Vous êtes sur la page 1sur 1

14 / OPINIÓN EL PAÍS, lunes 17 de junio de 2002

En defensa de la educación
Del Castillo y su equipo vienen nes nos consideramos iguales,
a salvarnos de una profunda cri- pero para una sociedad que ha
sis de la educación, al parecer ampliado el ámbito de la igual-
manifiesta, sobre todo, en el es- dad y ha elevado la educación a

pública amenazada
cándalo de que el 25% de los derecho y deber social.
estudiantes no termine con éxi- Pero, por más que la educa-
to la ESO. Preocupante porcen- ción sea un derecho social o el
taje, pero el mismo que, en víspe- sistema un servicio público, su
ras de la LOGSE, abandonaba materialización exige recursos
el bachillerato en los dos prime- MARIANO FERNÁNDEZ ENGUITA que han de distribuirse por las
ros cursos y a la misma edad, vías habituales: mercado y Esta-
aunque a él había llegado poco do, pues no hay otras que funcio-
más de la mitad de la cohorte. Y nen a gran escala. Porque Espa-
el mismo que terminaba sin éxi- será el basurero del sistema: en- las de dichas áreas en los no obli- como vendetta partidista algo ña es una economía mixta y por
to la EGB, éste sobre la cohorte señanzas residuales conducen- gatorios; los centros concerta- que afecta a intereses de Estado: el peso del catolicismo, esto se
total, pero con catorce años pre- tes a los márgenes del empleo. dos no estarán obligados a ofre- la cohesión social y la conviven- ha traducido en una doble o tri-
vistos, no dieciséis. La compara- Lo más parecido que cabe cer el itinerario oculto, incluso cia democrática. Donde el pen- ple red escolar: estatal, concerta-
ción adecuada sería con la pri- encontrar a los itinerarios (sin podrán ser exonerados de algu- samiento único del Gobierno da y privada. Pero lo que en su
mera hornada de la ley de 1970: basurero) son los antiguos curri- no de los tres oficiales, y los es- no ve más que el momento de momento pudo ser una herencia
de 100 alumnos que acabaron culum tracks de la escuela se- trictamente privados no ten- echar abajo una ley socialista, y de las dos Españas hoy es ya un
en 1975 la EGB tuvieron éxito cundaria superior norteameri- drán obligación alguna. Sé que la respuesta monocorde de algu- simple fenómeno de dualización
68, y en los años sucesivos se cana —la (senior) high school, alguna comunidad ya piensa en nos de sus críticos sólo el enési- similar al de otros ámbitos del
matricularon 54 en 1º de BUP, de 15 a 18 años—, que dividían centros especializados donde mo ataque contra la escuela pú- Estado social. A un lado, los
46 en 2º y 39 en 3º, terminando a los alumnos en un itinerario reunir a todos los alumnos de blica, lo que hay es, en realidad, que pueden pagarse la satisfac-
ese año 27, pasando 23 al COU académico (college prepara- una zona asignados al basurero. un cuestionamiento de la educa- ción de sus derechos en las mejo-
y aprobando 16. Otros 32 se ma- tory), otro profesional (vocatio- Se abre, pues, no sólo la posibili- ción pública, es decir, de la consi- res condiciones —escuela
tricularon en 1º de FP, 22 en 2º y nal) y un tercero indefinido (ge- dad de volver a la vieja dualidad deración de toda educación co- privada— o pagarse la diferen-
terminaron a tiempo 8. Y aban- neral). Este sistema ha sido ya entre centros de BUP y de FP, mo un servicio público y de la cia si alguien paga la parte co-
donaron otros 14. ¿Son éstos los casi abandonado: en 1965 lo sino de crear, junto a ellos, cen- primacía en ella del interés públi- mún —escuela concertada—; al
tiempos gloriosos que arruinó practicaban el 93% de las escue- tros de élite libres de cualquier co. Entendiendo por servicio pú- otro, los que deben recibirlos ple-
la reforma? Si para algo habría las; en 1991, el 15%. Ello (más alumno difícil y centros concen- blico la oferta, a todos, con inde- namente del erario público
motivos es para un optimismo elocuente aún dada la autono- tracionarios, donde se apilarían pendencia de la clase, el género, —escuela pública o estatal—
moderado, aunque vigilante y mía de los centros en EE UU) éstos. Como, además, se deja pa- la nacionalidad, la etnia o la ca- (igual sucede con la sanidad o
activo, es decir, para intentar ir se debió a la convicción de que sar la oportunidad de exigir a pacidad económica, de unos re- las pensiones). Si se les deja ha-
más lejos con el ánimo de haber discriminaba a los alumnos de los centros privados concerta- cursos suficientes para asegurar cer, ni el Estado ni el mercado
avanzado y abiertos a los cam- minorías étnicas y de clase obre- dos, como condición para obte- cierto nivel de logro educativo. garantizan el servicio público
bios necesarios. ra, sobrerrepresentados en el ner y mantener los conciertos, e En el mundo occidental, con ex- ni, por tanto, el derecho a la
