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UNIVERSIDAD CATOLICA DE TEMUCO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y JURIDICAS


ESCUELA DE DERECHO
DERECHO ECONOMICO I
PROFESOR: JUAN EDUARDO FERNANDEZ S. M.
AÑO ACADEMICO 2008, PRIMER SEMESTRE.

CONCEPTO DE DERECHO ECONOMICO Y ORDEN PUBLICO ECONOMICO


Selección de lecturas

DERECHO DE LA ECONOMIA Y DERECHO ECONOMICO 1

Jorge Witker V.

El derecho económico conforma una realidad científica indiscutible,


siempre que se la examine con una metodología interdisciplinaria amplia no
formalista. Esto es, considerando a las normas jurídicas específicas como
instrumentos que cumplan contenidos y finalidades económicos y sociales.
Se trata de una rama del derecho integrada por categorías jurídicas
(elemento formal) y económicas (elemento material), de manera que su objeto de
estudio es bicéfalo. Ambos elementos tiene como eje central el fenómeno del
intervencionismo estatal en la economía (mixta o socializada), a fin de alcanzar
metas definidas por el sistema político global, recogidas en las constituciones
nacionales. Este eje central será distinto en uno u otro sistema económico (mixto o
socializado).
Este intervencionismo y dirección estatal, ha dado lugar en la ciencia
económica a una rama autónoma. La política económica que estudia, sistematiza
y evalúa los instrumentos técnicos de intervención estatal con el fin de regular la
producción, distribución, circulación y consumo en una comunidad que aún
mantiene mecanismos de mercado para la asignación de recursos. Es más,
cuando la política económica se racionaliza, se hace sistemática y permanente,
avanza hacia la planificación democrática o concertada.
Para regular ambos matices del intervencionismo estatal en la
sociedad occidental, surge el derecho económico como un subconjunto normativo
que regula, disciplina y ejecuta la política económica y la planificación en busca
del desarrollo que equilibre necesidades sociales ilimitadas frente a recursos
materiales escasos.
Dicho intervencionismo estatal cuando es total y planificado,
imperativamente como en los sistemas socializados, exige normas administrativas
y económicas totales, dando al derecho económico una función hegemónica
confundiéndolo con el derecho de la planificación. Es decir, en estos sistemas,
derecho económico y derecho de la planificación se vuelven sinónimos.

1
“Introducción al derecho económico”. Harla. México. 1995.

1
Aclarado lo anterior, volvemos a los modelos mixtos o de estado
social de derecho, podemos afirmar que el derecho económico es el derecho de
dirección, de mando que se adscribe en el ámbito del derecho público, sin
desconocer su incidencia normativa en áreas del derecho mercantil. Este carácter
de “derecho fronterizo”, ha llevado a algunos autores a sostener que en los
sistemas económicos mixtos, este derecho es el derecho de síntesis, que plasma
los intereses privados (en cuanto agentes que cumplen actividades económicas no
estrictamente individualistas) con los intereses públicos de dirección.
Sin embargo, para los autores italianos, más que de derecho
económico de dirección, habría que hablar de derecho de la economía.
Por ejemplo, para Giovanni Quadri, y en general para la doctrina
italiana, el derecho de la economía se ubica en el derecho público de la economía,
conceptualizado como una nueva disciplina que estudia y sistematiza las normas
jurídicas por las cuales el poder público actúa en la economía. Para otro autor, el
derecho de la economía es el derecho aplicable exclusivamente a la intervención
de las personas públicas en la economía (empresas públicas).
Empero, creemos que el derecho de la economía supone una noción
amplia que configura el universo normativo disciplinando la actividad económica
en general y admitiendo así, una distinción entre derecho privado de la economía
y el derecho público de la economía.
En efecto, el derecho privado de la economía registraría los
controles, licencias y técnicas de policía con que el Estado regula a las empresas
privadas, que si bien son reglamentadas por el derecho mercantil tradicional, es el
poder público el que las reglamenta y controla. Esta regulación ha dado lugar a
algunas legislaciones para hablar del derecho industrial o derecho corporativo.
En cambio, el derecho público de la economía está referido a
aquellas normas de derecho público que reglamentan la actuación de las personas
estatales en la actividad económica. Esta opción llevó a la doctrina española a
negar la autonomía del derecho económico para ubicar esta normatividad en el
derecho administrativo económico.

