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¿Qué es el amor?

¿Es sólo una palabra?


¿Alguien lo sabe realmente?

Todo el mundo tiene un sueño en común, u objetivo si


la palabra mencionada no era la adecuada para
algunos de vosotros …
Estoy hablando del amor, pero, no me refiero a la
clase de amor que te pueda dar una madre, un
hermano … sino algo muy distinto, aunque la palabra
en sí sea la misma.
“amor”
La pregunta es … ¿ Existe un alma gemela para cada
uno de nosotros?
Bueno, si queréis averiguarlo, acompañadme en un
largo recorrido a lo más profundo de mis recuerdos …
“ El pasado”

Tal vez gran parte de la sociedad se pasa toda una


vida buscando a su otra mitad, incluso no logran
encontrarla …
Yo lo que hacía era esperarla, aunque, tenía la
completa certeza de que nunca me conocería, mas
he aprendido que no se deben de perder las
esperanzas, pese a mi situación; soy minusválida …
apresada en una silla de ruedas de por vida. Y os voy
a contar que todo fue gracias a mi maldita rebeldía, y
poca cabeza.
Por querer demostrar algo que no sabía hacer, y de
que tenía las suficientes agallas como para
demostrarles que era igual de chula como ellas y me
aceptaran en su grupo popular. La oportunidad se
mostraba ante mí, porque a decir verdad nadie quería
estar conmigo.
La tenía a escasos centímetros de rozar mis manos,
hasta que la toqué, acaricié, era una Kawasaki que
pertenecía a una de las chicas que formaban el
grupo. Me subí a ella y a los pocos segundos todo se
tiñó de oscuridad, no recuerdo que pasó, solo que
quedé gravemente herida y cuando desperté me
encontré ingresada en la UCI.
Mis lesiones cicatrizaron, salvo mis piernas, que
nunca más volverían a responderme a causa de que
el mayor golpe se lo llevó mi espalda.
No sabéis lo mucho que me arrepiento de haber
querido mostrar algo que no era realmente, por
intentar gustarle a los demás … nunca lo hagáis, os
lo digo por experiencia. No hay nada peor que querer
aparentar algo que en realidad no eres, porque al
final se descubre la verdad y es cuando deseas
haberte quedado en casa solo …
Bien, transcurrido los acontecimientos … ya no podía
valerme por mí misma, mi desgraciada madre tenía
que soportar tal carga conmigo que el esfuerzo la
estaba devorando por dentro.
Cumplí los 20 años y mi vida se hallaba sumergida en
una eterna oscuridad, donde sólo reinaba el dolor y el
llanto.
Me pasaba las horas mirando por la ventana; veía a
la gente que paseaba tranquilamente, otros con
prisa, seguramente por la falta de tiempo …
A mi eso no me importaría, si hacía falta corría con
todas mis fuerzas para llegar a donde quisiera …
Ya no soportaba estar viva, la agonía de estar
postrada en una silla sin poder moverse me
corrompía. Por ello, una calurosa tarde de mayo
decidí poner fin a mi situación, quitarme la vida …
seguramente a mamá no le dolería tanto verme
muerta que sabiendo que estaba allí, siguiendo
respirando para nada.
Su dolor y el mío se acabarían al fin.
Miré por última vez por la ventana y ví pasar a un
hombre me no sé a qué vino el caso, me llamó la
atención; era alto, de complexión fuerte, y de media
melena rubia, no distinguí bien sus ojos, aunque
pensé que debían de ser preciosos.
Caminaba despacio por la acera de enfrente
acercándose hasta la esquina de mi calle, mientras
yo le observaba con detenimiento.
Entonces fue cuando nuestras miradas se clavaron y
en ese momento me pareció que el tiempo se había
detenido para mí. ¡Dios mío! Se tropezó y le faltó
poco para rozar el suelo … yo me agarré a los
barrotes de la ventana, (vivía en una planta baja), y
no pude evitar esbozar una risita.
Él volió a mirarme y sonrío con inocencia, como un
niño avergonzado tras haber sido observado
haciendo alguna trastada.
Su mano derecha se alzó al aire gesteándome un
saludo y mi corazón se aceleró de alegría. Después
se marchó …
No paré de mirarle hasta que mis ojos dejaron de
alcanzarle. Después me incorporé bien en la silla
empleando el mayor esfuerzo con mis brazos, sin
dejar de pensar en la silueta de aquel hombre de
cabellos rubios y de brillante sonrisa.
Ya no quería desaparecer de este mundo, como
planeé, solo deseaba volver a verle a él, aunque
