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Y el enano Saltarn me dijo que la reina estaba un poco triste, pues tena con su nombre gran despiste y l podra

quedarse con su hijo.

Fui volando hasta aquel fugaz planeta, barr el volcn, lo dej muy limpiecito, por si vuelve aquel rubio Principito en busca de su flor y su maleta. UN DA CON MI LIBRO Aquel da bajo el verde limonero con un libro entre las manos yo lea y Pulgarcito al odo me deca los secretos de aquel duende zapatero Pude jugar con la nia Rizos de Oro y viajar en un viejo submarino, pedir un deseo al genio de Aladino y husmear en la cueva del tesoro. Tremendo susto me dieron los ladrones. Yo me escond detrs de Al Bab y pens: Si llamo a mi pap, l s que arregla a estos grandullones. Sal corriendo por una veredita y vi al lobo feroz que me llamaba. A dnde vas? el pillo preguntaba. Ay, no me llame, no soy Caperucita. Me tropec con los siete cabritos porque el lobo tambin los persegua. Que venga el cazador! yo repeta, o que vengan esos siete enanitos! Vi princesas, entre ellas, a Cenicienta; muchas hadas y alguna bruja mala, y de repente, sentados en mi sala, doce pajes con vistosa vestimenta. Por causalidad, es suya esta zapatilla? No, seores mos, yo no uso tacones, prefiero mis botines de ilusiones y, quizs, de Mary Poppina, la sombrilla. Escuch rebuznar, no eran trinos, era el burrito del gordo Sancho Panza, que buscaba de su amo aquella lanza para ir a luchar con los molinos. Me top de repente en el ocaso con el querido Rin Rin Renacuajo: tan elegante, tan verde, tan majo, sali de casa sin hacer ni caso. La casa de chocolate estaba cerca, un poco antes de pasar la hoja, le di un bocado, pues se me antoja comerme la casa de la bruja terca. Da delicioso junto al verde limonero, con mi libro de viajes y aventuras, cmplice bueno, infatigable compaero, con el que paso las duras y maduras.

Zandra Montaez Carreo

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