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257 Se CAPITULO 8 a contestacién campesina _, las exigencias de trabajo sefioriales en Castilla y Leon. Las formas y su significacion simbolica” Isabel Alfonso Consejo Superior de Investigaciones Cientificas— Madrid El contexto historiografico a invitacién a participar en este encuentro sobre Une anthropologie du prélévement seigneurial, en la seccién sobre “Les corvées, leur valeur symbolique et leur poids économique”, me permite volver sobre un trabajo pri- merizo de hace casi treinta afios', Agradezco a los organizadores esta oportunidad. Me permitirdn algunas reflexiones iniciales sobre el contex- _ to historiografico, y personal, en el que se realizé tal trabajo, | porque me parece significativo de Jas transformaciones de la _ historiografia en estos atios. El articulo que escribi a principios de los 1970 sobre las ser- nas, un andlisis de las relaciones socioeconémicas en el marco del sefiorio medieval, se insertaba, entre otros factores a los que luego me referiré, dentro de las inquietudes politicas que Jos historiadores marxistas tenfan por incidir en la practica con su trabajo, en este caso desvelando las condiciones de sujecién del campesinado medieval. Recuerdo los sentimientos que tuve, de temor y de valentia al mismo tiempo por lograr vencerlo, al escribir sobre el caracter de plusvalia que tenia esta apropiacién * — Originatmente publicado como “La contestation paysanne face aux exigencese de travail seigneuriales en Castille et Léon. Les formes et leur signification symbolique”, en M. Bourn & P. Martinez Sorgna (eds.), Pour une anthropologie du prélévement seigneuriel dans les campagnes médiévates (XP-XIF* siécles). Réalités et représentations paysannes, Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne, Paris, 2004, 291-320. © Publications de Ia Sorbonne, La versi6n castellana corresponde a la propia autora [N. £.}. 288 ISABEL ALFONSG del excedente de trabajo campesino, asumicndo el argumerito de Marx que hacia Parain, es decir, respaldandome en la ay: toridad de este tltimo”. Que hoy me ocupe de los aspectos mas simbdlicos de estag exigencias, podria indicar un alejamiento de los postuladog materialistas iniciales que inspiraron el que fue mi primey articulo. Sin embargo, pienso que, por el contrario, puede ger indicativo de los avances que tal modelo de andalisis ha expe. rimentado, al incluir e integrar dentro de los procesos sociales elementos de Ia realidad que los enfoques estructuralistas que predominahan entonces mantenian separados. Estas paginas trataran de mostrarlo. Antes conviene sefialar que el contexto era también el de una reaccién contra el “mito” de las libertades campesinas como elemento peculiar de nuestro pasado, realizandose el estudio del proceso de transicién al feudalismo bajo la fuerte impronta del modelo francés, en un intento de acercar, mds que diferenciar, nuestra historia a la de otras regiones europeas”. Con este refe- rente, el estudio de las prestaciones de trabajo se enfrentaba a un primer problema: la dificuitad de caracterizar como organica la relacién existente entre reserva y tenencias campesinas en. los sefiorios del norte peninsular, tal como el modelo que se asumia como clasico postulaba para los suyos. Dificultad en gran parte debida a un desajuste entre nuestra documentacién y la que sostenia el modelo, pues no contamos con evidencias de estas cargas de un peso y extensién similares, ni su evolu- cién cronolégica es comparable’, EstAbamos lejos todavia de la ruptura con este paradigma “cldsico” que iba a significar el Coloquio de Roma del *78, en el que encuentran legitimacién otras vias de desarrollo que la creciente investigacién estaba poniendo de manifiesto®. No obstante, pienso que la llamada de atencién que hacfa en el estudio citado, acerca de la necesidad de mayor investigacién sobre la relacién entre unas y otras formas de trabajo campesino, sobre la evolucién de las rentas en su conjunto, aunque lamentablemente no realizada de modo suficiente y sistemAatico, sigue siendo valida como muestra bien la celebracién de este coloquio. En lo que sigue, dedicaré una primera parte a sintetizar de modo muy breve nuestro conocimiento sobre los rasgos mas generales que tomaron estas formas de trabajo en los sefiorios de la meseta norte peninsular, comenzando por la propia deno- minacién, las fuentes de informacién, el tipo de actividad més cominmente requerida, las bases o criterios que justificaban su existencia..., en fin, sobre las modalidades practicas de estas 2 “GapfTULo 8 259 prestaciones, sefialando aspectos que merecen discutirse en yelacién con el cuidadoso cuestionario elaborado por Ghislain Brunel’. En una segunda parte, la més extensa, me centraré en analizar las formas y contenido simbélico de la contestacién campesina ante estas obligaciones. - Modalidades practicas El vocabulario y las fuentes. Cuestiones relativas al peso global y su evolucién Ciertamente, el léxico permite sefialar que los trabajos obli- gatorios no son un mero objeto historiografico, una construccién. artificial, sino que como tales eran presentados y percibidos en 1a documentacién de la época. Cabe sefialar dos aspectos en ese sentido: por un lado, la variedad de términos empleados: sernas, operas, labores, obrerizas, ieras (término éste usado sélo en la gona mas occidental), servitium, serventia, facendera, ayuda, muy a menudo simplemente las actividades requeridas’; y por otro, la oscilacién, la ambigtiedad, el conflicto entre trabajo obligado y ayuda voluntaria que se denota en la propia uti- lizacién de unos u otros términos. Sobre este diltime aspecto volveré mas adelante. Nuestra informacién, de cardcter eclesidstico fundamental- mente, no comienza hasta el siglo X, haciéndose mas abundante en los siglos medievales posteriores. Corresponde, por tanto, al perfodo de formacién y maxima expansién de los grandes y dispersos sefiorios y de su dominacién sobre muy amplias capas de poblacién rural. Para un primer periodo contamos sobre todo con concesiones de inmunidad muy abundantes, que analizadas sistematica- mente, permitirian replantear el problema de la extensién, peso y naturaleza de estos trabajos antes de pasar a manos sefioriales, {Se trataba de trabajos serviles o de prestaciones colectivas comunitarias? jHubo una homogeneizacién de la dependencia como ciertos historiadores lo han planteado? En este sentido, una investigacién que combine la arqueologia, la micro-toponimia, la topografia y el andlisis del paisaje podria probablemente proveer datos interesantes®. Pero es bien conocido que las fuentes de mayor riqueza in- formativa —si podemos aplicar este calificativo a las medieva- les— son los fueros. El cardcter no meramente normativo de 260 ISABEL ALFONS6 estos textos, permite un acercamiento a la practica de ‘estag prestaciones, a su repercusién sobre las familias campesinas, al cardcter de la contestacién, en el periodo que parece mag extendida, pero no mas gravosa, su exigencia (siglos XI al XIN, Persisten, no obstante, interrogantes de no facil respuesta, {Dénde y en qué zonas de un sefiorfo predominan estas obliga. ciones? {Se extienden por todos Jos lugares o sélo son exigidas en algunos? {Cudles son las razones de estas diferencias? {Cudleg son los indices para medir su gravosidad: el ntimero de dias, de horas; recibir o no alimento; el cardcter de obligacién y fuerza? Ciertas dificultades con respecto a la discontinuidad de los tes. timonios para un mismo sefiorto ya habian sido sefialadas en mi citado articulo®. Datos cualitativos indican en qué sentido van las protestas; cémo se formalizan las conmutaciones, Esta informacién puede completarse con una exploracién mas profunda de otras fuentes bajomedievales para comprender mejor el proceso, no bien conocido, del aparente retroceso gene- ral de estas prestaciones durante este periodo. Las razones del mismo tal vez merezcan revisarse. Cierto que hay muchos datos que hablan de rebajas, conmutaciones y hasta supresiones, pero también son numerosos los que informan de su continuidad, en los mismos o en mds gravosos términos. En este sentido el estu- dio de fuentes bajomedievales, tal como sefalaba en mi trabajo y ha insistido después J.J. Garcia Gonzalez para el dominio de Ofia, parece imprescindible'”. Los datos de esa gran encuesta que constituye el Libro Becerre de las Behetrias muestran que en mas de 150 lugares, de un total algo superior a 2.000, sus habitantes a mediados del siglo XIV debian prestaciones en trabajo, de dos 0 tres jornadas al afio, pero muy frecuentemente de una o dos veces al mes. Y hay indicios de que no se regis- tran todas las que se deben". Igualmente, 1a informacién que proporciona la documentacién sobre las grandes concesiones en arrendamiento, que supuestamente terminarfan con estas formas de trabajo, evidencia en muchos casos transferencias y cambios de titularidad de los beneficiarios més que supresién de las corveas. El caso del cillero de Santa Maria del Valle cedido por el obispo de Zamora en 1275 es, en este sentido, sintomati- co®, Es preciso atender también a las quevellas y pleitos entre los grandes (formalizadas en muchos casos, pero no sélo, como protestas eclesidsticas contra encomenderos laicos), que denotan elinterés, y atin la funcionalidad, por seguir utilizando bajo esta modalidad la fuerza de trabajo campesina, por la que se les ve competir violentamente™. ‘APITULO 8 204 Ciertamente, son necesarios nuevos planteamientos que ngan en ctenta una mas compleja vinculacién entre distintas formas de utilizacién del trabajo campesino en relacién con diferentes contextos y coyunturas, no meramente econémicas, pues como sefiala F. Panero en su capitulo de este libro", la elacién directa entre desarrollo de la circulacién monetaria y eclive de las corveas es problematica. Tiempo de trabajo, labores exigidas y su regulacidn'® Exigencia muy frecuente, y muy prolongada en el tiempo, “es la de uno o dos dias al mes, pero igualmente comin es la de tres o cuatro dias al afio. Aunque otras variaciones oscilan entre dos y ocho dias