Derecho privado económico o derecho de la desregulación.

El retiro estratégico de los estados como productores directos de


bienes y servicios (empresas paraestatales en general) a consecuencia de los
modelos neoliberales de fin e siglo, es un hecho extendido en América Latina.
Igual suerte han corrido las funciones de dirección (rectoría económica en el
lenguaje constitucional mexicano) y regulación de la actividad económica, derivan
entonces en unas disminución de las normas de derecho público económico y la
extensión y predominio de un derecho privado de la economía.
Es decir, al modificarse la relación Estado-mercado por la ecuación
mercado-Estado, el derecho económico cambia de sustancia y forma.
Ese cambio dialéctico en la economía de México y América Latina
trae como consecuencia un cambio en el derecho económico gestado en décadas

2
pasadas y hoy debemos hablar más propiamente de un derecho privado de la
economía o de un derecho de la desregulación económica.
Un derecho de la desregulación económica, concepto un tanto
tautológico que supone que los agentes económicos están facultados para actuar
con la menor observación posible de requisitos en los mercados tantos nacionales
como internacionales.
En efecto, etimológicamente, regulación se define como el acto o
acción de regular u ordenar. Regular: conforme a reglas, poner en orden una cosa.
Regla: principio, base, canon, estatuto, ley, norma prescripción, mandato, etc.
De ello se desprende que regulación significa elaborar y aplicar una
regla o conjunto de éstas para que disciplinen la economía.
Por su parte, la economía es una ciencia social que describe y
estudia el principio de escasez (esto es, imitados recursos materiales e
inmateriales frente a ilimitadas necesidades de los individuos y países).
Con base en lo anterior, regulación económica implica someter a
normas a los agentes que actúan en la contradicción histórica perenne que opera
en el principio de escasez.
Ahora bien, jurídica e institucionalmente el principio de escasez se
materializa den tres premisas básicas: a. Qué producir. b. Cómo producir. c. Para
quién producir.
La regulación económica toma entonces cuerpo en las normas
jurídicas que limitan, estimulan, fomentan, inducen, imponen y sancionan,
conductas económicas específicas creadas para proteger determinados valores
colectivos, sociales, públicos o de interés general. Generalmente la regulación
económica –que emana de las constituciones políticas- está relacionada con una
especie de orden público económico diseñado y consentido por la mayoría de una
comunidad o país.
Ahora bien, desregulación supone el prefijo des (negación, oposición
o privación) una eliminación o reducción de la regulación. De ahí que un derecho
que desregula se antoja antitético, sin embargo, la idea que entraña la
desregulación en boga es diferente.
En efecto, si bien es cierto que en el modelo neoliberal vigente, el
mercado subordina al Estado, no es menos cierto que se asigna al poder público
una función reguladora mínima; y que se busca que el derecho sea el filtro fino
que no entrabe ni dificulte el libre accionar de los agentes productivos y
mercantiles.
Al respecto un estudio de NAFIN expresa con certeza lo que
afirmamos: “desregulación en el sentido de que su aplicación pretendería reducir o
eliminar reglas o reglamentos, cuando no se encuentran cumpliendo
adecuadamente su objetivo o cuando se manifiestan de forma excesiva para un
mismo asunto, lo que representa costos inadecuados para u trámite o acción
tutelada jurídicamente”.
Con dicho concepto de desregulación se busca expeditar la
actuación de los agentes económicos a los cuales se les libera de todo requisito

