Vous êtes sur la page 1sur 12

Extraído de: Corbetta, P.

(2003) Metodología y técnicas de


investigación Social.

LA ENTREVISTA CUALITATIVA

La técnica de la entrevista cualitativa, al igual que la encuesta por muestreo, tiene como
objetivo obtener datos interrogando a las personas, pero con la finalidad típica de la
investigación cualitativa de entrar en la individualidad de la persona entrevistada y de
ver el mundo con sus ojos.

10.1 La recogida de datos mediante interrogación

La entrevista cualitativa puede ser contemplada como el correspondiente, en la vertiente


de interrogar, de lo que la observación participante constituye en la vertiente de
observar. La inmersión en la realidad social no es tan profunda como la que se realiza
con la observación participante.
Pero, el objetivo último es acceder a la perspectiva del sujeto estudiado: comprender sus
categorías mentales, sus interpretaciones, sus percepciones y sus sentimientos, los
motivos de sus actos.
Podemos definir la entrevista cualitativa como una conversación: a) provocada por el
entrevistador b) dirigida a sujetos elegidos sobre la base de un plan de investigación c)
en número considerable d) que tiene una finalidad de tipo cognoscitivo e) guiada por el
entrevistador y f) sobre la base de un esquema flexible y no estandarizado de
interrogación.
En primer lugar, la entrevista la provoca el entrevistador, y en eso se distingue de la
conversación ocasional.
En segundo lugar, la entrevista cualitativa se dirige a sujetos elegidos según un plan
sistemático de recogida de datos, en el sentido de que ni siquiera el entrevistado es
ocasional: éste es elegido por sus características.
Debe contarse con un número bastante considerable de estos sujetos.
Tal conversación está encaminada a una finalidad, que es la finalidad cognoscitiva del
entrevistador. Por lo tanto, no es ocasional el acontecimiento, no es ocasional la persona
entrevistada, no es ocasional el tema de la conversación. Y su objetivo es estrictamente
cognoscitivo.
Por último, no se trata de una conversación normal, de un diálogo común entre dos
personas, sino de una conversación guiada, en la que el entrevistador establece el tema y
controla que el desarrollo de la misma responda a los fines cognoscitivos que él se ha
marcado. Esta intervención de guía del entrevistador puede realizarse con distintos
grados de direccionalidad, pero respetando en esencia la libertad del entrevistado.

10.2 Entrevista cuantitativa y entrevista cualitativa

Podemos interrogar para obtener informaciones mediante dos instrumentos: mediante


un cuestionario estandarizado (es decir, rígidamente estructurado en las preguntas y en
las respuestas) o bien, mediante una entrevista “libre”.
Se trata de dos técnicas similares sólo aparentemente: en esencia son muy distintas,
puesto que se basan en dos filosofías de investigación –dos paradigmas- divergentes.

1
Falta de estandarización. Ésta es la diferencia fundamental entre cuestionario y
entrevista, diferencia que genera todas las demás. Mientras que en el caso del
cuestionario el objetivo es colocar al entrevistado dentro de esquemas preestablecidos
por el investigador, en el caso de la entrevista el propósito es comprender las categorías
mentales del entrevistado, sin partir de ideas y concepciones predefinidas. Como afirma
Patton, “la finalidad de la entrevista cualitativa es entender cómo ven los sujetos
estudiados el mundo, comprender su terminología y su modo de juzgar, captar la
complejidad de sus percepciones y experiencias individuales”.
El criterio cuantitativo, el que sirve de instrumento del cuestionario, obliga al
entrevistado a limitar sus propias respuestas, le enseña a autocontrolarse. Si él quisiera
calificar sus propias ideas, por ejemplo explicar… no puede hacerlo.
En todos estos casos la voz del entrevistador se alza sobre la del entrevistado. Por el
contrario, en la entrevista (cualitativa), manteniendo el entrevistador su cometido de
plantear los temas de la conversación, la voz sobresaliente debe ser la del entrevistado:
en la situación extrema ( en algunos aspectos ideal), el entrevistador habla muy poco, se
limita a estimular y a animar al entrevistado, que cuenta con absoluta libertad su forma
de ver las cosas, sus motivaciones, sus pensamientos.
Por lo tanto, si el objetivo es tener acceso a la perspectiva del sujeto estudiado, se infiere
inevitablemente la individualidad de la relación en la entrevista: este instrumento de
recogida de las informaciones debe ser flexible, debe poder adaptarse a las distintas
personalidades de los entrevistados, debe poder cambiar al pasar de un sujeto a otro.