¿Y qué se propone frente a track profesional y, a menudo, incluso a los no concertados co- cepción de la Europa central de educación. La convención con-
ello? La panacea son tres itinera- orientados a él por prejuicios mo condición para su autoriza- habla o influencia alemana (y sistía en no dejarles, sino empu-
rios reconocidos en segundo ci- docentes ajenos a su rendimien- ción, la admisión e integración no toda), esto se ha traducido jarlos hacia el buen camino: su-
clo de la ESO, a los catorce to. Hoy se considera que su des- de alumnos de minorías, con ne- en llevar el tronco común hasta fragando la demanda en la es-
años, y uno oculto en toda ella. mantelamiento ha sido muy be- cesidades educativas especiales, el límite del periodo obligatorio, cuela concertada y regulando la
Reconocidos, los de ciencias, hu- neficioso para las minorías, au- etcétera, es decir, su participa- normalmente los dieciséis años oferta tanto en ella como en la
manidades y tecnología; es de- mentando notablemente sus ción en el esfuerzo solidario, (es decir, en lo que inició la ley privada, y contrarrestando el po-
cir, un trasunto de los viejos ba- oportunidades, aunque no tan- hay que pensar que se pretende de 1970 y culminó la de 1990), der del Estado con la participa-
chilleratos de ciencias y letras to para las familias más pobres abrir la puerta a un dejar hacer aunque con mecanismos de aten- ción del público en la estatal.
más una tercera vía hacia la for- de todos los grupos, que siguen a través del cual, definitivamen- ción a la diversidad. Y enten- Pues bien, las opciones del pro-
mación profesional (ya bajo la igual (véase S. R. Lucas, Trac- te, los centros públicos (más al- diendo, asimismo, como parte yecto van, siempre, en sentido
Ley de 1970 muchos alumnos king inequality, 1999). En el Rei- guno privado de vocación so- esencial del interés público el contrario, en el sentido de dejar
de FP-II no venían de FP-I, si- no Unido, con una larga tradi- cial) se quedarán a todos los aprendizaje en las aulas de la a la enseñanza privada jugar li-
no del BUP). Pero a estos tres ción, también en declive, de alumnos difíciles, mientras que convivencia con una gama de bremente en el mercado (especia-
itinerarios nobles, aunque de va- agrupamiento por capacidades, los privados (más alguno públi- otros (por su aspecto, sus creen- lización, evitación de minorías),
lor desigual, se añade un cuarto, el estudio más reciente (J. Ire- co de vocación selectiva) se limi- cias, sus capacidades…) que ca- incluso con dinero público, y exi-
o tal vez más, formado por una son y S. Hallam, Ability grou- tarán a los fáciles. En los extre- si nadie podrá encontrar en su mir a la enseñanza estatal del
nebulosa de alumnos que po- ping in education, 2001) conclu- mos, unos crecerán en burbujas, familia ni, en muchos casos, en control democrático (reducción
drán ser apartados desde 1º de ye que trae tantos perjuicios co- al abrigo de la realidad social, y su vecindario: hacer de la escola- de los consejos escolares a órga-
la ESO hacia grupos de refuerzo mo beneficios y es menos eficaz otros en guetos, alejados de las ridad una experiencia de digni- nos consultivos y de la elección
que no significarán sino su segre- que otras medidas para mejo- mejores oportunidades. dad, reconocimiento mutuo y del director a una cuestión entre
gación y estigmatización (pues rar la calidad. El proyecto incluye, envuel- convivencia en democracia, al- la Administración y el claustro).
no hay refuerzo alguno sin nada A esta segmentación dentro tas en la retórica de la calidad, go que nuestra sociedad necesi- Los perdedores: el público y lo
que pueda considerarse ni más de cada centro se añade otra no otras medidas —algunas lamen- ta como el aire que respiramos. público, o sea, la idea misma de
ni mejor) y a programas de ini- menos drástica entre los cen- tables, como la liquidación de En suma, la educación pública la educación pública.
ciación profesional en los que se tros. Éstos podrán especializar- los consejos o la vuelta de la (frente a los preceptores priva-
podrá ingresar o ser ingresado a se en ciertas áreas del currícu- catequesis, y otras saludables, dos) que ya defendieran Rous- Mariano Fernández Enguita es cate-
los quince y que se anuncian lum, ponderando su peso relati- como reforzar la dirección, y las seau (Considérations sur le drático en la Universidad de Sala-
con altavoz para inmigrantes vo, así como seleccionar a los más, simplemente discutibles—, gouvernement de Pologne...) y manca y miembro del Foro de Jabal-
con “graves dificultades de adap- alumnos por sus notas en cual- pero ninguna tan grave como és- Kant (Pädagogik), o sea, la edu- quinto. Autor de Educar en tiempos
tación”. Puede anticiparse que quier nivel y, en particular, por ta. El error esencial es concebir cación en común de todos quie- inciertos.