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innecesario o superfluo. Es decir, un mínimo de normas y un máximo de libertad
económica.
En este contexto se hace necesario precisar que el derecho
anglosajón resuelve esta problemática con la incorporación del concepto de
legislación mandatoria en contraposición a la legislación discrecional tan prolífera
en nuestro derecho económico y administrativo.
Una legislación mandatoria supone una premisa básica de seguridad
jurídica y de respeto a las garantías económicas individuales, e implica que los
agentes económicos deben observar determinados requisitos establecidos
claramente en las leyes y normas legales, cumplidos los cuales, su autorización es
automática e inmediata, sin necesidad de un acto declaratorio especial de la
autoridad o dependencia administrativa.
En cambio, la legislación discrecional, propia del paternalismo
jurídico estatal, deja en la incertidumbre al agente económico, pues a pesar de
cumplir con los requisitos su actuación se hace legal sólo a partir de actos
declarativos particulares de cada autoridad interviniente.
Afortunadamente, esta modalidad desreguladora comienza a abrirse
paso en nuestro derecho económico.
Como vemos, los modelos neoliberales en la economía impactan las
estructuras jurídicas pasando del derecho económico de perfil público y social a u
derecho privado de la economía en el que la autoregulación y descentralización de
los operadores económicos exige un mínimo de normas de regulación –derecho
de la competencia, normalización ecológica y de policía, controles de calidad y
protecciones a los consumidores-, un derecho verdadero de regulación, lejos de
burocratismos y discrecionalidades, fuentes de ineficiencias y corruptelas.

Definiciones de derecho económico.

Conjunto de principios y normas jurídicas que regulan la cooperación


humana en las actividades de creación, distribución, cambio y consumo de la
riqueza generada por un sistema económico.
Darío Munera Arango.

Derecho de la economía organizada.


R. Goldschmidt.

Conjunto de estructuras y medidas jurídicas con las cuales, utilizando


facultades administrativas, la administración pública influye en el comportamiento
de la economía privada.
E. R. Huber.

Derecho regulador de la economía mixta que tiene por finalidad


conciliar los intereses generales protegidos por el Estado por un lado, y los
intereses privados por otro.
Gustavo Radbruch.

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Conjunto de principios jurídicos que informan las disposiciones,
generalmente de derecho público, que rigen la política económica estatal
orientada a promover de manera acelerada el desarrollo económico.
Daniel Moore Merino.

Conjunto de técnicas jurídicas que formula el Estado contemporáneo


para la realización de su política económica.
Favio Donder Comparato.

Complejo de normas que regulan la acción del Estado sobre las


estructuras del sistema económico y las relaciones entre los agentes de la
economía.
Alfonso Insuela Pereira.

El derecho económico como la rama del derecho cuyas normas y


principios tienen por objeto la organización, disciplina y control de las actividades
económicas del Estado y de emprendimientos privados en lo tocante a la
producción, a la circulación y al consumo de las riquezas tanto en el ámbito interno
como en el ámbito internacional.
Queiroz Nogueira.

El derecho económico mexicano, en el modelo neoliberal, es el


conjunto de normas específicas de regulación cuyo objeto o finalidad es enmarcar
comportamientos económicos de las personas físicas o morales, tutelar intereses
generales con criterios de economicidad y simplificación el contexto de un
mercado zonal.
Jorge Witker.

ORDEN PUBLICO ECONOMICO: FICCION O REALIDAD 2

Arturo Yrarrázaval C.

Análisis del Derecho Económico en Chile.