fuera unos instantes, y poder contemplar su ser. La
verdad es que no sabía nada de su vida, cabía la
posibilidad de tener una vida feliz al lado de una
mujer, ofreciéndola todos los días al despertar un
beso de buenos días, acompañado de un “ te quiero”,
dando su vida por ella …
Tampoco sabía su edad, pero parecía joven.
Mi cabeza se llenaba de mil pensamientos que podían
relacionarse con esa persona, y al final acababa
pensando que no tenía ninguna posibilidad de estar
con él y menos en mi situación.
“Mas me había enamorado …”
Mi corazón me lo decía en silencio, era la primera vez
que me ocurría algo así; un escalofrío recorría todo mi
ser …
Ahora por muy duro que fuera, tendría que esperar a
que volviéramos a encontrarnos de nuevo …
Los días pasaban y ese momento no llegaba, ya no
tenía esperanzas …
Tan sólo fue un casual encuentro que provocó el
destino, para que sufriera más todavía.
Hasta que un día de suma tristeza lo volví a ver, yo
me encontraba en la puerta del portal de mi bloque
tomando un poco el aire y venía despacio por la
misma acera de la otra vez. Volvimos a mirarnos,
pero enseguida apartó la vista y se fue por otro
camino, como si no hubiera pasado nada. la razón
era obvia, el hecho de ver que era minusválida le hizo
cambiar de idea …
Me puse a llorar amargamente llevándome las manos
a la cabeza, otra vez había caído presa de la
oscuridad y del dolor.
“Dolor”
Una tarde le ví plantado unos metros frente a mi
puerta, se estaba atando la cordonera del zapato y
sin poder evitarlo salí tan rápido como pude de mi
casa …
“Pasó algo”
Al bajar el único escalón de la portería, la silla resbaló
y caí al suelo, entonces aquel hombre vino en mi
ayuda y nos conocimos.
Ya sabía de que color eran sus ojos, eran
acaramelados … con un toque de miel … por lo que
abundaba la dulzura.
Sentía como su corazón latía con fuerza, y sus
palabras se entrecortaban al hablar.
Desde aquel día comenzó a venir cada tarde para
hacerme compañía y sinceramente estaba más feliz
que nunca teniendo su amistad.
“Aunque yo le amaba …”
Me confesó que él nunca había estado con ninguna
mujer que de verdad la quisiera, que sus experiencias
le habían dejado un mal recuerdo … un mal sabor de
boca y un dolor intenso. Tenía 30 años … pero eso a
mi no me importaba.
Cada día un poco mas cerca de mí; me acariciaba
mientras yo le hablaba, me regalaba un beso en la
mejilla si me ponía triste …
Y antes de marcharse, me cogía las manos y me las
llenaba de besos mientras él cerraba los ojos para
sentirlas con más intensidad.
También me llevaba de paseo por cualquier lugar que
le pidiera, decía que lo tenía todo bajo control, eso
me hacía sonreír.
Pero, una tarde sus ojos me miraron con diferencia,
estábamos en un parque situado cerca del centro, me
cogió una mano y me mostró una sonrisa.
Me dijo que rea muy hermosa, que deslumbraba …
Mientras me acariciaba la mano me susurraba al
oído: “Deseo juntar mis labios con
los tuyos”
Y besarme como nunca antes lo había hecho; llevaba
deseándolo desde el primer día en que me vio por
primera vez … quería darme lo que ningún hombre
me habría dado jamás. Lo único que quería era
ofrecerme su amor, porque me aceptaba de verdad,
por ser yo misma.
De mis ojos brotaron lágrimas de felicidad, y sin más
dilación nos besamos con pasión. No podía explicar lo
que sentía en ese momento, donde todo lo que había
a nuestro alrededor se desvaneció quedándonos
solos él y yo, en compañía del más puro …
“Amor”
Bueno, ¿ os a gustado el paseo? Espero de corazón
que lo halláis entendido, que el amor no se busca, ni
llama a tu puerta, el amor se encuentra cuando
menos te lo esperas, ya seas como seas, en esta
vida hay una persona nacida para ti, la persona que
completa tu otra mitad … tu alma gemela ….

Hoy sigo aquí, acompañada de mi hija Scarlett


y de mis dos nietos de 15 años, sosteniendo un
hermoso ramo de flores para depositarlas en
donde se encuentra mi verdadero amor, que
ahora es un ángel y, aunque ya no esté aquí
con nosotros, siempre permanecerá a nuestro
lado, hasta el final …
Y cuando a mí me llegue la hora de marchar, él
estará esperándome para recibirme con los
brazos abiertos …

“FIN”

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