Guatemala, C.A.

Marzo 2007

¿CÓMO RESPONDO A LA CRÍTICA?

¿ Cómo reacciono frente a la crítica de mi persona, mis puntos de vista, mis decisiones o mi trabajo? La crítica crea situaciones
polifacéticas. La primera reacción de nuestra naturaleza puede ser: "Esta crítica va en mi contra—ataca mi carácter, inteligencia,
sabiduría o mis derechos. Afectará mi plan, programa o autoridad. Tengo que defenderme a toda costa". Sin embargo, está
en juego también el bienestar del que expresa la crítica de un proyecto, de la iglesia o de una institución. La crítica y nuestra
respuesta pueden dañar las relaciones, la unidad y el testimonio del Cuerpo de Cristo. Sobre todo, nuestra actitud y comportamiento
afectarán la gloria y los propósitos de Dios. Lo que Dios permite en la vida de los cristianos, incluso la crítica, está diseñado para
la formación del corazón, el carácter y la vida de sus hijos. Cada circunstancia es una tentación, una prueba a la madurez espiritual
y un entrenamiento en las virtudes bíblicas como el amor, la mansedumbre, la paciencia, la bondad, la perseverancia, la fe y la
humildad. A continuación presento algunas consideraciones sobre este tema.

probablemente aprenderá algo sobre su propia conducta,

1 Los cambios provocan la crítica.
Los cambios, por lo general, provocan crítica—porque
causan incomodidad, porque requieren una inversión económica,
porque son precipitados, porque afectan la autoridad o el
reconocimiento de alguien. Algunos cambios resultan de una
"inspiración" que otros no aprecian porque no han sentido la
misma emoción. En algunos casos, la crítica surge, no
precisamente por un evento, sino por la falta de información o
explicación respecto al evento. El líder debe prepararse para la
crítica. Necesita aceptar el desafío sin considerar la crítica como
una amenaza.
decisiones, relaciones o actitudes. Necesitamos escuchar con
cuidado la perspectiva de otras personas para darnos cuenta
cómo nuestra personalidad, decisiones, comunicación o conducta
impactan a los demás. Muchos líderes reconocen que el Espíritu
Santo ha moldeado su vida y ministerio más por las críticas que
por los cumplidos. Dan gracias al Señor porque en momentos
difíciles alguien les confrontó y esto resultó en crecimiento para
su vida.
Cuando la crítica o algún aspecto de ella es verdad, la
tentación es defendernos o resistir el paso lógico y correcto de
admitir y confesar que uno ha fallado. Humillarnos y recibir la
gracia y el perdón de Dios y de otros, forma nuestro corazón
y carácter en maneras que ninguna otra experiencia puede hacer.

2 La crítica es inevitable.
La crítica es inevitable por el pecado, por la debilidad
y por la falta de sabiduría de los humanos, tanto de los que
critican como de los que reciben la crítica. A veces es necesario
para corregir las faltas. Entonces, el trasfondo de la crítica es
el hecho de que todos somos criaturas falibles y con pecado.
Por eso, los ministerios recíprocos que hacen funcionar y dar
fruto al Cuerpo de Cristo incluyen la enseñanza mutua, la
exhortación mutua, la amonestación mutua, la ayuda mutua, la
oración mutua, el llevar las cargas los unos de los otros y otras
responsabilidades que son necesarias por causa de nuestras
debilidades, nuestros errores y nuestros pecados.
3 Busquemos la verdad que será útil.
Consideremos como provechosa casi toda crítica. Aún
dentro de una crítica equivocada o mal expresada, uno
4 Existe una variedad de causas
y reacciones.
Algunas personas que critican necesitan más
información. Tal vez oyeron algo que no es cierto o supieron
sólo una parte de la realidad. Otros necesitan explicaciones
sobre el "por qué" y el "para qué", las motivaciones y las metas
de la decisión, el plan o el cambio.
Alguno puede estar ofendido porque siente que se le
debió haber tomado en cuenta en la toma de decisiones.
Dependiendo de la situación, puede ser necesario recordarle
que hubo oportunidad de opinar o, quizás, explicarle cómo se
toman las decisiones. Si éste tiene razón, hay que admitirlo,
pedir perdón y prometer que la próxima vez se usará otro
procedimiento.
Algunos resienten la autoridad de cualquier tipo. Otros
critican para mostrar su conocimiento superior. Otros buscan
atención. Otros sufren por conflictos internos. Es probable que
con estas personas se deba mostrar apertura y amor e intentar

