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Vol Nt enero unio 2001, Archivos bolivianos de historia de la medicina LOS PRIMEROS LIBROS DE MEDICINA EN AMERICA RESUMEN Es simplemente una apariencia que los conquis- tadores espanioles en los sigis iniciales del colo: hnigje en América hayan implantado en su torai- dad los procedimientos médicos de Europa. En este trabajo se hace referencia a los primeros in resos realizados en el nuevo continente con tex- tos ¢ ideas médicas importadas, Pero con el tiem- ola medicina nativa fue tomando su lugar apor- tando sus propios conocimientos de herbolaria ara hacer crecer a terapéutica mundial, SUMMARY It may appear that spanish conquerors implanted European medical procedures during the frst centuries of colonialism in America. This work refers to the frst printed papers on the new continent which included imported texts and medical ideas. However as tne passed by, native medical science was taking its place and aported its own knowledge of herbolaria to world therapeutics. TPreidete de la Sociedad Bolviana de Hsorade laMedicina fli Oruo Dr. Alfonso Gamarra Durana® Eli de las imprentas y los autores médicos Las primeras imprentas en América comenzaron a funcionar en unas dependencias secundarias del edificio donde se iniciaron, en junio de 1553, las ensefianzas a la Universidad de México, que fue autorizada por real cédula de 21 de septiembre de 1551. En la vecindad de éstas se encontraban las fabricas de campanas que mantenfan las autorida- des episcopales. La labor tipogréfica se inicié con el texto de un contrat establecido en Sevilla el 12 de junio de 1539, ante el escribano piblico Alfonso de Barre- +a, mediante el que se legalizaba la ereacién de ‘una tipografia en la ciudad de México. El docu- mento comprendfa tres contratos con Juan Cromberger, alemén que vivia a orillas del io Guadalquivir a fines de 1500. Su empleado Giovanni Paoli o Juan Pablos -su nombre castllanizado — habia lepado desde Brescia, Este atravess el Atlitico y se puso a drdenes del vi- rrey don Antonio de Mendoza y del famoso obis- po fray Juan de Zumérraga. En abil de 1540 ya funcionaba la imprenta en ague local 33 Archivos bolivianos de historia de la medi El primer libro publicado en América fue Escala spiritual de San Juan Climaco, traducida del la- tin por fray Juan Estrada O.P. Fue impresa proba- blemente en la tipografia de Cromberger por su -gerente Juan Pablos en 1539. Otras investigacio- nes sefialan que el primer libro amet realidad el “Catecismo de la Virgen Maria” de Vindel Francisco de Salamanca, impreso en 1534 cn laciudad de México". A fines de ese aio 1539 aparecis en la ciudad de México “La Breve y mis compendiosa Doctrina Christiana” en lengua cano fue en ‘mexicana y castellana que fue escrita con el im- pulso de fray Juan de Zumérraga. En 1560 el bresciano se independiz6 y se convirtié en editor de esos tiempos con Ia publicacién de “Manuale Sacrementarum” con caracteres géticos y roma: En 1558, Antonino de Espinosa, empleado de Juan Pablos, instal6 por su parte maquinaria propia en un Jocal vecino ala antigua iglesia de San Agustin, Se dice que 61 fue el primero en usar una marca tipogeéfica que individualizaba su industria. El yerno de Juan Pablos, Pedro Ocharte, natural de Rudn manejé también una maquinaria propia y se destacé por la belleza artistica en sus acabados. De alli salié la “Opera Medicinalia” del doctor Francisco Bravo (1570), el “Tratado de Historia ‘Natural” del doctor Juan de Cardenas (1591) y la segunda edicién del “Tractado Breve de Medici- nna” (1592), escrita por padre Agustin Farfén, La primera es ef mas antiguo libro de medicina im- preso en el Nuevo Continente, segtin se dice