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Melodías de Otoño

CONTENIDO

Cuartetos:

• Melodía de Otoño
• ¿Qué es poesía?
• Las noches de Valizas
• Dolor de lejanía
• ¿Y las garras mías?

Sonetos:

• Yo escribo
• Mi noche
• Quiero tu mano
• ¿Feliz?
• Mis espectros
• A la deriva
• Final
• Tuvo que ser amor
• Postrada
• Rendición
• Desencuentro
• Fidelidad
• Rosa tardía
• Florecer

Tercetos:

• Resurgimiento
• Dolor
• Agonía

Otros:

• De madera
• Paisaje
• La madre
• Sin importancia
• La vida es una canción
• El rondel es musical
• Copla
• Por malagueña
• Romance al estilo de Federico
• Espinelas a la vida
• Espinelas a la muerte

CUARTETOS

MELODÍAS DE OTOÑO

Melodías de otoño mis poemas


Hojas de vida que la vida inspira.
Fragantes ramilletes de alhucemas
que secó el tiempo y revivió la lira.

Páginas del amor, de la experiencia,


del ya- fue y no- será, de la alegría.
Savia añosa y helada en apariencia
que se entibia al fragor de la poesía.
Melodías de otoño son mis versos.
A veces candorosos, desvalidos;
a veces pasionales y perversos;
y a veces melancólicos, transidos.

Concebidos con música de Erato


en orgásmico instante de pasión.
Paridos en un mágico arrebato.
Mecidos al calor del corazón.

¿QUÉ ES POESÍA?

¿Qué es poesía? dime tú poeta


de aquella inolvidable vieja rima.
Su amada a contestarle, ingenua, intima
y él se hunde en su pupila azul-violeta.

La poesía ¡oh Píndaro el divino!


es belleza, es urgencia que acomete
al ingenio sagaz. Lo compromete
a indagar en su numen más genuino.

En sutil pentagrama cada nota


se combina formando melodía.
Es el dolor que abate. Es alegría.
Es aroma, color. Pasión que brota.

Es padecer amor, hallar la calma.


En palabras volcar los sentimientos:
celos, nostalgia, ardor, dulces tormentos.
Es la declaración más fiel del alma.

LAS NOCHES DE VALIZAS

Cuando el sol al nadir ya se encamina


reflejando en el mar su último aliento,
pintado de colores sopla el viento
y el ocaso en Valizas se esfumina.

Imposible vivir noches más bellas.


Candombe, tamboril, canto y guitarra.
La penumbra. El sonido que desgarra
el silencio velado por estrellas.

A lo lejos el faro que ilumina


fugaz astro que raudo se divierte.
Atalaya cuidando nuestra suerte,
luz y sombra en la noche mortecina.
La luna al mar gentil se entrega entera
y el mar acepta el reto y se embravece;
se multiplica en olas; se enternece
y la acoge en la noche valicera.

Las sientes y al sentirlas, poetizas.


Mas no hay verbo que exacto lo expresare
ni espectáculo tal que se compare
a las mágicas noches de Valizas.

DOLOR DE LEJANÍA

Presintió soledad. Un gran vacío


se anunció con un nudo en su garganta.
El pasado luchó por dejar lejos
y el llanto rodó terco por su cara.

Evitó la mirada de los ojos


que ansiaban capturarlo en sus retinas.
No quiso agregar pena a los recuerdos,
ni sumar sufrimiento a aquellas vidas.

Se prometió volver. Y la promesa


le mintió a su dolor algún sosiego.
Ganó la pena. ¡ Si era sólo un niño
que el peso del momento volvió viejo!

El horizonte. El mar. Su infinitud,


le ponían medida a la distancia.
La tristeza encogía el camarote
y la "morriña" aprisionaba el alma.

Y la costa de España que se aleja;


y el "qué será de mí" que pega fuerte;
y la gaita que llora una muñeira;
y la bandurria suena, gime y siente.
. . . . . . . . . . . . . . . . . .. .

