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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

LA POBLACIÓN A FROPERUANA
Y
LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

LA POBLACIÓN AFROPERUANA
Y
LOS DERECHOS HUMANOS

DIAGNÓSTICO
SOBRE EL PLAN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS
EN LOCALIDADES CON PRESENCIA AFROPERUANA

CEDET
CENTRO DE DESARROLLO ÉTNICO

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Serie: ARGUMENTOS / 2

© Centro de Desarrollo Étnico – CEDET


Director ejecutivo: Oswaldo Bilbao; administración: Adriana Mandros;
secretaría: Zoraida Santé; equipo técnico: Sofía Arizaga, Susana
Matute, Lilia Mayorga, Newton Mori, Roberto Rojas, Carlos Velarde.

Av. Bolivia 569. Breña, Lima 05.


Teléfono: (00-511) – (01) 330-2653
Correo electrónico: cedetdir@ec-red.com
www.cedet.unlugar.com • www.afroperuanos.com

Coordinación general: Lilia Mayorga Balcazar.


Diseño de carátula: A2PTO / Arte Afroperuano Para Todo.
Edición, diseño, diagramación y composición: Newton Mori Julca.
Pre-prensa: A2PTO / Arte Afroperuano Para Todo.
Corrección: Augusto Malpartida León.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú:


Prohibida la reproducción total o parcial de las características gráficas


de la presente publicación. Las fotos, salvo que se indique el autor,
pertenecen al Centro de Documentación de la Cultura Afroperuana –
CENDOCAP.

Se autoriza la reproducción de los datos y análisis contenidos en el


presente libro, siempre que se indique la fuente con los créditos
correspondientes y se remitan a nuestra institución dos ejemplares de
las publicaciones que contengan los mismos.

Primera edición: julio 2008


2,500 ejemplares.

Impreso en Lima, Perú.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

CONTENIDO

Prólogo 9

Introducción 33

Análisis preliminar del Plan Nacional de


Derechos Humanos en el tema afroperuano 41

Objetivos y metodología del diagnóstico 57

Sobre el conocimiento de los Derechos


Humanos en general 69

Sobre el conocimiento del Plan Nacional


de Derechos Humanos 91

Sobre el cumplimiento del PNDH en el


tema afrodescendiente 105

Propuestas de los afroperuanos 135

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Prólogo

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Accedo con satisfacción, pero a la vez con algo de


preocupación, al amable pedido formulado por mis amigos
del Centro de Desarrollo Étnico - CEDET, particularmente de
Oswaldo Bilbao, a fin de prologar su trabajo La Población
Afroperuana y los Derechos Humanos. Con satisfacción por-
que confirmo lo que intuí hace algo más de un año, al haber
iniciado un acercamiento importante y sincero con un grupo
organizado de compatriotas afrodescendientes con quienes
podíamos iniciar una labor conjunta muy necesaria para to-
dos y, más en lo personal, avanzar significativamente en el
conocimiento de mi país. Cuando aún era Secretario Ejecuti-
vo del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Estado
del Perú, los colegas de CEDET me expresaron su deseo que
prologara el trabajo que estaban elaborando y en mayo del
2008, a dos meses de haber dejado dicho cargo me reite-
raron el pedido, que trataré de cumplir.

Pero también lo escribo con algo de preocupación


pues tratándose del siempre complejo y vasto tema de los
derechos humanos, se me invita a comentar un libro que
expresa en importante medida cómo una parte de nuestro
pueblo ve al Perú, cómo ven a nuestras instituciones y al
Estado, cómo experimentan y entienden a la democracia
«realmente existente», cómo ven a los demás peruanos, y

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

cómo se ve a sí mismo ese sector cualitativamente importante, por su testi-


monio histórico y su capacidad reflexiva, de connacionales afroperuanos que
se ubica, y se reconoce probablemente, - en un reconocimiento que puede ser
factor de acercamiento y articulación solidaria - como parte de la gran mayoría
de peruanos que siente que esa sociedad, ese Estado, y ese Perú no los ha
tomado necesariamente muy en cuenta y que sospecha que, si no se organizan
para reflexionar y entender su problemática y la del país, y si no realizan una
intensa labor social y política, probablemente muy poco cambie para ellos, y
para muchos otros, en el futuro previsible.

Se me pide opinar sobre ello. Tarea que considero difícil, delicada,


pues no siendo afroperuano no puedo pretender que siento y experimento las
vivencias de un connacional afroperuano porque ello sonaría a extraña condes-
cendencia. Pero tampoco soy indígena ni amazónico, mas ello, permítanme
afirmarlo, no creo que pueda ser, ni es, óbice para encontrar aún en medio de
las posibles diferencias étnicas, la razón que descubre nuestra humanidad co-
mún, para sentirme así, como un afroperuano o un indígena o un amazónico, y
encontrar en esta humanidad esencial lo que nos involucra y nos une a todos.
Esta es la razón que me persuadió para aceptar, con profundo respeto y consi-
deración, escribir estos párrafos.

En esta circunstancia, entonces, quizás cabe recordar y compartir


con quienes leen estas páginas, un antecedente relevante; lo que viví en Cam-
boya en 1993, en Mozambique en 1994, o en Guatemala de 1996 al 2001,
lugares en los cuales me tocó desempeñarme en misiones de derechos huma-
nos de las Naciones Unidas, en sociedades de pos guerra y que experimentan
los rezagos, en muchos casos no tan del pasado, de haber vivido la extrema
violencia y la recurrencia frecuente de la muerte, y con ello, el envilecimiento
de las relaciones humanas. Pues en esas sociedades, aún después de firmada
la paz entre las partes en conflicto y suscritos los acuerdos complementarios,
queda siempre por hacer tal vez lo más difícil, porque se trata de construir la
paz allí donde aún subsiste, muy presente, una cultura de la violencia y muer-
te; porque, además, se da el caso de generaciones que nunca conocieron la
paz y porque perdura como secuela natural una desconfianza y un escepticis-
mo inmensos entre los actores del conflicto e inclusive en quienes estuvieron
teóricamente al margen de él pero que a menudo lo sufrieron igual. Esta cul-
tura de intolerancia y muerte se patentiza en el casi olvido, luego de tantos
años de violencia, de lo que significa el valor supremo de la vida, por ende de
respetarla, así como de experimentar la propia dignidad y la del prójimo. Se
ha olvidado también, o quizás nunca se conoció, la forma de recurrir al diálogo
para resolver problemas o conflictos que se dan en cualquier sociedad.

Construir y conseguir la paz en esas sociedades de pos guerra es


también lo más difícil por la falta de práctica en aceptar las diferencias y aún
las discrepancias como normales y tratables, por la falta o incapacidad de ver,
en medio de la confrontación fratricida, que la diversidad puede, en realidad
es, un factor de complementación solidaria antes que de confrontación homici-

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

da. Allí, en medio de sociedades que viven la pos guerra o pos conflicto arma-
do interno uno como que comienza a descubrir aspectos no tan evidentes de
su propia personalidad, a conocerse mejor a sí mismo, a replantearse sus
esquemas mentales que comienzan a revelarse no tan sólidos ni tan lógicos, y
a distanciarse y mirar objetivamente a sus propios prejuicios o preconceptos.

Las guerras, las masacres o el genocidio que perpetran unos seres


humanos contra otros seres humanos son hechos que aunque posiblemente
traumáticos e impactantes, por contraste, nos plantean severas preguntas
inescapables y que poco a poco nos hacen ver con enorme sentido común que
no es posible que nos saquemos las entrañas unos a otros, en un proceso fatal
de escalamiento de hostilidades y atrocidades, por el hecho inicial de tener
perspectivas de la vida algo diferentes, alimentando, consciente o inconscien-
temente, odios raciales, culturales, políticos, religiosos. Y, quizás lo peor, tras-
ladando a nuestros hijos y futuras generaciones esas lamentables limitaciones
y formas egocéntricas de ver la vida y nuestras relaciones.

De manera que si hay algo que por el camino de la negación frente a


la experiencia y hechos de extrema crueldad, nos hace afirmar y defender la
vida, tratar de comprender a la humanidad de la cual somos parte, así como
la necesidad de fortalecer nuestra democracia sustentada en políticas transpa-
rentes e inteligentes de derechos humanos, ello es, precisamente atestiguar
en el mismo terreno de los hechos, las consecuencias trágicas, sangrientas y
absurdas, de la xenofobia, del racismo, del fanatismo político o religioso, de la
obsesión ideológica, de la soberbia del poder temporal, o de amurallarnos en
las aparentes diferencias que tenemos con los demás, cegándonos fatalmente
en la necesaria visión de nuestra común humanidad. Es el camino de la nega-
ción saludable frente a las atrocidades extremas de la violencia y de la guerra
para no terminar creyéndonos poseedores absolutos de la verdad pues si ello
ocurre, el siguiente paso es el abismo.

Por ello creo imperativo proteger y fortalecer a nuestra democracia,


porque aún con sus imperfecciones que pueden ser superadas, es la mejor manera
de avanzar y conseguir el desarrollo justo y equitativo de los pueblos, y que pro-
mover políticas de derechos humanos permanentemente y en todos los ámbitos
no es un idealismo abstracto ni un lirismo vacuo sino el más efectivo y humanizado
pragmatismo político que nos hace realmente humanos y civilizados.

Hecha esta atingencia que consideraba importante procederé enton-


ces a intentar cumplir con el encargo.

El referente central del trabajo realizado es el «Plan Nacional de Dere-


chos Humanos 2006-2010» plasmado en el Decreto Supremo 017-2005. Este
importante y útil documento forma parte del largo proceso de reinstitucionaliza-
ción democrática del Perú, luego que durante la década del 90 se instalara un
régimen que se inició constitucionalmente pero que en menos de dos años devi-
no, con el pretexto de combatir a la subversión terrorista, en una autocracia que
erosionó grave e ineluctablemente las bases de nuestra incipiente democracia,

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

aumentó la separación entre el Estado y la sociedad y culminó desgarrado y


visiblemente descompuesto en un océano de corrupción. Es el fin inevitable de
las dictaduras de cualquier signo político u orientación económica, que por su
naturaleza terminan devorando sus bases de legitimidad inicial y destruyendo
los últimos argumentos de autoridad real para gobernar una nación.

Lo anterior tiene profundas implicancias con los derechos humanos pues


este asalto del 5 de abril de 1992 quebró al Estado de democracia. Democracia
con imperfecciones y limitaciones que, aunque algunos llaman - probablemente
con acierto - de «baja intensidad», sentaba las bases y condiciones mínimas a
partir de las cuales los peruanos podíamos continuar entendiéndonos y avanzar
en nuestro proceso de integración nacional dada la evidente fragmentación
histórica que excluyó desde el comienzo de la República a millones de seres
humanos, en donde la discriminación y el racismo, desembozados o encubiertos,
generaron ciudadanos y ciudadanas profundamente escépticos y desconfiados
de aquello que tenga que ver con el Estado o con lo oficial.

El asalto del 5 de abril de 1992 fue también un golpe contra los


derechos humanos. De todos.

Es importante recordar que en 1990 habían en el Perú, con una pobla-


ción aproximada de veintitrés millones de personas, alrededor de seis millones
de seres humanos en situación de pobreza, pero que diez años más tarde, en
noviembre del 2000, cuando fugó del país Alberto Fujimori, los niveles de pobre-
za habían aumentado a trece millones, de una población de veintiseis, de los
cuales seis millones vivían bajo los niveles de pobreza extrema según los están-
dares de las Naciones Unidas. Y por supuesto, esto ocurría mientras, con el
pretexto de combatir al terrorismo de SL y el MRTA, desde el Estado mismo se
promovió, autorizó, implementó y encubrió a agentes civiles y militares, que
descendiendo al nivel vesánico de aquellos a quienes combatían hicieron de la
detención ilegal, la tortura y, finalmente, el asesinato, práctica común y cotidia-
na. Así, le sustrajeron la necesaria autoridad moral a nuestro Estado, que nos
representa a todos, autoridad moral que nos permite justamente sentir y actuar
con la seguridad que nuestra manera de vivir es civilizada y digna porque reco-
noce en la dignidad inherente en el otro ser humano, a nuestra propia dignidad.
Si no, ¿cómo combatir y procesar a los terroristas por despiadados y asesinos si
quienes representan y actúan en nombre de la humanidad civilizada incurren en
las mismas prácticas condenables? Quede meridianamente claro, sin embargo,
que esta política y actitud criminal promovida desde el nivel más alto del poder
y practicada por ciertos agentes del Estado no compromete y es muy distinta de
la actitud valiente y patriótica de la inmensa mayoría de los oficiales, soldados
y subalternos de nuestras fuerzas armadas y policiales, que demostraron inte-
gridad y nobleza aún en las circunstancias más adversas. Y a esos policías y
militares debe rendírseles los honores y el reconocimiento de toda la ciudadanía,
y por ello mismo, es preciso realizar siempre la distinción fundamental entre
quienes honraron la memoria de Grau y Bolognesi y quienes, lamentablemente,
no lo hicieron, sean civiles o militares.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Lo señalado en el párrafo anterior constituyó un drama para la Repú-


blica y nos hizo daño como nación y como país multiétnico, plurilingüe y multicul-
tural, pues reforzó la cultura del desprecio, una cultura de violencia, de miedo y
de muerte en un país ya fragmentado y dividido. Desde las más altas esferas del
Estado nacional se transmitía un conjunto de desvalores y prácticas concretas
que, en el contexto general nacional, profundizaron el lastre histórico de una
nación con profundas contradicciones. Obviamente, planteo y creo no ser aven-
turado al afirmar que mis amigos de CEDET me acompañarán en la perspectiva,
que la comprensión de lo acontecido en el país y señalado en el párrafo anterior,
es indispensable para iniciar la superación de estos males y para que sea reali-
dad la visión de «hacer del Perú un país en el que el fomento y garantía del
desarrollo integral de las personas y las comunidades que lo integran, así como
el respeto y defensa de su dignidad constituyen el fundamento de la legitimidad
de sus instituciones y de todas sus formas de convivencia social».

Pero sería un error concluir que con la culminación, forzada por la


presión popular, del régimen corrupto y autocrático de los 90 y con el adveni-
miento de los regímenes formalmente democráticos, se puede confiar con rela-
tiva tranquilidad en el desarrollo inexorable de esa misma democracia en la
cual los derechos humanos serán garantizados plenamente y respetados desde
todas las instancias y poderes del Estado. No es así. Ciertamente que en no-
viembre de 2000 se inició un cambio importante con el comienzo del desman-
telamiento de una vasta red de corrupción que se había instalado en los tres
poderes del Estado y que ejercía un control férreo en función de los beneficia-
rios de esa corrupción y del régimen imperante. Era ya sabido y fue corrobo-
rado sobre todo con las filmaciones realizadas desde la famosa «sala del SIN»,
que también estuvieron directamente vinculados a ese poder, personajes e
instituciones del sector privado, políticos, medios de comunicación, ciertos em-
presarios, y algunos bancos y financieras. Y ya sabemos igualmente del efecto
pernicioso que tiene la corrupción violando los derechos humanos y destruyen-
do la democracia.

En razón de lo anterior, el surgimiento de una nueva dinámica desde


el Estado, que se inició con el gobierno transitorio de Valentín Paniagua, con la
reinstalación paulatina del equilibrio y separación de los poderes ejecutivo,
legislativo y judicial, con un Ministerio Público y un Tribunal Constitucional con
mucha mayor autonomía y con la mayoría de medios de comunicación no so-
metidos a un poder autocrático, constituyeron cambios muy importantes en
las condiciones necesarias para el desarrollo de los derechos humanos. Pero es
preciso recordar que nada es estático ni en el Estado ni en la sociedad, aunque
suene a perogrullo decirlo, y que las corrientes o fuerzas democráticas a favor
de políticas integrales de derechos humanos están en tensión y pugna, visible
o silenciosa a veces, con las tendencias o fuerzas autocráticas o reaccionarias.

De allí la importancia de comprender la estrecha relación e interacción


entre la democracia y los derechos humanos. Vale decir que en un régimen de
democracia formal que más o menos funcione, las posibilidades del respeto,

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

desarrollo y fortalecimiento de los derechos humanos serán mayores y, a la


vez, el avance en las políticas públicas de derechos humanos y la práctica
cotidiana de respeto a los derechos humanos fortalecerán las bases mismas
sobre las que se desarrolla la democracia. Ello, sobre todo, en cuanto al régi-
men de libertades públicas y garantías constitucionales, vale decir referido a
los derechos civiles y políticos.

Mas en cuanto a los derechos económicos, sociales y culturales la


relación no es tan clara ni tan de causa - efecto. A lo largo de las páginas del
libro que comento, sea en la Introducción o en la explicación de los resultados
de la encuesta, se percibe un hilo conductor, un tema transversal que está
presente: el relativo a las condiciones socio-económicas como expresión de
una discriminación histórica tanto de indígenas como de afroperuanos. Y una
de las respuestas obtenidas en la encuesta realizada asigna a «las autorida-
des, funcionarios y empleados públicos en general» una responsabilidad pri-
merísima en seguir la orientación de los principios del Plan Nacional de Dere-
chos Humanos, lo que también significa, y con una carga de mayor exigibilidad
aún, el cumplimiento de los tratados internacionales de derechos humanos pues
son ley de la República que prevalecen sobre cualquier otra norma de derecho
interno e inclusive sobre la constitución vigente en caso de contradicción, se-
gún lo establece el artículo 27 de la Convención de Viena de 1969 sobre Trata-
dos de la cual el Perú es parte.

Esta identificación que hacen las personas de su calidad de vida con el


nivel de satisfacción de sus derechos económicos, sociales y culturales, no es
entendida por muchos gobernantes en cualquier lugar del planeta, incluido el Perú,
ellos se niegan a aceptar o pretenden no entender. De allí que, a pesar de haber-
se producido un cambio importante en el régimen político a partir de noviembre
del 2000, muchos peruanos, y cómo no, muchos afro peruanos, no perciben en la
dimensión socio-económica de sus vidas los efectos de ese cambio, a pesar del
importante avance en cuanto a la recuperación de los derechos civiles y políticos,
y es por la sencilla razón que los indicadores relativos a la nutrición, a la salud, a
la educación, al trabajo, y a la seguridad social no han variado fundamental ni
sustantivamente, ni con el gobierno de Alejandro Toledo ni en lo que va del gobier-
no de Alan García, no obstante que ambos gobiernos hicieron del combate y la
reducción de la pobreza una de sus banderas principales, si no la principal.

Surge clara, para quienes tengan la aptitud de verla, la conexión en-


tre el concepto de los derechos humanos con toda la riqueza ética y filosófica,
presente en todos los tratados internacionales de derechos humanos, y las
condiciones socio-económicas en que transcurre la vida de la población. Por
esta razón, es en el empalme real, o no, de las políticas públicas con los dere-
chos humanos donde se constatará la eficiencia y eficacia del sistema o modelo
económico. De la comprensión de este nexo dependerá el prestigio o el dete-
rioro progresivo de cualquier régimen. De allí nuestro planteamiento y pro-
puesta de la búsqueda explícita de un Estado de Derechos Humanos.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Más allá de las buenas o declaradas intenciones, lo cierto es que el


talento y la capacidad de los estadistas se ponen a prueba al requerírseles que
en las acciones de gobierno concilien, de manera sostenida, las libertades y
garantías (derechos civiles y políticos) con la capacidad de creación de riqueza,
de la producción de bienes y servicios y con su distribución equitativa, (dere-
chos económicos y sociales), manteniendo niveles necesarios de inversión pú-
blica y privada, nacional e internacional. Por lo tanto, es puesta a prueba, la
capacidad del Estado, y más concretamente de los gobernantes, para garanti-
zar y dar certeza de seguridad y estabilidad tanto a las poblaciones y comu-
nidades del campo y la ciudad como a los agentes de la producción, los servi-
cios y las finanzas.

Paralelamente a lo anterior, es insoslayable que quienes gobiernan re-


conozcan explícitamente y den el tratamiento adecuado a las prácticas de
exclusión social por razón de raza u origen étnico, religión o condición económi-
ca. Ello revelará la verdadera formación y autenticidad democrática de quienes
gobiernan y es un desafío que involucra cuestionarse inclusive ciertos patrones
de conducta entendidos o asimilados como «normales» pero cuya existencia
desnaturaliza y malogra las relaciones humanas en cualquier sociedad.

Pero también se pone a prueba la sabiduría, o no, para mantener un


ambiente sano y defender la ecología, saber utilizar los recursos naturales, pro-
teger la limpieza del aire que se respira, la potabilidad del agua que bebemos y
las condiciones de la buena tierra productora de alimentos. Estos temas deben
ser vistos y tratados por un Estado inteligente, si cabe el empleo del término,
como temas de derechos humanos, pues al hacerlo variará sustancialmente el
proceso de toma de decisiones fortaleciendo las bases sobre las que descansa el
Estado democrático. No haberlo hecho así en el pasado y persistir hacerlo en el
presente explica, por ejemplo, la recurrente conflictividad ocasionada por la
actividad minera en el Perú y la reacción negativa comprensible de muchas po-
blaciones y comunidades ante propuestas o proyectos de inversión en minería
que bajo otras circunstancias hubieran sido quizás mejor recibidas.

Claro que hay la tendencia a no ver necesariamente estas dimensio-


nes del gobierno y su eficacia como temas de derechos humanos, sea porque
no se entiende el tema de los derechos humanos o porque resulta conveniente
pretender no entenderlo, pues no verlo así da la ilusión de aligerar las exigen-
cias o de bajar el nivel de exigibilidad de respuestas adecuadas y de rendición
de cuentas de cualquier gobierno. Pues centrar el debate sobre la eficiencia y
la justicia de la gestión gubernamental en términos de derechos humanos y
sobre la base de los indicadores de desarrollo humano que cada vez están más
vinculados entre sí y de estos conceptos fundamentales con la democracia,
plantea un mayor esfuerzo por entregar resultados medibles que exhibirán la
verdadera calidad del gobierno y que dejan poco espacio para la manipulación
mediática o la simple demagogia. Ello obliga, además, a que los distintos acto-
res, entidades, e instituciones del sector público y privado, se vean impelidos a
elevar a niveles de excelencia sus respectivas gestiones. Las políticas de dere-
chos humanos son las políticas del siglo XXI.
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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Así, puede comprenderse por qué la nutrición, la educación, la salud


o los derechos al trabajo son con frecuencia extraídos del lenguaje y del con-
texto de los derechos humanos, como fueron extraídos del documento (consti-
tución) de 1993, para ubicarlos como simples aspectos de la labor cotidiana de
gobierno o en una especie de limbo o indefinición conveniente para quienes les
resulta demasiado incómodo aceptar que esos derechos, también son, y de
manera indivisible con los derechos civiles y políticos, derechos humanos. Tén-
gase presente, por ejemplo, que no pocas veces los indicadores en cuanto a
nutrición, salud, educación, trabajo y vivienda, son tratados como algo que no
puede prevenirse, como consecuencia de hechos y situaciones imponderables
y que, hipotéticamente ello sería resultado de «la mano invisible del merca-
do» o, por último de la mala suerte o del destino de quienes sufren las caren-
cias. Novela fundamentalista del siglo XX.

Considerando lo anterior puede señalarse entonces que la consecu-


ción de una cultura y un Estado de derechos humanos es tarea de todos, de allí
que otra de las respuestas a la encuesta realizada asigne altas responsabilida-
des a «las personas», a «las organizaciones intergubernamentales y no guber-
namentales» y a «las instituciones, empresas y colectividades en sus respecti-
vos ámbitos y circunscripciones», en ese orden.