en AA. Stolz”. Ia fue utilizado asimismo por Juan Pablos en la motivo ornamental de su cardtu- edicién de los “Didlogos Latinos” de Francisco Cervantes de Salazar ina Vol7 NE 1 - enero junio 2001 Ms tarde aparecié otro italiano en la novisima ‘empresa editora de México, fue el turinés Anto- rio Ricardo O Ricciardi. A partir de 1577, éste imprimié una serie de libros, entre los que se des- tacan los primeros libros de instruccin quirdrgi. ‘ea que hayan visto la luz en la América: “Summa y recopitaciGn de chirugia” (1578) de Alonso Léper. de Hinojosa, cirujano del Hospital Real de San José de los Naturales; y “Tractado breve de anathomfa y chirurgia” (1579) de fray Agustin Farfén, A.comienzos de marzo de 1580, Antonio Ricardo se alejé de México llevando todos sus implemen. tos de imprenta para arribar al floreciente Pert de centonces. En Lima publics sus primeros volime- nes (1584), entre los cuales se encontraban las Constituciones y ordenanzas de la Universidad de San marcos" xiste evidencia de que ya en 1583, se habia impreso en Sudamérica el Catecismo de Santo Toribio ordenado por el Primer Concilio Limense ® Sialinicio las publicaciones fueron exclusivamen: te de cardeter religioso, se debi6 a que la ensefian. za de la medicina se instaurd tardfamente en la tuniversidad mexicana, que fue la protectora de todas esas ediciones, cabe recordar que en 1578 nose habian fundado atin las catedras de medici- Uno de los primeros libros valiosisimos para la medicina fue De la naturaleza y virtudes de las plantas y animales que recogié en cuatro libros en idioma latin, Esta obra fue traducida, aumentada yy enriquecida con “muchos secretos curatives” por fray Francisco Ximénez, “hijo del convento de S, 54 Dr. Alfonso Gamarra Durana \Vol7 NE 1 «enero junio 2001 Archivos bolivianos de historia de la medicina Domingo de México, natural de la Villa de Luna del Reyno de Aragén’ dda de Diego Garrido, en la esquina de la calla de Tacuba, y en la Porterfa de S. Domingo”. Esta obra fue realizada en ef hospital de Santa Cruz de 1615. Véndese en la tien- Huastepec sobre los apuntes del médico italiano Antonio Nardo Recchi®, EI Dr. De Micheli cita como libros pioneros y fur damentales de la medicina del coloniaje a “Teso- bo- rado en el mismo hospital por el cura Gregorio ro de medicinas para todas enfermedades Lépez, © impreso por Francisco Rodriguez Lupercio. EI primer texto americano de anatomé se edita en 1685 con el nombre de Principia Medicinae, Epitome, et Totus Humani Corpor Fabrica porel doctor Diego Ossorioy Peralta, Mis tarde, en 1727 don Marcos José Salgado, natural de Pucbla, escribe un tratado de fisiologia deno minado Cursus Medicus Mexicanus, y que sale de laimprenta de la viuda de Bernardo Caléerén, Dos sucesos extraordinaros e verifican posterior- ‘mente, aunque con cracteristicas modesta, apa- rece una revista cientific - literaria “Gazeta de Literatura” y posteriormente, la publicacién que ‘vendria a ser la primera revista médica en estas latitudes, el "Mercurio Volante” (a partir de 1772) La terapia utiliza la herbolaria ancestral En la época que nos ocupamos, las bases anaté- micas y fisiol6gicas ain se debatfan en las penum- bras de teorfas que no buscaban la experimenta- cin, Se desatinaba con explicaciones raras sobre las ondas del pulso, se ataban deducciones en la creencia de ciertas porosidades existentes en los tabiques del corazén, por ejemplo; y Ia terapia buscaba vencer el sintoma, evitando el diagn6sti- 60. ignorando la patogenia. En el mundo conoci do antes de los viajes de Col6n, la actuacién de la ‘medicina se reducta a uilizarel recurso de la her- bolaria, y venciones ¢ infelices resultados. Los chinos, ra- {rugia se realizaba con