Desde un puerto de Italia zarpa un barco


y con él mandolina y pandereta,
zarpa un sueño cargado de esperanza
y un pesar encubierto en tarantelas.

La "ragazza" que muere de congoja,


susurra una dolida canzoneta
"Torna a Sorrento". ¿Volverá? ¡Quién sabe!
¡Qué destino incierto que es América!

Atrás quedan los padres, la familia


y allá en lontananza un mundo nuevo.
Junto a ella, en la cubierta, sus paisanos.
Sobrevuela densa bruma de silencio.
.....................

Sentado en la bodega su bagaje


¡es tan rico en dolor!, pobre en pertrechos.
Le abate el sentimiento de sus hijos;
ya añora la tibieza de los senos

que acunaron su cara, mueca y llanto,


cuando al partir de Francia," mes cherís"
se elevó desde el pecho hasta su boca.
Valseó en la acordeón la "nostalgie".
..........................................

Les recibió una tierra, que por joven,


propició la aventura y las quimeras.
Por generosa les tendió sus brazos.
Por madre amante los acogió en ella…

¿Y LAS GARRAS MÍAS?

Miro a mi alrededor. Cada uno absorto.


Cada uno en su infortunio cotidiano.
Plantado en su egoísta " soy e importo".
Hoy siento escalofríos de lo humano.

Ni la sólida rama de algarrobo


resiste sin turbarse al hombre artero.
Simula ser oveja pero es lobo,
con mala fe por garras, torpe y fiero.

Le doble el peso de esa, su miseria,


de sus faltas y sus hipocresías.
Se arrodilla ante sí. Simple materia
sobre tembladeral de ideologías.

Si pienso y luego existo, ¿cómo cedo


al célebre apotegma cartesiano?
(Lo pienso y existir al fin no puedo).
Solidario dolor toma mi mano.

Es el dolor de todos. El calvario.


Un dolor tan profundo y agorero.
Un dolor que se dice necesario,
pero es tan cruel que casi desespero.
Si al pesar mi pesar le pone broche,
a mi clamor responden ironías
que me rondan. Me acecha hasta el reproche
de ser consciente... ¿ Y las garras mías?

Mis garras dónde están. Qué es lo que he hecho


para no avergonzarme de mi vida
¿No llevo acaso dentro de mi pecho
la misma egolatría aborrecida

SONETOS:

YO ESCRIBO

Yo escribo para vos y para mí.


Para volcar en letras lo que siento.
Para que sea luz mi pensamiento.
No escribo por esplín ni porque sí.

No me inspira siquiera el frenesí


de un instante feliz del sentimiento.
Me conmuevo con el abatimiento
porque el dolor no es nunca baladí.

Escribo para gente bien sencilla.


Ser comprendida me acaricia el alma.
No me seduce el cántico egoísta.

Yo prefiero a mi verso cual coplilla,


no cual intríngulis que valga palma
de un selecto cenáculo elitista.

MI NOCHE

Soy presa del misterio de mi noche;


del sombrío sosiego que extenúa;
del umbroso azul – humo que acentúa
la crueldad, la conciencia, hasta el reproche.

En el hostil silencio, cual derroche


del tiempo que la vida no puntúa,
sin licencia el castigo continúa
y al dolor la impiedad le pone broche.

Los fantasmas acechan, gigantescos.


Impávidos fantoches que grotescos
emergen en mi sueño deleznable.
Es mi noche. El mutismo. Mi recuerdo.
Lo que soy. Lo que fui. Lo que me pierdo.
Lo que no volverá. Lo irreparable.

QUIERO TU MANO

Caminé los senderos asignados.


Me dolieron el tiempo y la distancia.
A veces me infatuaron de arrogancia
y otras más me abatieron de pasados.

Anduve por caminos trasnochados,


Sin fe, sin ver a Dios. Con petulancia.
Con mi conciencia a cuestas. Con jactancia
de ser sólo ella y yo... y mis pecados.