Es impresionante constatar que el concepto, hoy día, totalmente
reconocido del derecho económico en nuestro país, tuvo su origen en la década
de los 60. Hasta ese entonces se estudiaba en las Facultades de Derecho los
cursos denominados indistintamente Política Económica o Economía Política y
después el curso de Derecho Industrial y Agrícola. Posteriormente surgen los
cursos de legislación económica en sus ámbitos de Comercio Interno y Comercio
Exterior y en algunas Facultades el curso de Derecho Financiero en forma
separada del curso de Derecho Tributario. Así, se puede entender el concepto que

2
Revista del Abogado, Nº 15, abril de 1999.

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Daniel Moore daba en 1962 al concebir el Derecho Económico como “un conjunto
de principios jurídicos que informan, y de disposiciones, generalmente de derecho
público, que rigen la política económica estatal, orientada a promover un más
acelerado desarrollo económico”.
El concepto de Moore, que hoy parece criticable desde diversos
puntos de vista, reflejaba la confusión reinante en nuestro medio sobre el tema.
Algunos creían, en la línea de Moore y de Olguín en Chile y de Santo Briz en
España, que el derecho económico no era otra cosa que e derecho de la
intervención estatal en el ámbito económico. Así, en las Cuartas Jornadas de
Derecho Público de 1965 definían al derecho económico como “un conjunto de
principios, normas e instituciones mediante los cuales se realiza el desarrollo
planificado de la sociedad en su aspecto económico”. Existían otros, los menos,
que pensaban que el derecho económico era un ordenamiento destinado a
asegurar y aparar el desenvolvimiento de la actividad económica privada.
Enseguida, un tercer grupo, constataba una extensa legislación inorgánica,
contradictoria, dispersa y mutable, lo que no permitía hablar de un derecho
económico, sino en el mejor de los casos de legislación económica.

Análisis del Orden Público Económico en Chile.


El análisis del Orden Público Económico en Chile es también
bastante reciente. La primera Jornada de Derecho Económico celebrada en la
Universidad de Chile en 1976 sirvió como punto de partida para el análisis
académico sobre la materia. En dicha ocasión el profesor Enrique Aimone hizo un
brillante análisis para determinar un concepto de derecho económico sobre la
base de su evolución histórica y del pensamiento de famosos juristas como
Lehmann, Huber, Hedemann, Radbruch, Isele, Cotteley en la Europa continental y
de Aftalión y Olivera en América Latina. El mismo Enrique Aimone, ya había
planteado en un artículo publicado en 1964 en Concepción unos primeros
conceptos sobre el tema,. Señalando que el objetivo del Derecho Económico era
el de establecer el Orden Público Económico. En esa misma línea, Oscar Aramayo
planteaba que el Derecho Económico tenía que preservar el orden público
económico, que él lo vinculaba con la ejecución de la política económica a través
de la programación de desarrollo.

Orden Público y Orden Público Económico.


La distinción entre el orden público y el Orden Público Económico ha
sido una materia de notoria complicación. Nadie tiene dudas de que los efectos de
la ley en cuanto a la sanción están determinados por el orden público. El notable
jurista y profesor de la Universidad de Chile Avelino León Hurtado sostenía,
después de reconocer lo difícil que era precisar el concepto de orden público, que
“podría, en forma aproximada, definirse el orden público como el conjunto de
principios morales, religiosos, políticos, sociales y económicos sobre los cuales
reposa, en un momento histórico dado, la organización de una sociedad y le
permite a ésta desenvolverse correcta y adecuadamente”.
Ambos eminentes juristas concuerdan en lo siguiente:

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1. El orden público es un concepto eminentemente variable en el
tiempo y en el espacio.
2. A la ley le corresponde determinar en el derecho privado cuáles
instituciones y conceptos son de orden público.
3. En cuanto al derecho público todas sus normas por definición son
de orden público.
4. El concepto de orden público no puede quedar indeterminado
legalmente pues constituiría un grave peligro para el Estado de
Derecho.
El orden público aparece definido por nuestras jurisprudencia en
1954 como “el conjunto de medidas y reglas legales que dirigen la economía,
organizando la producción y distribución de las riquezas en armonía con los
intereses de la sociedad. De esta noción has surgido el concepto de delito
económico que viene a ser, precisamente, todo hecho que importe una
transgresión a dicho orden económico”.
En la actualidad el concepto se ha decantado notablemente y así el
Diccionario de derecho Empresarial de Luis Ribó Durán y Joaquín Fernández de
1998 lo definen como “la síntesis de los muy diversos intereses que concurren en
el marco institucional de una economía de mercado. En este sentido y mediante la
protección de la propia competencia, se tutelan los intereses de los competidores
y de la propia economía nacional”. Los autores consideran que el concepto es de
naturaleza preconstitucional.

