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Aquello que agita el cuerpo de manera violenta: el ansia, la escritura.

Un par indisociable en este libro de Matas Moscardi porque esta ltima se propone como violencia controlada sobre el lenguaje (ah, el corte ostentoso de verso, casi traumtico); una escucha cortada que es a la vez una voz que se corta volviendo sobre s misma. Cada poema cierra con el ansia, ese sintagma desplazado espacialmente. Pero cierra porque abre, porque recorre transversalmente todo el texto y, entonces, se vuelve ritornelo de aquello que est silenciado en el poema. Escribir el ansia sera como ansiar la escritura. No hay en ese gesto aguas calmas, algo est siempre a punto de estallar y la escritura no hace otra cosa que desplazar ese estallido, siempre al final, siempre pospuesto, corrido por el agua que inunda la casa, por el ejercicio frentico de sacar el agua; corrido por el ala de ese murcilago que queda como estampa a la vista; corrido por lo que nunca puede hacerse desaparecer, el objeto del ansia (cercano a la forma de lo ominoso en lo cotidiano). La escritura es as agitacin violenta bajo la presin de orfebrera de la frase. En este sentido, el ansia puede leerse como una reescritura de lo propio de Los crculos del agua porque el crculo se cierra; de Una, dos comadrejas porque el terror y el horror son ya la nica escansin posible del poema. Pero tambin, y sobre todo, el ansia es una potica, el desarrollo de una violencia interna, el modo en que la escritura pasa por el cuerpo.

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