El Estado y los partidos políticos


Pero la responsabilidad primordial, de impulso, de ejecución, de re-
sultados y de rendición de cuentas corresponde al Estado y a los partidos polí-
ticos con representación en el legislativo. Partidos que declarativamente lu-
chan por la justicia social y que tienen como objetivo en algún momento llegar
al poder ejecutivo. Y lo que «debería ser», si se me permite la expresión, es
que esos objetivos se alcanzan haciendo pedagogía de derechos humanos, in-
ternalizando valores de respeto y tolerancia entre sus afiliados. No es coinci-
dencia que durante la década de los 90 el mensaje reiterado, subliminal a
veces pero no menos cínico, que recibimos consistentemente, fue el de des-
precio por la vida y la dignidad del ser humano. El mensaje no se refería sólo al
derecho fundamental a la vida que éticamente se puso al mismo nivel que la
subversión terrorista, sino a los derechos inseparables que la hacen digna como
son la nutrición, la salud, la educación, una vivienda digna y un trabajo ade-
cuadamente remunerado1. Adicionalmente, un observador sereno podrá darse
cuenta de lo que el deterioro de las condiciones económicas y sociales, vale
decir de los derechos económicos y sociales significa agregado a la afrenta de
la discriminación racial.

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Los informes de desarrollo humano de las Naciones Unidas durante esa década fueron
registrando sistemáticos descensos del Perú en los indicadores de nutrición, salud, esperan-
za de vida y educación de sus habitantes.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Esta es pues, una dimensión que sugiero se sopese debidamente y


que tenga presente el lector al momento de recorrer las páginas del presente
libro. Pues siendo el mencionado Plan Nacional de Derechos Humanos el que
suscita la encuesta cuyos resultados van apareciendo en las páginas subsi-
guientes, va siendo evidente que entre líneas se lee y en el fondo subyace el
gran drama de la exclusión y la pobreza en el Perú, pobreza y exclusión que,
siendo de larga data, además han devenido en estructurales, sobre todo y
mayormente por un modelo y una ideología de fundamentalismo económico
prevaleciente fuertemente en esos años noventa y que algunos llamaban «neo-
liberal» pero que otros simplemente calificaban de capitalismo salvaje. Así,
no se requiere profundizar mucho el análisis para concluir que esas condiciones
de vida empeoran cuando quienes las padecen, encima de ello, sienten la agre-
sión de la discriminación racial. Fenómeno nefasto e irracional que, como sabe-
mos, perjudica y agravia, de distintas formas y modalidades tanto a los afro-
peruanos como a los pueblos indígenas y amazónicos.

Sugiero entonces considerar estos antecedentes a fin de comprender


la complejidad del tema que a todos atañe pues de ello dependerá entender
también la estrategia y la consistencia en el tiempo de las acciones que deben
tomarse para instalar en el Perú una cultura de derechos humanos que se
exprese en políticas públicas pero cuyo contexto debe ser una sociedad paula-
tinamente integrada, solidaria, culta y respetuosa de los derechos de todos,
sin exclusiones ni discriminación. Habrán propuestas diferentes y quizás apa-
rentemente contradictorias a lo largo del camino a seguir en este proceso so-
cial pero considero que el norte de la búsqueda de una cultura de derechos
humanos debería estar claro, y en los términos de integralidad, universalidad e
indivisibilidad que establece la Declaración y Programa de Acción de Viena de
1993 en su artículo 5to.

Los derechos humanos y el Perú


Los anteriores párrafos han sido reflexión sobre el contexto general
en que nos ha tocado vivir a los peruanos con una aproximación personal que
parte de la premisa que «todo es derechos humanos y derechos humanos es
todo». Vale decir que existe una relación y conexión muy activa, permanente y
gravitante entre los derechos humanos, entendidos como una integralidad, como
un todo indivisible, con la gobernabilidad, la democracia y el desarrollo de los
pueblos. Si hay un elemento que desafortunadamente no ha estado presente,
ni en el gran balance lo está en la actualidad en el Estado peruano ni en los
distintos ámbitos de la sociedad con la gravitación y carácter decisivo que
debiera es, precisamente, el indispensable tema de los derechos humanos en
los términos que respetuosamente se proponen. Esta presencia deficitaria, in-
completa y fragmentada explica el gran drama del Perú desde inicios de la
República, en que hemos tenido tiempo suficiente para entendernos como na-
ción y descubrir las claves de ese drama pero, transcurridos 187 años desde el

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

inicio de esa etapa de nuestra historia es altamente preocupante que los sec-
tores, clases, o grupos de poder tanto desde el Estado como desde la sociedad
no hayan avanzado lo suficiente para comprender que en esa falencia, reside
justamente la sucesión de frustraciones que experimenta la nación en su con-
junto y que, por otro lado, es percibida por muchos como una sensación de
profunda injusticia social como síntesis histórica colectiva.

Esta falta de entendimiento de la importancia decisiva del «factor»


derechos humanos es lo que podría explicar, contrario sensu, el desgobierno,
las dictaduras, la alta conflictividad que se percibe en muchos lugares del país,
la pobreza y el subdesarrollo. Por tal razón, cuando a fines de agosto del 2006
asumí la secretaría ejecutiva del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH)
del Estado reconocí una oportunidad para avanzar todo lo que fuera posible
desde una responsabilidad que podía gravitar de alguna manera en la transfor-
mación del mismo Estado y de la sociedad.

Por ello, y por considerar que éste es un tema de primera importan-


cia y que nos concierne y afecta a todos los peruanos, me permitiré compartir
con los lectores alguna información que, por lo demás, hice pública en declara-
ciones periodísticas y en entrevistas radiales y televisivas.

En el mes de setiembre de 2006, a poco de asumir la Secretaría Ejecu-


tiva, alcancé a la entonces ministra de Justicia, Dra. María Zavala, dos propues-
tas, debidamente fundamentadas, de las varias que ya había alcanzado antes al
presidente Alan García en un breve documento de diecisiete páginas mientras
estaba en campaña en noviembre del 2005 y que le reiteré a mediados de agos-
to 2006 dos semanas después de asumir la presidencia del Perú.

A la Dra. Zavala le propuse lo pertinente al sector Justicia:

1. Ampliar la conformación del CNDH a todos los ministerios conformantes


del poder ejecutivo que se agregarían a los siete portafolios ya existentes
en el Consejo que eran los ministerios de Justicia, Relaciones Exteriores,
Defensa, Interior, Salud, Educación y Mujer y Desarrollo Social (MIMDES),
manteniendo por supuesto las importantísimas representaciones del po-
der judicial y del Ministerio Público2.

2
Proponía, además que se incluyera en el decreto supremo modificatorio, al Consejo Nacio-
nal del Ambiente (CONAM) cuyos pronunciamientos en materia ambiental relacionada
a derechos humanos fueran vinculantes y no sólo consultivos. Proponía, además que se
incluyeran como observadores en el seno del CNDH, a los partidos políticos con repre-
sentación en el Congreso, los cuales se sumarían a la Iglesia Católica, al Concilio Evangéli-
co, a la Defensoría del Pueblo y al conjunto de ONGs agrupadas en la Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

2. Iniciar un proceso de reflexión institucional a fin de que se replanteara la


visión y misión del Ministerio de Justicia (MINJUS) transformándolo en el
Ministerio de Derechos Humanos y Justicia.

La Sra. Ministra, debo reconocer, receptiva y atenta a lo delicado y


sensible del tema derechos humanos, cumplió con llevar el proyecto de decre-
to supremo de ampliación del CNDH al Consejo de Ministros en donde, según
me informó semanas después, sería sometido a los estudios correspondientes.
A la fecha (junio 2008) no tengo conocimiento sobre el curso que siguió el
proyecto mencionado.

En cuanto a la propuesta sobre la creación del Ministerio de Derechos


Humanos y Justicia, la Dra. Zavala dispuso en el 2007 un proceso de reflexión
institucional que duró varios meses en el que participaron los trabajadores del
Ministerio. Reiteré la propuesta a quienes, por encargo de la Ministra, dirigían
dicho proceso de consulta y reflexión institucional y en el mes de noviembre
2007 hubo una asamblea/reunión de empleados y funcionarios convocada en
el auditorio del MINJUS en la cual, sometida a voto la propuesta, luego de la
exposición de ideas y debate correspondiente, fue respaldada por algo más del
75 % de los asistentes (un aproximado de 70 personas, todos funcionarios del
MINJUS)3. El encargado de procesar y llevar los resultados de la reflexión a la
ministra Zavala fue el viceministro Erasmo Reyna hecho que, entiendo, acon-
teció algunos días después.

El 21 de diciembre del 2007 la Dra. María Zavala4 fue reemplazada por


la Dra. Rosario Fernández como ministra de Justicia, ante quien a mediados de
enero reiteré las propuestas realizadas y recordé que una de ellas, la de la
creación del Ministerio de DD.HH. y Justicia, había sido respaldada mediante
votación libre en asamblea, por los trabajadores del MINJUS. La Dra. Fernández
señaló que estudiaría dichas propuestas y que en su momento informaría sobre
una decisión. Sin embargo, hasta el 13 de marzo en que dejé la secretaría eje-
cutiva del CNDH, la ministra Fernández no volvió a tratar el tema conmigo, ni
me informó nada al respecto. Desconozco el curso que siguió la propuesta.

Sin perjuicio de lo anterior y sobre la base de los compromisos de


Estado adquiridos por el Perú con la firma de un conjunto de tratados interna-
cionales de derechos humanos, propuse también a la ministra Zavala, en mar-
zo 2007, en su calidad de Presidenta del CNDH y Ministra de Justicia, el envío
de oficios de invitación a sus pares de los otros ministerios incluidos los que no

3
Mayor precisión en cuanto a los datos están registrados y pueden ser encontrados en el
Ministerio de Justicia.
4
Fue designada Representante del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA)
en la ciudad de Washington.

21
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

integran formalmente el CNDH5, además de la invitación pertinente al Poder


Judicial (PJ)y al Ministerio Público (MP). La idea era iniciar las coordinaciones
necesarias para propiciar y conseguir la armonización de las políticas secto-
riales correspondientes de cada ministerio, así como las del PJ y del MP, con los
tratados internacionales de Derechos Humanos que, como sabemos, son ley
de la República que prevalece, en caso de contradicción, por sobre cualquier
otra norma de derecho interno, incluida la constitución actual. Con ello tam-
bién se daba cumplimiento al DS 017-2005 (Plan Nacional de DD.HH.) que es
una norma de máxima jerarquía emanada del poder ejecutivo, pero de quinto
nivel jerárquico en el ordenamiento jurídico peruano6.

Así, durante los meses de marzo y abril se realizaron dichas reunio-


nes en el MINJUS, con los representantes de todos los ministros del poder
ejecutivo, del poder judicial y del Ministerio Público, aparte de los representan-
tes del Instituto Nacional Penitenciario, de la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos y del Archivo General de la Nación.

Involucrando a los gobiernos regionales y a las


municipalidades
Los gobiernos regionales y las municipalidades del país, hasta donde se
tiene conocimiento, no participaron sustantiva ni comprometidamente en la
elaboración del PNDH, como no participaron de manera gravitante los partidos
políticos, aunque hubieran sido invitados por escrito a dar su opinión al respecto.
Esta falta de involucramiento sistemático y sustantivo de los gobiernos regiona-
les y de las municipalidades fue un hecho que gravitó no solamente en el desco-
nocimiento que las poblaciones regionales tienen de la enorme importancia que
un Plan de Derechos Humanos para la nación, sino sobre todo, en su falta de
compromiso en el cumplimiento de lo establecido finalmente en él.

En razón de lo anterior también fueron remitidos oficios a los veinticinco


gobiernos regionales del país, así como a las veinticinco municipalidades provin-
ciales capitales de región. Adjuntando a los oficios de explicación sobre los com-
promisos internacionales del Estado peruano con los derechos humanos plasma-
dos en los tratados internacionales, se les remitió un Compendio de dichos trata-
dos y una matriz con los ejes transversales a tener en cuenta a fin de propiciar
una reflexión institucional y se confrontara la ejecutoria regional o municipal con

5
Ministerios de Trabajo, Energía y Minas, Agricultura, Transportes y Comunicaciones,
Economía y Finanzas, Vivienda, Comercio Exterior y Turismo, y Producción.
6
Antes están la constitución, la ley orgánica, la ley y el decreto legislativo. Sin embargo,
los tratados de derechos humanos prevalecen sobre cada uno de estos dispositivos según la
Convención de Viena de 1969 sobre Tratados.

22
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

las obligaciones establecidas en dichos tratados de derechos humanos. Se les


invitaba también a identificar los principales problemas que debían enfrentar, u
obstáculos que debían superar, y la mejor manera de solucionarlos sobre la base
de su comparación con los textos de los tratados de derechos humanos. Se les
adjuntó igualmente, a cada uno de ellos, un ejemplar del PNDH.

Naturalmente que estas acciones eran sólo un paso en el largo cami-


no por hacer que lo plasmado en los Tratados y en el Plan comenzara a ser
internalizado por los pueblos del Perú. Es la internalización necesaria de valo-
res, principios y vivencias que algunos definen como el imprescindible proceso
de educación en derechos humanos. Ello, quizás hubiera derivado en un enri-
quecimiento del texto mismo del PNDH que con el peso político de una mayor
e indiscutible legitimidad hubiera posibilitado una coordinación efectiva con las
bancadas parlamentarias de los diferentes partidos políticos con representa-
ción en el Congreso a fin de que el texto modificado del DS 017-2005 se
convirtiera finalmente en ley de la República cuya expectativa de cumplimien-
to hubiera podido ser más realista. Ello obviamente no ha ocurrido hasta la
fecha y queda como una tarea pendiente.

La Matriz
El CNDH a través de su Secretaría Ejecutiva sugería tanto a los mi-
nistros de Estado como a los presidentes regionales y alcaldes provinciales una
matriz referida a los que podrían considerarse como ejes temáticos o transver-
sales a cada problemática sectorial, regional o municipal:
• Participación.
• Enfoque de Género.
• Niñez.
• Pueblos Indígenas, Amazónicos y Afroperuanos.
La idea sugerida en las reuniones tenidas con los representantes mi-
nisteriales y plasmada en los oficios remitidos a las regiones y municipalidades
era ir desarrollar un enfoque institucional de derechos humanos en la propues-
ta, elaboración, aprobación e implementación de las normas, dispositivos y
políticas respectivas. Es decir, se planteaba, como primer eje temático, tomar
en cuenta la importancia de propiciar la participación de las poblaciones y/o
comunidades en las decisiones o implementación de políticas que les afecta-
rían. Este eje es clave, como ya hemos visto, para que el Estado recupere
credibilidad y aceptación, y fortalezca su autoridad entre los pueblos, fortale-
ciendo a su vez a la democracia.

Como segundo eje temático se proponía tener presente de qué ma-


nera la mujer estaría siendo afectada, propiciando a su vez el empoderamiento
de las mujeres y una mayor participación de ellas en las distintas etapas de la
gestión sectorial, regional o municipal. Un tema central era la creación de opor-

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

tunidades de empleo y de tratamiento equitativo en las remuneraciones y la


grave problemática de la violencia intrafamiliar o doméstica de la cual son
víctimas mayoritariamente las mujeres y los niños.

El tercer eje temático era la Niñez. Planteado con el fin de sensibilizar


a las autoridades en torno a la importancia de priorizar y atender la situación de
los niños y niñas en el país. Tratar la problemática del abandono físico y/o moral
de la niñez, la desnutrición, la salud y la educación. Y alcanzar la convicción que
los únicos privilegiados en una sociedad deberían ser sus niñas y niños.

El cuarto eje temático era Pueblos Indígenas, Amazónicos y Afrope-


ruanos. Más allá de los compromisos internacionales emanados de los tratados
respectivos que fueron recogidos por el Plan, asumir parte de la responsabili-
dad desde el Estado de iniciar un proceso de cumplimiento cabal y sostenido,
supone una labor de largo aliento y la convergencia de esfuerzos entre los
poderes del Estado, ministerios y los gobiernos regionales y municipales. Así,
el reconocimiento y comprobación desde las diferentes instancias, dependen-
cias y expresiones del Estado sobre la situación de vulnerabilidad e indefensión
de los pueblos indígenas, amazónicos y afroperuanos, era el paso necesario
inicial para avanzar paralelamente tanto en la concreción de políticas públicas
dirigidas a revertir la situación, como a promover una actitud de tolerancia e
inclusión desde todas las dependencias del Estado.

Debo señalar que la mayoría de los ministerios del poder ejecutivo,


entre los más destacados el de Mujer y Desarrollo Social, el de Salud, el del
Interior, el de Defensa, el de Trabajo, el de Vivienda y en menor medida el de
Educación, habían asignado ya responsabilidades específicas a equipos de fun-
cionarios a fin de ir avanzando en el cumplimiento de los Tratados, Convencio-
nes y Convenios de Derechos Humanos respectivos. El Plan Nacional de Dere-
chos Humanos, distribuido en muchas dependencias durante los años 2006 y
2007 ha sido y es un importante texto de consulta y referencia a fin de prose-
guir la labor. Tanto el MIMDES, el MINSA como el MININTER y el MINDEF im-
plementan programas de capacitación y educación en derechos humanos con
énfasis en las responsabilidades sectoriales. El MININTER y el MINDEF realiza-
ron, además, actividades de capacitación a su personal en los principios y doc-
trina del Derecho Internacional Humanitario (DIH) durante los diecisiete me-
ses en que me desempeñé como secretario ejecutivo del CNDH.

Cabe destacar la labor de la representación del poder judicial y del


Ministerio Público en lo concerniente a la promoción y difusión de los compro-
misos internacionales y de los tratados mismos. Actividades muy importantes
vinculadas al derecho de acceso a la justicia y al cumplimiento del derecho al
debido proceso legal.

Puede afirmarse entonces que las reuniones convocadas en marzo y


abril por el CNDH en el MINJUS tuvieron muy buena acogida y receptividad

24
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

por parte de la mayoría de los representantes ministeriales pudiendo compro-


barse que, siendo difícil y largo el camino de avanzar en la transformación
hacia un Estado de Derechos Humanos, existen razones para concluir que ese
avance se irá produciendo más allá de los gobiernos que se sucedan. No obs-
tante lo anterior, considero de la mayor importancia la voluntad política y la
convicción que puedan tener quienes toman las decisiones en los más altos
niveles del Estado. De ello dependerá naturalmente la relativa rapidez o la-
mentable lentitud en que este necesario, múltiple y complejo proceso se dé.

Paralelamente a lo mencionado líneas arriba, durante el período que


va de agosto 2006 a marzo 2008 en que me retiré de la Secretaría Ejecutiva,
el CNDH realizó importante número de seminarios, foros y conferencias, tanto
en Lima como en provincias, haciendo sinergia con distintos ministerios, como
Relaciones Exteriores, MIMDES, MINSA, MINEDU, MININTER y Policía Nacio-
nal, MINDEF, con la Defensoría del Pueblo, el poder judicial, el Ministerio Públi-
co y el Registro Nacional de Identidad y Estado Civil (RENIEC), así como con
algunos gobiernos regionales y diferentes organizaciones no gubernamentales,
incluido por supuesto el CEDET, siendo la Mesa de Concertación de Lucha con-
tra la Pobreza, una de las más destacadas.

Durante los meses de enero y febrero 2008 la Secretaría Ejecutiva


del CNDH organizó siete reuniones específicamente dirigidas a coordinar y pro-
gramar con fecha cierta y lugar definido, la realización a lo largo del 2008 de,
por lo menos, unos 18 seminarios en todo el territorio nacional, tal como había
ocurrido durante el año 2007. Fueron invitadas a participar alrededor de 57
entidades del sector público y privado, incluyendo la mayor parte de los
ministerios del poder ejecutivo, el poder judicial, el Ministerio Público, la De-
fensoría del Pueblo y diferentes organizaciones no gubernamentales de dere-
chos humanos. Los temas propuestos por la Secretaría y aceptados por los
convocados fueron siete: discriminación racial, desnutrición de la infancia y la
niñez, derecho a la educación y educación en derechos humanos, desplazados
internos, derecho a la identidad (al nombre), trata de personas y violencia
intrafamiliar o doméstica. La escogencia de los lugares donde se realizarían las
actividades estaba en función de las problemáticas o temas a tratar.

Debo reconocer el evidente interés y entusiasmo demostrado no sola-


mente por las organizaciones de la sociedad civil sino por los/as representantes
de las diferentes instituciones del Estado. Iba a ser la continuación de un trabajo
conjunto de las características del realizado en el año 2007 y desde el punto de
vista personal una labor clave para involucrar directamente a los ministros y
ministras de Estado y a los titulares de los poderes legislativo y judicial.

Asumo, espero y deseo que estas actividades continúen en lo que


corre el 2008.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Hacia un Estado de Derechos Humanos


Lo señalado en los párrafos anteriores debe vincularse con lo que a
criterio de quien escribe implica la construcción, en paz y sin violencia, de un
Estado de Derechos Humanos que sintetiza y concreta con mayor claridad con-
ceptual y axiológica los términos ya conocidos de Estado Democrático de De-
recho, Estado de Derecho, o Estado Constitucional de Derecho. Este Estado de
Derechos Humanos es lo que debería ser el gran proyecto nacional y fruto de
un gran acuerdo nacional, cuyas bases ya ha avanzado la entidad o instancia
de diálogo denominada así. Es la construcción hecha desde distintos sectores
del Estado y la sociedad civil, con el fin de ir convergiendo y encontrando pun-
tos sólidos de objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Una de las revelaciones más interesantes de la encuesta realizada por


CEDET es el profundo desconocimiento del texto del DS 017-2005 o PNDH que
revelan las personas preguntadas en Piura, Lambayeque, Lima, Ica y Tacna. Ello
no es una casualidad ni debería sorprender a nadie dadas las características del
proceso de elaboración que debía cumplir metas en un tiempo relativamente
corto. Pero una cosa es, con la importancia y el esfuerzo reconocidos, la realiza-
ción de 18 audiencias públicas (incluidas las 13 macro regionales y las 5 en Lima
y Callao) en donde participaron algo más de 2,800 personas representativas de
instituciones, y otra es el largo proceso de internalización de valores y de com-
promisos sólidos asumidos por una sociedad entera de 28 millones de habitan-
tes, a partir de una toma de conciencia individual y colectiva que deberá estar
presente en la mayor parte de la sociedad y del Estado, si se trata realmente de
un plan, pacto, compromiso, o acuerdo que involucre y comprometa a la mayor
parte la nación y que avancemos a paso firme en su cumplimiento.

Debo reconocer que este planteamiento hecho por quien escribe a


poco de iniciar su gestión en el MINJUS fue percibido como un factor de contro-
versia y no fue inicialmente comprendido en los términos que hubiera desea-
do... como tampoco fue comprendido en ciertos sectores importantes del Esta-
do, incluidos sectores del poder ejecutivo.

Pero lo sostenido nos lleva a un replanteo necesario de la integralidad


y universalidad que buscamos para los derechos humanos de todos en el Perú,
y a dimensionar con mayor precisión la magnitud de la tarea que queda por
delante. Los decretos, las leyes, las constituciones e inclusive los tratados
internacionales de derechos humanos, siendo derecho positivo y de cumpli-
miento «obligatorio», sólo son, al fin y al cabo, textos fríos que pueden perfec-
tamente ser «acatados, pero no cumplidos», cuando no hay voluntad ni deci-
sión política para ello. Más aún cuando está a la mano el recurrido, pero equi-
vocado, argumento de la «soberanía del Estado» cuando se trata de no cumplir
compromisos por consideraciones políticas subalternas.

Podemos tener planes y programas, referentes puntuales, e itinera-


rios programados en múltiples documentos pero si no vamos al corazón mismo

26
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

del problema que es el desarrollo de una conciencia crítica con nosotros mis-
mos sobre la base de ver al otro como parte indivisible de un colectivo del cual
uno forma parte, estamos sentando las bases para una nueva frustración.

Quien revise detenidamente el texto del PNDH y quien tenga informa-


ción fidedigna de lo que vienen haciendo ministerios, poderes del Estado, organis-
mos públicos descentralizados, puede darse cuenta que un número considerable
de las actividades, objetivos estratégicos y resultados se vienen implementando
desde el Estado. Seguramente no con la velocidad e intensidad que uno desearía
pero allí están los programas, planes y actividades que realizan sectores neurálgi-
cos y que me tocó atestiguar durante mi gestión de año y medio.