erradas inter- bes y posteriormente los europeos reconocieron las virtudes de los vegetales e hicieron desarrollar Iabotinica como medio fundamental terapéutico. Como sucedié cuando los ejércitos de Alejandro ‘Magno conquistaban el Asia, y cuando los mu, sulmanes dominaban extensos territories intercontinentales, la inteligencia médica recolee taba los conocimientos de los paises sojuzgados, y lejos de hacer desaparecer los rasgos de sus cul turas las utilizaban modificdndolas con los aspec- tos de su propio conocimiento. Este tipo de amalgama beneficiosa para los enfer: ‘mos sucedis igualmente cuando los espafiolesen- contraron una riqueza incomparable con los botd- nicos aborigenes de América. En Europa se ex- tendis el prestigio de su medicina cuando difun- 4i6 los éxitos de la farmacopea indigena: los pue- blos conquistado, a su vez, recibieron conocimien- tos trafdos de la farmacopea indigena; los pueblos conquistados, a su vez, recibieron conocimientos traidos de allende los mares que ayudaron para aplicar sus medicaments naturales. Riquisimo fue el arsenal de medicamentos en las regiones utéetonas americanas antes de la legada de los europeos. En México especialmente, los vende- dores de hierbas tenfan un rol importante en el ‘mantenimiento de la salud, pero ellos también uti lizaban medios minerales y animales. En los pri- ‘meros dias de la conquista de Tenochtitlan Hernan Cortez informs al rey Carlos V de estas habilida- des de los indigenas'. Del material wilizado s6lo, 35 Archivos bolivianos de historia de la medicina se conoce una fnfima parte pues la riqueza que se guardaba escrita en Yucatan fue destruida por in- dicaciones del obispo Landa. Sin embargo, han resistido la barbarie de los conquistadores espa- jioles algunos escritos como el Codigo Badiano, ccuyo tinico ejemplar se guarda en la biblioteca vticana, Es un trabajo importantisimo de comien- 0s del siglo XVI que fue escrito en néhuatl por ‘médico aborigen Martin de la Cruz, Juan Badiano To tradujo al latin y lo acompafié de ilustraciones Para conocer las formas de prescripeidn indige- nas y orientamos en el contenido patol6gico de sus apreciaciones tomamos de “Libellus de ‘Medicinalibus indorum Herbies” conocido como Cédigo Badiano, de los autores Martin de la Cruz y Juan Badiano’ Contra el calor del corazén: “Es provechosa paras clalor del corazén una pocién hecha en agua con el jugo de la rafz de tlacacanzohtli, perla blanca, cristal, esmeralda muy verde, berilo y piedra xiuhimolli, con acamallételt, Todo esto molido con cespigas” Contra la opresidn molesta del pecho: "Si el pe- cho se siente oprimido como por una replecién y se halla angustiado, lavese una rafz del Tlatacctic cen agua caliente y luego macérese, Beba el pa- ciente un poco del jugo obtenido. Con esa pocisn vomitard y arrojard del pecho lo que le constr ‘Se anotaba una serie de hierbas que nacfan cerca de determinadas piedras para calmar el dolor del pecho: tetldhuitl, teoiztaquilitl, tatlaolton, tlacalhuatzin, ayauhtli, ete ol 7 Nt enero - junio 2001 Contra el dolor del corazén: “Aquél a quien le duela el corazén, osiente en él bochornes, beberd la pocién que sigue: hier’ nonochton, que nace cerca de los hormigueros, oro, mbar, eoxibuitl, chichiltic, tapachtli, tetahuill, con corazén que. mado de venado. Todo se quema y se muele y se dan agua”, En 1552 Marin de la Cruz, sin conocer todavia la lengua espafiola, escribié su libro que result6 ser cesencial para determinar los orfgenes de la med cina autsctona, Era un listado de vegetales, con las descripciones para reconocerlos, y para em- plearlos en distintas formas de preparacion: lo tla mativo de esas pigina es que sefialan también sin tomas de las