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Ficha nro. 3
El plan maestro de la evangelización
Robert Coleman
La preocupación de Jesús no eran los programas para alcanzar las multitudes, sino hombres a quienes las multitudes seguirían.
No hay evidencia de apresuramiento en la selección de los discípulos, solo determinación.
Los hombres seleccionados por Jesús representaban lo más común de la sociedad, “sin letras y del vulgo” (Hch. 4:13), pero deseosos de aprender.
Jesús oró “no por el mundo” sino por los pocos que Dios le había dado “del mundo” (Jn. 17:6-9).
El grupo de discípulos debía ser pequeño para poder trabajar efectivamente con ellos.
Repetidas veces Jesús tomó medidas especiales para disminuir el apoyo de las masas ocasionado por su poder extraordinario. (Jn. 2:23-3:3).
Pocas personas fueron convertidos genuinos durante su ministerio, pues pocos entendieron el significado del evangelio.
En la iglesia se requiere una mayor concentración de tiempo y talento en menos personas, sin ser negligentes respecto a la pasión por el mundo. Las multitudes pueden ser ganadas fácilmente si tan sólo se les da líderes que seguir.
Paradoja: En la era en que los medios para la rápida comunicación del evangelio está disponible para la iglesia como nunca antes; hay más gente no evangelizada sobre la tierra hoy, que antes de al invención del automóvil.
No es tarea de al iglesia inventar una nueva estrategia, sino redescubrir la estrategia de Jesús y acoplarnos a ella. Esto debe hacerse aun al costo de arrojar por la borda algunas actividades religiosas innecesarias, y hasta pagar el costo de tener que alterar algunas estructuras organizacionales sagradas.
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Evangelismo_Ficha 3_El Plan Maestro de La Evangelización
Ficha nro. 3
El plan maestro de la evangelización
Robert Coleman
La preocupación de Jesús no eran los programas para alcanzar las multitudes, sino hombres a quienes las multitudes seguirían.
No hay evidencia de apresuramiento en la selección de los discípulos, solo determinación.
Los hombres seleccionados por Jesús representaban lo más común de la sociedad, “sin letras y del vulgo” (Hch. 4:13), pero deseosos de aprender.
Jesús oró “no por el mundo” sino por los pocos que Dios le había dado “del mundo” (Jn. 17:6-9).
El grupo de discípulos debía ser pequeño para poder trabajar efectivamente con ellos.
Repetidas veces Jesús tomó medidas especiales para disminuir el apoyo de las masas ocasionado por su poder extraordinario. (Jn. 2:23-3:3).
Pocas personas fueron convertidos genuinos durante su ministerio, pues pocos entendieron el significado del evangelio.
En la iglesia se requiere una mayor concentración de tiempo y talento en menos personas, sin ser negligentes respecto a la pasión por el mundo. Las multitudes pueden ser ganadas fácilmente si tan sólo se les da líderes que seguir.
Paradoja: En la era en que los medios para la rápida comunicación del evangelio está disponible para la iglesia como nunca antes; hay más gente no evangelizada sobre la tierra hoy, que antes de al invención del automóvil.
No es tarea de al iglesia inventar una nueva estrategia, sino redescubrir la estrategia de Jesús y acoplarnos a ella. Esto debe hacerse aun al costo de arrojar por la borda algunas actividades religiosas innecesarias, y hasta pagar el costo de tener que alterar algunas estructuras organizacionales sagradas.
Ficha nro. 3
El plan maestro de la evangelización
Robert Coleman
La preocupación de Jesús no eran los programas para alcanzar las multitudes, sino hombres a quienes las multitudes seguirían.
No hay evidencia de apresuramiento en la selección de los discípulos, solo determinación.
Los hombres seleccionados por Jesús representaban lo más común de la sociedad, “sin letras y del vulgo” (Hch. 4:13), pero deseosos de aprender.
Jesús oró “no por el mundo” sino por los pocos que Dios le había dado “del mundo” (Jn. 17:6-9).
El grupo de discípulos debía ser pequeño para poder trabajar efectivamente con ellos.
Repetidas veces Jesús tomó medidas especiales para disminuir el apoyo de las masas ocasionado por su poder extraordinario. (Jn. 2:23-3:3).
Pocas personas fueron convertidos genuinos durante su ministerio, pues pocos entendieron el significado del evangelio.
En la iglesia se requiere una mayor concentración de tiempo y talento en menos personas, sin ser negligentes respecto a la pasión por el mundo. Las multitudes pueden ser ganadas fácilmente si tan sólo se les da líderes que seguir.
Paradoja: En la era en que los medios para la rápida comunicación del evangelio está disponible para la iglesia como nunca antes; hay más gente no evangelizada sobre la tierra hoy, que antes de al invención del automóvil.
No es tarea de al iglesia inventar una nueva estrategia, sino redescubrir la estrategia de Jesús y acoplarnos a ella. Esto debe hacerse aun al costo de arrojar por la borda algunas actividades religiosas innecesarias, y hasta pagar el costo de tener que alterar algunas estructuras organizacionales sagradas.
Robert Coleman La preocupacin de Jess no eran los programas para alcanzar las multitudes, sino hombres a quienes las multitudes seguiran. No hay evidencia de apresuramiento en la seleccin de los discpulos, solo determinacin. Los hombres seleccionados por Jess representaban lo ms comn de la sociedad, sin letras y del vulgo (Hch. 4:13), pero deseosos de aprender. Jess or no por el mundo sino por los pocos que Dios le haba dado del mundo (Jn. 17:6-9). El grupo de discpulos deba ser pequeo para poder trabajar efectivamente con ellos. Repetidas veces Jess tom medidas especiales para disminuir el apoyo de las masas ocasionado por su poder extraordinario. (Jn. 2:23-3:3). Pocas personas fueron convertidos genuinos durante su ministerio, pues pocos entendieron el significado del evangelio. En la iglesia se requiere una mayor concentracin de tiempo y talento en menos personas, sin ser negligentes respecto a la pasin por el mundo. Las multitudes pueden ser ganadas fcilmente si tan slo se les da lderes que seguir. Paradoja: En la era en que los medios para la rpida comunicacin del evangelio est disponible para la iglesia como nunca antes; hay ms gente no evangelizada sobre la tierra hoy, que antes de al invencin del automvil. No es tarea de al iglesia inventar una nueva estrategia, sino redescubrir la estrategia de Jess y acoplarnos a ella. Esto debe hacerse aun al costo de arrojar por la borda algunas actividades religiosas innecesarias, y hasta pagar el costo de tener que alterar algunas estructuras organizacionales sagradas.