Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma Yo no s! on pocos; pero son A!ren zan"as oscuras en el rostro m#s $ero % en el lomo m#s fuerte& er#n talvez los potros de !#r!aros atilas; o los heraldos negros 'ue nos manda la (uerte& on las ca)das hondas de los *ristos del alma, de alguna fe adora!le 'ue el Destino !lasfema& +sos golpes sangrientos son las crepitaciones de alg,n pan 'ue en la puerta del horno se nos 'uema& Y el hom!re -o!re po!re! .uelve los o"os, como cuando por so!re el hom!ro nos llama una palmada; .uelve los o"os locos, % todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada& Ha% golpes en la vida, tan fuertes Yo no s! *sar .alle"o Los heraldos negros, /0/1