CATECISHO
PERSEVERANCTIA.
TOMO IIL.Varios Prelados de Espana han concedido 2520 dias de indulgencia &
todos los que leyeren t oyeren leer un capitulo 6 pagina de cualquie-
ra, de las publicaciones de la Lisnenia RELIGIOSA.
CATECISMO
DE
PERSEVERANCIA
( EXPOSIGION HISTORICA, DOGMATICA, MORAL, EIPURGICA,
APOLOGETICA, FILOSOFIGA ¥ SOCIAL
DE LA RELIGION,
DESDE EL PRINCIPIO DEL MUNDO TASTA NUESTROS DIAS,
ron en apare J. GAUME,
VICANIO GENERAL DE LA DIGGHSIS PE REVERS, CARACLENO DE La GRDEN DE SAN SILVESTRE, 99610
RLIGION CAILICA DE MOMA,, ETC
Sexta edicion, revisada y anmentada con nolas sobre la geologia ,
y una tabla general de materias.
TRADUCIDO DEL FRANCES
Por
). FRANCISCO ALSINA Y D. GREGORIO AMADO LARROSA.
Jesus Christus heri , et ho
in saccula. (Hebr. x10
Jerucristo ayer y hoy: 4l mi
bien en los siglos.
Deu!
Dios es caridad.
haritas est, (1 Loan. ty, 3).
TOMO Il.
Con aprobacion del Ordinario.
BARCELONA:
EXBREREA RELEGKOSS.— LPRENTA DE PABLO RIELA,
calle Nueva de San ‘isco, nim. 17-
1857.CATECISMO DE PERSEVERANCIA.
PARTE SEGUNDA.
LECCION I.
ES PROPIEDAD. 2
; ESTADO DEL MUNDO CUANDO YINO EL MESIAS.
Estado politico y religioso de los gentiles.—Dominacion romana.—Jdolatria,
— Estado politico y religioso de los judios. —Diyision de su territorio. — De-
pendeucia de los romanos.—Sectas: Fariseos , Esenios, Saduceos y Hero-
dianos.
Acabamos de dejar el mundo antiguo, y pisamos ya el mundo
huevo donde deben cumplirse, verificarse y completarse las prome-
sas, figuras, profecias y documentos cuya historia ha ocupado por
tanto tiempo nuestra alma y ha hecho latir nuestro corazon. Antes
de pasar adelante, aprendamos 4 conocer ese mundo nuevo, tesligo
de tantas maravillas.
El imperio romano, que, segun la profecia de Daniel, debia der-
rocar y absorber todos los demas imperios, habia llegado al apogeo
de Su gloria, y abarcaba en su vasto seno casi todas las naciones ¢o-
nocidas, Augusto, vencedor por mar y por tierra tras una prolon-
gada Y Sangrienta lucha contra sus numerosos rivales, se senlaba
tranquilamente en el trono de los Césares, y toda Ja tierra descan—
saba en el regazo de la paz, si es permitido dar este nombre a la
calma momentanea del esclavo embrutecido y cargado de cadenas,
En efecto, todas las naciones, convertidas en tibularias de los ro-
manos, gemian bajo el despotismo mas duro que haya pesado ja-