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COMUNIN:

Juan Pablo II en su Exhortacin Ecclesia in America dijo lo siguiente: Ante un mundo roto y deseoso de unidad es necesario proclamar, con gozo y fe firme, que Dios es comunin, el cual llama a todos los hombres a que participen de la misma comunin trinitaria. Es necesario proclamar que esta comunin es el proyecto magnfico de Dios (Padre); que Jesucristo, que se ha hecho hombre, es el punto central de la misma comunin; y que el Espritu Santo trabaja constantemente para crear la comunin y restaurarla cuando se hubiere roto. Es necesario proclamar que la Iglesia es signo e instrumento de la comunin querida por Dios, iniciada en el tiempo y dirigida a su perfeccin en la plenitud del Reino (No.33).

As pues, Dios es comunin y en la lnea de lo que l es, nos ha creado y nos salva. El sentido de la Iglesia y de la historia toda va en este sentido de unidad, a la cual se opone el pecado. Pero en Cristo muerto y resucitado tenemos la firme promesa del triunfo definitivo de la comunin trinitaria que nos invita a vivir nuestro compromiso cristiano en comunin.

SOLIDARIDAD: El Episcopado Venezolano en su carta del 10 de enero del 2000, sobre el Concilio Plenario, nos dice lo siguiente: La conciencia de la comunin con Jesucristo y con los hermanos lleva a servir al prjimo en todas sus necesidades, tanto materiales como espirituales; por ello, la solidaridad es fruto de la comunin y se expresa en el amor del cristiano que busca el bien de los otros, especialmente de los ms necesitados.

Desde este ngulo se debe promover una cultura de la solidaridad. En orden a esa respuesta, el catlico cuenta con la Doctrina Social de la Iglesia. Un papel muy especial, propio, para una cultura de la vida y de la solidaridad y que tiene como agentes principales los laicos, los cuales se encuentran sumergidos en la sociedad y que deben constituirse en levadura que fermenta la masa que es el mundo de hoy.

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