Tantas veces caí, tantas arrostra


mi soberbia actitud de revivir
que encarnó en mi atavío sobrehumano.

Dije con altivez: si algo te postra


sólo por ti y en ti podrás surgir.
Me hartó la soledad. Quiero tu mano.

¿FELIZ?

A veces soy feliz y me lo pierdo.


Si al mirarte me miras. Si mitigo
mi eterna soledad bajo tu abrigo.
Si en mis sueños asoma tu recuerdo.

Si una vez fui feliz ya no me acuerdo.


Si mi mano estrechó la de un amigo.
Si morir de placer pude contigo.
Si tu paso escoltó mi paso lerdo.

No he logrado existir. Sólo he pasado


por la vida mirando de costado,
sustentando mi terco escepticismo.

No advertí que sin yesca no hay llama.


Que la dicha de amar no se reclama.
Que ser feliz depende de uno mismo.

MIS ESPECTROS

Yo tengo mis espectros. No me dejan.


Cohabitan conmigo y si me absuelven,
embistiendo furiosos ellos vuelven.
Siervos de mi conciencia, no se alejan.

Ellos son compañeros del camino


que marchan amarrados a mis brazos.
Son graves celadores de mis pasos,
artífices impíos del destino.

La contrición ante lo que he callado.


La fuerza de una frase malhadada
pronunciada en un rapto de extravío,

son lastres que, amarrándome al pasado,


me anuncian una vida condenada
a un infierno feroz, que es sólo mío.

A LA DERIVA

No sé cuál es el rumbo de mi vida.


Pero, lo sepa o no, voy adelante.
No saberlo resulta fascinante
y el conocerlo al tedio convalida.

Que suele ser la duda bienvenida


y lo seguro a veces discordante.
Lo ignorado se vuelve estimulante.
La certeza, por fácil, aburrida.

Si me equivoco, al fin, yo no lo escojo


y no elijo acertar. ¡Qué gran ventaja!
De la armonía azul no soy cautiva,

navego el Universo a mi antojo.


Me asiste la ventura del que viaja
sin brújula o timón, a la deriva.

FINAL

Estoy doblando el codo de la vida.


Recorriendo el final que aflige y pesa.
No lo aplaza poner sobre la mesa
cada instante de vida bien vivida.

¿Cómo puedo evitar la aborrecida


senda que me encamina hacia la huesa?
¿Cómo puedo ignorar la muerte aviesa
y eludir su implacable arremetida?

Ya no intento ni ruego ni demanda.


Sé que la vida gira y no desanda
el camino finito de existir.

Hoy estoy. Ha de ser porque, indulgente,


la Parca no apetece me presente.
No porque yo amenace resistir.

TUVO QUE SER AMOR

Violento corrió el río por su cauce.


Por tus venas corrió la sangre hirviente.
Una brisa dulzona hasta mi frente
llevó suave y sutil el lacio sauce.

Yo, aquel junco curvado simple y fácil.


Tú, coronilla fuerte, vigoroso;
algarrobo macizo, riguroso.
Clavel del aire yo, por tenue y grácil.

Como el ombú me alzaba solitaria


y fue esa soledad de anacoreta
que propició mi oficio trovador.

Tú, en cambio, montaraz planta gregaria.


Pitanga; camará blanqui-violeta;
zucará; isla de tala abierta en flor.

Tuvo que ser amor.


Fue primavera azul de brotes tiernos
ocre otoñal. Y gris de los inviernos.

POSTRADA

Desnuda ante las puertas del Averno,


trémula de pasión, ebria de gozo,
en un rapto de mágico alborozo
con placer reviví mi propio infierno.

Creyendo en el amor sin fin, eterno,


sin quererlo me hundí en tu calabozo
y llegué a sumergirme en negro pozo
y me rendí después al gesto tierno.

De hinojos yo caí, serenamente.


De hinojos abatida e inconsciente,
Fui, de hinojos, sufriendo el cautiverio.