Vínculo es publicado para apoyar a los exalumnos del Seminario Teológico Centroamericano e Instituto
Bíblico Centroamericano en su vida personal, familiar y ministerial. Editado por Stanford Orth.
contribuir a su madurez.
Otros tienen capacidades de liderazgo sin tener un
puesto. Es posible que lleguen a ser líderes de un grupo de
oposición. Quizás algunos deben recibir una responsabilidad
de liderazgo o funcionar como asesor.
5 Busquemos la sabiduría de Dios.
El primer recurso del líder es la fortaleza y guía de la
palabra de Dios y de la oración—oración por sabiduría, paciencia,
amor y moderación. Oremos que Dios obre el crecimiento
espiritual en todas las personas involucradas y que se mantenga
la armonía del Cuerpo de Cristo.
Fred Smith recomienda que se asuma, por lo menos al
inicio, que la crítica es lógica, sincera y sin malicia, aún cuando
duele y lastima. Muchos tienen interés sincero o se sienten
responsables por el bienestar de la institución o el proyecto.
Generalmente, la crítica hace sentido desde la perspectiva, la
experiencia y la información que tiene el individuo. Con esta
actitud, se recibe la crítica con objetividad, con análisis y, quizás,
buscando consejo.
Evitemos estar a la defensiva, entrar en polémica,
criticar a otras personas o echar la culpa a otro. Es una buena
regla nunca hablar mal de otros miembros de la congregación
o el grupo. Si prometemos averiguar, investigar o consultar
antes de dar una respuesta, debemos cumplir con este
compromiso. La predicación no es la oportunidad correcta para
responder. Con frecuencia es mejor responder en persona para
que el individuo observe y sienta su sinceridad, moderación y
amor. Siempre estemos dispuestos a decir, "Usted tiene razón.
Yo estaba equivocado". O "Yo tengo la culpa. Perdóneme".
Un pastor o líder de una iglesia o institución debe
recordar que es parte de un equipo de trabajo o ministerio y que
generalmente las críticas deben llegar al grupo que toma las
decisiones. Miembros del equipo pueden conocer mejor a las
personas que hacen la crítica y ayudarán a seleccionar cuáles
críticas necesitan respuesta y qué clase de respuesta es adecuada
al caso. La toma de decisiones juntos y actuar como grupo
contribuye a que la tensión no se convierta en conflicto o
competencia personal.
Es posible que uno que critica pueda
6 llegar a ser asesor o líder.
Si una persona ha mostrado capacidad en cierta área
como finanzas, relaciones personales, construcción, promoción,
teología, discipulado, predicación, etc., el líder podría pedir su
evaluación o asesoría. Es aconsejable que su aporte se defina
y se limite a una área específica. Se puede pedir que entregue
no sólo crítica de calidad, sino un plan de acción por escrito
para mejorar el trabajo o solucionar el problema. Así, esta
persona pasa a ser un crítico que ofrece aportes positivos y
constructivos. El líder no necesariamente estará de acuerdo,
pero tiene que escuchar con aprecio y considerar las
recomendaciones. A veces, los líderes anticipan las críticas
comunicando o consultando de antemano los planes y las razones.
Podemos fomentar la crítica constructiva
7 como parte de la cultura.
En una iglesia, por ejemplo, como se sabe que algunos
querrán expresarse, puede ser saludable que los líderes muestren
apertura para escuchar los comentarios. Esta apertura sincera
puede aliviar las tensiones y posiblemente reducir la crítica.
Algunas iglesias con frecuencia recuerdan a los miembros que
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Bíblico Centroamericano en su vida personal, familiar y ministerial. Editado por Stanford Orth.
tienen la libertad de acercarse a un miembro del personal o del
equipo de liderazgo para comunicar sus inquietudes o
recomendaciones. Entonces, los líderes tendrán que escuchar
con interés y respeto, considerar las ideas, responder cuando es
apropiado y mostrar su sincero amor y aprecio a cada persona.
Entrenemos a los cristianos en cómo
8 hacerlo.
Permitir la crítica en nuestra vida provee una oportunidad
para orientar a los cristianos a enfrentarla bíblicamente. Deben
aprender que la oración es su primer recurso, intercediendo por
el liderazgo, manifestando sumisión, confianza y dependencia
del Señor. Examinarán sus móviles y pedirán la sabiduría y la
guía de Dios para proceder según Su voluntad. Si sienten
necesario hablar del asunto, no deben dañar el espíritu y la
unidad de la congregación, sino llevar sus comentarios al
liderazgo. Necesitan manifestar el fruto del Espíritu como el
amor, la humildad, el respeto, la tranquilidad, la bondad, la
paciencia y el dominio propio. Hasta que la persona esté
preparada para tratar la situación en forma bíblica, es mejor que
siga en la Palabra y la oración, buscando el control y la sabiduría
del Señor. Después de haber sido escuchado, ha de aceptar la
decisión del liderazgo.
9 Cómo proteger el corazón.
La crítica tiende a causar dolor y lastimar, especialmente
cuando tiene que ver con un asunto personal o lo que se considera
una calumnia. Puede ser una crítica de una decisión o proyecto
que creemos muy importante o algo que deja en duda nuestra
integridad o nuestro futuro. El líder puede aislarse, desanimarse
o perder la motivación para ministrar o liderar. Quizás su actitud
perjudique sus relaciones con otros y su familia sea afectada.
Los cristianos que han pasado por estas experiencias
testifican que la reflexión en la palabra de Dios es imprescindible.
Jesucristo y otros personajes bíblicos pasaron por la crítica, la
oposición y el conflicto. Los salmos enseñan la apertura, fe,
consolación y valor que David encontró en Dios y también su
humildad cuando falló. La oración es imprescindible—oración
por todos, por su bienestar, por su crecimiento espiritual y por
la unidad y armonía. Se ha recomendado escribir las oraciones
para concretar lo que creemos sobre Dios, los motivos de acción
de gracias y las necesidades de los involucrados.
La palabra de Dios nos enseña a buscar el apoyo, los
consejos, el ánimo y aún la amonestación de nuestros hermanos
en Cristo—miembros de la familia, colegas en el ministerio,
los líderes de la iglesia. Necesitamos la perspectiva, sabiduría,
ánimo y estímulo de ellos.
Salir a caminar o correr provee momentos a solas, aire
fresco y cercanía a la creación de Dios. El movimiento relaja
y reduce la tensión del cuerpo y el estrés emocional. Confiemos
en que Dios está obrando, dejemos de pensar en el problema
por períodos de tiempo e involucrémonos en otra actividad. En
estos tiempos, quizás Dios dará otra perspectiva y renovará el
espíritu para poder enfocar el problema de otra manera. En todo
momento, dependamos desesperadamente de Dios, no de nuestra
sabiduría y poder.
Adaptado de The care and feeding of critics, F. Smith
(Leadership Journal, Winter 1995); Shielding Your
Heart from Strife, J. Ficken, (Leadership Journal,
Spring 1998)
 1 Es barato.
No se necesita equipo costoso—sólo buenos zapatos.
SALGA A
CAMINAR 2
Es fácil.
¡Hemos caminado desde la infancia!

