Jorge Luis Borges Ajedrez

I En su grave rincn, los jugadores rigen las lentas piezas. El tablero los demora hasta el alba en su severo mbito en que se odian dos colores. Adentro irradian mgicos rigores las formas: torre hom rica, ligero caballo, armada reina, re! postrero, oblicuo alfil ! peones agresores. "uando los jugadores se ha!an ido, cuando el tiempo los ha!a consumido, ciertamente no habr cesado el rito. En el #riente se encendi esta guerra cu!o anfiteatro es ho! toda la $ierra. "omo el otro, este juego es infinito. II $enue re!, sesgo alfil, encarnizada reina, torre directa ! pen ladino sobre lo negro ! blanco del camino buscan ! libran su batalla armada. %o saben que la mano se&alada del jugador gobierna su destino, no saben que un rigor adamantino sujeta su albedr'o ! su jornada. $ambi n el jugador es prisionero (la sentencia es de #mar) de otro tablero de negras noches ! de blancos d'as. *ios mueve al jugador, ! ste, la pieza. +,u *ios detrs de *ios la trama empieza de polvo ! tiempo ! sue&o ! agon'a-