El Perseguidor

Hay una vinculacin destacada entre improvisacin musical y la forma de escritura

en las obras de Cortzar. El jazz, ya sea mediante la mencin directa de su
terminologa, la relacin, cita discogrfica o la mencin de msicos aparecen
volcados en sus obras.
En su obra El Perseguidor habla sobre un msico saxofonista norteamericano.
Un periodista y crtico de jazz, narra la decadencia fsica y psicolgica de Johnny
Carter (en homenaje al msico Charlie Parker), con el cual dicho periodista tiene
una estrecha relacin. Las ltimas grabaciones, el abuso de las drogas y el
alcohol, la pobreza, y fundamentalmente la bsqueda metafsica de Johny (cuya
bsqueda existencial da nombre al cuento), se entrevn desde la crnica de este
periodista amigo que venera tanto su talento como desprecia su dejadez y sus
vicios.
Cortzar se la pasa jugando con las ideas filosficas (principalmente del tiempo y
de la fugacidad de la existencia) que subyacen a la msica del protagonista, a
quien caracteriza como un perseguidor, a travs del arte de su msica y misterios
metafsicos.
Uno de los rasgos que se distinguen en el perseguidor en relacin con la msica
es la determinacin del tiempo. En la msica el ritmo es toda una relacin
especfica entre movimientos y las temporalidades de movimientos diferentes. El
problema de la temporalidad no solo se encuentra en la totalidad de la msica sino
tambin en el relato en cuestin. La problemtica del tiempo en el perseguidor,
consiste bsicamente en la oposicin entre dos temporalidades. Una es la normal
la que pertenece a la realidad de todos. La otra, una temporalidad que se
manifiesta a travs de Johnny Carter, la cual no se deja atrapar por las medidas
estables. As es como esta problemtica se refleja a la hora de hablar en los
personajes:

Todos tenan ganas de tocar, estaban contentos, andaban bien vestidos (de esto
me acuerdo quiz por contraste, por lo mal vestido y lo sucio que andaba ahora

Johnny), tocaban con gusto, sin ninguna impaciencia, y el tcnico de sonido haca
seales de contento detrs de su ventanilla, como un babuino satisfecho. Y
justamente en ese momento, cuando Johnny estaba como perdido en su alegra,
de golpe dej de tocar y soltndole un puetazo a no s quien dijo: Esto lo estoy
tocando maana, y los muchachos se quedaron cortados, apenas dos o tres
siguieron unos compases como un tren que tarda en frenar, y Johnny se golpeaba
la frente y repeta : Esto ya lo toqu maana, es horrible, Miles, esto ya lo toqu
maana.