mensuales. La obligacién de prestaciones sema- nales esta mucho menos documentada, y la informacién parece concentrarse en un primer pericdo y pesar sobre una poblacién claramente servil. Las dedicaciones predominantes para las que se requieren los trabajos son las siguientes: * eultivo de cereales, con obligacién bastante generalizada de realizar todas las labores necesarias a dicho cultivo. En la zona que cubren los fueros de Zamora, son seis las labores mds comunes: arar, binar, sembrar, segar, trillar el trigo y acarrear la cosecha. Es mas, cuando s6lo se requieren cuatro al afio, suele especificarse que sean durante esos meses de mayor apremio de trabajo que van de junio a septiembre; + vifiedos, obligacién menos frecuente pero muy extendida, aunque es necesario sistematizar la informacién sobre si se piden junto con las anteriores, si son especificas, mas 0 menos numerosas, etc.; = monte, trabajos que parecen dedicados a recoleccién de fru- tos y lefia mds que a cuidados especificos. Apenas mencio- nados, su extensién tal vez fuera més comin de lo que la informacién permite deducir; - otras actividades parecen muy vinculadas a circunstancias locales, como el segar la hierba y acarrearla que regulan algunos fueros; - transporte, figura en muchos lugares como una serna ligada al resto de las labores agricolas, sobre todo a los cereales, pero también a las vifias, tanto para acarrearlog hasta la era para trillar, como para llevarlos a los graneros sefio- riales, El acarreo también puede referirse a madera o sal. Otros transportes con el nombre de mandaderia, carreris, ISABEL Ni 262 ALFONSO se documentan al ser limitada la distancia, y por tanto el tiempo, a que pueden ser enviados los vasallos sefioriales; - labores de construccién y mantenimiento de castillos y for. talezas, menos documentadas pero muy persistentes enel tiempo. El término castellaria para referirse a estas pres: taciones no siempre se utiliza; . 7 a - otro tipo de requisiciones de caracter militar, judicial o ad. ministrativo, Pienso que junto con las anteriores merecen un tratamiento particular, aunque relacionado con los otros, que no voy a hacer aqui. Contamos con algunos testimonios que muestran que el arbitrio sefiorial podia tener unos limites, fruto sin duda deuna fuerte oposicién al mismo por parte de los campesinos. Como obligaciones a las cuales estaba sujeto al sefior, se puede citar por ejemplo: el convecar o pregonar ptiblicamente con, antici- pacién en el plazo y momento convenidos, noen otro momento, bajo pena de pérdida de la prestacién del servicio; no poder exigir todos los trabajos juntos si asi no esta regulado; dar los alimentos convenidos a los campesinos. Por su parte, las obligaciones del senarero que algunos fueros regulan de forma muy explicita son: acudir cuando es Hamado y con puntualidad, bajo penalizacisn; esperar todos juntos la indicacién de las labores a realizar, es decir, ponerse a disposicién del say6n, cl oficial de justicia o el administrador monistico; acudiy con animales y aperos exigidos; trabaj ar du- rante el tiempo establecido—en este sentido, los trabajos de, sola sol de algunes fueros tal vez haya que verlos como regulaciones que favorecian al campesino al limitar la duracién del trabaj 0, frente a ciertos casos que parecen dejarie a una completa dis- posicién del sefior. Las labores han. de ser bien realizadas, de lo contrario serén penalizados, penalizacion que sobre todo sé contempla en caso de no acudir a realizar el trabajo exigide. Base de la imposicion. . La desigualdad de las cargas y la cuestion de las exenciones y las sustituciones Es bastante general que esos trabajos sean requeridos de forma colectiva a gentes que se denominan: vasallos, homie risticos, collazos... que estén bajo el sefiorio de aquel que ae otorgado los fueros; pero frecuentemente también la oxigen se hace por la tierra del sefior, por el préstamo que ree oe aunque la unidad de imposicién sea Ja explotacién familar. CAPITULO 8 263 Este tema, sin duda, remite a un problema que ha centrado durante mucho tiempo las discusiones, el de la naturaleza ba- nal o fonciére™’ de estas cargas, es decir, si eran debidas por -dependencia personal o por la tierra poseida, o por ambas, Asi planteado este problema, que en parte es el del cardcter de la vinculaci6n y, por tanto también, de la sumisién y dominacién, no tiene facil resolucién, pues no siempre es posible una dis- tincién tan radical, entre otras razones porque los grados de dependencia de la gente de una comunidad son muy variados, fespecto de un mismo 0 de diferentes sefiores, incluso la depen- dencia individual puede variar en el mismo sentido. Las diversas obligaciones de trabajo que pesan sobre una comunidad, o un conjunto de vasallos, tal como vienen documen- adas en las cartas forales, parecen responder primordialmente al deseo de aprovechar los distintos recursos econémicos de las familias campesinas. Ellas varian segiin tengan o no préstamo, segin la fuerza de los animales de labor de que dispongan (bueyes o asnos son los més comunes"), o de su fuerza fisica si no los tienen (el caso de los braceros u obreros); en ambos casos se requiere que provean sus titiles agricolas (arados, azadas,. » No se advierte, sin embargo, variacién en dias 6 jornadas de trabajo exigidas, entre unos y otros, Pero las distinciones, tanto de obligaciones como de exen- ciones, tenian también un cardcter social, juridico y politico: privilegiar en circunstancias y Ambitos diversos a los libres bre los siervos, a los de behetria sobre los solariegos, a los clérigos sobre los laicos, a los que poseian caballo sobre los peones 0 infantes, a los oficiales sefioriales (alcaldes, jueces, merinos...) frente a los que no lo eran, al privilegiar también a los que aceptaban vigilar y controlar el trabajo de sus vecinos, favorecer a los recién casados o al aminorar las cargas de Jas mujeres viudas. _. Si junto a estos aspectos, sobre los que he de volver en la gunda parte, se analizan los datos sobre el tipo de sustitucio- Nes que se contemplan, asf como el cardcter de la fetribucién Sefiorial de estos trabajos, predominantemente alimenticia, taremos en mejores condiciones para captar, por un lado, quiénes fueron los actores practicos que realizaban las corveas, ¥,por otro, el proceso, complejo, en absolifto lineal, de evolucién delo que se han considerado formas de trabajo forzadas hacia otras libres. Aunque tal vez de lo que se trate, como he sefialado Alltes, es de ver cémo la capacidad de combinar la utilizacién de distintas tipos trabajo, la diversidad de éstos, su variabilidad ISABEL ALFONSO 264 temporal, son claves para Ja comprensién de las formas de explotacién sefiorial®®. Control y penalizacion Los problemas de control constituyen, como ya ‘hemos apane tado, una de las preocupaciones sefioriales ms impor antes , Adi jenden como tales en las cartas ue, esporadicamente, trascien i ; fovules vyninque la mayoria recoge esa preceupaciOnen ‘tiusulas enalizan gu incumplimiento o mala realizaci n. Me coupé deltema con cierta amplitud en el articulo citado al principio”, Resumiré aqui los aspectos mas destacados que ‘nteresan desde la éptica campesina en el sentido de ver como os campesinos aceptan o contestan, pero también se implican en las practicas ntrol impuestas. . ; : ‘e No conozco ningwin dato que informe sobre cémo, ni con aud frecuencia, tuvieron que entregar uno de sus cammeros © gor ‘ je: i haber concurri osu valor monetario, por no I ‘ trabajos debidos, ni tampoco vesponder por la imouria ° mala’ voluntad con que los hubiesen yealizado, pero el hec! 10 de que repetidamente las cartas incluyan esas multas y exten ane se haga bonam laborem et sine fraude, o lbenter, es on i indicacié de las actitudes cam| nm anime, es indicacion clara i oats estas exigencias y del recurso generalizado que hacen de “ i ies”. Jas “estrategias de los débil : Es suficientemente sabido que entre las arms ave los pode: ali A tividad para ejercer su i yosos utilizan con mas efect vidad par SUF , duda, la de buscar la propia implicacién de las victimas ‘en e on trol de gu ejercicio. El recurso més frecuente, ademas cone ejercido por sus oficiales, parece que fue eximir dela pres tn mab encargado de esa vigilancia, convertirle en un excusat de sus vecinos. ] . se stite i ional en este Hay um texto cuya informacion es exeepcion: ee ey por lo que considero merece ser incluido en el apén Larios que reproduzco aqui de nuevo a fin de desarrollar los comentarios.” i i ic inicial sobre Jas sernas. - Fee ee vtam absolution, concessionis et sa tatis, quela priora y el prior de! monasterio de vege. ore concejo de ese mismo lugar, en el que hhabitan sesen eer alas que libera del redittu que deben por las ferras) tienen en prestimonio, ademas de otras exent ee cos Deberan, sin embargo, ademas de diezmos, P ee Martin, en San Juan y en Navidad y hacer sexs as aera ued dias libenti animo et voluntate bona. Para compr a CAPITULO 8 vn voluntad dichos sefiores elegiran dos hombres buenos del conce- jo, que han de jurar por su fe ser fieles y vigilar a los serneros cuando trabajen en sus tierras. Se adivina que la implicacién no debia ser fAcil, porque se prevé que se nieguen a hacerlo, penalizando la negativa con un maravedi. También en ese cago se establece la designacién de otros dos hombres que quedardn exentos de tales trabajos. Todavia contemplan los priores que puedan negarse a ejercer ese control, ser rebeles y no quieran estar supra senararios, como expresivamente se dice. lin ese caso la penalizacién serd de un carnero, sin quedar eximidos de prestar la serna. Ciertamente, podemos interpretar, como yo misma hice, estas disposiciones como una muestra de cierto espiritu de re- - beldia por parte de estos campesinos y, desde luego, de bastante olidaridad de grupo por el hecho de que no quieran, sino a costa le muchas presiones impuestas desde arriba, ser vigilantes nos de otros. Pero una tiltima cléusula permite entender que | ese rechazo a realizar el control exigido es fruto también de la presién de los propios convecinos, una presién que parecen