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LOS DE ABAJO
(NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA)

MARIANO AZUELA
Ensayo elaborado por el profesor JOEL NEGRETE HERNÁNDEZ

Personajes principales.

Demetrio Macías. Personajes secundarios.

Luis Cervantes. Agapita. Personajes terciarios.

Codorniz. Remigia. Carranza.

Camila. María Antonia. Villa.

La pintada. Primitivo López. Carrera Torres.

Anastasio Montañés. Pánfilo Natera. Madero.

Manteca. Valderrama. Sacristán.

Venancio. El Meco.

Güero Margarito. Teniente Campos.

Alberto Solís. Don Mónico.

Crispín Robles.
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PRIMERA PARTE

La obra de Mariano Azuela, Los de Abajo, inicia cuando una pareja se encuentra platicando
acerca de un ruido que oyeron, palomo, el perro de ellos ladra sin parar. La mujer le dice a
su marido Demetrio Macías que se esconda, él la obedece pero pronto se oye un balazo y
palomo sólo da un gemido y deja de ladrar. Eran los federales que llegaban a ese jacalito,
los cuales entran y piden agua y algo de comer, bebida y comida. Ellos se dan cuenta que
solo hay una mujer, el sargento pregunta a la mujer cómo se llama ese ranchito, y ella
contesta, Limón. Al escuchar ese nombre los oficiales le dice al teniente que es la tierra de
Demetrio Macías y el teniente decide quedarse y pide al sargento le traigan una botella de
tequila porque ha decidido pasar la noche en compañía de esa mujer. Sale Demetrio del
escondite y los federales se acobardan diciendo que ellos respetaban a los valientes.
Aunque la mujer le dice que los mate, Demetrio Macías los deja ir. Demetrio le dice a la
mujer que se vaya a casa de su padre para que ahí esté segura. Cuando los dos salen,
Demetrio mira su casa ardiendo en llamas, y decide ir a buscar a sus compañeros
revolucionarios.
Pancracio, Anastasio Montañés y la Codorniz, son los mejores amigos de Demetrio,
junto con otros veinte hombres más, deciden ir por los federales puesto que Demetrio les
dijo sobre lo ocurrido. Poco después tienen un enfrentamiento emboscándolos en una
vereda. Al día siguiente se dan cuenta que les faltaban dos hombres que eran Serapio y
Antonio. Los encuentran ahorcados, siguen su camino. Cuando llegan a un ranchito piden
algo de beber y de comer porque Demetrio resultó herido en una pierna. La gente del lugar
les ayuda porque tienen la convicción que luchan por una justa y buen causa.
En una ocasión, la Codorniz despertó a Anastasio, en esos momentos los dos
dormían como fieles perros al lado de su jefe, le dijo que escuchó un balazo, le pidió ayuda
por si pudieran ser federales, cuando se asomaron fuera del jacal vieron a Pancracio y un
hombre llamado Luis Cervantes el cual pidió hablar con el jefe Demetrio para ver si éste lo
aceptaba en sus filas revolucionarias. Logró que lo llevaran con Demetrio Macías, le
expuso sus argumentos, el porqué del interés en unírseles y de donde había salido, al
escucharlo Demetrio mandó que lo encerraran y que lo vigilara Pancracio y el Manteca, al
día siguiente le resolvería. Mientras estaba encerrado Luis Cervantes se ganó la confianza
de algunos de los que lo cuidaban.
Camila era la muchacha que estaba al cuidado de Demetrio Macías. Anastasio
Montañés, preguntó al jefe sobre el destino de Luis Cervantes el curro. A Demetrio se le
ocurrió mandar robar una sotana de una iglesia cercana, para que así la Codorniz se
hiciera pasar por sacerdote. Le dijeron a Luis cervantes que lo fusilarían y si éste quería
confesarse ahí estaba un padre para que lo hiciera. Con esto pensaron que el curro diría
para qué había venido. Se confesó con el fingido padre y no descubrieron malas
intenciones.
En el transcurso de ochos meses sanó la herida de Demetrio, puesto que Luis
Cervantes lo curaba cuando era necesario, de esta manera se ganó su confianza y
asimismo la joven Camila se enamoró de él. En aquel lugarcito no les faltaba nada;
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comida, bebida, descanso y otras pequeñas cosas, todo lo necesario era satisfecho por los
lugareños, hasta llegar la recuperación de Demetrio Macías.
Luis Cervantes le dijo al jefe Demetrio Macías que lo admira por su gran labor