3 Es saludable.
Caminar regular y vigorosamente mejora y mantiene eficiencia cardiovascular, eleva
HDL, baja los triglicéridos y contribuye a prevenir diabetes en adultos.

4 Le mantiene alerta.
El ejercicio regular tiene un efecto significativo sobre la habilidad de pensar con
claridad y creatividad.

5 Reduce el estrés.
Se ha comprobado que el caminar reduce la ansiedad, estrés y depresión simple.

¿Necesita una buena 6 Provee una nueva perspectiva.

Vea y sienta todo lo que ha perdido al experimentar el mundo sólo desde un vehículo.
razón para programar
tiempos regulares para
salir a caminar?
7 Continuará la costumbre.
Muchas personas se aburren de otras rutinas de ejercicio o se accidentan y, entonces,
lo suspenden. Los estudios muestran que los que caminan tienden a seguir caminando.
(Hope Health Newsletter)

¿SIENTE PRESIÓN,
ESTRÉS O FRUSTRACIÓN?
S cott Morton contaba a un amigo sobre el estrés y frustración que experimentaba. Su amigo se quedó en silencio y, al fin,
dijo: "Te tengo un versículo". ¿Cuál fue el versículo? ¡1ª Juan 1:9! No, Scott no cometió ningún pecado escandaloso. Su
buen amigo sólo le decía: "Lo que estás sintiendo no es culpa de otros. Es por tu culpa. De cierta forma, estás fallando".
Veamos principios que la Biblia enseña sobre este problema:

1) Las necesidades en nuestro alrededor nos desafían a
intentar más de lo que Dios quiere que hagamos.
Caminar con Dios requiere mantenernos sintonizados
con la voz de Dios en Su palabra y Su voluntad para nuestra
vida y ministerio. Sólo así podemos tomar decisiones de acuerdo
a Su llamado. Aún Jesús dijo "No" a oportunidades de ministerio
que no estaban de acuerdo con sus prioridades. Aumentamos
el estrés cuando nos preocupamos por lo que otros piensan.
Nuestra naturaleza pecaminosa desea impresionar a otros. Por
razones como éstas no decimos "No" cuando debemos.
Nuestro Dios sabio nos enseñó el principio del descanso.
Él mismo descansó de su trabajo de creación. Aprendamos a
descansar y estar tranquilos—una hora, un día, un fin de semana.
Pero cuidémonos de no crear más estrés en esas horas. Scott
Morton aconseja que "reducir el estrés requiere comprometernos
a cambiar nuestra manera de vivir".
2) Complicamos el estrés cuando no vivimos en comunión
con Dios.
No todo el estrés es malo en sí. Jesús se cansó y tenía
sed. Su pueblo le rechazó. Sus enemigos lo persiguieron. Sudó
gotas de sangre. ¡Fue crucificado! No podemos imaginar los
sufrimientos de Pablo que él relata en 2 Corintios 11:23-28.
Dios no prometió que la vida cristiana ni el ministerio serían
fáciles y descansados. Pero, manejamos mal el estrés cuando
huimos de Dios, nos refugiamos en el televisor y comemos
demasiado. Posiblemente trabajamos más de la cuenta,
descuidamos a los que están más cerca o deshonramos a Dios
y lastimamos a los demás por nuestra ansiedad. Cambiar de
ministerio o trabajo no necesariamente mejorará la vida. Se
requiere cambios internos.
Paz y gozo en el corazón es la herencia del creyente.
Pero no fue la experiencia de Jonás, desobediente, huyendo de
Dios y dormido en el barco. En cambio, el Salmo 23 es el canto
del que confía en Dios: "El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas
me conduce; me infunde nuevas fuerzas…Aun si voy por valles
tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta" (NVI). Dios envía la paz
sobrenatural para que habite en la mente y en el corazón del
que recibe alimento de Dios, disfruta Su comunión, ejerce la
dependencia de Él y es refrescado.
Filipenses 4:6-7 detalla cómo ejercer esta fe, dando
gracias a Dios y orando constantemente por cada responsabilidad
y preocupación.
3) Aumentamos el estrés cuando jugamos a ser Dios.
El Sr. Morton testifica que el estrés crece cuando él
intenta tener control sobre los resultados. Nuestra naturaleza
quiere asegurar que suceda lo que nosotros y los demás llamamos
"éxito". Podemos influir en las situaciones y los ministerios,
pero no podemos determinar lo que sucede. Tenemos que dejar
los acontecimientos y los resultados a Dios. Scott dice: "Cuando
trato de manejar el universo, experimento el estrés. Cuando
confío los resultados a Cristo, experimento Isaías 26:3".

