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Educacitow parvo todoy Chducacén para toder no es un proyecto lucrativo, sino un esfuerzo colectivo de estudiantes y profesores de la UNAM para facilitar el acceso a los materiales necesarios para la educacién de la mayor cantidad de gente posible. Pensamos editar en formato digital libros que por su alto costo, o bien porque ya no se consiguen en bibliotecas y librerias, no son accesibles para todos. Invitamos a todos los interesados en participar en este proyecto a sugerir titulos, a prestarnos los textos para su digitalizacion y a ayudarnos en toda la labor técnica que implica su reproduccién. El nuestro, es un proyecto colectivo abierto a la participacion de cualquier persona y todas las colaboraciones son bienvenidas. Nos encuentras en los Talleres Estudiantiles de la Facultad de Ciencias y puedes ponerte en contacto con nosotros a la siguiente direccién de correo electrénico: eduktodos@hotmail.com http://eduktodos.dyndns.org INTRODUCCION AL CALCULO Y AL ANALISIS MATEMATICO INTRODUCCION AL CALCULO Y AL ANALISIS MATEMATICO Vol. | RICHARD COURANT y FRITZ JOHN DEL COURANT INSTITUTE OF MATHEMATICAL VERSION AUTORIZADA EN ESPANOL DE LA OBRA PUBLICADA EN INGLES CON EL TITULO: INTRODUCTION TO CALCULUS AND ANALYSIS. VouMe 1 © Joun Witey & Sons, Inc. CCOLABORADORES EN LA TRADUCCION SAUL HAHN GOLDBERG INGENIERO EN COMUNICACIONES Y ELECTRONICA LICENCIADO EN CIENCIAS FISICOMATEMATICAS Y PRO- FESOR OF MATEMATICAS EN LA EscUELA SUPERIOR ve Fisica v MATEMATICAS DEL InsTITUTO Pouéc- co Nacionat, México. ROLANDO V. JIMENEZ DOMINGUEZ INGENIERO EN COMUNICACIONES Y ELECTRONICA LicENcIADO EN FISICOMATEMATICAS Y PROFESOR OF FISICA EN LA EscuELA SuPenion O€ Fisica ¥ MATEMA- Ticas Det InstITuTO PouTécNico Nacionat, Mexico. JOSE S. FLORIO PROFESOA Y DOCTOR EN CIENCIAS MATEMATICAS. JEFE DE LA DIVISION DE CIENCIAS Y DIRECTOR DEL INsTITUTO TecNotdcico, UNIVERSIDAD DE LAS AMERICAS. LA PRESENTACION Y DISPOSICION EN CONJUNTO OE INTRODUCCION AL CALCULO Y AL ANALISIS MATEMATICO. Votunen 1 SON PROPIEDAD DEL EDITOR, NINGUNA PARTE DE ESTA COBRA PUEDE SER REPRODUCIOA O TRANSMITIOA, MEDIANTE NINGUN SISTEMA © METODO, ELECTRONICO (© MECANCO (INCLUYENDO EL FOTOCOPIADO,LA GAA- BACION © CUALOUER SISTEMA DE RECUPERACION ¥ ALMACENAMIENTO DE INFORMACION), SIN CONSEN TMIENTO POR ESCAITO DEL EDITOR Derechos RESERVADOS: © 1999, EDITORIAL LIMUSA, S.A. ve C.V. GRUPO NORIEGA EDITORES Batoeras 95, Mexico, D.F. C.P. 06040 @ (5)521-21-05 01(800) 7-06-91-00 (1 (5)512-29-03 limusa@noriega.com.mx © www.noriega.com.mx CANIEM Num. 121 DEcIMOSEXTA REIMPRESION Imeneso EN Mexico ISBN 968-18-0639-5 Prélogo En la segunda mitad del siglo xvur el nuevo andlisis matematico surgié como la fuerza dominante en la Matematica. Este anilisis se caracteriza por la extraordinariamente eficaz operacién que se funda en procesos infi- nitos, 0 sea, limites. Dos de estos procesos, la derivacién y la integracién, se convirtieron en la esencia de la disciplina, lamada CAlculo Diferencial e Integral 0, a menudo, simplemente “Célculo”, que es la base de todo el andlisis matematico. Se aprecidé, de inmediato, la importancia de los nuevos descubrimientos y métodos, los cuales causaron una profunda conmocién intelectual. Sin embargo, el dominio de este poderoso arte matematico constituyé, al prin- cipio, un objetivo formidable y dificil de lograr, ya que los textos sobre la materia eran escasos, poco sistematicos y, con frecuencia carentes de claridad. Por tanto, fue venturoso para la Matematica y para la Ciencia, en general, que las figuras principales del nuevo movimiento reconocieran pronto la vital necesidad de escribir tratados con el fin de que la materia fuera acce- sible a un piblico mucho mas numeroso que el pequefio circulo intelectual de esa época. Uno de los matemAticos més destacados de los tiempos mo- dernos, Leonhard Euler, estableci6 los fundamentos de una larga tradicién en sus libros introductorios; y aunque se ha progresado mucho en la acla- racién y simplificacién del material del Gilculo, estos libros del siglo xvur, en la actualidad atin son fuente de inspiracién. Después de Euler, los autores, uno tras otro, se solidarizaron con la separacién entre cdlculo diferencial y cdlculo integral y, al hacerlo, oscu- recieron un punto clave: la reciprocidad entre derivacién e integracién. Fue en 1927, cuando apareci6, publicada por “Springer-Verlag”, la primera edicién alemana de la obra de R. Courant “Vorlesungen iiber Differential and Integralrechnung”, que se eliminé tal separacién y el Calculo se pre- senté como una disciplina unificada. La presente obra se originé en aquel primer libro alemén y sus edicio- nes subsiguientes. A partir de 1939, con la colaboracién de James y Virginia 6 Prélogo McShane, la casa “Blackie & Sons” de Glasgow, preparé y publicé una versién inglesa muy ampliada y modificada, de la cual la Interscience-Wiley distribuyé numerosas reimpresiones en los Estados Unidos de Norteamérica. Con el transcurso de los afios, se hizo evidente que los programas de la ensefianza superior en los Estados Unidos, requerian una nueva revisién de la obra. Por otra parte, parecia poco prudente alterar las versiones originales que todavia son utiles. Asi, en vez de modificar la obra existente, se optd por complementarla con un libro esencialmente nuevo, relacionado en muchos sentidos con los originales europeos pero, en términos mas especificos, orientado para satis- facer las necesidades de la actual y futuras generaciones de estudiantes en los Estados Unidos. Tal plan resulté factible cuando Fritz John, que ya habia ayudado mucho en la preparacién de Ja primera edicién inglesa, convino en escribir de nuevo el libro con R. Courant. Aunque este libro difiere notablemente del original, tanto en forma como en contenido, tiene cl mismo propésito: guiar al estudiante directa- mente a la esencia del tema y capacitarlo para aplicar sus conocimientos. La obra evita el estilo dogmatico que oculta la motivacién de los conceptos y las raices que el Calculo tiene en la realidad intuitiva. Un importante objetivo que se persigue en este libro es mostrar la relacién reciproca entre cl anilisis matematico y sus diversas aplicaciones y destacar el papel de la intuicién. Esperamos que cierto énfasis en la precisién no interfiera con este objetivo. La Matematica presentada como un sistema de verdades, acabado y ordenado, sin referencia al origen y propésito de sus conceptos y teorias, tiene su encanto y satisface una necesidad filosdfica. Pero esa actitud intro- vertida en el campo de la ciencia, no cs adecuada para los estudiantes que buscan independencia intelectual, mas bien que indoctrinacién. Y menos- preciar las aplicaciones e intuicién conduce al aislamiento y atrofia en la Matematica. Entonces, resulta sumamente importante que estudiantes y maestros estén a salvo del purismo presumido. El libro esta dirigido a estudiantes de varios niveles, a matematicos, cientificos en general e ingenieros, No pretende facilitar la materia suavi- zando las dificultades, sino que, mas bien, trata de ayudar al lector since- ramente interesado, a base de aclarar las interrelaciones y propésitos de la obra en conjunto. En lugar de obstaculizar el acceso al caudal de hechos y propiedades por medio de largas exposiciones de cardcter fundamental, éstas se han Pospuesto, a veces, relegandolas a apéndices de los diversos capitulos. Se dan numerosos ejemplos y problemas al final de los capitulos. Algu- nos son fascinantes, otros Hegan a ser verdaderamente dificiles; y la mayoria de ellos complementan el material tedrico del texto. Se prepararé un manual complementario de esta obra con problemas y ejercicios de cardc- Prélogo 7 ter més rutinario, y, ademas, se agregardn respuestas y sugerencias para resolverlos. Muchos colegas y amigos han ayudado. Albert A. Blank no sdlo aporté ctiticas perspicaces y constructivas, sino que también desempefié un papel importante en la labor de ordenar, aumentar y seleccionar los. problemas y ejercicios y, ademas, asumié la responsabilidad principal de preparar el manual mencionado.* Alan Solomon ayudé, muy desinteresada y eficaz- mente, en todas las etapas de la preparacién del libro. También se les agradece a Charlotte John, Anneli Lax, R. Richtmyer, y a otros amigos, entre los que figuran James y Virginia McShane. Este volumen trata principalmente de funciones de una sola variable, mientras que en el Volumen II se estudiardn las teorias del Calculo més diversificadas para funciones de varias variables. Al lector se le debe hacer una observacién final, ya que podria resultar un fracaso tratar de dominar Ia materia estudiando un libro de este tipo pagina por pagina, sin desviarse del camino trazado. Se puede alcanzar gradualmente una mejor comprensién del tema y una visién mas amplia, sélo tomando atajos en Ja primera lectura y, luego, volviendo repetidas veces a los mismos temas, preguntas y dificultades. Se ha tratado de ayudar al lector sefialando con asteriscos ciertos tépi- cos que podrian causarle trastornos al estudiarlos por primera vez, asi como algunos de los problemas més dificiles. Esperamos que Ja obra, con este nuevo enfoque, ser titil a la joven generacién de cientificos. Estamos conscientes de sus muchas imperfeccio- nes, y sinceramente solicitamos comentarios criticos que podrian ser bene- ficiosos para mejoras posteriores. Ricuarp Courant Frirz Joun * Manual de Problemas de CAlculo y Anilisis Matematico, por Albert A, Blank, publicado en espafiol por la Editorial Limusa Contenido CAPITULO 1 Introduccién Ld 1.2 13 15 1.6 El continuo de nameros a. El sistema de nimeros naturales y su extensién. Nume- racién y medicién, 26 b. Numeros reales e intervalos encajados, 31 ¢, Fracciones decimales. Bases distintas a la de diez, 33. d. Definicién de vecindad o entorno, 36 e. Desigualdades, 36 El concepto de funcién a, Funcién-Grafica, 42 b. Definicién del Concepto de funciones de una variable continua. Dominio y rango de una funcién, 45 ¢. Representacién grafica. Funciones mo- nétonas, 48d. Continuidad, 55. El teorema del valor intermedio. Funciones inversas, 68 Las funciones clementales a. Funciones racionales, 71 b. Funciones algebraicas, 72 c. Funciones trigonométricas, 73 d. La funcién exponen- cial y el logaritmo, 74 . Funciones compuestas, pro- ductos simbélicos, funciones inversas, 76 Sucesiones Induccién matematica EI limite de una sucesién 1 1 1 a. dy ==, 84 bdo = 3 ams = —, 85 n m 2m n _ 2 On = , 86 d. a, = WP, 87 © ay = am = Wp, 8% 9 25 41 mt 79 10 Contenido ea, =a", 88 f. Tlustracién geométrica de los limites a” y Wp, 89 g La serie geométrica, 90h. an = Wn, 92 i. ay = Vn +1— Vn, 92 j. a, =a, para a > 1, 93 1.7 Discusién del concepto de limite a. Definicién de convergencia y divergencia, 93 b, Ope- raciones racionales con limites, 95 c. Pruebas intrinsecas de convergencia. Sucesiones monétonas, 96 d. Series infi- nitas y el simbolo de sumatoria, 98 e. El nimero e, 100 f. El ntimero = como limite, 103 1.8 El concepto de limite para funciones de una variable continua a. Algunas observaciones sobre las funciones elementa- les, 109 SUPLEMENTO S.1. Los limites y el concepto de ndmero a. Los niimeros racionales, 112. b. Ndmeros reales deter- minados por encaje de intervalos racionales, 113 *c. Or- den, limites y operaciones aritméticas para ntimeros rea- les, 115 d. Plenitud de continuo de némeros. Compacidad de intervalos cerrados. Griterios de convergencia, 117 e. Cotas. Extremo superior y extremo inferior, 120. f. Nu- merabilidad de los niimeros racionales, 121 S.2. Teoremas sobre funciones continuas S.3 Coordenadas polares S.A Observaciones sobre los niimeros complejos PROBLEMAS, 129 CAPITULO 2 Las ideas fundamentales del calculo integral y diferencial 2.1 La integral a, Introduccién, 142 b, La integral como un Area, 143 c. Definicién analitica de la integral. Notaciones, 145 93 105 110 112 123 125 126 142 2.2 2.3 24 25 26 27 28 29 Contenido Ejemplos elementales de integracién a. Integracién de una funcién lineal, 150 b. Integracién de x?, 152 ¢. Integracién de x* para enteros a ~1, 153 d. Integracién de x* para « racional distinto de —1, 156 ¢. Integracién de sen x y cos x, 157 Reglas fundamentales de integracién a. Aditividad, 158 b. Integral de una suma y de un pro- ducto con una constante, 159 c. Estimacién de integra- les, 160d. El teorema del valor medio para integrales, 161 La integral como funcién del limite superior (integral in- definida) E] logaritmo definido mediante una integral a. Definicién de la funcién logaritmo, 167 _b. El teorema de adicién para logaritmos, 169 Funcién exponencial y potencias a. El logaritmo del numero e, 171 b. La funcién inversa del logaritmo. La funcién exponencial, 172. La funcién exponencial como limite de potencias, 173d. Definicién de potencias arbitrarias de nimeros positives, 174. e. Lo- garitmos de base arbitraria, 175 La integral de una potencia arbitraria de x La derivada a. La derivada y la tangente, 178 b. La derivada como una velocidad, 183 c¢. Ejemplos de diferenciacién, 184 d. Algunas reglas fundamentales para la derivacién, 187 e. Derivabilidad y continuidad de funciones, 187 f. Deri- vadas superiores y su significado, 190, g. Derivada y co- ciente de incrementos. Notacién de Leibnitz, 192. h. El teorema del valor medio del calculo diferencial, 194 i. De- mostracién del teorema, 196 j. La apr ciones mediante funciones lineales. Defi ciales, 200k. Observaciones sobre aplicaciones a las cien- cias naturales, 205 La integral, la funcién primitiva y los teoremas funda- mentales del célculo a. La derivada de la integral, 206 b. La funcién primitiva y su relacién con la integral, 208 c. El uso de Ja funcién 150 167 171 12 Contenido primitiva para la evaluacién de integrales definidas, 211 d. Ejemplos, 212 Suplemento. La existencia de la integral definida de una funcién continua PROBLEMAS CAPITULO 3. Las técnicas del Ai PARTE A Derivacién e integracién de las funciones elementales 31 3.2 3.3 3.4 3.5, Las reglas mas simples para derivar y sus aplicaciones a. Reglas de la derivacién, 223 b. Derivacién de las fun- ciones racionales, 226. ¢. Derivacién de las funciones tri- gonométricas, 227 La derivada de la funci6n inversa a, Férmula general, 228 b. La inversa de la n-ésima po- tencia; la n-ésima raiz, 228 b. Las funciones trigonomé- tricas inversas. Multivalencia, 232d. Las formulas inte- grales correspondientes, 237 ¢. Derivada e integral de la funcién exponencial, 238 Derivacién de funciones compuestas a, Definiciones, 239 b. La regla de la cadena, 239 c. El teorema generalizado del valor medio del cdlculo dife- rencial, 243 Algunas aplicaciones de la funcién exponencial a. Definicién de la funcién exponencial por medio de una ecuacién diferencial, 244 b, Interés compuesto continua- mente, Desintegracién radiactiva, 245 c. Enfriamiento © calentamiento de un cuerpo por el medio ambiente, 246 d. Variacion de la presién atmosférica con Ia altura sobre a superficie de la Ticrra, 247 ¢. Progreso de una reac- cién quimica, 248 f. Apertura y cierre de un circuito eléctrico, 249 Las funciones hiperbélicas a. Definicién analitica, 250 b. Teoremas de adicién y {6rmulas para derivar, 252. Las funciones hiperbélicas inversas, 253d. Otras analogias, 255 213 217 223 223 223 228 239 244 250 3.6 *3.7 Contenido Maximos y minimos a.Convexidad y concavidad de curvas, 257 b. Maximos y minimos—Extremos relativos, Puntos estacionarios, 259 El orden de magnitud de Jas funciones a. El concepto de orden de magnitud, Los casos mas sim- ples, 269 b. Los érdenes de magnitud de la funcién exponencial y del logaritmo, 270 c. Comentarios gene- rales, 272 d. El orden de magnitud de una funcién en la vecindad de un punto arbitrario, 273 e. El orden de magnitud (pequefiez) de una funcién que tiende a cero, 273 f. Las notaciones “O” y “o” para érdenes de mag- nitud, 274 APENDICE Al A2 Algunas funciones especiales a. La funcién y = e*", 277 b. La funcién y = e/*, 278 ¢. La funcién’ y = tanh 1/x, 278 d. La funcién y= x tanh 1/x, 279 e, La funcién y= x sen 1/x, y (0) =0, 280 Comentarios sobre la derivabilidad de funciones PARTE B Técnicas de integracién 3.8 39 3.12 Tabla de integrales elementales El método de substitucién a, La formula de substitucién. Integral de una funcién compuesta, 285 b. Una deduccién alternativa de la {érmula de substitucién, 289 c. Ejemplos. Férmulas de integracién, 291 Otros ejemplos del método de substitucién Integracién por partes a. Formula general, 295 b. Otros ejemplos de integra- cién por partes, 297 c. Férmula integral para f(b) + f(a), 298 4. Formulas recursivas, 298. El producto infinito de Wallis para =, 300 Integracién de funciones racionales a, Los tipos fundamentales, 303. b. Integracién de los tipos fundamentales, 30¢ . Fracciones parciales, 306 257 269 276 276 280 282 285 14 3.13 PAI 3.14 3.15 3.16 Contenido d, Ejemplos de resolucién en fracciones parciales. El mé- todo de los coeficientes indeterminados, 308 Integracién de algunas otras clases de funciones a. Comentarios preliminares sobre la representacién racio- nal de la circunferencia y de la hipérbola, 310 b. Inte- gracién de R(cos x, sen x), 312 ¢. Integracién de R(cosh x, senh x), 313 *d. Integracién de R(x, VI-x*), 314 ¥e, Integracién de R(x, V/x*-1), 314 *£. Integracién de R(x, Vie#+1), 314 *g. Integracién de R(x, Vax*-+2bx +c), 315 *k. Otros ejemplos de reduccién a integrales de funciones racionales, 315 i. Comentarios sobre los ejemplos, 316 RTE C Otros pasos en la teoria del calculo integral Integrales de funciones clementales a, Definicién de funciones por medio de integrales. Inte- gtales y funciones clipticas, 317 b, Sobre la derivacién y la integracién, 320 Extensién del concepto de integral a, Introduccién. Definicién de integrales “impropias”, 320 b. Funciones con discontinuidades infinitas, 323 c. Inter- pretacién de la integral como un area, 323. d. Criterios para determinar la convergencia, 324. Intervalo de in- tegracién infinito, 325 f. La funcién gamma, 327. g. La integral de Dirichlet, 328 h. Substitucién. Integrales de Fresnel, 329 Las ecuaciones diferenciales de las funciones trigonomé- tricas a. Comentarios introductorios sobre las ecuaciones dife- renciales, 331 b. Sen x y cos x definidos mediante una ecuacién difcrencial y condiciones iniciales, 331 PROBLEMAS CAPITULO 4 Aplicaciones en Fisica y Geometria 41 Teoria de curvas planas a, Representacin paramétrica, 343 b. Cambios de para- metros, 345 c, Movimiento a lo largo de una curva, El 310 317 317 320 331 333 343 343 4.2 4.3 4.4 45, 4.6 47 *4.8 49 Contenido tiempo como un pardmetro. El ejemplo de la cicloide, 347 d. Clasificacién de curvas. Orientacién, 351 e. Derivadas, tangentes y normales en representacién paramétrica, 361 f. La longitud de una curva, 366g. La longitud de arco como pardmetro, 370 h. Curvatura, 372 i. Cambio de ejes de coordenadas. Invariancia, 378 *j. Movimiento uniforme en la teorja especial de relatividad, 381k. Inte- grales que expresan areas dentro de curvas cerradas, 382 1. Centro de masa y momento de una curva, 390m. Area y volumen de una superficie de revolucién, 391m. Mo- mento de inercia, 392 Ejemplos a. La cicloide comin, 394 b. La catenaria, 395 ¢. La elipse y la lemniscata, 396 Vectores en dos dimensiones a. Definicién de vectores mediante traslaciones. Notacio- nes, 398 b, Adicién y multiplicacién de vectores, 402 c. Vectores variables, sus derivadas e integrales, 410 a. Aplicacién a curvas planas. Direccién “rapidez” y ace- leracién, 411 Movimiento de una particula bajo la accién de fuerzas especificadas a. Ley de movimiento de Newton, 415 b. Movimiento de cuerpos en caida, 417 c. Movimiento de una particula restringido a una curva dada, 418 Cajda libre de un cuerpo venciendo la resistencia del aire El tipo mas simple de vibracién elastica Movimiento sobre una curva dada a. La ecuacién diferencial y su solucién, 424 b. Particula que se desliza hacia abajo sobre una curva, 426 c. Dis- cusién del movimiento, 428 d. El péndulo ordinario, 429 e. El péndulo cicloidal, 430 Movimiento en un campo gravitacional a. Ley universal de la gravitacién de Newton, 431 b. Mo- vimiento circular en torno al centro de atraccién, 433 c. Movimiento radial-Velocidad de escape, 435 Trabajo y energia 393 397 415 420 423 424 431 436 16 Contenido a. Trabajo realizado por fuerzas durante un movimiento, 436 b. Trabajo y energia cinética, Conservacién de la energia, 438 c. La atraccién mutua de dos masas, 440 d, El estiramiento de un resorte, 441 *e. La carga de un condensador, 442 APENDICE Al Propiedades de la evoluta A.2. Areas limitadas por curvas cerradas. Indices PR OBLEMAS CAPITULO 5 Desarrollo de Taylor 51 5.2 5.4 Introduccién: Series de potencias Desarrollo del logaritmo y de la tangente inversa a. El logaritmo, 461 b. La tangente inversa, 463 Teorema de Taylor a, Representacién de Taylor para polinomios, 464 b. Férmula de Taylor para funciones no polinomiales, 465 Expresiones y estimaciones para el residuo a. Expresiones de Cauchy y de Lagrange, 466 b, Una derivacién alternativa de la {érmula de Taylor, 469 Desarrollos de funciones elementales a. La funcién exponencial, 472 b. Desarrollos de sen x, cos x, senh x, cosh x, 473 ¢. La serie binomial, 475 Aplicaciones geométricas a, Contactos entre curvas, 477 b. Sobre la teoria de méximos y minimos relativos, 480 APENDICE I Al. 1 Ejemplo de una funcién que no se puede desarrollar en una serie de Taylor 442 442 453, 459 459 461 466 472 476 481 481 Contenido AL.2 Ceros ¢ infinitos de funciones a, Ceros de orden n, 482 b, Infinito de orden v, 482 A.L3 Expresiones indeterminadas *A.14 La convergencia de la serie de Taylor para una funcién con derivadas no negativas de todos los érdenes APENDICE II INTERPOLACION *A.IL1 El problema de la interpolacién. Unicidad AIL.2 Construccién de la solucién. Férmula de interpolacién de Newton AJL3 La estimacién del residuo AJL4 La formula de interpolacién de Lagrange PROBLEMAS CAPITULO 6 Métodos numéricos 6.1 Gilculo de integrales a. Aproximacién mediante rectingulos, 502 b. Aproxima- ciones refinadas-Regla de Simpson, 503 6.2 Otros ejemplos de métodos numéricos a. El “calculo de errores”, 509 *b. Cdlculo de 7, 512 ¥c. Céileulo de logaritmos, 512 63 Solucién numérica de ecuaciones a. Método de Newton, 514 *b. La regla de la posicién falsa, 517 c. El método iterativo, 518 d. Iteraciones y procedimiento de Newton, 521 APENDICE *A.1 Férmula de Stirling PROBLEMAS 490 493 495 496 501 514 523 523 526 18 Contenido CAPITULO 7 Sumas y productos infinitos 7 72 73 74 75 76 17 Los conceptos de convergencia y divergencia a. Conceptos basicos, 530 b. Convergencia absoluta y con- vergencia condicional, 532 c, Reordenamiento de térmi- nos, 536d. Operaciones con series infinitas, 538 Criterios de convergencia absoluta y de divergencia a. El criterio de comparacién. Mayorantes, 539 b. Inves- tigacién de la convergencia mediante la comparacién con la serie geométrica, 540 c. Comparacién con una inte- gral, 543 Sucesiones de funciones a. Procesos de limite con funciones y curvas, 545 Convergencia uniforme y convergencia no uniforme a. Comentarios generales y definiciones, 547 b. Un crite- rio de convergencia uniforme, 552. Continuidad de la suma de una serie uniformemente convergente de funciones continuas, 554d. Integracién de series uniformemente convergentes, 555, Derivacién de series infinitas, 557 Series de potencias a. Propiedades de convergencia de las series de potencias- Intervalo de convergencia, 558 b. Integracién y deriva- cidn de series de potencias, 560 c. Opcraciones con series de potencias, 561d. Unicidad del desarrollo, 562 “e. Fun- ciones analiticas, 563 Desarrollos en series de potencias de funciones dadas. El método de los coeficientes indeterminados, Ejemplos a. La funcién exponencial, 564 b. La serie del binomio, 565 c. La serie para arcsenx, 566 d. La serie para ar senh x= log{x + V(1+*)], 567 ©. Ejemplo de multiplicacién de series, 567 f. Ejemplo de integracién término a término (integral eliptica), 567 Series de potencias con términos complejos a. Introduccién de términos complejos en una serie de po- tencias. Representaciones complejas de funciones trigono- métricas, 568 *b. Un vistazo a la teoria general de fun- ciones de una variable compleja, 571 529 530 545 547 558 568 Contenido APENDICE Al AQ *A3 *AA Multiplicacién y divisién de series a. Multiplicacién de series absolutamente convergentes, 572 *b. Multiplicacién y divisién de series de poten- cias, 573 Series infinitas ¢ integrales impropias Productos infinitos Series en que aparecen niimeros de Bernoulli PROBLEMAS. CAPITULO 8 Series trigonométricas 81 8.2 8.3 8.4 85 Funciones periédicas a, Comentarios generales. Extensién periédica de una fun- cién, 590 b. Integrales calculadas sobre un periodo, 591 c. Vibraciones arménicas, 592 Superposicién de vibraciones arménicas a. Arménicas. Polinomios trigonométricos, 594 b. Bati- dos, 595 Notacién compleja a, Comentarios generales, 600 *b. Aplicacién al caso de corrientes alternas, 601 ¢. Notacién compleja para poli- nomios trigonométricos, 602 d. Una férmula trigonomé- trica, 603 Series de Fourier a. Coeficientes de Fourier, 604 b. Lema basico, 605 ¢. Demostracién de que d. Desarrollo de Fourier ‘para la funcién $(x) = x, 609 e. El teorema principal sobre desarrollos de Fourier, 611 Ejemplos de series de Fourier a. Comentarios preliminares, 615 b. Desarrollo de la fun- cién $(x) = x, 616 c. Desarrollo de x cos x, 616 d. La funcién f(x) = |x|, 617. Una funcién constante por 19 572 572 574 576 579 581 589 594 20 *A.L1 Alargamiento del Contenido trozos, 618 f. La funcién |sen x], 619g. Desarrollo de cos px. Descomposicién de la cotangente en fracciones parciales, El producto infinito para el seno, 619 h. Ejem- plos adicionales, 621 8.6 Discusién adicional sobre la convergencia a, Resultados, 621 b. Desigualdad de Bessel, 622 *c. De- mostracién de los corolarios (a), (b) y (c), 622. d. Orden de magnitud de los coeficientes de Fourier. Derivacién de series de Fourier, 624 *8.7 Aproximacién mediante polinomios trigonométricos y ra- cionales a, Comentario general sobre las representaciones de fun- ciones, 625 b. Teorema de aproximacién de Weierstrass, 626 *c. Aproximacién trigonométrica de Fejer para los polinomios de Fourier, usando medias aritméticas, 627 *d. Aproximacién en mevia y relacién de Parseval, 629 APENDICE I intervalo del periodo. Teorcma de la integral de Fourier *A.1.2 Fenémeno de Gibbs en puntos de discontinuidad *A.L3 Integracién de series de Fourier APENDICE II *A.IL1 Polinomios de Bernoulli y sus aplicaciones a. Definicién y desarrollo de Fourier, 636 *b. La fun- cién generadora, La serie de Taylor para la cotangente trigonométrica e hiperbélica, 639 c, La {érmula de la suma de Euler-Maclaurin, 642d. Aplicaciones. Des- arrollos asintéticos, 644 ¢. Sumas de potencias. Férmu- Ja de recurrencia para los nimeros de Bernoulli, 645 f. Constante de Euler y serie de Stirling, 646 PROBLEMAS 621 632 632 633 635, 636 636 649 Contenido CAPITULO 9 Ecuaciones diferenciales para los tipos mas simples OL 9.2 9.3 de vibraciones Problemas de vibracién en Mecdnica y en Fisica a. Las vibraciones mecdnicas mas simples, 652 b. Oscila- ciones eléctricas, 653 Solucién de la ecuacién homogénea. Oscilaciones libres a. La solucién formal, 654 b, Interpretacién de la solu- cién, 656 c. Satisfaccién de condiciones iniciales dadas. Unicidad de la solucién, 657 La ecuacién no homogénea. Oscilaciones forzadas a. Comentarios generales. Superposicién, 658 b. Solucién de la ecuacién no homogénea, 660 c. La curva de reso- nancia, 661d. Una discusién adicional sobre las oscila- ciones, 664 ¢. Comentarios sobre la construccién de ins- trumentos de registro, 665 LISTA DE FECHAS BIOGRAFICAS INDICE 21 651 652 654 658 667 INTRODUCCION AL CALCULO Y AL ANALISIS MATEMATICO Introduccién Desde la antigiicdad las nociones intuitivas de cambio continuo, cre- cimiento y movimiento, han atraido la atencién de las mentes cientificas. Empero, el camino hacia el entendimiento de variacién continua no fue logrado sino hasta el siglo xvit, cuando Ia ciencia moderna surgié y se desarrollé rapidamente en cercana conjuncién con el célculo integral y diferencial, llamado brevemente Calculo, y el andlisis matematico. Las nociones basicas del Calculo son las de derivada ¢ integral: la de- rivada es una medida de la “rapidez” de una variacién; la integral, una medida del efecto total de un proceso de cambio continuo. Una compren- sién precisa de estos conceptos y de su abrumadora fecundidad descansa sobre los conceptos de limite y funcién; los cuales a su vez dependen de un entendimiento del continuo de némeros. Sélo gradualmente, penetrando ms y més en la esencia del Calculo, puede uno apreciar su potencia y belleza. En este capitulo introductorio se explicarén los conceptos bésicos de nmero, funcién y limite, primero de manera simple e intuitiva, y des- pués mediante argumentos cuidadosos. 1.1 El continuo de nimeros Los enteros positivos 0 ntimeros naturales 1, 2, 3,... son simbolos abs- tractos para indicar “cudntos” objetos hay en una coleccién 0 conjunto de elementos discretos. Estos simbolos estén despojados de toda referencia a las cualidades con- cretas de los objetos contados, ya sea que se trate de personas, atomos, casas 0 cualesquiera objetos. Los niimeros naturales son el instrumento adecuado para contar ele- mentos de una coleccién o “conjunto”. Sin embargo, no bastan para otro objetivo igualmente importante: medir cantidades tales como la longitud de una curva y el volumen o peso de un cuerpo. La pregunta “;cudnto?” 