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Y así como esta situación hay otras tantas que se tornan controversial, si tomamos la

postura del hijo testador, frente a un padre que fue tirano para con él o teniendo su

padre 95 años y él 40 sin hijos ni cónyuge tenga que dejarle lo que le corresponde

conforme a la legítima, no pudiendo destinarlo quizás a quien el desee.

Originándose sin lugar a duda, actos fraudulentos, induciendo en cierta forma a que el

testador en vida proceda a deshacerse del contenido de su herencia, a través de

negocios simulados ejemplo donaciones bajo la cubierta de compraventas.

Sin embargo frente a esta posición que con toda razón nos conllevaría a pensar que la

creación de la Legítima, lejos de proteger el bienestar económico de la familia, resulta

una cruel injusticia al restringir el derecho de propiedad que sobre sus bienes puede

tener el testador disponiendo de ellos con total libertad hacia personas que sin ser sus

herederos forzosos, han llegado a calar en lo más profundo de su afecto y

consideración haciéndoles merecedores de esa recompensa desinteresada y por

consiguiente restringiéndose también el derecho de testar; se encuentra el peligro de

dicha liberalidad, atentando no solo contra lo que el propio testador constituyó como

familia, sino para él mismo.

Supongamos que el padre de familia es autoritario, y disociador entre los miembros de

su familia, por las desigualdades que el mismo establece, entonces frente a este caso

daríamos la razón en definitiva a la institución de la Legítima, y no menos, cuando se

está frente a los negocios familiares - claro está que demande de cuantiosa masa

hereditaria- donde la trascendencia desborda el plano familiar para enfrentarse con la

economía de la sociedad, pues obligaría, si dispone libremente de su bienes para

después de su muerte, dividir o fraccionar un próspero negocio, destruyendo puestos

de trabajo.

En realidad así como estas situaciones, si nos ponemos analizar más detenidamente

nuestra propia realidad existencial, encontraríamos un sin fin de posiciones que se


contraponen unos a otros, pero comparto la idea -que no resulta tan descabellada-

respecto a la posición que adoptan algunos juristas, para dar una razonable solución a

estos impases de “Restricción al Derecho de Propiedad ante la presencia de la

Legítima, y es la de reducir el porcentaje cuántico de la Legítima, puesto que

realmente sí traen problemas, dentro del entorno familiar abarcando de una u otra

forma otras esferas.

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