Comprensión frente a documentación (contexto del descubrimiento frente a contexto de


la justificación). Podemos hablar de interrogación bien como instrumento de recogida
de datos, bien como instrumento de comprensión de la realidad social. En el caso
cualitativo, la entrevista no se utiliza para recoger datos sobre las personas, sino para
hacerlas hablar y para entenderlas desde dentro.
La diferencia entre estos dos criterios, precisamente en cuanto diferencia entre cantidad
y calidad, entre extensión y profundidad, influye también en el número de personas a
entrevistar.
La distinción entre el objetivo de la recogida de datos y el de la comprensión de la
realidad social nos lleva a la distinción introducida por Reichenbach entre contexto del
descubrimiento y contexto de la justificación. En la interrogación estandarizada, el
contexto que prevalece es el de la justificación: se le pregunta al entrevistado por qué
está a favor o en contra de la pena de muerte, presentándole una alternativa de
respuestas entre las que elegir, y ello porque el investigador considera que tiene ya un
conocimiento suficiente del fenómeno estudiado como para poder reconocer todas las
posibles respuestas, y sólo pretende “recoger los datos”, con el fin de cuantificar el peso
de las diversas alternativas y poner las respuestas a estas preguntas en relación con otras
variables.
Si, por el contrario, el investigador no conoce los motivos que inducen a la gente a estar
a favor o en contra de la pena de muerte, y quiere servirse del instrumento de la
entrevista para “descubrir” este aspecto de la realidad, se servirá de una interrogación
no estandarizada: en este caso su principal objetivo es el de comprender el fenómeno
estudiado. Este objetivo no excluye el precedente: veremos más adelante situaciones de
investigaciones en las que la entrevista cualitativa se utiliza también para recoger datos
sobre la realidad social. Pero el objetivo prioritario sigue siendo el de la comprensión y
los datos cuantitativos recogidos quedarán en forma de subproducto: descarnados y
empobrecidos para hacerlos comparables entre sí y sacrificados por las modestas
dimensiones de la muestra.

2
Falta de muestra representativa. Otra diferencia entre cuestionario y entrevista, que se
deduce de los dos puntos precedentes es la relativa al problema de la muestra. La
investigación realizada mediante cuestionarios tiene como elemento característico el
hecho de que se realiza sobre una muestra construida de tal forma que pueda ser
definida como “representativa”, es decir, capaz de reproducir a un tamaño más reducido
las características de la población.
La entrevista cualitativa no aspira a este objetivo. Incluso cuando hay sistematicidad en
la elección de las personas a entrevistar, este plan nace más de la exigencia de cubrir la
variedad de las situaciones sociales que de la de reproducir sobre una escala reducida las
características de la población. Y ello no porque el objetivo no sea deseable sino porque
resultaría caprichoso y en cualquier caso inalcanzable dadas las dimensiones de la
muestra. Muy a menudo las muestras utilizadas en las investigaciones que emplean
entrevistas cualitativas rondan el centenar de casos, número insuficiente para lograr
cualquier objetivo de representatividad.
El investigador cualitativo no sigue un criterio de representatividad estadística, sino más
bien de representatividad sustantiva, con el objeto de cubrir todas las situaciones
sociales de interés principal para la investigación, más que de reproducir las
características de la población en su totalidad.
En la investigación cualitativa falta a menudo un plan de muestreo previo.
Manteniéndose el hecho de que en la elección de las personas a entrevistar el
investigador sigue un criterio, éste puede ir construyéndose a lo largo de la
investigación misma. Él elegirá los casos no por su difusión en la población, sino por el
interés que a él le parece que expresan, interés que, por otro lado, puede modificarse en
el curso de la propia investigación.
Criterio centrado en el sujeto frente a criterio centrado en las variables. El interés del
investigador se dirige a la comprensión de los hechos sociales a partir de una lectura
global de los fenómenos y, sobre todo, de los sujetos estudiados. En el análisis de los
datos procedentes de entrevistas cualitativas no se fragmentan los individuos en
variables, para estudiar después éstas. No se producen frecuencias y correlaciones, sino
que se reconstruyen historias. El objetivo no es entender las relaciones entre las
variables, sino comprender las manifestaciones en su individualidad: la categoría del
nexo causal ha sido sustituida por la de la experiencia vivida. Se busca reconstruir
modelos, tipologías, secuencias, a partir de casos analizados en su totalidad. Y, en
consecuencia, el punto de partida lo constituye el individuo no la variable.

10.3 TIPOS DE ENTREVISTA

Podemos distinguir las entrevistas de acuerdo a su grado de estandarización, es decir por


el diferente grado de libertad/constricción que se concede a los dos actores, al
entrevistador y al entrevistado. Ya hemos establecido una distinción entre instrumentos
estandarizados (cuestionario) e instrumentos no estandarizados (entrevista) en la
recogida de los datos mediante la interrogación.
La entrevista se caracteriza por ser un instrumento abierto, flexible, adaptable a los
distintos contextos empíricos, moldeable a lo largo de la interacción: pero la flexibilidad
puede presentar diversos grados. Tres tipos básicos: entrevistas estructuradas,
semiestructuradas y no estructuradas.