Por ello el problema principal no creo que sea ese. Hay empleados y
funcionarios de distintos niveles y responsabilidades en todos los sectores del
Estado peruano que son sensibles a los derechos humanos y sinceros en su
compromiso de avanzar en todo lo que esté a su alcance pues identifican el
desarrollo del país con el desarrollo de una cultura de derechos humanos, mu-
cho más allá del unidimensional crecimiento económico. Esto lo he podido com-
probar muchas veces, si cabe y en algo vale el testimonio personal de uno. El
problema es que existe en el país una atmósfera de desconfianza y con fre-
cuencia, de confrontación o enfrentamiento, que produce a muchos una sensa-
ción muy distinta asociada a la insatisfacción y el descontento. Pero las per-
cepciones y sensaciones son también realidades y forman parte finalmente,
de «la realidad del Perú.»

En razón de lo anterior, me permito reflexionar en voz alta, sobre la


importancia que los gobernantes asuman la responsabilidad que les toca. Si no
se priorizan los temas de derechos humanos, entendidos como una integrali-
dad, que supone necesariamente la búsqueda de una cultura de paz, que es
tolerancia real y diálogo con el adversario, difícilmente lograremos estabilizar
al país y alcanzar la gobernabilidad que nos permita la concreción de los gran-
des proyectos nacionales. Esta sensación de malestar o de insatisfacción que
se percibe en amplios sectores poblacionales en distintos lugares del territorio
nacional quizás puedan ser explicados por esa falta de priorización que por sus
efectos finalmente es percibida como falta de compromiso real con la demo-
cracia, como un sistema de equilibrio inteligente y justo que respeta la digni-
dad y los derechos de todos. Y si esto no es percibido ni entendido así por la
mayoría de la población entonces tenemos un grave problema.

Lo anterior tiene mucho que ver con nuestra propia educación y


formación en derechos humanos y, por ende, con la importancia que le asigne-
mos a los derechos humanos desde el gobierno mismo. Importancia que, a
propósito, debería materializarse en nuestro sistema educativo escolarizado,
universitario y en nuestras escuelas militares y policiales.

Y cierto como es que esto es una tarea de todos, la principal respon-


sabilidad que puede gravitar en el comportamiento de otros interlocutores o

27
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

actores en la escena nacional, corresponde a quienes ocupan los cargos y desem-


peñan las funciones más encumbradas desde los tres poderes del Estado, comen-
zando por el poder ejecutivo, vale decir, y más concretamente, el Presidente de la
República y el Presidente del Consejo de Ministros. Con el debido respeto y consi-
deración, estimo que de estas autoridades, y de quienes escojan rodearse, de-
pende en importante medida el que se den los primeros pasos importantes para
que avancemos como nación y como Estado hacia el siglo XXI. Las incomprensio-
nes o intereses subalternos de sectores de oposición y que son denunciados por el
gobierno como desestabilizadores podrían empezar a ser neutralizados, si los mis-
mos gobernantes reconocen sus propios prejuicios que a su vez son proyectados y
percibidos claramente por esos sectores de oposición. Ello podría ser el inicio para
que empiecen a desvanecerse algo de los prejuicios de los opositores. Emitir
mensajes no verbales de humildad sana sería una muy buena noticia para el Perú
y para los derechos humanos de todos.

El largo camino contra el racismo y la discriminación


Hace unos días, cuatro jóvenes del distrito limeño de San Juan de
Lurigancho se desplazaban en bicicleta por la zona de Larcomar en el distrito
de Miraflores, cuando fueron detenidos violentamente por miembros de la Po-
licía y personal de Serenazgo de la municipalidad de Miraflores. No hubo orden
judicial de arresto y las referidas personas no estaban cometiendo ningún de-
lito ni había señales o indicios de que estuvieran cometiendo uno. Sin embargo,
fueron esposados, arrojados al suelo y llevados a la estación policial más cer-
cana. No se les permitió, según denunciaron, llamar por teléfono a nadie inme-
diatamente y estuvieron seis días detenidos con la amenaza inclusive, según
propias declaraciones de ser acusados de narcotraficantes. A poco de la deten-
ción el alcalde distrital, persona de apellido Masías, sin verificar la legalidad del
procedimiento, ni la identidad real de los detenidos, ni las circunstancias de la
detención, con insólita premura, asistió y condujo una conferencia de prensa
que avaló él mismo con su presencia y donde apareció junto al personal policial
anunciando que se había capturado a una banda criminal denominada «Los
malditos de Larcomar».

Resultó ser que los jóvenes, de rasgos mestizos y andinos, eran de-
portistas y simplemente paseaban por el lugar, como cientos de personas lo
hacen diariamente. No eran delincuentes y sólo se les había detenido y maltra-
tado por su aspecto físico en una execrable acción que inclusive pudo haber
terminado con la muerte de uno o varios de ellos en algún calabozo. Pasados
varios días y descubierta la magnitud del indignante abuso cometido, el alcalde
Masías, declaró no sentirse obligado a pedir disculpas a nadie. Han seguido
pasando los días y el Sr. Masías ha optado por el silencio. Al Sr. alcalde, aboga-
do y teóricamente persona educada, le interesa muy poco ponerse en el lugar
de los jóvenes agredidos y maltratados, ni las consecuencias de exhibirse como

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

una autoridad déspota y abusiva. Menos le preocupa, aparentemente, haber


agraviado la dignidad de quienes sufrieron los vejámenes que él avaló.

Este hecho, recientísimo, revela en parte el drama del Perú, y de los


pueblos indígenas y de los afroperuanos, y es una prueba contundente del tipo
de irracionalidad que caracteriza a ciertas autoridades «elegidas democrática-
mente» y las aberraciones que son capaces de cometer abusando del poder
temporal que tienen y como consecuencia de prejuicios malsanos que son ex-
presión de una cultura racista y de exclusión. Este es un ejemplo que como
punta de un iceberg constituye sólo una problemática que es mucho más gran-
de de lo que puede verse en el día a día o en las relaciones interpersonales. No
será suficiente una ley o un decreto para cambiar la mentalidad de ese alcalde,
que mucho me temo no es un caso excepcional en nuestra sociedad.

Por ello, estimo que las grandes transformaciones o las revoluciones


pacíficas, que suponen necesariamente la toma de conciencia paulatina, no se
hacen por decreto. Siendo un largo e inacabable camino a recorrer por nuestra
nación, reitero que en la elaboración del PNDH pudo haber mayor participación
y apertura, lo que hubiera redundado en mayores posibilidades de cubrir con
cierta prontitud y eficacia muchas áreas neurálgicas en el Estado y en la socie-
dad. Involucrar más decididamente a los partidos políticos, a los gobiernos
regionales y municipales, y a muchas otras organizaciones que quedaron al
margen de su elaboración, hubiera permitido avances más significativos y visi-
bles que lo logrado hasta ahora. En este punto, aún no quedó claro el grado de
compromiso y convicción del gobierno del Sr. Alejandro Toledo en la medida
que no hubo difusión adecuada, pues los trabajos y las audiencias preparato-
rias no fueron mayormente conocidos por la población en todo el territorio
nacional, salvo en el conjunto de ONGs que sí fueron invitadas a participar en
la elaboración del plan. No recuerdo, por otro lado, haber visto ningún aviso
televisivo, o escuchado alguna cuña radial al respecto.

Creo, sin embargo, en lo que concierne al compromiso del gobierno


del Sr. Alan García con los derechos humanos que existen algunas interrogan-
tes cuyas respuestas sería recomendable que se dieran cuanto antes, por el
bien de su gobierno y la salud de nuestra democracia. Pero estimo que podría
avanzarse significativa y realmente, si en lo queda de su período presidencial,
se asume como primera prioridad en la administración y manejo del Estado, un
enfoque de derechos humanos, en donde la tolerancia y el diálogo sean las
columnas sobre las que se edifica el Estado democrático de nuevo tipo, el Esta-
do de Derechos Humanos. Tolerancia y diálogo que deben serlo no sólo para la
solución de problemas posibles entre el gobierno central y las regiones, muni-
cipalidades o comunidades de cualquier lugar del país, sino también en las
relaciones interpersonales que es donde se revela nuestra autenticidad y nuestra
humanidad, seamos autoridades o no. Corresponde también al gobierno del Dr.
García realizar todos los esfuerzos posibles para que se esclarezcan los graves
casos de violación a los derechos humanos que ya están judicializados o que

29
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

estén por judicializarse, dando con ello un mensaje claro de su compromiso


contra la impunidad.

En la medida que, como nación y como Estado, avancemos en este


cometido de alcanzar un Estado de Derechos Humanos, que nos involucra a to-
dos, en el cual se comprenda que es tan importante no morir ejecutado extraju-
dicialmente como no morir por efectos de un coche bomba puesto por algún
terrorista, como no morirse de hambre o por efectos de la desnutrición, o por
alguna enfermedad que pudo evitarse, en la medida que se entienda que el
derecho a un trabajo digno y bien remunerado es indivisible del derecho de la
mujer a no ser maltratada y del derecho de los pueblos indígenas y afro perua-
nos a ser tratados y considerados con equidad y con dignidad, en un plano de
igualdad de oportunidades, en esa medida iremos dando pasos importantes y
esperanzadores como parte del género humano. Nuestros amigos de CEDET,
como parte del Perú, han dicho con este libro algo de lo que sienten y lo que
piensan, bien harían nuestros gobernantes en prestar respetuosa atención.

Santiago de Surco, 26 de junio 2008

Luis Alberto Salgado T.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Introducción

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

El Perú es un país diverso, no sólo por los recursos


naturales, sino por la composición misma de su población. Esta
diversidad étnica incluye grupos que son constitutivos de ma-
nera más directa de la nacionalidad: las comunidades andinas,
las comunidades amazónicas y la población afrodescendiente,
grupos de los cuales proviene la mayoría de la población, a la
que se le suele denominar «el pueblo», y que mayoritariamen-
te pertenece al sector denominado «pobre» de la sociedad con
las secuelas estereotipos y estigmas correspondientes.

Además de la situación de pobreza, la población


afroperuana sufre una condición de invisiblidad, como conse-
cuencia de su particular proceso histórico derivadas de la
esclavización y sus posteriores secuelas y la falta de medios
de expresión de su propia identidad frente a la sociedad. Por
ello es una tarea importante la construcción de ciudadanía,
que comprende el conocimiento de sus derechos y deberes
sociales y la vigilancia social en pro de una gobernabilidad
que garantice un ejercicio pleno de la vida democrática.

La justicia, la equidad social y el ejercicio de la


ciudadanía implican la adopción de medidas que eliminen
las causas de la pobreza y al mismo tiempo dignifiquen a la
persona humana, por ello es tan importante promover y

35
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

proteger los derechos humanos a través de los planes nacionales de acción con
la finalidad de reforzar los medios nacionales y garantizar la conformidad de la
legislación nacional con las normas internacionales.

El racismo es un fenómeno social presente y persistente que justifica


y perpetúa los abismos sociales y genera una situación que al mismo tiempo
que intolerante desde todo punto de vista de los derechos humanos y la equi-
dad, es un caldo de cultivo de conflictos de diverso orden, y que explica la
violencia de los años ochenta, como lo manifestó la Comisión de la Verdad,
pero no sólo esta, sino realmente los que causan la llamada inseguridad ciuda-
dana. Esta situación que podríamos denominar de frustración social, se ve ali-
mentada por la inseguridad ante las perspectivas de lo económico, con un
incremento constante del desempleo real, el incremento de trabajos mal re-
munerados, y la incapacidad de conocer los efectos de las políticas económicas
que definitivamente le afectarán, como son los Tratados de Libre Comercio o
los Acuerdos de Promoción del Comercio.

La población afroperuana entiende los derechos humanos desde la pers-


pectiva del racismo, y al racismo desde la perspectiva de los derechos humanos.
Racismo es marginación, exclusión, pobreza, invisibilización, por tanto es el no
cumplimiento de los Derechos Humanos, es la negación de la condición humana.
Estas condiciones, que pueden ser vividas de diversas maneras en una gran
mayoría de la población pobre del país, tiene en este caso como fuente la es-
tructura del racismo, que sustenta un sistema de dominación social, un sistema
de explotación y acumulación en la cual grandes sectores de la sociedad son
asumidos como infrahumanas, funcionales al sistema, en cuanto sean necesa-
rios para la producción; desechables al sistema, en cuanto no aporten (contribu-
yan) al mismo. Es por esto que el racismo es un crimen contra la humanidad, y
es una premisa que tiene que romperse para lograr una sociedad de seres hu-
manos en convivencia con el respeto pleno de los Derechos Humanos.

Este fenómeno que no es exclusivo de la sociedad peruana, sino que


está extendido en el mundo globalizado, ha motivado la generación de meca-
nismos que la contrarresten como las Conferencias Internacionales Contra el
Racismo, cuya última reunión se dio en Durban, y que en América Latina ha
tenido una réplica en la Conferencia de Brasilia 2006. Estos insumos han ser-
vido para establecer mecanismos de lucha contra el racismo en el Perú, en los
que se involucra a la Sociedad Civil con el Estado. La participación de los afro-
descendientes en este proceso tienen como uno de sus productos una Platafor-
ma contra el Racismo, la que en la participación en la confección del Plan Na-
cional de Derechos Humanos, es incorporada prácticamente en su totalidad. El
Plan Nacional de Derechos Humanos 2006-2010, elaborado por el Consejo
Nacional de Derechos Humanos, nos presentaba la oportunidad de construir la
ciudadanía, en las comunidades con población afrodescendiente, dentro del
marco del combate a la pobreza, el hambre y la exclusión social para elevar las
condiciones de vida de los pueblos y fortalecer la gobernabilidad democrática.

36
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Siendo además fundamental el aporte que significa el Plan de Acción y sus


metas para alcanzar este objetivo.

El Plan Nacional de Derechos Humanos parte de una consulta a la


población, realizado por medio de audiencias públicas descentralizadas que
configuran un diagnóstico de la situación de los derechos humanos, enarbolan
propuestas y dan forma a un plan de acción para su cumplimiento.

El plan es por un lado una estrategia que nos debería conducir al


cumplimiento pleno de los derechos humanos en el ámbito nacional, una hoja
de ruta con la cual iremos logrando incorporar plenamente su irrestricto respe-
to en el ámbito nacional. Por otro lado puede ser considerado un objetivo, ya
que es necesario desarrollar acciones para que la población lo asuma como
suyo. Por último podría ser una propuesta social que hay que confrontarla a
otras propuestas con similar capacidad de ser asumidas y realizadas.

Formalmente está fundamentado en una propuesta internacional y cons-


tituye un compromiso de los Estados, que los gobiernos deben cumplir. El gobier-
no de Perú aprobó el PNDH el10 de diciembre de 2005 ( Decreto Supremo N°
017-2005-JUS) con lo que adquiere la oficialidad necesaria. Por otro lado por
ser una obligación asumida por compromiso internacional, esta aprobación ofi-
cial es suficiente para su validez y la necesidad de ejecutar su cumplimiento.

Pasado el año 2007, las organizaciones encargadas de la elaboración del


Plan reclaman el poco interés del gobierno por cumplir este compromiso oficial.
Otros sectores organizados observan la escasa o ausente inclusión de ciertos te-
mas en el plan. También se hace referencia a la insuficiencia de la convocatoria a
la población, que daría como resultado una poca representatividad del PNDH.

En ninguno de los casos hay objeciones mayores al contenido, ni a su


validez como tal. Por lo tanto se trata de un documento que refleja la necesi-
dad de realizar acciones planificadas para mejorar el cumplimiento de los DDHH,
valioso y formalmente aprobado por el Estado. Es parte fundamental de nues-
tro compromiso impulsarlo, favoreciendo la acción de las entidades responsa-
bles de la ejecución del mismo, y motivando a la población para que coopere
con los objetivos participando en forma organizada o individual de este cumpli-
miento, del cual somos beneficiarios como nación.

Para que la población asuma un compromiso primero debe conocer de


qué se trata el compromiso. La población debería tener un conocimiento del
Plan Nacional de Derechos Humanos, por lo menos en sus ideas generales. El
Centro de Desarrollo Étnico trabaja particularmente con la población afrope-
ruana, esta focalización le permite tener un mejor acceso a las comunidades
tradicionalmente denominadas afroperuanas y relacionarse con sus líderes y
con la población misma. Por ello el trabajo de promover la difusión del compro-
miso del PNDH se realizó por medio de talleres con la población organizada, en
particular con sus líderes. Pero el éxito de la estrategia depende, en gran por-

37
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

centaje, de las condiciones del pueblo receptor, de la forma como lo asuma y


como haga suyo el mensaje.

Sin embargo es necesario que los contenidos de este Plan Nacional


sean difundidos para ser conocidos por todos los sectores implicados en esta
tarea, de manera tal que se tenga un horizonte y metas a cumplir. Al mismo
tiempo es importante tener un diagnóstico que permita una línea de base y
unos indicadores de avance en torno a las metas y objetivos.

Cuando emprendimos el proyecto, cuyos resultados presentamos aho-


ra, el propósito era desarrollar una estrategia de inclusión de la problemática
afroperuana y del Plan Nacional de Derechos Humanos en las agendas pública
y privada nacionales, para lo cual es necesario un fortalecimiento de los víncu-
los de unidad representativa del pueblo afroperuano y determinación de un
plan estratégico de acción en torno a la difusión, discusión, y aplicación del
Plan Nacional de Derechos Humanos.

Para lograr lo anteriormente expuesto, realizamos un diagnóstico y


consultas populares sobre los Derechos Humanos. Esto fue recibido con curio-
sidad y entusiasmo entre nuestra población. La primera parte consistió en el
levantamiento de las encuestas que le dieran sustento al diagnóstico. Se apli-
caron 1500 encuestas a lo largo de todo el territorio nacional, posteriormente
convocamos a 10 talleres, en los que participaron alrededor de 400 personas,
para desarrollar propuestas que serían incluidas en un plan de acción de defen-
sa de los Derechos Humanos de los afrodescendientes, dentro del marco del
PNDH, en este quinquenio (2006-2010).

La convocatoria incluyó a representantes de las instituciones del Es-


tado, a las autoridades de los gobiernos regionales, locales, organizaciones de
base afroperuanas y las de la comunidad. Los talleres de consulta se realizaron
para jóvenes y adultos, respetando la equidad de género en la selección de
participantes, así como su compromiso con la comunidad.

El resultado de este proceso son la materia de la presente publica-


ción, la cual parte del análisis preliminar que realizamos institucionalmente
sobre el Plan Nacional de Derechos Humanos. Prosigue con los criterios meto-
dológicos y estrategia seguida para el recojo y procesamiento de la informa-
ción. La parte medular de nuestro trabajo lo constituye los resultados, es decir
el diagnóstico basado en las 1500 encuestas sobre el conocimiento de los De-
rechos Humanos en general y del Plan Nacional de Derechos Humanos en par-
ticular en la parte correspondiente a los afroperuanos.

Cerramos con la síntesis de los 10 talleres regionales y del taller


nacional realizado en Lima, plasmado en las recomendaciones y propuestas de
los afroperuanos conducentes a afinar el Plan Nacional de Derechos Humanos.

El camino de la construcción efectiva de la ciudadanía afroperuana


tiene en este momento una estación para afinar los instrumentos y las pro-

38
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

puestas a fin de continuar este recorrido de manera acertiva. Esto no hubiera


sido posible sin el apoyo de la Fundación Ford, quienes de manera decidida nos
permitieron contar con los medios necesarios para desarrollar este proceso.

Finalmente queremos dedicar estas líneas finales a todas las perso-


nas implicadas en la investigación, desde los coordinadores regionales, en-
cuestadores, autoridades locales y regionales, autoridades educativas que nos
brindaron sus instalaciones para las capacitaciones correspondientes y a toda
la población afroperuana que brindaron su tiempo y se unieron entusiatamente
en este camino del ejercicio pleno de nuestros Derechos Humanos.

39
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

40
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Análisis preliminar
del Plan Nacional de
Derechos Humanos en
el tema afroperuano

41
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

42
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

La historia del Plan Nacional de Derechos Huma-


nos data de 1983. En Viena durante la Conferencia Mundial
de Derechos Humanos, los estados miembros de la ONU,
entre ellos el Perú, suscribieron el acuerdo de formular indi-
vidualmente un plan que contribuyera a mejorar la defensa
y promoción de los Derechos Humanos.

En nuestro país es recién en el 2005 que el Estado


aprueba su primer Plan Nacional de Derechos Humanos con
una vigencia de 5 años. Para la construcción de dicho plan,
entre abril y julio del 2005, el Consejo Nacional de Dere-
chos Humanos, llevó a cabo 18 audiencias públicas en dife-
rentes ciudades del país con el propósito de escuchar la opi-
nión de representantes tanto de organizaciones públicas
como privadas y de la sociedad civil. Los pueblos indígenas
desarrollaron el proceso completo de consulta a las bases,
situación que no se dió en el caso de los afroperuanos, pues
es en la sistematización del Plan, cuando recién se incorpo-
ra la temática afrodescendiente, al cotejar los resultados
de las Audiencias Públicas con el «Compendio de Planes Na-
cionales de acción en materia de derechos humanos para la
promoción y protección de los derechos humanos», mate-
rial elaborado por la Oficina del Alto Comisionado de las Na-

43
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

ciones Unidas para los Derechos Humanos, dicho material fue fundamental para
destacar los propósitos, principios, componentes esenciales y procesos clave
para la formulación del Plan Nacional de Derechos Humanos. La incorporación
de los afrodescendientes se dió mediante la convocatoria de cuatro represen-
tantes de algunas de las organizaciones afroperuanas a una reunión, sin la
oportunidad de dar a conocer la opinión de los ciudadanos afrodescendientes,
en este tema en específico.

Es preciso señalar que la fuente principal y practicamente única para


generar las propuestas al Plan Nacional de Derechos Humanos en la parte co-
rrespondiente a los afroperuanos, proceden del documento 15 ACCIONES QUE
EL ESTADO DEBE APLICAR PARA EL DESARROLLO DEL PUEBLO AFROPERUA-
NO, sistematizado por el CEDET7.

Luego de unos meses de sistematización y deliberación, el 11 de di-


ciembre del 2005, se pública en el Diario Oficial «El Peruano», el Primer Plan
Nacional de Derechos Humanos del Perú, dicho plan estará vigente entre el
2006 y el 20108, el Plan se define como «una política de Estado que trascien-
de la acción limitada de un gobierno o de cualquiera de los componentes o
niveles individualmente considerados».

El Plan aprobado «asume como su marco necesario de referencia, éti-


ca, jurídica y política, los compromisos internacionales derivados de las normas
internacionales y de los tratados de derechos humanos y de derecho internacio-
nal humanitario que le obligan o haya sido formalmente ratificados por el Perú,
así como las normas establecidas en la Constitución Política del Estado».

El Plan asume como su Objetivo General: «reforzar los mecanismos


nacionales para promover y proteger los derechos humanos y garantizar la
conformidad de la legislación y practicas nacionales con las obligaciones deri-
vadas de las normas internacionales de derechos humanos y derecho interna-
cional humanitario que obligan al Estado peruano».

El Plan Nacional de Derechos Humanos contempla a la población afro-


peruana de manera particular en su Línea Estratégica 4 (LE4) : Implementar
políticas afirmativas favor de los derechos de los sectores de la población de
mayor vulnerabilidad, en condiciones de igualdad de trato y sin discriminación,
teniendo como Objetivo Estratégico (OE2) GARANTIZAR LOS DERECHOS DE

7
Estas 15 Acciones... es el resultado de encuestas y foros realizados a nivel nacional, tanto
con autoridades locales, regionales y nacionales, como con población afroperuana en el
marco del proyecto denominado «Balance y propuestas del proceso afroperuano ante los
acuerdos de la conferencia regional de las Américas» y que se sistematizaron en el libro EL
ESTADO Y EL PUEBLO AFROPERUANO, editado por el CEDET en el año 2005.
8
Diario Oficial « El Peruano», Decreto Supremo 017-2005 – JUS: Plan Nacional de
Derechos Humanos; Lima, 2005.