enfermedades a tratar, donde apare cen clasificadas muchas enfermedades a tratar, donde apatecen clasificadas muchas enfermeda- des que no se reconocian o se confundian en Eu- ropa. En esa época se lefa la Historia general de las co- sas de Nueva Espafia de fray Bernardino de Sahagdin, en la que los biblidgrafos médicos no encuentran ese proceder de clasificacién diagndstica. En el Cédigo Badiano se hizo un in- tento de ordenamiento de las enfermedades ear- diacas, mientras que Sahagtin slo referia las I siones de la pared tordeica y tinicamente anots la tos y la hemoptisis como traduccién de padeci- mientos interiores, “Tal vez sea razonable supo- ner que Sahagiin no haya considerado al coraz6n como un érgano capaz de enfermar, de acuerdo con las ideas que venian de la medicina hipocratica ¥¥ continuaban después en los textos de Plinio’ fen estos textos se anotaba que el corazén era la sede del calor, y que no podia enfermarse “ni su frir los castigos de la vida’ 56 Dr Alfonso Gamarra Durana Yol7N? 1 -enaro = junio 2001 Archivos bolivianos de historia de la medicina tr libro que circulo en la Nueva Espafay pro bablemente en los otros territorios del vasto im perio espafiol en América fue Ia Historia Natura de la Nueva Espafa escrita por Francisco Hernindez, el protomédico de Indias por manda- to de Felipe I, y que abare6 varios tomos con re ferencias alas plantas que se empleaban para el tratamiento de padevimientos. En éste como en otro libro de esa época, la Verdadera medicina, cirugia y astrologia, que el doctor Juan Barrios publicé en 1607 después de haber Hegadocn 1589 4 la Nueva Espana, se descubre la impronta que hace el conocimiento herbario de los indgenas sobre la concepeién europea de la medi seguta ain a Hipdcrates y Galeno ”. Es probable asimismo que ninguno de los libros {que hemos citado, originados en las primeras épo- ccas de Ia ocupacién espaiila, se haya librado de recibir influencias de los conceptos en las prime ras épocas de la ocupacin espafiola, se haya li- bbrado de recibir influencias de los conceptos eu- ropeos en boga. Por otra parte, hay autores actua- les que creen ver que, en el aspecto dela funcidn cardfaca y el tratamiento de sus enfermedades, los espafloles se mantuvieron retrasados durante mu- cho tiempo frente al conocimiento quiérase 0 que estaba mas desarrollado porque Jos mexicanos lograron ad: no, anatémico ~ de los natural quiriro al extraer el corazén, depositarloen el agua woftecerto al sol, en sus procedetes rituals. Hemos revisado los planteamientos de algunos autores en el intento de hacer una comparacién de los conocimientos anatémicos y la direccién de la Sarmacopea indigena entre las civilizaciones del México primitivo y del Kollasuyo, Hegando a la cconclusidin de que éstos tltimos se servian, aparte de su prictica magica y de sus procedimientos ‘quinirgicos obligados. de una riguisima herbola- ria que era aplicada como medicacién sintomatica mientras que su conocimiento topogrifico de las enfermedades era muy abstracta y difusa, uilizan- do los términos de sungo nanay, wisa nnanay y kira nanay para los dolores de corazén, ay, uma abdomen, cabeza y dientes, Elérmino onkoy que ‘en quechua significa enfermedad, se aplicaba tam- bign de un modo sneral, Sefialando las regiones donde estaba asentada la enfermedad. En ningu- node los casos se hacta una diferes scion de dis lintos padecimientos en érganos determinados. Predominaba en la concepcién magica de los cu. randeros o hechiceros el propsito de expulsar un supuesto cuerpo extrafo —fisico o espiritual ma. ligno sentido, el zumo de unas hojas (agata americana) limpiaba las Hlagas erénicas y malig :mulli (mole) levaba a la cicatrizacivn ripida de que