25 26 Introduccion Cap. 1 no puede ser contestada inmediatamente en términos de los néimeros natu- rales. La profunda necesidad de expresar medidas de cantidades en términos dle lo que nosotros quisiéramos lamar nimeros nos obliga a extender cl concepto de némero de manera que podamos describir una graduacién con- tinua de las medidas. Esta cxtensién es llamada el continuo de nimeros 0 cl sistema de “niimeros reales” (un nombre no descriptive pero aceptado gencralmente). La extensién del concepto de némero al de continuo es de tal manera convincente que fue utilizada por todos los grandes mate- maticos y cientificos de épocas anteriores sin hacer preguntas escudrifia~ doras. No fue sino hasta cl siglo xtx que los matematicos sc vieron im- pulsados a buscar un fundamento Idgico mas firme para cl sistema de los ndmeros reales. La subsiguiente formulacién precisa de estos conceptos condujo. a su vez, a un progreso mayor en matemiticas. Principiaremos con un tratamiento intuitive sin complicaciones, y posteriormente se dari un anilisis ms profundo del sistema de los mimeros reales." a. El sistema de nidmeros naturales y su extensién. Numeracién y medicién Los ntimeros naturales y los racionales. La sucesién de ntimeros “na- turales” 1, 2, 3, ... se considera como dada. No se requiere discutir cémo estos entes abstractos, los ntimeros, pueden ser catalogados desde un punto de vista filoséfico. Para el matematico, y para cualquiera que trabaje con niimeros, es importante conocer solamente Jas reglas o leyes mediante las cuales éstos pueden combinarse para obtener otros niimeros naturales. Estas leyes forman la base de las reglas conocidas para sumar y multiplicar nti- meros en el sistema decimal; incluyon las leyes conmutativas a + b = b +a y ab ~ ba, las leyes asociativas a+ (b +c) = (a+b) +e y a(be) = ab)c, ia ley distributiva a(b + c) = ab + ac, la ley de la cancelacién, esto es que a ¢ = b +c implica a = b, ete. Las operaciones inversas, substraccién y divisién, no son siempre po- sibles dentro del conjunto de los nameros naturales; no podemos restar 2.de 1 o dividir 1 entre 2 y permanecer dentro de cse conjunto. Para hacer posibles estas operaciones sin restriccién, nos vemos obligados a extender cl concepto de niimero inventando el mimero 0, los enteros “negatives” y las fracciones. La totalidad de todos estos ntimeros se llama Ia clase 0 con- junto de ntimeros racionales; todos ellos sc obticnen de la unidad utilizando las “operaciones racionales” de cdlculo, a saber: la adicién, substraccién, multiplicacién y divisién.? 1 Una exposicién més completa sc da en What Is Mathematics? por Courant y Robbins, Oxford University Press, 196 2 Aqui, la palabra “racional’” no significa razonable o légico sino que se deduce de Ja palabra “razén”, significando la proporcién relativa de dos magnitudes. Sec. 1.1 El continuo de ntimeros 27 Un niimero racional puede expresarse siempre en la forma p/q, donde Py q son enteros y g=£0. Podemos hacer que esta representacién sea tinica exigiendo que q sea positivo y que p y q no tengan un factor comiin mayor que 1. Dentro del dominio de los ntimeros racionales todas las operaciones racionales, adicién, multiplicacién, substraccién y divisién (excepto la di- visién por cero), pueden efectuarse y producir nuevamente niimeros racio- nales. Como se sabe de la aritmética elemental, las operaciones con ntimeros racionales obedecen las mismas leyes que las operaciones con niimeros na- turales; por ello los ntimeros racionales extienden el sistema de enteros positivos en una forma completamente natural. Representacién grdfica de los ntimeros racionales. Los nimeros ra- cionales son usualmente representados en forma gréfica mediante puntos en una linea recta L, el eje numérico (0 recta numérica). Tomando un ——_— tt oot P -: —_—— a ee i ny 2 P ool — Figura 1.1 El eje numérico. punto arbitrario de L como el origen o punto 0 y otro punto arbitrario como el punto 1, utilizamos la distancia entre estos dos puntos como escala © unidad de medida y definimos la direccién de 0 a 1 como “positiva”. La linea recta con una direccién asi impuesta se llama recta dirigida. Es cos- tumbre dibujar a L de manera que el punto 1 se encuentre a la derecha del punto 0 (Fig. 1.1). La localizacién de cualquier punto P en L esté completamente determinada por dos partes de informacién: la distancia a P desde el origen 0 y la direccién de 0 a P (a la derecha o izquierda del 0). El punto P en ZL que representa un numero racional positive se encuentra a una distancia de x unidades a la derecha del 0. Un niimero racional negativo x es representado por el punto —x unidades a la izquier- da del 0. En cualquier caso la distancia del 0 al punto que representa a x se llama el valor absoluto de x, denotado por |x|, y se tiene x, si x es positivo o cero, —x, six es negativo Se observa que x nunca es negativo y es igual a cero sélo cuando x = 0. 28 Introduccién Cap. I Recordemos de la geometria elemental que con regla y compas es posi- ble subdividir la unidad de longitud en un nimero cualquiera de partes iguales. Se sigue que cualquier longitud racional puede ser construida, y, por lo tanto, que cl punto que representa un niimero racional x puede ser encontrado por métodos puramente geométricos. De esta forma se obtiene una representacién geométrica de ntimeros racionales mediante puntos en L, los Hamados puntos racionales. Conforme a nuestra notacién para los puntos 0 y 1, nos tomamos la libertad de de- notar tanto los niimeros racionales como los puntos correspondicntes en L por el mismo simbolo x. La relacién x < y para dos mimeros racionales significa geométricamen- te que el punto x se encuentra a la izquierda del punto y. En ese caso la distancia entre los puntos es y — x unidades. Si x > y, la distancia es x — y unidades. En cualquier caso la distancia entre dos puntos racionales x,y de L es |y — x! unidades y es también un namero racional. P +32 tt o12 ppt 77 oT Figura 1.2 Un segmento en L con puntos extremos a, b con a y = se interpretan de manera andloga. Sec. 1.1 El continuo de ntmeros 29 racional p/q cuya distancia desde P no excede 1/q unidades. El nimero 1/q puede hacerse tan pequefio como se desee escogiendo q como un entero positivo suficientemente grande. Por ejemplo, escogiendo q = 10" (donde n es cualquier nimero natural), podemos encontrar una “fraccién decimal” x = p/10" cuya distancia desde P es menor que 1/10". Aunque no se afirma que todo punto de L es un punto racional, se ve por lo menos que pueden encontrarse puntos racionales arbitrariamente préximos a cualquier punto P de L. Densidad La proximidad arbitraria de puntos racionales a un punto P dado de L se expresa diciendo: Los puntos racionales son densos en el eje numérico. Es claro que aun conjuntos menores de niimeros racionales son densos, por ejemplo, los puntos x = p/10", para todos los nameros naturales n y ente- ros p. La densidad implica que entre dos puntos racionales cualesquiera a y existe una infinidad de otros puntos racionales. En particular, el punto medio entre a y b, ¢ = 4(a + b), correspondiente a a media aritmética de los néimeros a y b, es nuevamente racional. Tomando los puntos medios de ay c, de b yc, y continuando de esta manera, se puede obtener cual- quier nimero de puntos racionales entre a y b. Un punto arbitrario P en L puede ser localizado con cualquier grado de precisién utilizando puntos racionales. Puede parecer entonces a primera vista que la labor de localizar P por un némero ha sido lograda introdu- ciendo los ntimeros racionales. Después de todo, en la realidad fisica las cantidades nunca se dan 0 conocen con absoluta precisin sino que siem- pre con sélo un grado de incertidumbre y por ello pueden muy bien ser consideradas como medidas por nimeros racionales. Cantidades inconmensurables. Los nimeros racionales, aunque densos, no bastan como base teérica de medicién por medio de nimeros, Dos can- tidades cuya raz6n es un nimero racional se Ilaman conmensurables, debido a que pueden ser expresadas como miiltiplos enteros de una unidad comin. Desde época tan remota como la de los siglos v o vr A.C. los matema- ticos y filésofos griegos hicieron el sorprendente y profundo descubrimiento de que existen cantidades que no son conmensurables con una unidad dada. En particular, existen segmentos de recta que no son miiltiplos racionales de un segmento unitario dado. Es facil dar un ejemplo de una longitud inconmensurable con Ia lon- gitud unidad: la diagonal / de un cuadrado con lados de longitud unidad. Pues, por el teorema de Pitdgoras, el cuadrado de esta longitud / debe ser 30 Introduccién Cap. 1 igual a 2. Por ello, si / fuese un ntimero racional y consecuentemente igual a p/q, donde p y q son enteros positivos, tendriamos p? = 2q®. Podemos suponer que » y g no tienen factores comunes, pues tales factores comunes podrian ser cancelados en primer lugar. De acuerdo con la ecuacién ante- rior, #2 es un mamero par; de aqui que mismo debe ser par, digamos p = 2p’. Sustituyendo p por 2p’ se obtiene 49/2 = 2q?, o bien q? = 2p/?; consecuentemente, g* seria par y por lo tanto q también par. Esto es lo mismo que decir, que p y q tienen ambos el factor 2. Sin embargo, esto contradice nuestra hipétesis de que p y q no tienen un factor comin. Pues- to que la suposicién de que la diagonal puede ser representada por una fraccién p/q da lugar a una contradiccién, la suposicién es falsa. Este razonamiento, ejemplo caracteristico de prueba indirecta, muestra que el simbolo \/2 no puede corresponder a ningiin ntimero racional. Otro ejemplo es =, la razén de la circunferencia de un circulo a su didmetro, La demostracién de que 7 no es racional es mucho mds complicada y se obtuvo solamente en tiempos modernos (Lambert, 1761). Es facil encontrar muchas cantidades inconmensurables (véase problema 1, p. 129) ; de hecho, las cantidades inconmensurables son, en cierto sentido, mucho m4s comunes de las conmensurables (véase p. 122). Ntimeros irracionales Debido a que el sistema de nimeros racionales no es suficiente para la geometria, es necesario inventar nuevos ntimeros ‘como medidas de canti- dades inconmensurables: estos nuevos niimeros se Ilaman “irracionales”. Los antiguos griegos no pusieron de relieve el concepto de niimero abs- tracto; sin embargo, consideraron entes geométricos, tales como segmentos de recta, como los elementos bdsicos. De manera puramente geométrica ellos desarrollaron un sistema légico para tratar y operar con cantidades incon- mensurables, asi como también con las conmensurables (racionales). Este logro tan importante, iniciado por los pitagéricos, fue desarrollado grande- mente por Eudoxio y est4 expresado extensamente en el famoso Elementos de Euclides. En los tiempos modernos las matematicas fueron creadas de nuevo y vastamente desarrolladas sobre el fundamento de conceptos nu- méricos en lugar de conceptos geométricos. Con la introduccién de la geometria analitica, se desarrollé una reversién de orientacién e importancia en la relacién antigua entre ntimeros y cantidades geométricas, y asi la teoria cldsica de los inconmensurables fue poco menos que olvidada u omitida. Se supuso como un hecho el que a todo punto del eje numérico le corres- ponde un nimero racional o irracional y que esta totalidad de némeros “reales” obedece las mismas leyes aritméticas que los nameros racionales. Sélo posteriormente, en el siglo xix, se sintié la necesidad de justificar Sec. 11 El continuo de niimeros 31 tal hipétesis y finalmente fue satisfecha completamente en un notable fo- Heto de Dedekind cuya lectura es fascinante atin hoy en dia? En efecto, Dedekind mostré que el tratamiento intuitivo e “ingenuo” seguido por todos los grandes matematicos desde Fermat y Newton hasta Gauss y Riemann estaba sobre la pista correcta: que el sistema de nimeros reales (como simbolos para las longitudes de segmentos, 0 definidos de al- guna otra manera) es un instrumento coherente y completo para la medi- cién cientifica, y que en este sistema las reglas de cAlculo del sistema de niimeros racionales siguen siendo validas. Sin perjuicio, podriamos dejarlo asi y dirigirnos directamente a la esen- cia del cdlculo. Sin embargo, para un entendimiento més profundo del concepto de niimero real, el cual es necesario para nuestro trabajo posterior, la siguiente explicacién, asi como el Suplemento a este capitulo, deberian ser estudiados. b. Naimeros reales ¢ intervalos encajados Por el momento imagincmos los puntos en una recta L como los ele- mentos basicos del continuo. Postulamos el que a cada punto en L le co- rresponde un “niimero real” x, su coordenada, y que para estos ntimeros x, y las relaciones recién descritas para los ntimeros racionales conservan su significado. En particular, la relacién x < y indica orden en L y la ex- presién |y — x| significa la distancia entre el punto x y el punto y. El problema bisico es cl de relacionar estos ntimeros (0 mediciones en el continuo de puntos dado geométricamente) con los nimeros racionales con- siderados originalmente y, por tanto, finalmente con los enteros. Ademis, debemos explicar cémo operar con los elementos de este “continuo de niime- ros” en la misma forma que con los nimeros racionales. Con el tiempo, formularemos el concepto del continuo independientemente de los concep- tos geométricos intuitivos, pero por ahora postergamos algo de la discusién mas abstracta hasta el Suplemento. gCémo podemos describir un néimero real irracional? Para algunos nue meros, tales como V2 0 =z, podemos dar una caracterizacién geométrica simple, pero esto no es siempre factible. Un método suficientemente flexible para obtener cualquier punto real x consiste en describir el valor x por una sucesién de aproximaciones racionales de precisién cada vez mayor. Espe- cificamente, aproximaremos x simulténeamente desde la derecha y desde la izquierda incrementando sucesivamente la precisién y de tal manera que el margen de error se aproxime a cero, En otras palabras, utilizamos una 1 R, Dedekind, “Nature and Meaning of Number”, en Essays on Number, Lon- dres y Chicago, 1901. (El primero de estos ensayos,” “Continuity and. Irrational Numbers”, proporciona una informacién detallada de la definicién y leyes de ope- racién con nimeros reales.) Reimpreso bajo el titulo Essays on the Theory of Num- bers, Dover, Nueva York, 1964. El original de estas traducciones aparecié en 1887 bajo el titulo “Was sind ‘und was sollen die Zahlen?” 32 Introduccién Cap. 1 “sucesin” de intervalos racionales que contienen a x, con cada intervalo de la sucesién conteniendo al siguiente de tal manera que la longitud del intervalo, y con él el error de aproximacién, puede hacerse, tomando inter- valos suficientemente alejados en la sucesién, menor que cualquier ntimero positive especificado. Para comenzar, confinese x a un intervalo cerrado I,'= [a:, bi], esto es, a, 0, puesto que de otra manera x hubiera sido un punto de subdivisién en algtin paso anterior, Se sigue que Ina €s el intervalo [x, x + 1/10"**] 0 bien el intervalo [x — 1/10*+3, x]. En cl primer caso x sera el punto extremo izquierdo de todos los intervalos Pposteriores In.2, Insa, ..., y en el segundo caso, el punto extremo derecho. Esto nos Ileva entonces a la representacién decimal x = ey + O.ciee~* ¢9000 © bien a la representacién x = cq O.cyes"** (en — 1) 99999 De aqui que el ‘nico caso en el cual puede surgir una ambigiiedad es para un ndmero racional x que pucda ser escrito como una fraccién que tiene una potencia de diez para su denominador. Podemos atin eliminar esta am- bigiiedad excluyendo representaciones decimales en las cuales todos los digitos a partir de cierto punto son nueves. En la representacién decimal de nimeros reales el papel especial desem- pefiado por el néimero diez es puramente incidental. La tinica razén evi- dente para el extenso uso del sistema decimal es la facilidad de contar por Sec. 1.1 El continuo de ntimeros 35 decenas con nuestros dedos (digitos). Todo entero » mayor que uno puede servir igualmente bien. Podrian utilizarse p subdivisiones iguales en cada paso. Un niimero real x seria entonces representado en la forma = cy + O.crests***, donde co es un entero, y ahora cz, ¢z,... tienen uno de los valores 0, 1, 2, ...,p — 1, Esta representacién caracteriza nuevamente a x por un encaje de intervalos, a saber 1 eottat: z z > 1 SedSateat+aeto one ae Si x es positivo 0 cero, el entero cy es también positive o cero, y el propio €o tiene un desarrollo finito de la forma Co = do + pd, + pd, +--+ + phdy, donde do, ds, ..., dy toman uno de los valores 0, 1,..., p — 1. La repre- sentacién completa de x “en la base p” toma la forma = dydy.z*** dydo.Cx626a" Si x es negativo podemos utilizar este tipo de representacién para — x. 101.01 ++ 1. 0 1 10 uw 100 101 Popp Figura 1.4 La fraccién 2% en el sistema binario. Bases distintas a la de 10 han sido utilizadas extensamente en la ac- tualidad. Siguiendo la direccién de los antiguos babilonios, los astrénomos durante muchos siglos represcntaron sistematicamente los ntimeros como fracciones “sexagesimales”, con p = 60 como la base. Representacién binaria. El sistema “binario” con la base p = 2 tiene un especial interés tedrico y es til en el disefio légico de maquinas calcula- doras electrénicas. En el sistema binario los digitos tienen solamente dos valores posibles, el cero y el uno. El nimero *%, por ejemplo, seria escrito 101.01, de acuerdo con la férmula 21 i 1 . SSR Lt ROFL 1+ 5-0F—-1 — (ver Fig. 14). 4 2° Céleulo con mimeros reales. Aunque la definicin de nimeros reales y sus representaciones decimal infinita, binaria, etc., son naturales, puede no parecer obvio el que uno pueda operar con el continuo de niimeros exac- tamente como con ntimeros racionales, efectuando las operaciones racionales 36 Introduccion Cap. 1 y reteniendo las leyes de a aritmética, tales como las leyes asociativa, con- mutativa y distributiva. La demostracién es simple aunque algo tediosa. En lugar de dificultar el camino hacia la esencia viva del anilisis conside- rando la cuestién aqui, aceptaremos temporalmente la posibilidad de célculo aritmético ordinario con los néimeros reales, Una comprensin més profun- da de la estructura Iégica subyacente al concepto de miimero ser alcanzada cuando se descubra la idea de limite y sus implicaciones. (Ver el Suple- mento a este capitulo, p. 112.) d. Definicién de vecindad 0 entorno No sélo las operaciones racionales, sino también relaciones de orden o desigualdades para niimeros reales obedecen las mismas reglas que los mi- meros racionales. Pares de nimeros reales a y b con a 0 y b > 0, entonces a+b >0y ab > 0. Més atin, contamos con el hecho de que la desigual- dad a > b es equivalente con @ — b > 0. Consecuentemente, dos desigualda- des a> y c>d pueden ser sumadas para dar la desigualdad a+ c > b +d, puesto que (atc) —(b6+d) =(a—b) + (¢—d) es positivo por ser la suma de dos ntimeros positivos. (Restar las desigualda- des para obtener a— ¢ > 6 — d no es legitimo. ¢Por qué?) Una desigual- dad puede ser multiplicada por un nimero positive; esto es, sia>b y ¢ > 0, entonces ac > bc. Para la demostracién, observamos que ac — be = (a—b)c es positivo puesto que es el producto de ntimeros positivos. Si ¢ es negativo, podemos concluir de a> b que ac < be. Ms generalmente, se sigue de a>b>Oyc>d>0 que ac > bd. Es obvio geométricamente que la desigualdad es transitiva; esto es, si a>by b>, entonces a>. La transitividad? se sigue también inme- diatamente a paytir de Ja positividad de la suma (a—b) + (b—c) =a-c. Las reglas anteriores también se cumplen si se reemplaza el signo > por > en todas partes. Sean a y b nuimeros positives y obsérvese que a — b= (a+b)(a—b). Puesto que a + b es positive, concluimos que a* > 6? es consecuencia de tener a> b. Por tanto, una desigualdad entre nimeros positives puede ser “elevada al cuadrado”. Andlogamente, a > b? siempre que a > b > 0. De la ecuacién 1 atb (@ — b?), valida para todos a y b positivos, se sigue que la reciproca también es cierta; esto es, para a y b positivos, a? > b? implica a > b. Aplicando este resultado a los ntimeros a = x, b = \/y, para numeros positivos arbitrarios x, 9, * (N. del T.) El conjunto de los mimeros positivos, con las operaciones + y -, constituye un anilio, que es un subanillo de los reales. Para estos conceptos véase cualquier libro de introduccién al Algebra moderna, 1 La transitividad justifica el uso de la formula compuesta “a 23 éstos dan lugar a confusiones y engaiios, 38 Introduccién Cap. 1 encontramos? que \/x > \/y cuando x > y. Mas generalmente, Vx > V/y siempre que x > y > 0. De aqui que es legitimo tomar raiz cuadrada de ambos miembros de una desigualdad entre mimeros reales no negativos. Supéngase que a y b son positivos y n es un entero positivo. En la fac- torizacié6n a" — b= (a — b) (a! + ab +--+ bm) el segundo factor es positivo, Por ello a* — 6" tiene el mismo signo que a — b; si a” > b*, entonces a> b y si a* < b*, entonces a 0 y —x para x <0. Puede decirse también que |x| es el mayor de los ntimeros x y —x cuando x no es cero y es igual a ambos cuando x es cero. La desigualdad |x| —a, vemos que la desigualdad |x| 0_denota aquel nimero no negativo cuyo cuadrado es z. Con esta convencién |c] = Ve? para todo real ¢ puesto que [cl 0 y [el? = c2. De esto se obtiene la importante identidad |ayl ~ [x= ly] puesto que lay]? = (xy)® = x%9® = ([a] - yl)? Sec. 11 El continuo de ntmeros 39 que o igual a la suma de las distancias via un tercer punto y; (esto corresponde también al hecho de que en cualquier triéngulo la suma de dos de sus lados excede al tercero). Una demostracién formal de la desigualdad del triéngulo es facil de dar. Distinguimos los casos a + b > 0 y a+b <0. Enel primer caso la desigualdad establece que @ + b < aj + |b|; pero esto se obtiene trivial mente mediante la suma de las desigualdades a < |a| y b < |b]. En el se~ gundo caso la desigualdad del tridngulo se reduce a —(a + b) < |a| + (bl, la cual se obtiene nuevamente mediante la suma de —a < |a|, —b < |b}. Obtenemos inmediatamente una desigualdad andloga para tres canti- dades: Jat b +c] <|al + |b] + lel; pues, aplicando la desigualdad del tridngulo dos veces, resulta lat b+el=|(a+b) +e] <|a tb] + lel < [al + |b] + |e}. De la misma manera se obtiene la desigualdad més general lax + ag to + atl < Jaa] + Jaa] +++ + fal Ocasionalmente se requieren estimaciones para |a + b| por debajo. Ob- servamos que lal = |(a + 6) + (—b)|< [a + 5] + |b] = [a + 4] + |b, y por lo tanto, que la desigualdad la + b| > aj — (b| se satisface. La desigualdad de Cauchy-Schwarz Algunas de las desigualdades mds importantes utilizan el hecho obvio de que el cuadrado de un mimero real nunca es negative y que, consecuente- mente, una suma de cuadrados tampoco puede ser negativa. Uno de los resultados mas frecuentemente utilizados, obtenido de esta manera, es la desigualdad de Cauchy-Schwarz: (aiby + aby +++ + Gaba)? < (ax? + ag? + + ay?) (by? + Bae Hoo by?) Haciendo A=altal to +a, B= ayby + abs + C= be + bt tb la desigualdad se transforma en AC > B*. Para probarla observamos que para todo ¢ real es O-< (a: + ths)? + (az + tbe)? H2-° + (an + tp)? nbn; 40 Introduccién Cap. 1 puesto que el miembro derecho es una suma de cuadrados, Desariollando cada cuadrado y ordenando segtin las potencias de ¢, se encuentra que O0. Podemos suponer que C> 0, pues, ciertamente, B= AC = 0 cuando C = 0. Substituyendo entonces para ¢ el valor especial t= —B/C [que corresponde al minimo de la expresién cuadratica By B a+ rp4 crm c(r+4)+(4-2)], encontramos que Figura 1.6 Medias geométrica y aritmética de x ¢ y. En el caso especial x = 2 podemos escoger a=V%x a@=Vy b=Vy vs donde x ¢ y son nimeros positivos. La desigualdad adquicre entonces la forma (2Vxy)? < (x +y)®, 0 bien Esta desigualdad establece que la media geométrica \/xy de dos nimeros positivos, x, y, no excede nunca su media aritmética (x + y)/2. La media geométrica de dos nimeros, x, y, puede ser interpretada como Ia longitud de la altura en un triangulo recténgulo, cuya proyeccién sobre la hipotenusa la divide cn segmentos de longitud x e y respectivamente. Esta desigualdad Sec. 1.2 El concepto de funcidn 4. establece entonces que en un tridngulo rectingulo la altura no excede la mitad de la hipotenusa (ver Fig. 1.6)? 1.2 El concepto de funcién Desde el comienzo de las matematicas modernas en el siglc xvm el con- cepto de funcidn ha estado en el centro mismo del pensamiento matemitico. (Leibnitz parece haber sido el primero en utilizar la palabra “funcidn”.) Aunque Ia idea de las relaciones funcionales es significativa mucho mas alla del dominio matemitico, enfocaremos naturalmente nuestra atencién sobre funciones en el sentido matcmitico, esto es, sobre la conexién entre cantidades matemiticas por relaciones matematicas o prescripciones u “ope- raciones”. Una gran parte de las matemiticas y las ciencias naturales es dominada por relaciones funcionales, pues aparecen en todo el Analisis, la Geometria, la Mecdnica y otros campos. Por ejemplo, la presién en un gas ideal cs una funcién de la densidad y de la temperatura; la posicién de una molécula mévil es una funcién del tiempo; el volumen y la super- ficie de un cilindro son funciones de su radio y de su altura. Siempre que los valores de ciertas cantidades, a, 6, c,..., estén determinados por los de ciertas otras, x, 9, z,..., decimos que a, b, c,... dependen de x, z,..., 0 bien que son funciones de x, y, z,.... Ejemplos de relaciones fun- cionales estin dados mediante expresiones formales tales como las siguientes: a) La formula A = a? define A como funcién de a. Para a > 0, puede interpretarse A como el 4rea de un cuadrado de lado a. b) La formula yevl define y como funcién de x para todo x tal que —1 < «<1. Para x >0 esta funcién expresa el lado y de un tridngulo rectingulo con hipotenusa 1, en téminos del otro lado x. c) Las ecuaciones x to y=-e asignan valores a x y a y para cada t, y definen por ello a x y a y como funciones de #. Si se interpretan x ¢ y como las coordenadas rectangulares de un punto P cn cl plano, y ¢ como el tiempo, entonces nuestras ecuaciones describen la localizacin de P en el tiempo ft; en otras palabras, describen el movimiento del punto P. d) Las ecuaciones x y a +y¥ x+y _,,2 El lector interesado encontraré mas material en An Introduction to Inequa- lities, por E. F, Beckenbach y R. Bellman, Random House, 1961, y en Geometric Inequalities, por N. Kazarinoff, Random House, 1961. 42 Introduceién Cap. 1 definen @ y b como funciones de x ¢ y para x* -+ * £0. Interpretando las parejas de valores (x,y) y (a,b) como coordenadas rectangulares de dos puntos, vemos que las ecuaciones asignan a cada punto (x,y) [con excep- cién del origen (0,0)] una “imagen” (a,b). El lector puede verificar f4cil- mente que la imagen (a,b) se encuentra siempre en el mismo rayo desde el origen que el “original” 0 “antecedente” (x,y) y tiene la distancia rect- proca desde cl origen. Se habla de representar 0 “mapear” (x,y) sobre (a,b) por medio de las ecuaciones que expresan a y b en términos de xe y. En los ejemplos anteriores la ley funcional es expresada por férmulas cillas que determinan ciertas cantidades en términos de otras. Las can- tidades que aparecen en los miembros izquierdos, “las variables dependien- tes”, son expresadas en términos de las “variables independicntes”, en el miembro derecho. La ley matemitica que asigna valores Ginicos de las varia- bles dependientes a valores dados de las variables independientes se lama una Juncién. Esta no es afectada por los nombres x, y, etc., dados a estas variables. En el ejemplo c) se ticne una variable independiente ¢ y dos variables dependientes x, y, mientras que en el ejemplo d) hay dos varia- bles independientes, x e y y dos variables dependientes, a y b. La dependencia de y con respecto de x, por una relacién funcional, es indicada frecuentemente por la expresién breve: “y es funcién de x”.? a. Funcién-Grafica Dominio y rango de una funcién Las variables independientes usualmente se interpretan geométricamente como coordenadas de un punto en una o més dimensiones. En cl ejem- plo b) éste seria un punto en cl eje x; en el cjemplo d), un punto en el plano x, y. En ocasiones, las variables independientes son libres de tomar toclos los valores, como en los ejemplos a) y c). Sin embargo, a menudo existe alguna restriccién, inherente, o bien impuesta, y las funciones no estin definidas para todos los valorcs. El conjunto de valores o los puntos para los cuales una funcién esta definida constituye el “dominio” de la fun- cién. En el ejemplo a) el dominio es todo el eje a; en el b), el intervalo —1 0; la funcién y = x°, __.._1% x — Dominio Figura 1.10 Dominio y rango de una funcién en representacién gréfica, en el ‘intervalo” infinito ~ oo 0) denotard siempre el miimero no negativo cuyo cua- bolo Vx (paras drado es x. Si una curva es la grifica de una funcién, ésta es intersectada por cualquier paralela al eje y en a lo més un punto, puesto que a cada punto x en el intervalo de definicién le corresponde justamente un valor de y. EI circulo unitario representado por las dos funciones T= VIqe 6 ya-V ¢s intersectado por tales paralelas al eje y en mas de un punto. Las por- ciones de una curva correspondientes a diferentes ramas uniformes son co- nectadas en ocasiones una con otra, de manera que la curva completa es una sola figura que puede ser dibujada con un trazo de la pluma; por ejemplo, cl circulo (ver Fig. 1.12). Por otra parte, estas porciones pueden ser separadas completamente, como para la hipérbola (ver Fig. 1.13). Ejemplos. Consideremos algunos ejemplos adicionales sobre la repre- sentacién griifica de funciones. * (N, del T.) Esta es Ja Hamada “funcién de Dirichlet”, 50 Introduccion Cap. 1 y y NL A =i] 0 T 7 * 0 * Figura 1.12. Figura 1.13. a) yes proporcional a x, y = ax. La grdfica (ver Fig. 1.14) es una linea recta que pasa por el origen del sistema coordenado. b) yes una “funcién lineal” de x, y= ax tb. Figura 1.14 Funciones lineales. Sec. 1.2 El concepto de funcién 51 La grafica es una linea recta que pasa por el punto x = 0, y = 5; Ja cual, si a=£0, pasa también por el punto x= —b/a, y= 0; y si a=0 es una recta horizontal. ¢) 9 es inversamente proporcional a x: xin y= En particular, para a = 1 es ez il} ae de modo que y=1 paax=1, y=2 para x=4, y=4 para x=2 La grafica (ver Fig. 1.15) es una hipérbola rectangular, una curva simétrica con respecto a las bisectrices de los Angulos entre los ejes coor- denados. Esta funcién obviamente no esté definida para el valor x = 0, puesto que la divisién por cero no tiene significado. En la vecindad del punto ex- cepcional x = 0 la funcién tiene valores arbitrariamente grandes, tanto positi- vos como negativos; este es el ejemplo més simple de una discontinuidad infinita, un concepto que se discutird posteriormente (ver p. 59). Figura 1.15 Discontinuidad infinita. 