44
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

LOS PUEBLOS INDIGENAS Y AFROPERUANOS, este objetivo tiene los siguien-


tes resultados en el 2010 9:

R1. Se asegura el cumplimiento del marco jurídico existente


de protección y promoción de los derechos de los pue-
blos Indígenas y de la población Afroperuana.
Un aspecto a resaltar es la definición utilizada, en partes del docu-
mento nos denominan como población, en otras como Pueblo, lo mismo sucede
en el término Afroperuano y Afrodescendiente. Para lograr este resultado se
ha debido realizar las siguientes actividades:

• A1 Promover la adecuación del derecho interno sobre los derechos de los


Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en conformidad con los man-
datos contenido en las normas internacionales de derechos humanos y
el Convenio 169 de la OIT; y, en particular, para garantizar el derecho
de los Pueblos indígenas y comunidades campesinas y nativas a pre-
servar sus territorios y a reconocerlos como inalienables, imprescripti-
bles e inembargables siempre y cuando no afecten derechos de propie-
dad de terceros protegidos por el ordenamiento jurídico nacional, se
estudiará la posibilidad de reconocer los mismos derechos a las co-
munidades afrodescendientes.

La carencia de un discurso unitario afroperuano salió a relucir en el


planteamiento del derecho de territorio para comunidades afroperuanas, mien-
tras que la representante afroperuana del INDEPA argumentaba que los afrope-
ruanos no tienen derecho al territorio ancestral, el representante de la sociedad
civil afroperuana defendía la postura de la existencia de dichos territorios afro-
peruanos, ante esta discrepancia, la salida fue la obtenida en el Plan Nacional.

El punto considera entonces el estudio de la posibilidad de reconoci-


miento de los mismos derechos de la población indígena a las comunidades
afroperuanas, por tanto el establecimiento de una o varias instancias que eje-
cuten este estudio es de vital importancia. Hasta la fecha el Estado no ha
tomado ninguna iniciativa en torno a esto, pudiendo partir de revisar las leyes
de nuestros países vecinos como en Colombia 10 y en el Ecuador 11.

9
Las cursivas y negritas no figuran en la publicación original del documento del Plan Nacio-
nal de Derechos Humanos y corresponden a la presente edición con la finalidad de poner
énfasis en los temas de nuestro interés.
10
La población afrodescendiente colombiana tiene una Ley aprobada desde agosto de1993
donde se reconoce la propiedad colectiva del territorio y los derechos étnicos, sociales y
culturales de la comunidad afrocolombiana.
11
Para ellos se dicto la Ley de los Derechos Colectivos de los Pueblos Negros o afroecutorianos.

45
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

• A3 Promover la participación de los representantes de los pueblos Indíge-


nas y Afroperuanos en los espacios de participación de la sociedad civil
existentes en el ámbito de los distintos organismos y entidades publi-
cas.

Esta actividad busca integrar a los representantes de la población


afroperuana en los espacios de participación como representantes de su grupo
étnico, al que no podrían acceder de manera natural por la invisibilización,
discriminación y racismo existente. Sin embargo la representación en la socie-
dad civil por parte de los afroperuanos se ve limitada al ámbito de los organis-
mos no gubernamentales que tratan la temática afro, no hay otros espacios de
sociedad civil en donde exista la participación activa de los afroperuanos; en
cuanto a la representación en organismos gubernamentales, si dejamos de
lado la representación en INDEPA, los afroperuanos no están presentes en
entidades públicas.

En cuanto al Congreso de la República, la Comisión de Asuntos Indí-


genas, Afroperuanos y Medio Ambiente es una comisión que no juega ningún
rol importante en la promoción de los grupos étnicos excluidos. Otro de los
espacios donde se denota una total falta de sensibilidad con estos mismos
grupos es el Acuerdo Nacional, en el están representados los diferentes gre-
mios, que fueron convocados para impulsar un dialogo nacional en la perspec-
tiva de lograr un acuerdo que «…sirva de base para el proceso de consolida-
ción de la democracia, la afirmación de la identidad nacional y el diseño de
una visión compartida del país a futuro...». Nosotros nos preguntamos ¿Se
puede realizar un acuerdo «nacional», discriminando a los históricamente ex-
cluidos? ¿Se puede afirmar la identidad nacional sin la participación de los pue-
blos originarios y sin la participación de los afroperuanos? y por último ¿Se
puede diseñar una visión compartida del país a futuro sin estos grupos étni-
cos?; o será como históricamente se ha construido la visión de el Perú, con la
mirada de los «criollos», los «criollos» de la actualidad construyen la visión de
futuro de nuestra nación desde una mirada neoliberal, excluyente, racista y
discriminadora. Estos nuevos «criollos» no solamente están en los espacios del
empresariado, si no también se encuentran en instituciones sociales que dicen
«representar» a los marginados del Perú.

• A6 Promover la participación de los Pueblos Indígenas y de la sociedad


civil en la formulación de propuestas para el fortalecimiento de una
educación nacional bilingüe e intercultural, asegurando, en particular,
que la incorporación a esta de las tecnología de la información poten-
cie los procesos comunicativos de la cultura de los pueblos indígenas y
afroperuanos y contribuya al desarrollo de los instrumentos que posi-
biliten el rescate de los idiomas indígenas en riesgo de extinción, así
como de su literatura oral.

El Estado hasta la fecha no ha realizado ninguna acción para imple-


mentar esta actividad en la legislación educativa en el Perú. Esto nos revela
los grandes vacíos y limitaciones que existen para el desarrollo de la afro-

46
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

descendencia en el currículo educativo, así como la gran exclusión de la que


son objeto las comunidades afrodescendientes, partiendo de las bases que la
Constitución Política del Perú establece en el Articulo 2, numeral 19. Allí se
proclama que: «Toda persona tiene derecho a su identidad étnica y cultural. El
Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la nación». Articu-
lo 17: «El Estado (...) fomenta la educación bilingüe intercultural, según las
características de cada zona. Preserva las diferentes manifestaciones cultura-
les y lingüísticas del país. Promueve la integración nacional»

También se genera un gran conflicto con la Ley 27818 (Ley Para la


Educación Bilingüe Intercultural) porque en primer lugar, se limita la legislación
intercultural sólo a lo bilingüe; segundo, sólo se fomenta el bilingüismo en
pueblos indígenas; tercero, el Ministerio de Educación debería diseñar un plan
nacional de educación intercultural para todos los niveles y modalidades de la
educación nacional incluyendo las zonas hispanohablantes, ampliando la co-
bertura curricular a «todos» los peruanos y; cuarto, cuando sólo se posibilita
la participación efectiva de los pueblos indígenas, excluyendo así a todas las
comunidades afroperuanas de la participación en la definición de la estrategia
metodológica y educativa que habrán de beneficiarlos.

Un verdadero Plan Nacional de Educación Intercultural debería incor-


porar, no sólo la visión y el conocimiento Indígena, sino también los aportes
históricos, sociales y culturales de los distintos grupos étnicos del país, parti-
cularmente el afroperuano, con la finalidad de favorecer el desarrollo de una
identidad nacional consciente de las contribuciones multiétnicas.

El grado de calidad, la eficiencia y accesibilidad en la educación para


todos los pueblos, sigue siendo una característica que más bien diferencia a las
poblaciones afroperuanas, al igual que a la población indígena, del resto de la
población en general.

Por último, en la propuesta del Estado, el bilingüismo monopoliza la


concepción y el discurso, pues se refiere a la «pluralidad étnica y cultural de la
nación en todos los niveles educativos» y no sólo a algunas manifestaciones de
pluralidad cultural. Por ello el Estado debería reconocer el derecho de todas las
etnias que habitan en el Perú a tener presencia y visibilidad curricular en los
planes y materiales educativos, prestando atención a las necesidades, intere-
ses y aspiraciones de todos los pueblos andinos, amazónicos y afroperuanos
en sus respectivas zonas.

• A7 Promover la participación y la representación política de los pueblos


Indígenas y Afrodescendientes a nivel de los gobiernos regionales y
locales y en el Congreso de la Republica.

En lo que toca a la participación política, en el Congreso anterior hu-


bieron tres congresistas afroperuanos, ninguno llevaba una propuesta ligada a
la situación de los afroperuanos. El actual Congreso tiene dos congresistas
afroperuanos y su elección tampoco respondió a una plataforma afroperuana.
Este es un indicativo de la débil y casi nula movilización social afroperuana.

47
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Para promover la participación política de los afrodescendientes rea-


lizamos un breve análisis 12 de los programas de cada uno de los partidos polí-
ticos de nuestro país, llegando a la conclusión que para quienes ejercen la
política la población afroperuana sigue siendo invisible. Situación dada en las
organizaciones y partidos de las diferentes tendencias políticas.

Observando el programa del Partido Aprista Peruano (PAP), publicada


en la su pagina web, no contiene una sola línea dedicada al tema afroperuano,
por el lado de Unidad Nacional (UN) sucede otro tanto, En el lado de la izquierda,
el Partido Democrático Descentralista (PDD), no menciona ni una vez a los
afroperuanos, si bien en su propuesta programática se hace referencia a que
«... somos un país de todas las sangres, pluriétnico. Nuestras raíces andinas y
amazónicas, sin perder su aporte sustantivo a la identidad nacional, se han enri-
quecido a lo largo de su historia, con la incorporación de distintos grupos étnicos
culturales» y por ultimo en el Movimiento Nueva Izquierda (MNI) se hace men-
ción a los afroperuanos una sola vez en su propuesta de Proyecto Nacional.

Sin duda que los partidos pueden tener asuntos más «importantes»
en que preocuparse, sin embargo hay que recordarles que los afroperuanos
representamos el 8% de la población nacional.

La participación y representación política de los afroperuanos debe


estar orientadas en el marco de la democracia y la participación en un sistema
de partidos fuertes, donde estos partidos incorporen necesariamente las pro-
blemáticas de los diferentes sectores de la población en sus plataformas políti-
cas. Ningún programa de un partido debería obviar la temática étnica, como
otras temáticas de implicancia política nacional, regional o local. Esto seria una
garantía de cambio, de inteligencia y de compromiso serio en las propuestas
por la defensa de los derechos democráticos de las minorías étnicas en el país
y posibilitaría la evaluación de la misma población en forma directa, o por sus
instituciones representativas, del cumplimiento de estas mismas propuestas
en sus planes. Promover cualquier otra forma de participación por intermedio
de partidos que nacen a la luz de una elección serán «microempresas políticas
locales, regionales o nacionales».

• A9 Incorporar el componente étnico en los Censos de Población y Vivien-


da, con el objeto de constatar la situación socioeconómica de los inte-
grantes de los distintos pueblos indígenas que componen la Nación pe-
ruana.

La incorporación de la variable étnica no significa una segregación o


descomposición social, significa el reconocimiento de la diversidad como rique-

12
Análisis realizado sobre la base del artículo de Augusto Malpartida León, Afrodescen-
dientes, partidos y política en Perú, en: El Estado y el Pueblo Afroperuano, pags. 131
- 135. Cedet, 2005, Lima, Perú.

48
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

za, como fuente de la ciudadanía en la nación peruana. Esta nación que todavía
está en construcción no puede vivir desconociendo su composición diversa,
sino reconociendo la misma como factor de integración. Si bien en esta activi-
dad no se menciona a los afroperuanos por considerar sólo a los pueblos indí-
genas, incorporar la variable étnica de manera más general reconocería la pre-
sencia afroperuana en la sociedad, la presencia indígena en la ciudad y la pre-
sencia amazónica en las otras regiones. Es cierto que incluir esta variable re-
quiere de la participación de los diferentes grupos involucrados, de un progra-
ma de sensibilización y que a nivel social se operen cambios sustanciales en la
percepción y estereotipos que se tienen sobre la composición social de los
grupos involucrados. Para esto son necesarias políticas publicas concertadas a
todo nivel, de otro modo los resultados del censo podrían ser contraproducen-
tes, contribuyendo a fortalecer los argumentos que abogan por su inutilidad.

• A10 Instituir la creación de las Oficinas Publicas Descentralizadas adscritas


al Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y
Afroperuanos – INDEPA, incorporando la participación de los Pueblos
Indígenas y Afrodescendientes en la formulación y aprobación de los
programas y proyectos de alcance regional con incidencia en el desa-
rrollo integral de estos pueblos.

Las Oficinas Públicas Descentralizadas del INDEPA, fueron creadas


antes del plan, en todo caso se debería institucionalizarlas, sin embargo, la
gestión pasada del INDEPA fue muy cuestionada por todos los sectores y en
especial por los afroperuanos, si a esto le sumamos que hasta el momento no
se termina con el proceso de reorganización del Instituto, podemos decir que
la consolidación de esta actividad se encuentra en el limbo.

La CONAPA hoy INDEPA, fue creada con el objetivo de propiciar la


promoción, desarrollo e integración de los pueblos indígenas y poblaciones afro-
peruanas. La idea de contar con un organismo público que facilite la participa-
ción es positiva, sin embargo la existencia de medios adicionales que fortalez-
can la participación de manera más democrática haría el tema más efectivo.
Las mayores dificultades de esta institución pública han estado en esa direc-
ción, afectando la participación de los afroperuanos, andinos y amazónicos.

La incorporación de los afroperuanos en el INDEPA no ha terminado


de evaluarse en cuanto a si ha sido una conquista desde la perspectiva de los
afroperuanos, o el cumplimiento del Estado de su obligación de tomar en cuen-
ta una población de trascendencia social, cultural e histórica en el Perú. Por
otro lado la creación de este organismo se da en circunstancias de una debili-
dad política muy fuerte del movimiento social afrodescendiente, otorgándose
la representatividad de los afroperuanos a organizaciones con mayor «anti-
güedad» aunque no fueran organizaciones comunitarias sino ONGs.

49
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

R2. Se favorece el ejercicio pleno y no discriminatorio de


los derechos económicos, sociales y culturales de los
pueblos indígenas y afroperuanos, así como sus dere-
chos colectivos en consulta con estos.
Para lograr este resultado se deberá realizar las siguientes actividades:

• A4 Diseñar e implementar políticas y estrategias de educación y salud con


enfoque intercultural, garantizando el acceso y la calidad de estos ser-
vicios para los Pueblos indígenas, comunidades campesinas y nativas y
afroperuanos.

La incorporación de la variable étnica en los aspectos de salud tiene


dos aspectos: la propiedad y la vulnerabilidad, Ambos aspectos son fundamen-
tales porque las variables genéticas determinan ciertas condiciones de salud
presentes en los grupos étnicos, y las variables sociales determinan otras. En
el caso de los afroperuanos ya es conocido que existe una vulnerabilidad ma-
yor en problemas coronarios y diabetes; una incidencia mayor en ciertos tipos
de patologías como la anemia falciforme con sus correlatos, sin embargo no se
incorpora estudios y políticas de salud publica. La situación es la misma en los
casos de vulnerabilidad social.

Por otro lado, la educación en nuestro país se encuentra en crisis, tan-


to a nivel de infraestructura como de contenidos; según los últimos indicadores
el nivel de comprensión de lectura y el manejo de operaciones matemáticas se
encontrarían entre los más bajos a nivel mundial, si estos campos que han sido
por excelencia los privilegiados de la educación formal en nuestro país están en
esta situación ¿cuál es la situación de los contenidos que privilegian y motivan el
conocimiento a partir de la realidad concreta y específica de cada colectividad?

Hasta la fecha no hay ninguna acción concreta para elaborar de ma-


nera conjunta, con las organizaciones o representantes de las organizaciones
afroperuanas, una estrategia educativa sostenible para fortalecer y visibilizar
la contribución de los afrodescendientes en general y de los afroperuanos en
particular. Se pierde entonces la posibilidad de dar cuenta de las múltiples y
complejas facetas del desarrollo del pueblo afrodescendiente a nivel de Améri-
ca Latina con sus respectivas tradiciones, que superen la visión esquemática
derivadas de la esclavización y que tiene como eje los estereotipos raciales, y
la minusvaloración o anulación de nuestros aportes a la conformación del Perú.

Si bien es cierto se ha avanzado mucho en la teorización del fenóme-


no intercultural, el análisis específico casi siempre se ha centrado en la expe-
riencia andina, por lo cual no existe una marco teórico referencial para poner
en practica una alternativa concreta, vacío que busca superarse por parte de
algunas organizaciones afrodescendientes.

50
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

• A5 Promover la investigación científica y tecnológica en el campo de la


interculturalidad en educación y salud para los Pueblos indígenas, co-
munidades campesinas y nativas y afroperuanos.

En lo que corresponde al tema de salud la OPS13, presenta una pro-


puesta a trabajar, mostrando la posibilidad de realizar acciones afirmativas en
salud, como medida de corrección social. Esta propuesta cuenta con algunas
variables para Latinoamérica en general y para el Perú en particular, así como la
recomendación de realizar un proceso de selección e identificación de beneficia-
rios y la definición de normas para la regulación de programas de acciones afir-
mativas de manera sustantivas con respecto a la población afrodescendiente.

Nuestro país al no contar con una política de salud para los grupos
étnicos en general y los funcionarios del sector al no estar sensibilizados con
los problemas étnicos, no le han dado la importancia que merece la propuesta
líneas arriba descrita, por lo tanto hasta la fecha no se ha realizado un trabajo
de investigación referida a la salud de los afroperuanos.

Con respecto a la educación, no se emprenden investigaciones para


comprender los procesos específicos de acercamiento, interrelación y conflicto
que han afectado a los afroperuanos y su inserción en nuestro país, a fin de
superar el discurso estrecho del fenómeno esclavista que los circunscribe a su
adscripción como mano de obra. Esto tiene su correlato en la educación univer-
sitaria en donde no se emprenden investigaciones de este tipo por considerar-
se que no hay un fin práctico para dichos estudios.

• A7 Promover la implementación del Plan de Acción de Durban con la par-


ticipación plena de los sectores involucrados.

El Plan de Acción de Durban, al igual que los compromisos emanados


de la Cumbre de las Américas no han tenido la más mínima atención por parte
del los diferentes gobiernos como ha sido destacado por el CEDET14.

13
Documento presentado en el Taller Regional para la Adopción e Implementación de
Políticas de Acción Afirmativa para Afrodescendientes de América Latina y El Caribe.
Montevideo, Uruguay del 7 al 9 de mayo de 2003, por la Organización Panamericana
de la Salud, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud.
14
Ver: El Estado y el Pueblo Afroperuano. Balance y Propuestas del Proceso Afroperuano
ante los Acuerdos de la Conferencia Regional de las Américas. Cedet, 2005, Lima,Perú.

51
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

R3. Se promueve el reconocimiento y visibilización de la


población afrodescendiente como parte constitutiva de
la Nación Peruana.
Para obtener este resultado se debería realizar las siguientes actividades:

• A1 Atender las propuestas del Plan de Acción de la Conferencia Regional


de Santiago de Chile orientadas al reconocimiento pleno de los dere-
chos de los Afrodescendientes.

La Conferencia Regional de las Américas realizada en Santiago de


Chile el 8 de diciembre del año 2000, constituyó un punto importante en la
visibilización de los afrodescendientes y en el reconocimiento de que las con-
diciones de exclusión, marginalidad y discriminación en que hoy viven son he-
redadas de la esclavización a los que estuvieron sometidos durante varios si-
glos, por efecto de la trata transatlántica.

Los resultados de esta conferencia fueron una Declaración y un Plan de


Acción con 17 puntos referidos a los afrodescendientes, de los cuales ninguno ha
sido implementado por el gobierno peruano, a excepción del Plan Nacional de
Derechos Humanos. Este Plan incorporó algunas de las propuestas que resultaron
del trabajo de las organizaciones y representantes de las comunidades afroperua-
nas en el marco de la Evaluación del Plan de Acción de la Conferencia Regional de
Santiago de Chile, realizado por nuestra institución con apoyo del PNUD.

• A2 Promover el reconocimiento público de la tradición cultural Afrope-


ruana como parte constitutiva de la Cultura Nacional.

En el año 2007 se aprobó la Ley del Día de la Cultura Afroperuana,


dicha ley establece que el día 4 de Junio de todos los años será considerado
como el Día de la Cultura Afroperuana, esto en conmemoración al nacimiento
de Nicomedes Santa Cruz, ilustre decimista afroperuano. Sin embargo, un
sector de los afroperuanos no están deacuerdo con la fecha pues consideran,
sin desmerecer la figura de Nicomedes Santa Cruz, que ese día debe ser una
fecha que no se cruce con fechas de otros grupos étnicos, recordemos que en
el mes de Junio se celebra en el país el Día de la Canción Andina, el Inti
Raymi, el Día del Campesino y los Festivales de San Juan en la Selva Peruana,
ante ese punto este sector argumenta que el Día de la Cultura Afroperuana
debe incluirse en un mes donde se plantee una festividad exclusiva afroperua-
na, no por un afán desintegrador sino como un afán visibilizador.

Siguiendo esta propuesta, el reconocimiento debe ir de la mano de la


promoción de la cultura afroperuana la cual debe estar ligada a sus actores, es
decir la colectividad afroperuana, de tal forma que el reconocimiento debe
estar reflejado en la participación pública de los representantes del Pueblo
afroperuano en los espacios de decisión política, de ocurrir lo contrario, que es
lo que ha sucedido, sólo se centra en el reconocimiento de alguna fecha con-

52
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

memorativa. En este punto por lo tanto prevalece una visión estrecha de los
alcances de esta actividad.

• A3 Incorporar en los planes curriculares del sistema educativo nacional


los elementos de la cultura de los afrodescendientes como parte cons-
titutiva de la sociedad nacional.

Para poder abordar este punto se debe tener en cuenta que las insti-
tuciones educativas tienen la facultad de modificar hasta un 30 % la currícula
educativa, y que se deben hacer las investigaciones históricas o articular las
últimas investigaciones y conocimientos sobre el devenir histórico y la cultura
afroperuana para incluirlo dentro de la historia «oficial» del Perú y desde luego
en los materiales de enseñanza de las escuelas y universidades. Otro punto a
considerar es la educación intercultural, como uno de los temas transversales
mas recientes dentro de los enfoques educativos en el mundo y que en nuestro
país es uno de los temas menos desarrollados dentro del sistema educacional,
principalmente en contextos no bilingües.

La situación actual de nuestra Educación Bilingüe Intercultural se tor-


na compleja debido a las limitaciones conceptuales y metodológicas que este
programa tiene para poder extenderse a todos los niveles de educación básica
en el Perú, de tal forma que su cobertura se dirija a satisfacer las necesidades
de todos los grupos étnicos del Perú y entre ellos los afroperuanos.

Otro de los aspectos críticos de nuestro sistema educativo es la rela-


ción entre la concepción de Educación Bilingüe Intercultural (que oficialmente
se posee en el Perú y que no es propiamente intercultural) y su repercusión en
la cobertura brindada a los distintos grupos étnicos en el Perú.

Así en nuestro país sólo se brinda una atención en educación intercul-


tural bilingüe a las poblaciones indígenas, lo que ocasiona desatención de la
mayoría de la población escolar del país incluyendo a los afroperuanos, por el
simple hecho de ser hispanohablantes y sin considerarse su especificidad cultu-
ral ni su situación de minoría étnica victima de discriminación racial y cultural.

Es necesaria una reflexión teórica y procedimental sobre las concep-


ciones oficiales de Educación Intercultural de tendencia bilingüe, respecto a
parámetros de Educación Intercultural más amplias e integrales que trascien-
dan el bilingüismo estrictamente compensatorio y necesario, a un enfoque que
se considere el derecho a la visibilidad de las culturas locales como punto de
partida de los currículos oficiales. ¿ Es operativa la concepción de Educación
Bilingüe Intercultural en el Perú? o nuestra realidad requiere de definiciones
mas contextualizadas, de mayor rigurosidad científica y operatividad, equidad
y cobertura curricular.

En qué situación de equidad se ubican las comunidades afroperuanas


si se sigue conceptualizando la interculturalidad como el aprendizaje de la

53
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

lectoescritura de las lenguas originarias y en que situación de cobertura habrían de


ubicarse si se focaliza por lo anterior la atención sólo a determinadas comunidades.

Podemos afirmar lo positivo del PNDH 2006-2011, ha resultado un


hito para los afroperuanos ya que es el primer instrumento jurídico que garanti-
za nuestros derechos especificos. Lo negativo del Plan es que el texto oficial no
contempla la instauración de un órgano ni de un mecanismo de seguimiento de
su implementación. Tampoco precisa cual será el marco legal que guiará este
proceso. Por ello, los organismos de derechos humanos consideramos necesario
que se precisen estos aspectos, que constituyen requisitos indispensables para
asegurar la efectiva implementación del Plan aprobado, y por lo mismo plantea-
mos al Estado que considere la posibilidad de crear un Organismo Público Des-
centralizado (un Instituto Nacional de Derechos Humanos), con participación de
la Sociedad Civil, que cuente con un mandato claro y de preferencia exclusiva
para el seguimiento y evaluación de la implementación del Plan. Lamentable-
mente el contexto actual no muestra indicios alentadores en esa perspectiva.

