definitivamente. Durante años estudió la
Biblia y cuantos textos sagrados de diferentes religiones caían en sus
manos, hasta que en 1967 salió de la cárcel. En aquellos más de diez
años entre rejas había concebido la idea de que el fin del mundo de
acercaba, y creía ver señales de ello en todas partes. Pronto comenzó
a considerarse como la reencarnación de Satanás e incluso de Dios.

En San Francisco creó un grupo llamado “La Familia” en el que


incluyó a jóvenes marginados como él, cuyas vidas estaban perdidas en
el mundo del LSD y los alucinógenos, y empezó a impartir sus
creencias. Aquella secta iba ganando adeptos día a día bajo la tesis
de que había llegado el momento del Apocalipsis. La raza blanca sería
destruida por los negros, pero éstos, siendo como eran una raza
inferior, según sus teorías, se encontrarían perdidos. Y ahí es donde
aparecía su grupo, pues ellos serían los elegidos de guiar al mundo
hacia un nuevo orden. Habrían de ser 144.000 los elegidos que,
escondidos en un mundo subterráneo al que Charles Manson denominada
Agartha, aparecían un día para dirigir a todos los supervivientes.
Sólo faltaba la señal definitiva que les pusiera frente a frente
a ese dramático momento final en que el mundo se sublevaría y
comenzaría la lucha…. y aquella señal llegó.

En su esquizofrénica y descontrolada
cabeza, Charles Manson creyó ver en la
portada del disco de Los Beatles, Sgt.
Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y en la
figura de Aleister Crowley, el llamado
“mago negro”, esa señal que esperaba.

Acababan de trasladarse, él y sus


seguidores, a Los Ángeles, y aquel día
comenzaron una serie de asesinatos
rituales por las mansiones angelinas con
el firme propósito
de acabar con los
blancos. Entre
todos aquellos
asesinatos en los que jamás intervino, a pesar
de inducirlos, se encontró el de Sharon Tate,
la esposa del director de cine Roman Polanski
que vivía en una casa situada en Beverly Hills.

En el césped del jardín se encontraban


los primeros cadáveres, los de Abigail Folger,
que era hija de un millonario industrial y el
de Voyteck Frykowsky, cineasta amigo de
Polanski. Un poco más adelante, dentro de un
coche, estaba el de Steve Parent. Ya dentro de
la casa estaba el escenario principal del
crimen, el más macabro que pudiera imaginar
mente alguna: Sharon Tate, embarazada de 8
meses, pendía bamboleante de una cuerda de
nylon, colgada por el cuello y abierta en
canal. Prácticamente le habían vaciado el
vientre. Del otro extremo de la cuerda colgaba
Jay Sebring, un conocido peluquero que trabaja
en EE.UU. y en Londres; éste tenía la cabeza
cubierta con una capucha negra y tras él, en la
pared, escrito con sangre, las palabras “muerte
a los cerdos”.

Fue el primero de un rosario de crímenes


que se sucedieron por la colina de Bel-Air,
hasta que finalmente el grupo de Charles Manson
fue detenido como autores de ellos.

Las razones permanecieron ocultas o


desconocidas muchos años. Se ha especulado mucho
sobre el móvil de este crimen, que aún hoy no
está demasiado claro. En principio se dijo que
la elección de la casa había sido casual. Se
sabe que Manson ya había estado en aquella
mansión por lo menos en dos ocasiones.

Otros pretenden que el mismo Diablo habría manejado a Manson


para que castigase a Polanski por su película Rosemary´s Baby, por
haber revelado en su película la realidad de la existencia del culto a
Satán en el mundo. Para el rodaje de la película , Polanski se había
puesto en contacto con Anton Szandor LaVey, que acababa de fundar la
Iglesia de Satán.

Una nueva hipótesis llegó al fin con la ayuda de una de los


miembros de “La Familia” que acusó a sus compañeros, sumada a la
posterior confesión de la actriz Melody Paterson, amiga de Tate y del
peluquero y componente del grupo de Manson, la cual no participó en
las matanzas. Según sus declaraciones, aquel crimen iba dirigido
contra el peluquero Jay Sebring, un conocido sádico que en el sótano
de su mansión tenía la más horrible cámara de depravaciones sexuales
que se pudiera imaginar. Según estas declaraciones, la semana anterior
a su muerte, Sebring se encontró por la calle a dos chicas que iban
totalmente drogadas, las invitó a su casa y se las llevó al sótano
donde durante varias horas las sometió a las más horribles vejaciones.
Aquellas dos chicas resultarían ser dos de las que participaron en el
crimen, y una de ella fue incluso inculpada de clavar el cuchillo a
Sharon Tate.

¿Fue entonces el asesinato de la mansión de Sharon Tate una


simple venganza o ya se tenía planeado la ola de crímenes en las que
Tate fue marcada como la primera víctima de la matanza?

Sea como fuere, Charles Manson y sus seguidores fueron


condenados a muerte en el año 1971. Éste aseguró sobrevivir a todas
sus condenas en la tierra y casualmente tuvieron la suerte de que
estando pendientes de la ejecución de pena de muerte, ésta fue abolida
en aquel preciso Estado, por lo que se les conmutó a cadena perpetua,
castigo que aún cumple Manson.

Al margen de que existiese relación de Manson con muchas otras


sectas satánicas, se le atribuían poderes sobrenaturales de origen
infernal. Durante los interrogatorios a varios miembros de la secta,
se recogieron varias historias referidas a sus supuestos poderes: se
decía que tenía poder telepático y que podía controlar a distancia a
sus seguidores, o que una vez había soplado a un pájaro muerto y éste
había resucitado y se había ido volando.

El asesinato ocho meses después del juicio de uno de sus


abogados, o el atentado al presidente Gerald Ford a cargo de Lynette
Frome, lugarteniente de Manson se atribuyen a que Charlie se lo había
ordenado telepáticamente desde la cárcel.

Este mito del control telepático tiene una clara explicación


racional. Manson sabía utilizar muy bien las dosis de LSD que
suministraba a sus devotos, y eso, unido con los conceptos kármicos y
a la alusión a reencarnaciones anteriores, facilitaba el control
mental de los miembros de la secta, como ocurre en otras muchas sectas
no necesariamente satánicas.

Aún después de encerrado de por vida, periódicamente el nombre


de Charles Manson llega a los periódicos de todo el mundo. De vez en
cuando consiente que algún periodista o incluso alguna televisión le
visite en su "retiro involuntario del mundo", como ocurrió en febrero
de 1987 con una cadena de televisión americana de gran audiencia donde
declaró que no tenía nada de que arrepentirse.
A finales de los 80, Jan Holmstron, un Hare Krisna de 36 años
convicto en la misma prisión que Manson trató de quemarlo vivo
vertiendo un bote de pintura sobre Charles y prendiéndole fuego,
produciéndole graves heridas. Aún y así Manson sobrevive.

Vous aimerez peut-être aussi