52 Introduccién Cap. 1 0 Figura 1.16 Pardbola. d) yes el cuadrado de x: bs Como es bien sabido, esta funcién es representada por una parabola (ver Fig. 1.16). Analogamente, la funcién y = x° esti representada por Ia asi llamada parabola ctibica (ver Fig. 1.17). Figura 117 Pardbola cdbica. Sec. 1.2 El concepto de funcién 53 Funciones monétonas Una funcién que para todos los valores de x en un intervalo tiene el mismo valor y = a se denomina funcién constante, o simplemente constante; esta representada graficamente por una linea recta horizontal. Una funcién y = f(x) para la cual un incremento en el valor de x resulta siempre en un incremento en el valor de y, esto es, para la cual f(x) < f(x) siempre que x x3. Frecuentemente cs itil considcrar la representacién geométrica de una desigualdad. Por ejemplo, la desigualdad y > x? esta representada por el dominio sobre la parabola y = x? (Fig. 1.19). El interior del circulo unitario con centro en el origen (Fig. 1.20) se expresa por la desigualdad sty cl Frecuentemente, diversas desigualdades describen regiones mds compli- cadas cuyas fronteras consisten de diferentes secciones. Asi, el “primer” cuadrante del circulo unitario se describe por el sistema de desigualdades simultaneas: +P <1 x>0, yO. (Ver Fig. 1.21.) Figura 1.20 Grafica de x? + 9? <1. Sec. 1.2 El concepto de funcién 55 Figura 1.21 Gréfica de x2 + 9? <1, x >0, »>0. d. Continuidad Explicaciones intuitiva y precisa Las funciones y graficas que se acaban de considerar exhiben una pro- piedad de gran importancia en el célculo, a saber, la continuidad. Intui- tivamente, la continuidad significa que un pequefio cambio en la variable independiente x implica solo un pequefio cambio en la variable dependiente y = f(x) y excluye saltos en el valor de y; asi, la grafica consiste de un solo pedazo de curva. En contraste, una grifica y= f(x) que consiste de pedazos de curva separados por un vacio en una abscisa xo exhibe alli una discontinuidad de salto. Por ejemplo, la funcién* f(x) = sgn x, definida por f(x) = +1 para x>0, por f(x) = —1 para x <0 y f(0) =0 tiene una “discontinuidad de salto”? en xy = 0 (ver Fig. 1.22). La idea de la continuidad esté implicita en el uso diario de las matemé- ticas elementales, Siempre que una funcién y= f(x) esté descripta por tablas, tales como las logaritmicas 0 trigonométricas, el valor y puede ser registrado solamente para un conjunto “discreto” de valores de la variable independiente x; por ejemplo, a intervalos de 1/1000 o bien 1/100,000. Sin embargo, valores no registrados de la funcién pueden necesitarse para x intermedios. Entonces, tcitamente se supone que un valor no registrado f(x0) es aproximadamente el mismo que el de f(x) para una x vecina que aparece en la tabla, y que f(xo) puede ser aproximado precisamente como 1 Se pronuncia “‘signum” o bien “signo” de x. 2 ‘Técnicamente, la palabra “salto” se refiere solamente a la clase particular de discontinuidad en la’cual Ia funcién aproxima desde la derecha e izquierda valores que no coinciden simulténeamente con f(x»). Una discontinuidad “infinita” es exhi- bida por la funcién y = 1/x para x #0 y y= 0 para x = 0. Adin otros tipos de discontinuidades se discutiran posteriormente. 56 Introduccién Cap. 1 ee Figura 1.22. La funcién f(x) == sgn x se quicre si sélo los valores de x en la tabla se espacian suficientemente cerca uno con otro. La continuidad de la funcién {(x) para un valor xo significa justamen- te que f(x) difiere arbitrariamente poco del valor (xo) cuando x esta suficientemente cerca de xy. Las expresiones “difiere arbitrariamente poco” y “suficientemente cerca” son un tanto vagas y deben ser explicadas precisa- mente en términos cuantitativos. Prescribase cualquier “margen de precisién” o “tolerancia”, esto es, cualquier némero real positivo « (por pequefio que sea). Para la continuidad de f en x» se requicre que la diferencia entre f(x) y f(x») permanezca den- tro de este margen, esto es, que |f(x) — f(xo)| e para todo x distinto de cero, sin importar cudn préximo esté x de cero. La funcién sgn x ilustra el tipo mas simple de discontinuidad en un punto é, conocida como discontinuidad de salto, en la cual f(x) se aproxima a valores limite desde la derecha ¢ izquierda, conforme x se aproxima a valores limite £, que difieren, ya sea el uno del otro o bien del valor de / en el punto é.* La grdfica en x = & tiene entonces un vacio. Otras curvas con discontinuidades de salto estén bosquejadas en la Fig. 1.25 ay b; la definicién de estas funciones debera resultar evidente de las figuras.* En discontinuidades de este género existen tanto los limites por la dere- cha como por la izquierda. Volvamos ahora a discontinuidades en las cuales éste no es el caso. Las mas importantes de éstas son las discontinuidades infinitas o infinidades. Estas son discontinuidades andlogas a las exhibidas 1 La definicién precisa de limite se daré en la Seccién 1.7; para los comentarios descriptivos que se hacen aqui, una idea intuitiva es suficiente. 2” En todos estos ejemplos de discontinuidades de salto, los limites de la fun- cién por la derecha y por la izquierda en el punto de discontinuidad poseen valores diferentes. El ejemplo trivial de la funcién f(x) definida por Hx) =0 para x0, f(x) =1 para x=0 ilustra una discontinuidad de salto en la cual los limites desde ambos lados son iguales entre si pero difieren del valor de f en el punto mismo ¢ de discontinuidad. Se tiene entonces una singularidad eliminable. Aqui f puede hacerse continua cam- biando solamente el valor de f en ¢ de modo que coincida con los limites desde am- bos lados. 60 Introduccién Cap. 1 x y ° ° a x 0 0 () (0) Figura 1.25, por las funciones 1/x y 1/x* en cl punto x = 0; conforme x->0, el valor absoluto |f(x)| de la funcién crece mas alla de toda cota. La funcién 1/x crece numéricamente mis all4 de toda cota a través de valores positivos y negativos respectivamente, conforme x se aproxima al origen desde la iz~ quierda y desde la derecha. Por otra parte, la funcién 1/x? tiene para x = 0 una discontinuidad infinita en la cual el valor de la funcién crece Figura 1.26 Grafica de funcién con discontinuidad infinita. See. 1.2 El conceplo de funcién 61 mAs all de cualquier cota positiva conforme x se aproxima al origen desde ambos lados (ver Fig. 1.26 y Fig. 1.27). La funcién 1/(x — 1) mostrada en la Fig. 1.27 posee discontinuidades infinitas tanto en x = 1 cocmo en x=oL Un ejemplo de otro tipo de discontinuidad en el cual no existe ningén limite desde la derecha o desde la izquierda es la funcién par “lineal por pedazos”, y = f(x), ilustrada en la Fig. 1.28, la cual esta definida para todos los valores de x distintos de cero como sigue. Esta funcién toma alter- nativamente los valores +1 y —1 para los valores —x de la forma -£1/2*, Figura 1.27 Funcién con discontinuidades infinitas. donde n es cualquier entero: f(-+1/2") 1)". En todo. intervalo 1/2"#8 0, existan cantidades § > 0 (Ilamadas médulos de continuidad) tales que |f(x) — f(x0)| < © para todos los valores de x en el dominio de f para los cuales |x — xl < 8. Un médulo de continuidad proporciona in- formacién sobre la sensibilidad de f a los cambios en x. Un médulo de continuidad 8 nunca es tinico; puede ser siempre reemplazado (para las mismas x) y e) por cualquier cantidad positiva menor 8’, puesto que x — xo] <8" implica |x ~ xo] <8 y por ello |f(x) — f(xo)| eo puede utilizarse el mismo médulo de continuidad que para e = eo. Andlogamente, debemos tomar en cuenta solamente los puntos x en el dominio de f situados en una vecindad arbitraria de x»; digamos, aquellos puntos con |x ~ xo < 80, pues- to que puede siempre reemplazarse cualquier médulo de continuidad 8 por uno menor que no exceda a 89. La continuidad de f en xo es una propiedad local, es decir, una propiedad que depende solamente de los valores de f en alguna vecindad de x» arbitrariamente pequefia. Como se ha visto, la funcién f puede ser continua para algun xo y dis- continua para otros x. Una funcién se denomina continua en un intervalo si es continua en cada punto del intervalo. Para cada xo del intervalo se tiene entonces un médulo de continuidad 8 = 8(e) el cual puede esperarse que varie con x», reflejando las diferentes proporciones segiin las cuales y varia al variar x cerca de puntos xp diferentes. Se dice que f cs uniformemente continua en un intervalo si puede en- contrarse un médulo uniforme de continuidad 8 = 8(e) para ese intervalo, esto es, uno que no dependa del punto particular xo del intervalo. Por lo tanto, f(x) es uniformemente continua en un intervalo* si para cada e positivo existe un numero positivo 8 tal que |f(x) — f(xo)| 0. Puesto que todo tal valor x» puede scr incluido en algdn intervalo a 0, y hay que considerar x = 0. Aqui el cociente incremental se torna arbitrariamente grande para x suficientemente pequefios, y, por lo tanto, no puede ser acotado por una constante fija L. De aqui que no sea posible elegir 5(e) proporcional a e; pero existen otros médulos de continuidad no lineales para esta funcién, por ejemplo 5(e) = e2. La funcién Vx pertenece a la clase general de funciones llamadas Hélder”,*# que satisfacen una “condicién de Halder” Wfl%_) — flxy)| SZ ley — xy)" ‘continuas de para todos x,, x, de un intervalo, donde L y a@ son constantes fijas, estando el “exponente de Hilder” a restringido a valores 0 Oy de la funcién inversa g(x) = Vx para x > 0 (ver Fig. 1.34). 1.3 Las funciones elementales a. Funciones racionales Pasemos ahora a un breve repaso de las conocidas funciones elementales. Los tipos més simples de funcién se construyen mediante aplicacién repe- tida de las operaciones elementales, adicién y multiplicacién. Si se aplican estas operaciones a una variable independiente x y a un conjunto de mi- meros reales as, ..., dy se obtienen los polinomios y= ag + ax to + ayn, Los polinomios son las funciones més simples del andlisis y, en cierto sentido, las basicas. Cocientes de tales polinomios, de la forma a + ax +++ + yx” bo + yx i + bx? Figura 1.35. Potencias de +. 72 Introduccién Cap. 1 son las funciones racionales generales; éstas estan definidas en todos los puntos donde el denominador es distinto de cero. El polinomio mas simple, la funcidn lineal y=axtb, se representa grdficamente por una linea recta. Toda funcién cuadrdtica +bxte se representa por una pardbola. Las graficas de polinomios de tercer grado y= ax y = ax* + bx? Fox td, se llaman a veces “parabolas de tercer orden”; etc. Las grificas de Ja funcién y =.x" para exponentes n = I, 2, 3, 4 estan dadas en la Fig. 1.35. Para valores pares de n Ia funcién y = x® satisface la ecuacién {(—x) = f(x), y es por ello una funcién par; mientras que para valores impares de n la funcién satisface la condicién {(—x) = f(x), y es por lo tanto impar. El ejemplo ms simple de funcién racional que no es un polinomio es la funcién y = 1/x mencionada en la p. 51; su grdfica es una hipérbola equilatera. Otro cjemplo es Ia funcién y = 1/x? (ver Fig. 1.26, p. 60). b. Funciones algebraicas De inmediato nos vemos obligados a salir del conjunto de funciones ra- cionales debido al problema de formar sus inversas. El ejemplo tipico es la funcién Wx, Ia inversa de x", Se ve facilmente que la funcién y = x" para x > 0 es monétona creciente y continua. Tiene por cllo una inversa univaluada, que se denota por el simbolo x = Vy, o bien, intercambiando las letras utilizadas para las variables dependientes e independientes, ya We Por definicién, esta raiz es siempre no negativa. Para valores impares de n la funcién x" es monétona para todos los valores de x, incluyendo valores negativos. Consecucntemente, para valores impares de n la definicién de xn, Ww puede extenderse de manera Unica a todos los valores de x; y en este caso Wx es negativa para valores negativos de x. Con mayor generalidad, puede considerarse la funcién WR(x), donde R(x) es una funcién racional. Otras funciones de tipo semejante se forman aplicando las operaciones racionales a una o mis de estas funciones especiales, Asi, por ejemplo, pueden formarse las funciones Sec. 1.3 Las funciones elementales 73 xt Ver Wx Estas funciones son casos especiales de funciones algebraicas. (El concepto general de una funcién algebraica se definird en el Volumen II.) y c. Funciones trigonométricas Las funciones racionales y las funciones algebraicas se definen directa- mente por medio de las operaciones elementales de cAlculo, pero la geometria es la fuente de la cual obtenemos primero ejemplos de otras funciones, las asi Iamadas funciones trascendentes.? De éstas, se consideraran aqui las funciones trascendentes elementales, a saber, las funciones trigonométricas, la funcién exponencial y la funcién logaritmo. Figura 1.36 Las funciones trigonométricas. En investigaciones analiticas los 4ngulos no se miden en grados, minutos y segundos, sino en radianes. El Angulo que se desea medir se coloca con su vértice en el centro de un circulo de radio 1 y el tamafio del Angulo se mide por la longitud del arco de circunferencia que es cortada por el Angulo.? Por lo tanto, un Angulo de 180° es el mismo que un Angulo de z 1 La palabra “trascendente” no significa nada particularmente profundo 0 mis- terioso; sugiere simplemente que la definicién de estas funciones trasciende las ope- raciones elementales de calculos, “quod algebrae vires transcendit”. 2 La medida en radiantes de un Angulo puede scr definida también como el do- ble del drea del sector correspondiente sobre el circulo de radio uno, 74 Introduccion Cap. 1 radianes (tiene medida 7, en radiances). Un Angulo de 90° tiene medida, en radianes, 7/2; un Angulo de 45° tiene a 7/4 como su medida en radia- nes; un dngulo de 360° tiene medida, en radianes, 2m. Reciprocamente, un ngulo de I radidn expresado en grados es 180° . . 5 . —-, © bien, aproximadamente, 57° 17" 45”. En lo sucesivo, siempre que se hable de un dngulo x, se entenderd un Angulo cuya medida en radianes es x. Recordemos brevemente cl significado de las funciones trigonométricas sen x, cos x, tan x, cot x.t Estas estin representadas en la Fig. 1.36, en Ia cual el Angulo x se mide a partir del segmento OC (de longitud 1), con- Figura 1.37. siderando positives a los dngulos en la direccién contraria a la de las manecillas del reloj. Las funciones cos x y sen x son las coordenadas rectan- gulares del punto A. Las grificas de la funcién sen x, cosx, tan x, cot x estan dadas cn las Figs. 1.37 y 1.38. Mis adelante (ver p. 237) cstaremos en condiciones de recmplazar las definiciones gcométricas por las analiticas correspondientes. d, La funcién exponencial y el loga mo Ademis de las funciones trigonométricas, la funcién exponencial con base positiva a, y= y su inversa, el logaritmo de base a, x = logay, se incluyen también entre las funciones trascendentes elementales. En ma- tematicas clementales es costumbre pasar por alto ciertas dificultades in- En ocasiones también es conveniente introducir Jas funciones sec x = I/cos x, cosec.x = 1/sen x. a Sec. 1.3 Las funciones elementales herentes en su definicién, y se pospondré también aqui la discusién detallada de éstas hasta que dispongamos de mejores métodos (ver seccién 2.5 p. 167). Se puede, sin embargo, indicar aqui al menos un caniino “elemental” para definir estas funciones. Si x = p/q es un mimero racional (donde p y q son enteros positives), entonces —suponiendo positive el niimero a— se define a? como \/a? = a?/t, donde Ia raiz, de acuerdo a la convencién, ha de ser tomada positiva, Puesto que los valores racionales de x son densos en todas partes, es natural extender esta funcién a’ a una funcién continua definida también para valores irracionales de x, dandole a a, cuando x es irracional, valores que son continuos con los valores ya definidos cuando Figura 1.38, * es irracional. Esto define una funcién continua y= a*, la “funcién ex- ponencial”, Ia cual para todos los valores racionales de x dan el valor de a encontrado antes. Por cl momento, podemos presuponer que esta exten- sién es realmente posible y puede ser Ievada a cabo de una sola manera; pero deberd tenerse en mente que ain debemos demostrar que esto es cierto? La funcién = loga y 1 Esto se hace en la p. 174. 76 — Introduccién Cap. 1 puede ser entonces definida para y > 0 como Ia inversa de la funcién exponencial: x = logs y es aquel niimero para el cual y = a% €. Funciones compuestas, productos simbélicos, funciones inversas Frecuentemente se forman nuevas funciones no sélo combinando funcio- nes conocidas mediante operaciones racionales sino por el proceso més ge- neral y bisico de formar funciones de funciones o funciones compuestas. Sea u = (x) una funcién cuyo dominio esta en el intervalo a < x $(a), se seguiria del teorema del valor intermedio que existe un g en el intervale [a,c] para el cual ¢(£) = ¢(d). Este ¢ seria diferente de d, y la transfurmacién no podria ser biunivoca. Si, por otra parte, @(d) < (a) = a, se seguiria que g(a) cs un punto intermedio entre ¢(d) y #(6); habria entonces un ¢ intermedi entre d y 6 para el cual $() ~ g(a), y esto contradice la naturalcza biunivoea de Ia transformacién, Una propiedad importante de las funciones compuestas, casi evidente, es que g($(x)) = {(x) es continua (donde esté definida) si g y lo son. Asi, para un ¢ positivo dado se tiene Iie) = flo) = Ie($(x)) — e(o(%))i 1 que no sea un némero primo es divisible por de dos enteros positivos, mientras que los niimeros primos son divisibles solamente por cllos mismos y por 1. Es claro que puede considerarse el mé ' Se pronuncia “a-sub-n”. 80 Introduccién Cap. I niimero T'(n) de divisores de n como una funcién de n. Para los primeros néimeros esti dado por la tabla: n=123 456789 10 11 12 T(n)=122324243 4 2 6 4. Una sucesién de gran importancia en la Teoria de Nimeros es x(n), el namero de primos menores que cl némero n. Su investigacién detallada cs uno de los problemas més fascinantes. El resultado principal es: “El niimero x(n) esta dado asintéticamente,' para valores grandes de n, por la funcién n/log n”. Aqui, por log n sc entiende el logaritmo de “base natural” e, que se define posteriormente (pag. 100). 1.5 Induccién matematica Se inserta aqui una discusién de un tipo muy importante de razonamien- to que esti difundido en la mayor parte del pensamiento matemitico. El hecho de que toda la sucesién de nimeros naturales sea generada partiendo con el mimero 1 y pasando de n a n +1, da lugar al funda- mental “principio de induceién matemitica”. En las ciencias naturales se obtiene mediante “induccién empirica” de un gran némero de muestras una ley que se espera se cumpla generalmente. El grado de certidumbre de la Iey depende entonces del mimero de veces que una muestra o un “evento” haya sido observado y asi confirmada la Icy. Este tipo de induc- cién puede scr abrumadoramente convincente, atin cuando no Ileve con- sigo la certidumbre logica de una demostracién matematica. La induccién matemdtica es utilizada para cstablecer con certidumbre logica la exactitud de un teorema para una sucesin infinita de casos. De- nétese por A un aserto que se reficre a un nimero natural arbitrario n. Por ejemplo, la propiedad A puede ser “La suma de los angulos interiores en un poligono simple de n + 2 lados es n veces 180°, 0 sea, nz, Para demostrar una propiedad de este tipo no es suficiente probarla para los primeros 10 0 los primeros 100, 0 atin los primeros 1,000 valores de n. En lugar de eso debe aplicarse un método matematico que se explica pri- mero para este ejemplo. Para n = 1 el poligono se reduce a un tridngulo, para el cual cs sabido que la suma de los Angulos es de 180°. Para un cuadrdngulo, correspondiente a n = 2, trazamos una diagonal dividiendo el cuadrdngulo en dos tridngulos. Esto muestra que la suma de los Angulos del cuadréngulo es igual a la suma combinada de los angulos de los dos tridingulos, esto es, 180° + 180° = 2+ 180°. Procediendo al ejemplo de un pentagono, éste puede dividirse en un cuadrangulo y un triéngulo mediante 1 Esto es, el cociente del nimero 7(n) por el nimero n/log n difiere arbitra- riamente poco de uno, bastande sélo con que n sea suficientemente grande. Sec. 15 Induccién matemdtica 81 el trazo de una diagonal adecuada, Esto da para la suma de los Angulos del pentagono el valor 2: 180° + 1: 180° = 3 180°. Puede continuarse de esta manera y probarse el teorema general sucesivamente para n = 4, 5, etcétera. La exactitud de la propiedad A para cualquier n se sigue de su exactitud para el n precedente; de esta manera se establece su validez ge- neral para todo n. Formulacién general Lo que es esencial en la demostracién de la propiedad A del ejemplo es que A se ha probado sucesivamente para los casos especiales Ai, As, Ay, .... La posibilidad de hacer esto depende de dos factores: (1) se ha de dar una demostracién general mostrando que el aserto Ay. es correcto siempre que A, sea correcto; y (2) el aserto A, debe ser probado. Que estas condiciones son suficientes para probar la exactitud de todo aserto A1, Az, As, ..., constituye el principio de induccién matemdtica. En lo que sigue se acepta la validez de este principio como un hecho bisico de légica. EI principio puede ser formulado en una forma abstracta mds general. “Sea S cualquier conjunto que consista de niimeros naturales, que tenga las siguientes dos propiedades: (1) siempre que $ contenga un néimero fr, entonces contendré también al nimero r+ 1; y (2) S contiene al niimero 1. Entonces es cierto que $ es el conjunto de todos los nimeros naturales.” La formulacién previa del principio de induccién matemética se obtiene facilmente si se toma como § el conjunto de los niimeros naturales para los cuales la aseveracién A es correcta. El principio se aplica a menudo sin hacer mencién especifica del mismo; o bien, su uso s¢ indica solamente mediante la expresién “‘etc.”, Esto sucede a menudo, par- ticularmente en mateméticas elementales. Sin embargo, en situaciones més compli- cadas es preferible apelar explicitamente al principio. Ejemplos. Como ilustracién se dan dos aplicaciones. Primero se prucba una formula para la suma de los n primeros cuadra- dos, Se encuentra para n pequefios (digamos n <5) que la siguiente formu- la denotada por Ap, se cumple: De eae pe ne AED On tN) Se conjetura que esta formula cs correcta para todo n. Para demostrarlo, sc supone que 7 es cualquier nimero para el cual la formula A, es correcta, esto es, que r(r+1)(2r +1), 3 PEE B+ bet sumando (r+ 1)? a ambos miembros se obtiene _ 1 Este resultado fue utilizado por el matematico griego Arquimedes en su tra- bajo sobre espirales. 82 Introduccién Cap. 1 BER bbe dee yes TNE + (r+ 1) (7 + 1) (7 + 2)[2(r Esto, sin embargo, es precisamente la propicdad A,,; obtenida substituyendo + +1 por nen Ay. Por lo tanto, la veracidad de A, implica la de Aru. Para completar la demostracién de Aq para n general se requiere verificar solamente la exactitud de A,, esto es, de _ 152-3 a Puesto que csto es obviamente correcto, la formula A, queda establecida para todo ndmero natural n. El lector debera probar mediante un argumento andlogo que pay Como ilustracién adicional del principio de induccién se prueba Petter tn EL TEOREMA DEL BINOMIO. El aserto A, del teorema estd representado por la formula (at brant Marty MOTD guage n(n — 1)(n = 2) =1)(n— 2) Bd + a 5 Teg e+ 23 j@oipnO Es costumbre escribir esta f6rmula en la forma in n\ nip a (")qrtht ao ") ” 1 ("qn bt b (a + b) (")a + ("Jo b+ (")a tot (? donde el coeficiente binomial G ) esté definido por sm k+N_ (") = H(n = 1(n — 2 kin — k)! Sec. 1.5 Induccién matemdtica 83 (Si se define 0! = 1, la formula general para ( A) se aplica también a los casos k= 0 y k= 7.) Si Aq se cumple para un cierto n, se encuentra, multiplicando ambos miembros por (a+ b), que +m =@+0)| ("ar + (Marto +--+ ("or] = (cle) 1) elle vova[ le) llr Che Ahora bien, [ni fon (+ (44) nN m= kED , aon k EDD =H - kt (k+ 1)! _ n(n — D(n— 2+ (9 — +1) n—k ~ kt (+554) = Ga Dal D 9 kED _ (n+) ~ (k+ D! kal Puesto que (") = ("t ‘) =ly a) = (" ; ) = 1, se tiene (a+ by = (" a ‘Jane + (" a ‘jaro + (" Bs a + 0 1 n+) e (1E one, b b +("t at que es la férmula Ap,: Puesto que también para n = 1 la formula vale; es decir, wore (les (ener resulta que el Teorema del Binomio se cumple para todos los mimeros na- turales n. 84 Introduccién Cap. 1 1.6 El limite de una sucesién El concepto fundamental sobre el cual descansa la esencia toda del andlisis matematico es el de limite de una sucesién infinita ay. A menudo un nimero a se describe por medio de una sucesién infinita a de aproxi maciones; esto es, el valor a esté dado por el valor a, con cualquier grado de precisién deseado si el indice n se clige suficientemente grande. Se han encontrado ya tales representaciones de niimeros a como “limites” de suce- siones en su representacién como fracciones decimales infinitas; los ntimeros reales aparecen entonces como limites, para n crecientes, de las sucesiones de fracciones decimales ordinarias con n digitos. En la seccién 1.7 se dara una discusién precisa gencral del concepto de limite; por el momento se ilustrara la idea de limite mediante algunos ejemplos significativos. Las sucesiones @,, a2, ... pueden ser convenientemente representadas por una sucesién de “bloques”, correspondiendo el elemento a, al rectangulo en el plano xy acotado por las rectas x =n — 1, x =n, y= an, y = 0, que tiene por drea* el mimero [ay]; 0 bien, equivalentemente, por la grAfica de una funcién constante por pedazos, a(x), de una variable continua x con discontinuidades de salto en los puntos x = n. Considérese la sucesi6n 11 1 bpp oa (Ver Fig. 1.41.) Ningtin nimero de esta sucesin es cero; pero, conforme el niimero n crece, @q se aproxima al cero. Ademés, si se toma cualquier 3 4 5 1 Figura 1.41 La sucesién a, intervalo centrado en el origen, no importa cuan pequefio, entonces a par- tir de un indice definido hacia adelante todos los nimeros a, se encontra- ran en ese intervalo. Esta situacién se expresa diciendo que “sin crece los + Pudo haberse escogido igualmente el rectangulo acotado por las rectas x x=ndl,y=as, ¥=0 para representar ay. Sec. 1.6 El limite de una sucesién 85 niimeros ay tienden a cero”, o que “poseen el limite cero”, o bien que “la sucesion ay, as, as... converge a cero”. Si los mtimeros son representados como puntos en una linea, esto sig- nifica que los puntos 1/n se apifian cada vez més cerca del punto cero conforme n crece. La situacién es semejante para la sucesién (ep n (Ver Fig. 1.42.) También aqui, los mimeros a, tienden a cero cuando n crece. La tnica diferencia es que los ntimeros a, son a veces mayores y a veces menores que el limite cero; como se dice, la sucesién oscila en tor- no al limite. —1)m Figura 1.42 La sucesién a, La convergencia de la sucesién a cero usualmente es expresada simbé- licamente por la ecuacion lim én © bien, ocasionalmente, por la notacién abreviada a, > 0. i 1 be dam = 5 omer = 5 En los ejemplos anteriores el valor absoluto de la diferencia entre am y el limite se tornaba progresivamente menor conforme n crecia. Esto no es necesariamente siempre el caso, como se muestra en la sucesién 11 La BP Gms od, pe she Ne 86 Introduccién Cap. 1 (ver Fig. 1.43) dada para valores pares n = 2m por an = dam = 1/m; y para valores impares n = 2m —1 por dy = dom-1 = 1/2m. Esta sucesion tiene también el limite cero; pues todo intervalo en torno al origen, por pequefio que sea, contiene a todos los niimeros a, desde un cierto valor Figura 1.43. La sucesién aay, = 2 Gomer = ga de n hacia adelante; pero no es cierto que todo niimero a, esté situado mas cerca del limite cero que cl numero precedente. n atPo 2am Escribiendo a, = 1 — 1/(n + 1), se ve que al crecer n el néimero ay se aproxima al nimero 1, en el sentido de que para todo intervalo definido en torno del punto 1 todos los néimeros ax sucesores a cierto ay deberdn en- contrarse en ese intervalo. Se escribe lim ay La sucesién n—1 an = mFn¥1 se comporta de una manera scmejante. Esta sucesién tiende también a un limite al crecer n; de hecho, al limite uno: lima = 1. Esto se ve mds facilmente si se escribe ee n+2 1 rea FT lar; y se requiere mostrar solamente que los mimeros rq tienden a cero confor- me n crece. Para todos los valores de n mayores que 2 se tiene n +2 < 2n y n-+n+1>n° Por lo tanto, para el residuo 7» se