54
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

55
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

56
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Objetivos y
metodología del
diagnóstico

57
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

58
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

El análisis preliminar del Plan Nacional de Dere-


chos Humanos en los puntos concernientes a los afroperua-
nos nos llevó a formular diversas preguntas, la primera y
obvia fué ¿cuánto es el conocimiento sobre los Derechos
Humanos que se tiene en las comunidades y población afro-
peruana? ¿cuál es el derecho o los derechos que consideran
mas vulnerados? y ¿cuales son los actores sociales y políti-
cos que consideraban los directamente llamados a partici-
par en el cumplimiento y ejercicio de los derechos huma-
nos?, además de indagar sobre los niveles de percepción
sobre el racismo y discriminación como raiz y estructura de
las condiciones de exclusión y obstáculo para el desarrollo.

Partiamos apriori de la certeza sobre el descono-


cimiento absoluto sobre el Plan Nacional de Derechos Hu-
manos, por que nosotros en nuestra labor institucional dia-
ria constatamos la escasa difusión dada al mismo, tanto a
nivel de actividades de otras organizaciones afroperuanas y
de derechos humanos en general, asi como también por
parte del gobierno.

Además como señalamos en el capítulo anterior, la


existencia de un Plan Nacional de Derechos Humanos es
extraordinario instrumento de negociación, factible de ser

59
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

perfeccionado o mejorado a partir de la inclusión de visiones y perspectivas


consesuadas de un mayor número de actores sociales, en nuestro caso, una
mayor participación de la población afroperuana a nivel nacional. Con esta cer-
teza y con la necesidad de construir instrumentos de negociación validos dentro
de un sistema democrático es que con el apoyo invaluable de la fundación Ford,
a lo largo del año 2007 el Centro de Desarrollo Ètnico implementó una serie de
estrategias para la elaboración de un diagnóstico sobre la situación, conocimien-
to, promoción y la defensa de los Derechos Humanos entre los afrodescendien-
tes en el Perú, el primero de este tipo que se realiza en nuestra historia.

Objetivos
El objetivo central de este proceso fué generar las condiciones para
la construcción de ciudadanía entre la población afroperuana, por medio de la
difusión, discusión e implementación del Plan de Nacional de Derechos Huma-
nos. Aunque para algunos pueda ser obvio, es preciso recalcar que esta condi-
ción de ciudadanía la entendemos como la posibilidad y capacidad de una per-
sona de tener acceso al ejercicio pleno de los derechos humanos, ergo, si no
hay este acceso pleno, no podemos hablar de la condición de ciudadano o ciu-
dadana en toda la extensión de la palabra.

Entre nuestros objetivos específicos nos trazamos:

1. Contar con una línea basal diagnóstico en cuatro localidades con pobla-
ción afroperuana, tanto a nivel de comunidad y organizaciones repre-
sentativas, como del sector público sobre los resultados y actividades
contemplados por el Plan Nacional de Derechos Humanos.

2. Desarrollar un Plan Estratégico de Consolidación del Plan Nacional de


Derechos Humanos en las regiones y localidades implicadas.

3. Impulsar mecanismos en la comunidad que favorezcan el cumplimiento


del Plan Nacional de Derechos Humanos.

Estrategias
Para lograr los objetivos entendimos que había que movilizar a las
organizaciones y personas representativas del pueblo afroperuano en torno al
tema de su identidad, el racismo como fenómeno estructural y de la necesidad
y el beneficio de revertir ese fenómeno. Por otro lado se debe fortalecer la
organización misma en el pueblo afroperuano de manera que exista un refe-
rente reconocido en la sociedad como voz autorizada y representativa, por ello
el fortalecimiento de sus organizaciones representativas para impulsar del Plan
Estratégico de Consolidación del Plan Nacional de Derechos Humanos es una
parte importante de la estrategia.

60
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Para contar con un diagnóstico integral de la situación de los dere-


chos humanos en la población afroperuana se implementó encuestas a tres
niveles: población, organizaciones y sector público relacionado.

La difusión pública fue fundamental para la sensibilización social y el


reconocimiento de las propuestas del Plan Estratégico, para lo cual se privile-
gió los medios gráficos (afiches y trípticos) y los virtuales (Internet).

Se cubrió el ámbito de las comunidades de la costa peruana, en las


Regiones de Piura, Lambayeque, Lima, Ica y Tacna implementándose semina-
rios y talleres. Los destinatarios de estas actividades fueron los representan-
tes de los gobiernos locales, gobiernos regionales, el poder ejecutivo, el poder
legislativo, el poder judicial, la población afrodescendiente en particular y la
sociedad civil en general.

Finalmente, para consolidar el efecto multiplicador se implementaron


acciones para el fortalecimiento de los mecanismos de vigilancia ciudadana
mediante la instalación de comités de vigilancia locales, y uno a nivel nacional.

Actividades
Las actividades diseñadas para lograr los objetivos trazados fueron:

• Diseño de instrumentos y aplicación de encuestas en cuatro regiones con


población afrodescendiente a nivel de población, organizaciones e institu-
ciones públicas relacionadas. Las cuatro regiones fueron: Piura, Lambaye-
que, Lima, Ica y Tacna.

• Campaña de difusión « Racismo: Crimen Contra la Humanidad».

• Convocatoria a las organizaciones afrodescendientes representativas a nivel


nacional, regional y local.

• Cinco talleres - seminarios descentralizados (en Piura, Lambayeque, Ica,


Lima y Tacna), con la participación de las autoridades regionales, repre-
sentantes de los diversos organismos del estado, representantes de las
diferentes organizaciones de afrodescendientes , organizaciones de la so-
ciedad civil del cual se obtuvo un plan de acción del Comité de Vigilancia.

• Taller Nacional de elaboración del Plan Estratégico Nacional con participa-


ción las autoridades regionales, representantes de los diversos organis-
mos del estado, representantes de las diferentes organizaciones afrope-
ruanas , organizaciones de la sociedad civil, y consolidación del Comité de
Vigilancia.

61
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Encuesta sobre el Plan Nacional de Derechos Humanos.


Para conocer cuánto es lo que la población conocía el PNDH, se proyec-
tó realizar una encuesta que abarcara una muestra representativa de las comu-
nidades afroperuanas, de manera que tengamos una imagen de la situación en la
población afroperuana en general. Establecimos tres objetivos de la encuesta:

• Medir el nivel de conocimiento del Plan Nacional de Derechos Humanos.


• Evaluar las expectativas con respecto al PNDH.
• Medir el nivel de cumplimiento del PNDH, en el tema afrodescendiente.
El primer objetivo nos mostraría la condición de conocimiento del PNDH
en la población. Importante este punto por que si deseamos que la población
haga suyo el plan, debe conocerlo, también porque se realizó una campaña de
difusión previa a las consultas sobre el mismo, de manera que la población
recibiera información relativa al Plan. Por último porque las audiencias mismas
fueron motivo de difusión pública masiva. Ademas el objetivo no era medir el
impacto de las campañas de difusión, sino el nivel de conocimiento inmediato
del Plan en la población.

Este conocimiento del Plan se realizó por medio de la entrega de un


folleto explicativo del PNDH, y de las acciones en el tema de afrodescendientes.
De esta manera la encuesta tuvo un valor de investigación y un nivel formativo.

El segundo objetivo en la encuesta se diseñó con preguntas que pu-


dieran medir la percepción de lo que consideran debería incluirse en el Plan. Sin
embargo partiamos de la hipótesis de trabajo que asumía un muy bajo nivel de
conocimiento del Plan Nacional, por tanto, las posibilidades de expectativas
racionales con respecto al mismo no serían valederas, ya que tuvieron que
crearlas con la información que se les brindara en el momento de la encuesta.
Es posible que si el indicador de conocimiento del plan fuese bajo, las expecta-
tivas sólo podrían evaluarse a partir de los que conociesen, lo que daría poca
consistencia al resultado obtenido.

Manteniendo las preguntas por las expectativas, se incorporó un ru-


bro que resultaba sumamente importante y necesario: el conocimiento de los
derechos humanos como tal. No tenemos antecedentes de la existencia de un
trabajo similar con las comunidades afroperuanas, y era necesario hacerlo, ya
que ese conocimiento y percepción de los derechos humanos son el sustrato en
el cual el Plan debe actuar. El resultado de la encuesta respondieron a la pre-
gunta qué, cómo y cuanto conocen de derechos humanos los afrodescendien-
tes peruanos. Por ello la primera parte de la encuesta se diseñó con este fin,
agregándose este objetivo al de la encuesta.

Para el tercer objetivo (el cuarto luego de modificarse la perspecti-


va), se diseñaron preguntas de percepción con respecto al cumplimiento de
dichos objetivos. Las preguntas abarcaron los contenidos del PNDH en el tema
afrodescendiente, y nos permitía tener la imagen de la situación de estos dere-

62
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

chos desde la mirada de los afrodescendientes. Se incluyó de manera especial


el tema del racismo, que desde algunas miradas es cuestionado, considerándo-
lo un tema ya superado en particular con respecto a los afroperuanos. Por ello,
y para mantener la objetividad en los resultados se incorporan las perspecti-
vas de la apreciación del afroperuano si hay racismo con su población, y la
situación con los demás pueblos.

Metodología
1. Características de la muestra.

1.1 Distribución geográfica.

Históricamente los afrodescendientes se asentaron mayoritariamen-


te en la costa peruana. Pese a que en el período colonial la incorporación de la
mano de obra esclavizada fue inicialmente propuesta para el trabajo en las
minas, la condiciones de ese trabajo minero y la exclusividad de esclavos ne-
gros varones en las minas ocasionan que no haya reproducción, ni siquiera
posibilidad de conformación familiar, por lo que muy rápidamente se extinguió
la presencia de los esclavos negros en la sierra. Sin embargo la sierra está
llena de referencia a esta presencia en especial en sus danzas costumbristas,
una de las más notorias la de «los negritos».

En la costa, destinados al trabajo agrícola, y las mujeres al servicio


doméstico y también al trabajo agrícola, no solo sobrevivieron y se reproduje-
ron con la formación de familias, sino que configuraron la cultura afroperuana
en diversas manifestaciones. En Lima la presencia afroperuana fue tan notable
que llegó a ser mayoritaria en una época. En las provincias de la costa se
concentraban en las haciendas.

En la época republicana, luego de la manumisión, se fue generando


un proceso de dispersión y concentración en la que se generan comunidades de
diversos tamaños. En CEDET se ha venido identificando las comunidades afro-
peruanas en un mapa geoétnico, teniendo en la actualidad mas de 90 comuni-
dades identificadas.

Las regiones con comunidades afroperuanos identificadas son Tum-


bes, Piura, Lambayeque, Ancash, Lima, Ica, Arequipa y Tacna, Por orden de
concentración de población, se seleccionaron las regiones de Piura, Lambaye-
que, Lima, Ica y Tacna para el trabajo.

1.2 División etaria.

La encuesta selecciona tres tipos etarios: jóvenes, adultos y mayo-


res agrupados según las siguientes edades:

63
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Jóvenes:

Entre quince y veintinueve años. Con respecto a una investigación


anterior 15, se ha conservado el criterio de que mayoritariamente está estu-
diando o podría estudiar para una actividad laboral. Asimismo incorporamos el
criterio de ingreso al mercado laboral, por lo que la edad inicial que era de 17
años la adelantamos a 15, ya que hay una tendencia a incorporarse al mercado
laboral a edades más tempranas, en especial en las comunidades rurales. Asi-
mismo, las personas de 15 años se autodenominan jóvenes. Con respecto al
tema educativo, sabemos que se ha extendido el ámbito de incorporación a la
educación con respecto a las actividades laborales. Por ello se extiende de 27
a 29 años la cota superior de la edad del joven.

Adultos:

Entre treinta y sesenta años. Los criterios de identificación son si tiene


actividad laboral o responsabilidad familiar y que posea independencia econó-
mica del núcleo familiar de procedencia.

Mayores:

Mayor de 60 años, se supone que generalmente está retirado de la


actividad laboral de tiempo completo o realiza un ejercicio menor de ésta.
También se caracteriza porque generalmente tiene relación de dependencia de
un núcleo familiar descendiente.

Para el peso en la composición se tomó en cuenta la división de la


población según el censo nacional, quedando de la siguiente manera:

Grupo Etario Edades Porcentaje de Porcentaje


la16 Población de muestra

Jóvenes Entre 15 y 29 años 28.02% 40.65%

Adultos Entre 30 y 59 años 32.12% 46.59%

Mayores Mayores de 60 años 08.80% 12.76%

1.3 Distribución por género.

La distribución por género según el INEI (Censo Nacional 2005) es de


49.94% varones y 50.06% mujeres, por lo que asumimos una distribución
equivalente en género al 50% para varones y mujeres.

15
Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Mujer Afroperuana, editado por el
CEDET, en ella consideramos la edad del joven de 17 a 25 años, la del adulto de 25 a
60 años y del adulto mayor al de sesenta años para adelante
16
Censo Nacional de población 2005. INEI
.
64
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

1.4 Tamaño de la muestra

La muestra a nivel nacional se determinó en 1500 encuestas, lo que


otorga un grado de confiabilidad de 99.99%. El siguiente cuadro muestra los
niveles de confiabilidad de los resultados a nivel nacional.

TOTAL DE ENCUESTAS A NIVEL NACIONAL

Masculino Femenino Total

Jóvenes 300 300 0600

Adultos 350 350 0700

Mayores 100 100 0200

Total 750 750 1500

GRADO DE CONFIABILIDAD
Masculino Femenino Total

Jóvenes 98.29% 98.29% 99.92%

Adultos 98.99% 98.99% 99.97%

Mayores 83.13% 83.13% 94.84%

Total 99.98% 99.98% 99.99%

En el caso de los resultados regionales el grado de confiabilidad es


99.20%, ajustando al tamaño estimado de población:

TOTAL DE ENCUESTAS POR REGIÓN

Masculino Femenino Total

Jóvenes 060 060 120

Adultos 070 070 140

Mayores 020 020 040

Total 150 150 300

65
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

GRADO DE CONFIABILIDAD POR REGIÓN

Masculino Femenino Total

Jóvenes 76.43% 76.43% 90.64%

Adultos 79.97% 79.97% 92.99%

Mayores 50.64% 50.64% 66.71%

Total 90.82% 90.82% 98.20%

En cada región se seleccionarán cuatro localidades. Una central, y


tres comunidades. La división de encuestas se hará de la siguiente manera:

Región Género Jóvenes Adultos Mayores

Femenino 024 028 08

Central

Masculino 024 028 08

Femenino 012 014 04

Comunidad 1

Masculino 012 014 04

Femenino 012 014 04

Comunidad 2

Masculino 012 014 04

Femenino 012 014 04


Comunidad 3

Masculino 012 014 04

Total 120 140 40

66
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

2. Criterios de elección de los encuestados.

1. La selección fue de forma aleatoria, es decir, se escogió a los entrevista-


dos al azár, sin tomar en cuenta ningún criterio de preferencias, salvo el
de ser afrodescendiente.

2. Se consideró afrodescendiente a la persona que vive en una comunidad


afrodescendiente, y cuyo padre o madre sea afrodescendiente 17.

3. No se encuestaron a dos personas del mismo nivel de edad y de sexo


pertenecientes a la misma familia nuclear. Por tanto no se encuestó a dos
hermanos jóvenes varones de la misma familia nuclear. Si son hermano y
hermana si se realizó la encuesta.

4. Se considera familia nuclear a la que vive bajo el mismo techo o núcleo


familiar. Por tanto si dos hermanos vivian en casas independientes, fueron
considerados en la encuesta.

5. La encuesta fue individual, de ninguna manera se hizo encuestas a todo


el grupo familiar, o a dos personas a la vez.

6. Se empadronó a las personas por encuestar, de manera que se pudo llevar


un control del avance, y reemplazar con tiempo aquellas encuestas que no
pudieron realizarse por algún percance.

7. El encuestador solo recibió las respuestas, por ello su papel fue el de


ayudar a que se comprenda la pregunta, no a insinuar la respuesta. Cual-
quier respuesta dentro del marco de la encuesta, fué válida.

3. Los encuestadores.

Después de determinado el contenido de la encuesta, se conformó un


equipo capacitador, al mismo tiempo que se seleccionaron encuestadores pro-
cedentes de la misma región para que aplicaran la encuesta. Diseñados los
instrumentos, el equipo se dirigió a las diversas regiones para capacitar a los
encuestadores. Luego de capacitarlos, se aplicaron los instrumentos, verifi-
cándose el padrón de encuestados y la distribución adecuada de la muestra. El
equipo del CEDET acompañó a las primeras encuestas realizadas por los en-
cuestadores locales, reforzando de este modo su capacitación. Esto se realizó
en cada una de las regiones consideradas.

17
Criterio metodológico asumido a partir del Primer Censo de Comunidades Negras en el
Perú, realizado en el año 1996, y que ha sido sistematizado y editado por el CEDET.
Uno de los resultados de este trabajo es el Mapa Geoétnico de las Comunidades Afro-
peruanas publicado igualmente por el CEDET.

67
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Sobre
el conocimiento de
los Derechos Humanos
en general

69
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

70
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

1. ¿Cuánto considera usted que conoce de los Derechos


Humanos?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Bastante bien 03.856 03.179 04.714 02.132 13.916 04.845


b. Conozco 13.229 07.633 16.560 15.957 30.375 16.154
c .Algunas cosas 23.184 20.800 38.131 39.124 24.553 31.367
d. Muy poco 37.959 60.939 30.895 34.159 28.989 38.303
e. Nada 21.563 05.920 09.489 04.262 01.626 09.331

El 21% de la población total declara conocer los derechos humanos.


El 79% conoce como máximo algunas cosas, muy poco o nada. Hay que desta-
car que el punto más alto es el que declara que conoce muy poco (38.3%).
Sólo este resultado nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de mejorar las
estrategias de educación en derechos humanos. No podemos negar que hay un

71
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

interés por la difusión de los mismos. El tema aparece replicado constante-


mente en los medios de difusión, muchos cuadernos escolares reproducen la
declaración de derechos humanos en su interior. Hay instituciones públicas y
privadas realizando trabajos en educación en derechos humanos con esfuerzos
muy meritorios. Sin embargo pareciera que es necesario profundizar los traba-
jos o cambiar las estrategias.

Podría atribuirse esta falta de conocimientos a un desinterés de la


población, pero como veremos en la segunda pregunta, la población si conside-
ra importantes los derechos humanos, por tanto debería conocerlos más.

Como se observa en el cuadro, salvo Tacna, la distribución de las


respuestas es similar. En Tacna hay un alto porcentaje de respuestas que afir-
man conocer (44.3%), probablemente por las características históricas y so-
ciales de la región18. Es interesante anotar que a pesar de que Lima es la
capital y concentra la mayor cantidad de servicios, su resultado no difiera en
gran magnitud del resto, siendo casi similar al de Ica. Esto nos indica que la
tarea de capacitación hay que realizarla en sectores urbanos y rurales, que
ambos están necesitados de mayor formación en derechos humanos.

En cuanto a la situación generacional, hay concordancia en la distri-


bución (la mayoría está en muy poco) pero se puede destacar que mientras los
adultos mayores tienden a responder más en muy poco y nada, en el caso de
conocer algunas cosas en los jóvenes se encuentra el valor más alto (36,3%),
que en los adultos (29,2%) y mayores (24,0%). Esto podría deberse a la
mayor difusión que se ha hecho de los DDHH en los períodos recientes, en
especial a través de la educación formal. Asimismo esto se confirma porque los
mayores en conjunto dicen conocer muy poco no nada de los DDHH (65,5%).
También se corrobora que en Lima es donde se encuentran más jóvenes que
afirman conocer algunas cosas de DDHH (43,8%), mientras que en Lambaye-
que y Piura encontramos menores niveles de conocimiento en jóvenes (27,9%
y 25,8%)

Considerando la variable género las mujeres tienden a responder que


están mejor informadas sobre DDHH que los hombres.

En las respuestas «bastante bien», «conozco», y «algunas cosas»,


hay mayor porcentaje de respuestas femeninas, lo contrario sucede en muy

18
La región Tacna estuvo bajo la jurisdicción chilena con motivo de la guerra del Pacífico de
mediados del siglo XIX, y su población por referéndum decidió reincorporarse al Perú,
objetivo que la coloca como ciudad heroica. Ha sido cuna de muchos movimientos socia-
les, y en parte ellos han reivindicado los Derechos Humanos como fundamento. Probable-
mente esto genere mayor interés por el tema social y el conocimiento de estos Derechos.

72
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

poco y nada. Pensamos que podría explicarse por al mayor acceso a la educa-
ción formal que tienen las jóvenes afroperuanas, ya que los varones suelen
iniciar muy tempranamente su actividad laboral, aunque las diferencias son
muy leves para confirmar esto19, y más bien confirmamos la similaridad de los
resultados en la apreciación por géneros.

19
El diagnóstico en comunidades rurales que se realizó en 1998 (San José de los Molinos,
Yapatera y El Carmen) mostró que las mujeres tendían a tener mayor acceso a los niveles de
educación formal en dichas comunidades. Sin embargo esto no significa necesariamente una
mejor situación de la mujer en sí, y más bien podría estar mostrando la poca importancia que
se le da a la educación en dichas comunidades. La repitencia constante, el abandono de la
escolaridad, son síntomas también de una falta de interés por la educación. Va a ser un tema
muy interesante el evaluar si la población de las comunidades pobres confía en la educación
como un medio eficiente de promoción social.

73
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

2. ¿Qué grado de importancia le asigna a los Derechos


Humanos para su vida y la de su comunidad?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Son fundamentales 45.574 66.593 48.897 34.339 47.498 48.946

b. Importantes como
otras leyes 27.739 23.325 25.251 22.460 23.662 25.295

c. Depende de la
19.787 05.420 22.702 29.582 21.507 21.267
realidad

d. Hay otras más


04.505 01.890 01.670 06.295 06.070 03.717
importantes

e. No son importantes 01.301 01.243 00.000 01.193 00.722 00.775

La gran mayoría los considera fundamentales, con un promedio cer-


cano a la mitad (48.2%), salvo en el caso de Ica en el que inclusive la opción
«depende de la realidad» es la segunda más elegida, en el resto el orden
tiende a ser el mismo.

74
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Está claro que la opción que correspondería responderse de forma


correcta es «son fundamentales» al 100% 20. Desde este punto de vista, las
respuestas nos muestran que la mitad de la población aproximadamente no
sabe que los Derechos Humanos son fundamentales, por tanto partimos de un
alto nivel de desconocimiento de lo que son los DDHH como tal.

Por otro lado el interés de la pregunta está, partiendo del desconoci-


miento de los DDHH, admitido en la pregunta anterior, en la apreciación que se
tiene con respecto a los DDHH. Así las opciones eran:

• Los Derechos Humanos son fundamentales para la convivencia social, por


encima de todas las leyes.
• Tienen mucha importancia, como otras leyes.
• Son importantes pero deben adaptarse a cada realidad.
• Hay otros aspectos que tienen más importancia que los Derechos Humanos.
• No son tan importantes.
En la primera opción la persona que responde acepta la importancia y
trascendencia de los DDHH, aunque no los conozca bien, sabe que existen y
tiene una valoración positiva. El hecho que se emita esta respuesta, permite
prever una predisposición positiva a la educación en DDHH, es el contingente
de personas que los recibirían como valor y se comprometerían con ellos. Sien-
do casi el 50%, esta opción puede considerarse positiva. Mucho más si es en
los jóvenes en los que se encuentra el mayor porcentaje (50.8%).

La segunda opción considera la importancia de los DDHH, pero los


coloca en el mismo nivel que otras leyes. Como actitud también podría equiva-
ler al anterior, ya que reconocen la mucha importancia, aunque desconocen su
carácter de fundamental. Por ello podemos sumar su 25,4% a la primera op-
ción, obteniendo un 73,6% de actitud positiva frente a los DDHH.