Durante mucho tiempo he televisivas nos ofrecen a diario rraciones profesionales. La histo-
Viene de la página anterior
para reflexionar sobre los puntos El oficio pensado que, siendo muy impor- lamentables ejemplos. El perio- ria del Watergate, la de sus prota-
aquí aludidos. Tanto o más que tante la contribución del caso dismo de investigación no puede gonistas, debe servirnos también
los partidos políticos y la repre- de periodista Watergate a la historia de la convertir a los periodistas ni en para eso: para apreciar la humil-
sentación parlamentaria, la liber- prensa y de la libertad en gene- espías ni en delatores. Tampoco dad difícil con la que es preciso
tad de expresión es condición bá- ral, su mitificación había genera- en ladrones. La invasión indiscri- ejerzamos nuestra tarea, apren-
sica para el establecimiento de de- nos / no decirnos la verdadera do no pocas desgracias. Entre las minada y abusiva de la vida pri- der a separarnos de los fastos del
mocracias prósperas y sólidas. Es- identidad del garganta profunda, mayores de ellas puede situarse vada que muchas veces se come- palacio y apearnos de los balco-
tas son obviedades demasiadas la fuente primordial de las revela- la obsesión de algunos colegas te jurando en falso el nombre de nes y tribunas desde los que nos
veces olvidadas por el poder, que ciones del caso. Algún otro de los míos por derribar y encumbrar la libre expresión, el recurso a la saluda el poder. Al fin y al cabo,
tiende hacia la autosatisfacción y presentes comentó el destino per- presidentes a su antojo, misión utilización de métodos que en el éxito del Washington Post, su
el onanismo, parapetándose en sonal de los dos héroes de la histo- del periodismo que no he encon- una democracia sana deben es- contribución a un cambio de
los votos recibidos antes que hon- ria, los periodistas Bernstein y trado reseñada en el código mo- tar reservados a la caución y deci- rumbo en la historia política de
rando el libre albedrío de quienes Woodward. El primero ha deveni- ral arriba escrito. La decidida vo- sión judicial como son las graba- la humanidad, se debe sobre to-
se los otorgaron. Yo estuve con do en pope de la profesión, dicta cación de gran parte de la prensa ciones clandestinas, la provoca- do a la perspicacia, los contactos
Nixon años después del escánda- conferencias y escribe libros, algu- española por intervenir activa- ción a cometer irregularidades y y la persistencia profesional de
lo, con ocasión de la publicación nos tan apasionantes como Su mente en las reyertas y conspira- corrupciones para así demostrar un reportero dedicado a la infor-
de un libro suyo en España. Me Santidad, la biografía del papa ciones del poder, poniendo en su existencia, la utilización del mación local con buenos contac-
pareció un hombre amargado, Wojtyla, texto en el que me sumer- juego con gran descaro intereses engaño y la mentira como méto- tos con la comisaría de turno.
rencoroso y cerril, incapaz de en- gí a sugerente instancia de Ga- de la empresa o de los periodis- dos de trabajo, son cosas que per- Seguir teniéndolos es la obliga-
tender que la gloria del éxito de briel García Márquez y que reco- tas que toman las decisiones, es miten suponer que algunos perio- ción primera de todo el que se
su política exterior pudiera haber- miendo a todo el que se interese lo que permite que se mantenga distas de esos que se llaman agre- desempeñe en el oficio de perio-
se mancillado por las sucias tri- por las miserias del poder tempo- su carácter provinciano y atípi- sivos están convencidos de que el dista. Todo lo demás, la gran filo-
quiñuelas que empleó para ven- ral de la Iglesia. Woodward sigue co, marginal, en el panorama ge- fin justifica los medios. Ésa es la sofía de estos temas, el mundo
cer y desacreditar a sus adversa- oficiando de reportero, al parecer neral de los medios de opinión raíz y la esencia del pensamiento de las importancias y las reveren-
rios políticos. Con Ben Bradlee y con el mismo entusiasmo y deci- pública europeos. Otra lacra no totalitario, por lo que, si quere- cias, la vanidad del triunfo y la
unos amigos cené la semana pasa- sión con que se empleaba cuando menor es la perversión injustifi- mos que el periodismo del futu- pretenciosidad del pensamiento,
da en París. A sus 80 años estaba joven, lo que le convierte en uno cada que ha terminado por pro- ro siga cumpliendo el rol social es algo que viene luego, a remol-
radiante de juventud y felicidad y de los más temidos y apreciados ducirse del periodismo de investi- que le compete, debemos huir co- que de una lacónica y escueta
jugueteaba como un niño a decir- periodistas de la ciudad. gación y de la que las cadenas mo de la peste de semejantes abe- nota policial.

Vous aimerez peut-être aussi