Vous êtes sur la page 1sur 3

Ciudad de Dios (Cidade de Deus)

Ciudad de Dios es un testimonio ficcionado de lo que acontece, desde la década


de los 60 hasta comienzos de los 80, en uno de los barrios bajos de la zona oeste de Río
de Janeiro. El filme se caracteriza por una narración vertiginosa que rompe la línea del
tiempo. En la película se puede analizar por separado la narración no lineal y los
detalles de la edición. La narración es efectuada por Buscapé, un morador de la Ciudad
de Dios, dando saltos desde un momento presente a los años 60, cuando se comienza a
formar el barrio con gente necesitada que busca un hogar para vivir.

Ahí nos cuenta la historia del trío ternura: Alicate, Marreco, hermano de
Buscapé y Cabeleira, hermano de Bené. Tres bandidos que asolaban la Ciudad de Dios,
los cuales siempre iban acompañados de dos pequeños que en la década siguiente se
convertirán en protagonistas de la historia: Bené, hermano de Cabeleira y Dadinho,
quien más adelante será conocido como Zé Pequeno.

Al igual que con el trío ternura, la narración de Buscapé nos va llevando por las
distintas historias de la Ciudad de Dios: Paraiba y el asesinato de Cabeleira, la muerte
de Marreco, el negocio de Sandro “Cenoura”, la toma de control de Dadinho y la guerra
con Mané Galinha, así como sus propias vivencias personales al interior del grupo de
amigos.

La dificultad de la narración que emprende Buscapé es que él sólo podría contar


cosas que ha visto o que le han contado. El punto es que, difícilmente, en algunas
situaciones él habría tenido cómo saber que sucedieron. Sea como fuere, la narración no
lineal de la película obliga al relato a volver sobre los propios pasos. Esto es
particularmente cierto en el episodio, en que Dadinho toma el poder de la favela, el cual
es filmado hasta tres veces desde distintos puntos de vista. Lo mismo podemos decir del
llamado comienzo del fin, en el que Buscapé se topa con la pandilla de Zé Pequeno.
Apreciamos esto, a su vez, en la primera matanza de Dadinho o en el asesinato de Marreco.
La narración de la historia tiene un correlato propiamente cinematográfico en la
edición. La cámara es usada de manera icónica en ciertos pasajes de la película, dando
ritmos particulares a la obra. A semejanza de un cuchillo, aparece la imagen con cortes
y oscuridades al comienzo del filme. Toma la forma de una pistola, cuando muestra
cómo Dadinho se va haciendo hombre y con cada disparo avanza en el tiempo, hasta
llegar a ser Zé Pequeno. Se utiliza como una cámara fotográfica en la presentación del
trío Ternura (con foto fija incluida y sonidos de clic) y sobre el final en la muerte de Zé
Pequeno, cuando la imagen cinematográfica tiene el prisma de una cámara reflex.

En ocasiones, la cámara sigue el ritmo de la música de James Brown o se usa


como cámara en mano, al momento de realizar el atraco en la tienda de armas,
reproduciendo el vértigo de un asalto brutal. A veces la pantalla se parte en dos
mostrando sendas acciones de ciertos personajes, de manera similar a un switcher de
televisión, lo cual prueba la diversidad de recursos empleados en la película.
Un detalle importante de la edición es la construcción de espacios a partir de
encuadres cerrados. Esto permite crear continuidades espaciales, únicamente, mediante
la edición. La Ciudad de Dios, el gran personaje de la película, es presentada por medio
de planos de detalle previos al episodio de la gallina. La matanza del hotel es mostrada
en silencio a través de un barrido, como si las habitaciones estuvieran contiguas unas a
otras. El mismo recurso se usa cuando un carro pasa frente al lente de la cámara y, a
manera de barrido, conecta los años 60 con los 70. La infidelidad de la esposa de
Paraiba empieza con un plano de detalle de un plátano, en vez de un plano general. La
ausencia de un plano general permite que Filé transmita un mensaje de Dadinho a
Cenoura tan sólo con un paneo de la cámara. No caemos en cuenta de la muerte del
papá de Otto ni de la sed de venganza de éste por estos pequeños planos de corta
duración que crean un ritmo dinámico a una película de más de dos horas que pasan sin
que uno las perciba. Ahora, si bien es cierto que priman los planos cerrados, también lo
es el hecho de que en todo momento se siente la atmósfera de la Ciudad de Dios, por lo
vertiginoso de la edición.
Parte de la atmósfera de la película se logra por medio del trabajo de
iluminación. Pese a que muchas situaciones se dan en la oscuridad, los personajes
siempre reciben luces puntuales, creando altos contrastes en relación con el fondo.

El que el uso de la luz no es una casualidad se demuestra, por ejemplo, cuando


se le pide a Thiago que retroceda para que su cara quede en sombra en una foto. Es muy
delicado el tratamiento de la luz cuando se siente que una gota va a caer y se ve que
descienden peces. También lo es en la ceremonia, en que Dadinho devine en Zé
Pequeno. La luz juega un papel principal en algunas escenas como la pelea entre Bené y
Zé Pequeno, momentos antes del asesinato del primero, que desencadenará la pelea
entre los dos mayores traficantes de la favela.

La violación de la novia de Mané Galinha también se trata con una alternancia


de luces y sombras que enmascaran el acto terrible de una violación. Este hecho
producirá la alianza de Mané Galinha con Cenoura que terminará como todo lo que
comienza mal.

Ciudad de Dios es una película que destaca por su forma de transmitir


contenidos, así como por presentarnos un mundo hostil, con el que mucha gente, de
manera ajena a su voluntad, tiene que aprender a convivir. Es precisamente de la Ciudad
de Dios que muchos de los actores salieron para dar vida a estos personajes inspirados
en seres reales. La dirección de actores merece ser reconocida por el mérito de formar a
estos noveles actores y llevarlos al nivel de verdaderas estrellas. Ciudad de Dios es una
gran película. Dura e intensa como la vida que a algunos, para bien o para mal, les toca
vivir.

José Antonio Salas García


http://joseantoniosalas.blogspot.com/

Vous aimerez peut-être aussi