La tercera opción relativiza los DDHH a la circunstancia. Considera-


mos importante colocar esta perspectiva pues el país sufrió un período de vio-
lencia, protagonizado por Sendero Luminoso, el Movimiento Revolucionario
Tupac Amaru y las Fuerzas Armadas. En este período, como lo informa la Comi-
sión de la Verdad y Reconciliación, se aplicaron estrategias que violaron los
derechos humanos de miles de víctimas, y se favorecieron corrientes de opi-
nión desfavorables a estos derechos, relativizándolos, o considerándolos de-

20
El sexto considerando del preámbulo de la Declaración de 1948 lo afirma expresamente.
Los Derechos Humanos son los derechos fundamentales del hombre.

75
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

leznables 21. El impacto de esta corriente de opinión podría reflejarse en las


respuestas de esta opción, como también en las dos siguientes.

El 21.5% para la opción 3 es aún menor que el 25,4% de la opción 2.


Sumados a los porcentajes de las últimas opciones obtenemos 26,4% total de
voto negativo, es decir lo que consideraríamos entre los que no conocen y los
que se oponen a los DDHH. Estos marcan la necesidad de trabajar más fuerte-
mente en la difusión masiva de la importancia de los DDHH.

Hay, por tanto una perspectiva positiva a favor de los DDHH, y las
campañas contrarias tienen una cierta respuesta, pero no han impactado ma-
yoritariamente en la población afroperuana para rechazar los mismos, o relati-
vizarlos.

21
Basta recordar que el actual arzobispo de Lima, Monseñor Juan Luis Cipriani, siendo
obispo de Ayacucho declaró que «los Derechos Humanos son una cojudez».

76
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Las respuestas por edades y por género conservan la estructura pre-


sentada, Nos interesa saber la relación entre el conocimiento acertado (opción
1), y la edad:

En cuanto a las respuestas por edades se observa que los jóvenes


son los que en mayor proporción responden la opción uno. Esto nos hace pen-
sar que la difusión de los DDHH en los contenidos académicos y otros medios
accesorios habría tenido un impacto positivo. Además la difusión general de los
DDHH se ha intensificado con el tiempo, y los mayores probablemente no han
sido formados con esta mentalidad. También es interesante que en adultos y
mayores la posición de las mujeres por la opción uno es alta, muy por encima
de la expresada por los varones. ¿Cómo explicar este comportamiento en mu-
jeres cuya actividad mayoritaria responde a «su casa»?, se podría arriesgar
una explicación en el acceso a los medios de comunicación masivo y el impacto
de las campañas pro derechos humanos.

77
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

3. Responda si o no, si las características que presenta-


mos corresponden a los Derechos Humanos
Esta pregunta corresponde directamente a la evaluación del nivel de
conocimiento de los DDHH. Para ello se subdivide la pregunta en cuatro carac-
terísticas que corresponden a los DDHH, de manera universal, por tanto la
única respuesta aceptable es Si en todos los casos. El diseño de la pregunta
está sustentado en minimizar la posibilidad del error inducido por medio de
afirmaciones que podrían generar interpretaciones equívocas 22.

a. Todas las personas, sin ningún tipo de diferencias, deben gozar de


sus derechos.

22
Las Fuentes para las definiciones fueron: Derechos humanos, preguntas y respuestas. NU.
Departamento de Información Pública. 1987. (DPI / 919); Notas para oradores - Dere-
chos Humanos. Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas en colabo-
ración con el Centro de Derechos Humanos. Nueva York, 1993, DPI/1302/Rev.1;
1998 - Cincuentenario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Carpeta de
información básica Nro. 1. Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Naciones
Unidas. Nueva York y Ginebra, 1997.

78
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Si 95.231 94.466 94.793 86.734 88.656 95.740


No 02.561 02.393 03.872 08.008 02.960 04.260

Percibimos que en la primera característica la opinión es casi total


por el Si. El total general es de un 96%, siendo Ica el lugar en que se percibe
la menor respuesta correcta con un 87% que de todos modos es mayoritario.

b. No se pueden quitar los derechos humanos de ninguna persona.

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total


Si 42.658 73.822 45.290 25.984 10.859 43.651

No 55.134 23.037 52.618 66.071 77.763 56.349

Nos sorprende la respuesta a la segunda característica. Esperábamos


que no fuese tan mayoritaria la aceptación, como en la primera característica,
pero si hubiera una mayoría que reconociera esta característica de los DDHH.

79
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

El resultado promedio 56% del No contra 44% del Si, nos muestra la necesi-
dad de trabajar más en la capacitación y concientización en DDHH. Sólo en
Lambayeque encontramos un resultado cercano al que esperábamos: 74% del
Si contra 23% del No. La situación en Tacna es alarmante, un 78% creen que
se pueden quitar los Derechos humanos de algunas personas.

c. Ninguna persona, autoridad o poder puede decidir que los DDHH no


tengan vigencia.

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total


Si 41.323 69.372 35.742 26.365 8.942 39.221

No 55.869 27.487 62.167 63.866 80.661 60.779

En este caso sospechábamos que podría existir cierra tendencia a


responder NO. Consideramos la experiencia de gobernabilidad del país con una
mayoría de gobernantes no democráticos, y la situación de la lucha antisub-
versiva en la cual el Estado de alguna manera asumía la suspensión de los
derechos humanos en los casos de estado de emergencia, Por ello es compren-
sible, no justificable, que se piense que hay autoridades que pueden decidir
que los DDHH no tengan vigencia en un 61%, volviendo a ser importante
destacar el resultado diferente en Lambayeque en el que el 69% afirman que
ninguna autoridad puede decidir que los DDHH no tengan vigencia.

80
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

d. Los derechos humanos no pierden validez con el paso del tiempo.

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total


Si 50.507 63.354 49.019 32.996 16.705 47.967
No 46.706 32.847 47.382 57.860 72.821 52.033

Los derechos humanos son absolutos, no pierden validez con el tiem-


po. El mundo tiende a creer que los valores son relativos, lo que ayer era malo
hoy puede ser bueno, por tanto podría aceptar que también los DDHH fuesen
relativos. En este caso un 52.4% asume la relatividad de los DDHH. Es una
mayoría, aunque podría afirmarse que está prácticamente en la mitad de la
opinión. Tanto en Lima como en Piura la respuesta entre SI y NO está en 50%
aproximadamente, en Tacna está a un 73% de la respuesta incorrecta, mien-
tras que en Lambayeque el 63% responde correctamente.

Nos interesa saber sobre el nivel de conocimiento integral de los Dere-


chos Humanos, por tanto partimos de la hipótesis de que un conocimiento acep-
table de los DDHH debería haber respondido positivamente a las cuatro caracte-
rísticas. Por ello se elaboraron cuadros que nos muestren estas respuestas.

81
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total


a. cuatro 32.736 57.256 25.943 14.349 04.720 27.557
b. tres 07.708 10.910 13.867 08.870 04.327 10.238

c .dos 19.486 10.566 21.214 15.916 12.970 17.387


d. uno 36.677 18.126 37.045 56.242 70.604 41.329
e. cero 03.393 03.141 01.932 04.623 07.379 03.488

La mayor incidencia es en los que responden sólo una vez Si (41,3%


del total), sin embargo es importante notar como el segundo lugar en inciden-
cia es para las cuatro respuestas Si (27,6% del total). Esto se explica porque
conocer los DDHH implica reconocer las cuatro características, por lo que po-
dríamos encontrar en ese 27,6% el porcentaje de población que tendría un
conocimiento inicial de los DDHH. El resto desconocería, aunque con variantes,
la materia y son sujetos para capacitación y concienciación.

Ese 27.6% del total es el que podría afirmarse como conocedor de


los DDHH, es mayor que el porcentaje que la población se establece como de
bastante bien y conocer que suman 20.8%, estaríamos ante un caso de mayor

82
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

conocimiento del que la misma población reconoce, o que tienen interiorizado


el contenido, pese a que formalmente no lo consideren. La causa de esta dife-
rencia entre la percepción podría estar en el impacto de las campañas pro
derechos humanos por diversos medios e instituciones. Pese a todo, es un
porcentaje minoritario, y más de un 70% requiere de capacitación en el tema.

En cuanto a género, las diferencias no son significativas, 27,8% en


varones y 25,9% en mujeres. Tampoco es significativa la diferencia en cuanto
a grupos de edad (28,5% jóvenes, 27,8% adultos y 24,4% en mayores).

Sigue siendo, sin embargo importante destacar que los resultados de


mejor conocimiento se han dado en Lambayeque, mientras que los de mayor des-
conocimiento se dan en Tacna, como se había registrado en la pregunta anterior.

83
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

4. ¿Podría mencionar dos de los Derechos Humanos que


recuerde?
Esta pregunta es complementaria, nos interesa saber si pueden men-
cionar de memoria dos de los derechos humanos.

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Si 71.360 70.722 59.034 71.727 66.755 66.563


No 28.640 29.278 40.966 28.273 33.245 33.437

Encontramos que un 77,5% afirmaba recordar un derecho humano,


proporción bastante similar en el resto del país.

84
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total


Si 74.159 79.757 74.907 80.740 82.862 77.447
No 25.841 20.243 25.093 19.260 17.138 22.553

El promedio que responde dos derechos alcanza el 66,6%, por tanto


un 10.9% contesta un solo derecho. Y un 22,5% no contesta nada.

Estos resultados nos muestran que a pesar que el porcentaje que


afirma no conocer de Derechos Humanos es solo del 9.7%, la respuesta efec-
tiva directa del no conocimiento es mucho mayor: (22,5%), por lo que asumi-
mos que entre los que afirman conocer muy poco, hay un porcentaje de pobla-
ción que no conoce realmente de los DDHH.

85
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

El trabajo por realizar


Nuestro análisis nos lleva a deducir que un 27.6% de la población
tiene un aceptable conocimiento de los DDHH. Lo que no es sencillo es saber si
ese porcentaje es bueno, alentador, o es bajo. Probablemente sería necesario
establecerse un horizonte y fijar metas para alcanzar un valor significativo por
el cual podamos inferir que la población conoce sus derechos y por lo tanto
está dispuesto a defenderlos.

Si bien objetivamente los que no conocen nada son el 22.5%, el otro


porcentaje (49%), es de insuficiente conocimiento, por tanto es parte de la
tarea por realizar. Lo bueno es contar con ese porcentaje de población del cual
deben salir los mejores capacitadores y difusores de los DDHH.

Es importante constatar a qué grupo de edad pertenece este sector


capacitado. Nuestros resultados muestran que el mayor porcentaje se encon-
tró en los jóvenes (28,5%), aunque los adultos (27,8%) no están en una pro-
porción muy distante. Los mayores si muestran un nivel de conocimiento un
poco menor (23,7%) sin ser notoriamente distante del promedio.

86
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Si el porcentaje de jóvenes hubiese sido significativamente mayor,


podríamos haber concluido que este mayor conocimiento es fruto del esfuerzo
realizado por la difusión de los DDHH por parte del Estado y la sociedad civil.
Lo que demuestra es que ese impacto es mínimo, que no hay un incremento
significativo en el conocimiento y que hay que reformular algunas estrategias
para alcanzar mayor impacto. Sin embargo, también el hecho que aunque sea
en una pequeña proporción de los jóvenes tenga mejor respuesta, nos dice que
hay respuesta, hay sensibilidad a la actividad realizada, y que se puede seguir
trabajando en esta dirección.

87
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Qué derechos humanos conocen los afroperuanos


En cuanto a qué derechos humanos declaran conocer, es una tarea
que no estaba en el plan de investigación, ya que con los resultados obtenidos
tenemos un cuadro de situación del conocimiento y de necesidades de capaci-
tación, pero es interesante e importante aproximarnos a lo que la población
percibe como DDHH directamente.

Total Piura Lambayeque Lima Ica Tacna

1 2 1+2 1 2 1 2 1 2 1 2 1 2

• Vida 538 131 669 137 28 183 034 085 25 83 28 50 16

• Educación 068 128 196 019 44 004 029 014 20 22 24 09 11

• Nombre 073 109 182 019 38 006 014 013 23 24 17 11 17

• Libertad 070 077 147 005 14 005 007 030 19 21 25 09 12


de expresión

• Libertad 040 075 115 010 08 008 033 013 13 09 20 00 01

• Trabajo 030 073 103 009 19 005 026 004 11 11 17 01 00

• Salud 021 068 089 009 06 000 040 000 03 08 17 04 02

• Vivienda 019 064 083 009 23 003 020 001 08 05 09 01 04

• Igualdad 037 037 074 001 04 003 003 014 12 12 12 07 06

• Alimentación 019 041 060 007 20 002 007 003 05 06 07 01 02

• Respeto 031 023 054 005 06 011 005 006 03 09 09 00 00

• Otros 175 173 348 038 27 023 034 042 43 51 50 21 19

Previsiblemente el derecho a la vida es el más conocido, con un total


de 669 menciones, de diverso modo. Algunas respuestas mencionan explícita-
mente a la «vida digna», pero la mayoría expresa simplemente «la
vida».(artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos)

El segundo derecho es a la educación (art. 26 DUDH), muestra la


importancia que le da la población a la educación. Es bueno recordar que «La
educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades funda-
mentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos» (DUDH art.26.2).

88
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

En tercer lugar está el derecho al nombre. Equivalente al artículo 6 de


reconocimiento de su personalidad jurídica. Es especialmente muy importante
en el contexto de poblaciones en los que la identidad del individuo pasa por
dificultades del reconocimiento paterno, por ello las expresiones de «derecho al
apellido», «derecho a tener padre», que encontramos en esta misma línea.

El cuarto derecho es el de libertad de expresión, correspondiente al


artículo 19. Lo que sorprende un poco es que aparezca por encima del derecho a
la libertad. Contribuye a este recuerdo la misma acción de los medios de comu-
nicación que constantemente presentan la defensa de este derecho, pero al mis-
mo tiempo implica la importancia que le da la población al ejercicio del mismo.

El derecho a la libertad (artículo 3) también figura entre los menciona-


dos, probablemente si no se tratara de población afrodescendiente, podría atri-
buirse a la libertad con respecto al sistema carcelario, pero en el caso de afro-
descendientes, es un resonar todavía presente de los tiempos de la esclavitud.

Los siguientes derechos: trabajo (artículo 23), salud (artículo 25),


vivienda (artículo 25), y alimentación (artículo 25) muestran la importancia
que le da la población a los derechos económicos y sociales. En un contexto de
pobreza, el reconocimiento de saber tener estos derechos es también el recla-
mar por la situación de los mismos.

La igualdad (artículo 7) es otro derecho importante a reconocer y


tener presente, pero no está entre los más expresados, porque hay conciencia
que las diferencias se dan por las condiciones, y lo que manifiestan querer
más, o reconocer más es la educación. Pero la igualdad es importante, como lo
es el respeto, que en el contexto de las poblaciones significa ser tratado como
persona, no ser discriminado, ser aceptado como ciudadano completo. Ambos,
igualdad y respeto, significan lo mismo para la población afroperuana. En últi-
ma instancia el tema comienza por allí: respeto de la persona como tal.

Si recogemos las otras menciones, probablemente podríamos llegar a


completar un 80% de los artículos de la DUDH. Probablemente sea un buen
ejercicio participativo que motivaría el fortalecimiento del reconocimiento so-
cial de los mismos. Al mismo tiempo nos ayuda a vaticinar que la conciencia
colectiva participativa puede ayudar al conocimiento de todos los DDHH, a su
difusión, a su promoción y vigilancia de su cumplimiento.

De los Derechos mencionados, es prácticamente nula la presencia de


afirmaciones que no corresponden a los DDHH, por lo que podemos afirmar
que en la población hay este conocimiento, pero de manera colectiva, y que
sólo se hace efectiva con la participación comunitaria.

89
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

90
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Sobre
el conocimiento del
Plan Nacional de
Derechos Humanos

91
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

92
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

1. ¿Cuan importante considera la existencia de un Plan


Nacional para reforzar los medios de promoción y pro-
tección de los derechos humanos?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Es primordial, 57.476 67.620 44.608 30.483 40.447 48.885


fundamental

b. Es importante,
26.158 26.464 45.394 46.036 40.352 39.539
a tenerse en cuenta

c. Se puede hacer
pero otras cosas 07.332 01.824 07.829 15.815 09.718 08.889
son más importantes

d. No es trascendental,
04.840 02.222 00.749 02.413 05.586 02.688
podría omitirse

Casi la mitad de la población afrodescendiente considera como fun-


damental la existencia de un Plan Nacional de Derechos Humanos. Salvo en el
caso de Ica, donde la respuesta baja al 30%, la aceptación de su importancia

93
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

es alta en el resto de regiones. Considerando que la mayoría de la población no


tiene un conocimiento del Plan, es una respuesta a priori. La población no conoce
el PNDH, no sabe claramente de lo que se trata, pero tiene una idea de lo que
son los derechos humanos (idea general aceptable por lo que vimos en la prime-
ra parte), y también hay una idea de lo que significa un plan, por tanto es válida
la apreciación de la importancia del PNDH, constatando que sólo un 12% consi-
dera que hay otras cosas más importantes o que podría omitirse. Podemos con-
siderar que hay predisposición de la población a favor de esta iniciativa.

Las diferencias más importantes las hemos encontrado a nivel regional,


pues a nivel de edad y de sexo los rangos de respuestas son bastante cercanos.
Observamos mayor entusiasmo con el PNDH en las regiones del Norte (Lambaye-
que 67,6% y Piura 57,5%), y menor en las del sur (Tacna 40,5% e Ica 30,5%).
Lima muestra una respuesta aceptable, aunque menos entusiasta, sin embargo
con bajo nivel de rechazo (8,5% sólo Lambayeque con 4% tiene menos).

94
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

2. ¿Tiene información sobre el Plan Nacional de Derechos


Humanos?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. No conozco 87.216 67.470 62.066 39.475 47.314 63.994

b. Se que algo se
esta elaborando 04.405 22.450 16.093 17.031 19.803 15.763

c. Se que existe
05.104 04.801 15.233 29.479 25.313 15.979
pero no su contenido

d. Conozco algún
01.464 01.610 03.013 07.907 04.112 03.686
punto

e. Si lo conozco 00.544 00.588 00.000 01.792 00.000 00.578

La mayoría responde no conozco. Sólo un 0,6% afirma conocer el


PNDH. Si tomamos en cuenta la opción de mayor desconocimiento, el 64% ni
siquiera ha oído sobre él. El nivel de desconocimiento por regiones es mayor en

95
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

el norte que en el sur. En Piura un 87,2% afirma no conocerlo absolutamente,


en Lambayeque un 67,4%, mientras que en Ica hay respuestas que dicen sa-
ber de su existencia pero no de su contenido.

Los resultados obtenidos de Ica continúan llamando la atención. El re-


gistro de resultados muestra un acceso mayor a la información que en otras
regiones, incluyendo Lima. Hay de hecho un trabajo importante de difusión rea-
lizado por organizaciones públicas y de la sociedad civil en Ica, inclusive la acción
de organizaciones afroperuanas ha tenido tradicionalmente una fuerte actividad
en la región. Por ello preocupa que los resultados del nivel de conocimiento de
Derechos Humanos, que hemos visto en la parte anterior, no hayan mostrado
resultados de un mayor conocimiento y sensibilidad en la región Ica, es probable
que existan otras condiciones que motivan este tipo de respuestas23.

El caso es que de todos modos las respuestas afirmativas totales de cono-


cer son mínimas, inclusive en Ica (1,8%), la difusión del PNDH tiene un horizonte de
99,4% de población que no lo conoce formalmente. Esto es una tarea por cumplir.

23
La región Ica tiene un índice relativo de desarrollo mayor que otras regiones, sin embargo
las comunidades afroperuanas pertenecen a los sectores más pobres. El índice de desarrollo
humano en lo educativo también es alto. El desarrollo está sustentado en trabajos corres-
pondientes a actividades operativas y temporales, con salarios relativamente bajos que
inclusive no corresponden a los niveles educativos que poseen muchos pobladores. Es
notoria la diferenciación social entre un sector con alto nivel de vida y una población
sumamente vulnerable, como lo demostraron los efectos del terremoto de 2007.

96
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

3. ¿Quiénes tienen responsabilidad en seguir la orienta-


ción de los Principios del Plan Nacional de Derechos
Humanos?
Con esta pregunta pretendemos apreciar cuánto asumen que es la
responsabilidad de las diferentes instancias sociales en cumplir con la realiza-
ción del PNDH, y también saber cómo se asumen como responsables del mismo
cumplimiento.

a. Las autoridades, funcionarios y empleados públicos en general

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Si 92.305 94.823 77.537 81.447 75.106 90.006

No 1.977 2.737 13.409 9.888 18.225 9.994

La primera pregunta es en torno a la responsabilidad del sector públi-


co. Las respuestas aprecian que es responsable (90%), sólo un 10% considera
que el sector público no tiene responsabilidad.

97
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

b. Las instituciones, empresas y colectividades en sus respectivos


ámbitos y circunscripciones

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Si 91.574 93.185 75.870 66.200 49.749 85.150

No 03.097 04.059 14.405 17.258 37.077 14.850

En segunda instancia se incluye a la sociedad civil organizada, inclu-


yendo a las empresas. El resultado es que una amplia mayoría también consi-
dera que son responsables de llevar adelante el PNDH, salvo el caso de Tacna
en el que el Si es la opción mayoritaria, pero sólo en un 50%.

Es de destacar que, aunque levemente, los índices de responsabilidad


asignados a la sociedad civil son menores que los asignados al sector público,
lo que estaría reflejando esa tendencia a cargar en el Estado la mayor parte de
las responsabilidades. Debería incidirse más en que el sector privado, inclu-
yendo a las empresas, son parte responsable de la difusión y cumplimiento del
PNDH, también es fundamental poder incidir en las mismas empresas en el
orden de la responsabilidad social.

98
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

c. Las personas

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Si 90.321 92.654 86.382 76.437 72.721 92.537

No 03.743 04.930 05.952 09.147 14.176 07.463

Contra lo que podría haberse supuesto en la tendencia a descansar las


responsabilidades en el Estado, la población afroperuana es tajante en colocar
en las personas la responsabilidad de hacer efectivo el PNDH. Un 92% a nivel
nacional, más alto ligeramente al recibido por el Estado (90%), muestra una
población que reconoce su responsabilidad, aunque no la conozca a cabalidad.

Podría destacarse que a nivel género las respuestas afirmativas son


mayores en las mujeres que en los hombres, en todas las regiones, salvo en Lima.

99
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

d. Las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales en


su quehacer institucional

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Si 90.528 93.839 81.536 70.606 63.823 90.225

No 03.040 03.134 07.630 13.992 22.463 09.775

Los organismos no gubernamentales e intergubernamentales tam-


bién aparecen con un alto nivel de responsabilidad, similar en respuestas a las
que la asignan al Estado (inclusive ligeramente mayor). Esto puede interpre-
tarse como el papel importante que asigna la población a los organismos nacio-
nales o internacionales en el ámbito de los derechos, al mismo tiempo que
esperan de ellos una acción efectiva.

100
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Opiniones sobre el documento del Plan Nacional de los De-


rechos Humanos
El proyecto realizó una difusión del documento oficial del PNDH. Se entre-
gó un plegable ilustrativo que explica los objetivos del Plan y sus líneas generales,
además de otro plegable en el que se mostraba el contenido específico referente al
pueblo afroperuano. Estos materiales se pusieron a disposición de las organizacio-
nes para su difusión masiva, y se entregaron a cada uno de los encuestados, con un
folleto explicativo, El documento mismo del PNDH se entregó a los participantes a
los talleres realizados en las cuatro regiones. A los encuestados se les mostró el
documento oficial, de manera que pudieran conocer su dimensión y contenido, pu-
dieran hojearlo y revisar algunas líneas que fueran de su interés. Sobre esta presen-
tación se realizaron dos preguntas de opinión: Qué le parece el documento y si
tendría alguna idea sobre cómo difundirlo más.