El Orden Público Económico del profesor Eduardo Novoa.


En el caso chileno el tema del Orden Público Económico fue objeto
de una muy larga controversia académica en la segunda mitad de la década del
60 y jurídico-político durante el gobierno de Salvador Allende. El profesor Novoa
había planteado ya en 1964 que el sistema jurídico-económico había perdido
totalmente su unidad pues “lo integran disposiciones antagónicas en cuanto a sus
principios, en cuanto a la ideología que los inspira y en cuanto a la forma como
encaran la solución de los problemas jurídicos”. Confiesa el profesor Novoa en su
muy interesante libro “Resquicios legales” que el Presidente electo Salvador
Allende le había encargado buscar preceptos legales que permitieran la aplicación
de su programa económico. Las disposiciones legales recomendadas fueron el DL
520 de 1932, las atribuciones discrecionales otorgadas en la legislación
económica a diversas autoridades y las intervenciones de empresas. Un análisis
en profundidad sobre el pensamiento del profesor Novo se encuentra en la edición
de sus obras escogidas bajo el título “Una crítica al derecho tradicional”.

Técnica del Orden Público Económico.


Resulta imperioso en el análisis del Orden Público Económico el
determinar las técnicas a través de las cuales se manifiesta. Mientras el orden
público se manifiesta a través de normas prohibitivas, el Orden Público Económico
lo hace a través de técnicas, siendo una de ellas las normas prohibitivas.

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Una técnica fundamental del Orden Público Económico es la de
reglamentación. Así en el caso chileno tenemos a las Superintendencias
económicas reglamentando, dentro del ámbito de la ley, la actividad de las
administradoras de fondos de pensiones, de los bancos e instituciones financieras,
de las sociedades anónimas abiertas, compañías de seguros y bolsas y de las
instituciones de salud previsional. Asimismo, el Banco Central de Chile, en virtud
de las facultades otorgadas a su Consejo por la Ley Orgánica Constitucional, está
permanentemente reglamentando en el ámbito monetario, crediticio y cambiario.
Otra técnica empleada por el Orden Público Económico es el control a que se
someten las actividades económicas reguladas por ley en Chile. Los controles son
ejercidos por los órganos fiscalizadores en forma permanente. Son también
técnicas del Orden Público Económico las limitaciones ala libre contratación y
autonomía de la voluntad. Las leyes de la competencia han limitado la libre
contratación al sancionar cualquier práctica restrictiva contenida en dicha
contratación, ya sea con el término del contrato o su modificación.

Orden Público Económico constitucional.


La Constitución de 1980 revivió la discusión doctrinal con respecto al
Orden Público Económico a nivel constitucional. El profesor José Luis Cea lo
conceptualizó como “el conjunto de principios y normas jurídicas que organizan la
economía de un país y facultan a la autoridad para regularla en armonía con los
valores de la sociedad nacional formulados en la Constitución”. Reconoce el
profesor Cea que el Orden Público Económico no se agota, ni mucho menos, en la
Constitución, sino que comprende el conjunto de principios, normas y medidas
jurídicas en sus muy diversas jerarquías y especies.
El Orden Público Económico a nivel constitucional, implica en forma
fundamental los derechos naturales de las personas en materia económica,
habilitando al legislador para regular el libre ejercicio de las garantías y pudiendo,
sin afectar su esencia, limitar o restringirlos, pero por ningún motivo eliminarlos. En
este aspecto las disposiciones constitucionales sobre libre iniciativa en materia
económica pasan a ser cruciales.
Debemos recordar que dentro de la disposición constitucional del
artículo 19 Nº 21 existe la limitación o prohibición que la actividad económica no
sea contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional. A mi juicio
estas limitaciones deben ser ordenadas por la autoridad administrativa la que debe
estar premunida de las correspondientes facultades legales. Distinta es la
situación en relación con las actividades económicas reguladas. La regulación en
cuestión debe hacerla el legislador y del repaso del contenido del Derecho
Económico en Chile se concluye que así se ha hecho con respecto a todas las
actividades económicas reguladas. Algunos han creído que las ordenanzas y las
resoluciones de carácter general dictadas por los municipios harían excepción al
principio constitucional. No lo creo así, pues dicha normativa obedece a las
facultades que el legislador ha otorgado a las municipalidades en la esfera propia
de sus atribuciones. El tema se abordó en un recurso de amparo económico de
una comerciante ambulante en contra de la Municipalidad de Recoleta. La medida

