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La Agenda Escolar: ¿sabemos utilizarla?

Mucho he leído y he oído sobre la Agenda Escolar, sobre su utilidad o también sobre su
"inutilidad", pero en realidad sabemos utilizarla los profesores como herramienta?.

La Agenda necesita de formación como todo en esta vida, hay que formar primero al
profesorado para su uso, pero no para el uso de escribir o dejar mensajes en un día
determinado, sino en como un Colegio puede utilizarla del mismo modo en 1º que en 6º,
lo que podría llamar unificación de uso.

¿Por qué?, pues porque el alumno se acostumbra a seguir la misma rutina dentro del
Colegio dessde que es pequeño hasta que está en 6º de primaria.

Yo considero que la agenda es un medio más, de los que disponemos, de comunicación


con la familia y una herramienta de recuerdo y control para el niño /a.

El niño anota fechas de sus controles y tareas.


El profesor anota el mensaje que quiere transmitir a la familia.

Lo que no puede la Agenda es sustituir a la organización del trabajo del alumno, por
ello me inclino a pensar en una organización dentro del centro escolar que permita al
niño ser PRODUCTIVO (si esa palabra tan famosa), ser organizado en sus tareas
diarias.

Si abro la Agenda recordaré el día de un Control y el tema del mismo, pero debo
generar un sistema que me permita haber resuelto mis deberes, mis tareas, etc.

Hoy en la escuela debemos parar un tiempo y recapacitar sobre que enseñamos


contenidos, materias, valores, etc, pero ¿enseñamos a organizarse a los niños?, creo que
no, debemos plantear este reto en el Centro, ya que si mejoramos la productividad de
nuestros alumnos, también mejoraremos sus resultados académicos.

Publicado por Cuaderno de Ricardo en 18:04 1 comentarios


domingo 18 de octubre de 2009

La importancia de la revisión en la Organización diaria.

Si organizarse laboralmente es una cuestión prioritaria, pero difícil de solventar si no se


tienen las líneas claras, aún es más complicado hacerlo cuando se trabaja en movilidad,
con trabajos que llegan de muy diferentes “jefes” o lugares y con un equipo disperso
geográficamente. Son factores que se añaden a la dificultad de mantener un sistema de
trabajo organizado, con un sentido claro y lejos de presiones.

En su influyente método, David Allen, creador del GTD, explica que la única manera de
conseguir que el sistema funcione es a base de revisiones de todo el proceso de trabajo y
de lo que contiene nuestro sistema de confianza. Esto no es sólo aplicable a quienes
utilizan GTD, sino a cualquier trabajador que utilice un sistema de organización, incluso
aunque sea tan sencillo como apuntar una lista de tareas.

Puede parecer de perogrullo o puede que algunos digáis “eso ya se hace cada vez que se
mira el calendario y la lista de tareas”. Lo cierto es que no es así: el proceso de revisión
tiene que ser considerado como una tarea más, debemos dedicarle un tiempo consciente
y no simplemente un vistazo diario. La analogía más sencilla puede ser la de limpiar
nuestra casa: todos los días fregamos los platos y la cocina y hacemos las camas, pero
seguro que nadie puede dejar de dedicarle un tiempo concreto durante cada semana para
limpiarla a fondo y dejarla como nueva.

Exactamente eso es lo que se consigue con las revisiones. En nuestro día a día vamos
acumulando muchísimas ideas, tareas, proyectos y respuestas de correo. Todas ellas las
vamos incorporando a nuestro proceso de trabajo y, aunque queramos irlas completando
una a una, lo cierto es que es inevitable que algunas de ellas se acumulen, que a veces
nos venza la tentación de procrastinar y que el sistema se vaya “ensuciando”.

La revisión, esa limpieza que hacemos, no implica eliminar tareas del sistema porque
sabemos que no las vamos a hacer. Sí, eso también está incluido en el proceso (¿cuántas
veces hemos dejado algo sin leer, a la espera de hacerlo otro día, pero nunca lo
hacemos? Muchas veces, lo mejor es ser sinceros y admitir que NUNCA le prestaremos
la atención), pero hay también que reordenar el proceso de trabajo, comprender dónde
fallamos o por qué se nos acumulan determinadas tareas similares….

Curiosamente, cuanto mejor nos organizamos a la hora de tener en un mismo lugar


todas nuestras tareas, más importante es revisarlas. Hay que irlas reorganizando para
que examinar cada mañana nuestra lista de tareas o nuestro programa GTD no sea ya
empezar cuesta arriba, sino sólo saber por dónde irá nuestro día laboral.

¿Cuándo hacer la revisión de nuestras tareas, deseos y proyectos en activo o estancados?


Lo mejor es dejarlo para un momento en que estemos frescos y no tengamos la presión
del día a día: un momento de nuestra semana laboral en que las distracciones del “aquí y
ahora” no nos lleguen. Por ejemplo, la tarde del último día laboral o un espacio durante
el fin de semana (una hora como mucho) son momentos ideales para desechar, limpiar,
reorganizar y planificar.

Además, yo suelo dedicar la primera hora de la mañana a revisar todo lo que está en
espera o necesita de la acción de alguien para poder ser completado. De esta manera me
aseguro que no hay nada que se haya quedado en el tintero porque alguien no da señales
de vida. Son mini-revisiones de un aspecto concreto que nunca deben sustituir a la
semanal, la verdaderamente importante para que nuestra organización no caiga en el
caos

EL GTD EN UN COLEGIO

¿Qué es el GTD?, el GTD son los términos que utiliza David Allen en su libro que en
español se ha traducido a Organizate con Eficacia (GETTING THINGS DONE).

El Gtd es un sistema Organización para mejorar el aspecto laboral y personal de


aquellos profesionales que lo ponen en marcha. El sistema es sencillo y requiere de 4
pasos básicos para llevarlo a cabo:

1. RECOPILAR.
2. PROCESAR.
3. ORGANIZAR.
4. REVISAR.

Cada uno de estos pasos nos permitirá poner en práctica un sistema de organización que
mejorará nuestra productividad y por consiguiente también nuestra vida personal.

Ahora nos encontramos ante la esperanza que este sistema pueda ser aplicado en la vida
organizativa de un Colegio, para mejorar la productividad, para mejorar el flujo de
información que tiene el Centro y por consiguiente mejorar el rendimiento y
organización de nuestros alumnos /as.

El primer paso es formar al profesorado en un cambio radical de organización y después


llevarlo a clase para de igual modo mejorar la productividad de la clase.

Hoy en día hay miles de BLOGS y de páginas webs dedicadas al GTD y son muchas las
empresas y profesionales que aplican este método para mejorar su rendimiento.

¿SERÁ POSIBLE APLICARLO A LA EDUACIÓN?.....


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