ejercer mediante el recurso a otra de las armas de los débi- les, el desprestigio publico, comunitario, de los que acepten | tal colaboracién. El hecho de que esta accién sea castigada de odo mucho més grave que las anteriores, que en el castigo ¢ imbriquen elementos materiales y simbdlicos “Et si aliquis contradixerit vel maledixerit istis supradictis iuratis, pectet qwum. carnerium nobis sine amore et exeat de nostro labore”, ndica la importancia y eficacia de este tipo de practicas en la forja del entramado comunitario: ambito en el que se elabora- ban las medidas més efectivas para contestar y deslegitimar la dominacién sefiorial®, pero en el que también se producian, _ Jes‘elementos para su aceptacién, formas y cardcter de la contestacién, Para este andlisis me propongo comentar con cierto detalle unos textos que documentan las formas diversas que adop- in. los campesinos para contestar y liberarse o aminorar el eso de las prestaciones de trabajo obligatorias. Es una via de ximacign al conocimiento de lo que pudieron suponer estas ‘Acticas de trabajo obligadas para los propios campesinos, de ‘agar su percepcién sobre jerarquias, desigualdades, de co- t los parémetros de Jo justo y los criterios sobre los que lo 266 . ISABEL ALFONSO. argumentan, de preguntarse por las consecuencias materiales de una lucha que frecuentemente parece incidir mas en los aspectos simbélicos que en los mas estrictamente econémicos, de interrogarse por las razones de que ocurra asi. De este modo, nos adaptamos a la perspectiva propuesta de examinar larenta. en trabajo desde la éptica campesina que, en ningtin caso, ha de aislarse de los referentes que la constituyen como tal. Tanto en la exigencia de estos trabajos como en la negativa a yealizarlos se advierte un fuerte contenido simbélico, pues una y otra van asociadas a la sumisién y al poder: unos la quieren negar, los otros imponer, porque conseguida tal sumision el ejercicio del dominio es mas facil, como todavia en 1673 decla- yaba el abad del monasterio leonés de San Pedro de Montes. para justificur la demanda de estas prestaciones remitiendo a una particular lectura de un privilegio de Alfonso XI; “L..] los vecinos viven de la hacienda del propio monasterio y en realidad son criados de ese convento, aunque forenses, y asi, para que constase su sujecién en todo tiempo de estos moradores, dispisose desde los principtos que entraron en este yermo que, como tales criados, sitviesen cada uno cinco dias”. La conciencia de este hecho y de su significado simbdlico se presenta claramente como una conciencia compartida, que por ello a menudo se manifiesta bajo la forma de luchas por afirmar y por hacer reconocer piiblicamente un estatus legal exento de cargas, o una posicién superior asociada a signos de distincién, oa través de determinadas actuaciones tendentes a conseguir. situaciones privilegiadas. Veamos algunos casos. La defensa del estatus: ingenuidad y behetria Es muy conocido el documento del fondo del monasteria yiojano de San Millén de la Cogolla, de principios del siglo XI [2], en el que se relata cémo una rastica de ja villa de Terrero: creyéndose superior a sus vecinos, no queria Ir a trabajar en: los campos y las vifias del monasterio, negdndose a realizar con. ellos el trabajo servil habitual: “[..| arulier rustica nomine Maior, in villa Ferrero videns se sublimiorem suis vicinis, nolevat ire cum illis in officio operis::: agrorum et vinearum S, Emiliani, imo comtemaebat opus servile et usuale facere cum suis vicinis...”. : ‘CAPITULO 8 267 El obispo, en el marco de su funcién pastoral, se retne con el conde Ifiigo Lépez, sefior de Vizcaya, y otros nobles para juzgar la querella del abad y pronunciarse sobre el estatus de esta riistica. Al oir tal errorem —cuenta el obispo en primera persona— “mandé averiguar y presentarse ante mi a la que tal hacia. Y esta mujer, aunque quiso, no pudo excusarse de servi- dumbre porque fue probado que era nacida de tribu servil” (“se escusare de servitute [...] quia probamus illam de tribu servili fuise [sic] genitam”). Reunido de nuevo en concilio con el conde y otros nobles, el obispo ordena a la mujer que siempre acudiese a trabajar con ‘sus vecinos 0 prestase excusa igual a la debida por ellos. De este modo, a través de un proceso judicial esta mujer y sus descen- dientes quedan sometidos al dominio monastico per secula, Este documento ha sido interpretado como muestra de un proceso generalizado hacia la servidumbre de una poblacién previamente libre por el avance y presién sefioriales”. Sin embargo, el contenido y caracter de esta “servidumbre”, como también el de la “ingenuidad”, son temas sujetos a debate sobre los cuales es necesario mayor investigacién, como lo he sefia- Jado mAs arriba. Falta informacién suficiente y hay riesgos en generalizar. Retengamos de momento cémo en este caso la distincién entre servil e ingenuo viene referida totalmente a la obligacién “9 exencién —total o no— de trabajos en las tierras y las vifias del tmonasterio, y que las razones aducidas para exigir los trabajos -remiten a una genealogia servil. Resulta interesante que comentemos otro caso del mismo fondo documental de San Millan [8] en el que vemos cémo el thonasterio, unos afios mas tarde, eleva una querella similar, “esta vez ante el propio rey Alfonso VI, contra dos hombres de la villa mondstica de Cihuri que se exaltan y no quieren hacer «ningin servicio ni obedecer-al abad, a cambio de sus casas y le la heredad, alegando que son nacidos libres (ingenuos) y exentos de todo servicio: “quia dicunt illi genuos vel absolutos ib omni servitio debemus esse”. El rey ordena a sus merinos que investiguen este hecho, ero los rebeldes, como se les denomina, no pueden ni por tes- ‘igos ni por carta demostrar la solidez de sus pretensiones: ‘Tlli quoque rebellanti nec testes, nec cartula potuerunt donare Ubessent solutos”. El rey decide, para remedio de su alma, que sélo si quieren iervir con sus vecinos podrén mantener lo suyo, pues si no ISABEL ALFONSO CAPITULO 8 268 269 habran de dejar al monasterio ‘as casas y la heredad as{ como i uebles, y marchar donde quieran. s Se aboorra en este caso, a diferencia del comentado antes, cémo el estatus juridico personal importa menos que la posesién de la heredad, es decir que la propiedad mondstica sobre la. misma. Dato este que ha alimentado un largo yno demasiado fructuoso debate sobre la naturaleza de las exigencias en trabajo que estamos analizando: {derechos de jurisdiccion ° derechos por la propiedad de la tierra? O lo quees lo mismo, iobligaciones de cardcter personal 0 foncier? Se puede suponer que el mismo seiior, en este caso el abad de San Millan de la Cogolla, gozaba de poderes de distinta naturaleza sobre ta poblacién de sus do- minios, 0 que lo que era diverse era el estatus de la poblacion sometida, Desconocemos en ambos casos la cuantia del trabajo que debfan realizar, y por tanto, Ja diferencia entre el trabajo exigido a un siervo y el debido por el usufructuario de una tierra mondstica. En ambos casos, no obstante, la ingenuidad se vefiere a la no prestacién de servicios, ° de determinados servicios. Mientras las operas que debia la nistica de Terrero eran para el cultivo de campos y villas, el servitium exigido a Jos dos hermanos de Cihuri no se especifica y queda en una igacién de obedire. to ene consideraciones que no podemos desarrollar aqui sobre los limites de la justicia sefiorial obligados a acudir al tribunal regio para dilucidar el estatus ylas obligaciones de: sus tenentes, que no obstante se decide por testimonios loca: jes. Sin duda, el abad consigue ver reconocida su jurisdiccin sobre la villa y los habitantes, pero no parece que su dominio sea aceptado. Merece la pena, sin embargo, que retengamos el vocabulario tanto dela contestacién —-negativa a obedensr servir, afirmarse ingenuos y solutos (iberados)— como elde : represién: convertir la desobediencia en. rebeldia, afirmar st i bre. se osuonte que hallemos informacion sobre Jos are 2 mentos utilizados por los campesinos para contestar a oe gencia de trabajos obligatorios. De ahi el interés de coment _ estos documentos, pues aunque se dude de la fidelidad con ae tales argumentos son reproducidos, no carece de ‘pon ancia obgervar cémo son presentados en los registros sefioriales. . En el drea mas occidental del reino leonés, a principios : siglo XI [4], la abadesa del monasterio de San Dictino. eu 2 : torga pleiteaba con otro ristico orgulloso, que at ne ae ke comportaba practicamente como un hombre de P ce id gando el sefiorfo y las obligaciones que éste contleval putande siempre la heredad que parece poseer por haberse casado con una mujer de la villa (el texto’es un tanto confuso en esta parte): “[.] levavat caput velut serpens et factebat se quast benefactoria de foris et noleuat se cognoscere nec seruire pto ea nec cum ea quando quidem cum ynis quando eusdem cum aliis semper contenta se agebat cum ipsa hereditate ad partem huius monas- terfi supradicti...”. La querella se leva ante el conde don Martin, juez regio, para que éste pronuncie sentencia oral: “[..] veneruat inde in presentia ante comes dominus Martinus vt acciperent ab etus ore iudicium, qui erat iudez constitutus et electus a domno rege Adefonsso in toto imperio regni sui... El juicio rectum et verum que este conde da es una definiciGn, de las condiciones en que debe servir el rastico al monasterio —“ut residet se in ipsa hereditate et servisse cum ea Sancto Die- tino’— y a la abadesa, y sefiala que si no pudiese hacerlo que abandone todo tal como lo encontré dando fiadores y vaya donde juiera con la gracia de Dios. La narracién continta con el rastico reconociendo haber _mentido y prometiendo hacer lo que se le ordena, con un len- guaje que no da lugar a dudas sobre las condiciones de su su- misién: “[...] ve tencam ipsam hereditatem ex vestro dato, laborem cam et habrtem et populem eam et seruia vobis cum ea et cognoscam vestrum hominum esse vel vestrum clamorem tenere omnibus _dicbus vitae meae et si mihi ocasio venerit quod animus meus non det mihi locum ibi ad auitandum vbi voluero ire yadam et relinquam vestram hereditatem et domum qualis cam inverneritis et vbi fuero si nullam supotitam per me...”