tiene Sec. 1.6 El limite de una sucesién 87 2 0 2), 2 n de donde se ve que rq tiende a cero cuando n crece. Esta discusién da al mismo tiempo una estimacién del m4ximo valor segiin el cual el némero a, (para n> 2) puede diferir del limite uno; esta diferencia no puede exceder a 2/n. Este ejemplo ilustra cl hecho de que para valores grandes de n los tér- minos con los mayores exponentes en el numerador y denominador de la fraccién para a, predominan y determinan el limite. dan = Wp Sea p cualquier n&mero positivo fijo. Considérese la sucesién a, az, a, -++ 5 ny... , donde an = Wh. Se afirma que lim a, = lim Wp = Se probard esto utilizando un lema que también ser util para otros propésitos. Lema, Sih es un niimero positivo y n un entero positivo, entonces (1) (LtA)">1 +h, Esta desigualdad es una consecuencia trivial del teorema del binomio (ver p. 82), de acuerdo con el cual -1 (DEA ath OD pe gg as, si se observa que todos los términos en el desarrollo de (1 -+ h)* son no negativos, El mismo argumento conduce a la desigualdad més fuerte n(n — 1) (1+ AY" > 1+ nh ae, Volviendo a la sucesién, se distinguird entre los casos p >1 y p <1 (si p = 1, entonces Wp es igual a 1 para todo n, y el aserto es ciertamente verdadero). Si p > 1, entonces 1p es también mayor que 1; hagase Wp = 1+ ha, donde hy es una cantidad positiva dependiente de n; y por la desigualdad (1) se tiene p= (Lt hn)® > 1+ hg, implicando 88. Introduccién Cap. 1 Cuando n crece el ntimero hy deberé tender a cero, lo que prucba que ay converge al limite uno, como se afirmé. Al mismo tiempo se dispone de un medio para estimar cudn cerca estd a, del limite uno, puesto que la diferencia hy entre a, y uno no es mayor que (p — 1)/n. Si p <1, entonces 1/p > 1, y W1/p converge al limite uno. Sin em- bargo, ve=—— Wi/p Como el reciproco de una cantidad que tiende a uno, el propio Wp tien- de a uno. ea, =a" Considérese la sucesién ay sién de enteros positivos. Primero, sea a un mimero positivo menor que uno. Hagase entonces a= 1/(1 +h), donde h es positive, y la desigualdad (1) da , donde @ es fijo y n recorre la suce- Puesto que fi, y consecuentemente 1/h, depende solamente de a y no cambia cuando n crece, se ve que a* tiende a cero conforme n crece: Tim a® = (O 1, hagase a= 1+ h, donde h es positivo, y se veri de inme- diato, de la desigualdad, que cuando n crece «® no tiende hacia algin limite definido sino que crece mis allé de toda cota. Se dice que a” tiende 4 infinito cuando n crece indefinidamente, o bien que a” se torna infinito; en simbolos, lima” = 00 (a> 1). asl Se insiste explicitamente en que el simbolo co no denota un ntimero y que no puede calcularse con él de acucrdo a las reglas usuales; asertos que afirmen que una cantidad cs 0 se vuelve infinita jams tendran el misino sentido que una asevcracién que involucre cantidades definidas finitas. A pesar de esto, tales modos de expresién y el empleo del simbolo co son extremadamente convenientes, como a menudo se vera en las siguientes paginas. El limite de una sucesién 389 1, el valor a* no tiende hacia limite alguno, pero cuando n crece y recorre la sucesién de enteros positives a” toma los valores +1 y ~1 alternativamente. Andlogamente, si a << —~1 el valor a” crece numé camente mis alli de toda cota, pero el signo es alternativamente positivo y negative. f Ilustracién geométrica de los limites a" y Wp Si consideramos las grdficas de las funciones y = x" y y = 2" = Wx por razones de conveniencia, nos restringimos a valores no negativos y Figura 1.44 x" conforme n crece. de x, los limites anteriores estén ilustrados en las Figs, 1.44 y 1.45, res- pectivamente. Se observa que cn el intervalo de 0 a 1 las curvas y = x se acercan més y mas al eje x cuando n crece, mientras que fuera del in- tervalo se elevan cada vez con mayor pendiente y se aproximan a una 90 Introduccion Cap. 1 Iinea paralela al eje y. Todas las curvas pasan por el punto con coordena- das x = 1, y =1 y por el origen. Las graficas de las funciones y = x" = + Wx, se acercan cada vez més a la linea paralela al eje x y a una distancia 1 por encima de éste; y aqui también todas Jas curvas deberén pasar por el origen y el punto (1,1). De aqui que en cl limite Jas curvas aproximan la Iinca quebrada que consiste de la parte del eje y entre los puntos y = 0 ¢ y= 1 y de la paralcla al eje x, y = 1. Ademas, es evidente que las dos figuras se encuen- tran muy relacionadas. como podria esperarse del hecho de que las funciones y = Wx son las funciones inversas de las n-ésimas potencias, de lo cual se infiere de que para cada n la grifica de y = x” es transformada en la de Wx mediante una reflexién con respecto de la recta y = x. y Figura 1.45. x1/" conforme n crece. g. La serie geométrica Un ejemplo de un limite muy conocido cn las matematicas elementales €s proporcionado por la serie geométrica: Sec. 16 El limite de una sucesién 91 L+qtgto +g =Sn; El numero q sc denomina la razén comtin o cociente de la serie. El valor de esta suma puede, como es bien sabido, expresarse en la forma 1— qr Sn q siempre que q + 1; y pucde obtenerse esta expresién multiplicando la suma Sq, por q y restando la ecuacién asi obtenida de la ecuacién original, o bien puede verificarse la formula por divisin. {Qué sucede a Ja suma S, cuando n crece indefinidamente? La respucs- ta es la siguiente: La sucesién de sumas S,, tiene un limite definido S$ si q est4 situado entre —1 y +1, excluyendo estos valores extremos, y $= lms, =——. ne l—q Para verificar esta propiedad se escribe S, como (1 — q")/(1—q) = 1/ (1—q) —q*/(1—q). Se ha probado ya que siempre que |g| <1 la cantidad g” tiende a cero si n crece; de aqui que, bajo esta suposicién, q"/(1 — q) tiende también a cero y S, tiende al limite 1/(1 — q) cuando n crece. El paso al limite, lim (1 + q + q?++--- + q™? presa usualmente diciendo que cuando |g| <1 la suma de Ia serie geomé- trica infinita es la expresién 1/(1 — q). Las sumas S, de la serie geométrica finita también se denominan sumas parciales de la serie geométrica infinita 1 + q + q? +... (Debe hacerse una distincién entre la sucesién de ntimeros q® y las sumas parciales de la = 1/(1~4q), se ex serie gcométrica.) El hecho de que las sumas parciales S, de la serie geométrica tiendan al limite $= 1/(1 — q) conforme n crece se expresa también diciendo que la serie geométrica infinita 1+ q+ q?+... converge a la suma S= 1/(1 = q) cuando |q| <1. De paso, deber4 notarse que si g es racional, por ejemplo, q = 4, 0 bien q = 4, entonces la suma de la serie geométrica infinita tiene un valor racional (en Jos casos mencionados los valores son 2 y %, respectivamente) Esta observacién esta detrés del hecho bien conocido de que las fracciones decimales peribdicas representan siempre ntimeros racionales.t La demos- tracién general de esta propiedad resultaré evidente del ejemplo del nd- mero x = 0.343434 - >>, que puede ser evaluado escribiendo 1 Véase Courant y Robbins, What Is Mathematics?, p. 66. 92 Introduccién Cap. 1 34 34 | 34 = 08 t jot * foe T 34 1,1 =—(14+—4+—-+4+: iol! * jot * Got F 34h * {001 — 1/100 99° he a= Wn Mostraremos que la sucesién de mimeros V2 a= tiende a 1 cuando n crece: a=1, lim Wn = Puesto que a, excede el valor 1, hacemos ay = 1+ ha, con ht, positivo. Entonces (ver p. 87) m= (ay)" = (1+ hy)" | _ Stl + OD pe AY ye, Se sigue para n > 1 que y de aqui que Se tiene ahora El miembro derecho de esta desigualdad obviamente tiende a uno, y por lo tanto también aq. i a= Vn Fl ~ Vn En este ejemplo los aq son diferencias de dos términos, cada uno de Jos cuales crece més alli de toda cota. Intentando pasar al limite separa- damente con cada uno de los dos términos, se obtiene la expresién simbélica sin significado oo — 00. En tal caso la existencia de un limite, y lo que pucda ser su valor, depende totalmente del caso especial. Se afirma que en este ejemplo es Sec. 1.7 Discusién del concepto de limite 93 lim (Vn #1 — Yn) = Para la demostracién se requiere escribir solamente la expresién en la forma _—__. — (vn F1— yn)(vaFt i+ vn) vnFl+yn y ver de inmediato que tiende a cero conforme n crece. ” >1 ”, para qm Para a Formalmente, cl limite de los a, cs del tipo indeterminado co/ oo en- contrado ya cn el ejemplo c. Se afirma que en este ejemplo la sucesién de mimeros a, = n/a” tiende al limite cero. Para la demostracién hagase a= 1+ h, donde h>0, y hagase uso nuevamente de la desigualdad —1 (tay >it mn pe ps 3 De aqui que para 1 > 1 a = (a The Puesto que aq cs positive y cl miembro derecho de esta desigualdad tiende a cero, aq deberd tender también a cero. (+ hy" 1.7 Discusién del concepto de limite a. Defi icién de convergencia y divergencia De Ios ejemplos discutidos en la seccién 1.6 puede abstraerse el siguiente concepto general de limite: Supéngase que para una dada sucesién infinita de puntos ay, as, as, -.., existe un nimero finito I tal que todo intervalo abierto, por pequeiio que sea, definido en torno del punto 1, contiene todos los puntos an excepto, a lo mds, un nimero finito. El niimero 1 se denomina entonces limite de la sucesion a3, a2... ; 0 bien se dice que la sucesién ay, az... es conver- gente y converge a 1. En simbolos lim ay = |. La siguiente definicién de limite cs cquivalente: A todo niimero positivo ©, por pequeiio que sea, podemos asignarle un entero N=N(e) suficientemente grande tal que a partir del indice N en adelante {esto es, para n > N(e)] se tiene siempre |an ~ Il b valen, entonces para todo ntimero positive « podemos asegurar ambas desigualdades lJa-al N(e). Si se escribe ab — anbn = b(a ~ an) + an(b — bn) y se recuerda que existe una cota positiva M independiente de n tal que lan] by para todo n, entonces a > b. Sin embargo, de ningtin modo hay que esperar que a sca siempre mayor que b, como lo muestran las sucesiones a, = 1/n, by = 1/2n, para las cuales a = b = 0. Pruebas intrinsecas de convergencia. Sucesiones monétonas En todos los ejemplos dados cl limite de la sucesién considerada era un nimero conocido De hecho, para aplicar la definicién anterior de limite de una sucesién debe conocerse el limite antes de que pueda veri- ficarse la convergencia. $i del concepto de limite de una sucesién no se obtuvicra otra cosa mas que el reconocimiento de que algunos nimeros conocidos pueden ser aproximados por ciertas succsiones de otros name- ros conocidos, se hubiera ganado muy poco con cllo. La ventaja del con- cepto de limite en anilisis radica esencialmente en el hecho de que proble- mas importantes tienen a menudo soluciones numéricas que posiblemente de otra forma no podrian ser conocidas 0 expresables directamente, pero que pucden ser descritas como limites. Mucho del analisis superior consiste de una sucesién de ejemplos de este hecho que se har més claro progre- sivamente en los siguientes capitulos. La representacién de los ntimeros irra- cionales como limites de ntimeros racionales puede ser interpretada como cl primero y tipico ejemplo. Toda sucesién convergente de ntimeros conocidos a;, az, ... define un niimero J, su limite. Sin embargo, la tinica prueba de convergencia que surge de la definicisn de convergencia consiste en estimar las diferencias lan — |, y esto cs aplicable solamente si el niimero J es ya conocido. Es esencial disponer de critcrios “intrinsecos” para la convergencia que no requieran de un conocimiento @ priori del valor del limite sino que invo- lucren solamente los términos de la propia sucesién..La més simple de tales pruebas o criterios se aplica a una clase especial de sucesiones, las succsiones monétonas, e incluye muchos de los ejemplos importantes. Sec. 1.7 Discusién del concepto de limite 97 Limites de sucesiones monétonas Una sucesin a1, a, ... se denomina monétonamente creciente si cada término ay es mayor o no menor que el precedente; esto es, Gy > nr Andlogamente, la sucesién es mondtonamente decreciente si an < dn-1 para todo n. Una sucesién mondtona es aquélla que es monétonamente creciente o bien monétonamente decreciente. Con esta definicién se tiene el principio basico: Una sucesin que es tanto monétona como acotada converge* Este principio es sugerido convincentemente, mas no probado, por la intuicién; est4 intimamente relacionado con las propiedades de los nimeros reales, y es de hecho equivalente al axioma de continuidad para los ni- meros reales. El axioma (ver seccién 16) de que toda sucesién encaje de intervalos contiene un punto, se ve facilmente como consecuencia de la convergencia de sucesiones acotadas monétonas. Asi, sea [a:, b:], (a2, bs], ... una sucesién de intervalos en encaje. Por la definicién de encaje se tiene a Sa, SS ay < bn Sdn SS Obviamente, la sucesién a:, @2,... es monétonamente creciente. También es acotada puesto que a: < aq < by para todo n. De aqui que 1 = lima, exista. Ademés, para todo m y para todo ntimero n > m se tiene Om Sdn S bm Por lo tanto también am < lim an = 1< bye De aqui que todos los intervalos del encaje anidado contengan uno y el mismo punto J. (El que no tengan otro punto en comin se sigue de la propiedad adicional lim (by — dn) = de los encajes de intervalos.) Criterio de Cauchy para la convergencia Una sucesién convergente es automaticamente acotada, pero no tiene por qué ser monétona (ver ejemplo b, p. 85). Por lo tanto, al tratar con sucesiones generales es deseable disponer de una prueba para la conver- 1 La hipétesis sobre la acotacién es esencial puesto que ninguna sucesién no acotada puede converger. Obsérvese que una sucesién monétona creciente a1, a... est siempre “acotada desde abajo”: a > a; para todo n. A fin de probar que una sucesién monétona creciente converge, és suficiente entonces encontrar un nimero M tal que a < M para todo n. 98 Introduccién Cap. 1 gencia que sea también aplicable a sucesiones no monétonas. Esta nece- sidad se satisface mediante una simple condicién, la prueba o criterio de convergencia de Cauchy. Este criterio caracteriza a las sucesiones de ni- meres reales que ticnen un limite; y lo mds importante es que no requiere un conocimiento a priori del valor del limite: Una condicién necesaria y suficiente para la convergencia de una sucesién ay, a2,... es que los ele- mentos aq de la sucesibn con un indice n suficientemente grande difieran arbitrariamente poco unos de otros. Formulado de manera precisa: Una sucesién aq cs convergente si para todo © > 0 existe un ndmero natural N= N(e) tal que |an ~ am| N y m > N. Geométri- camente, la condicién de Cauchy establece que una sucesion converge si existen intervalos arbitrariamente pequefios fuera de los cuales se encuen- tran solamente un numero finito de puntos de la sucesién. La cxactitud del criterio de Cauchy para la convergencia ser demostrada y discutido su significado en cl suplemento. d. Series infinitas y el simbolo de sumatoria Una sucesién cs simplemente un arreglo ordenado infinito de ntimeros ay, ax... Una serie infinita a, + a, + ay + requiere que los términos sean sumados en el orden en el cual aparecen. Para llegar a un significado preciso de la suma de una serie infinita se considera la n-ésima suma parcial, esto es, la suma de los primeros n tér- minos de la serie ay baste tan Las sumas parciales s, para n difcrentes forman una sucesin na, Sy = at Sa = @, + a, + as, y asi sucesivamente. La suma s de la serie infinita est4 definida entonces como 5 =lims,, siempre que cl limite exista, En ese caso la serie infinita se denomina con- vergente. Si la sucesién 5, diverge, la serie infinita se denomina divergente. Por ejemplo, la sucesién 1, g, 9%, g°,... da lugar a la serie geométrica infinita Ltqtgtgt+ cuyas sumas parciales son maltqt gto tg. Sec. 1.7 Discusién del concepto de limite 99 Para |q| <1 la sucesién s, converge hacia el limite 1 I-97 el cual representa entonces la suma de la serie infinita, Para [qj > 1 las sumas parciales s, no poseen limite y la serie diverge (ver pp. 90-91). Es costumbre utilizar para a, + a; +--+ aq el simbolo Sa wet que indica que la suma de los ay ha de tomarse con k recorriendo los en- teros k= 1 a k =n. Por ejemplo, a i 1 ,t,1,1 3B py es el Simbolo para y+ apt gy tap > mientras que * 3S ab% cs el simbolo para a'b? + a%t + a’b® +--+ atb™, had Mas generalmente, Sax significa la suma de todo a obtenido dando a kom k los valores m, m + 1, m+ 2,...,n. Por tanto si ica kt En estos ejemplos se ha utilizado la letra k para el indice de sumato- ria. Por supuesto, la suma es independiente de la letra que denota este indice. Por lo tanto El simbolo se utiliza para denotar la suma de toda la serie infinita, Andlogamente, Sa, seria el simbolo para la suma de la serie infinita @ + a, + a2+..., feo cuya n-ésima suma parcial es sq = dy + ay + de t°°* + dyn. Muchos de los resultados anteriores pueden ser escritos més concisa- mente en esta notacién sumatoria. La formula de la p. 81 para Ja suma de los primeros n cuadrados se convierte en * n(n +1)(2n+1) a 5 100 Introduccién Cap. 1 La férmula para la suma de la serie geométrica es 3a ara |q| <1. Zea yay pata lal Finalmente, el teorema binomial est4 expresado por nah (7) gig (a+ b)"= 3 (7) aror Puesto que una serie infinita es simplemente el limite de una sucesién sn, la convergencia puede ser decidida sobre la base de los criterios de convergencia para sucesiones. Por ejemplo, la convergencia de la serie rye a 11-17" ada 8 Sl4 gag al tye

mse tiene =1t <3. 1 1 Gti * m+! Sn = Sint 1 1 1 Sa nil tot @aeameat ] <5,4— [1+ 14 +] (m +1)! m+10 (m+? 1 1 11 = S, + ———— = S, +=. "toe 1 mim! m+ Por tanto, para n > m Sn < Sn Sm +2, mm! Si se hace crecer n més allé de toda cota mientras a m se le mantiene fijo, se encuentra también que Sn 2, puesto que e, situado entre 2 y 3, no puede ser un entero. Comparando ¢ con la suma parcial Sq, se tendria Si se multiplican aqui los dos miembros por m! se encuentra que m! Sq n 1 1 T.>41 (1-4) oe pitits(t—)toct Si ahora se mantiene n fijo y se deja crecer m mis alla de toda cota, se obtiene en el miembro izquierdo el ntimero T y en el derecho la expresién Sys de modo que T’ > Sq. Por lo tanto T > S, > Tp para todo valor de n. Se hace ahora crecer n, de modo que T, tiende a T; y de la doble des- igualdad se sigue que T = lim S, = e. Esta era la propiedad por demostrar. Posteriormente (scccién 2.6, p. 171) este ntimero e se obtendré ain nuevamente desde otro punto de vista. f. El mimero = como limite Un proceso limite que en esencia se remonta a la antigiiedad clasica (Arquimedes) es aquél mediante cl cual se define el mimero 7. Geométri- camente = significa el Arca de un circulo de radio uno. Se considera como cosa obvia que esta Area puede ser expresida por un niimero (racional 0 irracional) denotado por 7. Sin embargo, esta definicién no es de gran ayu- da para nosotros si se desea calcular el ntimero con toda precisién. En- tonces no se tiene més alternativa que la de representar el néimero por medio de un proceso limite, a saber, como el limite de una sucesién de niimeros conocidos y facilmente calculados. Arquimedes utilizé ya este pro- ceso en su método de exhauccién, el cual consiste en aproximar el circulo por medio de poligonos regulares con un ntimero creciente de lados que se ajustan a él cada vez mis. Si fm denota el 4rea de un m-Agono (poli- gono de m lados) regular inscrito en el circulo, el area del 2m-Agono ins- crito est’ dado por la formula [probada por geometria elemental o bien por la expresién f, = (n/2) sen (2x/n) (ver Fig. 1.46)] 2-21 — (n/m)? Déjese recorrer ahora a m, no la sucesién de todos los enteros positivos, sino por la sucesién de potencias de 2, esto es, m = 2%; en otras palabras, se forman aquellos poligonos regulares cuyos vértices se obtienen mediante 104 Introduccion Cap. 1 biseccién repetida de la circunferencia. Es claro de la interpretacién geo- métrica que los f. forman una sucesién creciente y acotada, que por lo tanto tiene un limite que es el Area del circulo: a= lim fy. Esta representacién de + como limite sirve en realidad como base para cAlculos numéricos; asi, partiendo con el valor f, = 2 pueden calcularse en orden los términos de Ja sucesi6n que tienden a 7. Una estimacién de la preci- sién con la cual cualquier término f,* re- presenta a 7 puede obtenerse construyendo las rectas que tocan al circulo y son pa- ralelas a los lados del 2"-4gono inscrito. Estas rectas forman un poligono circuns- crito, andlogo al 2*-4gono inscrito, que tiene dimensiones mayores en la razén 1:cos (/2"). Por lo tanto, el area Fz" del poligono circunscrito puede encontrarse a partir de la razén dada por fr _[o. ZY Figura 1.46. Fe = (008 oa Puesto que el 4rea del poligono circunscrito es mayor que la del circulo, se tiene fe © para algiin x arbitrariamente cercano a £; también existiria entonces una sucesién x, convergente a £ para la cual |f(x,) — | >} pero entonces lim f(x,) no podria ser igual ay. La continuidad de la funcién f(x) en el punto § implica entonces: lim f(x,) f(g), para toda sucesin x, en cl dominio de f que converge a §. Mas general- mente, para una funcién continua en el intervalo Ja relacién lim f(x,) = (lim x,) la para cualquier sucesién en el dominio de f que converge a un punto del lo. Se ve que para una funcién continua el simbolo de limite puede ser intercambiado (0 bien, como se dice, “conmuta”) con los simbolos para la funcién. Limites de sumas, productos y cocientes de funciones se determinan por las mismas reglas que para las sucesiones (ver p. 94): Si lim f(x) = 9 mt y lim g(w) = € existen, entonces a lim (f() + glx)) linn (f() g(8)) = nfs ete or y para £4 0 tambié tim (2) 9 im A = 2 2g B(x) € Las demostraciones son las mismas que para sucesiones. (Las reglas se seguirian también de aquéllas para sucesiones, escribiendo limites de fun- ciones como limites de sucesiones.) Consecuentemente, cuando pertenece al dominio de f y g, la suma, producto y cociente de dos funciones f(x) y g(x) que son continuas en un punto £ son también continuas (donde para los cocientes se debe suponer que g(é) #0). Los casos en que £ no pertenece al dominio de f resultaran ser de par ticular importancia para el cdlculo diferencial. Como un primer ejemplo, considérese la relacién lim ~_= we XE ne, donde n es un entero positive. Por supuesto, f(x) = (x" — &*)/(x — £) es una funcién definida solamente para x. Pero para x= é la identidad algebraica EE AM HED ff ge, Sec. 18 El concepto de limite para una variable continua 107 es valida como consecuencia de la férmula sumatoria para la serie geomé- trica. Para encontrar el limite se requiere solamente hacer tender x a & y evaluar el limite del lado derecho por las reglas para limites de sumas y cocientes. Menos obvia es la formula sen x jim con (donde, por supuesto, el Angulo x es medido en “radianes”, como se expli- cé en las pp. 73-74). Aqui también, el cociente (sen.x)/x esti definide solamente para x £0. tan x Figura 1.47. Pero si se define (senx)/x=1 para x =0, el cociente se completa como una funcién que es continua también en x = 0. Para la demostracién de la férmula limite se apela aqui a un argumento geométrico. De la Fig. 1.47 se encuentra, comparando las arcas de los triéngulos OAB y OAC y el sector OAB? del circulo unitario, que, si 0 < x < 7/2, es teens < 4x COS x" Por Io tanto, el cociente (sen x) /x esta situado entre los niimeros 1 y cos x. Se sabe que cos x tiende a 1 cuando x0, y de esto se sigue que cl co- ciente (sen x)/x puede sélo diferir arbitrariamente poco de 1 si x esté 1 Por supuesto, el Angulo x pudo haberse definido en primer término como el doble del 4rea del sector OAB. 108 Introduccién Cap. 1 suficientemente cerca de 0. Esto es exactamente Jo que se entiende por la ecuacién que habia que demostrar. Del resultado acabado de probar se sigue que tanx sen x 1 lim = lim 24 tim —— = 1, zo X zug X gy0 COSE y también 1 = cosx Jim ~ zo Esto iiltimo se sigue de la férmula, valida para 0 < |x| < 7/2, 1—cosx (1 —cosx)(1-+cosx) 1 —cos® x 1 + cosx) x(1 ¥ cos x) x sen x 1 — «sen x, x 1+ cosx Para x ->0 el primer factor en el lado derecho tiende a 1, el segundo a 4, y el tercero a 0, como se establecié antes. Dividiendo la misma f6rmula por x, se obtiene 1 — cos x ez} 1 % 2 1+ cosa’ de la cual surge zo X 2 Limites para x—> oo. Finalmente se hace notar que igualmente es po- sible considerar procesos limite en los cuales la variable continua x crece mis alld de toda cota. Por ejemplo, es claro el significado de la ecuacin Lax = lim = pol ija ett lim — Bm X Significa que Ja funcién en la izquierda difiere arbitrariamente poco de uno, bastando slo con que x sea suficientemente grande. Las reglas para formar limites de este tipo para sumas, productos y cocientes son las mis- mas que antes. * Existe un resultado adicional cl cual es frecuentemente util en el cdlcu- lo de limites, y es la regla para obtener el limite de una funcién compuesta. La funcién compuesta f(g(z)) est definida para aquellos valores de z para los cuales x = g(z) esta situado en el dominio de f(x). La funcién g(z) puede ser una funcién de una variable continua o bien una variable entera, pero f(x) debe ser una funcién de una variable continua. Sec. 1.8 El concepto de limite para una variable continua 109 Si lim g(z) = del dominio de f, y si lim f(x) = 9, entonces lim f(g(z)) = 9. Como un . eve et corolario, se observa que una funcién continua de’una funcién continua es asimismo continua (como se mencioné ya en la p. 78). El resultado es obvio del hecho de que f(x) puede hacerse arbitraria- mente cercano a 7 tomando x suficientemente cercano a é, y para hacer x = g(z) suficientemente cercano a £ bastaré solamente con tomar z su- ficientemente cercano a . Con algunas ligeras modificaciones se aplican los mismos argumentos que valen en el caso en que cualquiera de las varia~ bles puede crecer més alla de toda cota. donde é esta situado dentro de un intervalo abierto a. Algunas observaciones sobre las funciones clementales Hasta aqui tacitamente se ha supuesto que las funciones elementales son continuas. La demostracién de este hecho es muy simple. En primer lugar, la funcién f(x) =x es continua; por ello, 4 =x: x es continua, como producto de dos funciones continuas, y toda potencia de x es, de la misma manera, continua. Por lo tanto, todo polinomio es continuo, por ser la suma de funciones continuas. Toda funcién racional, como cociente de funciones continuas, es andlogamente continua en todo intervalo en el cual el deno- minador no se hace cero. La funcién x* es continua y monétona para x > 0. Por Io tanto, la n-ésima raiz, que es Ia funcién inversa de la n-ésima potencia, es continua. De este hecho es facil concluir que la n-ésima raiz de una funcién racional es continua (excepto donde el denominador se hace cero). La continuidad de las funciones trigonométricas puede ser probada aho- ra, utilizando los conceptos ya desarrollados. Sin embargo, la discusién se omite aqui puesto que en el capitulo 2 (p. 188) se vera que la continuidad de todas estas funciones se sigue facilmente como consecuencia de su dife- renciabilidad. Se harén solamente algunos comentarios en torno a la definicién y continuidad de la funcién exponencial a*, de la funcién potencia general, x*, y del logaritmo. Se supone, como en la seccién 1.3 (p. 74), que a es un nmimero positive, digamos, mayor que uno, y r= f/q es un nimero racional positivo (siendo p y q enteros) ; entonces a” = a?/4 es el numero positive cuya q-ésima potencia es a?, Si a es cual- quier niimero irracional y ry, 12) «+. fyy + 8 una sucesién de néimeros racionales que se aproximan a a, se alirma que lima’» existe; y este limite se denomina en- tonces a*, mn Para probar la existencia de este limite por medio del criterio de Cauchy se requiere mostrar solamente que Ja" — at=| es arbitrariamente pequefio siempre que ny m sean suficientemente grandes. Se supone, por ejemplo, que 1, > tm» © bien que r, — fm = 8, donde § > 0. Entonces, ats — arn atm (a? — 1). 110 Introduccién Cap. I Puesto que los rp convergen a a, éstos son acotados y también lo son los a’; por lo tanto, es suficiente mostrar que "jah 1 ¢s arbitrariamente pequefio cuando los valores de n y m son suficientemente grandes. Sin cinbargo, ciertamente el nimero racional 8 puede hacerse tan pequefio como se desee siempre que los valores de n y m sean suficientemente grandes. Por lo tanto, si | ¢s un entero positive arbitrariamente grande, 8 < 1/l si n y m son sufi- cientemente grandes. Ahora las relaciones 8 <1/l y a> 1 dan? 1a I la potencia a es mayor que 1 si m/n es positivo. Pues a = (a) es el producto de m factores todos mayo- res que I y asi es mayor que uno. Suplemento WL El método axiomatico fue descartado cuando, después del estancamiento durante el medioevo, las matematicas junto con la ciencia natural prin- cipiaron un desarrollo explosivamente vigoroso basado en el nuevo calculo. Extendicndo vastamente cl alcance de las matemiaticas, los descubridores in- geniosos no podian scr estorbados teniendo que sujetar los nuevos descubri- mientos a un anilisis légico riguroso, y por ello en el siglo xvm la invocacién a la evidencia intuitiva se convirtié en un substituto ampliamente utilizado en cambio de la demostracién deductiva. Matematicos de primer orden operaron con los nuevos conceptos guiados por un infalible sentido para la exactitud de los resultados, aun, en ocasiones, con misticas asocia- ciones, como en las referencias a los “infinitesimales” o “cantidades infi- nitamente pequefias”. La confianza en la arrolladora potencia de las nue- vas manipulaciones del célculo transporté a los investigadores muy lejos, en trayectorias imposibles de seguir si hubiesen estado sujetos a las limi ciones del complejo rigor légico. Solamente el instinto seguro de grandes maestros pudo prevenir en contra de graves errores. EI entusiasmo poco critico pero enormemente fructifero del primer pe- riodo se fue encontrando gradualmente con contracorrientes que se cleva- ron con gran fuerza cn el siglo x1x pero que no impidieron el desarrollo del andlisis constructivo iniciado anteriormente. Muchos de los grandes matemiticos del siglo x1x, en particular Cauchy y Weierstrass, desempefia- ron un papel en el esfuerzo hacia la critica revaluacién. El resultado no fue sdlo un nuevo y firme fundamento del anilisis, sino que también cre- ron la lucidez y la simplicidad como bases para notables progresos posteriores. Una meta importante cra la de reemplazar la confianza sin distincién sobre la “intnicién” imprecisa por un razonamiento preciso hasada en ope- ol p geométrice i 2 deja un margen indeseable de vaguedad, como se vera con frecuencia en los siguien- tes capitulos, Por ejemplo, el concepto general de curva continua escapa a la intuicién geométrica. Una curva continua, que representa una fun- cién continua, como sc definié anteriormente, puede no tener una direccién definida en cada punto; inds ain, pueden construirse funciones continuas cuyas graficas no tiencn direccién en ninguna parte o bien a las cuales no puede asignarseles ninguna longitud. Empero, jamés debe olvidarse que el razonamiento abstracto deductivo cs meramente un aspecto de las matematicas, mientras que la motivacién impulsora y el gran alcance universal del andlisis emanan de la realidad fisica y de la geometria intuitiva. Este suplemento proporcionara un apoyo riguroso (con algunas repeti- ciones) para los conceptos basicos tratados intuitivamente antes en este capitulo. 