10.3.1 Entrevistas estructuradas, semiestructuradas y no estructuradas.

3
Entrevista estructurada. Denominamos así a las entrevistas en las que a todos los
entrevistados se les hacen las mismas preguntas con la misma formulación y en el
mismo orden. El “estímulo” es, por tanto, igual para todos los entrevistados. Éstos, sin
embargo, tienen plena libertad para manifestar su respuesta. Se trata de un cuestionario
de preguntas abiertas. El simple hecho de plantear las mismas preguntas en el mismo
orden a todos los entrevistados introduce un fuerte elemento de rigidez en la dinámica
de la entrevista .
En esta obra hemos hecho siempre una clara distinción entre métodos cuantitativos y
métodos cualitativos, subrayando su adhesión a dos paradigmas distintos y por tanto,
sus escasa compatibilidad.
La entrevista estructurada constituye el más genuino y probablemente único caso de
técnica que trata de mediar entre los dos criterios. La predeterminación de la pregunta
plantea serias limitaciones al objetivo de flexibilidad de adaptabilidad a la específica
situación analizada, que es uno de los presupuestos del criterio cualitativo.
Se trata de una técnica más bien híbrida, que asegura en parte esa estandarización de las
informaciones recogidas necesaria en el “ contexto de la justificación”, y en parte esa
apertura hacia lo desconocido y lo imprevisto que pertenece al “contexto del
descubrimiento”. El intento de responder al mismo tiempo a los dos objetivos hace que
el instrumento resulte moderadamente útil para cada uno de ellos; la entrevista
estructurada presenta una menor capacidad de estandarización que el cuestionario ( a
preguntas cerradas) y al mismo tiempo non es capaz de profundizar tanto como una
entrevista no-estructurada.
Tres motivos que inducen al investigador a hacer uso de entrevistas estructuradas. Un
primer caso está generado por la extrema singularidad de las situaciones, cada una
distinta de la otra, que impide la determinación de un exhaustivo arco de respuestas
antes de la administración de la entrevista.
Otras veces se escoge esta solución no tanto porque la problemática sea poco conocida
para el investigador, sino porque evoca una complejidad de dimensiones tal que las
respuestas resultan totalmente imprevisible.
En muchos casos la decisión de servirse de la entrevista estructurada se asienta en la
cultura del entrevistado, poco acostumbrado al lenguaje abstracto.

Entrevista semiestructurada. El entrevistador dispone de un “guión” que recoge los


temas que debe tratar a lo largo de la entrevista. El orden en el que se abordan los
diversos temas y el modo de formular las preguntas se dejan a la libre decisión y
valoración del entrevistador.
El guión del entrevistador puede tener distintos grados de detalle. Puede ser
simplemente una lista de temas a tratar, o bien puede formularse más analíticamente en
forma de preguntas, si bien de carácter más general.
Esta forma de conducir la entrevista concede amplia libertad tanto al entrevistado como
al entrevistador, y garantiza al mismo tiempo que se van a discutir todos los temas
relevantes y que todas las informaciones necesarias van a ser recogidas.
El guión de la entrevista establece un perímetro dentro del cual el entrevistador decide
no sólo el orden y la formulación de las preguntas, sino también si se va a profundizar
en algún tema y, en su caso, en cuál de ellos. En general, el entrevistador no abordará
temas no previstos por el guión; sin embargo, tiene libertad para desarrollar temas que
vayan surgiendo a lo largo de la entrevista y que él considere importantes para la
comprensión del sujeto entrevistado, aun cuando no se incluyan en el resto de las
entrevistas.

4
Entrevista no estructurada. En la entrevista estructurada las preguntas hechas por el
entrevistador están preestablecidas, tanto en la forma como en el contenido.
La especificidad de la entrevista no estructurada está en la individualidad de los temas y
del itinerario de la entrevista. El entrevistador tiene como único cometido el de sacar, a
lo largo de la conversación, los temas que desea abordar.
El entrevistador, además de esta función de aliciente y de estímulo, desempeña también
una función de control, atajando las divagaciones.
En una entrevista sobre el trabajo nos podremos extender sobre los aspectos técnicos,
relacionales, de sueldo, profesionales, en función de hacia dónde lleve el entrevistado la
conversación y dónde ponga el énfasis, pero en cualquier caso se hablará de trabajo y
no, por ejemplo, de mujeres. Si el entrevistado llevara la conversación hacia esos
derroteros, el entrevistador deberá reconducirla al núcleo principal.
Una entrevista puede extenderse más sobre un determinado tema, y otra sobre otro
distinto. No todas abordan los mismos temas. Algunos entrevistados tienen más cosas
que contar que otros. De ello se deriva lo que hemos mencionado más arriba, es decir,
una extrema individualidad de las entrevistas, que al final resultarán muy distintas entre
sí, empezando por los temas abordados y terminando con su propia extensión.
Es necesario añadir que a menudo en estas entrevistas, precisamente con el fin de dejar
al entrevistado libertad para expresarse y extenderse sin demasiadas restricciones, los
tiempos de la conversación los marca el entrevistado: la entrevista puede durar incluso
horas, desarrollarse en varias sesiones, y a veces adquiere las características de un
verdadero relato autobiográfico.
La elección de uno u otro de estos tres instrumentos depende de los objetivos de la
investigación y de las características del fenómeno estudiado.
Es preciso recurrir a la entrevista estructurada cuando el diseño de la investigación
prevea que se entreviste a un elevado número de personas, lo que exige un numeroso
equipo de entrevistadores. La función del entrevistador en la entrevista cualitativa es
muy delicado y determinante, ya que la evolución de la conversación está muy influida
por la relación que el entrevistador logra establecer con el entrevistado. Si los
entrevistadores son muchos, es necesario limitar la subjetividad de su relación
obligándoles a ceñirse a un esquema prefijado común para todos: en última instancia,
estableciendo de antemano el formato de todas las preguntas con una entrevista
estructurada.
La diferencia entre entrevista semiestructurada y no estructurada es más bien vaga,
mientras que la verdadera diferencia está entre estas dos y la entrevista estructurada.
Ante un guión más bien esquemático de entrevista puede resultar difícil decir si se
configura una relación semiestructurada o no estructurada, mientras que la existencia de
una secuencia de preguntas preestablecidas define con claridad un determinado tipo de
relación de entrevista, fuertemente dirigida por el entrevistador.

