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Anbenre Brew reps fer Tepdlor de Srener Ed. by Tyeaver Fevjer ACTO PRIMERO Cat bede. Galerfa en el palacio de Ulises, rey de ftaca —hoy, par ncio de Penélope. Es un alto mirador abierto al gran patio de festines, que se supone al fondo, En el primer Paina, 9 a todo 10 largo de la escena, tres gradas, En itllio del foro se encuentra el aposento del telar de la sees na amplia garita o templete cuadrado con la puerta al frente, cuyos cimientos posteriores se suponen petL patio y cayo frente descansa sobre el suelo de la falerfa, De sus lados artanca la balaustrada que cietra aiieore y desde la que se mira al patio, balaustrada’ aue cae parar a los adintelados de piedra de cada lateral, Dos grandes cortinas que Tlegan al suelo, pendientes de ee Bias que parten del templete y se insertan en los ofratelados, ocultan ahora el patio a las miradas de los personajes. El adintelado de la izquierda carece de puerta Freconduce al ginecco; el de Ia derecha tiene entornada souetta de madera y bronce, que afsla los aposentos fe piinos, cuya primera estribacién es la galeria, del teato del palacio. En los pilares de los adintelados, tex- er Bn’ la pared del templete y a la derecha de la puerta estén colpados, bien visible, la aljaba y el enorme Parrueso arco de Ulises’. El cielo abierto es ya oscuto, 1 La primera edicién omite esta. palabra. 2 Heuplos: soportes de teas. No figura cn DRAE. 2 Eek, reo, visible en todo momento durante los dos pi mores diton, adguiere categoria de simbolo, pues, remite, conser” Maekente a su duefio o, més exactamente, @ st ausencia En el Gl 107 uiltimos fuegos de la tarde se filtran todavia por las rendijas de Jas cortinas. Inundan asimismo el interior del templete por el ancho ventanal al patio que posee en su fondo. Un ventanal apenas visible, porque el gran telar donde la reina teje el sudario de Laertes, aunque situado algo a Ja izquierda, impide casi completamente apreciar Jos detalles de 1a estancia, y sélo vemos, a través de la puerta entornada, un fragmento de la parte posterior del telar y, a su derecha, un alto candelero * de bronce, apagado, (Tras la tela, sentada e invisible, la reina PENELOPE esté tejiendo, Al lado de la puerta, en pie e inmévil, de frente al proscenio y con la cara levantada, la vieja nodriza EURICLEA, que esté ciega’. Sentadas aqui y alld, a lo Yargo del graderio, cinco esclavas devanan y arreglan “entre si madejas de diversos colores, sacadas de un par de cestas planas que bay en el suelo. La esclava que se encuentra ala derecka y en el escalén mds alto es DIONE *, que sostiene una madeja mientras lia el ovillo, mas abajo ya la izquierda, la Esctava 4.* Durante el trabajo, recitan Jas cinco para su reina una ruda melopea poética sin me- lodia.) Cono. (Voces altas y sonoras’) Penélope es la estrella que luce en el palacio, Los dioses la sontfen mientras, dulce, se afana, y premian con metcedes constantes sus desvelos, timo acto seré empufiado por Ulises como instrumento de des- ‘truccién, * En Ia primeta edicidn, ‘candelabro’. Ya esti cotregido en la segunda edicién. Enriclea no era ciega en la Odisea; esta innovacién no ca- reve de sentido, si se recuerda Ia importancia de la ceguera como simbolo en el teatro del autor. Aqui, ella es la tinica que oitd los pasos de las Furias vengadoras, precisamente cuando Uli ¥ sa hijo van a entrar en escena. Vid., sobre este personai R, Doménech, op. ci 5. 249-251, © Ya se sefial6 en Ja introduccién que Dione es e! Que no aparece en la Odisea, pero su nombre quizd lo tomé el autor del mismo Homero, puet Dione, madre de Afredite, ape. rece en la Iliada (V, 373 'y ss,). 108 Ella es Ja arafia de oro que teje nuestra dicha. La traspasa y sostiene la prudencia de Ulises y los vasallos gozan de su paz vigilante. Porque la casa brille, mueve su lenzadeta. Artifice es de gracias, riquezas y alegrias. (Callan. Entonces se oye la suave risa de PENtLove en el templete: una risa penetrante, musical y misteriosa, plena de inmenso y contenido regocijo. Las esclavas atien. den e inician ripidos y confidenciales comentarios, en tono irrespeluoso.) Dione i¥a estd riendo la viuda! (Continia atenta al templete, mientras las demas bablan.) Escrava 1 (La primera de la izquierda.) No tardaré en gemi Esctava 2.