. Es decir, nuevamente una situacién de pérdida dela heredad Se niegan los servicios, inchiso con garantes que responderan @su cumplimiento. El lenguaje del placitum legitima la senten- 1 juicio se presenta recto y verdadero, el juez como benigno; ‘or el contrario, el rdstico aparece como un hombre pretencioso, inidoso, mentiroso. El ritual final de su humillacién, una de '§ Manifestaciones simbélicas de sumisién més potentes, ticne ar ante el obispo de Astorga y todos los magnates de palacio. famos aqui en presencia de un orden publico regio que ‘a y sostiene el dominio sefiorial. 270 ISABEL ALFONSO: Ciertamente, este ristico que orguiloso alega ser “casi” de behetria, debia compartir una misma conciencia de distincién con campesinos de sefiorios préximos, come los que en Valeaba- do, todavia dos siglos mAs tarde, se diran también de bienfetria con respecto a sus vecinos solariegos, obligados, éstos si, a tra- bajar las tierras del obispo de Astorga con sus bueyes y brazos**, El fuero que en 1279 les concede el obispo muestra el trato diferenciado que reciben unos y otros, y cémo de nuevo en este caso la prestacién de trabajos obligatorios es signo de una de- pendencia mas estricta a la autoridad y al dominio episcopal”, También se conservan testimonios de la accién Hevada a cabo por los hombres de algunas villas gallegas para defender su estatus de behetria, ante las exigencias del obispo de Lugo, y distinguirse de los villanos de fazendaria, alegando su relacién nutricia con los caballeros de la tierra como signo de su calidad de hombres libres, vasallos de quien querian™. Diversos interrogantes se plantean ante este material: jqué elementos sostienen las demandas campesinas? (En qué fac. tores se hasan sus pretensiones? {Ingenuidad frente a servi- dumbre; behetria frente a otras dependencias? ;Estamos ante un proceso de sefiorializacién que convierte en serviles a los ingenuog; en solariegos a los de behetria? {Es este proceso de caracter general? ;Son las sernas el signo fundamental de esta sumisién? Del trabajo obligado a la ayuda voluntaria. La guerra de palabras La lucha por la completa exencién, por una reduccién, o al menos por el carécter voluntario y no obligado de los deberes en trabajo es tarea en la que parecen empefiadas muchas comu- nidades, con resultados muy diversos. Veamos algunos datos y. el contexte en que tienen lugar. Dos textos, ambos de la segunda mitad del siglo XI del forido de San Pedro de Arlanza, ilustran este fendmeno. EL primero, cuya interpretacién es problematica, es un pacto”? establecido, entre los abades de los monasterios de Arlanza y de San Cuirce en el valle de Canales; este acuerdo regula la utilizacién de. pastos comunales entre los monasterios y todas las villas del valle, y distingue de forma explicita la entrega del diezmo, que ser obligatoria, y las corveas que serdén hechas a voluntad: “sine voluntas nullum servicium me fecisent”. . En el segundo texto™ una carta libertatis de sus antiguos: fueros que concede el abad de Arlanza al concilio de Villaespas4 CAPITULO 8 271 y Rucepos— la tensién entre voluntariedad y coercién es muy significativa, pues junto a una primera y amplia exencién (“ut non habeatis [...] ne omni tempore illas sernas laborare...”), ‘que parece liberar a las gentes de estas villas tanto de mafie- ria como de sernas, atin manteniendo la anubda o vigilancia . gemanal acostumbrada, se les exige en un punto posterior que todos por costumbre trabajen seis dias en las sernas monds- ticas o donde les necesiten, ademas de lo que quieran hacer voluntariamente: “[3] &¢ ut omnes in omni anno abeatis per usum Vi dies laboran- di in nostras sernas vel ubi necessitas nobis fuerit, preter illum quod facietis nobis libenter. Et a minimo usque ad maximum nnullus excusetur ab isto labore, set omnes in unum ad illlum venite”. Afiadiendo a continuacién la obligacién de acarrear al mo- nasterio pan y vino una vez al afio, y sal de Afiana: “(4] ut afferatis nobis unam vicem in anno panem aut uinum unde abucrimus, et in omni tempore abducatis nobis illud sal de Annana ad medietatem unam vicem in anno”, Diversos textos expresan esta idea de voluntariedad como privilegio, como signo de estatus libre, de ahi el gran valor ‘simbélico de su expresién. En la concesién de inmunidad otor- gada en 1103 por Alfonso VI a los moradores de Foncebadén y alos que vivan dentro de esos términos se puede leer: “nullo lerreni imperii seruitio praematur sed ingenuus semper et liber permaneat euo perenni...”*", También en el privilegio foral de Alfonso VIII al concejo de Pampliega, un siglo mas tarde, les concede, entre otras exen- ciones importantes, que, con la excepcién de tres dias al afio ad laborandum (dos a arar y otro a poday), en los que el sefior deberé alimentarles con pan, vino y carne, no hagan otro servi- cio contra su voluntad: “nec faciatis illi ullum servicium absque uoluntaie uestra”®, Pienso que se trata de la misma dialéctica entre voluntariedad y obligacién que se daba en la concesién, Gitada mAs arriba, del‘abad de Arlanza, Esta idea de “cumplimiento voluntario” queda expresada de modo muy explicito en la carta de vestros foros bonos, que cibe el concejo de maiores et minores de Venialbo* al poblar la heredad mondstica de Santo Tome de Zamora. La primera dis- posicién, que se presenta ademas jerdrquicamente destacada, concierne al carActer voluntario de la prestacién de semas: “In 272 ISABEL ALFONSG: primis, quod non faciat serna nisi qui voluerit pro anima sua e¢ pro suo gradu” (exencién que se extiende a fonsadera, maiieria y nuncio), La misma voluntariedad se aplica a los servicios de transporte: “Et non dent suas bestias in nulla carrera per foro nisi qui voluerit per suo gradu et pro amore Dei”. Cierto es que estos campesinos, aun no diciéndose de behe- trfa, obtienen condiciones que les ponen en el mismo rango, al reconovérseles la capacidad legal de servir a quien quieran y mantener su heredad pagada, cumpliendo el fuero, se entiende: “Et homo qui havitaverit in Venialvo serviat foras cui voluerit et habeat in Venialvo sua hereditate pagata”. Retengamos, sin embargo, que la bondad de los fueros ties ne como elemento fundamental el cardcter voluntario de las prestaciones, de la dependencia, que borraba en. cierto sentido la naturaleza servil que siempre habian tenido, junto a la ca- pacidad, en este caso, de disponer de sus bienes para buscar, y servir, al protector que se quisiera. Numerosas evidencias muestran que es en torno de estas ideas de capacidad de decisién y disposicién de la fuerza de trabajo personal y de las propias heredades que se aglutinaba gran parte de la contestacién y las luchas campesinas™, que en gran medida han dado nacimiento a fueros muy favorables™, Los de la villa de San Pedro, también en el area leonesa; negaban el derecho del abad de Sahagtin a exigirles cinco ser nas por fuero, es decir, obligadamente, y pretendian prestarlas 36lo de modo voluntario, por lo cual no podian ser prendados, como hacia el abad, sino Jas cumplian. Es una informacién que conocemos por el pleito [5], llevado ante el rey, sobre las bases de dicha obligacién: si estaban obligados de debito, per forum, como exigia el abad, o spontanei, voluntariamente, como ellos pretendian: “Dicebant quod non debebant eas facere, ct quotiens eas fecerant, spontanet fecerant, non per forum fel abad] dicebat quod fecerant sernas illas ex debito, et quotiens sernas illas sibibi nollebant facere, pignorabantur quousque facerent”. La pesquisa ordenada por el rey dara la vazbn al sefior:al: afirmar como verdad la justicia que el abad exigia, esto es, las sernas que desde tiempos inmemoriales se probé que:le debian. En este caso no se hace ninguna alusién ni al estatus perso nal ni al de las heredades, sdlo al fuero regulador, a la practica:. acostumbrada, indicativos de dominio y dependencia sefioriales. En otro lugar® analicé el proceso de sumisién de estas gentesi¥ CAPITULO 8 2 su rebeldia continua, Hamando la atencién sobre ese aspecto de ja lucha que se libra también en términos de lenguaje debido a Jas repercusiones practicas, materiales de lograr una u otra re- presentacién de la realidad: hacer reconocer ptiblicamente que Jas sernas se prestaban voluntaria, y no obligatoriamente, era una cuestién no sélo de dignidad sino que afectaba al cardcter de Ja prestacién, dado que el incumplimiento de Jo debido era penalizado, no asi Ja ayuda voluntaria. En esta ocasién, como en otras muchas, los campesinos resultaron perdedores frente a'tan poderoso sefior, pero no deja por ello de ser éste un claro ejemplo de esa pugna campesina por imponer su propio signi- ficado respecto de estos trabajos, la forma en que los percibian y como querfan que se Hevaran a cabo y, en Ultima instancia, cémo pretendian que fuera la naturaleza de las relaciones con sus patronos y sefiores. Pero otros textos del monasterio de Ofia, esta vez en la zona mas oriental del espacio castellano —muy elocuentes acerca de cémo y en qué terrenos se libra esta lucha simbélica que es la ‘guerra de palabras”*’-, muestran unos efectos practicos mas favorables. En varios lugares, de los que se conservan fueros del siglo XIII, el abad de Ofia debié aceptar no sélo una rebaja de los dias de trabajo al afio que le debian sus vasallos, sino también que tales trabajos fuesen realizados en concepto de ayuda y no de obligacién. Asi leemos que en el fuero concedido en 1266 a sus vasallos ie Villela, Gornaz y Rebolledillo [6], los sefiores mondsticos jeclaran: “[..| absoluemos e lesssamos... fas sernas ke fata aqui nos faziedes en quinze quinze dias, et en el agosto en ocho en ocho dias, que nunqua uos las demandemos deste dia en adelante, ni nos ni los uernan despues de nos, ni nos fagades nunqua serna por premia. St non fuera sacado esto, que nos ayudades dos dias en cada anno, uno a sembrar et otro a trillar. Fl que ouiere yugo de bues que ayude con el ef con so cuerpo, et ef quie oufere un bue que ayude con el e con so cuerpo... et que nos uendimiendes - cad’anno las nuestras uinnas de Villilla, et que nos [as acarredes _ «las vuas al palacio de Sant Olalla...”