112 Introduccién Cap. 1 S.1 Los limites y el concepto de mimero Empezaremos con las ideas de la seccién 1.1, analizando de Ileno el concepto de numero real y su conexién con el de limite. Se define el con- tinuo de ntimeros por un procedimiento constructivo basado en los niime- ros naturales. Se probara entonces que cl concepto extendido de numero satisface las reglas de aritmética y los otros requisitos, haciendo de éste la herramienta adecuada para la medicién. Pucsto que una exposicién completa requeriria un libro separado,? se indicarin solamente los pasos principales. El estudiante, esforzindose a través del material algo tedioso, se maravillara del hecho de que sobre Ja base de los nimeros naturales la mente humana puede erigir un sistema de niimeros ldgico y consistente, formidablemente adecuado para la labor de medicién cientifica. Los niimeros racionales Limites definidos por intervalos racionales. Se comienza aceptando el sistema de néimeros racionales con todas sus propicdades usuales, obtenidas de las propiedades biisicas de nimeros naturales. Asi, Jos nimeros raciona- les estin ordenados por magnitud, permitiéndose definir intervalos “racio- nales” como conjuntos de ntimeros racionales situados entre dos ntmeros racionales dados (los intervalos que incluyen los puntos extremos se deno- minan cerrados). La longitud del intervalo con puntos extremos a, b es |b — a}. Como se observa en la seccién 1a, los ntmeros racionales son densos y todo intervalo racional contiene una infinidad de niimeros racio- nales. Por el momento todas las cantidades que ocurran se supondran nt- meros racionales. Dentro del dominio de los mimeros racionales se definen sucesiones y Timites (ver p. 93). Dada una sucesién infinita de mimeros racionales ay, a, ... y un namero racional r se dice que lim aq =r 2 Véase por ejemplo, E. Landau, Foundations of Analysis, 2nd. Ed., Chelsea, New York, 1960. 2 Los mimeros reales pueden ser introducidos también de manera_puramente axiomatica, con todas sus propiedades basicas aceptadas como axiomas. En el trata- miento que se hard aqui se aceptan, en principio, solamente los axiomas para niimeros naturales (incluyendo el principio de induccién matemAtica). Los nimeros racionales ¥ los nimeros reales son construidos entonces sobre esta base. Los “axiomas” para hiimeros reales son entonces, en principio, simplemente teoremas sobre los némeros naturales, para los cuales se ‘requieren demostraciones. En realidad, se comenzaré ya con los némeros racionales como elementos conocidos, puesto que la construccién de Jos némeros racionales a partir de los nimeros naturales y la deduccién de las pro- piedades basicas de los numeros racionales no presentan ninguna dificultad, Sec. SD Los limites y el concepto de niimero 113 si todo intervalo racional que contiene a r en su interior contiene también a “casi todo” dy, esto es, todos los a, excepto a lo mds un ntmero finito. Se sigue de inmediato que una sucesién de nimeros racionales no puede tener més de un limite racional y que las reglas usuales para limites de sumas, diferencias, productos y cocientes (ver pp. 94-95) son validas para sucesiones de ntimeros racionales con limites racionales. Una consecuencia enteramente obvia de esta definicién es que pasando al limite se preserva el orden: si lim a, = a, limb, = b y para todo n es @y < by, entonces a < b. Nédtese que atin suponiendo a, < by estrictamen- te, no puede decirse mas que a < b, o bien excluir Ja posible igualdad de los limites (por ejemplo, las sucesiones a, = 1 — 2/n y by =1—I1/n > a poseen el mismo limite 1). Las aseveraciones en torno a limites pueden ser expresadas en términos de sucesiones nulas racionales, esto es, sucesiones aj, a2,... de nimeros racionales para los cuales lim ay = 0 rea Se dice ap “se torna arbitrariamente pequefio conforme n tiende a infinito”, dandose a entender con ello que para todo racional positivo e, no importa cudn pequefio, se satisface la desigualdad |ax| < © para casi todo n. Obvia- 1/n es una sucesién nula, mente la sucesién aq Asi, una sucesién de ntimeros racionales aq tiene cl limite racional + si y s6lo si los némeros r — aq forman una sucesién nula. b. Nimeros reales determinados por encaje de intervalos racionales Se observé en la p. 29 que intuitivamente los puntos racionales son den- sos en el eje real y que existen siempre nimeros racionales entre dos mimeros reales cualesquiera. Esto sugiere la posibilidad de definir riguro- samente un numero real totalmente en términos de relaciones de orden respecto a los racionales, procedimiento que se seguiré a continuacién. Una “sucesién anidada” o encaje de intervalos racionales (pp. 32-33) es una sucesién de intervalos cerrados J, con puntos extremos racionales dp, bp, con cada intervalo contenido en el precedente, cuyas longitudes for- man una sucesién nula ya Sdn S bn < baa lim (bn — an) Puesto que cada intervalo Jn = [ay ba] de un encaje contiene todos los intervalos subsiguientes, un ntimero racional r situado fuera de cualquier Jn est situado también fuera y sobre el mismo lado de todos los intervalos 114 Introduccién Cap. 1 subsiguientes. Asi, un encaje de intervalos racionales da lugar a una sepa- racién de todos los ntimeros racionales en tres clases.' La primera clase consiste de los ntimeros racionales 7 situados a la izquierda de los interva- los Jn para n suficientemente grande, o sea, para los cuales r by para casi todo n. Es claro que todo niimero de la primera clase es menor que cualquiera de la segunda clase, y cualquier niimero de la segunda clase es menor que cualquiera de la tercera. Los propios puntos a, son de la primera o bien de la segunda clase, y los ntimeros b, estan en Ia segun- da o bien en la tercera. Si la segunda clase no es vacia, consiste de un solo ntimero racional 7. En este caso la primera clase consiste de los nameros racionales menores que ry la tercera clase de los mimeros racionales mayores que r. Se dice entonces que el encaje de intervalos J, representa el numero racional 1. Por ejemplo, el encaje de intervalos [r — 1/n, r + 1/n] representa el ni mero r. Si la segunda clase es vacia, el encaje no representa un nimero ra- cional; estas sucesiones anidadas sirven entonces para representar nimeros irracionales. Los intervalos individuales [a,, b,] de la sucesin no son impor- tantes para este propésito; solamente la separacién de los mimeros racio- nales en tres clases, generada por esta sucesién es esencial, diciéndonos dénde cl nimero irracional encaja entre los racionales. Asi, dos encajes de intervalos racionales [an, bn] y [ax", by’] se denomi- nan equivalentes si dan lugar a la misma separacién de los néimeros ra- cionales en tres clases. El lector debera probar como ejercicio que es necesario y suficiente para la equivalencia que: a,’ — a, sea una sucesién nula, o también: que las desigualdades ay Sb, ay! < by se cumplan para todo n. A un encaje de intervalos racionales (ay, by] se le asigna un niimero real. Los nimeros reales determinados por dos encajes distintos se considerarén iguales si las sucesiones son equivalents. Un mamero real esté represen- tado entonces por la separacién de los mimeros racionales en tres clases generada por encajes equivalentes de intervalos racionales. Si a segunda clase consiste de un némero racional r, se considera al numero real re- presentado por esta separacién en clases como idéntico con el nimero racional 7, Llamada “Cortadura de Dedekind”. Sec. SL Los limites y el concepto de niimero 115 %c. Orden, limites y operaciones aritméticas para niimeros reales Habiendo definido los ndmeros reales, pueden definirse ahora las nocio- nes de orden, suma, diferencia, producto, limite, etc., para éstos y probar que poscen las propiedades usuales. Para ser légicamente coherentes, cual- quier definicién concerniente a nimeros reales deberd: (1) poseer el sig- nificado ordinario en caso de que los mimeros reales sean racionales, y (2) ser independiente de los encajes individuales de intervalos utilizados para representar nimeros reales. *Intervalos con puntos extremos reales Si bien hasta ahora, atin para la definicién de nimeros irracionales, los puntos extremos de los intervalos anidados fueron supuestos racionales, deberan quitarse aqui tales restricciones y mostrar que se puede operar con numeros reales exactamente como se hace con nimeros racionales. Los nimeros reales se denotaran por letras x, y,... . Si el ntimero real x esti dado por el encaje de intervalos racionales [a,, by] se escribe x ~ {[an, bnJ}- De la definicién de nimero real se infiere una definicin natural de orden para un ndmero real, x ~ {[ap, ba]}, relativa a un nime- ro racional r. Se dice que r x, segtin que 7 pertenezca a la primera, segunda, o tercera clase de la separacién de los nameros racionales generada por el encaje de intervalos. Esta definicién es obviamente inde- pendiente del encaje especial {[an, bal} que define a x, y posce el significado ordinario cuando x es racional. Equivalentemente, se dice que r x sir > by para casi todo n. Mediante la comparacién de ntimeros reales con niimeros racionales pue- den compararse los néimeros reales el uno con el otro. Sean x ~ {{an, bal}, y ~ {lens Bel}. Se dice que x y. Sec. Sil Los limites y el concepto de ntimero 117 EI producto de los dos nimeros reales, x, y, esté definido para y > 0 por x19 ~ {(anctns Parl)» donde se ha supuesto que todo a, > 0; es obvio que los encajes son ade- cuados para utilizarse con xy en los casos y <0 e y= 0. Siempre que y sea un mimero racional positivo, el producto x-y es representable también en la forma xy ~ {[any, bnyl}- Para un nimero natural y= m el producto x-y = mx puede ser obteni- do también por adicién repetida de x, esto es, mx =x + (m—1)x= ebateobe, Las operaciones aritméticas obedecen las reglas usuales. En particular, la relacién x < y es cquivalente a 0 y. En esencia, esto significa que un nimero real no puede ser “infinita- mente pequefio” o bien ‘infinitamente grande” comparado con otro (ex- cepto si uno de ellos es cero). Para probar el axioma de Arquimedes (el cual en este contexto es realmente un feorema) se observa que para ni- meros racionales es una consecuencia de las propiedades comunes de los enteros. Si ahora x ~ {[aa, bal} € y ~ {[an Bal} son ntimeros reales y x es Ppositivo, entonces a, > 0 para casi todo n. Pucsto que a, y By son ntimeros racionales, puede entonces encontrarse un m tan grande que ma, > Bn, de donde se sigue que mx > Bn > y. d, Plenitud del continuo de nimeros. Compacidad de intervalos cerrados. Criterios de convergencia Los ntimeros reales hacen posible las operaciones limite con mimeros racionales, pero serian de poco valor si las correspondientes operaciones de Kimite con Jos reales requirieran la introduccién de algin tipo adicional de niimeros “no reales” que habrian de ser intercalados entre los reales, y asi sucesivamente ad infinitum. Afortunadamente, la definicién de namero real es tan amplia que no es posible ninguna extensién adicional del siste- 118 Introduccién Cap. 1 ma numérico sin deponer algunas de sus propiedades esenciales (tal como el “orden”, que debe ser descartado para niimeros complejos). Principio de continuidad Esta completitud del continuo de niimeros reales est4 expresada por el principio basico de continuidad (ver p. 32); todo encaje de intervalos con puntos extremos reales contiene un mimero real. Para probar esto consi- dérense los intervalos cerrados [», ya], siendo cada intervalo contenido en el precedente, cuyas longitudes y, — ¥, forman una sucesién nula. Se afir- ma que existe un mimero real x contenido en todo [xy, 9x]: Las scesiones Xn € yy tendrn entonces como limite a x. Para probar esto se reemplaza Ja sucesién anidada [x,, yn] por un encaje de intervalos racionales (an, by] que conticne a los [xx 3's}. Esta sucesién 0 encaje racional definira entonces el niimero real x deseado. Para cada n, sca aq cl mayor nimero racional de Ja forma p/2" menor que Xa, y bx el menor numero racional de la forma q/2* mayor que yx, donde p y q son enteros, Claramente, los inter- valos [a,, bn] forman un encaje que representa un niimero real x. Si x estuvicra situado fuera de uno de los intervalos [ms ym], digamos, x < xm, existiria un racional r con x <1 mer y [xn — x] < 2%. Sc reestablece el principio de Weierstrass en la forma: Trorema. Toda sucesién infinita acotada de nimeros reales tiene una subsucesién convergente. Un conjunto se dice compacto si toda sucesién de sus elementos con- tiene una subsucesién convergente a un elemento del conjunto. En otras palabras, el teorema dice que intervalos cerrados de niimeros reales son conjuntos compactos. Sucesiones monétonas Una consecuencia especial de este teorema es que toda sucesién mond- tona acotada converge. Asi, sea la sucesién x3, Xz... monétona, por ejem- plo, monétona creciente, Si la sucesién es también acotada, tiene un punto limite x. Arbitrariamente cerca de x deben existir puntos x» de la sucesién, sin exceder ninguno a x puesto que los términos subsiguientes crecen y si Xa > x entonces tm > x_ > x para m>n. Se sigue que todo intervalo que contiene a x contiene a casi todo x», 0 sea, que x es el limite de la sucesién Griterio de convergencia de Cauchy La condicién de que una sucesién sea acotada y monétona es suficiente para la convergencia. La importancia de este ascrto es que permite a me- nudo probar la existencia del limite de una sucesién sin requerir un conoci- miento @ priori del valor del limite; ademés, la acotacién y monotonia de una sucesién son propiedades que usualmente son faciles de verificar en 120 Introduccién Cap. 1 aplicaciones concretas. Sin embargo, no toda sucesién convergente debe ser monétona (aunque debe ser acotada), y es importante disponer de un criterio de convergencia de aplicabilidad més general. Tal es la prueba intrinseca o criterio de convergencia de Cauchy, que es una condicién necesaria y suficiente para la existencia del limite de una sucesién. La sucesién x1, x2, 3, ... converge si y sdlo si para todo e positivo exis- te un N tal que |x, — xm| << para todos n y m mayores que N. En otras palabras, una succsién converge si dos cualesquiera de sus elementos con indices suficicntemente grandes dificren en menos de ¢ uno del otro. Se afirma que la condicién es necesaria para la convergencia. Si x = lim xq, entonces todo x, con n suficientemente grande difiere de x en menos de ¢/2 y, en consecuencia, por la desigualdad del triangulo, cua- lesquicra dos de tales valores x, y xm diferiran uno del otro en menos de e. Reciprocamente, considérese una sucesién para la cual |t, — %m| 0, y para todos n, m suficientemente grandes. Existe entonces un valor N tal que casi todo x, difiere de xy en menos de 1. Esto significa que casi todo x» puede ser encerrado en un intervalo de longitud 2. Puede entonces encontrarse un intervalo tan grande que contenga también el niimero finito de los x, que pueden encontrarse fucra del intervalo en tor- no de xy. Asi, la sucesién est& acotada y posee por lo tanto un punto limite x. Todo intervalo abierto que conticne a x contendré también algunos puntos xm con m arbitrariamente grande. Puesto que los puntos x, difieren arbitrariamente poco uno del otro para n suficientemente grande, se sigue que el intcrvalo abierto en torno de x deberd contener a casi todo x,, y asi x resulta ser el limite de la sucesién. e. Cotas. Extremo superior y extremo inferior * Es de gran importancia que un conjunto acotado de niimeros reales posea “las mejores cotas posibles” superiores ¢ inferiores. Un conjunto S de niimeros reales x es acotado si todos los némeros de S pueden ser ence- rrados en un mismo intervalo finito. Existen entonces cotas superiores de S, nameros B que no son excedidos por ningin numero x de 5: x 1 es una cota superior y todo néimero A <0, una cota inferior. Aqui cl namero 1, un miembro del conjunto, es la menor de las cotas superiores; y el nimero 0, punto limite de los elementos del conjunto, aunque no un miembro de él, es la mayor de las cotas inferiores. La menor de Jas cotas superiores de un conjunto de mimeros reales se denomina a menudo supremo; la mayor de las cotas inferiores, su infimum. En general el supremum y el infimum de un conjunto son o bien miembros del conjunto 0 al menos limites de sucesiones de miembros del conjunto. En efecto, si la menor de las cotas superiores, b de S, no pertenece a S, deberan existir algunos miembros de S situados arbitrariamente cerca de b, pues de otra forma podrian encontrarse cotas superiores de S menores que b; asi, pueden scleccionarse sucesivamente una sucesin de niimeros St #2, ... de S situados cada vez més cerca de b y convergentes a b. La existencia de la menor de las cotas superiores de un conjunto acota- do S se sigue de inmediato de Ia convergencia de sucesiones monétonas acotadas. Para cualquier n definase B, como la menor cota racional supe- rior de $ con denominador 2", Claramente, para cualquier x en S y cual- quier n * S Bu S Br SB Por lo tanto, los By forman una sucesién monétona decreciente y acotada la cual debe tener un limite b. Es facil ver que b cs una cota superior de Sy que no existe ninguna cota superior menor. La existencia de la maxima cota inferior se prueba de la misma manera. f. Numerabilidad de los nimeros racionales A fines del siglo xix fue hecho un sorprendente descubrimiento re- lativo a los ntimeros racionales, que estimulé Ia creacién, por Georg Can- tor, de la Teoria de Conjuntos después de 1872. Aun cuando los nimeros racionales son densos y no pueden ser ordenados por tamajio, pueden, sin embargo, scr arreglados como una sucesién infinita 13, Ts, .-.4 Tay... en la cual todo nfmero racional aparece una vez. De esta forma los nimeros racionales pueden ser numerados, 0 sea, ser contados como un primero, segundo, ... , n-ésimo, ... niimero racional, donde, por supuesto, el orden de los mimeros en Ia sucesién no corresponde a su orden por magnitud. Este resultado, que se cumple también para nimeros racionales en cualquier intervalo, es expresado por Ia propiedad: Los ntimeros racionales son nu- merables, 0 sea, constituyen un conjunto numerable. Para probar este resultado se da simplemente una regla para arreglar los ntimeros racionales positivos como una sucesién. Cada uno de tales niimeros puede ser escrito en la forma p/q, donde p y q son ntimeros natu- 122 Introduccién Cap. 1 rales. Para cada entero positivo & existen exactamente k — 1 fracciones p/q para las cuales p + q =k. Estas son arregladas en orden creciente de p. Escribiendo los diferentes arreglos de mameros para k = 2, 3, 4, .. succsivamente, sc obticne una sucesién que contiene todos los ntimeros ra- cionales positives. Omitiendo las fracciones en Jas cuales el numerador y el denominador tienen un factor comin mayor que 1, y por lo tanto re- presentan el mismo ntimero racional que una fraccién anterior, se obtiene la sucesién LLELLLGLLGLLGE... en Ja cual todo numero racional positivo aparcce exactamente una vez. Una sucesién andloga contenicndo a todos los niimeros racionales, 0 bien, todos los nameros racionales en algin interval particular, es construida fécil- mente. Figura Este resultado es visto en su debida perspcctiva sélo a Ja luz de otro hecho basico: que el conjunto de todos los ntmeros reales no es numera- ble.? Esta es una indicacién de que el conjunto de ntimeros reales contienc “muchos ms” elementos que el de los ntimeros racionales, aun cuando am- bos conjuntos son infinitos. Asi, la numerabilidad cs en realidad una pro- piedad altamente restrictiva de un conjunto. 1 Para la demostracién y una breve discusién general de los hechos bfsicos de la teoria de conjuntos, véase What Is Mathematics? por Courant y Robbins, p. 81. Sec. $.2 Teoremas sobre funciones continuas 123 La Teorfa de Conjuntos desempefia un importante papel esclarecedor en matematicas, aunque su uso con libre generalidad ha dado lugar 2 resultados paradéjicos y controversias. Tales paradojas, sin embargo, no afectan la esencia de las matemiticas constructivas y estin ausentes en la teoria de conjuntos para nimeros reales. S.2_ Teoremas sobre funciones continuas Propiedades importantes de las funciones continuas son establecidas so- bre la base de la propiedad de completitud de los ntimeros reales, Recuérde- se la definicién de continuidad: la funcién f(x) es continua en el punto £ si para todo e positivo dado la desigualdad |f(x) — f()| < se cumple para todo x que difiere de £ en menos de una cantidad adecuada 8, la cual depende gencralmente de la eleccién de ¢ y & Sc sobreentiende en esta definicién que se consideran solamente valores de x y £ para los cuales f esta definida. Una definicién mas concisa de continuidad en términos de convergen- cia de sucesiones es la siguiente: f(x) es continua en el punto £ si lim f(x») = f(€) para toda sucesibn x1, x con limite & (donde, nuevamente, los valores x, y £ estin en el dominio de f}. La equivalencia de las dos definiciones se probé en la seccién 1.8, p. 105. La funcién f se denomina continua en un intervalo si f es continua en cada punto del intervalo. La funcién f(x) es uniformemente continua si para e > 0 dado se tiene |f(x) — f(£)| 0 existe un 8 = 8(e) > 0 tal que |f(x) — f(£)| 0 fijo y puntos, x, & en [a,6], arbitrariamente cercanos uno del otro, para los cuales |f(x) — f()| > e. Entonces seria posible para cualquier n elegir puntos x, en [a,b] para los cuales |f(2m) — f(é)|>e y [xm — £,| <1/n. Puesto que los x, forman una sucesién acotada de muimeros, podria encontrarse una subsucesién convergente a un punto 7 del inter- valo (utilizando la compacidad de intervalos cerrados). Los correspondien- 124 Introduccién Cap. 1 tes valores £, entonces convergerian también a : puesto que f es continua en 7 se encontraria que 7 = lim f(x,) = lim f(g) para n tendiendo a in- finito en Ia subsucesién, Io cual es imposible si [f(%.) — f(éx)| > e para todo n. El teorema del valor intermedio afirma que: Si para una funcién f(x) continua en un intervalo a y respectivamente. Esto implica inmediatamente la existencia de una funcién inversa deter- minada de manera tnica si { es continua y monétona, como se ha vis- to (pp. 67-68). Para probar el teorema del valor intermedio, sean a y para & y, y existen puntos x entre £ y b, arbitrariamente cerca de & para los cuales f(x) > y. Esto es imposible si f es continua en € y f(£) <7. En el segundo caso, f(£) > y, y se encuentra de f(xn) f(n) para todo x en el intervalo. Es esencial que cl intervalo sea cerrado: por ejemplo, las fun- ciones f(x) = x, f(x) = I/x son continuas pero no poseen un valor maxi- mo en el intervalo abierto 0 < x <1; el maximo puede ocurrir justamente en uno de los puntos extremos o bicn no existir si f no es continua en estos puntos. Para probar este principio se observa que una funcién f continua en [a,b] cs necesariamente acotada: esto es, los valores f(x) que constituyen el “rango” S de f estan situados en algiin intervalo finito, Realmente, por la continuidad uniforme de f pueden encontrarse un niimero finito de pun- tos x;, Xs, -.., &q en el intervalo tales que f(x) en cualquier x del intervalo difiera cn menos de uno de alguno de los niimeros f(x1), f(2), --. 5 f(*n)s os cuales pucden ser todos encajados en un intervalo finito. Puesto que entonces el conjunto S de valores f(x) es acotado, posee una minima cota superior M. Este M es cl menor némero tal que f(x) & cos --———_—_——. + n (Fig. 1.8.5). Geométricamente, los puntos que corresponden a las raices de la unidad forman los vértices de un n-4gono regular inscrito en el circulo de radio 1 con centro en el origen. Finalmente, si nos imaginamos la expresién del miembro izquierdo de la ecuacién (cos @ + isen 0)" = cos nf + isen nO desarrollada por el teo- rema binomial, necesitaremos solamente separar las partes real e imagina- ria de mancra de obtener expresiones para cos nf y sen nd en términos de potencias y productos de potencias de sen @ y cos 0: in) cos nO = cos" 6 — (' cos"-? § sen? 6 in + (; cos"~4 Osent 6 + — 'n\ n sen 18 = (') cos" 6 sen 6 — (' cos** § sen® 8 in) + (' cos"~* sen56 +--+". PROBLEMAS SECCION 1.la, pagina 26 1, (a) Si aes racional y si x es irracional, demuéstrese que @ + x es irracio- nal, y si a0, que ax es irracional. (b) Muéstrese que entre dos nimeros racionales cualesquiera existe por lo menos un mimero irracional y, en consecuencia, una infinidad de ellos. 2, Probar que los niimeros siguientes no son racionales: (a) V3. (b) Va donde el entero n no es un cuadrado perfecto, es decir, no es el cuadrado de un entero. (c) ¥2. (d) Vm, donde n no es una potencia p- ima perfecta. *3, (a) Para cualquier raiz racional de un polinomio con coeficientes enteros, A,X" + Oy XPT to +t ax + ay (a, #0), 130 Introduccién Cap. 1 expresada en sus menores términos como p/q, demuéstrese que el numerador p es factor de a, y que el denominador q es factor de ay. (Por medio de este criterio podemos obtener todas las raices reales racionales y, por lo tanto, demostrar la irracionalidad de cualesquiera otras raices reales.) (b) Demuéstrese la irracionalidad de V2 + W2 y V3 + V2 SECCION 1.lc, pagina 33 1, Denotemos por [x] la parte entera de x; es decir, [x] es el entero para el que se cumple x-1y para dos nimeros reales en términos de sus representaciones decimales (véase el suplemento, pag. 115). *3, Si p y q son enteros, q > 0, demuéstrese que el desarrollo decimal de /q © bien termina (de manera que todos los digitos posteriores al iltimo sean ceros) © es periddico; es decir, hay un punto a partir del que el desarrollo decimal consiste en la repeticién sucesional de una determinada cadena de digitos. Por ejemplo, tene- mos que + = 0.25 termina, y que 1 = 0.090909 -- -es periédico. La longitud de la cadena que se repite se llama periodo del decimal; para Yi1 el perfodo es 2. En ge- neral, ¢qué tan grande puede ser el perfodo de p/q? SECCION I.le, pagina 36 1, Por medio de sélo signos de desigualdad (sin emplear los signos de valor absoluto) especifiquense los valores de x que satisfacen las relaciones siguientes. Dis- ciitanse todos los casos. (a) |x a] a,x >a (que a veces se denotan respectivamente (—%, ©)] y (=, a], (—%, a), (a, ©), {@, ©)), (véase también la nota al pie de la pagina, en la p. 46). *(a) Demuéstrese que los casos de intervalos que se acaban de describir agotan todas las posibilidades de los subconjuntos conexos del eje numérico. (b) Determinense los intervalos en los cuales se satisfacen las desigualdades siguientes. (i) 2-34 2<0. (ii) (x — a) (x — 6) (x — cc) >0, paraa 0. xa Gv) FS E20. 1 (v) |x + =] 2 6 Problemas 131 (vi) [x] < x/2._Véase el problema 1 de la seccién 1.le. (vii) senx > V2/2. (c) Demuéstrese que si a < x < b, entonces |x] < |a] + |b). 3. Dedazcanse las desigualdades (a) x +22, para x>0, (b) sti 2 paar parax Xo. x 4. La media arménica ¢ de dos niimeros positivos a, b se define por 11/1 1 3-3G+3): Demuéstrese que la media arménica no excede la media geométrica; es decir, que £< Vab. {Cuando son iguales las dos medias? 5, Dedizcanse las desigualdades siguientes: (a) x2 + xy + y? 20, #(b) x2m 4 xml + x2M-2y? +... + y2" > 0, *(¢) xt — 8x3 + 4x? — 3x 4 120. {Cuéndo se cumple la igualdad? *6, :Cusl es la interpretacién geométrica de la desigualdad de Cauchy para n=2, 3? 7. Demuéstrese que la igualdad se cumple en la desigualdad de Cauchy si y sélo si las a, son proporcionales a las by: es decir, cay + dby = O para toda », donde ¢ y d no dependen de » y no son ambas cero, 8. (a) |x — a, + |x —a,| + |x — a,| > a, — ePara qué valores de x se cumple la igualdad? *(b) Encontrar el valor maximo de y para el que se tiene, para toda x, que Ix — a] + |x a] + +--+ xa] >, donde a, ab + be + ca. (b) (a+ 6) (6 + 6) (¢ + a) > Babe. (c) ab? + be? + eta? > abc(a + b +). 10. Supongamos que los nimeros x, *2, X5 ¥ aj, (i k= 1, 2, 3) son todos positives y ademés, a, 0 (i= 1,..., ), entonces 132 Introduccién Cap. I + a,). Undicacién: 1 0, mostrar que el dominio de f conticne un intervalo abierto alrededor de a en el que f(x) > 0. 