10.3.2. Casos Especiales.

Entrevista no dirigida y entrevista clínica. En las entrevistas anteriores, la interacción


siempre estaba de algún modo dirigida (o controlada) por el entrevistador, quien al
menos fijaba los temas y los límites de la conversación. En la entrevista no dirigida no
está establecido de antemano ni siquiera el tema de la conversación; el entrevistador se
deja guiar por el entrevistado, quien libremente puede llevar la conversación hacia
donde él prefiera; y el hecho mismo de que la lleve hacia un determinado terreno y no
hacia otros se considera elemento de diagnóstico.

5
Este tipo de entrevista tiene sus orígenes en la psicología dinámica y en la psicoterapia,
cuyo objetivo es precisamente ayudar al paciente a sacar a la luz sentimientos profundos
y en último término inconscientes.
La entrevista clínica es distinta de la anterior, puesto que está fuertemente guiada por el
entrevistador: el objetivo consiste en releer, la historia personal del entrevistado,
reconstruyendo, en una especie de lectura a cámara lenta, le itinerario que lo ha llevado
hacia un determinado resultado.
La finalidad principal de ambos tipos de entrevistas es más de tipo terapéutico que
cognoscitivo.
Por este motivo las entrevistas no dirigidas y las entrevistas clínicas no ofrecen gran
interés al sociólogo, que busca entender los hechos sociales más que penetrar en
profundidad en la estructura de la personalidad del individuo entrevistado.

Entrevista a observadores privilegiados. En los tipos de entrevista presentados hasta el


momento, las personas entrevistadas son objeto de estudio: si queremos estudiar a
militantes de partidos, entrevistamos a militantes de partido, si queremos estudiar a los
delincuentes, entrevistamos a algunos delincuentes. Sin embargo, podemos decidir
entrevistar a personas no en calidad de parte del fenómeno estudiado, sino en cuanto
conocedores y expertos de este fenómeno, del cual tienen una visión directa y profunda
que les coloca en una posición privilegiada de observación.
En un estudio sobre la cárcel terapéutica en Gran Bretaña, los autores entrevistaron a
640 presidiarios, a varios miembros de personal de la prisión, tales como asistentes
sociales, funcionarios, médicos y psicólogos.
Otras veces el observador privilegiado forma parte de la población objeto de estudio,
pero ocupa en esta una posición especial: pensemos por ejemplo en un líder de opinión
o en líder de comunidad, al que se entrevista porque refleja las opiniones del grupo al
que pertenece. O bien, por sus experiencias personales, tiene un conocimiento
particularmente profundo del objeto de estudio.
A menudo se recurre a los observadores privilegiados en la fase preliminar de la
investigación, cuando aún nos encontramos en el momento exploratorio de definición
de los contornos del objeto de estudio. También se suele acudir a ellos para esta misma
función cuando el planteamiento de la investigación es de tipo cuantitativo: por
ejemplo, si se tiene intención de recoger los datos mediante una encuesta por muestreo,
y antes de plantear el cuestionario se quiere analizar el fenómeno estudiado preguntando
a quienes lo conocen bien.
Un caso en el que la entrevista a los observadores privilegiados reviste una importancia
documental esencial es el de la investigación de tipo etnográfico. Este tipo de
investigación se basa sobre todo en la observación participante.
Es evidente que las entrevistas a los observadores privilegiados son completamente
heterogéneas y no comparables entre sí: cada una es un caso en sí misma, tiene una
evolución y un enfoque propio. Esto se debe a que los personajes entrevistados son
muy distintos entre sí, y cada uno de ellos tiene una historia distinta que contar.

Entrevista de grupo (focus group).


