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Nuestra bandera’ José Revueltas Se ha dicho que el Movimiento EstudiantilJuio-Agosto de 1968 carece de tna bandera -es decir, de objetivos precisos y “miras elevadas', conforme al trasnochado lenguaje de los monitores editorialistas de la prensa mas corrompida del mundo, la mexicana y que, junto a esta falta de bandera, indice de gratuidad de nuestro Movimiento, éste se empararia en una su- puesta situacin de privilegio social y econémico de que el estudiante goza enviolento contraste con otras capes de la sociedad menos favorecidas, que sin embargo son las que pagan en su mayor parte la educacién superior, Con esto se quiere tender una cortina de humo que cculte no sélo el contenido real de nuestros propésitos, sino la raizy az6n de los mismos, condicionados por una situacién general de imposturas politicas, de ejercicio arbitrrio y monopolista del Poder, de negacién de las libertades y derechos ciudadanos, de felsificaciones juridicas y procesos amafiados que, en cualquier otro pais, acreditarian al poder judicial como reo de asociacién delctuosa;situacién general, condicionante de nuestros objetivos, repetimos, que tiene largos afios de exist y no se circunscribe tan sélo @ la etapa que como jefe del Ejecutvo lleva en su desempefio el licenciado Diaz Orda al frente de la Republica Tenemos, pues, una bandera de principios, aparte la reclamacién de agravios que representan los seis puntos de nuestra de- manda en contra de las autoridades. En sus comienzos, quizé nuestro Mo- vimiento se hubiese satisfecho con la reparacién de datios y la remocién de los culpables de aquellos. Pero en México se ha totalizado a tal extremo el sistema de opresién poltica y de centralismo en el ejercicio del Poder ~desde a nivel de gendarme hasta al de Presidente- que una simple fata a los “reglamentos de policia y buen gobierno" confronta al mas comin de los ciudadanos con todo el aplastante aparato del Estado y de su naturale- 2a de dominio impersonal, anénimo, despético, inexorable y sin apelacién posible, sobre el individu y la comunidad en su conjunto. Los sindicatos obreros regimentados, amordazados, sin el menor resquicio mediante el cual ejercer su independencia; el derecho de huelga convertido en une c= nica fccién; la capacidad de corrupcién, de amoralidad y de renuncia al es- piitu cic, como requisite forz0s0 € inexcusable, para todos aquellos que aspiren a dirigir una federacion sindical, una liga de comunidades agraria, tun comité de partido, ofcial 0 no, una empresa 0, lo que ya es el colmo (y entre nosotros se llegaron a dar los casos), hasta una simple sociedad [Wo 1 2 - crue o¢ 200 ossiteg Avonts oe resaMero cco LATA [1968440 ADS OF MOMENTO ESTUDUNT. EN ME] osauiso de alumnos de alguna facultad o escuela. init seftalar mas ejemplos de esla increfble degradacién social a la que sus drigentes, ensoberbecidos y

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