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La insuficiencia hepática es el deterioro severo de la función hepática.

La insuficiencia
hepática ocurre cuando una gran porción del hígado se encuentra dañada debido a
cualquier tipo de trastorno hepático. Algunas de las funciones del hígado son:

1. Transformar los principios inmediatos.

2. Sintetizar proteínas.

3. Detoxificación del organismo.

4. Sintetizar y excretar la bilis.

Etiología

Tóxicos: intoxicaciones crónicas como por ejemplo por alcohol. Intoxicaciones agudas
producidas por ejemplo por una ingestión masiva de paracetamol.

Virus: se producen por dos vías:

Hepatitis crónica.

Hepatitis aguda que es la hepatitis fulminante.

Enfermedades metabólicas:

Acúmulo de hierro lo que se denomina hemocromatosis.

Enfermedad de Witson.

Alteraciones vasculares: por ejemplo obstrucción de la vena supra hepática.


Fisiopatología

Si se alteran los principios inmediatos:

Hipoglucemia; se produce una disminución de azúcar en sangre por falta de formación


y almacenamiento de glucógeno.

Alteración en grasas; trastornos como por ejemplo hipocolesterolemia.

Acidosis metabólica.

Otras.

Fallo en la síntesis proteica:

Donde más se puede hacer para esto es en los trastornos de la coagulación en los
cuales se producen problemas de sangrado.

Hipoalbulinemia: la albúmina es la proteína encargada de mantener una presión


osmótica adecuada por lo tanto una alteración en ella produce una alteración de la
presión osmótica.
Falta de detoxificación:

Intoxicación que afecta principalmente al cerebro apareciendo la encefalopatía


hepática; la sustancia que más afecta a este nivel es el amónico que en condiciones
normales se utiliza para formar la urea eliminándose por la orina.

También se puede producir una encefalopatía porque se formen falsos


neurotransmisores que van a ser sustancias se utilizan a los aminoácidos aromáticos
formando transmisores anormales.

Alteración de la capacidad de sintetizar y decretar la bilis produciendo ictericia.


Síntomas

Trastornos digestivos tipo dispepsia: Náuseas, hinchazón, alternancia de diarrea y


estreñimiento.

Dolores "hepáticos" o simples molestias.

Cefalea.

A veces se produce intolerancia alimentaria con urticaria, prurito, etc.

Ictericia.

Tendencia a sangrar o sufrir contusiones fácilmente.

Ascitis.

Alteración de la función cerebral (encefalopatía).

Aumento de peso y crecimiento pobres.

Fatiga.

Debilidad.

Pérdida del apetito.


Pronóstico

Finalmente, la insuficiencia hepática es mortal si no se trata a tiempo, o bien si la


causa se agrava. Aun con el tratamiento adecuado, puede resultar irreversible. En
casos terminales, el paciente puede morir a causa de una insuficiencia renal (síndrome
hepatorrenal), que aparece cuando el hígado ya no funciona. Un trasplante de hígado,
si se practica en el momento oportuno, puede restablecer la salud, pero este
procedimiento sólo está indicado en una minoría de pacientes con insuficiencia
hepática.
La insuficiencia hepática o fallo hepático es la incapacidad del hígado para llevar a cabo su
función sintética y metabólica, como parte de la fisiología normal. Son dos las formas
reconocidas:[1]
• Insuficiencia hepática aguda - desarrollo de encefalopatía hepática (confusión,
estupor y coma) y disminución de la producción de proteínas (tales como la albúmina y
proteínas de coagulación) en las cuatro semanas posteriores a la aparición de los
primeros síntomas (como la ictericia) de un problema hepático. Se dice que la
insuficiencia hepática "hiperaguda" se presenta si este intervalo es de 7 días o menos,
mientras que se trata de una insuficiencia hepática "subaguda" si el intervalo es de 5 a
12 semanas.
• La Insuficiencia hepática crónica por lo general ocurre en el contexto de una cirrosis
hepática que, a su vez, puede ser la consecuencia de muchas causas posibles, tales
como la excesiva ingesta de bebidas alcohólicas, la hepatitis B o la C, causas
autoinmunes, hereditarias y metabólicas, tales como la hemocromatosis (acumulación
excesiva de hierro) o la Enfermedad de Wilson (acumulación excesiva de cobre) o una
esteatohepatitis no alcohólica.
Exceso de líquido en el abdomen ( ascitis);