Mis manos por escudo. La agonía


de ser yo y de no serlo cada día.
La lucha por librarme de tu imperio.

Un halo de misterio...
Los ojos hacia Dios. Postrada. El fuego.
En cruz los brazos. En la boca un ruego.

RENDICION

Este suelo que piso, el mismo suelo


que horadaron tus huellas tras mis pasos.
Estos brazos, lo sé, los mismos brazos
que abarcaron mis ansias y tu anhelo.

Este cielo ¿lo ves ? el mismo cielo


y la aurora y el día y los ocasos.
Y los sauces que ciñen con sus lazos,
allí están bordeando el arroyuelo.

Todo está. Todo igual. Mi incertitud


que duda del candor de tu mirada.
Tu mano generosa. Tus respuestas

a mis celos cargados de inquietud.


Mi presencia, que tímida y callada,
esconde una ansiedad de mil protestas.

Mi aflicción que detestas.


Y en este devenir tan tuyo y mío,
me miras, me abandono y te sonrío...

DESENCUENTRO

La mesa entre los dos. El café humea.


Un silencio oloroso a cigarrillo.
La mirada perdida en el pocillo.
En la garganta un "te amo" que aletea.

El orgullo que ciñe, aguijonea


y vuelve tan difícil lo sencillo
y encierra con candados y pestillo
el amor que indefenso clamorea.

Las manos ya vencidas de ansiedad


se buscan con procaz complicidad.
Se tocan y se enlazan: capitulan.

Un rayo de pasión nos electriza.


Resurge la altivez que tiraniza;
los grises que rodean, no se azulan.

Rencores que atribulan.


Hondo silencio. Orgullo que se planta.
Y aquel "te amo" se queda en la garganta...

FIDELIDAD

Se fue con un "adiós, no sé hasta cuando"


Y partió sin más rumbo que su musa.
Su determinación no tuvo excusa.
Lo miré trepidando en temblor blando.

El tiempo al transcurrir multiplicando


las horas, gira el áncora que acusa.
Y el pudor dentro mío se rehúsa
a mostrar aflicción. Sufre callando

la dolorosa ausencia. Es primavera;


es otoño; es invierno... desespera
aguardar. Sempiterno aquel rondó

de dudas y silencios me acompaña.


Y ciega la ira injusta que se ensaña
con el entorno fiel que me amparó

Al final regresó.
Henchido de ilusión y fantasía.
Y lo esperaba allí... desde aquel día.

ROSA TARDÍA

En el cuadro invernal de mi ventana


el rosal importuno abrió una rosa.
Solitaria, pequeña, milagrosa,
es la rosa hiemal de color grana.

Al correr la cortina en la mañana


está allí. Siempre igual. Tan orgullosa.
Única en el jardín yérguese airosa.
Entre plantas ya secas, soberana.

El frío que le impide abrirse plena


a ser párvulo eterno la condena.
El tiempo no transcurre en su quietud.

Una duda atormenta mi razón


¿morirá sin crecer, tierno botón,
o descubrió la eterna juventud?
FLORECER

Se anima a ver la luz tímidamente.


Muy tierno en su inocente desnudez.
Endeble y desvalida pequeñez
asomándose a un mundo tan ausente.

Acrece por audaz y porque siente


que no puede eludir la madurez.
Entre espinas, su ingenua insensatez
se abre camino al cosmos inclemente.

Le asaltan sin piedad el frío intenso


y el fuego abrasador. Jardín inmenso
donde crece en desorden cada cosa

es el espacio para adolecer;


estallar en color; bermejecer.
El pimpollo será fragante rosa.

TERCETOS
RESURGIMIENTO

La congoja de ser mi vida puebla.


Lo imposible botó toda esperanza.
En vano me sumerjo en mi tiniebla,

busco luz que me vuelva la confianza


para poder subirme a una quimera
y en sus alas perderme en lontananza.

Y trocar el invierno en primavera;


las penas arrojar de mi equipaje
y en orgasmo de fe brindarme entera.