En determinados casos la interacción – y en particular la interacción de un grupo- puede
aportar profundizaciones y favorecer la comprensión del investigador.
Por ejemplo, con el fin de entender el fenómeno de la violencia en los estadios de
fútbol, puede resultar útil reunir en una habitación a diez integrantes de grupos ultras y
mantener con ellos una discusión acerca del porque de los actos de violencia. De la
discusión pueden surgir motivaciones que no habrían salido a la luz en coloquios

6
individuales: además, ésta puede hacer aflorar la intensidad de los sentimientos,
facilitando las comparaciones entre distintas posiciones.
De la discusión colectiva, de los enfados de los participantes y de su debate, puede
emerger la fuerte carga emotiva de la contraposición entre grupos que actúan en el
mismo terreno.
Como afirma Blumer, “un número limitado de personas reunidas para discutir en grupo
resulta mucho más útil que una muestra representativa. Un grupo de tales
características, en el que cada uno discuta colectivamente su parte de vida y se vea
obligado a profundizar en ella en el ámbito de una discusión y con el disentimiento de
los demás, contribuirá a alzar los velos que esconden la realidad social más que
cualquier otra técnica que yo conozca”.
Merton propuso por primera vez las entrevistas de grupo “en primer lugar las personas
entrevistadas deben haber sido implicadas en una determinada situación: han visto una
película, han escuchado un programa de radio... , han participado directamente en un
determinado acto social”
A partir de esta experiencia en común las personas son entrevistadas en grupo por un
investigador que previamente ha estudiado el acontecimiento objeto de estudio y que
estimula y dirige la discusión de tal forma que haga aflorar las distintas interpretaciones,
las reacciones emotivas, las valoraciones críticas: se trata, de un debate enfocado en un
acontecimiento determinado.
Ya Malinowski las utilizaba en sus investigaciones antropológicas.
Se hace gran uso de ellas en el campo del marketing.
En general, un focus group está constituido por una decena de personas, cantidad
suficiente para que puedan verse representadas distintas posiciones, pero al mismo
tiempo limitada para permitir la interacción entre todos los participantes.
En general se trata de que las personas llamadas a formar parte del grupo sean más bien
homogéneas. Además es imprescindible el requisito de que todos los participantes estén
familiarizados con el tema objeto de la discusión.
Por último, no puede subestimarse la rentabilidad de la entrevista de grupo:
aproximadamente en el tiempo que se emplea para entrevistar a una persona, se puede
entrevistar a diez. El instrumento de la entrevista de grupo resulta útil de cara a la
comprensión del fenómeno estudiado y no tanto a su documentación.

10.4 CONDUCCIÓN A LA ENTREVISTA

Saber realizar una entrevista cualitativa es un arte difícil. La parte más difícil no es el
consentimiento del entrevistado sino “hacer hablar” al entrevistado, lograr provocar un
relato fluido en el que el entrevistador se limite a escuchar y a realizar de vez en cuando
alguna pregunta de aclaración o alguna intervención cauta para reconducir la
conversación a los temas centrales; consiste en conseguir acceder sino a la profunda, al
menos al mundo de las emociones y de los sentimientos de la persona entrevistada, a
sus más genuinos pensamientos. El entrevistador puede lograr establecer con él una
relación de confianza, no como profesional, sino como persona. La entrevista cualitativa
no es una mera obtención de informaciones, sino un proceso de interacción social entre
dos individuos. Por ello no resulta fácil dar reglas generales de actuación.
Algunas sugerencias:

Explicaciones preliminares El problema principal lo constituye la desconfianza inicial


del entrevistado y su inseguridad ante una situación nueva y desconocida. En el caso de
la entrevista cualitativa este problema es menor, ya que suele llegar a la entrevista con

7
una mayor preparación: el entrevistador no es un desconocido que llama a su puerta,
sino que previamente ha habido un proceso de acercamiento (llamada telefónica, carta
de presentación... ) lo que es posible gracias al menor número de contactos necesarios
en la entrevista cualitativa respecto a la encuesta con cuestionario (que permite cuidar
más cada caso), y por el hecho de que al tratarse de una entrevista en profundidad, es
necesario resolver todas las posibles dudas y motivos de desconfianza.
El problema en el contacto inicial no consiste tanto en superar la desconfianza del
entrevistado como en hacerle entender qué es lo que queremos de él. Se tratará de
describirle explicitamente el objetivo de la investigación, explicarle por qué le hemos
escogido a él y por qué le haremos determinadas preguntas que pueden ser personales,
justificar en su caso el hecho de que grabemos la conversación...