. Ciertamente, estos sefiores revisten como merced este qui- lamiento de las sernas, a cambio del cual pactan pagos en es- ie y dinero, bastante sustanciogos. Merced que extienden almente a la obligacién que tenian de acarrear hierba para reglar la presa en el sentido de no exigirla por fuerza: Ca] 274 ISABEL ALFONSO et los cespedes que soliedes leuar a la presa, que los non leuedes nunqua por premia”. Sin embargo, otros trabajos de acarreo de cereal a los palacios sefioriales, no ineluides en los dos diag voluntarios, quedan muy claramente especificados y reguladog en esta carta que se dice pactada. , Asios antes, en 1238, el abad de Ofia habia negociado tam: bién con sus vasallos de La Nuez de Rio de Urbel, la reduccién de las 24 sernas anuales obligadas a cambio de que ayudasen dos dias al afio y de pagos similares a los que deben los vasallos de las villas mencionadas**. Y se conserva un pacto del mismo tipo con sus vasallos de Montenegro, a los que se les reducen las 24 sernas, esta vez a cuatro dias de ayuda, en condiciones similares®. Esta justificado pensar que tal vez los dos dias al afio que como ayuda (adiutorium) han de prestar los vasallos de este mismo monasterio en Cornudilla, tal como especifica Ja carta que para mejorar sus condiciones habian recibido en. 1187, suponfan una reduccién de esas cargas de las mismas caracteristicas, resultado de una presién similar a la ejercida por los vasallos de las villas antes mencionadas’’. Esta informacion que vengo comentando permite observar, aunque no de forma lineal ni de completa sustitucién, los ex: tendidos intentos campesinos por imponer el lenguaje de le ayuda sobre el del servicio 0 la exigencia. Lo que de modo claro Ja documentacidn deja traslucir es una neta distineion entre dar. obligado o de gracia, aunque este tltimo términe sdlo parezca aplicarse al comportamiento de los poderosos como forma de manifestacién de su generosidad y misericordia, virtudes que hacian de ellos buenos sefiores, legitimando por tanto los sere vicios y rentas requeridos*!. No es que los campesinos vivieran engaiiados por esta ideologia, por esta retérica del bienhacer ¥ generosidad sefiorial, de cierta reciprocidad que pretendia jus: tificar la exigencia de sus servicios. Lo que estamos observando en estos textos es cémo podian utilizarla en su benefici ‘pata limitar la arbitrariedad sefiorial, para mejorar las condiciones de su dependencia. Es decir, como intervenian activamente” en la construccién de representaciones de la realidad que les favorecieran. . Cabria analizar en la misma linea, come he sefialado antes; el vocabulario de los buenos fueros y la retérica del bene facere que les acompatia, y prolongar dicha exploracién a fuentes mas tardias. Podyfamos encontrar situaciones como las que refleja el pacto que los de Villavicencio establecen a mediados del siglo XV con el Almirante de Castilla don Fadrique, de quien se hacen. vasallos en un ritual que muestra bien el interés, y capacidad, a ‘CAPITULO 8 275, ue tienen en obligar al que reciben como sefior, pues éste se compromete, entre otras cosas, at “[3] que fuesen escusados los vecinos de traer letia del monte, ni de otra parte, ni de lo tomar por las casas para & ni pata otfo; ni embiar vecino en mensagerla, ni demandar mmaravedis, nin tomar buey, ni bestias, ni carros para traer o Hevar letia, ni vino, at vbas, ni cameros, ni ovejas, ni pollos, ni lechones, ni costales, fi mantas, ni noveno, ni otras cosas, ni tormar hombre ni muger pata fapiat, cavas, ni hacer otras lauores en el lugar, ni fuera dels salvo si alguno lo quisere por su voluntad o por dinero”®, ‘Formas particulares de negociacién No siempre, ya lo hemos visto, las resistencias y movimien- “tos contra las sernas eran colectivas. Hemos de pensar en la coexistencia de ambas vias, y prestar atencién, igualmente, a diversos testimonios que aluden a otras formas y estrategias articulares (familiares o de grupos) para eximirse o aminorar is cargas, mAs que para cuestionarlas o resistir y negar su prestacién. _» Algunos casos del fondo del gran monasterio leonés de Sa- hhagdn son muy elocuentes al respecto y aportan m4s datos sobre la percepcién que de estas cargas tenian los que debian. ‘ealizarlas, sobre el valor y el significado que les otorgaban, nto hacia fuera de la comunidad como en la construccién terna de distinciones y jerarquias, cuyos fundamentos nunca eran puramente econdmicos, sino sociales, politicos y en gran edida simbélicos. Un documento [7], bastante conocido también, de este fondo jondstico registra la donacién de un solar que Diego Patrez hace a ese monasterio a fines del siglo XI, en villa Paradiso, con oda su heredad aneja, tal como el mismo donante dice haberlo cibido de alguien a quien se refiere come domno meo. Lo Ila- tmativo de esta donacién es que con ella expresa su pretensién (o-sdlo de salvar su alma, sino también de liberarse de todo humano servicio (“ut ego sim liber in omni wita mea ab omni Tuicio humano”) y que sus hijos, a los que reserva la tenencia dicha explotacién, gocen igualmente de unas ventajas que resto de dependientes mondsticos no tiene. Estas ventajas concretan en wna menor sujecién, oblig4ndose a prestar sélo ce dias de servicio al afio, adem4s de poder disponer de su 276 ISABEL ALFONSO solar y heredad si no quieren estar bajo el dominio mondstico, o de servir como caballeros si tuviesen caballos. El interés del lenguaje que expresa estas motivaciones, que son condiciones de la cesién, es indudable. No se establece aqui una distincin entre siervos 0 ingenuos, ni entre solariegos y do behetria, como en los casos comentados mas arriba, sino que la distincién estriba en un grado menor de sumisién, en ung forma, por tanto, menos estricta de vinculacién. para los hijos Cfilli mei non subiugati tam stricti sint in serutcio sicut sun ceteri’) o en una modalidad diferente de servicio, si consiguen. hacerse con un caballo (“quod si habuerint kauallos seruiant sicut kauallarii”). Se trata de distinciones materiales sustanciales que incorpo. raban un importante capital simbdlico y que, sin duda, servian para acentuar diferencias internas comunitarias, marcando distinciones en honra y en servicios, como claramente ocurré en Villarmildo, esa comunidad a la que en 1129 concede fuera Ja condesa Estefania: “Et homo qui abuerit kauallo stet pro cauallero et sedat honorato, et non faciat mihi serna ne abeat posadero, set uadat in mandato. usque ad Uilla Alua et in alia parte usque ad Riba de Dorio™. Servir como caballero, tener honra como tal, claramente en estos documentos va asociado a estar exento de trabajos agrarios obligatorios. Y ese es el significado que seguramente hemos de dar a las exenciones, mas lacénicas, que reciben los que poseen caballo en muchos otros fueros, fruto probable de procesos similares. La informacién que ofrecen los ultimos textos comentados ayuda a interpretar otros documentos menos expresivos, pero cuyos protagonistas parecen moverse en el mismo sentido. Veamos otro caso, mas tardio, del mismo fondo document: sahaguntino. En 1100*.dos hermanos, Rodrigo y Pedro Vellitiz; entregan al monasterio las porciones que tienen ensu solar de Mathmutes, pero continvan con la tenencia del mismo durante su vida y después sus hijos y nietos, expresando que lo hacen sin obligacién de trabajo alguno, condicién que parece han de heredar también sus descendientes: “serviamus a S. Facundo sine serna et facendera. Si uero filid nostri noluerint seruire exeant de ipso solare si serna et facendera_ noluerint imponere eis”. El ultimo parrato, sin embargo, es confuso y no queda clare a : cémo interpretarlo. Tal como estA transcrite plantea algunos... problemas: {reservan los autores de la cesién la posibilidad de que sus hijos abandonen el solar si les quieren imponer serna y facendera, o sdlo tendran que hacerlo si no quieren prestarlas? La logica del texto permite deducir la primera posibilidad, pues _ ge observa que el que dona sus propios medios productivos pue- de negociar ciertas condiciones de tenencia, que posiblemente no puede hacer el que sélo los recibe, Las clausulas de anatema para quien quisiese privarlos de su foro estan indicando esa defensa de las condiciones que ahora pactan. Del mismo tipo y fecha" es la negociacién que hace otro _personaje, perteneciente posiblemente a esta misma capa de notables todavia no bien separada del campesinado sernero"®, omo parece indicar el hecho de tener que especificar que el ervicio por la tenencia que se reservan de los bienes que donan en este momento al monasterio, serd sine serna et facendera. _ Condicién de servicio que en este caso también heredarén sus _hijos, con libertad de poder marchar a otro lugar, es decir, de decidir si quieren o no seguir vinculados al monasterio. Similares estrategias y una misma preocupacién por trans- mitir a los descendientes iguales o mejores condiciones de tenen- _cia, parecen anima igualmente la donacién que hace una mujer de un solar, expresando su voluntad de permanecer en él como xcusada durante su vida, por haber sido —dice- construido en _su heredad y que, asimismo, con esa condicién puedan morar sus hijos. Este hecho es formulado ahora de un modo distinto _acomo se hace en el caso anterior, explicando que las sernas jas dardn como ayuda y bajo demanda, no obligadas: “[...] per tale actio ut teneam eum in vita mea et sedeam excusata de abbate Santi Facundi in illo solare, quia fit in mea hereditate factum; et filios meos qui in illo solare morauerint sint semper + excusati de Santo Facundo et dent in opera abbatis adiutotium = ad rogo; et sf filios meos non fuerint de Sancto Facundo, uel neptos meos, dimittant illo solare a Sancto Facundo; que si ipst met filii uel neptr uoluerint esse de Santo Facundo, nullus abbas cis solare illo tollat..." Seguro que caben matices entre estos textos, pero me parece ¢ sirven para resaltar muy bien los puntos que estoy preten- diendo sefialar: la variedad de vinculos que se desarrollan entre ores y poblacién rural, la variedad también de posibilidades le renegociarlos; la vigencia del valor simbélico que como signo le dependencia, de connotacién servil o inferior, mantienen stas prestaciones a lo largo del period”. ISABEL ALFO} 278 NSO: Algunos interrogantes Caben, igualmente, algunos interrogantes sobre estas diver. sas formas y vias de enfrentarse 0 negociar mejores condiciones de tenencia y sumisién, que es necesaxio relacionar con las que llevan a sustituciones y conmutaciones, y al sentido de éstas.. {Cudndo, en qué cireunstancias y contextos, predominan ~ coexisten— vias colectivas 0 mas particulares? 