GUANAJUATO
Erigi
ja en un regazo geografico natural, la ciudad
de Guanajuato da la impresién, a los que se pierden por
sus calles estrechas, de entrar a una obra de arte.
Por Ralph Rewes / Fotografia
Luis Manuel Ortiz
uanajuato tiene muchas riias
ondulantes y romanticas, pe-
ro la mas conocida es una tan
estrecha que los balcones casi
se unen frente a frente. Desde que
se construyé la ciudad, los enamo-
rados, con un minimo esfuerzo,
han intercambiado besos furtivos
de balcén a balcén, Los transetn-
tes, que desde abajo miraban con
picardia la frecuente escena, termi-
naron por bautizar la rua “Callejn
del Beso.”
‘Anidada en una hondonada, a
2042 metros sobre el nivel del mar
ya s6lo 418 kilémetros al noroeste
de la ciudad de México, Guanajua-
to conserva la herencia de su pasa~
da gloria y una inusitada belleza ar-
quitecténica, acentuada por las
piedras multicolores que adornan
las calles y edificios. Todo ello sirve
para crear el ambiente acogedor y
Célido que funde armoniosamente
el fervor patridtico mexicano y el
apasionado romanticismo que le
dejaron, en herencia cultural, sus
primeros colonizadores espafoles,
procedentes de Andalucia
Al llegar la primavera, crece mas
aun el espiritu romantico de su
pueblo amante de las artes. Y en
ese ambiente novelesco, el grupo
de Teatro Universitario prepara la
confecci6n del vistoso vestuario de
época, reparte los papeles princi-
pales entre los mas destacados ac-
tores y jcomienzan los ensayos de
los entremeses cervantinos! El es-
cenario no podria ser mejor: las
pequefias plazas coloniales, que
tienen un fondo extraordinaria~
mente a propdsito para las obritas
clasicas del teatro espanol.
Para no romper la atmésfera ma-
gica creada por los artistas, los ve~
Cinos que viven en las casas aleda-
has a las plazas donde se montan
las obras, se visten con trajes tipi
cos de la época de los entremeses,
si tienen, por necesidad, que salir a
la calle én el momento en que se
esté efectuando la representacién.
‘Ala Universidad se sube por una
escalinata casi vertical. La ascen-
sién es tan dificultosa como la de
una pirdmide, pero permite al pa-
blico sentarse comodamente en los
escalones para presenciar las obras
representadas abajo, en la plaza
Ultimamente el repertorio de este
festival popular —que se extiende
desde marzo hasta mediados de ju-
— incluye obras de autores co-
mo Federico Garcia Lorca que,
aunque de este siglo, es tradicional
en su teatro.
LOS ORIGENES DE GUANAJUATO
Varios grupos auctéctonos se dis-
putaron violentamente esta hondo-
nada desde muchisimo antes de la
Megada de los espaiioles. Los taras-
cos desplazaron del lugar alos oto-
mies, que a su vez habian expulsa~
do, én el 1400, a los chichimecas.
Los tarascos, al tomar control de la
hondonada, la llamaron “Quanas-
huato” o “Lugar de Ranas.” Esta
referencia no tiene que ver con
una supuesta abundancia de estos
batracios, sino que alude a los
monticulos en forma de rana que
se encuentran en el noreste.
Las tropas espafiolas se dieron
cuenta del valor estratégico que la
geogratia de Guanajuato ofrecia y,
OGuanajuen 1546, poco después de la con-
quista de México, levantaron un
fuerte en el lugar. La formacion de
la ciudad, sin embargo, estuvo im-
pulsada por el descubrimiento de
Sus riquezas argentiferas. La codi-
Gia por la plata provocé el flujo de
los colonos espanoles
Dos muleteros, en ruta de Zaca~
tecas hacia la ciudad de México,
hallaron accidentalmente plata en
un lugar que se encuentra al este
del Cerro del Cubilete. Fue el pi
mer descubrimiento de una serie
de ellos. Mas tarde, en 1550, se
descubrié una segunda mina al
norte de la ciudad actual
Finalmente, con el hallazgo de la
veta madre en 1558, Guanajuato se
convirtié en un centro minero de
extraordinaria importancia. La pro-
duccién de plata, en los dos siglos
siguientes, fue un cuarto del total
extraido en México. La ciudad se
enriquecid, prosperé y aument6 su
poblacién rapidamente. A finales
del siglo XVIII, Guanajuato alojaba
unos cien mil habitantes... cin-
cuenta y cinco mil mas de los que
tiene en la actualidad.
LAS FORMAS DE LA TIERRA
CON LA TIERRA MISMA
Se da mucho el caso, en el mundo
hispanico, de que un albaail sin
preparacion construya mansiones
—como las regias edificaciones co-
loniales— mientras que un arqui-
tecto de otras culturas necesitaria
para ello largos afios de estudio. Es
como si la habilidad de construir
fuera innata en los miembros de
esta amalgamada combinacién de
pueblos y razas.
En Mexico, donde la cultura
quijotesca y paradéjica de los ibe-
ros —constructores de conventos,
campanarios, fuentes, palacios y
fortalezas— sé une con las culturas
autéctonas de decenas de razas
que tenian pasion por las formas
Balcones, faroles, macetas de flores
multicolores, techos de tejas: la
presencia andaluza esta por doquier
‘en Guanajuato (como se aprecia en
estas tres fotos) y mas aun en el
Callején del Beso (pag. opuesta).
‘Antes, los besos se intercambiaban
arriba, de balcén a balcén; ahora, los
novios aprovechan la estrechez de la
rda para besarse en la calle.
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