Preguntas primarias. Según las distinción que Kahn y Cannel hacen entre preguntas
primarias y preguntas secundarias, aquéllas son las que introducen un nuevo tema o
bien abren un nuevo interrogante, mientras que las “preguntas sencundarias” tienen
como finalidad articular y profundizar el tema de la pregunta primaria. Utilizando una
clasificación de Spradley, referida a lo que él llama entrevista etnográfica pero que
puede aplicarse a cualquier contexto de entrevista cualitativa, podemos distinguir tres
tipos de preguntas primarias:
Preguntas descriptivas, ¿me puede hablar de su trabajo?
Preguntas estructurales, descubrir como estructura su pensamiento el entrevistado ¿me
puede decir que tipo de personas para usted?
Preguntas de contraste, basadas en una comparacion ¿ qué diferencia hay entre un
tractorista y un motorista?
Preguntas exploratorias. No son verdaderas preguntas, sino estímulos que tratan de ser
neutrales y que tienen como función animar al entrevistado a continuar, a que no esté a
la defensiva, a profundizar en la cuestión a dar más detalles.
Repetición de la pregunta. A veces basta con repetir la pregunta, bien formulándola de
forma distinta o bien haciendo hicapié en determinadas palabras.
Repetición de la respuesta o de una síntesis de las últimas respuestas (acción eco). Se
trata de retomar las últimas respuestas del entrevistado, con sus palabras o con una
síntesis nuestra, para invitarlo a profundizar en ellas o aclararlas.
Estímulo, expresión de interés.
Pausa. A veces dejar pasar algún segundo de silencio, sin preocuparse de llenarlo
enseguida por temor a crear malestar, puede favorecer que se genere confianza por parte
del entrevistado; otras veces el momento de cierta incomodidad creada por la pausa
hace que el entrevistador se sienta obligado a romper la situación retomando su
narración con más detalles.
Solicitud de profundización. A veces es necesario pedir al entrevistado más
explicitamente que suspenda la narración, para aclarar o profundizar algún extremo.
Lenguaje. En el caso del cuestionario el problema del lenguaje se planteaba en términos
de claridad y de comprensibilidad, puesto que la estandarización del instrumento exigía
una cuidados selección de formulaciones que resultaran comprensibles para todos. En la
entrevista cualitativa el problema del lenguaje no se plantea en estos términos, ya que el
estilo lingüístico de las preguntas puede variar en función del sujeto.
“Si el entrevistador y el entrevistado “hablan el mismo lenguaje”, es muy probable que
tengan experiencias parecidas y por tanto es mucho más probable que puedan
entenderse el uno al otro”. Kahn y Cannel

8
A menudo el entrevistador se presenta con la apariencia y el lenguaje propios de un
investigador y como tal es aceptado, siempre que se muestre auténticamente interesado
y el entrevistado pueda percibirlo como una persona que sabe comprenderlo.
Papel del entrevistador. En la entrevista cualitativa el entrevistador desempeña un papel
no sólo central, sino además determinante. En el enfoque constructivista de la
investigación social, en el hecho del paradigma interpretativo de la entrevista, ésta es
entendida no como una operación de “recogida de datos”, en la que el entrevistador
registra las opiniones del entrevistado, sino como una relación dinámica en la que la
entrevista se “construye” conjuntamente por el entrevistador y el entrevistado, y su
resultado depende en gran medida del vínculo empático que se haya instaurado entre los
dos interlocutores.
La función del entrevistador está llamada a desarrollar una función activa de orientación
de la entrevista, dirigiendo la comunicación hacia sus objetivos: el entrevistador
“premia de forma sistemática las respuestas completas y exhaustivas… pertinentes
respecto a los objetivos de la entrevista, y tiende a desanimar las comunicaciones no
pertinentes para estos objetivos. Debe tener cuidado de que estas actitudes de animar y
desanimar no se transformen, de simples limitaciones de campo, en alteraciones del
pensamiento del entrevistado.
La labor del entrevistador cualitativo es mucho más laboriosa que la del entrevistador
que utiliza un cuestionario. Lo que se le pide va mucho más allá de la simple diligencia
de seguir fielmente detalladas instrucciones. Se le pide sensibilidad, intuición,
capacidad de identificarse con la personalidad del interlocutor, experiencia en las
relaciones humanas y, no en último lugar, un profundo conocimiento del problema
objeto de estudio.
En último término, en la entrevista no estructurada, será el propio investigador quien
lleve a cabo las entrevistas directamente, sin utilizar entrevistadores o sirviéndose de
ellos sólo de forma muy limitada, trabajando en este caso con ellos codo con codo en
una interacción continua durante toda la fase de realización de las entrevistas.
Esta regla de realizar la entrevista en primera persona – o como máximo con la ayuda de
un limitado número de colaboradores que pueden calificarse de coinvestigadores más
que de investigadores – es válida sobre todo para las entrevistas semiestructuradas o no
estructuradas. El criterio es menos vinculante en el caso de las entrevistas estructuradas,
cuando la existencia de una estandarización de las preguntas reduce la libertad del
entrevistador, y permite encargar las entrevistas a personal ajeno al equipo de
investigación, lo que (a su vez) implica obtener muestras incluso de dimensiones
considerables.
Naturalmente, establecidas estas premisas, las entrevistas cualitativas pueden realizarse
exclusivamente en una relación cara a cara (con las entrevistas telefónicas, postales,
telemáticas y similares pueden únicamente suministrarse cuestionarios ). Además, como
regla general, éstas deben grabarse siempre. La solución alternativa, al menos en la
entrevista estructurada, consistente en transcribir durante la entrevista un resumen de la
respuesta, debe evitarse, pues ello da lugar a sintesís incompletas, planas, a veces
incomprensibles. Por el contrario, la grabación permite conservar la narración del
entrevistado en su forma original y completa. A la hora de transcribir las cintas se
recomienda seguir siempre un criterio de transcripción integral, insertando incluso las
formas dialectales, los errores de sintaxis, las frases entrecortadas, etc., ya que son
precisamente estos aspectos del lenguaje hablado los que hacen más viva y
comunicativa la entrevista.
Es necesario añadir que la utilización de una grabadora permite al entrevistador
concentrarse en la conversación y mantener con el entrevistado una relación más

9
natural, lo que sería casi imposible si tuviera que tomar apuntes. Es cierto que la
presencia de la grabadora podría en algunos casos inhibir la libre expresión del
entrevistado, pero en la mayor parte de los casos no sucede tal cosa y la presencia de la
grabadora, si bien puede crear alguna incomodidad inicial, se va olvidando a medida
que avanza la entrevista.