4Cémo varfan Jos protagonistas de unas y otras? Poder responder a estas cuestiones seria del mayor interés para saber, por ejemplo, si hay correlacién entre resistencias colectivas y la fuerza alean: zada por el grupo de notables como lideres de las mismas, 0 si por el contrario es una mayor debilidad de estos grupos la que hace que deban articular como intereses comunes sus intereses privados; 0 si las variables son tantas y tan complejas que noes posible establecer ese tipo de correlaciones. En cualquier caso; estas cuestiones, de poder contestarlas, permitirian entender mejor los motivos y razones de la accién campesina, y los pro- cesos que Hevan a actuaciones colectivas en estos ambitos, Apéndice at] 1217, diciembre . : Fuero concedido por el monasterio de Vega al concejo de esta vt Na, eximiendo de algunas rentas y regulando otras [fragmento]. Pub.: EB. GowzAuez Disz, El régimen foral vallisoletano, Vala: dolid, 1986, doc. XVI. Per presents scriptum sit notum omnibus tam Presonus quam futuris, quod ego Armanda priorissa monaster(i de on et Petrus prior, de assensu totius nostri capituli et de man a abba)tisse Fontisbraue facimus cartam absolutionis, concessionis. et stabilitatis concilio Monasterii de (Vega ct universi generi corn: ibi mmoranti, pereniter valituram. _ = ei bootie itaque eos de cetero a redditu illo, quam o bebant nobis annuatim de terris, et de uineis, quas teneban . prestimonium: et ad petitionem et volumptatem supradicti) oe damus et concedimus ipsas terras et uineas LX hominibas nee : dum et absque redditu, ut habeant eas et (dividant et pigne i e absque ulla uenditione. ‘tty Hog) autor totum facimus, ut omnes de pacto tam ix ee alii exeant ad forum et: libenti animo et uoluntate bon(a ee nobis sernam ad decem et quinque dies ad voluntatem nos! infra hebdoma)dam, sicuti in sua propia hereditate CAPITULO 8 279 {5] Et unusquisque persoluat unum solidum in festo santi Mar- _ tini de unoquoque fu(mo.,. quod a festp Santi Iohannis usque ad Natiuitaem. [6] Et quando) leuauerint suum panem de sua area, uocitent nostrum decimarium; et si noluerit uenire, faciant testes, et dimit(tant nostram decimam in area, et similiter de lino et uino, _ Bt hoc sit fir)mum, et aliter non fiat. [7] Nos uero per prouidentiam et consilium dorum bonorum hominum quos, elegerimus annua(tim de suo concilio, qui sub uramento sue fidei debent esse fideles,) in labore nostro estare uuper sernarios supradictos. Debemus ili dare conductum, uide- dicet, panem (de plena pesa et uinum et conductum sicuti nostro _ conventui; et ad) unum rogum, unam carnem, scilicet, inter qua- tuor quarta parte unius arietis, uel inter duos unam pesam ac uu(actine carnis, [8] Et qui non fuerit ad sernam pectet mum carnerium), [9] Et si duo homines, quos nos helegerimus in concilio nol- fJuerint iurare, unusquisque pectet unum morabetinum, et nos jonamus (alios; et isti duo sint excusati de serna. Si forte sint ebeles et no)luerint stare supra sernarios, unusquisque pectet um carnerium, et de illo die non sint excosati. [10] Et si nos uoQuerimus departire nostram sernam, unus jadat ad unum diem et alius uadat ad alium diem. [11] Ht si aliquis contradixerit uel maledixerit istis supradic- _ tis iuratis, pectet unum carnerium (nobis sine amore et exeat de jostro labore. [17] Preterea statui(mus et cocnedimus ut uidue que non habent apreciamento usque ad V morabetinos, non, faciant) sernam neque aliam fazenderam, preter tres rogos in anno. 2] 1040 El obispo de Pamplona dilucida en. asambleacon el conde Inigo pez y otros nobles el caso de una mujer rustica que se negaba a alizar trabajo servil con sus vecinos en campos y vifias de San fillén. Después de probar mediante pesquisa que es de origen rvil es condenada con sus descendientes a realizar slempre esos bajos. Tempore Garcia regis, filii Sancio, me Sancio episcopo, pasto- cura monasterium S. Emiliani regente, contigit quod quedam tilier rustica nomine Maior, in villa Terrero videns se sublimio- Suis vicinis, nolevat ire cum illis in officio operis agrorum et tal ISABEL ALFONSO CAPITULO 8 oe 280 Pub.: G. Cavero Domineunz & E. Martin Lopxz, Coleccién do- cumental de la Catedral de Astorga, Le6n, 2000, n° 644, pp. 401-2. ~ Copia: BN, ms. 9194, fol. 103. In era centessima quator decima sexta prius peracta millessi- ma. Horata fuit intentio inter donna Gontina abbatissa de Santi Dictini cum uno rustico quodam pernominato Ioanne Alvariz super _ hereditate vna de Sancti Dictini quae erat in Valle Sancti Laurentii super Petra Ala de Susana in loco praedicto villa quos nuncupan Morales ipse iam supra prefactus rusticus Ioanne duxerat inde yxorem de supra vocitata villa et levavat caput velut serpens et “faciebat se quasi benefactoria de foris et noleuat se cognoscere nec seruire pro ea nec cum ea quando quidem cum vnis quando -éusdem cum aliis semper contenta se agebat cum ipsa hereditate ad partem huius monasterii iam supradicti Paulo post tempore _contingit pro ista note misserunt eum sub fideiussore et venerunt inde in presentia ante comes dominus Martrinus vt acciperent ab -eius ore iudicium qui erat iudez constitutus et electus a domno ge Adefonsso in toto imperio regini sui ita fecerunt et iudicatit eos iam supra factus comes rectum iuditium et verum et remeauit insquisque ad propria cum iudicio. Post. ham definicionem non jotuit iam sepe dicto rustico complere nec facere iudicium quam eu nignus comes imperauerat et cognouit se mentiosus esse et vani- atem et falsitatem contra Deum et eius monasterii conmemorato et seniori suae theneri obiurgium et rogare caepit et spopondere -seruicium et humilitatem ct fidelitatem teneri omnibus hominibus _huius ecclesiae habitantibus non solum abbatissae sed minimo sruo seruorum eius et in presentia dominus et catholicus Pelagius storicens episcopus et omnes magnati palatii sui vt residet se i ipsa hereditate et servisse cum ea Santo Dictino et abbatis- ie eius et si pre impediente diabolo occassio cius euenisset quod. i hauitare non potuisset dimitere domum et haereditatem post artem ecclesiasea qualis earn inuenerint et pergere vbi voluerit Domini gratia et hoc cum fide iussoribus, ob inde supra dictus anes Alvariz vobis abbatisse donnaGontina et ecclesiae vestrac incti Dictini seu abbatissis qui post vos fuerint commorantibus, icio factum side placidum legabile firmissimum super me de ipsa tentio quod vobis cum Deo valente commissi vt teneam ipsam. ereditatem ex vestro dato laborem eam et habitem et populem met seruia vobis cum ea et cognoscam vestrum hominum esse I vestrum clamorem tenere omnibus diebus vitac meae et si thi ocasio venerit quod animus meus non det mihi locum ibi ad ‘andum vbi voluero ire vadam et reliquam vestram hereditatem vomum qualis eam inveneritis et vbi fuero si nullam supotitam T nie vel per aliquos homine sede ipsa hereditate vel de fratribus 8 fecero quomodo pariam vobis ego vel isti mei fideiussores ‘Ominati Petro Petriz et. Pelagic Dominguiz ducentos solides ‘rgento et insuper duplem ipsam hereditatem vobis qui voci vinearum 8. Emiliani, imo comtemnebat opus servile et usuale facere cum suis vicinis. Ego autem cum talem andirom ervorem cepi: inquirire quemnam esset que tale quod fecere aud oral, “i atimaue inte conspectum meum present ari Ot u t osousare de sevvibute non potuit, quia probavimus ae « trib servili fuise genitam. Et habito concilio com comite : meco Lupiz 6 aliis nobilibus, mandavi itaque ut semper aud epere ne eum vicinis suis, aud prestare excusationem tantum equal im al em msqui: que vicinorum suorum prestare debet. Itaque ila cum omni genere suo est subposita sut hoc pecto per secula cnet amen, feria Vi Facta carta sub era M, LXXVILIT Nonas Fel rua fore _ Reinante Reye Garcia in Pampilona. Sancius ee op - Bneco Lupiz Vizcayensis Comes conf. Toto concilio de Terrero testis. 13] 1077 _ Ante el rey Allfonso VI lleva el abad de San Millén querelta contra dos hombres de su villa de Cihuri, porque se proclama- ban ingenuos y libres de todo servicio, Al no poder prabarlo el rey ordena que sirvan igual que sus vecinos si desean. conserva suis casas, heredad y muebles, si no que los pierdan y marchen donde quieran. [fragmento]. _ Pub: L. Serrano, Cartulario de San Millan de la Cogolla, Ma- drid, 1930, n° 232, p. 289, — Copia: Becerro, fol. 8iv. Sub Christi nomine redemptoris nostri. Ego quidem Alfons gratia Dei rex, facio cartam ab honorem et atzio 5. Emilians et tibi i i jis tuis monachis. Audivi ex vobis queti+ presenti Blasio cum sociis tuts h ie is qua i t Bellito Sarraciniz, quis moniam de Gonsalbo Sarraciniz et E om iciti volunt se exaltare et nolent! villa vestra Zufior, et vos dicitis quia : of noient iti hereditatem ad S. Emiliani ullum servitium nec per casas nec per I a i ia di ill el absolutos ab omni serv: obedire, et quia dicunt illi genuso vi ae iussi i probare hec predicto, debemus esse, Unde iussi merinos meos ee proddct t i tes nec cartula potuerunt dona quoque rebellanti nec tes' ¢ a Tyade wakes p iter cum vicinis. Un sent solutos, solummodo equalit vicin He ee i i i volunt cum vicinis equaliter i mee anime remedium ut si vol ane raat ‘.suum, et si nolunt, tam kasas quam heredit nae dimittent in S. Emiliani, et illi vadant ubique volunt- quis autem ex regibus... {41 1108 : a del monasterio leonés de San Diclt i i Jaméndose de behetr! yun ristico de Ia villa de Morales, oe Oe dose i L negaba a reconocer y¥ servir por fe Oe teria, Idevatto el pleito ante el conde don Martin, el re redid de reconocer su vanidad y falsedad para continuar : y servir con ella como hombre de San Dictino. Disputa enire la abades 282 ISABEL ALFONGg : ecclesiae vestre pulsavit et haveatis cum euo perenni et saeculg cuncta amen. Regnante rege Adefonso in Toleto et Legione diiin Beatrice regina Pelagius astoricenses episcopus. Nos fideiussores Petro Petriz et Pelagio Dominguiz hunc pla. cidum nostrae manus roboramus. Ego Ichannes Albariz hunc placidum quo fieri elegi manu meg roboroui, Petro testis. Martino testis. Johannes testis. Pelagius diaconus notarius. 