° Si, al menos, gimiese por la lefia desperdiciada... Escrava 3." Y por los carneros degollados... Esctava 4." Y por el palacio saqueado. Y por la misetia que nos ahoga’. EurIcLea je. (Todas enmudecen y siguen su trabajo. La expresién de Dione. cambia, y, ante el contenido susto de las otras, coge un ovillo rojo que tiene a su lado y se levanta para ir, cautelosa, al temt- plete. Euricura la siente legar.) ¢Quign viene? (Dio- rama tan desolador, pues el reino ain es rico, se insiste una y otra vez en las depredaciones de los pretendientes (por ejemplo, en I, 91.92; T, 160-161; II, 237-238; IV, 319-320, etc.), hasta el punto de que Telémaco Mega a decir que la accién ‘de. éstos pronto destruiré mi casa y acabard con toda mi. hacienda> (IT, 48-49). NE estd ya junto ala puerta, por donde trata iniitilmente de atisbar. La nodriza la detiene.) Dione, verdad? Dione. (Inocente, después de bacer un guifio a las demds y poner el ovillo en manos de EURIGLEA.) Traigo lana azul, Euriclea ERICLEA La reina no la ha pedido. (Palpa.) ¥ este ovillo no es azul... Es rojo. (Las esclavas susurvan, admiradés.) Dione Es azul, nodriza... Euriciea iA tu sitio, embustera! Te conozco bien. La empuja. Con un gesto de rabia, Dione le arrebata el avillo y se sienta, entre un coro de risitas abogadas.) Dione. (Furiosa, después de coger la madeja.) aDe qué refs vosotras? (Todas rebityen su mirada.) Esciava 4.° (Desviando el tema, prudente.) Digo yo que, sia la reina le importara la misetia del palacio, se habrfa vuelto a casar. Si gime es por la muerte de su esposo. Escrava 32 @Por qué rie, entonces? Escrava 4.* También por Ulises. Rie cuando le recuerda joven. No crees, Dione? Drone Creo que sois unas necias. (Burlona.) ¢Pot qué gime Penélope? ¢Por qué rie Penélope? (Vuelve a oirse en el templete la dulce risa de PENéLOPE, que todas escuchan. Remedéndola,) jJi, ji, ji! {Por Ulises! ;Bah! Esctava 1." iGhist! Puede ofrte Euriclea. Dione. (Levantando, provocativa, la voz.) Esa? No sélo esta ciega, sino sorda 110 Escrava 3° (Temerosa.) Pero ve y oye con las manos... (Todas miran a EURICLEA, que no se mueve, con vago temor, Pausa.) Esctava 1° Pues yo creo que la reina espera todavia el regreso * de Ulises. Dione iEstipidas! Tan bien como vosotras, sabe ella que es viuda. Y que le llaman «la viuda» en todo el pats (Confidencial.) Escuchad. Yo sé bien por qué te ln viuda. Y por qué gime. Y lo que borda en el sudario. Escrava 2* Ta no sabes nada Dione iTodo, todo lo Escuava 2.° (Elevando la vor.) No te hagas In misteriosa. Sabes lo mismo que nosotrs: iNada! Dione, (Muy alto.) iTodo! EuricLea iSilencio! (Dionz la mira como una fiera acorralada.) «Por qué no seguis con vuestro canto? *. (Imperiosa,) Qué esperdis? Esctava 1." Si, nodriza, nicia la tercera estrofa y las demés la siguen. DIONE Permanece callada, con los ojos bajos, para mirar después al templete, con fijeza creciente,) Coro. (Sin melodia.) Para tus manos hilan tus amantes esclavas, reina de nuestras lanas y nuestros corazones, En Ia primera edicién: ‘Por qué no seguis vuestro canto?’ * Ia vuelta i La divina Artemisa tu honestidad bendice oy bests Jt misma Helena te envidia tu beleza Breve pausa. Se oye muy suave, infinitamente languido, el lamento de Pené.ore en el pape a. Drone i¥a gimio Esctava 3.° (Aburrida,) iY qué! Siempre lo hace. Dione iPero no como ti! Ni como til... Vosotras pemfs pot las noches, cuando los pretendientes os toman para isttacr su espera. ;Y ella gime sola! Eschava 21 (Malévol lo todos los pretendientes se distra No : distraen con las esclav. (Risitas contenidas de las otras.) Hate Escrava 1? No. Anfino es muy puro. (Dione se levanta, iracunda,) Esctava 2.