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Bíblico Centroamericano en su vida personal, familiar y ministerial. Editado por Stanford Orth.
4) Eliminamos mucho estrés cuando tomamos pasos para
resolver los problemas interpersonales.
Muchos observan que estas tensiones son una causa
principal del estrés. Muchos cristianos y ministros tienen cuentas
pendientes que arreglar y llevan el cargo de conciencia por
problemas relacionales, a veces desde hace mucho tiempo.
Viven con tensión en la familia, en la congregación, en la
institución o entre amigos. Esperan que con el tiempo, los
problemas queden en el olvido, pero esto no es el remedio
bíblico. La oración, el amor, la humildad, el acercamiento, la
confesión, el arrepentimiento, el perdón y los frutos del
arrepentimiento son la medicina del alma. Trajeron reconciliación
con Dios y también traen paz en el corazón y fruto en el ministerio
(Mt. 5:23-24; Ef. 4:2-3; Col. 3:12-13).
5) Terminamos señalando otro problema que acrecenta el
estrés.
El pastor John Ortberg, autor del libro La vida que
siempre has querido, nos hace una pregunta en un artículo
titulado En realidad, ¿cuál es el problema detrás de tu fatiga?:
¿Está listo para el golpe? Desde su experiencia como líder y
pastor, él responde que es la obsesión con ser grande—nuestra
obsesión con ser importante, querido, exitoso, indispensable,
admirado o lo que sea nuestra supuesta necesidad o ambición
personal. Es posible que nunca lo hayamos reconocido o
enfrentado. Es una motivación que nos impulsa a excedernos
en el trabajo y es la razón por la que nos molesta tanto cuando
las cosas no salen como queremos o cuando no vivimos a la
altura de nuestras expectativas.
Consideremos también estas palabras sabias del Sr.
Ortberg:
En estos días, meditemos en esta pregunta clave: ¿Mi
participación en el ministerio está ayudando a que Cristo sea
formado en mí? Es importante que seamos transparentes al
responder esta pregunta…. El ministerio puede que no nos
convenga, puede ser cansado y aún peligroso. No necesariamente
hará que mi vida sea más sencilla de manejar….Pero el
ministerio auténtico nunca irá en contra de que en mi vida el
gozo, el amor y la gentileza vayan en aumento. La obra práctica
del ministerio y la formación espiritual siempre han de ir de
la mano.
Adaptado de los artículos Stressed? por Scott Morton
(Discipleship Journal, March-Abril 1999) y What's
really behind our fatigue? por John Ortberg
(Leadership Journal, Spring, 1997).

¿CÓMO VENCER LA TENDENCIA A EVADIR ALGUNA TAREA?

¿ Invento algunas excusas para no enfrentar un problema difícil? ¿Necesito la presión de otra persona o una fecha tope para
que termine una tarea grande? ¿Descuido el seguimiento necesario para cumplir con un plan importante? ¿Dejo tareas
importantes para la tarde? o ¿Las llevo a casa? ¿Me siento obsesionado por terminar los trabajos rutinarios antes de realizar
los grandes e importantes? ¿Dejo a última hora la preparación del mensaje, la agenda para la sesión o el proyecto importante?
Un experto afirma que 80% de nuestra productividad resulta de cumplir bien el 20% de nuestras más altas prioridades.
Sólo 20% de nuestra productividad es fruto de los demás trabajos. Se ofrecen los siguientes remedios para nuestra tendencia de
posponer o evadir lo difícil de las prioridades:
1) Vuelva a recordar su visión. planificar para el futuro, estudiar, leer, solucionar un problema
¿Qué quiero lograr este año? ¿Este mes? ¿Esta semana? financiero, organizar un evento, confrontar a una persona)? A
¿Cuál es la tarea más importante que debo iniciar o terminar veces, conversar sobre el tema con otra persona le guía y le
hoy? motiva para que inicie la tarea.
¿Espero hasta tener el deseo de hacerlo? La realidad
2) Identifique lo que falte en el trabajo. es que no llegará ese momento. Llegará una crisis que me
No se pregunte ¿qué tengo que hacer? sino "¿qué no obligará a actuar, pero el daño ya está hecho. Un líder fuerte es
estoy logrando? y ¿por qué no?" ¿Qué metas la organización o motivado por las prioridades, no por los sentimientos.
la iglesia no está cumpliendo? ¿Por qué no? Responda y discuta ¿Es posible que me haya puesto a mí mismo una meta
estas preguntas con el equipo de liderazgo, con su cónyuge, con o una tarea irrealista? ¿Es posible que tenga ambiciones que no
sus amigos. son la voluntad de Dios? Debo examinar mi corazón. ¿Estoy
3) Identifique las causas de postergar la tarea. dispuesto a hacer sólo lo que es la voluntad de Dios?
¿Es porque no me siento capaz o no tengo experiencia Pidamos continuamente la guía, la motivación y la
en este trabajo? Quizás debo pedir los consejos de otro o la capacidad de Dios, y dependamos desesperadamente de Él.
participación de personas con experiencia. ¿Es porque no me
gusta este tipo de trabajo (tomar una decisión, desarrollar visión, CONTINUARÁ…

Estamos interesados en conocer de tí, tu familia

y ministerio. Escríbenos a:
dc_exalumnos@seteca.edu
con Licda. Claudia de Monzón

SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO

Apdo. 213
01901 Guatemala
Guatemala, Centro América E-mail: seteca@seteca.edu
Tel: (502) 2471 0573, 2440 4596 • Fax: (502) 2473 5957 Website: www.seteca.edu

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Bíblico Centroamericano en su vida personal, familiar y ministerial. Editado por Stanford Orth.