2. Por medio de la definicién de continuidad muéstrese que los intervalos centrados Ife) = Tal 0. De esta ma nera, [(16/29) = 1/29). Demuéstrese que g(x) es continua para todos los valores irracionales y discontinua para todos los valores racionales. *5, Si f(x) satisface Ia ecuacién funcional fa + 9) = He) + 10) para todos los valores de x € y, encuéntrense los valores de f(x) para los valores racionales de x y demuéstrese, si f(x) es continua, que f(x) = cx, donde ¢ es cons- tante. 6 (a) Si f(x) = 2%, encuéntrese una 8 que pueda depender de ¢ tal que . lf) — fl 0. En consecuencia, des- cribase para @>0 que a" = @ posee una solucién positiva inica Wa. (b) Sca f(x) un polinomio f(x) = a,x + ay yx + t+axt ay (a, #0). Demuéstrese que (i) si n es impar entonces f(x) tiene por lo menos una raiz real, (ii) si a, y a, son de signus opuestos, entonces f(x) tiene no menos de una raiz positiva y ademés sim es par, n 0, entonces f(x) tiene también una raiz negativa. +3, (a) Demuéstrese que existe una recta en cada direccién tal que bisecta cualquier tiéngulo dado, es decir, tal que lo divide en dos porciones de éreas iguales. (b) Demuéstrese para cualquier par de triéngulos que existe una recta que los bisecta simultd4neamente. SECCION 1.3b, pagina 72 1, (a) Demuéstrese que Vx no es una funcién racional. (Indicacién: exami- nese la posibilidad de representar Vx como funcién racional para x = ®, (Puede servir el hecho de que un polinomio diferente de cero no puede tener més que un niimero finito de raices.) (b) Demuéstrese que Vx no es una funcién racional. SECGION 1.3c, pagina 73 1. (a) Muéstrese que una recta no puede cortar Ja grafica de una funcién polinomial de grado mayor que uno sino en un niémero finito de puntos. (b) Obténgase el mismo resultado para las funciones racionales en general. (c) Verifiquese que las funciones trigonométricas no son racionales. SECCION 1.5, pagina 80 1, Demuéstrense las propiedades siguientes de los coeficientes binomiales. (1+ (i) + (3) bet (, "i+ (") a2. o-()+)-6) © (;) + 2(2) + (3) doctn (7) = n(2"), (Indicacién: represénten- se los cocficientes binomiales en términos de factoriales.) (@)1 2(3) +2-3(5) te tne dn (7) = n(n — 1)2"-4, \ 1 or +5 (t) +50) a2o 2 at 2 x00) (3) + (7) tot (") - (2). (Indicacién: considérese ol cocfi- ciente de a® en (1 + x)?”.) 134 Introduccién Cap. 1 . 1 1(n\ 1m)... 1 (x wo se==(8)~-$(3) #3(3) -3(8) + tari (ay 4™(nt)? Sur) “@epr 2. Demuéstrese que (1+ )"> 14 nx, para x > —1 st n=4n(n $1). *4, Demuéstrense por induccién las proposiciones siguientes: 1 (n+ L)gh + ng Qn + (dicen: demuéstrese que 2". 3. Demuéstrese por induccién que 1 + 2+ (a) 1+ 2q + 3g? +++ + nght aig (6) (1+ q) (1 + 4?) ++ (1 + 9) 5. Demuéstrese que, para todos los mimeros naturales n mayores que 1, 0 bien n es un némero primo o bien se puede expresar como producto de primos. (In- dicacién: sea A,., la afirmacién para todo entero k tal que k by. 9. Sines un nimero natural, demuéstrese que (1+ V5)" — (1 — v3) anv5, es un nimero natural. 10. Determinese el niimero méximo de regiones en las que se puede dividir un plano por n rectas. Demuéstrese que el m4ximo ocurre cuando no hay dos rectas paralelas entre si y no hay tres que concurran al mismo punto, y determinese el niimero de regiones que se tiene al permitir concurrencias y paralelismos. 11, Demuéstrese, para cada niimero natural m, que existe un niimero natural k tal que (V2 - 1)" = VE- VE Problemas 135 12, Demuéstrese inductivamente la desigualdad de Cauchy. nSECCION 1.6, pagina 8+ 1, Demuéstrese que lim (Va + 1 — Vn)(Vn + 4) 2. Demuéstrese que lim (Wn +1 — Wn) = 3. Sea a,— 10*/n!. (a) gA qué limite converge aq? (b) Es monétona la sucesién? (c) ¢Es monétona a partir de un cierto valor de'n? (d) Dese una estima- cién de Ja diferencia entre a, y el limite. (e) ¢A partir de qué valor de n es la diferencia menor que 1/100? 4, Demuéstrese que lim "— 5. (a) Demuéstrese que lim (b) Demuéstrese que lim (1 noe \ ae + GFF (Indicacién: comparese esta suma con su témino mayor.) (c) Demuéstrese que lim ( = a ave Lyn vn Fl *(d) Demuéstrese que tn ( oy Boeee ) = Vatei Vat +2 vattn 6. Demuéstrese que todo decimal periédico representa un nimero racional. (Compérese con seccién 1.le, problema 3.) 100 7 Demuéstrese que lim aim existe y determinese su valor. 8. Demuéstrese que si @ y 6 q > 0, mostrar que a, no converge necesariamente. 16. Demuéstrese la validez de la relacién in Ger DPA EET para cualquier entero k no negativo. (Indicacién: apliquese la induccién con res- ecto a k y empléese la relacién Si — 1s) = at, th con el desarrollo de (i— 1)**1 en las potencias de i.) SECCION 1.7, pagina 93 *1, Sean a, y b, dos nimeros positivos cualesquiera y sea a, < by. Definamos a, y b, por las ecuaciones 5 a, + by a, = Vaby ~y De 1a misma manera, sean — a, + by a, = Va,b,, — 5 y, en general, a+ 6, Gy = VEn Pay 2; —- 2 Demuéstrese (a) que la sucesién a,, ay,..., converge, (6) que Ia sucesin by, by «+, converge y (c) que las dos sucesiones tienen el mismo limite, (Este limite se llama media aritmético-geométrica de a, y b,.) #2, Demuéstrese que el limite de la sucesién VEY 2+ VE 2s (a) existe y (6) es igual a 2. *3, Demuéstrese que el limite de la suce existe. Dediizcase que el limite es menor que 1 pero no menor que +. 4. Demuéstrese que el limite de la sucesién existe y es igual al limite del ejemplo anterior. Problemas 137 5. Obténganse las cotas siguientes del limite L de los dos ejemplos anteriores: 37/60 < L < 57/60. *6. Sean a,, b, dos nimeros positives cualesquiera tales que a, < 6,. Sean by = Vay, y en general Demuéstrese que las sucesiones @,, ay)... limite. *7. Demuéstrese que 1/e = 1 — 1 + + (Indica cidn: considérese el producto de las n-ésimas sumas parciales de los desarrollos de ey I/e.) 8. (a) Sin recurrir al teorema del binomio, demuéstrese que a, = (1 + 1/n)* es monétona ereciente y que b, = (1 + 1/n)"*t es monétona decreciente. (Indica- cidn: considérense @,,,/4, ¥ ,/Dyyy- Apliquese el resultado de la seccién 1.5, pro- blema 2.) (b) ZQué nimero es mayor (1,000,000) 40%000 § (1,000,001) 99,2007 9. (a) A partir de los resultados del problema 8a demuéstrese que ( 6 dediizcase Ja desigualdad més fuerte ni< n(?y. 7 any *10. Sia, >0 y lim—~ = L, entonces lim Va, = L. ne Oy ata 11. Por medio del problema 10, evaliiense los limites de las sucesiones si- guientes: (a) Wm 6) WE Ce) Vu 12, Por medio del problema 11c, demuéstrese que nt nena, donde @, es un niimero cuya n-ésima raiz tiende a 1, (Véase el Apéndice, capi- tulo 7.) 13. (a) Bvaliese tia at gat + n(n + 2) i (Indicacién: comparese con la seccién 1.6, problema 12a.) (b) A partir del resultado anterior, demuéstrese que 3 ~ ia converge. 138 Introduccién Cap. I 14. Sean p y q mimeros naturales arbitrarios. Evaliense 1 “n(n + 1)(m + 2) (c) Evaltiense los limites de las expresiones anteriores cuando n> ®. *(d) Sean ay, @,,..., Gq enteros no negativos donde a, 0, entonces xz < yz. 4. Demuéstrese que los prineipios siguientes son equivalentes en el sentido de que uno cualquiera de ellos se puede deducir como consecuencia de cualquier otro. (a) Todo encaje de intervalos con extremos reales contiene un némero real. (b) Toda sucesién monétona y acotada converge. (c) Toda sucesién infinita y acotada tiene por lo menos un punto de acumu- lacién o limite. (d) Toda sucesién de Cauchy converge. (e) Todo conjunto acotado de némeros reales tiene un infimo y un supremo. Problemas misceldneos 1. Siwy, Wy... 5 Wy > 0, demuéstrese que el promedio ponderado Wyk, + Woks to + Wyry w, tw, + w, queda entre la mayor y la menor de las x 2. Demuéstrese que a 1 1 1 = Q(Vat+1—1) <1 4+ +t +a <2vin v2 V3 2 3. Demuéstrese para x, y > 0, que wey 2 Interprétese geométricamente este resultado en términos de Ia gréfica de x”. 4. Sia, >a,>-- 2a, yb, > b,2--° 2 by, probar que nZab 2 (3+) (34): 5. (a) Demuéstrese que la sucesién a,, az, ay, -.. se puede expresar como Ia sucesién de las sumas parciales de la serie t,, Uz) Uy)... donde ty = aq — dy paran>1lyu,=4,. (b) Exprésese la sucesién a, = n° como sucesién de sumas parciales de una serie, (c) Del resultado anterior, obténgase una férmula de la suma parcial n-ésima de la serie oe (d) De la férmula de 12 + 2? + + n®, obténgase una férmula para ESHER + (Ont 1) 6. Una sucesién se Mama progresién aritmética de primer orden si las dife- rencias entre los términos sucesivos son constantes. Se lama progresién aritmética de 140 Introduccion Cap. 1 segundo orden si las diferencias de términos sucesivos constituyen una progresién aritmética de primer orden; y, en general, se lama progresién aritmética de orden k si las diferencias de términos sucesivos constituyen una progresién aritmética de or- den (k= 1). Los niimeros 4, 6, 13, 27, 50, 84 son los primeros seis términos de wna pro- gresién aritmética. ¢Cual es el menor orden posible? ;Cual es el octavo témino de la progresién del menor orden con estos términos iniciales? 7. Demnéstrese que el n-ésimo término de una progresién aritmética de se- gundo orden se pucde expresar en la forma an? + bn + ¢, donde a, b, ¢ son inde- pendientes den. *8. Demucstrese que el n-simo término de una progresién aritmética de orden k se puede expresar en la forma ank + bnk-1 +--+ 4 pn-+q, donde a, by... by q son independientes de n. Encuéntrese cl término n-ésimo de la progresién del menor orden en el pro- blema 6. 9. Encuéntrese una férmula del término n-ésimo de las progresiones aritmé- ticas de menor arden de las que los términos iniciales son los siguientes: (a) 1, 2,47, 11, 16,0... (b) 7, —10, —9, 1, 25, 68, *10, Demuéstrese que Ia suma de los n primeros términos de una progresién aritmética de orden k es aySy + ay Sha + + aS, + ayn, donde S, representa la suma de las n primeras potencias »-ésimas y las a; son in- dependientes de n. Empléese este resultado para evaluar las sumas de las progre- siunes aritméticas del problema 9. 1. AL swnar re EDP 2D) et REL) = (= Dolo + 1) (oD n, demuéstrese que Soot Dt 2 ek oe ‘) 12, Evaliese 13 + 23 + + n3 por medio de la relacién v8 = oly + 1) (e+ 2) = Bev $1) $v 13, Demuéstrese que la funcién ee) play = {ogee 0, «=0 es continua, aunque sin la continuidad de Hilder. (Indicacién: mostrar que la con- tinuidad de Helder con exponente a no sc cumple en el origen, al considerar los valores x — 1/2%/*.) 14, Sca a, una sucesién mondtona decrecicnte de niuneros no negativos. De~ Sa, converge si y sélo si lo hace J 2¥e.y muéstrese que 15. En lo que do ello sea posible. (a) nle— [ale] (5) ay/ay,,, donde a, = 0, a, , investiguese la convergencia y determinese cl limite cuan- Las ideas fundamentales del calculo integral y diferencial Los procesos de limite fundamentales del cdlculo son la integracién y la derivacién o diferenciacién. Casos aislados de estos procesos del calculo (que culminaron con el trabajo de Arquimedes) fueron considerados ain cn la antigiiedad, y con frecuencia creciente en los siglos xv y xvit. Sin embargo, cl desarrollo sistemitico del clculo, no iniciado sino hasta en el siglo xvu, es usualmente atribuido a los dos grandes pioncros de la cien- cia, Newton y Leibnitz. La clave para este desarrollo sistematico cs Ja comprensién de que los procesos de derivacién e integracién, que fueron tratados separadamente, estan intimamente relacionados al ser reciprocos uno del otro. Una evaluacién hist6rica imparcial de los méritos no puede atribuir la invencién del célculo a repentinos destellos inexplicables de genio por parte de uno 0 dos individuos. Muchas gentes, tales como Fermat, Galileo y Ke- pler, estimulados por las nuevas ideas revolucionarias en la ciencia, contri- buycron a los fundamentos del cdlculo, De hecho, el profesor de Newton, Barrow, estuvo casi en posesién completa de la comprensién basica de la reciprocidad entre derivacién e integracién, que es la piedra angular del cdlculo sistematico de Newton y Leibnitz. Newton expuso los conceptos de manera un poco mas clara; por otra parte, la ingeniosa notacién de Leibnitz y sus métodos de calculo son altamente sugestivos y siguen siendo indispensables. El trabajo de estos dos hombres estimuld inmediatamente las ramas superiores del andlisis, incluyendo el cdlculo de variaciones y la teoria de ecuaciones diferenciales, y condujo a innumerables aplicaciones en las ciencias naturales. Muy curioso resulta que, no obstante que Newton, Leibnitz y sus sucesores inmediatos hicieron tales variados usos de la po- + Este enunciado constituye el “teorema fundamental del célculo”. 141 142 Calculo integral y diferencial Cap. 2 derosa herramienta puesta en sus manos, ninguno consiguié clarificar com- pletamente los conceptos basicos involucrados en sus trabajos. Sus argu- mentos emplearon “cantidades infinitamente pequefias” en formas que son logicamente insostenibles y no convincentes. La clarificacién acontecié a fines del siglo xix con la cuidadosa formulacién del concepto de limite y con el anélisis del continuo de nimeros, como se explica en el capitulo 1.? Comenzaremos con una discusién de los conceptos fundamentales. Estos pueden apreciarse totalmente sélo a través de ilustraciones concretas y ejem- plos; es, por lo tanto, que se recomienda aqui, como en muchas partes en este libro, que las secciones teéricas y generales sean cuidadosamente estu- diadas nuevamente después de que el lector haya absorbido el material més especifico y concreto en secciones subsiguientes. 21 La integral a. Introduccién Sélo después de un prolongado desarrollo los procedimientos sistemati cos de integracién y derivacién alcanzaron Ia necesidad de descripciones matemiticas precisas para nociones intuitivas que surgen en la geometria y en las ciencias naturales. La derivacién es cl concepto requerido para describir las nociones de tangentes a curvas y el de velocidad de particulas en movimiento, 0 bien, mds generalmente, el concepto de razén de varia- cién 0 cambio. El concepto intuitive de drea de una regién con fronteras curvas encuentra su formulacién matematica precisa en el proceso de inte- gracién. Muchos otros conceptos relacionados en Ja geometria y en Ia fisica requieren también de la integracin, como se ver posteriormente. En esta seccién se introduce el concepto de integral en conexién con el problema de medir cl 4rea de una regién plana acotada por curvas. Areas. Se tiene una percepcién intuitiva de que una regién contenida dentro de una curva cerrada posce un “Area” la cual mide el numero de unidades cuadradas dentro de la curva, Empero, la pregunta de cémo esta medida para el drea puede ser descrita en términos precisos exige una cadena de pasos matematicos. Las propiedades basicas del rea que la intui- cién sugiere son: el 4rea es un numero (positive, dependiente de la elec- cién de la unidad de longitud) ; este nimero es el mismo para figuras congruentes; para todos los rectangulos es el producto de las longitudes de 1 EL surgimiento del calculo, que se prolonga por més de 2,000 afios, repre- senta uno de los capitulos mas fascinantes en la historia del descubrimiento cientifico. A los lectores interesados se les recomienda el libro de Carl B. Boyer, Concept of the Calculus, Hafner Publishing Company, 1949. Véase también O. Toeplitz, Calculus, A Genetic Approach, University of Chicago, 1963. Sec. 2.1 La integral 143 los lados adyacentes; y, finalmente, para una regién descompuesta en sec ciones el drea del todo es igual a la suma de las dreas de las secciones. Una consecuencia inmediata es el hecho de que: para una regién A que es parte de una regién B, el Area de A no puede exceder el drea de B. Estas propiedades permiten el célculo directo del area de cualquier fi- gura que pucde ser descompuesta en un némero finito de rectingulos. Més generalmente, para asignar un valor F al rea de una regién R, conside- ramos otras dos regiones R’ (inscripta) y R” (circunscripta) que se puedan descomponer en rectangulos, donde R” contiene a R y R’ est contenida en R rR TN R \ q SECC Figura 2.1 Aproximacién de un Arca. (ver Fig. 2.1). Se sabe entonces, por lo menos, que F debe encontrarse entre las dreas de R’ y R”. El valor de F est4 completamente determinado si se encuentran sucesiones de regiones circunscriptas R,” y regiones ins- criptas Ry’ que puedan ambas descomponerse en rectangulos y tales que las reas de Ry” y Ry’ tengan el mismo limite cuando n tiende a infinito. Este es, remontandonos a la antigiiedad, el método de “exhauccién”, el cual es usado en geometria elemental para describir el Area de un circulo. La formulacién precisa de esta idea intuitiva conduce ahora a la nocién de integracién. b. La integral como un drea Area bajo una curva La nocién analitica de integral surge cuando se asocian Areas con fun- ciones: Considérese el 4rea de una regién acotada por la izquierda y por Por supuesto, puede utilizarse cualquier clase de poligonos inscriptos y cir- cunscritos, puesto que un poligono puede ser descompuesto en tridngulos rectangulos y el 4rea de un tridngulo rectangulo es claramente la mitad de la de un rectangulo con los mismos lados. 144 Céleulo integral y diferencial Cap. 2 la derecha mediante lineas verticales x =a y x = b, debajo por el eje x y arriba por la grafica de una funcién positiva continua f(x) (Fig. 2.2). En breve, nos referiremos a esto como el arca “bajo la curva”. Por cl mbmento se acepta como intuitiva la idea de que el area de tal regién cs un ndmero definido. Llamamos esta area F,° la integral de la funcién f entre los li- Figura 2.2. mites @ y b. En la investigacién del valor numérico de F,? se hace uso de aproximaciones mediante sumas de areas de rectangulos. Para este propésito se divide el intervalo (a,b) del eje x en n partes (pequefias), no necesa~ riamente del mismo tamaiio, las cuales se denominardn celdas. En cada punto de division se trava la Tinea perpendicular al eje x, hacia arriba hasta la curva. La regién con sirea F,! es asi dividida en n franjas, cada una Figura 2.3. acotada por una porcién de la grafica de la funcién f(x) y por tres seg- mentos de recta (Fig. 2.3). Area o integral como limite de una suma, El cdlculo preciso del area de tales franjas no es més facil que el cdlculo del area de la regién original. Es, sin embargo, dar un paso hacia adclante el aproximar el drea de cada franja desde arriba y desde abajo mediante las areas de los rectangulos circunscritos ¢ inscritos con la misma base, donde la frontera curva de la 1 No debe surgir confusién del uso de la palabra “limite” para puntos frontera del intervalo de integracién. Sec. 2.1 La integral 145 franja se reemplaza por una linea horizontal a una distancia del eje x que es o bien el maximo o bien el minimo valor de f(x) en la celda (Fig. 2.4). Mas generalmente, se obtiene una aproximacién intermedia si se reem- plaza la franja por un recténgulo de la misma base y acotado en la parte superior por una linea horizontal que intersecta la frontera curva de la franja (véase Fig. 2.5). Analiticamente, esto equivale a reemplazar la fun- y Figura 2.4. cién f(x) en cada una de las celdas por algiin valor intermedio constante. Denétese por F, la suma de las n reas rectangualres. La intuicién nos dice que los valores F, tienden a F,° si la subdivision se hace cada vez mids fina, esto es, si se hace crecer n sin limite mientras que la maxima longitud de las celdas individuales tiende a cero. De esta forma F,° esta representa- do como un limite de Areas que consisten de rectangulos. Figura 2.5. c. Definicién analitica de la integral. Notaciones Definicién y existencia de integrales En el pérrafo anterior aceptamos al Arca bajo una curva coma una cantidad dada intuitivamente, y a continuacién ésta se representé como un valor limite. Ahora se invertiré el procedimiento. No se invocaré mis a la intuicién para asignar un rea a la regién bajo una curva continua; por 146 Céleulo integral y diferencial Cap. 2 el contrario, se comenzara de manera puramente analitica con las sumas F, definidas anteriormente y se probard que estas sumas tienden a un limite definido. Este limite es entonces la definicién precisa de la integral y del dea. Sea la funcién f(x) continua (pero no necesariamente positiva) en el intervalo cerrado a 00. Figura 2.7. EI simbolo particular que se utiliza para la variable de integracién es una cuestién sin importancia alguna (asi como en Ia notacién para sumas no importa cémo se denominé al indice de la sumatoria); en lugar de ° ° \. f(x) dx puede igualmente escribirse \ f(t) dt o bien \ f(u) du. El integrando denotado por f es una funcidn de una variable’ independiente sobre el intervalo [a, b] y el nombre de la variable es indiferente. Solamente los puntos extremos del intervalo de integracién a@ y 6 afectan el valor de ° ° Ja integral para una f dada. Expresiones como { f(x) dx obien \ f(a) da, jable de integracién y un ny deberdn, al principio, en las cuales se utiliza la misma letra para la Vv: punto extremo, son engajiosas bajo nuestra defini evitarse. Si el integrando f(x) es positivo en el intervalo [a,b], puede inmedia- 3 tamente identificarse \ f(x) dx con el rea acotada por la grafica de f y las rectas x = a, x = b e y = 0. Sin embargo, la integral de f est definida analiticamente como el limite de las suas F, independientemente de cual- quier suposicién acerca del signo de f. Si f(x) es negativa en todo o parte del intervalo, el “nico efecto es el de hacer los correspondientes factores Sec. 2.1 La integral 149 Figura 28. {(&:) en la suma negativos en vez de positivos. A la regién acotada por la parte de la curva debajo del eje x se asignara entonces naturalmente un drea negativa. La integral serA asi la suma de términos positivos y negati- vos, correspondiendo respectivamente a porciones de la curva encima y debajo del eje x* (véase Fig. 2.7). Es intuitivamente convincente afirmar que nuestro proceso de limite converge, atin si la funcién f(x) no es continua en todas partes sino que y 1 Figura 2.9 § sen x dx a posee discontinuidades de salto en uno o varios puntos, como la funcién indicada por la curva en la Fig. 2.8, donde claramente existe un rea bajo Ja curva.? 1 Las reas de regiones acotadas por curvas cerradas arbitrarias se considerarén en el capitulo 4. 2 “Como otro ejemplo considérese f(x) = sgn x en [—1, 1]. Se tiene f(x) = —1 a para x<0y f(x) = +1 para x>0 (véase Fig. 2.9). Entonces | f(x) dx = 0. 1 150 Célculo integral y diferencial Cap. 2 Asi, el proceso de limite anterior puede muy bien resultar en un limite definido de la suma F, para funciones que poseen algunas discontinuidades; y esta posibilidad se indica denominando a tales funciones integrables. A mediados del siglo xix el gran Bernhard Riemann analizé por prime- ra vez la aplicabilidad del proceso de integracién a funciones generales. Més recientemente se han introducido varias extensiones del concepto mis- mo de integracién. Empero, tales refinamientos poseen una menor impor- tancia inmediata para el célculo relativo a fenémenos intuitivamente acce- sibles, y no ser& necesario para nosotros destacar siempre la integrabilidad de nuestras funciones como mero recordatorio de que pueden definirse fun- ciones no integrables. En cursos avanzados la integral que se ha definido aqui se denomina “integral de Riemann”, para distinguirla de varios conceptos generalizados de integral; las sumas de aproximacién F, se denominan sumas de Rie- mann. 2.2 Ejemplos elementales de integracién En un buen néimero de casos significativos estamos ya en condiciones de calcular Ja integral de una funcién Ievando a cabo los procesos de limite prescriptos. Esto se har4 mediante una evaluacién explicita de las sumas F, para una eleccién adecuada de los puntos intermedios & (usual- mente, el punto extremo izquierdo o derecho de las celdas). El teorema so- bre Ia existencia de a integral de una funcién continua asegura que el Timite de los F, es el mismo para cualquier otra eleccién de los puntos intermedios £; y para cualquier método de subdivision. a. Integracién de una funcién lineal Primero se verificara que la integral realmente da el valor correcto del area para algunas figuras sencillas que conocemos de la geometria. Sea f(x) = constante = 7. Para calcular la integral de f(x) entre los limites @ y b se forman las sumas F, (véase Fig. 2.10). Puesto que aqui #(:) = y, se encuentra Fy= Sy Ae = Bax = y(b- a). i i Por lo tanto, de manera andloga > lim F, = { ydx = y(b—a). ven @ Esta es justamente la férmula para el rea de un rectangulo de altura y y base b— a, Sec. 2.2 Ejemplos de integracién 151 fe) Figura 2.10 Integral de una constante. La integral de la funcién f(x) = ; { xdx, (Fig. 2.11), como se sabe de la geometria elemental, posee el valor #(b — a)(b +2) =4(b* — a). Para confirmar que el proceso limite conduce analiticamente al mismo resultado, se subdivide el intervalo de @ a b en n partes iguales por medio de los puntos de divisién athat2h,...,a+(n—1h, 152 Cdlculo integral y diferencial Cap. 2 donde h = (b—a)/n. Tomando para & el punto extremo derecho de cada intervalo se encuentra la integral como el limite, para n> 00, de la suma Fa = (athjht (a+ 2hyh +o + (at nhjh = nah + (1+ 2434-5: + nh? = nah + 4n(n + 1)A, donde se ha utilizado la bien conocida férmula para la suma de una pro- gresién aritmética (véase p. 134, problema 3). Substituyendo h = (b — a) /n, se ve que a(b — a) + (1 + ‘jo — ay, 2 de lo que se sigue inmediatamente que lim F, = a(b — a) + 4(b — a)? = 4(b® — a2). b. Integracién de x* La geometria elemental no conduce tan facilmente a la integracién de la funcién f(x) = x*, esto es, a la determinacién del area de Ja regién? acotada por un segmento de una parabola, un segmento del eje x y dos coordenadas. Es necesario un verdadero proceso de limite. Suponiendo a oo el niimero q tiende hacia el valor uno (véase Ejemplo d, p. 87), y por lo tanto la longitud Az, de la maxima celda, y entonces también Sec. 2.2 Ejemplos de integracién 155 la longitud de todas las celdas, tiende a cero. Para los puntos intermedios &: se eligen nuevamente los puntos extremos derechos x; de cada celda. La suma (2) Fy =3 (&)* day = 3 (aq') ‘agit I +3)’ es conocida explicitamente a partir de la suma de la progresin geométrica con razén q**, Aplicando la bien conocida férmula (p. 91), se encuentra — q- 1, que = F,= a" a I q) qa = ait (b/a)"* — 1 ee Sal(q— Noa = (b= a’ Yo aaay Puesto que q 1, pucde utilizarse una vez més la formula para la suma de una progresién geométrica y escribir re Pri Fee Para n—> c todas las potencias de q tienden a uno y se sigue que 1 lim Fy = on fim Fa = po we) De esta forma se ha verificado la formula (1) para la integral de x" para 0 —1. Para la suma F, se obtiene como antes F,= donde se recuerda que —a es positive y mayor que uno. Aplicando la férmu- la para una progresién geométrica, se obtiene )= que tiende a 1/(—a — 1) conforme n — oo. Consecuentemente, como antes, lim Fy =a a), 156 Cdlculo integral y diferencial Cap. 2 La formula integral no tiene significado para a = —1, puesto que tan- to el numerador como el denominador en el miembro derecho serian en- tonces cero. En vez dle esto se encuentra, de la expresién original (2) para F,, para el caso a = —1, que Fy = n(q — 1)/q. Consecuentemente, obser- vando que q = Wb/a tiende a uno conforme n— oo, se encuentra (3) 1 __ = dx = limn(Wb/a — 1). la * nc Aqui el limite en el miembro derecho no puede ser expresado en términos de potencias de a y de b pero puede ser expresado en términos de logarit- mos de esas cantidades como se vera posteriormente (p. 167) *d. Integracién de x" para q@ racional distinto de —1 EI resultado obtenido anteriormente puede ser considerablemente gene- ralizado sin complicar esencialmente la demostracién. Sea a = r/s un nii- mero racional positive, siendo r y s enteros positives; entonces en la evaluacién de la integral dada arriba nada se cambia excepto la evaluacién del limite (q — 1) /(q"*' — 1) cuando q se aproxima a uno. Esta expresiin es ahora simplemente (q — 1) /(q‘"*”* — 1). Hagamos q/* = +(r1): Entonces, si q tiende a uno 7 también tiende a uno. Tenemos por ello que encontrar el valor limite de (r* ~ 1)/(r"** — 1) cuando 7 se aproxima a uno. Si se dividen tanto el numerador como el denominador por 7 — 1 y se transforman como antes mediante la férmula para progresiones geomé- tricas, el limite se torna simplemente tim et lim erp peep eT Puesto que tanto ¢l numerador como el denominador son continuos en 7, este limite se obtiene de inmediato substituyendo 7 = 1, y por lo tanto se hace igual a s/(r +s) = 1/(a + 1); luego, para todo valor racional posi- tivo de @ se obtiene la férmula integral atl (rae 1 (ge — art, tal como con enteros positivos. Esta férmula permane:e valida para valores negatives racionales de a = —1/s, siempre que se excluya el valor ¢ = —1 (para el cual la férmu- la utilizada arriba para la suma de la progresién geométrica pierde su significado). Para a negativo se evaltia nuevamente el limite de (q — 1) /(q** — 1) haciendo q-”* = + para a= —r/s; esto se deja como un ejercicio para el lector. Sec. 2.2 Ejemplos de integracién 157 Es natural conjeturar que el campo de validez de la iiltima {érmula se extiende también a valores irracionales de a. En realidad, se estableceré la férmula integral para todos los valores reales de a (excepto a= —1) en la seccién 2.7 (p. 176) de una manera enteramente simple como una consecuencia de la teoria general *e. Integracién de sen x y cos x El Gltimo ejemplo elemental que ser4 tratado aqui mediante un artificio especial es la integral de f(x) = sen x. La integral 2 \ sends es claramente el limite de la suma Sy = hfsen (a + h) + sen (a+ 2h) +--+ + sen (a + nh)], que surge de la divisién del intervalo de integracién en celdas de longitud h = (b — a)/n. Multipliquese la expresién en el miembro derecho por 2 sen h/2 y recuérdese la bien conocida férmula trigonométrica 2sen usenv cos (u — v) — cos (u + v). Siempre que h no sea un miltiplo de 2a se obtiene Ia férmula h h 3 / 3 Sy 7, [208 (a +5) ~ cos at3h tos (a+ 5h 2senz 2n+1 n) — cos (« + as ‘)] { 2n+t Ff coe (04 2E44)], , 1a integral se convierte en el limite de h h h [os (« +5) = cos (6 + 3) | conforme A -+0. h 2, 2, 2senz 2 Se sabe ahora, del capitulo 1 (p. 107), que para h > 0 la expresién (h/2)/(sen 1/2) se aproxima al limite uno. El Ifmite deseado es entonces simplemente cos a — cos b, y se obtiene la integral Qn — 5 ~ cos (o +51) + eos (at A 2sen5 Puesto que @ + mh = o [irene — (cos b — cosa). Andlogamente, ° J cosxdx =senb—sena — (véase problema 3, p. 217). 