revolucionaria y que siguiera luchando así. Demetrio le preguntó sobre si era de verdad
que se quería unir a sus filas, puesto que él, Luis Cervantes, era una gente fina, de otro
ambiente. El contestóen forma afirmativa. Y fue bien aceptado.
Demetrio le dijo a Crispín Robles que su idea era hacer acciones como aquellas de
llegar a los pueblos llevándose caballos y armas, cuantas encontraran, liberar presos y así
armarse de más hombres y en poco tiempo ser una cantidad mayor. En eso entraron Luis y
otros hombres. Así se enteraron de la partida al día siguiente, entonces la Codorniz
propuso una fiesta de despedida y todos aceptaron. Después, Luis Cervantes caminando
por una vereda se encontró con Camila y le dijo que ya se iba a ir. Luis le empezó a hablar
del jefe Demetrio Macías y el dinero que pronto tendrían. Ésta cuando escuchó a Luis,
mejor se puso a llorar. Demetrio vio esta escena y se retiró de ellos.
Se llevo a cabo la fiesta, Camila no asistió por tener una jaqueca según su mamá
Agapita. Al terminar, Demetrio se despidió de la gente del pueblo con mucho
agradecimiento. Cuando Camila los vio, en la lejanía, se puso a llorar y María Antonia una
vecina se rió de ella. Por el camino Demetrio y su gente encontraron a un viejito y le
preguntaron cuantos federales había por el rumbo, él les respondió que había menos de
una docena. Siguieron su camino con la idea que por cada federal que mataran, sería una
carabina más para ellos. Secuestraron a un jornalero para que los llevara al cuartel, iban
llegando al pueblo, cuando los federales los recibieron a balazos y durante la balacera
mataron al Tecolote. Un señor les dio asilo en su casa.
Entonces apareció el general encargado del cuartel, un soplón le dijo donde estaban
los revolucionarios, éste mandó al teniente Campos indicándole que los matara y después
los colgara a todos en la plaza. La gente de Demetrio les hizo una emboscada. Después
de haber brincado muchas tapias y llegado al muro final del templo, encontraron a los
federales y los bombardearon con granadas, matando así a la mayoría. Todos los que
quedaron vivos fueron también asesinados junto con el general de tés blanca, quien dirigía
en ese momento al grupo de federales.
Demetrio llegó con 100 hombres a Zacatecas solicitando unirse a Pánfilo Natera, el
cual lo aceptó muy cordialmente. Celebran los logros obtenidos. Luis Cervantes se puso a
platicar con el señor Solís, quien le dijo que estaba desilusionado porque ya tenía 25 años
en la revolución y sólo veía hombres muy acabados, como resultado de tales movimientos
armados. Luis le dijo que no se desanimara, siempre debería tener presente los motivos
que lo llevaron a unirse a esa causa. Demetrio Macías se llevó de ahí a Luis y le dijo
felizmente que ya lo habían nombra coronel. A la mañana del día siguiente amanecieron
muertos dos hombres de Macías y una vieja prostituta. Les da la orden de enterrarlos
solamente.
El asalto a la ciudad de Fresnillo Zacatecas fue un fracaso revolucionario. Demetrio
al saberlo, les explicó a Anastasio y Pancracio lo fácil que era tomar esa plaza por la
noche. Demetrio se acordó de Camila y le dijo a Anastasio que volvieran al ranchito por
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ella, ya que se había enamorado profundamente de esa mujer. Anastasio le dijo a su jefe
que cuando lo deseara iban al ranchito por Camila.
Cuando estaba reunida la gente de Pánfilo Natera y del coronel Macías se empezó a
correr el rumor que Villa iba a ir para ese lugar, donde se encontraban ellos. Todos los
hombres de Natera empezaron a contar a la gente de Macías las hazañas de Villa, todo lo
que había logrado conseguir. Posteriormente la gente de ambos; Macías y de Natera,
sufrieron una emboscada y Luis Cervantes, sin darse cuenta apareció sólo con Solís entre
lluvia de balas, después de haber ido Macías y su gente por los federales hasta la cumbre
de una ladera, la cual sería la muerte si se daba un paso en falso. Llegaron y acabaron con
todos los federales de esa ladera, todo esto explicado por Solís a Cervantes, quién elogio
mucho al coronel Demetrio Macías por realizar dicha hazaña.