15] 1206, noviembre, 25. Palencia. Querella llevada ante el rey Alfonso VIII por el abad de Sahagiin, contra los hombres de S. Pedro de Duefias que se negaban a realizar. las cinco sernas que segtin el abad le debian por fuero, alegando que sélo voluntariamente las habian prestado. La pesquisa regia hallé que la reclamacién del abad era justa. Pub.: J.A. FernAnngz FLorez, Coleccién diplomdtica del monas: terio de Sahagin, Ledén, 1991, n° 1569. — Copia: Esca.ona, Historia de Sahagun, apénd. III, 576, eser. CCXVI. Notum sit omnibus, tam presentibus quam futuris, quod co- nuencio fuit inter domnum Pelagium, abbatem Sancti Facundi, ef. homines Santi Petri de Jas Donnas super illis quinque sernis quas. idem abbas Santi Facundi demandat eis quod debebant eas faceve, Homines, uero, Sancti Petri dicebant quod non debebant eas facere, et quotient eas fecerant, spontanei fecerant, non per forum, Abbas, quidera, dicebat quod fecerant sernas illas ex debito, et quotiens sernas illas sibi nollebatn facere, pignorabantur quousque facé- rent. Super hoe, autem, ego Aldefonsus], Dei gratia rex Castelle et, Toleti, feci fieri inquisitionem a domno Guterrio Ermeildi, priore Hospitalis, et inveni per ueram inquisitionem quod abbas Santi Facundi super hoc iustitiam exigebat, et homines Santi Petri de las Donnas annuatim sernas illas sibi facere tenebantur, et faciebant eas tempore imperatoris et regis Sancii et diebus meis; et cum, nollebant eas facere, pignorabantur pro illis. Facta carta apud Palentiam, rege exprimente, era M CC XLII, VI kalendas decembris. [6] 1266, abril El abad del monasterio burgalés de Ofia regula la prestacton : de sernas por sus vasailos de las villas de Villetla, Gornaz ¥ Re boiledillo. Pub.: d. pet. ALamo, Coleccin diplomatica de San Salvador. dé Ofia (822-1284), Madrid, 1950, vol. II, doc. 573. — Original AM. Manifiesta cosa sea a todos los ommes que esta carta uiren et oyere, que nos don Pero Perez por la gracia de Dios abbad de Onn: ‘CAPITULO 8 283 nos conuiento des mismo logar, absoluemos et dexamos a uos # nuestros vasallos de Villilla et de Gormaz et de Rebollediello, Jos que sodes hi agora et a los que seran hy siempre moradores, Jas sernas que fasta aqui nos fiziestes en quinze quinze dias, et en agosto en ocho en ocho dias, que nunqua uos las demandemos deste dia en adelante, ni nos ni los uernan despues de nos, ni nos ‘fagades nunqua serna por premia. Si no nfuera sacado esto, que nos ayudades dos dias en cada anno, uno a sembrar et otro a trallar. El que ouiere yugo de bues que ayude con con el et con so cuerpo, et él qui ouiere un bue que ayude con el et con so cuerpo et el uaron que no ouiere un bue que nos ayude con so cuerpo a segar 0 a tri- lar, et el qui ouiere yugo de bestias o bestia et con ello labrare en st layor, que nos ayude a uos con ello, et que nos fagades la layor pien et lealmientre. Et el qui touiere la nuestra casa, de uos cada un dia destos, a ca@’uno de uos de Ios que alli labraren, dues libras de pan de las del cuende don Sancho, la una de trigo et la otra de communa, et entre tres una quarta de vino segunt lo soledes auer, et un conducho, et que nos uendimiendes cad’anno las nuestras uinnas de Villilla, et que nos las acarredes las vuas al palacio de Sant Olalta. Et el qui touiere la nuestva casa de Villilla, que uos de una libra de pan, la media de trigo et la media de communa, a cada uno de uos, que hy labrare, et uino si lo hy ouiere, et si non ouiere hy uino, que uos den gebollas o queso. Por tal pleyt uos fazemos esta, mercet et este quitamiento de las sernas que nos dedes cad’anno, el qui ouiere ugo de bues una tercia de dineros, et el qui oviere un. ie dos sueldos, et el uaron qui no ouiere bue ninguno, que uos de XV dineros, la meatat desto dineros que los paguedes por Paschua de Resurrectio, et la otra meatat por Sant Miguell, et quitamos uids el sayon que soliedes dar del sayongado, que nunqual dedes, et uitamos uos la paia, et el feno et los faces del ordio que nos soliedes dar, que numqua los dedes et los gespedes que soliedes leuar ala esa, que los non leuedes nunqua por premia. Et los de Villilla que seades tenidos de acarrear el pan del era al nuestro palacio de Sant Olalla, et los de Gornaz, que seades tenidos de acarrear el pan de Val de Call, et lo del tercio de Sant Julian de Gernaz al palacio de Sant Olalla de Villilla, et los de Reboliediello que seades nidos de acarreay el pan de Sant Maria de Canaleia et de Sant dres et de San Yuannes de Rebollediello al palacio de Sant Olalla Villilla. Et el dia que acazrearen el pan qui touiere la nuestra isa de Villilla, que de a diez bestias una fanega de ceuada, et. alos mmes que las traxieren, sennas libras de pan, assicomo a los dela uendimia. Et el anno que uos mandarnos acarrrear el pan del era et de los otros logares que son de suso nombrados a Sant Olalla de lia, aquel anno que non seades tenidos de aduzir la vequa del ‘pan a Onna, el otro anno que uos seades tenidos de aduzir wuestra Tequa a Onna, Et porque est pleyt sea firme, nos don Pero Perez it la gracia de Dios abbat de Onna et nos conuiento des mismo 284 ISABEL ALFONS§ : garirULo 8 285 logar, esta carta que mandamos fazer, confirmamosla mandamoalg sellar con nuestros sellos. Fecha la carta, en el mes de abril, en} era de mill et trrezientos et quatro annos. El rey don Alffonso, cone. su mugier donna Yolant, regnando en Castiella, en Leon, en Toledy. en Gallizia, on Seuilia, en Cordoua, en Murcia, en Jahen, ten gf Algarue. Don P(edro) Guzman merino mayor del regno, REFERENCIAS » Aldeas % Gentras sefioriales 7 1098, julio, 25 Donacidn que hace Diego Patrez al monasterio de Sahagiin de un solar en villa Paradiso. Lo dona no sélo por la salvacién de su alma, sino para verse libre de todo humano servicio, y para que sug hijos no sean sometidos a tan estricto servicio como el resto de log vasaillos, y puedan servir como caballeros si consiguen caballos, Pub.: M. Herrero, Coleccién diplomdtica del monasterid de: Sahagtin (857-1230). HT (1073-1109), Leén, 1988, doc. 911, — Copia: Recerro Gético de Sahagin, fol. 38v, escr. XXIII, In Dei nomine. Ego Diaco Patrez facio uobis sanctis martiribug Facundo atque Primitiuo et tibi domno Diaco abbati, una cum con- gregacione monachorum Domnis Santis, de uno solare quod habeo in uilla qui dicitur Paradiso, cum omnia sua hereditate que continet: in terris, in uineis, in pratis et in omnibus suis prestacionibus. Facio. cartulam donacionis, spontanea mea uoluntate, pro remedio anime: mee, quemadmodum et michi facta est cartula donacionis de ipso solare a dorno meo Tello Gutterriz, Et non sohum pro remedio ani- me mee, uerum etiam et ut ego sim liber in omni uita mea ab omni sruicio humano; et teneam eum in vita mea, tam ego quam ét fill mei ct filii fliorum meorum, sub iure et dominio Sancti Facundi. Ht: si filii mei uel nepti noluerint sub iure esse Sant Facundi, careant, ipsum solarem et ipsam hereditatem que ad eum pertinet; ef: filit mei non subiugati tam stricti sint in seruicio sicut sunt ceteri, sed ut tantummodo ponant XII dies in anno ad seruicium domni abbatis quod si habuerint kauallos seruiant sicut kauallarii, oe Facta carula donationis VIIP kalendas augustas, era I CKXXI°, Ego Diacus Petrez in hanc cartulam quam fieri iussi manu mica (signum) roboraui. Regnante Adefonso rege in Legione et in Toleto. Monio Godesteiz conf. Petro Uellitiz conf, Iohanne Citiz con! mat. Pro testes: Dominico, Citi, Belliti, testes. Martinus nobuit, (signum). * (95-Fedro « Mahudes Vaiparaisa ‘de vega eo Monasterio Villa Ammiido Foncebadéa SanPedrode Montes, ° CEANO ATLANTICO leno; |. Afonso: real: L. G. 286 Notas 2 ISABEL ALFONS6 Garcla GonzA.ez, “Rentas en trabajo” (op. cit. n. 4), 176. Atronso, “Semas en Ledn y Castilla” (op, cif. n. #),203; 1. Auvarez, “Dependencia. _ campesina, propiedad de los sefiores y sefiorios en Castilla la Vieja en la Plena Hdad Media”, Historia Agraria, 19 (1999), 9-41, esp. 22-24: G. Marriner, Diez (d), Libro Becerro de las Behetrias. Estudio y texto eritico, Leén, 1981, Bs ‘necesario tomer igualmente en cuenta una informacién que pasa habitualmente desapercibida (agradezco a J. Escalona por haber llamado mi atencién sobre la misma), ofrecida por L, Serrano en la introduccién al Becerro Gético de Cardefia, Se trata, segzin el autor, de ciertas péginas suplementarias, cuya escritura seria del siglo XIV, que reproduce en parte en [a n. 3, pp. xn-xiv. Estos hechos atafien a muchas villas ¢ indican los derechos que Cardefia ten‘a sobre ellas—aparentemente ‘el respuesta 2 una indagacién-, y ias contestaciones son de un enorme interés para el tema que nos acupa. En efecto, ellas seitalan las obligaciones en trabajo de Jos habitantes de estas villas hacia el monasterio, obligaciones que no figaran entre las que menciona el Libro Becerro para estas villas, L. SERRANO, Becerro Gético de Cardefia, Valladolid, 1910 (Fuentes para la Historia de Castilla, t. IID. He analizado esta cuestién en un articulo citado en la nota 19. Otrosi, que non quitedes elas siernas nin fagadas gracia dellas en uestro tiempo ag los omnes de fuera del lugar: quales quier que sean que vollas hayan de fazer. JL. Marin, “El ciliero de Santa Marfa del Vatle. Una empresa sefiotial zamorana det siglo XIU”, Studia Zamorensia, 2 (1981), 67-83, en 77. ‘Atronso, “Sernas en Leén y Castilla” (op. cit. n. 1), 205. Ia autora remite aqui al articulo presentado por F. Panzro, “Le corvées nelle campagne dell’Italia settentrionale: prestazioni d’opera «personaly, «tealin {pibbliche» (secoli X-XTV)", en Bourn & Maarinez Sorta (eds.), Anthropologie _ duprélévement seigneuriel (op. cit, n, 6), 365-80 [N. E.