Cambiar el derrotero de mi viaje


para hundirme en la cósmica locura
que a esta sensatez niegue hospedaje.

Y liberarme al fin de la cordura


que ampara el deber – ser que tiraniza
y sacudir de mi la noche oscura
y Ave Fénix surgir de la ceniza.

DOLOR
Me duele que la vida sea nada
dentro del devenir cósmico y crudo
que nos impone el fin y la llegada.

Me duele este camino tan desnudo,


tan falto de calor y de resguardo.
Sin amparo, ni arneses. Sin escudo,

para el pobre infeliz, para el bastardo


que sin querer ser es y que le hostiga
la discriminación, agudo dardo.

Me duele aquel abrigo que no abriga


y aquella soledad que sí acompaña
y la falsa piedad que no mitiga.

Me duelen la mentira, la artimaña.


La apatía que crece, mal tremendo,
como crece entre el trigo la cizaña.
Y me duele vivir descaeciendo...

AGONÍA

Es la vida tan corta, susurraste,


tus ojos en los míos con dulzura.
Qué mansa aceptación y qué contraste

con tu boca y su rictus de amargura,


que anunciando ese fin cercano y crudo
descubrió aquella honda desventura.

¡Qué corta que es la vida! Fue aquel mudo


reproche que brotó de tu garganta
y en la mía apretando, se hizo nudo.

Y el clamor de vivir que se agiganta,


que lucha por estar y no enmudece.
La rebelión sin fin que se levanta

empuja arremetiendo, abrasa y crece.


Pero la vida es corta. Ya es murmullo
tu voz. Y tu vigor que desfallece.
Te recibo en mis brazos y te arrullo...

OTROS

DE MADERA
De madera.
Ha de ser de madera.
Porque es mórbida, suave
y muy tibia.
Porque albergaron nidos
sus hendijas.

De madera.
La quiero sin molduras,
bien sencilla.
Sin herrajes de plata,
que es muy fría.
Sin llaves. Sin misterios.
A la vista.

De madera.
De madera la cuna,
de madera la mesa
y la silla.
Y de madera el cofre
de mis cuitas.

Que la madera acoja


mis cenizas.

PAISAJE (Ovillejo)

Bordea del río el cauce


el sauce.
Pone proa al camalote
mi bote.
Muestra argenta desnudez
un pez.
Completan la placidez
de bucólica pintura
del hombre en la Natura:
el sauce, mi bote, un pez.

OVILLEJO A LA MADRE

Aunque el dolor le taladre,


la madre
no es cobarde que se rinda:
se brinda.
Nadie como ella se diera
entera.
Para su amor no hay barrera.
No hay status ni distancia,
sabiduría, ignorancia.
La madre se brinda entera.

SIN IMPORTANCIA (rondel)

Tú no le diste importancia
cuando rozaste mi piel.
Tu beso se volvió miel
y el mundo tomó distancia.

Si el dulzor de tu fragancia
fue a mis sentidos vergel,
tú no le diste importancia
cuando rozaste mi piel.

Te miré, orgullo y prestancia,


alejarte en tu corcel.
A mi boca de clavel
que rogaba a tu arrogancia,
tú no le diste importancia.

LA VIDA ES UNA CANCION(rondel)

La vida es una canción


y la canción es lamento.
Cabalgando sobre el viento
se me escapó en corazón.

Mi canto es llanto y es son


y es traición y juramento.
La vida es una canción
y la canción es lamento.

Olvidada en el rincón
muda el arpa, quieto el viento,
sosegado el sentimiento,
aún arrulla la ilusión.
La vida es una canción.

EL RONDEL ES MUSICAL (rondel)

El rondel es musical
simpático y armonioso.
Sencillo, dulce y gracioso,
sonoro como el cristal.

Su ritmo es tan especial


su compás tan melodioso...
El rondel es musical
simpático y armonioso.

La cadencia no es casual,
ni el esquema caprichoso.
En pentagrama ingenioso
cada sílaba es puntal.
El rondel es musical.