158 Célculo integral y diferencial Cap. 2 Cada uno de los ejemplos anteriores fue tratado con un artificio espe- cial. Empero, el punto esencial del calculo integral y diferencial sistemdticos es el simple hecho de que en vez de tales artificios especiales se usan consideraciones gencrales que conducen directamente al resultado. Llegare- mos a estos métodos discutiendo primero algunas reglas generales concer- nientes a integrales, introduciendo luego el concepto de Ja derivada y final- mente estableciendo Ia conexién entre integral y derivada. 2.3 Reglas fundamentales de integracién Las propiedades basicas de la integral se siguen directamente de su definicién como el limite de una suma: Wa dx = tim 34(6.) a, donde el intervalo [a,b] es cortado en subintervalos o celdas de longitud Axi, el niimero £; es cualquier valor en el i-ésimo subintervalo y se re- quiere que el maximo Ax; tienda a cero conforme n — oo. a. Aditividad Sea ¢ cualquier valor entre a y b. Si las integrales se interpretan como Areas y se recuerda que el drca de una regién que consiste de varias sec- ciones es la suma de las dreas de las secciones (Fig. 2.14), esto nos conduce a la regla (4) {; I(x) dx = fre dx + {10 dz. Para una demostracién analitica las subdivisiones se eligen de tal ma- nera que el punto ¢ aparezca como un punto de divisién, digamos ¢ = xm (donde m varia con n). Entonces, * = a Di (hax = VPf(G)Are + ZT (Es) Ax, donde la primera suma en el miembro derecho corresponde a una subdi- vision del intervalo [a,c] en m celdas, y la segunda suma corresponde a una subdivisién del intervalo [¢, 6]. Ahora para n—> co se obtiene nuestra regla para integrales. > Hasta ahora solamente hemos definido \ f(x) dx cuando a b, definimos la integral de tal manera que la regla de aditividad sea preservada. Por eso, para c= a debe definirse (5) (ir dx = 0, Sec. 23 Reglas fundamentales de integracién 159 y entonces para b = a se sigue que Vo) det (1 (eS Esto nos conduce a definir Hx) dx para ¢ < a por la formula (6) [ii ae= ~ [100 es donde el miembro derecho pose el significado establecido originalmente. Su significado geométrico es que el drea bajo la curva y = f(x) ha de ser y 0 @ ¢ 6 Figura 2.14. considerada negativa si la direccién de movimiento desde el limite inferior de integracién hacia el limite superior es el de las x decrecientes, Una ojea- da a los ejemplos anteriores de integrales confirma que, en efecto, un intercambio en los limites de integracién @ y b da como resultado el cam- bio de signo en el valor de la integral. b. Integral de una suma y de un producto con una constante Si f(x) y g(x) son dos funciones cualesquiera (integrables), las leyes bisicas de operar con limites implican f "f(a de + f "o(2) de = Jim [Bre Asi] +n [ 3 804] =tim [3 s@)de, +S 6) 41] = tm $6) + eal Aa]: 160 Calculo integral y diferencial Cap. 2 y, por lo tanto, la importante regla para la suma de dos funciones (2) { fx) ae + \ g(x) ds = \ (Hx) + @(s)] ass y ansilogamente para la diferencia: { Ie) de -S a(x) dx = j f(s) — elx)}dx. Ademis, con cualquier constante a es , 7 force) dx =tim Sof(&) Az; Ja noe =alim > f($) Az) ya aera [ye dz= “Fe dr. Las iltimas dos reglas permiten integrar “combinaciones lineales” de dos o ms funciones que pueden ser integradas individualmente. Asi, para cualquier funcién cuadratica y = Ax? + Bx -+ C con cualesquiera constan- tes A, B, C, se tiene ‘b re pe > f (Ax? + Bx + C) dx | Ax? dx + Bxdx+ f Cdx ° . a drt Bl det Cf ide =A = S09 — at) + Bb — at) + Ob = a). De Ia misma manera se integra el polinomio general y= Age" + Ae bb Ant + A,D [[yerm ee ed Ag" = arb Aor = at) to + 44,4(0* — a) + A,(b — 4). c. Estimacin de integrales Ctra observacién obvia concerniente a integrales es bisica, Considérese para a 0. See. 23 Reglas fundamentales de integracién 161 Fsto surge inmediatamente si se escribe la integral como el limite de una suma y se observa que las sumas contienen solamente términos no negativos. Mas generalmente, si se tienen dos funciones f y g con la propiedad f(x) > g(x) para todo x en el intervalo [a,b] entonces ; i (0) \ lx) de> \ a(x) ds. Pues se tiene ; ; ; j f(x) de j g(x) d= § {f(x) ~ g(#)]ax > 0, puesto que f(x) -- g(x) jamés es negativa. Apliquese este resultado a una funcién f(x) la cual es continua en el intervalo [a, b]. Sea M el maximo valor y m el minimo valor de f en ese intervalo. Puesto que mS f(x) co, los n-ésimos promedios convergen hacia el valor A yw se le llamara Ja “media aritmética” o bien el valor medio de f en el intervalo [a, 6]. Nuestras desigualdades entonces cstablecen simplemente que el valor medio de una funcién continua no puede ser mayor que el valor maximo ni menor que el valor minimo de la funcién (Fig. 2.16). Puesto que la funcién f(x) es continua en el intervalo [a, b], deben exis- tir puntos cn el intervalo donde f posee el valor M o el valor m. Por el teorema del valor intermedio para funciones continuas, deberd entonces existir también un punto ¢ en el intervalo donde f tome, en efecto, el va- lor intermedio yz. Se ha probado entonces: Tzorema pet Vator Mevio. Para una funcién continua f(x) en el intervalo {a,b}, existe un valor & en el intervalo tal que ; (12) [io dx = 1 (0-4). Este es cl sencillo pero muy importante teorema del valor medio del cdlculo integral. En palabras, afirma que el valor medio de una funcién continua en un intervalo pertenece al rango de la funcién. El teorema asegura solamente la existencia de por lo menos un £ en el intervalo, para el cual f(g) es igual al valor promedio de f, pero no da ninguna informacién adicional sobre la ubicacién de é. Notese que la formula que expresa al teorema del valor medio perma- nece valida si los limites @ y 6 son intercambiados; por lo tanto, el teorema del valor medio es correcto también cuando @ > b. 164 — Calculo integral y diferencial Cap. 2 El teorema del valor medio generalizado. En vez de la sencilla media aritmética es necesario considerar a menudo “medias pesadas” de n cantidades f,,--+ 5 fy» dadas por donde “los factores peso” p; son cualesquiera cantidades positivas. Si, por ejemplo, fy Pay +++ 5 Son, realmente, los pesos de particulas localizadas en los puntos res- pectivos f,, fay.» fy del eje x, entonces u representard la posicién del centro de gravedad. Si todos los pesos p; son iguales, la cantidad 4 es justamente la media aritmética definida anteriormente. Para una funcién f(x) puede formarse andlogamente la media pesada o j I(x) (x) dx ° {re dx sobre el intervalo [4,6] donde p(x), la juncién peso, es cualquier funcién positiva en el intervalo, La hipétesis de que p es positiva garantiza que el denominador no se anula. (13) La media pesada y esté situada también entre el méximo valor M y el minimo valor m de la funcién { en el intervalo. En efecto, multiplicando la desigualdad m < f(x) x o(y) = O(x) + f(E)(y - ) > O(2)- Sec. 2. El logaritmo definido mediante una integral 167 El formar la integral indefinida de una funcién es un camino importante para general nuevos tipos de funciones. En la seccién 2.5 se aplicard este método para introducir la funcién logaritmo. Esto nos hard también vislum- brar el hecho de que teoremas generales del andlisis matemdtico conducen a las mas notables {6rmulas especificas. Gomo se vera en la seccién 3.144 (p. 298), la definicién de nuevas funciones por medio de integrales de funciones ya defihidas es un procedi- miento satisfactorio si se desean establecer las definiciones (por ejemplo, de las funciones trigonométricas) sobre una base puramente analitica en vez de atenerse a explicaciones gcométricas intuitivas. 2.5 El logaritmo definido mediante una integral a. Definicién de la funcién logaritmo ° En la seccién 2.2 se tuvo buen éxito en expresar j x*dx para cual- quier racional a —1 en términos de potencias de a y de b. Para a= —I se pudo solamente representar la integral como el limite de la sucesién an __ j = du = lim n(Wb/a ~ 1). gt ae Independientemente de las discusiones de la seccién 2.2 se introduce ahora a funcién representada por la integral indefinida z 1 \ ‘du! at © bien, geométricamente, mediante cl area bajo una hipérbola como se indica en la Fig. 2.18. La denominamos el logaritmo de x, 0 bien, mis precisamente, el logaritmo natural de x, y se escribe (16) log x = {. ie a Puesto que y = 1/u es una funcién continua y positiva para todo u > 0, la funcién log x esta definida para todo x > 0, siendo ademés continua y también mondtona creciente. La eleccién de 1 como el limite inferior en la integral indefinida para log x es cuestién de conveniencia. Implica que (17) log 1 = 0, + En esta seccidn otra vez se utilizaré libremente el hecho de que a integral de una funcién continua (en este caso la funcién 1/u) existe; la demostracién ge- neral est4 dada en el Suplemento, 168 Calculo integral y diferencial Cap. 2 Figura 2.18 Log x representado por un area. y que log x es positivo para x > 1 y negativo para x entre cero y 1 (Fig. 2.19). Cualquier integral definida de 1/u entre limites positives a y b pue- de ser expresada en términos de logaritmos mediante la formula (véa- se pp. 165-166) ; (18) \ dau = log ~ loge Figura 2.19 El logaritmo natural. See. 25 El logaritmo definido mediante una integral 169 Geométricamente, esta integral representa el Area bajo la hipérbola yy = 1/x entre las ordenadas x = a y x = b. b. El teorema de adicién para logaritmos La propiedad fundamental que justifica el nombre tradicional para log x esté expresada por el TrorEMA pe Apici6N. Para todo x e y positivos (19) log(xy) = log x + log y. DemostraciOn. El teorema de adicin se escribe en la forma log(xy) — log y = log x, y ry \ za= | ~du, y 2 ad donde deliberadamente se han clegido diferentes letras para las variables de integracin en las dos integrales. La igualdad de las dos integrales se deducira del hecho de que las sumas de aproximacién poseen el mismo va- lor para elecciones adecuadas de subdivisiones y de puntos intermedios. Supéngase primero que x > 1. Entonces o bien CG dau =tim & tw, A nove fen Eb donde uy =1, us, us, ..., ty = x representan los puntos que aparecen en una subdivisién del intervalo [1, x] y é esta situado en la i-ésima celda. Haciendo vj = yui, yi = yéi, se ve que los puntos vp, v1, ..., Yq corres- ponden a una subdivisién del intervalo [y, xy] con puntos intermedios ni = iy. Obviamente, Avy = y Au, de modo que “1 * S Au = 3B y- du. aon a 5 Para n tendiendo a infinito se obtiene la identidad deseada entre integrales para el caso x > 1. Para x = 1 cl teorema de adicién se cumple trivialmente, puesto que log 1 = 0. Para probar el teorema también para el caso 0 1, y por tanto 170 Célculo integral y diferencial Cap. 2 t log x + log y = log x + log (i 2) = logrt log + log (zy) = log 1 + Jog. + log (zy) r = log (: 2) + log (zy) z = log 1 + log (xy) = log (zy). Esto completa la demostracién del teorema de adicién. Una demostracién del teorema de adicién pucde también basarse en la formula (3) (p. 156), de acuerdo con la cual log x = lim n( Wx — 1). Entonces * log (xy) = lim n( Vay — 1) = lim [n(Wx-- 1) Wy t+ ny 1) = [lim n(x — 1)](lim Wy) + limn (Wy — 1) = log x + log y, puesto que lim Wy = 1 (véase p. 87) Aplicando el teorema de adicién para el caso especial y = 1/x, éste conduce a 1 log 1 ~: log x + log -, ¥ o bien (20) log + = —log s. Entonces, mds gencralmente, (21) Jog” logy + log + = tog y ~ fog x Aplicando repetidamente el teorema de adicién a un producto de n factores se tiene log (vi¥e"* Jog xy log vs fF log xn. En particular, se encuentra que para cualquier entero positivo n (22) log (x) = n log x. Sec. 26 Funcién exponencial y potencias 171 Esta identidad se cumple también para n = 0, puesto que x° = 1, y puede ser extendida a enteros negativos n observando que L log (x") = log (3) = log (w*) = --(- n) logx = n log x. A g Para cualquier racional « = m/n y cualquier @ positivo puede formarse a™/" = x, Se tiene entonces ” loga = aloga. n 1 seo log x = = log a" = ~ log a” = Asi, la identidad (23) log (a") = alog a se cumple para cualquier real positivo a y cualquier racional a. 2.6 Funcién exponencial y potencias a, EI logaritmo del némero ¢ La constante ¢ obtenida en la p. 102 como el limite de (1 + 1/n)* des- empefia un marcado papel para la funcién log x. Sin duda. el mimero ¢ estd caracterizado por la ecuacién * loge = 1. Para la demostracién, se observa que la continuidad de Ja funcién log.x neti +2] att [+] implica = lim nog (1 ++). no al Ahora, por el teorema del valor medio del cAlculo integral, Le 1/n log iti)= yee n 1 ou gn donde £ es algiin niimero entre 1 y 1 + 1/n que depende de la eleccién de n. Obviamente, lim £ = 1, de modo que (24) ogee 1 Esto significa geométricamente que el area acotada po la hipérbola y = 1/x y las rectas y == 0, x= 1 y x= ¢, tiene el valor uno (véase Fig. 2.18). 172 Cdleulo integral y diferencial Cap. 2 b, La funcién inversa del logaritmo. La funcién exponencial De la relacién loge = 1 se sigue que para todo racional a es log (e") = aloge =a. Esto muestra que todo ntimero racional @ aparece como un valor del log x para algtin x positivo. Puesto que log x es continuo, toma entonces cual- quicr valor entre dos ntmeros racionales, esto es, todos los valores reales contenidos entre tales ntimeros. Se sigue que cuando x varia sobre todos los valores positivos, los valores de y = log x recorren todos los niimeros ¥y. y Figura 2.20. La funcién exponencial. Puesto que log x es monétono creciente, existe para todo mimero real y exac- tamente un real x positivo tal que log x = y. La solucién x de la ecuacién yy = log x esté dada por la funcién inversa del logaritmo, la cual se deno- tara por x= E(y). Se sabe entonces que E(y) (Fig. 2.20) est definida y es positiva para todo y, y que es también continua y creciente (véa- se pp. 65-66). Puesto que las ccuaciones y = log x y x = E(y) se cumplen para la misma relacion entre x ¢ y, la ecuacién a = log (e*), la cual es valida para a racional, puede escribirse también en la forma See. 2.6 Funcién exponencial y potencias 173 Se ve que: para todo racional « el valor de E(a) ¢s la a-ésima potencia del m/n racional la potencia ¢* est4 definida directamente ndmero e. Para a como We", Para q irracional la expresién e* est definida mas naturalmente representando a a como el limite de una sucesién de ntimeros racionales am y haciendo e* = lim (e**). Puesto que e" = E(an), y puesto que la fun- cién E(y) depende continuamente de y, se puede estar seguro de que el limite de e"* existe y que posee el valor E(a), independientemente de la su- cesién especial utilizada para aproximar a a. Esto prueba que la ecuacién E(a) = e* se cumple también para a irracional. Para todo a real puede escribirse ahora e" en vez de E(a). Denominamos a e* funcién exponencial. Esta funcién esta definida y es continua para todo x, y es creciente y posi- tiva en todas partes. Puesto que las ecuaciones y = log x y x = e” son dos formas de expre- sar la misma relacién entre los ntimeros x e y, se ve que la designacién log x, el “logaritmo natural” de x (como se define aqui mediante una in- tegral), se mantiene para el logaritmo de base e, con la interpretacién que a ese término se le daria en matemiticas elementales; esto es, log x es el exponente de aquella potencia de ¢ que es igual a x, 0 sea, (25) close = Puede escribirse * log x = loge x. Andlogamente, x = eY es aquel nimero cuyo logaritmo es y, 0 sea, (26) loge Desde el punto de vista del cdlculo, es realmente mas facil introducir en primer término logaritmos naturales como integrales de Ja funcién sencilla yy = 1/x, como se hizo aqui, y definir después potencias de ¢ tomando la inversa de la funcién logaritmo, De esta forma la continuidad y monotonia de las funciones log x y e? aparecen justamente como consecuencia de teo- remas generales y no requieren argumentos especiales. ” c. La funcién exponencial como limite de potencias Originalmente se obtuyo el ntimero e como el limite € -tin (4 Una férmula mds general representa e* para cualquier x como un limite, a saber: 1 El lector puede pensar que el nombre “logaritmo natural” debié haber sido reservado més bien para logaritmos de base 10. Sin embargo, histéricamente, la p mera tabla de logaritmos, publicada por Napier en 1614, dio esencialmente logaritmos de base ¢, Los logaritmos de base 10 fueron introducidos sélo subsecuentemente por Briggs debido a sus obvias ventajas de célculo. 174 Gaileulo integral y diferencial Cap. 2 (27) ” = tin (1 xs): oo Para la demostracién, es suficiente mostrar que Ia sucesién =log (14 2)" sa = lo 8 n posee el limite x. Pues entonces la sucesién de valores ono (: * :) a debe tender a ef puesto que la funcién exponencial es continua. Ahora bien, Sn? nog (14 Por el teorema del valor medio del calculo integral se tiene aon el(is ae 1 - donde , es algdn valor entre uno y I + x/n. Puesto que obviamente £4 tiende a uno para n tendiendo a oo, se tiene en efecto lim sy ne d. Definicién de potencias arbitrarias de nameros positivos Las potencias arbitrarias de cualesquiera ntimeros positivos pueden aho- ra ser expresadas en términos de las funciones exponencial y logaritmo." Se encuentra para a racional y cualquier x positive que la relacién log (x") = a log.x se cumple, Se escribe esta ecuacién en la forma x" = pf lost, Para @ irracional se representa a a nuevamente como el limite de una nde ntimeros racionales am, y sc define x" = lim a's = lim e%* 1982, La continuidad de la funcién exponencial implica nuevamente que el li- mite existe y que posee el valor e* !°5#, puesto que er oR = elim (en lo62) = Yim ef lesz, ' Esto evita la definicién “elemental”, mas incémoda, y la justificacién de estos procesos mediante el paso al limite a partir de exponentes racionales, indicado en la p. 109. a Sec. 26 Funcién exponencial y potencias 1 Por lo tanto, la ecuacién (28) er toas se cumple de manera completamente general para todo @ y cualquier x positive, Haciendo log.x = 8, 0 bien, lo que es lo mismo, x = e’, se infiere que (29) (fy =e", y, iis generalmente, para todo x positivo: (x8)8 = (et MOE) F me gt tone my, Otra regla para operar con potencias, que es facilmente establecida en forma completamente general, cs la ley de multiplicacién, o sea, donde x es un ntimero positivo y « y 8 son arbitrarios. Es suficiente probar la correspondiente férmula obtenida tomando los logaritmos de ambos lados: log (x°x*) = log (x"**). Ahora bien, por las reglas (19), (26) y (28) ya establecidas, se sigue que log ("x") = log x" + log a? = log (e" #5#) + log (e” '#*) = alogx + Blog x = (a + B) logx = log (et 1962) = log (x) sg e. Logaritmos de base arbitraria Es f. minos de logaritmos naturales. $i, para un nimero positive, a, la ecuacién x = a! se satisface, se escribe entonces il expresar logaritmos relativos a una base diferente de ¢ en tér~ y = loge x. Ahora bien, a’ = e¥ 1°84, de modo que x = e¥ #54, 0 sea que y log a = log x. donde log x es el logaritmo natural de base e. En particular, los logaritmos comunes de base 10 estén dados por loge v = log 10) 176 Géleulo integral y diferencial Cap. 2 Puesto que los logaritnos de cualquier base @ son proporcionales a los logaritmos naturales, satisfacen cl mismo teorema de adiciér Joga x + loge y = loga (xy 2.7. La integral de una potencia arbitraria de x Zn la seccién 2.2 se obtuvo la formula a \ w du = para todo racional «3 “+1. (El caso @ =! —1 se vio que conduce al lo- garitmo.) Para evaluar Ja integral cuando @ es un niimero irracional es nte discutir la integral indefii tog sufic (x) =f udu. de la cual todas las integrales definidas con limites positives a y b pueden ser obtenidas. Supéngasc x > 1 (el caso x <1 puede ser tratado de la misma manera después de intercambiar los limites). Sc tiene entonces, por (28), que et eau donde log u > 0 para u en el intervalo de integracién. Sean B y y dos nales cualesquiera diferentes de —1 para los cuales BSasy niimeros ra Entonces también Blogu 1 \ udu = $(b) — ¢(a) = (b" — a"), e ati tal como para a racional. Cuando « es un entero positive la formula permanece valida aun cuan- do los limites a 0 b se tornen cero o bien negativos, y es facil extender la formula directamente a esos casos. 2.8 La derivada El concepto de derivada, anlogamente al de integral, posce un inme- diato origen intuitivo y es facil de entender. Ademés, abre la puerta hacia un caudal enorme de hechos matematicos e ideas. Y el estudiante slo gradualmente sc hard conocedor de Ja variedad de aplicaciones significa- tivas y de la potencia de las técnicas que se desarrollaran en este libro, El concepto de derivada es sugerido primero mediante la nocién int tiva de la tangente a una curva suave y = f(x) en un punto P de coorde? nadas x e y. Esta tangente es caracterizada por el Angulo @ entre su direccién y cl je x positive. Pero, ¢cémo obtiene uno este Angulo a partir de la descripcin analitica de la funcién f(x)? El conocimiento de los valo- res de x ey en el punto P no basta para determinar el Angulo @, puesto que hay un néimero infinito de rectas, aparte de la tangente que pasa por P. Por otra parte, para determinar @ no se requicre conocer la fun- cién f(x) en su comportamiento global; el conocimiento de la funcién en una vecindad arbitraria del punto P debe ser suficiente para determinar la direccién a, no importa cudn mindscula sea elegida esa vecindad. Esto indica que se deberfia definir la direccién de la tangente a una curva y = {(x) mediante un proceso de limite, como se hard en breve. El problema de calcular la direccién de tangentes, 0 de “derivacién”, fue sugerido a los matematicos alrededor del siglo xvi por problemas de optimizacién, esto es, cuestioncs de maximos y minimos que aparecen en la geometria, mecénica y éptica. (Véase la discusién en Ia seccién 3.6.) Otro problema de capital importancia que conduce a la derivacién es el de dar un significado matemtico preciso a la nocién intuitiva de velo- cidad en un movimiento arbitrario no uniforme (véase p. 183). Se principiard con el problema de describir analiticamente la tangente a una curva mediante un proceso de limite. 178 Célculo integral y diferencial Cap. 2 a. La derivada y la tangente Definicién geométrica. De acuerdo con la intuicién ingenua, se defi- ne la tangente a la curva dada, y = f(x), en uno de sus puntos, P, por medio de los siguientes procesos de limite geométricos (Fig. 2.21). Consi- dérese un segundo punto P; sobre la curva cercano a P. Por los dos pun- tos P y P; sc traza una Iinea recta secante de la curva. Si ahora el punto P, se mueve a lo largo de la curva hacia el punto P, entonces es de espe- rarse que la secante se aproxime a una posicién limite la cual es indepen- dicnte del lado del cual P, tiende a P. Esta posicién limite de la secante es la tangente; la aseveracién de que existe tal posicién limite de la secan- y Figura 2.21 Secante y tangente. te es equivalente a la suposicién de que la curva posee una tangente defi- nida o bien una direccién definida en el punto P. Se ha utilizado la palabra “suposicién” debido a que en realidad se ha hecho una. La hipétesis de que la tangente existe en cada punto no es de ninguna manera cierta para todas las curvas que representan funciones sencillas. Por ejemplo, cual- quier curva con una esquina o vértice en un punto P no posee ahi una direccién determinada de manera unica; por ejemplo, la curva definida por y = |x|, en (0,0). (Véase fa discusién en las pp. 187-188.) Puesto que nuestra curva est4 representada por medio de una funcién y = f(x), debe formularse el proceso de limite geométrico analiticamente con referencia a f(x). Este proceso de limite analitico se denomina deri- vacion de f(x). Sec. 28 La derivada 179 Considérese al éngulo que una linea recta forma con el eje x como aquél segiin el cual cl eje x positive debe ser girado en la direccién positiva o en el sentido contrario al de las manecillas del reloj* de modo que quede por primera vez paralelo a la recta. (Este seria un dngulo a en el intervalo 0 0. Para x, Ax se tiene f(s) =f) Va Vv (Vi = V8) (Va + Va) moe mo % (x1 — x) (War + Vx) wy 1 (a) (Vat Ve) Vat Vx Por Jo tanto (para x > 0) Para x = 0 se tiene una singularidad: La derivada es infinita, puesto que (Vm — 0) /(*1 — 0) = 1/1 > @ para x10. Definicién analitica Es sumamente significativo que el proceso de derivar una funcién po- sea un significado analitico definido completamente separado de la concep- cién intuitiva geométrica de la tangente. La definicién analitica de la 182 Célculo integral y diferencial Cap. 2 integral, libre de la visualizacién geométrica de area, nos permitié basar la nocién de area sobre la de integral. Con igual espiritu, independiente- mente de la representacién geométrica de una funcién y = f(x) por medio de una curva, definimos la derivada de la funcién y = f(x) como la nueva funcién »¥ = f’(x) dada mediante el limite del cociente incremental Ay/Ax, siempre que el limite exista. Aqui las diferencias Ay = 9, — y = f(xi) — f(x) y Ax = xy — x son “cambios 0 variaciones correspondientes” en las variables y y x. La raz6n Ay/Ax puede denominarse “razén promedio de variacién” de y con respecto ax en dl intervalo (x,x ‘+ Ax). El limite f(x) = dy/dx representa enton- ces la “razén instantanea de variacién” o simplemente la “razén de varia- cién” de y con respecto a x. Si este limite existe se dice que la funcién f(x) es derivable o diferen- ciable. Se supondra siempre que cada funcién que se considere es derivable a menos que se especifique lo contrario.' Se destaca que si la funcién f(x) ha de ser derivable en cl punto x, el limite para h>0 del cociente If(x + hk) = f(a)]/h debe existir, donde h puede poseer cualquier valor 0 para el cual x +h pertenece al dominio de f. Si, en particular, f est definida en todo un intervalo que contiene al punto x en su interior, cntonces el limite debe existir independientemente de la manera en la cual h tiende a cero, ya sea a través de valores positivos 0 a twavés de valores negativos, sin restriccién sobre el signo. Disponiendo ahora de una definicién analitica para la derivada /’(x), se toma el ngulo de direccién @ con el eje x positive, dado por la ecuacién tana = f’(x), como, la direccién de Ja tangente a la curva en cl punto (x,y) 2 De este modo, basando la definicién geométrica en Ia analitica, se evitan dificultades que pueden aparecer por la vaguedad de la visualiza- cién geométrica. De hecho, se ha definido ahora precisamente lo que se entiende por una tangente a la grifica de y = f(x) en el punto (x,y) y se dispone de un criterio analitico para decidir si una curva posee 0 no una tangente en un punto dado (x,y). Funciones monétonas No obstante, la interpretacién objetiva de la derivada como la pendiente de Ja tangente a la curva cs una ayuda altamente provechosa para cl entendimiento, aun en discusiones puramente analiticas. Este es el caso de la siguiente proposicién basada en la intuicién geométrica: 1 Ejemplos en los cuales esta hipétesis no se_satisface se dardn posteriormente (ver p, 188). Tales ejemplos justifican el mencionar la derivabilidad como una hipétesis si el contexto lo asegura. 