Con respecto al comentario sobre el mismo documento, las respues-


tas totales por región fueron:

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Responden 78.672 89.627 66.432 57.072 42.503 68.040

No 21.328 10.373 33.568 42.928 57.497 31.960

Un 68% total de personas que comentan el documento, es una cifra que


no sólo nos dice que una mayoría ha emitido una opinión, positiva o negativa, sino
de la actitud a favor de expresarse, de dar a conocer su opinión. La población
quiere que se le escuche, y aprovecha de los medios a su alcance, aunque sea una
encuesta anónima, por ello también es que acompañamos a este documento la
base de datos con la información recogida en las diversas encuestas, de manera
que sea útil no sólo para conocer mayores detalles de los resultados obtenidos,
sino informarse de las diversas opiniones expresadas en su propio lenguaje, y con
los errores académicos también propios del lenguaje popular.

101
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

987 personas dieron su opinión sobre el documento. Las respuestas


más repetidas fueron:

• Importante 209

• Interesante 132
• Letra pequeña 113

• Bien 104

• Bonito 079
• Bueno 078

• Positivo 043

Las respuestas muestran la apertura al documento, muchas que no


querían opinar argumentaban el no conocerlo o no haberlo leído, lo que tam-
bién es un punto a favor, ya que muestra interés por el mismo y su contenido.

La mayoría responde con calificativos afirmativos con respecto al do-


cumento (importante o interesante), otros, también numerosos, dan una califi-
cación aprobatoria (bien o bueno). Un grupo da una opinión estética (bonito,
atractivo). En cuanto a opiniones críticas, se afirma que se ve confuso, en
algunos casos aburrido, pero lo que más se repite es el caso de la letra peque-
ña, también la falta de imágenes.

En cuanto a las propuestas para realizar una mayor difusión del PNDH,
las respuestas fueron 1193, es decir más que las opiniones sobre el documen-
to mismo, corroborando que la población desea dar su opinión, e inclusive con-
tribuir con ella como un aporte. Por ello en este caso hubieron menos absten-
ciones de respuestas.

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

Responden 88.160 88.955 85.471 85.976 54.571 83.542

No 11.840 11.045 14.529 14.024 45.429 16.458

Encontramos, pues, un alto porcentaje de participaciones con pro-


puestas, bastante entusiastas, sobre la manera de incrementar la difusión del
PNDH. Los items más repetidos son los siguientes:

102
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

• Medios de comunicación 219

• Tele 173
• Radio 140

• Charlas 133

• Publicidad 115
• Talleres 063

• Periódicos 041

• Afiches 038
• Capacitación 033

• Folletos 030

Evidentemente que el educador de la etapa actual son los medios de


comunicación, y entre ellos la televisión como el más importante. Lamentable-
mente el acceso a los medios en el Perú está restringido por el factor económi-
co, en especial el de la televisión. Los espacios abiertos a la difusión son esca-
sos y ubicados en espacios de poca difusión.

Pese a todo la demanda de acciones como charlas y talleres parecen


ser apreciados por una buena parte de la población, y podemos seguir traba-
jando con la estrategia de capacitar con talleres tratando de potenciar el efec-
to multiplicador, pero el efecto de una difusión efectiva en televisión parece
muy necesario, aunque por ahora inalcanzable si no es con el apoyo del Estado,
responsable también de la difusión del Plan Nacional de Derechos Humanos.

103
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

104
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Sobre
el cumplimiento
del PNDH en el tema
afrodescendiente

105
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

106
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

1. En cuanto afrodescendiente, ¿cómo valoraría su repre-


sentación en los organismos y entidades públicas?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Adecuadamente
03.571 01.529 04.674 05.723 04.972 04.359
representado

b. Representado, con
algunos defectos 14.086 03.350 11.157 21.949 21.771 14.430

c. Muy poca
40.874 60.408 51.098 62.426 60.957 54.668
representación

d. Muy deficiente,
40.733 32.792 26.216 12.294 09.234 26.543
no representado

La representación es la acción de hacer presente al representado.


Según el PNDH se ha de promover la participación de sus representantes en
los espacios correspondientes. Cuando la Comisión Nacional de Pueblos Indíge-

107
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

nas, Amazónicos y Afroperuanos (CONAPA) fue convertida en Instituto Nacio-


nal de Pueblos Indígenas, Amazónicos y Afroperuanos (INDEPA), es decir pasa-
ba de ser una comisión de alto nivel a ser un organismo público descentralizado
con rango ministerial, la versión oficiosa afirmó que se institucionalizaba la
inclusión social del pueblo afroperuano. La inclusión social tiene como uno de
sus componentes primordiales la adecuada representación. Especialmente por-
que al hacer presente al representado, elimina la invisibilidad, actúa como su
propia voz, manifiesta sus inquietudes, aboga por sus requerimientos, se esta-
blece como mediador y promotor de sus derechos24.

A la pregunta sobre la calidad de la representación sólo un 4.4%


responde que está adecuadamente representado, si sumamos este porcentaje
al de representado pero con defectos, se llega a un 18.8%, el resto: 80.2%
considera que hay muy poca o nula representación. Está claro que la pregunta
no responde a si existe o no esta representación, sino a si se siente represen-
tado, y la gran mayoría responde que no, con resultados casi unánimes como
en Lambayeque en donde un 93,2% no se siente representado.

Ica es la zona en la que hay una mayor proporción de personas que


reconocen ser representadas aunque con algunos defectos (21,9% más 5,7%).

24
La concepción del INDEPA, es la de ser voz de los pueblos andinos, amazónicos y
afroperuanos. Para ello se establece la participación de estos pueblos por elección demo-
crática de sus representantes, de acuerdo a sus costumbres ancestrales. Esta representación
implica la participación en un directorio. Hay dos puestos para los afroperuanos en este
directorio. El Poder Ejecutivo participa por medio de representantes funcionarios de los
ministerios, lo que hace que la representación del Ejecutivo sea mayoritaria, además de ser
el Director y los funcionarios seleccionados por el mismo Estado. A pesar de esto, hay un
cuestionamiento inclusive de la calidad de la representación democrática. En el caso de los
afroperuanos se eligieron los dos miembros del directorio por medio de una asamblea de
organizaciones, no por medio de representantes de pueblos democráticamente elegidos.
CEDET ha manifestado siempre que una ONG no es representante de un pueblo, mucho
menos se puede asumir que una organización de algunos afrodescendientes sea el modo
ancestral de elección de representantes en las comunidades afroperuanas.
Por otro lado, la misma institución INDEPA, no distingue entre el ámbito de trabajo del
Ejecutivo: bajo su óptica, en la que los pueblos deben participar en su función de vigilan-
cia, y en la que se justifica la distribución del directorio de INDEPA, por otro lado es la
representación formal de los representantes de los pueblos, en función de organización y
propuesta, en la que el Estado y la sociedad civil participan, pero en forma minoritaria. De
esta manera se establecen dos dimensiones del trabajo, en la cual el Ejecutivo tiene la
facilidad de realizar las políticas, y por otro lado los pueblos tienen mayor capacidad de
presentar iniciativas y realizar la labor de vigilancia y fiscalización.

108
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Piura es la zona de mayor respuesta más negativa (40,7%). Las organizacio-


nes afroperuanas declaran tener mayor trabajo en ambas zonas, sin embargo
las respuestas son muy diferentes. Es probable que la cercanía con Lima en la
que se centra la administración política, haga que Ica se sienta más represen-
tada, mientras que Piura, en la frontera norte con Ecuador, sienta esta distan-
cia física como resonante de la distancia representativa. Sin embargo ambas
regiones desaprueban, con diferente magnitud y al igual que el resto de regio-
nes, la calidad de la representación. Y es que esta representación también
pasa por la eficacia de la descentralización, que en el país sigue aún como
proceso con muchos vaivenes.

Hay un efecto interesante al comparar los resultados por edad:

Nótese que si bien la distribución de preferencias en los tres grupos


de edad es similar en el orden (mayor porcentaje en c, menor en a), sin em-
bargo la intensidad en cada opción varía, siendo que hay un mayor porcentaje
de jóvenes que de adultos y mayores que eligen la opción c, mientras que

109
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

sucede lo contrario con la opción d. Para algunos podría deberse a que los
jóvenes tienen mayores mecanismos de participación, en especial en la etapa
escolar, para otros podría significar la carga de frustraciones acumuladas de no
ser representado que se incrementa con la edad.

Las respuestas por género han sido prácticamente equivalentes. Lo


que se destaca en conjunto es la debilidad de la representación en la percep-
ción de los afroperuanos, y, por tanto, la necesidad de fortalecer esta repre-
sentación con los mecanismos adecuados, con los canales eficientes, al mismo
tiempo de la necesidad de fortalecer la descentralización.

110
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

2. La educación debe incorporar en sus enfoques a la cul-


tura afroperuana. ¿Cómo observa este proceso?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Presencia
Suficiente 08.647 00.308 00.882 07.059 01.774 03.759

b. Sería nece-
29.805 06.734 16.180 18.143 31.353 20.261
sario mejorar

c. Insuficiente 36.947 48.048 26.504 33.319 30.826 35.075

d. No se
24.392 36.726 50.118 39.295 35.402 40.906
encuentra

Para los afroperuanos la incorporación temática en la historia es fun-


damental como parte de la superación de la invisibilidad. La educación no es el
conocimiento de lo que seres fuera de contexto hicieron para el desarrollo del

111
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

mundo, es la participación en la construcción de la humanidad, en la que el


sujeto educativo se siente identificado, en lo bueno o malo, asumiendo la res-
ponsabilidad de continuar construyendo la humanidad. Al no incorporarse la
participación de la población afrodescendiente en la cultura universal y nacio-
nal, no sólo se le invisibiliza, sino que se le excluye implícitamente de esta
construcción, alienándolo de manera que al no participar de la construcción de
la humanidad, no pertenece a la misma. Por ello es importante conocer la
apreciación de cómo va el proceso de incorporación de la cultura afroperuana
en los enfoques de la educación nacional. En este sentido la respuesta «no se
encuentra» al ser mayoritaria, con un 40,9% contrastado con un 3,8% que
afirma que hay una presencia suficiente, significa un reclamo pendiente.

Debemos destacar que en la educación nacional se pueden incorporar


contenidos en un porcentaje de libre disponibilidad para el diseño curricular, y se
ha insistido desde hace varios años en aprovechar estos espacios para incorporar
estos contenidos, pese a que no son suficientes si el contenido curricular formal no
los incorpora también. De alguna manera hubo interés del Ministerio de Educación
para promover la interculturalidad en los contenidos académicos, pero hay una
tendencia a considerar la interculturalidad únicamente en la dimensión del uso de
una lengua diferente, no en los valores culturales propios, aún con el mismo len-
guaje, como sucede en la comunidades afroperuanas, y en la integración de la
cultura en la educación formal integral, que es todavía más importante.

Posiblemente estos esfuerzos, en especial de los profesores identificados con


la cultura afroperuana, hagan que sea en Piura donde el porcentaje de «no se encuen-
tra» sea el menor entre las regiones (24,4%), mientras que en Lima la misma opción
recibe un 50,2%, el porcentaje más alto. Definitivamente tiene que ver con que en
Lima hay menos identificación del profesor con la cultura afroperuana, hay mayor ato-
mización en cuanto a la educación. Pero esto también puede significar otra situación
válida no sólo para los afrodescendientes sino para todos los descendientes de los pue-
blos originarios también: ¿la educación está ayudando a la identificación con su propio
origen cultural, o le impone un esquema en el cual su cultura es un momento de la
historia pasada, y sin trascendencia?. Es probable que, sin pretenderlo, los esquemas
educativos estén fomentando ese racismo explícito en las manifestaciones culturales de
diversa índole (medios de comunicación, acceso a ciertas instituciones, etc) y al llamado
«endoracismo» por el cual los mismos descendientes de etnias no dominantes asumen
un papel inferior por características «raciales» que poseen.

En orden a precisar esta situación es interesante ver la distribución


por grupos de edad:

112
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

La idea es que los jóvenes pueden percibir si se está modificando


algo el contenido curricular, por tanto si esto sucede los jóvenes deberían te-
ner un menor porcentaje de respuesta «no se encuentra», que los demás. Esto
se puede observar en el gráfico, los jóvenes responden en un 37,4%, mientras
que los adultos en un 45,2%, mientras que los porcentajes para presencia
suficiente son similares. Lo interesante es que los jóvenes que perciben que
hay contenidos, sin embargo mayoritariamente piensan que estos son insufi-
cientes o que sería necesario mejorarlos (58,8%), con lo que podemos deducir
una necesidad en los jóvenes de ampliar estos contenidos.

113
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

3. La descentralización va acompañada de la participación-


de los afrodescendientes en los planes y proyectos que
tengan incidencia en su desarrollo. Para ello deben de-
sarrollarse mecanismos que faciliten la participación

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Hay mecanismos
adecuados para la 04.713 00.308 05.103 13.626 04.025 06.039
participación

b. Participación pero
sin mecanismos 16.177 07.126 20.680 30.331 38.837 22.829
adecuados

c. Es insuficiente 51.739 47.975 33.815 41.496 40.133 44.311

d. No existe
mecanismo ni 26.711 32.404 30.015 12.983 16.360 26.821
promoción

114
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Los gobiernos suelen pensar que la descentralización se realiza funda-


mentalmente con la distribución del presupuesto para la ejecución de los gobier-
nos regionales. Sin embargo la descentralización pasa por mecanismos que per-
miten a la población participar del ejercicio de gobierno en su región. Esto es
ejercicio de la ciudadanía y democracia con plenitud, que es parte de las aspira-
ciones de los afroperuanos y de toda la población en general. Este ejercicio
demanda mecanismos que viabilicen formal y efectivamente esta participación.

Uno de ellos es el presupuesto participativo en los gobiernos locales, el


cual se viene realizando con diferentes resultados. Lo que la pregunta intenta es
saber si la población percibe que hay mecanismos suficientes, es decir que satis-
fagan sus expectativas. Por ese lado encontramos que para los afrodescendien-
tes peruanos en un 71,1% o no existen mecanismos o estos son insuficientes.
En este caso sólo en Ica se manifiesta cierta diferencia en la distribución de
porcentajes por tipo de respuesta. En esta región la opción a (existen mecanis-
mos adecuados) es el doble que en el resto de regiones (13,6%), mientras que
la opción d (no existen mecanismos ni promoción) es menor a la mitad de las
otras regiones (13% en Ica contra 26,8% en el resto). Ninguna de esas opcio-
nes, de todos modos, es la mayoritaria en Ica, que considera que los mecanis-
mos son insuficientes (40,1%), pero reflejan lo que ya consideramos para otros
resultados: la existencia de mayor trabajo en la ciudad de Ica.

La participación de la ciudadanía en el proceso de descentralización,


debe realizarse por mecanismos adecuados, y la población afroperuana percibe
que estos son insuficientes, que deberían formalizarse instancias eficientes de
participación ciudadana.

115
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

4. En cuanto a nivel económico, ¿ en qué nivel considera-


ría a la mayoría de afrodescendientes en el Perú?

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Superior 00.000 00.000 00.757 03.617 00.870 01.097

b. Clase Media 03.863 01.241 26.484 27.995 48.325 21.148

c. Pobre 43.073 70.067 52.804 61.189 43.501 55.235

d. Pobreza
52.560 26.803 13.639 09.523 4.811 22.519
extrema

Es una pregunta que apunta al reconocimiento de la situación del grupo


étnico afrodescendiente. Por tanto no equivale a la distribución del ingreso en la
población, sino del reconocimiento de la situación global de la misma.

También es importante destacar que las miradas son tendenciosa-


mente regionales, por ello es muy importante tomar en cuenta los resultados
por región, en este caso mucho más válidos que los agrupados a nivel nacional.
Los participantes en las encuestas regionales son en su mayoría personas que

116
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

se han movilizado poco y no tienen un conocimiento de la realidad afroperuana


nacional que incluye diversas regiones.

De todos modos comenzamos observando los resultados a nivel na-


cional. En este caso una gran mayoría afirma que los afroperuanos pertenecen
al sector pobre (el 55,2%), y otro grupo dice que pertenece mayoritariamente
al sector de pobreza extrema (22,5%), lo que indica que un 77,8% de los
afrodescendientes ven al grupo de los afroperuanos como pobres.

Debemos ubicar las regiones de acuerdo a su situación económica,


por ello encontramos que:

REGIÓN Localidad / Comunidad Quintil Mapa de pobreza24

Lima – Callao 5

La Victoria 5
San Juan de Miraflores 4
Surquillo 5

Tacna 4

Sama 3
Locumba 3

Ica 3

El Carmen 2
San José de los Molinos 3
El Ingenio

Lambayeque 3

Saña 2
Capote25 1

Piura 2

Morropón 2
Yapatera26 1
Salitral 2

24
Mapa de la Pobreza en el Perú. FONCODES 2006, elaborado con los datos del Censo y la
Encuesta Nacional de Hogares 2005. El quintil más pobre es el 1 el menos pobre el 5.
25
Capote pertenece a Picsi, que está considerada en el nivel 3, pero el nivel de pobreza de
la comunidad es altísima, por ello le asignamos el estrato más pobre.
26
Yapatera está considerada en Chulucanas con calificación 2, pero la comunidad de Yapatera
con infraestructura menor, es evidentemente más pobre.

117
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

En la región de Lima y Callao, la percepción del grupo afroperuano como


pobre es del 52,8%, mientras que de clase media es de 26,5%, habiendo un
importante 13,6% que considera que los afroperuanos están ubicados en los es-
tratos de pobreza extrema. Lima es la región de menor nivel de pobreza, por ello
es posible contrastar la situación de los afroperuanos. Para un 66% de los encues-
tados es notoria la pobreza de la población afroperuana, pese a vivir en un medio
en el que teóricamente la movilidad social es mayor, en Lima se mantiene la ima-
gen de ser un grupo humano primordialmente pobre. Hay que destacar que las
zonas de presencia afroperuana son de mayor nivel de pobreza que el de la región
en la mayoría de las zonas, incluyendo Lima.

En Tacna se da una situación especial en la cual la población está en el


nivel 3 de pobreza, mientras que la región es 4 (y la misma ciudad de Tacna es
5). En esta región, de mayor dinámica social, la percepción de la situación social
de los afroperuanos es en 48,3% de clase media. Encontramos, por otro lado,
que la opción de pertenecer al estrato superior es mínima, y casi el otro 50%
afirma que la población afroperuana pertenece al estrato pobre o pobre extre-
mo. Lo que podemos concluir es que en Tacna ha habido mayor movilidad social
de la población afroperuana, lo que se refleja en los resultados obtenidos.

La región Ica nos muestra en su apreciación que los afroperuanos son


mayoritariamente pobres. A pesar que en el mapa de pobreza sólo El Carmen
aparece en nivel 2, menor al nivel 3 de la región, las comunidades como San
Regis, o El Guayabo más al interior son más pobres. Lo mismo para San José
de los Molinos, que en el mapa de pobreza se considera como 3, las carencias
(incrementadas ahora por los efectos del sismo del 15 de septiembre de 2007)
podrían también ubicarlas como 1. Es así que el 61,2%. piensa que los afrope-
ruanos pertenecen al estrato pobre Es importante volver a destacar que en Ica
la población afroperuana mayoritariamente no posee propiedades productivas,
en la agricultura son mano de obra para las actividades (peonaje) y la mayoría
de estas actividades son de carácter temporal estacionario.

En Lambayeque también encontramos que los poblados de mayor


concentración de población afroperuana son notoriamente de nivel más pobre
que la misma región, y por supuesto que la capital de la región. Por ello el 70%
afirma que los afroperuanos pertenecen al estrato pobre, y un 26,8% dice que
son parte del sector de extrema pobreza., Son muy pocos los entrevistados
que se consideran de clase media, y ninguno asume ser del estrato superior.

Piura es la región más pobre, pese a tener agricultura de exportación, minería y


otras actividades productivas. En el caso de Piura encontramos que la mayoría (52,6%)
expresó que los afroperuanos estaban en el sector de pobreza extrema. Mientras que un
43% dice que es de pobreza. ¿Porqué esa afirmación tan tajante?, Nos parece que principal-
mente porque el desarrollo económico de Piura se manifiesta de manera notoria en el
desarrollo de la capital de la región, en menor medida en algunas capitales de provincia, pero
en los pueblos la pobreza es persistente, por tanto el contraste es evidente e inmediato, de
manera que un poblador toma de inmediato conciencia de que su situación es de pobreza.

118
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

La pobreza es un fenómeno que acompaña a las comunidades afrope-


ruanas, como lo muestra el mapa de pobreza en el Perú, y esta condición es
reconocida por los mismos afroperuanos como lo muestra los resultados de
esta pregunta.

Si observamos la división por rangos de edad, podemos observar un


comportamiento particular entre jóvenes, adultos y mayores:

Es mayor el porcentaje de mayores (33,6%) con respecto a los jóve-


nes (18,8%) y adultos (22,6%) los que tienden a calificar en la pobreza extre-
ma a los afroperuanos, mientras que hay mayor porcentaje de jóvenes (23,8%)
que de adultos (19,9%) y mayores (17,7%) los que califican en la clase media
a los afroperuanos. Esto nos indica una relación de calificación inversa con
respecto a la edad. Es posible que tenga que ver con las aspiraciones y espe-
ranzas de movilidad social, que para los mayores son menores que para los
jóvenes, es decir, que un joven puede pensar que las posibilidades de mejora
son mayores, mientras que una persona mayor pensará que después de haber
vivido tanto tiempo en esas condiciones, la realidad es poco esperanzadora.
De todos modos es importante notar que entre adultos y jóvenes, ambos pien-
san mayoritariamente que los afroperuanos son pobres, por tanto si bien hay
un sector con mayores expectativas en los jóvenes, la mayoría de estos son
realistas y ven que el grupo étnico está ubicado en el sector de pobreza.

119
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

5. Situación de los afroperuanos frente al resto de la sociedad


La siguiente serie de preguntas nos ayuda a conocer en qué situación
encuentran a la población afroperuana frente a los otros grupos sociales. Es
importante caer en cuenta que en estas preguntas se asume la existencia del
grupo social afroperuano. Esto no generó ningún tipo de cuestionamiento por
parte de los encuestados, al contrario sus respuestas han sido bastante direc-
tas, con lo que podemos anticipar que la identificación de los afroperuanos
como una unidad colectiva está en la conciencia de los pobladores afrodescen-
dientes, aunque no se pueda afirmar que tipo de grupo es.

La pregunta 4, que nos indica que los afrodescendientes se ubican


como mayoritariamente pertenecientes al segmento pobre, no nos informa sobre
qué tan pobres se consideran en la situación social, por ello la pregunta com-
parativa nos permite apreciar el grado de pobreza que consideran tener.

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Mejor 00.523 00.318 03.317 07.418 02.807 03.122

b. Similar 29.051 21.471 56.972 67.630 83.304 52.358

c. Peor 68.395 73.815 31.607 27.272 11.574 44.274

120
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Un poco más de la mitad afirman que la situación es similar (52,4%),


un poco menos afirma que es peor (44,3%). Muy bajo es el porcentaje de los
que consideran que están mejor (3,1%). En este sentido podemos afirmar que
en materia de situación social, la mayoría de afroperuanos percibe que está
compartiendo la situación del resto de la sociedad, pero que un importante
porcentaje de la población piensa que está peor.

Esta percepción tiene una distribución geográfica notoria. En el norte


la mayoría percibe que la población afroperuana está en peor situación, mien-
tras que en el Sur la percepción es que la situación se similar, con un valor
mayor en Tacna con un 83,3%.

Observemos las respuestas por edad:

Jóvenes Adultos Mayores

a. Mejor 02.60 04.11 01.16

b. Similar 54.04 52.49 46.71

c. Peor 43.07 43.13 52.13

En cuanto a respuestas por edad, los mayores responden en mayor


porcentaje por peor (52,1%), mientras que jóvenes y adultos responden como
similar, siendo mayor ligeramente el porcentaje en jóvenes (54,0%) que en
adultos (52,5%). Este comportamiento en línea de edad podría interpretarse
como si el paso del tiempo identificara más a los afroperuanos con la situación
de la sociedad. De hecho es interesante que entre jóvenes y adultos, los jóve-
nes en menor porcentaje aprecian que la situación de los afroperuanos es me-
jor (2,6% en jóvenes y 4,1% en adultos). Por tanto no es una perspectiva en
la que haya percepción joven de que se vaya mejorando.

