Hctor, o el gusto por lo banal

Lo hemos ido aprendiendo: la infancia bien puede ser una lnea de fuga, as como la frrea va que domina el resto de la vida. Cmo sostener una relacin entre ese campo de posibilidades y la literatura infantil? Cabe preguntarse, como cualquier elemento que circule alrededor de los infantes, cunto forma o no la imaginacin de los chicos. Pero ms interesante resulta la pregunta especular: cunto hay de la imaginacin de los adultos en la comunicacin de las narraciones infantiles. Probemos con el libro editado por Adriana Hidalgo, "Hctor, el hombre extraordinariamente fuerte" de Magal Le Huche. (Sealemos cmo opera el azar: Le Huche, en francs, puede ser traducido como "el pesebre", justo cuando el ciclo del catolicismo se cierra y abre). Es una historia de amor, lo sabemos en las primeras pginas. Pero es, a la vez, un comentario sobre la comunidad y sobre sus fundamentos. Diremos entonces que el libro es sobre los valores, un universal que la literatura infantil defiende a rajatabla. En este libro, la falla, que no lo desmerece, pero si la hace un poco tedioso, es que esos universales nunca logran alcanzar las alturas del personaje. Sin encontrar el rumbo, el gancho narrativo, la historia de Hctor no pasa las fronteras de la simpata. Pero quin sabe, por ah la madurez del crtico es el principal obstculo para la experiencia de la literatura infantil.