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tomada por la municipalidad pudo ser atacada de discriminatoria bajo el recurso
de protección del artículo 19 Nº 22, pero desde el punto de vista de la libre
iniciativa en materia económica era plenamente legal.

Contenido fundamental del Derecho Económico.


Difícil habría sido plantearse el tema del contenido fundamental del
Derecho Económico hace algunas décadas. Prueba de ello fue la inexistencia del
tramo dentro de los estudios de Derecho. Sin embargo, hoy en día se puede
constatar en Chile y en todos los regímenes jurídicos desarrollados, un contenido
bastante claro y específico.
En primer lugar nos encontramos con una Constitución que contiene
a mi juicio todos los principios económicos fundamentales. Así dentro de los
derechos de las personas se desarrolla con certeza la libre iniciativa en materia
económica con las limitaciones de la moral, el orden público y la seguridad
nacional, y respetando las normas legales que la regulan. Asimismo, el Estado
empresario debe ser reconocido por ley de quórum calificado y someterse a la
normativa general salvo que por ley de quórum calificado se le dé un tratamiento
especial, lo que implica u reconocimiento constitucional del principio de
subsidiariedad. La norma de no discriminación arbitraria protege a las personas en
las actuaciones económicas del Estado y de sus órganos y deja claro que el único
que puede discriminar y siempre que no sea arbitrario es el legislador. La
Constitución al consagrar los principios básicos en materia tributaria no hace sino
proteger al contribuyente. Así los principios de legalidad, igualdad, justicia y no
afectación constituyen un catálogo de protección frente al Estadio recaudador de
tributos. En materia medioambiental se consagran a nivel constitucional los
deberes del Estado y se establece que es la ley la que debe regular el tema
medioambiental. El derecho a la propiedad y de propiedad son cuidadosamente
regulados por la Constitución, en todas sus diversas especies y manifestaciones.
Termina el capítulo de los derechos de las personas con la protección de los
derechos en su esencia y con el singularmente importante recurso de protección
que ha sido extensamente utilizado desde el Acta Constitucional N° 3 en adelante.
En materia de la formación de la ley, la disposición constitucional sobre las
materias de ley y reglamentaria, da la iniciativa exclusiva al Presidente de la
República y del presupuesto son de importante contenido económico. Cierro este
catálogo básico de la constitución económica con el reconocimiento constitucional
del Banco Central muy cuestionado en su época y hoy en día de gran
reconocimiento y la norma de las funciones del Banco Central.
En el plano de la ley, la legislación económica es hoy en día profusa
y abarca varios campos. Las leyes de defensa de la libre competencia y de
protección al consumidor son de gran importancia en las relaciones comerciales
diarias y en la defensa del bien jurídico de la competencia. La ley del Banco
Central con su desarrollo institucional y de las funciones monetarias, crediticias y
cambiarias, tiene un contenido económico de singular relevancia macroeconómica
y de impacto sobre el ahorro y la inversión. El Consejo del Banco Central a través
de sus acuerdos está permanentemente normando estas materias, el contenido de

