Todo el mundo tiene un sueño en común, u objetivo si
la palabra mencionada no era la adecuada para algunos de vosotros … Estoy hablando del amor, pero, no me refiero a la clase de amor que te pueda dar una madre, un hermano … sino algo muy distinto, aunque la palabra en sí sea la misma. “amor” La pregunta es … ¿ Existe un alma gemela para cada uno de nosotros? Bueno, si queréis averiguarlo, acompañadme en un largo recorrido a lo más profundo de mis recuerdos … “ El pasado”
Tal vez gran parte de la sociedad se pasa toda una
vida buscando a su otra mitad, incluso no logran encontrarla … Yo lo que hacía era esperarla, aunque, tenía la completa certeza de que nunca me conocería, mas he aprendido que no se deben de perder las esperanzas, pese a mi situación; soy minusválida … apresada en una silla de ruedas de por vida. Y os voy a contar que todo fue gracias a mi maldita rebeldía, y poca cabeza. Por querer demostrar algo que no sabía hacer, y de que tenía las suficientes agallas como para demostrarles que era igual de chula como ellas y me aceptaran en su grupo popular. La oportunidad se mostraba ante mí, porque a decir verdad nadie quería estar conmigo. La tenía a escasos centímetros de rozar mis manos, hasta que la toqué, acaricié, era una Kawasaki que pertenecía a una de las chicas que formaban el grupo. Me subí a ella y a los pocos segundos todo se tiñó de oscuridad, no recuerdo que pasó, solo que quedé gravemente herida y cuando desperté me encontré ingresada en la UCI. Mis lesiones cicatrizaron, salvo mis piernas, que nunca más volverían a responderme a causa de que el mayor golpe se lo llevó mi espalda. No sabéis lo mucho que me arrepiento de haber querido mostrar algo que no era realmente, por intentar gustarle a los demás … nunca lo hagáis, os lo digo por experiencia. No hay nada peor que querer aparentar algo que en realidad no eres, porque al final se descubre la verdad y es cuando deseas haberte quedado en casa solo … Bien, transcurrido los acontecimientos … ya no podía valerme por mí misma, mi desgraciada madre tenía que soportar tal carga conmigo que el esfuerzo la estaba devorando por dentro. Cumplí los 20 años y mi vida se hallaba sumergida en una eterna oscuridad, donde sólo reinaba el dolor y el llanto. Me pasaba las horas mirando por la ventana; veía a la gente que paseaba tranquilamente, otros con prisa, seguramente por la falta de tiempo … A mi eso no me importaría, si hacía falta corría con todas mis fuerzas para llegar a donde quisiera … Ya no soportaba estar viva, la agonía de estar postrada en una silla sin poder moverse me corrompía. Por ello, una calurosa tarde de mayo decidí poner fin a mi situación, quitarme la vida … seguramente a mamá no le dolería tanto verme muerta que sabiendo que estaba allí, siguiendo respirando para nada. Su dolor y el mío se acabarían al fin. Miré por última vez por la ventana y ví pasar a un hombre me no sé a qué vino el caso, me llamó la atención; era alto, de complexión fuerte, y de media melena rubia, no distinguí bien sus ojos, aunque pensé que debían de ser preciosos. Caminaba despacio por la acera de enfrente acercándose hasta la esquina de mi calle, mientras yo le observaba con detenimiento. Entonces fue cuando nuestras miradas se clavaron y en ese momento me pareció que el tiempo se había detenido para mí. ¡Dios mío! Se tropezó y le faltó poco para rozar el suelo … yo me agarré a los barrotes de la ventana, (vivía en una planta baja), y no pude evitar esbozar una risita. Él volió a mirarme y sonrío con inocencia, como un niño avergonzado tras haber sido observado haciendo alguna trastada. Su mano derecha se alzó al aire gesteándome un saludo y mi corazón se aceleró de alegría. Después se marchó … No paré de mirarle hasta que mis ojos dejaron de alcanzarle. Después me incorporé bien en la silla empleando el mayor esfuerzo con mis brazos, sin dejar de pensar en la silueta de aquel hombre de cabellos rubios y de brillante sonrisa. Ya no quería desaparecer de este mundo, como planeé, solo deseaba volver a verle a él, aunque fuera unos instantes, y poder contemplar su