SEGUNDA PARTE

Llegó Demetrio y su gente a un restaurante de un pueblo, Anastasio le presentó al güero


Margarito viejo amigo de éste. Ahí en el restaurante hay una mujer que le apodan la
pintada, ella elogió a Demetrio, éste alegre mandó pedir champagne y todos empezaron a
brindar. Cuando llegó la madrugada Demetrio preguntó a Anastasio que hora es y éste le
dijo que ya no tardaría en amanecer. Cuando llegaron a dicho lugar, los hombres de
Macías se dedicaron a saquear y vender lo que encontraron, ante el disgusto de Luis
Cervantes. Macías se durmió con la pintada y amaneció un poco crudo. Al llegar el güero
Margarito la pintada lo despertó y éste hizo que le trajeran al mentado güero Margarito,
éste le dijo que deseaba ser admitido en las filas de Demetrio Macías. Le pregunto sobre el
cargo que tenía. Le respondió: tengo el cargo de capitán primero señor, Demetrio Macías
le dijo que desde hoy sería mayor.
Luis Cervantes entró donde estaban reunidos todos, traía consigo una bella mujer.
Le dijo al coronel Demetrio que era su futura mujer. Brindaron porque también Demetrio
recibió una aguilita, como insignia para su sombrero, con un paño negro, se sintió muy
elogiado y todos aplaudieron, mientras la pintada se salía. Cuando entro nuevamente la
pintada trajo consigo a una yegua y entonces dijo que era su avance. Margarito dijo que se
iba a matar porque un querubín no le hacía caso (ese querubín era la novia de Cervantes).
Ese día por la noche Demetrio se emborracho, fue en buscar de la novia de Cervantes
porque se le había antojado, pero al verle esta actitud todos sus hombres lo detuvieron y lo
desarmaron, para que no matara a la pintada que trataba de impedir que Demetrio lograra
su propósito en su borrachera. Sus compañeros lograron dormir a Demetrio Macías y en la
mañana siguiente Luis fue en buscar de su novia y la pintada le dijo que la había
aconsejado para que se fuera y ésta le había hecho caso.
Demetrio partió rumbo a Moyahua y cuando iban llegando, le paso por la mente
visitar a don Mónico un viejo amigo (en realidad era su acérrimo enemigo) a quien quería
mucho. Ordenó a sus tropas que se apearan en el lugar mencionado para solicitar comida,
bebida y descansar un poco. Cuando llegaron no les abrieron las puertas de la hacienda y
por lo tanto tuvieron que empujarla. Anastasio tiró un balazo a la cerradura, empujaron y
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así pudieron entrar. Al entran solo encontraron niños y mujeres a las cuales les piden que
sacarán el dinero. Ellas asustadas sacaron unos cuantos billetes y armas. Cuando ve lo
poco que obtienen Demetrio Macías ordena cateo de la casa y encuentran a don Mónico
encerrado en un guardarropa. Se encontraba encerrado y con un fusil y le pide a Demetrio
Macías que no le haga nada por su familia, este decide perdonarlo y se va. Todos salen de
la casa que está dentro de la hacienda de don Mónico. Afuera los esperan mucha gente
pobre que tenía deseos de que la gente de Demetrio les diera algo de lo que sacaron de la
propiedad de don Mónico. Al ver que no traen nada, le dicen a Demetrio que saque algo y
este sin más explicaciones ordena que se retiren ante la muerte de uno de sus soldados
que quiso contradecirlo.
La gente de Macías se alojó en una casona del cacique de Mayahua, donde llegó
Luis Cervantes con el mismo Demetrio Macías. Luis le mostró todo el dinero que había
logrado obtener en ese día. Luis Cervantes platicando con Macías le confió que él no
estaba de acuerdo con pelear para que Carranza o Villa llegaran a la presidencia, sino
para que la gente lograra justicia, que era lo esencial dentro de todo movimiento
revolucionario. Macías, por su parte, le respondió que a él no le interesaba todo eso;dinero
y justicia, sino que él era feliz con un buen trago y una chamaca que le cuadrara harto. Se
acordó de Camila, Luis le propuso traérsela o que fueran por ella, pero Macías le contesto
que él a lo único que le tenía miedo era a las chamacas que le cuadraban de verdad. Al día
siguiente Luis fue por Camila, a quien engaño diciéndole que si se quería ir con él. Ella
decide irse con Luis. Cuando llegan al lugar, donde se encontraban las tropas de Macías
los encuentran a todos borrachos. Luis dejó a Camila junto a Macías, pero cuando ella
despertó se puso a llorar, entonces la pintada fue a consolarla y le preguntó que si quería a
Luis, Camila respondió sí, pero que él le mintió y entonces la pintada elabora un plan para
que Camila fingirá estar enferma y así la pueda llevar a su casa cuando los del pelotón se
fueran, sin embargo esto no se pudo lograr por que a la mera hora Camila se echó para
atrás. Todos partieron rumbo a Jalisco en busca de los orozquistas. En el camino se
encontraron a algunos federales encabezados por un cura al cual también mataron sin
compasión.
Camila y Demetrio empezaron a llegar a un acuerdo sentimental, pero cuando
estaban a tres jornadas de Limón, la pintada le dijo a Camila sobre las intenciones de
Demetrio quien volvería con su mujer. Entonces Camila le contó todo esto a Demetrio y
éste la consoló diciéndole que no le hiciera caso a la pintada que estaba loca.
Partieron a Tepatitlán, curro y la codorniz se la pasaron haciendo apuestas. Cuando
Demetrio y su gente llegaron ahí, asaltaron un caserón.
En una escena de celos, la pintada por envidia, tumbó del caballo a Camila quien la
acusó con Demetrio, enojado corrió a la pintada, pero ésta antes de irse le dio una
puñalada a Camila y la mató. Luego de algunas discusiones dejaron que se fuera la
pintada del regimiento.
Cuando llegaron a Aguascalientes observaron que el lugar estaba lleno de pobreza
muy deprimente, sin embargo, la gente de Demetrio se dedicó a esparcirse un poco,
algunos fueron victimas de charlatanerías otros de algún vendedor, mientras en ese
contexto se llevaba la gran Convención que arrojaría grandes decisiones para los
revolucionarios.
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TERCERA PARTE