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los Compendios de Normas Financieras y de Cambios Internacionales,
Exportaciones e Importaciones impresionan por lo profuso y cambiante. La Ley
General de Bancos y la de la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras, conjuntamente con la normativa proveniente de la Superintendencia,
constituye una amplia área de análisis económico. En materia de valores, la ley y
la Superintendencia de Valores y Seguros aportan otro tanto. En las relaciones
económicas internacionales hay que destacar la normativa sobre inversión
extranjera, fondos de inversión, antisubvenciones y dumping, acuerdos y tratados
de libre comercio y la normativa cambiaria existente en nuestro país desde 1932.
El actuar del Estado en su quehacer económico se analiza en la ley de
Administración Financiera del Estado, Ley de Presupuesto y legislación de
planificación. Por último nos encontramos con la legislación de incentivos ya sean
regionales o por actividad económica. No he incluido en este listado fundamental
la normativa económica en materia de seguridad social, salud, laboral y de
sociedad anónimas y bursátil. Asimismo, hoy en día nadie duda de la íntima
relación con el derecho financiero y tributario.
He querido demostrar a través de este somero listado que el derecho
económico tiene hoy en día un contenido propio que por lo profuso que es puede
ser analizado den grandes líneas en los estudios de derecho y que ya empieza a
profundizarse a través de programas de la empresa o de derecho y economía.

El Derecho Económico no es Derecho Administrativo.


En el último tiempo se ha planteado en el derecho alemán, francés,
italiano, español y argentino, principalmente, la tendencia a que el Derecho
Administrativo absorba al Derecho Económico. A mi juicio esta es una nueva
versión de los deseos de algunos de que el Derecho Económico sea parte del
Derecho Público y en ese caso pareciera lógico que su relación fuese con el
Derecho Administrativo. Se trata de, como dice Sebastián Martín-Retortillo, de
“plantear y analizar el viejo y conocido fenómeno de la intervención administrativa
en el ámbito económico, realidad que, afirmada y generalizada tras un proceso
creciente y expansivo, resulta preciso ordenar sistemáticamente”. En este sentido
encontramos a los alemanes Huber y Badura, los franceses Savy, Jacquemin y
Schrans, de Laubadare, Farjat, Linotte y Mastre, los italianos Bentivenga, Gianini,
Quadri, Cavallo y Di Plumio y los españoles Martín Mateo, Villar Palasi, Baena de
Alcázar y los autores Manzanedo, Hernando y Gómez Reino.
Del análisis del contenido del Derecho Administrativo Económico se
puede constatar la similitud con los contenidos del Derecho Económico nuestro.
Las únicas materias que se tratan en el derecho europeo continental y que no son
estudiadas en forma sistemática por el Derecho Económico son las
telecomunicaciones, la energía y el transporte.

El Derecho Económico no es Derecho Comercial.


Otra tendencia que se ha notado especialmente en el derecho
anglosajón es el de asimilar el Derecho Económico al Derecho Comercial o
“business law”. De esta forma se abordan en dicha área diversos temas jurídico-

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económicos relativos al derecho empresarial. Dentro de esta concepción se deja el
“law and economics” para el estudio de las relaciones de la economía con el
derecho. Así, la gran mayoría de los textos de “law and economics” pretenden
estudiar las complejas relaciones entre ambas ciencias.
En nuestro país, en la Facultad de Derecho de la Universidad
Católica se ha eliminado en el nuevo currículo el ramo de Derecho Económico
siendo absorbido por un Derecho Comercial que se desarrolla en tres años.
Huelgan los comentarios al respecto.

Las sanciones del Derecho Económico.