COPLAS

Se fue silbando bajito,


como si nada se fue.
Se volvió. No lo miré.
El orgullo ahogó mi grito.
Se fue silbando bajito,
como si nada se fue.

Y se perdió en lontananza,
como un ave se perdió.
Lo miré. No me miró.
Se hizo trizas la esperanza.
Y se perdió en lontananza,
como un ave se perdió.

Dicen que dicen que andaba


cabizbajo y extraviado.
Creía estar a mi lado,
creía estar y no estaba.
Dicen que dicen que andaba
cabizbajo y extraviado.

Hoy lo evoco en cada verso,


lo busco en cada rincón.
Él, perdida la razón,
yo con mi orgullo perverso.
Hoy lo evoco en cada verso
lo busco en cada rincón.

POR MALAGUEÑA

veces por estar triste


mi día es tan sólo sombras,
mi caminar un calvario
y mi lamento una copla.

¡Qué cosas tiene la vida,


la vida qué cosas tiene !
Desde el nacer acechante
está rondando la muerte.

Y aunque lo acepte sabiendo


que es el final del camino,
te resistes si la Parca
amenaza a un ser querido.

Y te rebelas, blasfemas
¡¿dónde está Dios?! ¡¿es justicia?!
¡Tomadme que aquí estoy yo!
¡Llévate, infame, mi vida!

Pero si el reloj no marca


que es el momento preciso,
De nada sirven reclamos.
Es ella quien dice "¡Listo!"

ROMANCE AL ESTILO DE FEDERICO

¡Ay, mira como se dobla


el arbolito pequeño!
El viento lo mece, mece
el viento lo está meciendo.
Y como dos banderillas
en el morrillo le han puesto
dos tutores de madera
que lo sostienen derecho.
Para que aprenda de crío
que ha de mirar siempre al cielo.
Que un árbol que tal se precie
y un hombre que diga serlo
no lo doblan las tormentas,
ni lo derriban los vientos,
ni lo espantan los gigantes.
Que, como aquel caballero,
el hombre debe ser duro
y el árbol debe ser cerno.

ESPINELAS A LA VIDA

(QUE VIVIR NO ES DURAR)

Sé que vivir no es durar.


Y me han dicho que la vida
es la ruta de salida
que emprendemos al llegar.
Si te dejas atrapar
por la abulia que retiene,
la congoja que sostiene
al temor que tiraniza
el tiempo se hace ceniza
y la vida se detiene.

Me lo han dicho y yo lo sé
pero no puedo conmigo
y apenas si encuentro abrigo
en el verso, pues la fe
hace rato que se fue
y me la quitó la vida
por perversa, por reñida
con la justicia, que ciega,
tanto porrazo te pega
hasta que te ve caída.

Mas no crean que me apura


no tener fe, que no es poco.
Lo digo y si me equivoco
no me pasen la factura.
Me acerco a la sepultura
sin fe, sin Dios, sin tratar
que no sea mi quejar
lo único que se recuerde,
que el que no hace nada, pierde,
porque vivir no es durar.

ESPINELAS A LA MUERTE

(QUE MORIR ES PERDURAR)

La Muerte es la compañera
más fiel que brinda la vida
pues nos da la bienvenida
a esta tierra pasajera.
Es despiadada y artera
por cada día que pasa
uno que borra y arrasa
en nuestra pobre existencia,
aunque la muerte es ausencia
sólo si no queda brasa.

Por eso de ella no abjuro


ni morirme me acongoja
ni le temo a que me escoja
ni por salvarme conjuro.
Sólo recelo que el muro
del olvido se levante
y por atrás y adelante
y a los costados se cierre
y el sepulturero entierre
más que el cuerpo el alma errante.

No morir en la memoria
gracias a la poesía,
ya que he amado con porfía
y he transmitido mi historia
sin pretender que la gloria
tan solamente me atañe
el querer permanecer
y lo que fui en el ayer
que el olvido no lo empañe.

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