En esta tercera parte, Mariano Azuela, narra como Luis Cervantes le escribió a Venancio
desde el paso Texas el 16 de mayo de 1915. Para felicitarlo por el título médico que logró
obtener y para proponerle un negocio de un restaurante en Estados Unidos. Además se
lamentó de la muerte del manteca y de pancracio por una partida de baraja. Le dio gusto
por el suicidio del güero Margarito.
Durante el camino por Durango, se enteraron, por medio de cuatro desertores, que
Villa recibió una tremenda derrota en Celaya. Esta noticia hizo que reflexionarán sobre el
porqué estaban luchando, a favor de quién lo hacían, que papel jugaban dentro este
movimiento. Fue Demetrio Macías el hombre que se puso más triste, lo afloró en una
pequeña reunión que realizaron sus hombres.
El conjunto de hombres se encaminó a Juchipila. Estando ahí, los invadieron los
recuerdos de sus batallas como la de Zacatecas y se dieron cuenta que ya nadie se
acordaba de ellos. Al entrar por la calles de Juchipila, repicaban las campanas de la iglesia.
El pueblo tenía un festejo. Pero al igual que otros pueblos que habían recorrido, este
también estaba en ruinas, no encontraron comida, aunque mostraron montones de billetes,
no encontraron que comprar pues no había mucho que les vendieran.
La mujer de Demetrio, junto con su hijo salió al encuentro de éste. Hacia casi dos
años que no se veían. Juchipila se vio azotado por una fuerte lluvia. Presagio que algo iba
a ocurrir. La mujer de Demetrio Macías no quería que él se fuera nuevamente. Le dijo que
ahora sí presentía que algo ocurriría.
Cruzando la sierra, Demetrio rememoró que en ese mismo lugar con sólo veinticinco
hombres le había propinado más de quinientas bajas a los federales. Al decir esto
empezaron los disparos, los federales los habían emboscado. Muchos corrieron, otros
tantos murieron. Demetrio parapetado en un escondite de rocas disparó contra el enemigo.
Sin embargo, llegó su final, se quedó inmóvil con los ojos fijos y aún apuntando con su fusil
en mano.

Aquí termina esta novela.

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