pap sin aburrirse . Lea o pensaba o contemplaba las dibujos de los libros . Su pap hasta le haba dejado libre un aquel para sus propios libros. Y adems tenan permiso para tomar el que quisiera siempre y cuando lo tratara con cuidado. No cualquier nio puede hacer eso. Bruno Dado pasaba todos los das por la casa de la familia Corazn. Ula no le agradaba especialmente. Pero cuando l tena algo nuevo, un cromo, una camiseta, una gorra o un cinturn, timbraba, entraba un rato y ella tena que decirle cmo le pareca la novedad. Sin embargo, l le caa bien a Ula, y a ella le habra gustado que se quedara un poco ms. Por eso ensay un da con el libro. No de inmediato. Primero le mostr sus propios libros. Pero Bruno los hoje un poco y despus los dej a un lado. Pf, libros para nios dijo y, acto seguido, sali. La siguiente vez, ella se propuso empezar con ms astucia y dijo: Bueno, pues yo puedo tomar cualquiera de los libros que estn aqu . Y qu? dijo l. Tambin los peligrosos! Y qu pueden tener de peligrosos estos libros? pregunt l. Entonces Ula baj del anaquel el libro grande y le mostr los dibujos que la asustaban. Pero Bruno no se asust. Qu aburrido dijo y, una vez ms, sali. En esta ocasin, Ula tuvo que esperar mucho hasta que Bruno volvi a pasar por su casa. Al parecer haba cumplido aos , y casi todo lo que llevaba era nuevo: pantalones, chaleco, zapatos y adems un monopatn. Qu bonito dijo Ula. Bruno se pase por la habitacin de un lado para otro, para que ella pudiera verlo bien, despus se dirigi hacia la puerta. Pero Ula se le plant por delante, de modo que l tuviera que fijarse en la bandita. Y se fij! Mordida de serpiente dijo ella y esper. Aqu en la habitacin? pregunt Bruno y se baj del monopatn. S, pero sali de libro dijo Ula. Y de cul? pregunt l. En ese momento, Ula respir profundamente: All arriba, el azul. Creo que es un libro encantado. Todo lo que hay en su interior puede cobrar vida, no solo la serpiente. Hay que leer con mucho cuidado No lo creo dijo Bruno. Mustrame! Ula subi por la escalera y baj el libro del ltimo anaquel de la biblioteca. Lo puso en el suelo y abri la cubierta con cuidado. Entonces el libro qued tan ancho que los dos podan contemplarlo, uno junto al otro. Eso casi no se puede leer dijo Bruno y seal los caracteres desconocidos. Yo s dijo Ula . Escucha con atencin. Y empez a leer en voz baja
Lopez Lomong - Todos estamos destinados a utilizar nuestro talento para cambiar la vida de las personas (Lopez Lomong - We Are All Destined to Use Our Talent to Change People’s Lives)