Un punto que parece fundamental dilucidar es el tipo de sanciones
más apropiadas para el Derecho Económico. Durante mucho tiempo se pensó que
dada la gravedad de los ilícitos económicos eran los delitos económicos las
sanciones más adecuadas. Sin embargo, han ido surgiendo nuevas sanciones que
por lo general parecen más adecuadas, cuales son las sanciones pecuniarias. Hoy
en día, la gran mayoría de las sanciones económicas están siendo aplicadas por
los órganos fiscalizadores y reguladores. Estamos hablando del Banco Central, de
las Superintendencias y en el plano tributario del Servicio de Impuestos Internos.
Todos los órganos fiscalizadores están permanentemente aplicando sanciones por
la infracción de la legislación reguladora, de las circulares y acuerdos emitidos por
ellos y de los estatutos de las sociedades fiscalizadas. Dichas infracciones pueden
ser múltiples pues la normativa que se aplica a las sociedades reguladas es
inmensa y contienen normas que van desde aspectos básicos de sus operaciones
a otras que son reglamentaciones de detalles. En las sanciones pecuniarias se le
otorga al Banco Central, a las Superintendencias y al Servicio de Impuestos
Internos la posibilidad de castigar las infracciones con notable discrecionalidad
dentro de los montos máximos tanto para las personas que hubiesen participado
como para las sociedades involucradas. Dichas sanciones son consideradas
administrativas pero permiten a los sancionados recurrir por lo general a los
tribunales superiores de justicia.
Soy del parecer que este tipo de sanciones pecuniarias son más
eficaces y equitativas que las diferentes sanciones de privación de libertad que
corresponde a los delitos económicos. Por de pronto, estas sanciones pecuniarias
tienen algunas características que les son propias: en primer lugar su aplicación
es bastante rápida, basta la decisión del ente controlador fiscalizador para los
efectos de su aplicación. En seguida, permite sancionar a las personas naturales
responsables como asimismo a las personas jurídicas. En tercer lugar permite a
los órganos fiscalizadores sancionar por cualquier infracción de ley, circular o de
los estatutos, por lo tanto no requiere de la tipificación.

Conclusiones.
Después de hacer estas consideraciones me permito concluir:
1. El Derecho Económico no es Derecho Administrativo ni Derecho
Comercial, es autónomo. La evolución que ha tenido el Derecho

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Económico especialmente en los últimos 25 años en Chile
permite diferenciarlo claramente.
2. El contenido del Derecho Económico ya está lo suficientemente
decantado. Corresponde ahora hacer ahora análisis jurídicos más
profundos basándose especialmente en nuestra evolución y en el
derecho comparado. Llamo la atención que, a pesar de reconocer
la trascendencia del derecho comparado, es a mi juicio
fundamental elegir bien el derecho y la legislación económica más
apropiada y adecuada a nuestra realidad chilena.
3. El Orden Público Económico es la base conceptual del Derecho
Económico. Por lo tanto, todos los análisis y estudios que se
hagan al respecto debieran ayudar en su clarificación.
4. Las técnicas del Orden Público Económico también deben seguir
elaborándose y perfeccionándose pues diferencian al Derecho
Económico. Asimismo, debe incorporarse cada vez más un
análisis crítico más fino de la legislación económica para los
efectos de su permanente mejoramiento.
5. Especial preocupación me generan las sanciones del Orden
Público Económico. Los delitos económicos, a mi juicio, han
mostrado ser cada vez menos apropiados para sancionar las
infracciones a la profusa legislación económica y menos todavía
las infracciones a las circulares y los acuerdos de los órganos
controladores.
6. La actividad reguladora del Estado, a través de la ley, se ha
hecho cada vez más extensiva y muchas veces confusa y
contradictoria. Los excesos en la actividad reguladora se han
notado en diversos países en los cuales se está en presencia del
proceso opuesto, el de desregulación. Estos procesos pendulares
deberían advertir de las deficiencias que al acercarnos al tercer
milenio encontramos en el Derecho Económico.
7. Cada vez se hace más necesaria la interacción entre abogados y
economistas. La pretensión de la escuela de pensamiento
denominada “law and economics” justamente persigue esto y lo
que se inició en los países anglosajones se ha extendido a la
Europa continental, pero desgraciadamente todavía no tiene
seguidores de relevancia en América Latina.

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