}. Los datos de este apartado estén minuciosamente documentados en ALFONSO, ‘Sernas en Ledn y Castilla” (op. cit, n. 1), 177-95, al que remito, Los datos sobre este punto en ibid, 195-97. Lacarencia de un témino en castellano para referirse a este tipo de rentas agravias constituye un problema importante en Ja historiografia espafiola, especialmente i tenemos en cuenta que el término dominical no carece de ciertos aspectos joriales. Hsto ha dado lugar a discusiones que, pese al carictet un tanto anting a veces, reflejan serios intentos por entender los criterios que justifican Jas diferentes modalidades de extracei6n del excedente campesino (P. Martinez Sopena, 1. Alfonso, J.L. Martin, C. Estepa, I. Alvarez Borge...). ‘La posesion de caballo distingue y capacita para otros servicios no propiamente agrarios, Ver el desarrolto de este tema en I. Anronso, “Renta en trabajo y diferenciacién caitipesina”, a aparecer en Historia Agraria, donde se aborda igualmente la uestién de la asignacién diferenciada de trabajo en el seno de la “familia” 1, Auronso, “Las semas en Ledn y Castilla. Contribucién al estudio de lastelaciones: socic-econémicas en ¢l marce del sefiorio medieval”, Moneda y Crédito, iy (1974), 153-210, (La autora hace referencia al coloquio sobre el tema indicudo, realizado en Medina del Campo entre el 31 de mayo y el 3 de junio de 2000, de cual el fibro del que se ha extraido ef articulo que aqui publicamos es su resultade IN. 2.1.) Ibid., 154. ae Uno de los ejemplos de esta orientacién mas explicitos, que a su vex ba tetidg niayor influencia en los estudios que sobre dominios monésticos se han realizadi; es el de J.A. Garcia pr Corr Azar, El dominio del monasterio de San Millén'de tr Cogolla (siglas Xal XID). Introduccién a ta historia rural de Castilla altomedieyal Salamanca, 1969, 224 y 230. é Sin embargo, cn su estudio sobre las cargas del monasterio de Ota, IJ. Ganeig Gonzatez, “Rentas en trabajo en San Salvador de Offa: primeras sernas, LOE 1550", Cuadernos Burgateses de Historia Medieval, \ (1984), 123-94, asitnila: el sistema de explotacién utilizado al sistema carolingio; cf. el argumento’en ly p. 164, discutido por J.A. Garcia DE Cortazar, La sociedad rural en la Espaiy medieval, Madrid, 1988, 102, que considera que aunque estas prestaciones haya podido ser pesaeas para los campesinos desde un punto de vista psicoligico, “ae parece que, econémicamente, y dado el nimeto de Jas mismas, pudieran constr, elementos tan significativos para hacer de ellas un modelo dominical clisico",. rectificando asf, en cierta medida, la gran similitud que él hubia constatado entiy: este modelo y el funcionamiento del dominio de San Millin, San Mifldnde td Cogolla (op. cit. n. 3), 223. = Structures féodales et féodalisme dans I’Occident méditerranéen (X*-XU siécles), Roma, 1980. La edicién en castellano (Ed. Critica, 1984) lleva unestud pretiminar de R. Pastor, que resume bien el significado de este coloquio. G. Bruner, “La France des corvées. Vocabulaire et pistes de recherche’ en Mi Bovais & P. Manrinez SoreNA (eds,), Pour une anthropologie du prélévement:- seigneuriel dans les campagnes médiévales (XF-XIP siécles). Réalités it veprésentations paysannes, Paris, 2004, 271-90 [N. F.]. Para un andlisis muy documentado del uso de estos vocablos, I, ALFONSE, Ss “Semas en Ledn y Castilla” (op. cit. n. 1), 159-68. Sobre el uso de “seinen ht documentacién de la Rioja alta como término espacial, anterior al de prestici agraria, y su significado en la organizacién del espacio, J.A. Garcia de Gols “La serna, una etapa del proceso de ocupacién y explotacién del espacio”, Ei ie Espaiia Medieval, 3 (1980), 115-28; este andlisis ha sido amptiado por E. Bow La serna. Ocupacién, organizacién y explotacién del espacio en fa Edel Media (800-1250), Santander, 1988. : Los argumentos de Boru, ibid., 61-62, en el sentido de fa existent espacios comunales, trabajados solidariamente por toda Ia colectivida ‘ son muy convineentes por cuanto no demuestra que la “serna” fuese a predominantemente espacio comunal, y parte de asumir la existencit “0y dia totalmente puesta en cuestiGn— de comunidades solidarias, homogéiteas hdbitos comunitarios en beneficio de todos, sobre las que se imponen. los senor El sistema sefiorial reutifiza no sélo el espacio sino que reconduce las solidaridades en su beneficio. Acronso, “Sernas en Leén y Castilla” (ap. cit. n. 1), 197-98. rONso, “Sernas en Leon y Castilla” (op. cit. n. 1), 194-95, ‘texpresién fue acufiada por J. Score, Weapons of the weak, New Haven, 1985, wien considera la mata voluntad como una forma de reciprocidad negativa, en Domination and the arts of resistance: hidden transcripts, New Haven, 1990, Estos niimeros remiten a los documentos incluidos en el apéndice. bre fa importancia de estas précticas en las resistencias campesinas ver el ney superente articulo de C. WickHam, “Gossip and resistance among tthe medieval ‘asantry”, Past and Present, 160 (1998), 3-24, 288 24, 25. 2 Ss 2 = 28. 29, 30. 31. 32. 33. 34 35, 36. 37. 38, 3 40. 41. 42, se ISABEL ALFONSO Citado por J. Puvot, “La Abadia de San Pedro de Montes”, Boletin de ta Reat Academia de la Historia, 86 (1925), 143-44. Gancta DE Corrazak, Sam Millcin de la Cogolta (op. cit. 2.3), 191, 229; Atronso, *Semas en Ledn y Castilla” (op. cit. n. 1), 176. Mas recientemente ha vuelto, sobre ello M.1. Loria, “La expansidn de la servidumbre en el reino de Navarra a mediados del siglo XI: el ejemplo de Terrero”, En la Espafia Medieval, 12 (1989), 45-61. J, Ropriauez FernAnpez, Los fueros del reino de Leon, Leén, 1981, vol. i, doe, 88 {afio 1279). Sobte este fuero y los conflictos que se plantean en sefiorfos de behetria remito a mi capitulo, T, ALFoNso, “Conflictos en las behetrias”, on C. Esrera & C. Juan {eds.), Los sefiorios de behetria, Madrid, 2002, 227-59. B. ve Hinouosa, Documentos para la historia de las instituctones de Leény Castilla (siglos X al XIE), Madrid, 1919, doc. de 1226, n° 78, p. 129. Para los vinculog generados por las priicticas de crianza, ver mi trabajo citado en la nota anterior, L, Sextuano, Cartulario del monasterio de Arlanza, Madrid, 1925, n° 61. Agradezco a Julio Escalona por sus comentarios sobre este documento. G. Marrinez Diez, Los fureros locales de la provincia de Burgos, Burgos, 1982, n° IV (affo 1089). G, Caveno Dominourz. & E, Martin Lorez, Coleccién dacumental de la Catedral de Astorga, Le6n, 2000, n° 507 (afio 1103). J. GonzAtrz, Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, 1960, n° 836 (aito 1209), J, Ropricuxz, Los fueros locales de la provincia de Zamora, Valladolid, 1990, n° 5 (afio 1126). Anatizo este tema mas extensamente en Acronso, “Conflictos en las behetrias” (op. cit. n. 27). Sobre los fueras buenos y tas resistencias campesinas ver R. PASTOR, Resistencias y luchas campesinas en la época del crecimiento y consolidacién de la formaciéit feudal, Castilla y Leén, siglos XXII, Madrid, 1980; P. Martinez Soraya, Lar Tierra de Campos Occidental. Poblamiento, pader y comunidad del siglo X al XII, Valladolid, 1985, La lucha campesina por fa puesta en practica de pardmetros legates la he analizado en I, ALronso, “Campesinado y derecho: la via legal de su lucha (Castilla y Leén, siglos X-XIU)”, Historia Agraria, 13 (1997), 15-31, Thid., 26-27. Sobre este aspecto clave de la resistencia campesina més cotidiana, ver Scott, Weapons (op. cit. n. 21), 240. J.pst ALAMO, Coleccién diplomdtica de San Salvador de Ofta (822-1284), Madrid 1950, vol. II, n° 481 {afio 1238). Ibid, n° 576 (atto 1268). Mantinez Diz, Fueros de Burgos (op. cit. n. 30), n° XXXVI (aiio 1187), Bl Fuero General de Navarra distingue entre los alimentos que son fenidos de dar los seBores a sus villanos cuando van 2 labrar para ellos, y los que les da por gracia. (J. Urata Urea (ed.), El fuero general de Navarra, Estudio y ediciott de as redacciones protosistemdticas (series a y b), Pamplona, 1987, Cp. XVil, p. 5h) : B, GonzAtez Dizz, El régimen foral vallisoletano. Una perspectiva de andlisis: organizativo del territorio, Valladolid, 1986, 72-73. Sabre el contexto en que este convenio tiene lugar ver ef breve pero jugoso articulo de P. Maxrinez SoreNas “EL CAPITULO 8 289 sefiorio de Villavicencio: una perspectiva sobre fas relaciones entre abndengo y behetria”, en Homenaje a Carmen Orcdstegui, Zaragoza, 1999, 1015-25. |. 1M, Fernanpez Caron, Catéloge del archive histérico diocesano de Leén,\, Leén, 1978, 18-19 (afio 1129). Ver cl documento completo en el dossier présentado por Carlos Regtero. (La autora se reficre al documento incluido en la ponencia de CM. Raotero ps La FunnTe, “Le prélévement seigneurial dans fe royaume de Léon, Les évéchés de Léon, Palencia et Zamora”, en Bourws & Martinez SoPENA (eds.), Anthropologie du prélévement seigneuriel (op. cit. n. 6), 411-42, en p. 440 INE]) . M, Hereero, Coleccién mondstica del monasterio de Sahagin, Le6n, 1988, vol. THI, n° 1059 (aiio 1100), . Ibid., n° 1062 {afio 1100), . Utilizo este término porque asi son denominados en algunos documentos los que prestan las semas y tambien porque se ve que en el periodo que estamos analizando funciona como un elemento de distincién social importante. , Herrero, Monasterio de Sahagtin (op. cit, n. 44), n° 1169 (afio 1109). Del mismo tipo, la cesién de 1245 (J.A, FoRwANDEZ FLornz (ed.), Coleccién diplomdtica del monasterio de Sahagin (857-1230), 5 (1200-1300), Le6n, 1994 (Fuentes y estudios de historia leonesa, 39), n° 1698 (afio 1245). El eardcter servil de ios trabajos obligatorios, también percibide por los seiiores, es muy claro en el fuero concedido a tos clérigos de varias villas det monasierio de Offa, se les Libera de serna id est ad laborem seruilem faciendum, sicut ceteri collaci nostri vadunt (veL ALaMo, San Salvador de Oita (op. cit. n. 38), n° 412 (afio 1221). . Sobre los problemas de fecha y las distintas versiones y ediciones de este texto ver Lonina, “Servidumbre en el reino de Navarra” (op. cit, n. 25), 45-46.

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