121
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

6. Afroperuanos y el grupo Indígena


El incorporar esta opción surge por la idea más o menos difundida de
que las comunidades afroperuanas están en un nivel de pobreza menor que el
de las comunidades indígenas. Por supuesto que la pregunta es a los afrope-
ruanos, por tanto es una percepción desde su punto de vista.

La distribución formal gráfica de las respuestas por regiones se pue-


de ver que es similar a la distribución en la pregunta anterior (sobre la situa-
ción de los afroperuanos con respecto al resto de la población). La mayoría
opta por la respuesta «similar» (50,4%), y hay incremento en la proporción
que responde «mejor» (13,5%), así como decremento en la proporción de
«peor» (36,0%).

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Mejor 00.836 01.518 17.450 26.595 14.477 13.521

b. Similar 31.919 37.789 53.613 57.411 70.255 50.445

c. Peor 66.794 58.840 21.966 18.613 12.848 36.033

122
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Las regiones del norte siguen marcando mayoritariamente «peor»,


mientras que las del sur marcan mayoritariamente «similar». Volvemos a re-
saltar que la mirada de los afroperuanos es local, a lo más regional, es decir
que tienen una visión de la situación desde su entorno regional. Esto es impor-
tante porque no podemos esperar que conozcan toda la situación de los indíge-
nas, como tampoco pueden conocer la situación en la que viven todos los afro-
peruanos. Enmarcados en esta realidad es más importante ver los resultados
regionales que el nacional inclusive.

Se abre una posibilidad de estudio de las relaciones en las comunida-


des afroperuanas con los grupos étnicos indígenas. Es sabido que hay un fuerte
impacto de las migraciones y desplazamientos. Estas migraciones configuran
una situación social diferente que dan forma a otro modelo de relaciones.

De la pregunta, podemos concluir que la mayoría de los afroperuanos


se siente en situación económica similar a la de los grupos indígenas, por lo
menos a los de su entorno.

123
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

7. Acceso al nivel educativo

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Mejor 08.501 00.000 07.240 19.213 06.203 08.822

b. Similar 24.476 44.879 67.847 71.404 88.432 59.594

c. Peor 65.913 53.540 18.137 11.719 05.390 31.584

En cuanto al acceso al nivel educativo, hay en total una tendencia


mayor a señalar que es similar al del resto de la población. Esto es real, sin
embargo hay que entender que para la mayoría de la población de las regio-
nes, el acceso a la educación es básicamente primario y secundario, y es muy
bajo el porcentaje que accede a niveles superiores y universitarios. Por ello la
medición comparativa es el acceso al sistema escolar, en el que hay una oferta
similar para toda la población.

124
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Es importante volver a constatar la diferencia de percepción entre


norte y sur. Mientras que en el norte la tendencia mayor afirma que el acceso
a educación de nivel es peor para los afroperuanos, en el sur se afirma que es
similar. Por otro lado, lo que se califica es la similaridad de condiciones con
respecto al resto de la población, no la calidad de la educación misma, que es
baja desde diversos puntos de vista.

125
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

8. Calidad de la vivienda

La calidad de la vivienda en el Perú mayoritariamente está en un


nivel bajo. En cuanto a los afroperuanos, perciben que la calidad de su vivienda
es similar a la del resto de la población (58,25%). Muy pocas respuestas han
afirmado que es mejor (4,7%), un número considerable considera que está en
peor situación (37%).

En cuanto a las tendencias por regiones, vemos que la zona norte


califica su situación como peor que la del resto de la población, mientras que el
sur considera que es similar mayoritariamente. La explicación de estas dife-
rencias está en la situación de las comunidades, con respecto al resto de la
región. En Piura y Lambayeque es muy notoria la diferencia de las comunida-
des de Yapatera y Morropón con respecto a la ciudad de Piura. Lo mismo en
Capote y en zonas de Zaña con respecto a la capital Chiclayo. Mientras que en
Tacna la comunidad tiene un estatus más similar al que se vive en el mismo
Tacna. De todos modos lo que se afirma es que la situación de la vivienda, que
es deficiente, es compartida similarmente por los afrodescendientes con el
resto de la población peruana.

126
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

9. El acceso al empleo

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Mejor 01.668 00.318 03.032 03.271 01.516 02.386

b. Similar 10.387 32.169 22.718 23.609 34.922 23.797

c. Peor 86.622 65.661 67.816 72.657 59.886 73.817

La pregunta por el empleo encierra una de las situaciones vitales en


la que no sólo se juega la reproducción vital, sino se manifiestan los poderes
particulares en los cuales se pueden hacer efectivas las manifestaciones racis-
tas. Por ello encontramos las respuestas más radicales en este punto, la ma-
yoría (73,8%) afirma que los afroperuanos están en peor situación que el res-
to para acceder a un empleo justo. Un 23,8% responde que el acceso es
similar, y tan solo 2,4% cree que los afrodescendientes están en mejor situa-
ción que el resto para acceder al empleo.

127
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Podemos observar en el gráfico que la columna «peor» es la de ma-


yor incidencia en todas las regiones, con puntos muy altos en Piura, y con
valores mínimos para la opción «mejor». Hay unanimidad en esa percepción
porque está en el día a día, en el enfrentamiento con el reclutador de empleos,
en el empleado encargado de la calificación de aspirantes, en la compañía con-
tratada para seleccionar personal.

Sin embargo este racismo no se atribuye a la institución misma (ve-


remos más adelante la situación de la empresa privada), sino más bien a una
situación cultural permanente que ha generado los estereotipos negativos del
grupo de los afrodescendientes. Las condiciones no sólo son externas al afro-
descendiente sino que están en el mismo sujeto afroperuano que vive esta
condicionalidad social que lo excluye, que le limita el acceso no sólo a un em-
pleo adecuado, sino a condiciones de vida dignas de una persona humana.

128
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

10. Sobre el racismo hacia los afrodescendientes

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Muy notorio
64.331 32.074 34.001 37.951 24.713 41.128
y extendido

b. Hay racismo en
25.040 49.980 50.407 45.320 54.998 47.418
algunos sectores

c. Hay poco
racismo 05.050 13.828 06.297 12.314 16.311 10.116

d. Es casi nulo 03.942 00.000 00.000 02.058 00.000 01.338

El racismo en el Perú es evidente, particularmente el racismo con los


afrodescendientes. Lo que no tiene consenso es en la dimensión que adquiere
en la población. Hay quienes afirman que somos una sociedad racista aunque
solapada, sin embargo el racismo en el Perú no está ligado a grupos abierta-

129
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

mente racistas como en países del primer mundo, que inclusive poseen capaci-
dad de influencia en el ámbito político y económico. También hay los que nie-
gan el racismo, en especial el de carácter étnico, partiendo del principio que en
el Perú ha habido un intercambio étnico constante. En este sentido la pregunta
nos da luces sobre cómo se percibe el racismo en la población afroperuana. Las
cuatro opciones asumen la existencia del racismo, pero lo que se diferencia es
la intensidad. La primera opción nos habla de un racismo extendido, abierto y
permanente, que no posee barreras prácticamente, La segunda opción afirma
que existe el racismo, pero sectorizado, dentro de algunos ámbitos. La tercera
opción afirma que hay racismo pero no es predominante. La cuarta opción es
que el racismo que existe es casi nulo, que es materia de algunos sectores muy
pequeños y de poca influencia en la sociedad.

Los resultados nos muestran que los afroperuanos perciben que hay
racismo notorio (88,5%), pero un porcentaje mayor afirma que este racismo
es en algunos sectores (47,4%), y un poco menos afirma que es muy notorio y
extendido (41,1%). Regionalmente encontramos que sólo en Piura la opción
de un racismo muy notorio y extendido fue mayoritaria (64,3%). En tres
regiones (Lambayeque, Lima y Tacna) no hubo respuestas para la opción casi
nulo, en el resultado total es mínima (1,3%).

130
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

11. ¿Cómo combatir el racismo?


Después de realizar el primer muestreo del cuestionario, nos dimos
cuenta que el último grupo de preguntas (de la 11 a la 15), extendía demasia-
do la entrevista, perdiéndose la calidad de los indicadores recibidos. Como
estas preguntas incidían sobre la pregunta 10, dándole más especificidad, pero
no modificaban lo que ya se había dicho, se obviaron, quedando sólo un aporte
en una pregunta acerca de los medios que permitirían combatir el racismo. Las
respuestas fueron:

Piura Lambayeque Lima Ica Tacna Total

a. Dictar leyes
47.925 16.031 15.705 24.100 11.917 26.692
más directas

b. Aplicar
10.007 11.106 14.147 18.493 28.873 17.244
sanciones efectivas

c. Realizar
campañas públicas 26.180 17.605 09.921 23.601 29.091 21.556

d. Incorporar
contenidos en 12.041 51.785 39.431 25.164 22.988 34.509
educación

El resultado es variado. Se eligieron opciones que reflejaran acciones


diferentes, y lo que nos interesa es percibir si hay cierta perspectiva más per-
manente entre los afroperuanos para combatir el racismo.

La opción con mayor porcentaje es la de incorporar contenidos en la


educación. Por ella se manifestó un 34,5% del total, sin embargo la variación
en las regiones es alta. Mientras que en Lambayeque se inclina por esta opción
un 51,8%, en su vecina Piura solo recibe un 12,0%. De todos modos es impor-
tante tomarlo en cuenta pues en tres regiones (Lambayeque, Lima e Ica), fue
la opción preferencial.

La segunda opción en porcentaje es dictar leyes más directas. En


este caso en Piura es donde recibe mayor porcentaje (47,9% casi la mitad), es
segunda opción en Ica y Lima, es la menor opción en Tacna. También es impor-
tante tomarlo en cuenta, ya que hay un persistente reclamo por leyes efecti-
vas contra el racismo. Parecería que no es suficiente con las leyes antidiscrimi-
nación, que inclusive no está bien reglamentada y es de difícil aplicación.

La opción aplicar sanciones efectivas resultó con la votación más


baja, indicándonos que no hay una tendencia especialmente castigadora entre

131
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

los afroperuanos, y más bien hay una tendencia promotora de una mejor edu-
cación y un trabajo legal más eficiente.

Precisamente estas dos cosas son las que podrían concluirse de los
resultados obtenidos. Los derechos humanos en general, la lucha contra el
racismo, la discriminación y la exclusión, en particular, necesitan de la inter-
vención efectiva del Estado, y de una educación integral que incorpore estos
contenidos que se transformen en valores permanentes. Esto dentro de un
ámbito participativo, pues en la mayoría de los casos las deficiencias en el
ejercicio de los derechos humanos no son sólo por una intencionalidad del que
los incumple, sino también por la permisividad del que permite que se vulneren
sus derechos porque no sabe que los tiene.

132
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

133
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

134
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Propuestas de
los afroperuanos

135
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

136
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Una vez terminado el proceso de recojo de infor-


mación, mediante las 1500 encuestas distribuidas según
los criterios expuestos en la parte metodológica de nuestro
diagnóstico, se procedió al desarrollo de los talleres puesto
que era imprescindible contar con la percepción de nues-
tros hermanos y de las autoridades locales y regionales, a
fin de recoger sus propuestas de manera mancomunada.
De esta forma consultamos a las bases de las distintas or-
ganizaciones afroperuanas cuáles eran sus propuestas para
enriquecer el Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH)
que ya estaba en vigencia y que sin embargo consideramos
importante apoyar a partir nuestra perspectiva de defensa
de los derechos humanos como un medio para la construc-
ción de ciudadanía en una sociedad sin prácticas discrimina-
torias y racistas por razones étnico culturales.

Los talleres cumplieron los siguientes objetivos:

• Evaluar la aplicación del Plan Nacional de Derechos


Humanos por parte de los representantes de las co-
munidades y sus gobiernos locales.

• Proponer, implementar y ejercer la Vigilancia Ciudada-


na para que los acuerdos del «Plan Nacional de Dere-
chos Humanos 2006 –2010 se apliquen en el media-
no y largo plazo.

137
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

• Garantizar la participación de las autoridades tanto local como regional


para obtener de ellos el compromiso y apoyo en la implementación de las
políticas públicas alcanzadas por la población afroperuana.

Antes de realizar los talleres hicimos un análisis del PNDH tomando en


cuenta de los cuatro lineamientos estratégicos (LE) sólo las 3 últimas que atañen
a los afroperuanos. Los objetivos y los resultados del primer lineamiento estraté-
gico están dirigidos hacia las victimas de la violencia terrorista entre 1980 y 2000.

Y no nos alcanza porque en nuestro caso, el Perú no ha suscrito nin-


gún acuerdo de reparaciones civiles para los descendientes de ciudadanos afri-
canos esclavizados durante la colonia, por lo tanto los objetivos y los resulta-
dos del lineamiento estratégico referido a institucionalizar y tranversalizar el
enfoque de derechos humanos en las políticas públicas no nos compete.

Se llevaron a cabo cinco talleres regionales, cuyos resultados de ma-


nera sintética fueron los siguientes:

1. Contribuir a la difusión del enfoque de derechos huma-


nos en las instituciones del Estado y la sociedad civil.
• Campañas de sensibilización contra el racismo y otras formas de intoleran-
cia, así como también de DD.HH .

• Insertar en la currícula escolar temas de educación en DD.HH.

• Para prevenir trato denigrante implementar en el currículo de colegios,


institutos y universidades los temas de DD.HH.

• Implementación de talleres fórums a través de ONG’s sobre DD.HH. para


autoridades y comunidades.

• Desarrollo de mayores actividades de capacitación, formación de líderes


y sensibilización.

• Capacitación de personal idóneo responsable para implementar el PNDH.

• Implementar programas de difusión escrita, hablada y televisada para


el mismo fin. Solicitar los espacios gratuitos de los medios de comuni-
cación del estado.

2. Asegurar la plena vigencia de los derechos humanos integrales.


• Buscar el reconocimiento ante el gobierno local y regional, mediante una
resolución que nos identifique como pueblo afroperuano.

• Formar los comités de base de DD.HH. afroperuanos.

138
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

• Promover la participación de miembros de la comunidad afroperuana en


los espacios de toma de decisión.

• Gestionar la creación regional de una oficina de asuntos afroperuanos

• Realizar gestiones a INDEPA haciéndole llegar propuestas viables y sosteni-


bles a través de los líderes e instituciones de las comunidades afroperuanas.

• Convocar mesas de trabajo multisectorial.

• Crear redes o alianzas estratégicas para trabajo de difusión y promo-


ción de los DD. HH.

• Creación de un marco legal jurídico que reconozca los derechos de la


población afroperuana.

• Promover acciones, iniciativas que conlleven al reconocimiento jurídico de


las comunidades afroperuanas, a fin de que se les reconozca como parte
de un todo: la sociedad peruana.

3. Implementar políticas afirmativas a favor de los dere-


chos de los sectores de la población en condición de
mayor vulnerabilidad, en condiciones de igualdad de
trato y sin discriminación.
• Formar líderes para promover la defensa de los DD.HH.

• Institucionalizar la difusión de programas de DD.HH. a través de organis-


mos existentes como municipios, gobierno regional a través de Políticas
Públicas.

• Crear conciencia sobre el medio ambiente.

• Capacitar en el tema de derechos humanos en el medio ambiente.

• Elaborar un plan regional de medio ambiente.

• Impulsar la creación de una ley donde los adultos tengan acceso a créditos
y seguro de vida.

• Creación de centros especializados para el adulto mayor y para personas


con discapacidad con personal capacitado (recursos humanos, medicinas,
terapia psicológicas para pacientes y familia, consejería).

• Que los gobiernos locales coordinen con las juntas vecinales para combatir
los daños al medio ambiente.

• Sensibilizar a la sociedad y organizaciones a favor de los discapacitados.

139
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

• Ejecutar proyectos donde participe el adulto mayor.

• Favorecer cursos para la niñez sobre DD.HH.

• Proyectos a favor de adultos mayores.

• Mejorar la calidad de atención a los enfermos con VIH.

Los talleres regionales concluyeron con un Encuentro Nacional al cual


asistieron 90 representantes de todas las organizaciones y comunidades del país.

La sistematización y el análisis de los resultados de los talleres regio-


nales nos permitieron identificar cuatro ejes temáticos y sus respectivos obje-
tivos a partir de los cuales se les solicitó a los participantes formularan estra-
tegias que nos permitieran elaborar el plan operativo de Derechos Humanos.

Ciudadanía y derechos humanos

Incidencia de los afroperuanos en los espacios de decisión y vigilancia


de políticas publicas.

Educación y cultura

Visibilización y reconocimiento de la tradición cultural afroperuana a


la cultura nacional.

Medio ambiente y cultura

Recuperación del medio ambiente y desarrollo de actividades que no


dañen la ecología.

Grupos vulnerables

Garantizar el desarrollo pleno de las personas sin ningún tipo de distinción.

140
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Cuadro resumen de los aportes obtenidos en los talleres

Objetivo

Incidencia de los afroperuanos en los espacios de


decisión y vigilancia de políticas publicas.

Estrategias para lograr Actividades que conlleven el éxito


este Objetivo de esta estrategia desde lo local,
regional y nacional

Elaborar un plan coordinado con


las autoridades competentes y la
defensoría del pueblo de vigilancia
para que se dé cumplimiento a las
leyes antidiscriminación y contra
cualquier forma de racismo.

Organizar a las mismas comunidades Gestionar ante los gobiernos locales


para la defensa y difusión de sus y regionales para el reconocimiento
valores. de grupos étnicos afroperuanos.

Generación de programas para


políticas afirmativas para los niños,
jóvenes y mujeres afroperuanos.

Participar activamente en los


espacios de políticos y ciudadanos
locales y regionales.

Promover la participación de miembros Fortalecer las organizaciones de la


de la comunidad afroperuana en los sociedad civil y afroperuanas.
espacios estratégicos públicos.

Garantizar la participación democrá-


tica para ser representados por
personas con capacidad de gestión
y honestas.

141
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Objetivo

Visibilización y reconocimiento de la tradición cultural


afroperuana a la cultura nacional

Estrategias para lograr Actividades que conlleven el éxito


este Objetivo de esta estrategia desde lo local,
regional y nacional

Formar e incorporar un comité que


promueva la investigación y defensa
de la promoción de la cultura
afroperuana y sus derechos.
Potenciar las investigaciones en la
temática afroperuana.
Encuentros locales, regionales y
nacionales de investigadores
populares y científicos locales.

Talleres comunales que surtan


efecto multiplicador, con organiza-
ciones de base, para descentrali-
zación del conocimiento.

Talleres en instituciones educativas


para difundir la cultura afroperuana.

Acciones coordinadas de difusión Promocionar eventos culturales


y sensibilización de la cultura que incluyan la temática afroperuana
afroperuana. (exposiciones, música, danzas,
comidas, artesanías, etc,)

Concursos de narrativa, (décimas


cumanas)

Publicación de libros.

El estado debe tener una política


clara sobre la cultura.

Talleres de capacitación en narrativa.

142
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Encuentro nacional de profesores


afrodescendientes (recopilación y
sistematización de la temática
afroperuana. Encuentro nacional
de docentes para unificar y diseñar
Incorporación de la temática la temática afro en forma
afroperuana en el currículo escolar. transversal.

Concurso local, regional y nacional


referente a la historia y aportes
afroperuanos.

Rescate de la memoria colectiva Promover eventos de la cultura


comunal. afro con la participación de INC .

Realizar movilizaciones exigiendo


Potenciar los trabajos del INC en el reconocimiento de los aportes
términos de la cultura afroperuana. del pueblo afroperuano a la
cultura nacional.

143
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Objetivo

Garantizar el desarrollo pleno de las personas sin


ningún tipo de discriminación.

Estrategias para lograr Actividades que conlleven el éxito


este Objetivo de esta estrategia desde lo local,
regional y nacional

Promover la creación de una casa


de reposo, a través de alianzas
con ONG y el Estado.

Diagnóstico de la situación de los Pedir apoyo económico a los


adultos mayores en cada una de gobiernos regionales para lograr
las comunidades. la creación de casas de reposo.

Gestionar el seguro gratuito para


los adultos mayores.

Promover clubes para que el adulto


mayor comparta su experiencia.

Participación de los adultos mayores


en los que haceres de la comunidad. Realizar talleres de autoestima y
producción para el adulto mayor.

Realizar eventos culturales para el


adulto mayor.

Capacitar a las personas según sus


limitaciones para insertarlos a la
vida laboral.

Incentivar la Incorporación de las Gestionar apoyo económico al


personas con discapacidad en la Gobierno Regional para que estas
vida social efectiva. personas se inserten en el ámbito
laboral.

Promocionar empleos especialmente


para personas discapacitadas.

144
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Objetivo

Recuperación del medio ambiente y desarrollo de


actividades que no dañen la ecología.

Estrategias para lograr Actividades que conlleven el éxito


este Objetivo de esta estrategia desde lo local,
regional y nacional

Coordinar con las juntas vecinales,


los gobiernos locales y regionales
para combatir los daños al medio
ambiente.

Conservar el medio ambiente y Demandar a todas las empresas


combatir los posibles daños al mismo. mineras que tengan respeto a la
vida y la ecología de la comunidad.

Elaborar planes locales, regionales


y nacionales de protección del
medio ambiente.

El Taller Nacional se cerró con la formación del Comité Nacional Afro-


peruano de Derechos Humanos y la designación de los representantes regiona-
les al mismo, recayendo las responsabilidades en los siguientes miembros:

Región Representante Comunidad

Abelardo Alzamora Yapatera


Piura
Mireya Huertas Morropón

Juan Leyva Zaña


Lambayeque Roberto Jaramillo Chiclayo

Manuela Reyes Ica


Ica
Rolando Palma Chincha

Tacna Williams Flores

Lima Lizeth Garay

145
LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Conclusiones
1. Los participantes reclaman que en el caso de los afroperuanos el respeto
de los derechos humanos pasa por el reconocimiento, visibilización y res-
peto del pueblo afroperuano y de su aporte a la cultura nacional.

2. La defensa de los derechos humanos no va a ser efectiva si los ciudada-


nos no se encuentran informados y formados para su difusión y defensa,
razón por la cual es importante formar promotores en derechos humanos.

3. La práctica cotidiana de los derechos humanos pasa por respeto del prin-
cipio de participación democrática de los ciudadanos y de sus represen-
tantes en instancias públicas de toma de decisión, espacios en los cuales
los afrodescendientes siguen siendo marginados.

4. Los planes de acción y operativos tanto organizacional, local, como re-


gional deben atender dos áreas puntuales: educación y comunicación.

5. Las principales actividades a atender en el proceso de cumplir con las líneas


estratégicas propuestas por el PNDH son la generación de espacios de difu-
sión en todo nivel y la capacitación a permanente de la ciudadanía para tener
una práctica efectiva y una defensa eficiente de los derechos humanos.

6. Los medios más importantes para alcanzar los resultados específicos de


cualquier plan de acción u operativo es promover la organización de los
ciudadanos en instancias que les permitan vigilar y articular con otras insti-
tuciones que también participen de la defensa de los derechos humanos.

Comentarios finales
La más importante conclusión es el compromiso del pueblo afrope-
ruano en el cumplimiento de los planes de acción y operativos que se formulen
e implementen a nivel vecinal, local y regional y que permitan alcanzar los
fines que persigue el Plan Nacional de Derechos Humanos.

Consideramos que la propuesta de las estrategias y actividades por


los participantes a los talleres es el aporte directo de los afrodescendientes del
Perú al aplicación operativa del PNDH, contribución que consideramos absolu-
tamente necesaria, porque como ciudadanos de la nación no podemos seguir
escribiendo nuestra historia al margen de la historia del resto de la ciudadanía.

Nos hemos caracterizado por ser siempre participantes activos y res-


ponsables de los hechos que han cambiado la historia de nuestro país, sin em-
bargo siempre hemos sido invisibilizados, esas condiciones deben cambiar y
nosotros asumimos con este documento la responsabilidad que así sea.

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LA POBLACIÓN AFROPERUANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

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