10.5 ANÁLISIS DEL MATERIAL EMPÍRICO

10.5.1. El análisis de tipo cualitativo. (ver capítulo 2 epígrafe 3.3 y 3.4)

Una vez que las entrevistas han sido efectuadas, grabadas y transcritas, llega el
momento de analizarlas, interpretarlas y redactar el informe de investigación.
Análisis cualitativo de las entrevistas.

El análisis de los datos se centra en los sujetos y no en las variables, como sucede en la
investigación cuantitativa. El criterio debe ser por tanto de tipo holístico, en el sentido
de que el individuo es observado y estudiado en su totalidad, en la convicción de que
cada ser humano es algo más que la suma de sus partes. El objetivo del análisis es
comprender a las personas, más que analizar las relaciones entre variables.

La presentación de los resultados se produce según una perspectiva narrativa, en el


sentido de que se desarrolla a través de relatos de episodios, descripción de casos, a
menudo utilizando las mismas palabras de los entrevistados para no alterar el material
recogido y transmitir al lector la inmadietez de las situaciones estudiadas. La forma
estándar de proceder en la presentación de los resultados es la siguiente: se desarrolla un
razonamiento, y para apoyarlo y explicarlo se reproduce un fragmento de entrevista.

Las síntesis y las generalizaciones toman a menudo forma de clasificaciones y


tipologías, la forma de utilizar y de analizar el material empírico procedente de una
investigación de tipo cualitativo es esencialmente unitaria, y no cambia en función de
que éste proceda de observación participante, de entrevistas, o de que se trate de
material documental de otro tipo.

10.5.2. El análisis de tipo mixto (cuantitativo y cualitativo)

El elemento que distingue propiamente la investigación cuantitativa de la cualitativa lo


constituye la presencia o no de la matriz de datos. Dijimos entonces que la matriz de
datos, en tanto que organización estandarizada de las respuestas, implica una premisa de
clasificabilidad y uniformidad de las actitudes y comportamientos humanos que es
incompatible con el planteamiento individualista.
Sin embargo, existe una determinada forma de recogida de datos en la que conviven los
dos tipos de criterios: se trata del caso de la entrevista estructurada. En la entrevista
estructurada las preguntas son preestablecidas, y las respuestas, abiertas. Ello implica
que a todos los entrevistados se les piden las mismas informaciones, si bien se les deja
libertad para exponerlas como mejor crean y para articularlas a su gusto. Esta base
informativa común puede hacerse uniforme a través de un procedimiento de
codificación.
La conversación se grababa. Posteriormente se codificaban las preguntas, tomando en
consideración no las respuestas a cada una de las preguntas, sino asignando un juicio
global a un bloque de preguntas.

10
Nótese que lo que se clasifica y codifica es sólo una parte de la entrevista, la parte, por
así decirlo, común a todos los casos; una especie de mínimo común denominador, que
puede incluso ser muy reducido. Cada entrevista tiene además una parte específica
propia, distinta en cada uno de los casos, que no debe perderse. De hecho, el análisis del
material empírico se realiza siguiendo una doble vía: por un lado, los datos
estandarizados son analizados con los instrumentos clásicos de la estadística; y por otro,
los textos integrales de las transcripciones son analizados según las modalidades
características de la investigación cualitativa. Es necesario decir que este modo de
cuantificar los datos cualitativos no se limita al caso de la entrevista estructurada. Cada
entrevista cualitativa puede tener una parte de temas comunes, de los cuales pueden
extraerse informaciones relativas a todos los entrevistados. Los autores, al final de la
recogida de datos, sometieron los textos de las entrevistas a una “comisión” formada
por tres jueces, que releyeron los textos y rellenaron para cada sujeto un cuestionario de
preguntas cerradas, relativas a las cuestiones que habían abordado todos los
entrevistadores.
Esta intervención de cuantificación tiene sentido únicamente cuando estamos ante
muestras de gran tamaño, lo cual es raro si se trata de entrevistas no estructuradas.
La codificación de las respuestas constituye un paso crucial de este procedimiento. Está
claro que se trata de un trabajo que sólo puede ser realizado por un grupo reducido de
personas, capaces de interactuar estrechamente y establecer criterios de clasificación y
de juicio comunes. En la mayor parte de los casos son los propios investigadores del
equipo quienes efectúan las codificaciones. Resulta indispensable una coordinación muy
estrecha por parte de los investigadores. Además, para evitar la posibilidad de
encontrarse al final con algunas entrevistas que carezcan de las informaciones que se ha
decidido codificar en la matriz de datos, se aconseja establecer el esquema de
codificación antes de empezar las entrevistas, de forma que todos los entrevistadores
sepan cuáles son las informaciones que deben solicitar.