habia ingresado al enfermo, En este hheridas infectadas, el estilo de la flor de la prime. ramente nombrada se tomaba en infusidn y aetua- ba como diurético: los cogotlos del thaqu (alga. rrobo) suministraba un colirio para asear los pir pados de secresiones; las hojas del tarwi en cata- plasma reducfan los abscesos; las hojas de palto en infusién eran estomiiquicos; las Nores de zapallo -y las hojas de papa servian como colagogos. Cada uno de ellos, con nombte propio en el idioma na- tivo, se acompafiaban con la presencia de piedras de toda clase y de amuletos Obritas Poblete dedu: ce que el uso del fermento del plitano verde y el ‘moho del unto de maiz con los que preparaban tuna pasta negruzca era para los kallawayas la antibio coterapia que les conducia a éxitos tera- 37 Archivos bolivianos de historia de la medicina péuticos, He sefialado esto muy someramente para indicar que su labor curativa era efectiva en cuan- tose trataba de dominar los sintomas pues les fl taba un entendimiento més aguzado de las distin- tas variedades de afecciones que podfa tener un Srgano o sistema en particular. Para no reer [Numerosos escritores piensan que al poner en la balanza la medicina forinea y la propia america- na, el fiel se inclina mostrando la superioridad de la nativa en cuanto a comprensién al paciente y la riqueza de elementos farmacoldgicos. En una pa- radoja que los conocimientos de medicina de los cconquistadores hayan llegado tardiamente, como para permitir que los indigenas siguieran con sus pricticas y los espaiioles ganaran experiencia en Ia observacién, quien sabe si para beneficio de los procedimientos curativos que eludieron las det vaciones equivocadas de la ensefianza en Europa. Fue la Inquisicién que impidi6 que los libros tle- garan al mismo compas que los caballos las es- padas, y por esa se vio que a fines del siglo XVIT cempezaron a llegar tardfamente las obras de Vesali y Paracelso. En una época en que autores y libros ‘aparecfan en proporciones crecientes, y aquellos, preocupados en comprender el sentimiento y su- ftimiento de los naturales, se ocupaban de enten- der los idiomas de esas comarcs como lo que hacia, a modo de ejemplo de nuestra posicisn, el dominico Domingo de Santo Tomés que saliendo de Valladolid (1560), lleg6 a tierras peruanas y cscribis la primera Gramatica y Léxico de la Len. gua Quechua y después pas6 del Bajo Perd a La Plata Vol 7 N? 1 -enara = junio 2001 ‘Aunque nose refiere ala medi tar aqui ciertos datos interesantes sobre los primi: tivos impresos en el Alto Per ‘el nombre de Fray Toms de San Martin a quien publica una primera gramética quechua con un extenso vocabulario del idioma de los incas en Valladolid y 1570.En 1607 escribe el jesuita Diego Gonzélez Holguin un nuevo vocabulario quechua. La primera imprenta que se instal6 en esta regin Un autor cita con fue en Juli, que estaba bajo la dependencia de la Audiencia de Chareas, e inicié sus trabajos en 1612", REFERENCIAS |. M. Arduz Ruiz Presencia Literaria La Paz, 16- VII-00 A. de Micheli: Los primeros libros médicos ‘novohispanos. Arch. Inst, Cardiol Méx. Vol SO. N° 1, 1980, pp 107-109, 3. Stolz. AM: Pedro Ocharte, el tercer impre- sor mexicano. Impr. Nuevo Mundo, Méx 1962, p. 10, 4. Medina J.T La imprenta en Lima Sgo! De Chile, 1904, vol I, p.3. 5. M, Arduz Vide supra 6. Hernan Cortez: Cartas de relacién. Edit Pornia, México 1976, p. 63 7. José Miguel Torre: La contribucién de la Nue- ‘va Espana ala Cardiologia, Arch. Inst Cardiol Méx.: Vol 50, 1980, pp 623-629). 8. Vasquez H, Mesa J. Gisbert T., Mesa C.D: Manual de Historia de Bolivia. Edit. Gisbert, La Paz, 1988, 58 Dr. Alfonso Gamarra Durana

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