Ascitis-insuficiencia hepática

Absceso pulmonar

El absceso pulmonar es una lesión en forma de cavidad de más de 2 cm,[1] rellena de pus, habitualmente
rodeada de tejido inflamado y normalmente ocasionada por una infección.
El absceso pulmonar es considerado primario(60%[2] ) cuando es causado por un proceso que asienta en
pulmón y se denomina secundario cuando es la complicación de otras causas p.e.. vascular embolia o por
rotura de otro absceso extrapulmonar en el parenquima pulmonar. A menudo referido como neumonía
necrotizante o gangrena pulmonar. Ambos el absceso pulmonar y la neumonía necrotizante son
manifestaciones de procesos similares. El absceso pulmonar era una enfermedad devastadora y a menudo
mortal en la era preantibiótica , con evoluciones de un tercio de los pacientes morían, otro tercio se
recuperaba y el resto quedaban con grandes secuelas como caquexia , empiema crónico, bronquiectasias.
En los primero tiempos de la era antibiótica, las sulfonamidas no obtenían resultados satisfactorios,
empezando su tratamiento efectivo con la llegada de las penicilinas y las tetraciclinas. Aunque el papel de
la ciugía fue considerado esencial en el pasado, hoy en día su papel es prácticamente nulo debido a la
resolución con terapia antibiótica.

Clasificación: El absceso de pulmón puede ser clasificado basado en su duración o en su etiología. Por lo
general los abscesos pulmonares son cuasados por bacterias anaerobias, es decir, que sobreviven en
ambientes sin oxígeno, tales como el Bacteroides, la Fusobacteria, los estreptococos anaerobios y
ocasionalmente la Klebsiella. Para finales de los años 1990 se ha visto una aumento en la incidencia de
abscesos pulmonares cuasados por Staphylococcus aureus. Todos estos organismos respondían bien a la
penicilina, sin embargo, se han vuelto resistentes por producción de betalactamasas, especialmente los
bacteroides y los estafilococos.

Dentro de las principales causas de absceso pulmonar se encuentran:


• Aspiración de contenido orofaríngeo.
• Obstrucción bronquial.
• Neumonía.
• Infecciones bacterianas.
• Infarto pulmonar infectado.
• Extensión de infección abdominal (sepsis), generalmente con formación de
un absceso.
• Contusión pulmonar postraumática

Normalmente el absceso pulmonar se debe a una infección producida por bacterias que vienen de la boca
o la garganta e ingresan a los pulmones al ser aspiradas. En la mayoría de los casos, el organismo cuenta
con suficientes métodos de barrera inmunológicos para impedir que estas bacterias desarrollen una
infección (de hecho cuando tragamos saliva hay suficientes bacterias para desarrollar una); sin embargo,
cuando un individuo se encuentra inmunodeprimido, no puede impedir que estas bacterias desarrollen la
infección.

Algunas infecciones por Staphylococcus aureus, Legionella pneumophila y algunos tipos de hongos
suelen causar abscesos pulmonares en individuos cuyo sistema inmunitario se encuentra comprometido.

En la mayoría de los casos, los pacientes muestran solamente un absceso localizado; sin embargo, existe
la posibilidad de que se desarrolle más de uno, localizados en el mismo pulmón.
Cuadro clínico

Los síntomas iniciales pueden ser confundidos con los de una neumonía (fatiga, pérdida de peso, fiebre,
sudoración, tos, generalmente acompañada de esputo). El esputo generalmente va acompañado de sangre
(véase hemoptisis) y con un olor pútrido producto de las bacterias. El paciente además puede presentar
dolor abdominal, sobre todo si se desarrolloa un cuadro de pleuritis o inflamación de la pleura.
Diagnóstico

Generalmente la anamnesis y el examen físico da pruebas suficientes de la presencia de un absceso


pulmonar. Además, se pueden pedir radiografías (Téle de Toráx) para confirmar el diagnóstico ya que se
observan características de lesión infecciosa y Neumatoceles, y un cultivo de muestras del esputo para
saber el patógeno causante de la infección.
Tratamiento

El tratamiento consiste en administrar antibióticos vía oral o intravenosa, lo cual necesita de varios meses
de terapia para lograr una mejoría significativa, después de lo cual el paciente es sometido a una
radiografía para comprobar si el absceso permanece. Cuando la causa son Staphyloccocus se utiliza
penicilina, en el caso de resistencia a esta Vancomicina. Si se trata de cocos Gram Negativos el
tratamiento de preferencia son cefalosporinas o aminoglicósidos.

Si la causa es una obstrucción, se realiza una broncoscopia para eliminar dicha obstrucción.

En ocasiones, es necesario el drenaje del absceso.


Pronóstico

El 5% de los pacientes no logra mejorar con el tratamiento, y la mortalidad es de alrededor del 5%,
aumentando en pacientes inmunocomprometidos, aquellos con cáncer de pulmón o en los que el absceso
es demasiado grande.

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