ser. La verdad es que no sabía nada de su vida, cabía la posibilidad de tener una vida feliz al lado de una mujer, ofreciéndola todos los días al despertar un beso de buenos días, acompañado de un “ te quiero”, dando su vida por ella … Tampoco sabía su edad, pero parecía joven. Mi cabeza se llenaba de mil pensamientos que podían relacionarse con esa persona, y al final acababa pensando que no tenía ninguna posibilidad de estar con él y menos en mi situación. “Mas me había enamorado …” Mi corazón me lo decía en silencio, era la primera vez que me ocurría algo así; un escalofrío recorría todo mi ser … Ahora por muy duro que fuera, tendría que esperar a que volviéramos a encontrarnos de nuevo … Los días pasaban y ese momento no llegaba, ya no tenía esperanzas … Tan sólo fue un casual encuentro que provocó el destino, para que sufriera más todavía. Hasta que un día de suma tristeza lo volví a ver, yo me encontraba en la puerta del portal de mi bloque tomando un poco el aire y venía despacio por la misma acera de la otra vez. Volvimos a mirarnos, pero enseguida apartó la vista y se fue por otro camino, como si no hubiera pasado nada. la razón era obvia, el hecho de ver que era minusválida le hizo cambiar de idea … Me puse a llorar amargamente llevándome las manos a la cabeza, otra vez había caído presa de la oscuridad y del dolor. “Dolor” Una tarde le ví plantado unos metros frente a mi puerta, se estaba atando la cordonera del zapato y sin poder evitarlo salí tan rápido como pude de mi casa … “Pasó algo” Al bajar el único escalón de la portería, la silla resbaló y caí al suelo, entonces aquel hombre vino en mi ayuda y nos conocimos. Ya sabía de que color eran sus ojos, eran acaramelados … con un toque de miel … por lo que abundaba la dulzura. Sentía como su corazón latía con fuerza, y sus palabras se entrecortaban al hablar. Desde aquel día comenzó a venir cada tarde para hacerme compañía y sinceramente estaba más feliz que nunca teniendo su amistad. “Aunque yo le amaba …” Me confesó que él nunca había estado con ninguna mujer que de verdad la quisiera, que sus experiencias le habían dejado un mal recuerdo … un mal sabor de boca y un dolor intenso. Tenía 30 años … pero eso a mi no me importaba. Cada día un poco mas cerca de mí; me acariciaba mientras yo le hablaba, me regalaba un beso en la mejilla si me ponía triste … Y antes de marcharse, me cogía las manos y me las llenaba de besos mientras él cerraba los ojos para sentirlas con más intensidad. También me llevaba de paseo por cualquier lugar que le pidiera, decía que lo tenía todo bajo control, eso me hacía sonreír. Pero, una tarde sus ojos me miraron con diferencia, estábamos en un parque situado cerca del centro, me cogió una mano y me mostró una sonrisa. Me dijo que rea muy hermosa, que deslumbraba … Mientras me acariciaba la mano me susurraba al oído: “Deseo juntar mis labios con los tuyos” Y besarme como nunca antes lo había hecho; llevaba deseándolo desde el primer día en que me vio por primera vez … quería darme lo que ningún hombre me habría dado jamás. Lo único que quería era ofrecerme su amor, porque me aceptaba de verdad, por ser yo misma. De mis ojos brotaron lágrimas de felicidad, y sin más dilación nos besamos con pasión. No podía explicar lo que sentía en ese momento, donde todo lo que había a nuestro alrededor se desvaneció quedándonos solos él y yo, en compañía del más puro … “Amor” Bueno, ¿ os a gustado el paseo? Espero de corazón que lo halláis entendido, que el amor no se busca, ni llama a tu puerta, el amor se encuentra cuando menos te lo esperas, ya seas como seas, en esta vida hay una persona nacida para ti, la persona que completa tu otra mitad … tu alma gemela ….
Hoy sigo aquí, acompañada de mi hija Scarlett
y de mis dos nietos de 15 años, sosteniendo un hermoso ramo de flores para depositarlas en donde se encuentra mi verdadero amor, que ahora es un ángel y, aunque ya no esté aquí con nosotros, siempre permanecerá a nuestro lado, hasta el final … Y cuando a mí me llegue la hora de marchar, él estará esperándome para recibirme con los brazos abiertos …