* (Incisiva.) Ni es la teina la tinica mujer que gime sola. (Las risas se convierten en carcajadas.) Nadie logra conmoverle Diowe. (Abalanzindose sobre ella.) _JRavoss! (La golpea, tirindola al suelo. Las demas gi , y 14s gritan y trat de separarlas. Las madejas ruedan por los peldaio Euricra se adelanta, tanteando el aire.) Eurictea Silencio! La reina tej is i je y no debe ser distraida. (Trat initilmente, de separarlas.) {Oh, dioses, Saale midad! ;Seréis castigadas! {Serés\ azotada, Dione! {Ta eres la més culpabl ; (Entonces se oye, airada y dura, la Hamada de Penéuove.) Prxézorr. (Voz de.) iBuriclea! (La nodriza se detiene, temblorosa. Las esclavas recogen presurosas sus ovillos. DiONE vuelve 12 su sitio, no demasiado aprisa. Pausa. PENELOPE aso- ma ala puerta del templete y mira a todas con desdén. Ta reina ya no es joven, pero atin es bella; su macizo y armonioso cuerpo se yergue leno de majestad, y en la contradictoria expresion habitual de su rostro rifien permanente batalla el sonriente orgullo y la timida an- ‘siedad. Ahora se muestra seria,) Pareces haber olvidado, Euriclea, que, mientras yo tejo, no debes separarte de Ja puerta EURICLEA Perdéname, ama. Las esclavas... PenéLope. (Terminante.) No debes separarte de la puerta. (Breve pausa.) Las esclavas disputaban de sus naderias, como torpes ani- malejos que son. gNo es cierto? (Menos Dione, las esclavas se inclinan, sumisas.) ESCLAVAS Si, ama. PENELOPE Comprendo que os canse recitar. La rapsodia que com- puso para mf el viejo cantor del palacio antes de morir, no es muy bella... Aquel pobre hombre nunca estuvo muy inspirado, Pero yo tejia tranquila, hasta que vues- tras voces me han hecho levantar. (Avanza unos pasos y mira a Dione, diciendo:) Que no vuelva a ocurrir (Todas miran a DIONE.) Dione. (Ante la mirada de todas.) Discdlpanos, ama. Con el oscurecer nos cansamos, por- que ya no se acierta a ver el trabajo, Entonces nos invade una ansiedad muy grande y, a veces, Ia disipa- mos con nuestras chatlas. EURICLEA ‘Para eso se os ordena recitar! Dione. (Rapida, a PENELOPE.) Es que también ofmos tus risas y Iamentos, y. 113 PENgLope.: (Seca.) €Qué dices? Drone. (Prudente.) También ti te cansas, ama, Penéope, (Tras considerarla un momento.) ‘Demasiada lengua para una esclava. No lo olvides. Drone No, ama. PENELOPE i¥ no contestes! (Pausa.) Retiraos. (Las esclavas re- cogen sus cosas y, después de inclinarse, salen en silencio por Ia izquierda, Penéiove se acerca ala derecha del foro » atisha el patio por la rendija de la cortina. Co- ‘menta, con un sorprendente tono de alegria:) Mis pre- tendientes terminaon su comida. Los ctiados devoran ahora las sobras... Hay hambre en la casa. EurIcLEA ‘Ama: déjame castigar a Dione Penéope. (Sin volverse.) No. (Riendo swavemente.) El pastor Filetio me ha dicho que sélo nos queda un rebafio... Todo lo han consumido esos hombres. EvRICLEA : ePor qué nunca me dejas castigar a Dione? Prnétope. (Se vuelve, sonriente.) Mi hijo Telémaco se apiadaria y la querria mas. Lo sabes muy bien, nodriza. (Breve pausa.) Cuando le auto: ricé su viaje por mar, en busca de su padre... °, no lo hice slo por librarle ‘de las celadas de los pretendicn- tes. Ni tampoco para que encontrase a mi esposo... * EL viaje de Telémaco ocupa los primeros cantos de la Odi- xo en ella fue realizado sin conocimiento de Penélope xdesde que te fuiste en 1a nave a Pilos, ocultamente y contra mi deseon (XVII, 42-43; cft. II, 373, y IV, 700-710). La alte- racién se debe a haber introducido Buero el subtema del amor del joven por Dione. 14 | | : i : No. Ulises sabria, cuando quisiera, encontrar solo el camino de esta casa. (Breve pausa.) Peto habla que alejarle de Dione. Y ya ves: no sitvid de nada. Y ahora me odia, lo sé... Euricuea jAma! Penéope Me odia porque sabe que no quiero a esa entrometida Y si la castigase..., me odiaria més. (Suspira.) {Es muy dificil ser madre, Euticlea! (Sombria.) Y més dificil atin, ser reina, EORICLEA Tai sabrés, ama. Yo no soy més que una pobre mujer... PENELOPE Como yo. ¢Qué le vamos a hacer? Este palacio, que fue ayer de Ulises, se empobrece hoy porque estd a cargo de una débil mujer... y una ciega Evrrcies. (Melancélica,) Si, Hace treinta afios que soy ciega. Y hace veinte que... PeNéLore Que soy viuda, ¢no? Eurrciea jAma! PENELOPE iDilo! Sé que todos Io dicen Euriciea. (Suave.) Sélo iba a decir que Ulises marché hace veinte afios a la guerra de Troya”. (Breve pausa.) Soy ciega, ama, ¥ casi sorda. Pero oigo a los dioses invisibles que nos rodean... Escucho los pasos fatales de las Furias ven. gadoras, cuando rondan esa escalera...". (Por la de- recha.) Soy ciega, y por eso ti me pones a la puerta ” Ta duracién de la ausencia de Ulises os la sef Odizes (173 9 passig) nt S° Vises Ia seislade por Ta __1 Para una interpretacién de las Furias como simbolo, vid,

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