10.6 FALTA DE ESTANDARIZACIÓN E INTERACCIÓN

La falta de estandarización constituye al mismo tiempo el punto de fuerza y de debilidad


de las entrevistas cualitativas. Al plantear pocas obligaciones al entrevistador, le permite
adentrarse en caminos imprevistos, elaborar y explorar nuevas hipótesis sobre el
fenómeno estudiado, yendo más allá de la formulación originaria del problema. Al
conceder al entrevistado plena libertad de expresión, le coloca en condiciones de
resaltar su punto de vista utilizando sus propias categorías mentales y su propio
lenguaje. Es un instrumento especialmente adecuado para el descubrimiento y para la
comprensión. Al mismo tiempo, la falta de estandarización hace muy problemática la
valoración cuantitativa de los fenómenos estudiados y la comparación.
Si bien a través de la entrevista cualitativa conseguimos identificar las razones, es difícil
cuantificar el peso de las diversas motivaciones, y resulta igualmente difícil realizar
comparaciones.
Así, la falta de estandarización conlleva una dificultad para realizar comparaciones y
comporta asimismo una dificultad de síntesis.
Pero incluso en el supuesto de que se consiguiera contar y comparar, seguiría siendo
difícil inferir conocimientos sobre una población más amplia, por el pequeño número
de los casos estudiados. La entrevista cualitativa, precisamente por sus exigencias de
profundización, no puede realizarse sobre muestras demasiado grandes.
El número de casos entrevistables se reduce porque las conversaciones requieren
tiempo. A ello se añade el tiempo de preparación de las entrevistas: es necesario

11
identificar y localizar a las personas, explicarles la finalidad de la entrevista, superar las
barreras de desconfianza, hay que fijar las citas en lugares tranquilos. Todos ellos
aspectos muchomás laboriosos en la entrevista cualitativa que en la entrevista con un
cuestionario. De ahí que la primera requiera una labor mucho mayor.
Por consiguiente, si no se estandariza es más difícil comparar, es más difícil contar, es
más difícil inferir de la muestra estudiada conocimientos sobre una población más
amplia. Naturalmente, estas desventajas son ampliamente compensadas por el hecho de
que la entrevista cualitativa permite “llegar hasta el fondo” descubrir lo escondido y lo
imprevisto.
Pocos investigadores niegan la utilidad de la entrevista en profundidad en la
investigación social. Son dos los argumentos que se aducen en su defensa, según se
inspiren en el paradigma de derivación positivista o en el interpretativo. Un argumento
alegado, es que la entrevista cualitativa puede ofrecer aportaciones en la fase
exploratoria de la investigación.
También se recurre a la entrevista cualitativa en la investigación social de inspiración
cuantitativa para profundizar, tras la recogida de dos datos a través de técnicas
cuantitativas, en un determinado tema surgido: tanto para darle trascendencia, color y
visibilidad ante el lector con auxilio de fragmentos de entrevista, como para profundizar
en un tema que no ha sido suficientemente explorado en el cuestionario. O bien si a
partir del análisis de los cuestionarios se revela importante un tema que se había
descuidado, se puede decidir profundizar en él con una serie de nuevas entrevistas ad
hoc.
En todos estos casos la entrevista cualitativa desempeña un papel auxiliar en la
investigación cuantitativa. La principal base empírica está constituida por los
cuestionarios, y la fase cualitativa sólo sirve para preparar la investigación cuantitativa o
para ofrecer apoyo pictórico a sus conclusiones, del mismo modo que se haría con una
ilustración, o bien para aclarar algunos aspectos que los datos cuantitativos han dejado
en la sombra.
En el lado opuesto, para los investigadores que se inspiran en el paradigma
interpretativo, la entrevista cualitativa constituye, de entre las técnicas basadas en la
interrogación, la única vía para una comprensión auténtica de la realidad social. El
paradigma interpretativo, como ya sabemos abandona por falso y desviador el mito de la
objetividad de los hechos sociales, a favor de una visión “constructivista” de la
investigación, en la cual los datos no son “recogidos”, sino que son “generados” por la
interacción entre el que estudia y el que es estudiado.
Más que un “acto de observación”, la entrevista constituye un acto de interacción, a
través del cual el investigador accede directamente, de forma no muy distinta a la del
observador participante, al mundo vital del entrevistado. Alcanzado esa “visión desde
dentro” que para el investigador inspirado en el paradigma interpretativo constituye la
única forma verdadera de conocimiento social.
Schwartz y Jacobs “La única realidad social “verdadera” es la vista desde el interior. Si
se quieren comprender los fenómenos sociales, es necesario que el investigador
descubra “la definición de la situación” dada por el actor, es decir, su percepción y su
interpretación de la realidad, y la relación de ambas con su comportamiento. En esta
perspectiva, los significados sociales (que orientan el comportamiento) no se agotan en
las actividades, instituciones u objetos sociales en cuanto tales.”

12

Vous aimerez peut-être aussi