2 El Angulo @ no est determinado absolutamente de manera dnica sino que puede ser substituido por a+ 7, a 27, etc, a menos que se especifique como arriba que 0 0 y monétona decreciente cuando f'(x) <0. En verdad, si /’(x) es positiva y la curva es recorrida en la direccién de x creciente, entonces la tangente se inclina hacia arriba, esto es, hacia y creciente (« es un “angulo agudo”) ; por lo tanto, en el punto en cues- tién la curva se eleva conforme x crece; y si, por otra parte, f(x) ¢s nega- tiva, la tangente se inclina hacia abajo (a es un “Angulo obtuso”) y la curva cae conforme x crece (véase Fig. 2.23). Esto sera probado analiticamente en las pp. 198, 199. y x fe) oe Figura 2.23 Tangentes a grdficas de funciones crecientes y decrecientes. b. La derivada como una velocidad La necesidad de substituir el concepto intuitivo de velocidad o rapidez por una definicién precisa conduce de nucvo a exactamente el mismo proce- so de limite que ya hemos denominado diferenciacién. Considérese el ejemplo de un punto que se mueve sobre una linea recta, el eje y dirigido, estando determinada la posicién del punto por una sola coordenada, y. Esta coordenada y es la distancia, con su signo adecuado, de nuestro punto mévil medida desde un punto inicial fijo sobre la linea. El movimiento est4 dado si se conoce y como funcién del tiempo ¢: y = f(t). Siesta funcién es una funcién lineal f(t) = ct +b, se habla de un movimiento uniforme con velocidad c, y para cualquier par de valores distintos, # y f;, puede obtenerse la velocidad dividiendo la distancia re- corrida en un intervalo de tiempo por la longitud de dicho intervalo de tiempo: F(t) — f(t) ane 184 Calculo integral y diferencial Cap. 2 La velocidad es, por lo tanto, el cociente incremental de Ja funcién ct +b, y este cociente de incrementos es independiente del par particular de ins- tantes que se fijen. Pero, :qué es lo que se ha de entender por la velocidad de movimiento cn un instante ¢ si el movimiento no cs ya uniforme? Para responder a esta pregunta, se considera el cociente de incrementos Uflt) — OV (4 ~ 1). el cual se denominara “velocidad promedio” en el intervalo de tiempo en- tre t, y t. Ahora bien, si esta velocidad promedio tiende a un limite definido cuando se hace tender ¢; a ¢, este limite se definira como la velocidad en cl tiempo t. En otras palabras: la velocidad, esto es, la razén instantanea de variacién de la distancia con respecto al tiempo en el tiempo t, es la derivada (0) = tim Ht) HO) a hee Newton destacé la interpretacién de derivadas* como velocidades, y es- cribié y, 0 bien f(x), en vez de f’(t), una notacién que se utilizaré oca- sionalmente. Nuevamente, la derivabilidad de Ja funcién es una suposicién necesaria si la nocién de velocidad ha de tener un significado. Un ejemplo sencillo es el del movimiento de cuerpos en caida libre. Se parte de la ley establecida experimentalmente segiin la cual la distancia recorrida en un tiempo ¢ por un cuerpo en caida libre, que parte del re- poso en ¢ = 0, es proporcional a ¢*; es por lo tanto representada mediante una funcién de la forma y= f(t) = at con a constante. Como en las pp. 180-181, la velocidad entonces esté dada mediante la expresién f’(t) = 2at; asi: la velocidad de un cuerpo en caida libre crece en proporcién al tiempo. c. Ejemplos de diferenciacién Se ilustrara ahora la técnica de la derivacién mediante un mimero de ejemplos tipicos. Funciones lineales Para la funcién y = f(x) =¢ con ¢ constante, se ve para todo x, es I(x +h) — f(x) = 6 — ¢ = 0, de modo que lim [f(x + h) — f(x)]/h = 05 ina esto es, la derivada de una funcidn constante es cero. adas por él “fluxiones”. Sec. 28 La derivada 185 Para una funcién lineal y = f(x) = ex + 6, se encuentra f(x) La derivada de una funcidn lineal es constante. Potencias de x En seguida se deriva la funcién potencia y= f(x) = 3°, suponiendo primero que a cs un entero positive. Siempre que x, 4.x se tiene F(x) = A(x) ot ux x donde se divide directamente o bien se utiliza la formula para la suma de una progresién geométrica. Esta sencilla manipulacién algebraica es la clave para pasar al limite; pues Ja dltima expresién en el miembro dere- cho de la ecuacién cs una funcién continua de x; en particular para 41 =x, y asi pucde cfectuarse el paso al limite con x, ->.x para esta expre- sién simplemente reemplazando x; en todas partes por x. Cada término toma entonces el valor x", y, puesto que el mimero de términos es exacta- mente @, se obtiene d(x") F dx ¥ = f(x) Se Hega al mismo resultado si @ es un entero negative ~f; se debe, sin embargo, suponer que x no cs cero. Entonces se encuentra xe Una vez ms, puede cfectuarse el paso al limite simplemente substituyendo x por x;. Entonces, tal como se hizo antes sc obtiene para cl limite Por lo tanto, para valores enteros negativos a = — la derivada esté dada nuevamente por Ia formula yf Sax", 186 Calcul integral y diferencial Cap. 2 Finalmente, se probaré la misma férmula cuando x es positive y « cualquier néimero racional. Se supone que a = p/q, donde p y q son ambos enteros y ademés positivos. (Si uno de ellos fuera negativo no se reque- rirjan cambios esenciales en la demostracién; para a = 0 el resultado es ya conocido, puesto que x" es entonces constante.) Se tiene ahora fla) — f(x) _ at — 0 MoH MX Si se hace ahora x= @ y x1/¢ = £,, se obtiene fla) ~ fx) ah + get WSs RSF TREE OEE Después de esta dltima transformacién puede efectuarse inmediatamente el paso al limite con x; x (0, lo que equivale a lo mismo, ¢,—> £) y obtener asi para el valor limite la expresin P marin = P yon q q 0, finalmente. f(x) = yf = ax", que es formalmente cl mismo resultado obtenico antes, Se deja al lector probar que la misma formula de derivacién vale también para exponentes racionales negativos. Se volver (p. 207) a la derivacién de potencias y se probard la validez general de Ja férmula anterior para exponentes arbitrarios a. Funciones trigonométricas Como un tiltimo ejemplo se considera la derivacién de las funciones trigonométricas sen x y cos x. $¢ utiliza la clemental formula de adicién tri gonométrica para transformar el cociente incremental sen (x + h) — senx . sen h lim — ro y se obtiene inmediatamente Sec. 2.8 La derivada 187 La funcién y = cos x puede ser derivada exactamente de la misma for- ma. Partiendo con cos(x th) —cosx _ cosh 1 sen h il) CE - i cos x —F— ~ sen x= y tomando el limite para h — 0, se obtiene la derivada * _ d(cos dx y sen x. d. Algunas reglas fundamentales para la derivacién Tal como en el caso de la integral, existen ciertas reglas bisicas para la derivacién que se obtienen inmediatamente a partir de la definicién y bastan para formar la derivada de muchas funciones. 1. Si $(x) = f(x) + g(x), entonces $"(x) = f(x) + ¢(x)- 2. Si #(x) = of(x) (donde ¢ es una constante), entonces y/(x) = of’ (x). Se tiene o(x +h) alot te) |, a(x th) — g(x) h kh h v(x +h) — Hs) _ fle +h) ~ fe) h h y nuestras proposiciones se obtienen directamente mediante el paso al Ii- mite. Asi, por ejemplo, la derivada de la funcién $(x) = f(x) + ax + (donde a y b son constantes) est4 dada por Ja ecuacién $x) =f (8) ba Con Ia ayuda de estas reglas y de la férmula para la derivada de una potencia se puede inmediatamente derivar cualquier polinomio y = ax" + yx") +++ + ay y encontrar = nagx™* + (n — Ly aya? + + Qan-ox + ana. e. Derivabilidad y continuidad de funciones Es util saber que la derivabilidad es una condicién més fuerte que la continuidad: 1 Si x es interpretado como un Angulo, entonces esias f6rmulas sencillas para las derivadas de sen x y cos x presuponen, por supuesto, que cl Angulo x esté medido en radianes. 188 Gélculo integral y diferencial Cap. 2 Si una funcidn es derivable, entonces es también continua. Pues si el cociente de incrementos [f(x + h) — f(x)]/h se aproxima a un limite definido cuando h tiende a cero, el numerador de la fraccién, esto es, f(x +h) — f(x) debe? tender a cero con h; esto precisamente expresa la continuidad de la funcién f(x) en el punto x. Por Jo tanto, son innecesarias otras demostraciones engorrosas de la continuidad de funciones que puede mostrarse que son derivables (esto es, para la mayoria de las funciones que se encontrardn). Discontinuidades de la derivada-Esquinas La reciproca, sin embargo, es falsa; no es cierto que toda funcién con- tinua posea una derivada en cada punto. El contraejemplo mis sencillo es la funcién f(x) = Ix], esto es, f(x) = —x para x SO y f(x) =x para x > 0; su grafiea esté mostrada en Ia Fig. 2.24. En cl punto = 0 esta Figura 2.24 f(x) = |x! funcién es continua pero no posee derivada. El limite de [f( {(x)]/h es igual a 1 si h tiende a cero a través de valores posi igual a —1 si k tiende a cero por valores negativos; y si el signo de h no se restringe, ningiin limite existe. Se dice que nuestra funcién posee dife- rentes derivadas anterior y posterior en el punto x = 0, donde por deri da anterior y derivada posterior se entienden respectivamente los valores limite de [f(x + h) — f(x)]/h conforme h se aproxima a cero slo a tra- vés de valores positives y sdlo a través de valores negatives respectivamente La derivabilidad de una funcién definida en un intervalo en torno al pun- to considerado requiere asi no solamente que existan las derivadas anterior y posterior, sino que éstas sean iguales. Geométricamente, la desigualdad 1 Puesto que entonces (lim h) = f'(x) 0 = lim [f(x + h) — f(x] = [iim i a Te) | Sec. 28 La derivada 189 de.las dos derivadas significa que la curva posee una esquina. La derivabi- lidad expresa de una manera precisa lo que intuitivamente podria deno- minarse suavidad de la grAfica de la funcién. Discontinuidades infinitas Como un ejemplo mas de puntos donde una funcién continua no es de- rivable, se consideran los puntos donde la derivada se torna infinita, esto es, los puntos en los cuales ni existe una derivada anterior ni una derivada posterior, y el cociente incremental [f(x +h) — f(x)]/h crece més all de toda cota conforme > 0. Por ejemplo, la funcién y = f(x) = Wx = x esta definida y es continua para todos los valores de x. Para todos los va- lores de x distintos de cero su derivada esté dada (p. 185) por Ja formula yy = 4x, En el punto x = 0 se tiene [f(x +h) — f(x)]/h = h8/h = he, y se ve de inmediato que cuando h —>0 la expresién no posce valor limite sino que, por el contrario, tiende a infinito, Este estado de cosas es a me- nudo descrito brevemente diciendo que la funcién posce una derivada in- finita en el punto en cuestién; como se podrd recordar, sin embargo, esto significa solamente que conforme h tiende a cero el cociente diferencia cre- ce més allé de toda cota y que Ja derivada en el sentido en que se ha definido realmente no existe. El significado geométrico de una derivada in- finita cs que la tangente a la curva es vertical (ver Fig. 2.25). x Figura 2.25. La funcién y = f(x) = V2, la cual esta definida y es continua para x > 0, tampoco es derivable en el punto x = 0. Puesto que y no est defi- nida para valores negativos de x, se considera aqui solamente Ja derivada lateral derecha. La ecuacién [f(h) — f(0)]/h = 1/Vh muestra que esta derivada es infinita; la curva toca al cje y en el origen (Fig. 2.26). Finalmente, en la funcién y = Wx? = x" se tiene un caso en cl cual la derivada lateral derecha en el punto x = 0 es positiva e infinita, en tanto que la derivada lateral izquierda es negativa e infi relacién ta, como se sigue de la 190 Célculo integral y diferencial Cap. 2 f(h) ~ (0) _ 1 h Wh En realidad, la curva continua y = x", Hamada pardbola semictibica 0 pa- rébola de Neil, posee en el origen una ctispide con una tangente perpen- dicular al eje x (ver Fig. 2.27). y Figura 2.26. f. Derivadas superiores y su significado La grifica de la derivada f’(x) de una funcién se deno derivada de la grifica de f(x). Por ejemplo, la curva derivada de la pardbola y = x? es una linea recta representada por la funcién y = 2x. La curva derivada de la curva seno y = sen x es la curva coseno y = cos x; y, andlogamente, la curva derivada de la curva y = cosx es la curva y = —sen x. (Estas iiltimas curvas pueden obtenerse una de la otra mediante y oO Figura 2.27. una translacién en la direccién del eje x, como se muestra en la Fig. 2.28.) Es bastante natural el formar curvas derivadas de las curvas derivadas, esto es, formar la derivada de Ia funcién f'(x) = (x). Esta derivada Ng) = Ym Eth LO) (x) = tim Sec. 28 La derivada 191 suponiendo que existe, se denomina segunda derivada de la funcién f(x y se la denotara por f(x) Andlogamente, puede intentarse formar la derivada de f’(x), Hamada tercera derivada de f(x), la cual entonces se denota por f”"(x). Para la mayoria de las funciones que nos conciernen no hay nada que nos impida repetir el proceso de derivacién tantas veces como queramos, definiendo asi una n-ésima derivada {(x).1 Ocasionalmente, sera conveniente deno- minar a la funcién f(x) su propia O-ésima derivada. F(x) ssenx I (x) = 008 x Figura 2.28 Curvas derivadas de sen x y cos x. Si la variable independicnte es interpretada como el tiempo t y el mo- vimiento de un punto esta representado como antes por la funcién f(t), el significado fisico de la segunda derivada es la razén de variacién de la velocidad f(t) con respecto al tiempo, o sea, como se le denomina usual- mente, la aceleracién. En el ejemplo del cuerpo en caida libre la distancia recorrida en el tiempo ¢ estaba dada mediante la funcién y = f(t) = al’. Se encontré f(t) = 2at para la velocidad en el tiempo #. La aceleracién 1 Los términos segundo, tercero, ..., n-€simo coeficiente diferencial son tam- bién utilizados, o bien D2f,..., D*f (ver nota 3, p. 180). 192 Calculo integral y diferencial Cap. 2 posee entonces el valor constante ”(t) = 2a (cl cual usualmente es iden- tificado con la constante gravitacional g). Posteriormente (p. 257), se dis- cutira la interpretacién geométrica de la segunda derivada en detalle. Aqui, sin embargo, sc toma nota de los siguientes hechos: En un punto donde f”(x) es positiva, f’(x) erece conforme x crece; si aqui f(x) es positiva, la curva se torna mas empinada para x creciente. Si por otra parte, f’(x) es negativa, f(x) decrece conforme x crece, y si f'(x) es positiva, la curva se torna menos empinada conforme x crece. Finalmente, se observa que las derivadas superiores pueden util para definir una funcién. Asi, las funciones trigonométricas se pueden ca- racterizar por una asi llamada ecuacién diferencial que involucra la fun- zarse cién y su segunda derivada, De las férmulas (d cos x) /dx = —sen x, (dsen x) /dx = cosx se obtiene inmediatamente al derivar nuevamente, d a J cosx = -cosa, “Sz senx = ~senx. a dx Por tanto, si el simbolo u es representativo de cualquicra de las funciones senx 0 cos x, se tiene la relacién (ecuacién diferencial) ul! = —u. Esta ecuacion diferencial claramente Ja satisface también cualquier combi- naci6n lineal u = acos x + b sen x con coeficientes constantes a, b. Se vera nes lineales, con constantes arbitrarias en la Sec. 3.16 b que tales combinac ay b, son las Gnicas funciones u para las cuales uw” = —u. En todos los tipos de aplicaciones que involucran oscilaciones 0 fend- menos ondulatorios, tales como movimientos de resortes o bien ondas sobre la superficie del agua, pasaremos directamente de consideraciones fisicas hacia una ecuacién diferencial del tipo w” = —u para Ia variable fisica significativa u (usualmente la variable independiente es el tiempo). Es por ello importante reconocer que u puede ser representada sencillamente en términos de funciones trigonométricas (véase capitulo 9). g. Derivada y cociente de incrementos. Notacién de Leib: En la notacién de Leibnitz el paso al limite en el proceso de derivacién es simbélicamente cxpresado recinplazando el simbolo A por el simbolo d, motivando el simbolo de Leibnitz para la derivada definida mediante la ecuacién d A De tim 2. dx pzso AX Si se desca obtener un entendimiento claro del significado del cdlculo dife- rencial, debemos precavernos contra la vieja falacia de imaginar la de! vada como el cociente de dos “cantidades” dy y dx que son de hecho Sec. 2.8 La derivada 193 “infinitamente pequefias”. El cociente de incrementos Ay/Ax posee un sig- nificado s6lo para diferencias Ax que no son iguales a cero. Después de formar este genuino cociente incremental debe efectuarse el paso al limite por medio de una transformacién o algiin otro plan el cual también en el limite evita la divisién por cero. No tiene sentido suponer que primero Ax y Ay atraviesan por algo parecido a un proceso de limite y alcanzan valores que son infinitesimalmente pequefios pero atin diferentes de cero, de mo- do que Ax y Ay se reemplazan por “cantidades infinitamente pequefias” o “jnfinitesimales” dx y dy, y que el cociente de estas cantidades es entonces formado., Tal concepcién de la derivada cs incompatible con la claridad ma- temitica; de hecho, no tiene significado alguno. Para mucha gente induda- blemente posee un cierto encanto de misterio, siempre asociado con la palabra “infinito”; y en los primeros dias del cdlculo diferencial aun el mismo Leibnitz fue capaz de combinar estas vagas ideas misticas con un tratamiento enteramente claro de los procesos de limite. Pero ahora el mis- ticismo de las cantidades “infinitamente pequefias” no tiene lugar en el cAlculo. La notacién de Leibnitz, sin embargo, no es meramente sugestiva por si misma, sino que es en realidad sumamente flexible y util. La razén es que en muchos cAlculos y transformaciones formales podemos tratar con los simbolos dy y dx exactamente como si fueran ntimeros ordinarios. Tratan- do a dx y dy como nameros cs posible dar una expresién mas clara a mu- chos cdlculos que pucden Ievarse a cabo con toda validez sin su uso. En los siguientes capftulos se ver este hecho verificado una y otra vez, y nos habremos justificado al hacer un uso libre y repetido de ellos, siempre que no se pierda de vista el cardcter simbélico de los signos dy y dx. * También para las derivadas segunda y superiores Leibnitz ided una notacién sugestiva. Consider la segunda derivada como el limite del “se- gundo cociente de incrementos” de la siguiente manera: Ademds de la variable x se considera x; = x +h y x: = x-+ 2h. Entonces se toma el se- gundo cociente de incrementos, entendiéndose por éste el primer cociente de incrementos del primer cociente, esto es, la expresién L( mam mame h h h donde y = f(x), 91 = f(x1) y ye = (x2). Escribiendo h = Ax,y, — y= Ayr y y1 — y = Ay, se puede denominar apropiadamente la expresién en el iilti- mo paréntesis “diferencia de la diferencia” de , 0 bien, segunda diferencia de y, y escribir simbélicamente * ~ 2yn + y= Ay Ay = A(Ay) 1 (92 — yn + Fe 2 nity), Aty. 1 Aqui AA = 4? es simplemente un simbolo para “diferencia de diferencia” o bien “segunda diferencia”. 194 Céleulo integral y diferencial Cap. 2 En esta notacién simbélica el segundo cociente incremental es escrito en- tonces A*y/(Ax)?, donde el denominador es realmente el cuadrado de Ax, mientras que en el numerador el indice superior 2 denota simbélicamente la repeticin del proceso de diferencia. La segunda derivada es expresada en- tonces mediante Este simbolismo para el cocicnte incremental? condujo a Leibnitz a in- troducir la notacién dy 2 yr=pnay = 2, ee, dx” w= Px) para las derivadas scgundas y superiores, y se ver que esta notacién es también de utilidad. h. El teorema del valor medio del cAlculo diferencial El cociente incremental involucra los valores de una funcién para dis- tintos valores de x, mientras que la derivada en un punto no nos dice nada acerca de la funcién en cualquier otro punto; el cociente incremental re- fleja propiedades de la funcién “globalmentc”, mientras la derivada refleja una propiedad local, o sea, una propiedad “en lo pequefio”. A menudo se requerira deducir propiedades del todo, o propiedades “globales”, de una funcién a partir de las propiedades locales dadas por su derivada. Para este propésito se utiliza una relacién fundamental entre el cociente de incre- mentos y la derivada, conocido como “el teorema del valor medio del c4leu- lo diferencial”. El teorema del valor medio es facil de apreciar intuitivamente. Consi- dérese el cociente incremental de una funcién f(x) y supéngase que la derivada existe en todas partes en el intervalo cerrado x, < x < x», de modo que Ja grafica de la curva posea una tangente en todas partes. El cociente de incrementos es la tan- 4 Como debe destacarse, Ia proposicién de que la segunda derivada puede ser representada como cl limite del segundo cociente de incrementos requiere, una de- mostracién. Previamente, la segunda derivada no se definié de esta forma sino como el limite del primer cociente de incrementos de la primera derivada. Las dos defi niciones son equivalentes siempre que la segunda derivada sea continua; la demos- tracién, sin embargo, se dar4 s6lo posteriormente (véase el capitulo 5, apéndice II), puesto que no tenemos ain ninguna necesidad particular de esta propiedad. Esta es la notacién que se acostumbra, Escribiendo d'y/(dx)*, 9" = @y/(dx)*, con paréntesis, seria un poco més clara, pero de ordinario no ‘se hace. Sec. 28 La derivada 195 gente del Angulo de inclinacién a de la secante, mostrada en Ia Fig. 2.29. Imaginese esta secante trasladada paralelamente a si misma. Al menos una vez alcanzaré una posicién en Ja cual es una tangente a Ja curva en un punto entre x, y x2; esto ocurre en un punto x = £ de la curva el cual se encuentra a la maxima distancia de la secante. Por lo tanto existe un valor intermedio € en el intervalo, tal que F(a) ~ f(*2) f(g). Esta proposicién se denomina teorema del valor medio del célculo diferen- cial.! Puede expresarse también en forma algo diferente observando que el niimero € puede ser escrito en la forma £=x, + O(x. — m), donde todo lo que se sabe en torno a @ es que se encuentra situado entre 0 y 1. Aun cuando @ (o bien £) en general no puede ser especificado mas exactamente, el teorema es sumamente poderoso en las aplicaciones. xy Xe Figura 2.29, Considérese, por ejemplo, el caso donde x es el tiempo y y = f(x) Ia distancia de un automévil desde su punto de partida a lo largo de cierto camino. Entonces f’(x) es la velocidad del automévil en el tiempo x. Si, digamos, durante las dos primeras horas (Ax = 2) el automévil ha cu- bierto una distancia Af = 120 millas, puede concluirse, a partir del teorema del valor medio, que al menos en un momento £ durante estas dos horas el automévil tuvo una velocidad de exactamente 60 millas por hora (siem- 1 Un nombre ms apropiado seria el de teorema del valor intermedio del cAlculo diferencial. 196 Cédlculo integral y diferencial Cap. 2 pre que la velocidad exista en todo momento). El conductor no puede sostener, por ejemplo, que ha viajado todo el tiempo a menos de 50 millas por hora. Por otra parte, no hay nada que indique cual fue el tiempo £ en el cual se alcanzé la velocidad precisa de 60 millas por hora; pudo haber sido cn algdn tiempo durante la primera hora, o bien durante Ja segunda hora o bien en diversas ocasiones. Una formulacién precisa del teorema del valor medio es la siguiente: Si f(x) es continua en el intervalo cerrado x; 0 y positive o bien cero para h <0. Si se hace h tender a cero a través de valores positivos se encuentra que $’(€) <0, mientras que para h tendiendo a cero a través de valores nega- tivos se sigue que ¢/(£) > 0. Por lo tanto, ¢/(£) = 0; y asi el teorema de Rolle ha sido probado en el caso M0. El mismo argumento se cumple para m0. Para probar el teorema del valor medio se aplica el teorema de Rolle a una funcién que representa la distancia vertical entre el punto (x, f(x)) de la grafica y su secante: o(x) = fle) — f(a) 198 Céleulo integral y diferencial Cap. 2 0, y es —Uf (xe) Esta funcién? obviamente satisface la condicién $(x1) = (xs de Ia forma $(x) = f(x) + ax + b con coeficientes constantes @ — f(x:)]/ (2 — x1) y b. De Ia p. 187 se sabe que (x) =f(4) +a y asi, por el teorema de Rolle, O=9(8) =f(6) +4 para un valor intermedio ¢ elegido adecuadamente; por lo tanto, pe) = a= He =H, Xe xy y asi el teorema del valor medio esté probado. Significado del teorema La derivada de una funcién fuc definida como el limite de cocientes de incrementos para un intervalo cuando los puntos extremos se aproximan entre si. El teorema del valor medio establece una conexién entre cocientes de incrementos y derivadas de una funcién derivable, que no involucra la contraccién del intervalo. Gada cociente incremental es igual a la derivada en un punto intermedio adecuado £. Ejemplos. Tal como en el teorema del valor medio del célculo inte- gral, no hay nada afirmado especificamente en el teorema del valor inter- medio respecto a la ubicacién de ¢ ademés del hecho de que & esta situado en el interior del intervalo. Para el ejemplo de la funcién cuadratica y = f(x) = x* con derivada f'(x) = 2x, se encuentra ie) = fs) _ Be Hh 1b = f(é), donde £ = (x; + x2) /2 es el punto medio del intervalo [x, x2]. En general, sin embargo, £ puede estar situado en cualquier otra parte entre x1 y x2. Por ejemplo, si f(x) = x°, se tiene [f(1) — f(0)]/(1 — 0) =1=/(é) = 38, donde € = 1/3. Funciones monétonas. Como una de Jas muchas aplicaciones del teore- ma del valor medio del calculo diferencial, se prueba que si la derivada de 1 Esta funcién es también proporcional a la distancia del punto (x, f(z), de Ja curva, a la secante. El lector puede verificar esto por si mismo facilmente; por ejemplo, utilizando la propiedad de la geometria analitica elemental de que la ex- presion (y — mx— b)/ V1-+ m representa la distancia (con su signo) del punto (x9) a la recta con ecuacién y — mx — 6 = 0. De esta forma se encuentra que, efectivamente, en los puntos de la curva que estén a una distancia mayor de la secante, la tangente es paralela a la secante. Sec. 28 La derivada 199 f(x) posee un signo constante, entonces f es monétona. Especificamente, se supone f(x) continua en el intervalo cerrado [a,b] y derivable en cada punto del intervalo abierto (a,b). Si en estas condiciones es f’(x) >0 para x en (a,b), entonces la funcién f(x) es monétona creciente; similar- mente, si f'(x) <0, la funcién es mondtona decreciente. La demostracién es obvia: Sean x; y x2 dos valores cualesquiera en el intervalo cerrado (a, b]. Entonces existe un € entre x, y x2, y, por lo tanto, también entre a y b, tal que Fle) — f(a) = (8) (#2 — m1). Si f(x) > 0 en todas partes en (a,b), se tiene en particular f’(£) > 0. Por lo tanto, f(x) — f(x) es positive para x2 > x1; esto es, f(x) es cre- ciente. Andlogamente, f es decreciente si f’(x) <0 en (a,b). De la misma manera se muestra que una funcién f(x) continua en [a, b] y derivable en el intervalo abierto (a,b) debe ser constante si f'(x) =0 en todas partes en (a,b). Pucs entonces f (x2) — fle) = £'(E) (#2 — #1) Esta importante propiedad corresponde al hecho intuitivamente obvio de que una curva cuya tangente en cada punto es paralela al eje x debe ser una linea recta paralela al eje x. Continuidad de Lipschitz de funciones diferenciables. Se mencioné an- teriormente que una funcién f(x) que posee una derivada es necesaria- mente continua. El teorema del valor medio del célculo diferencial proporciona una informacién cuantitativa mucho ms precisa, a saber, un médulo de continuidad. Considérese una funcién f(x) la cual esté definida en el intervalo cerrado [a,b] y posee una derivada /’(x) en cada punto de esc intervalo. Supéngase que f’(x) es acotada en el intervalo (éste es cier- tamente el caso siempre que /’(x) sea definida y continua en el intervalo cerrado [a,6]) ; existe un ntimero M tal que |f’(x)| 0 dado hemos asi producido un médulo sencillo de continuidad, 3 = e/M, tal que \f(%2) —f@s)| 0 mediante la integral indefinida tog Deal uw Se sigue inmediatamente que dog dx (6) Logaritmos mas generales de una base arbitraria a fueron expre- sados en la forma log x loge x . Bes oe Aplicando la regla para la derivada del producto de una constante y de una funcién se encuentra que ay dx °&* (c) Se encontsd que en el caso en que el exponente @ es un entero 0, mas generalmente, un ntimero racional. Puede ahora extenderse esta formula para a arbitrario. Para este propésito se recuerda la férmula de integracién > 1 !du= pit — gin \¥ n= 3 a), Ja cual se probé para cualquier pareja de ntimeros positivos a, b y cualquier B= ~1. Si se remplaza aqui el limite superior b por la variable x y se derivan ambos miembros respecto a x, se sigue, para x > 0, que dil axp+i Utilizando las reglas para la derivada de una suma y el producto de una constante por una funcién, podemos escribir este resultado en la forma 6 (x — a), 208 rencial Cap. 2 Céleulo integral y dij para cualquier 8 # —1, esto es, para a0. Sin embargo, la formula tam- bién se cumple trivialmente para a = 0, pues entonces x" = 1, y la derivada de una constante es cero. b. La funcién primitiva y su relacién con la integral Inversién de la derivacién EI tcorema fundamental muestra que la integral indefinida $(x), esto es, la integral con un limite superior variable x, de una funcidn f(x), es Dada {(x) determinar una funcién una solucién del siguiente problem F(x) tal que F(x) = f(x). Este problema requierc invertir el proceso de derivacin. Es tipico de los problemas inversos que ocurren en muchas partes de las matematicas y que hemos encontrado ya como un método matemético fructifero para generar nuevos conceptos. (Por ejemplo, la primera extensién de la idea de los némeros naturales esté sugerida por cl desco de invertir ciertos pro- cesos elementales de Ja aritmética. Nuevamente se obtuvicron nuevos tipos de funciones de las inversas de funciones conocidas.) Cualquier funcién F(x) tal que F’(x) = f(x), se denomina funcién primitiva de {(x), 0, simplemente, una primitiva de f(x) ; esta terminologia sugiere que la funcién f(x) es deducida de F(x). Este problema de Ja inversién de la derivacién, 0 de encontrar una funcién primitiva, es a primera vista de un caracter bastante diferente al problema de Ia integracién. Ia primera parte del teorema fundamental del cdlculo afirma, sin embargo: Toda integral indefinida g(x) de la funcién [(x) es una primit f(x). Empero, este resultado no resuelve completamente el problema de en- contrar las funciones primitivas. Pues no se sabe atin si se han encontrado todas las soluciones del problema. La pregunta acerca del conjunto de todas las funciones primitivas es contestada por el siguiente teorema, mencionado en ocasiones como segunda parte del teorema fundamental del célculo di- iva de ferencial e integral La diferencia de dos funciones primitivas F:(x) y Fo(x) de la misma funcidn f(x) es siempre una constante F,(x) — F.(x) =. Asi, a partir de cualquier funcién primitiva F(x) pueden obtenerse todas las demés en la forma F(x) + Sec. 2.9 Integral, funcién primitiva y teoremas del cdlculo 209 mediante una eleccién adecuada de la constante c. Reciprocamente, para cada valor de la constante c la expresién F,(x) = F(x) + ¢ representa una funcién primitiva de f(x). Es claro que para cualquier valor de la constante ¢ la funcién F(x) + ¢ es una funcién primitiva, siempre que la propia F(x) lo sea. Pues se tiene (ver p. 187) d a) bc] = 2 mx) + 4. = F(x) = f(x). Por tanto, para completar la demostracién del teorema queda sdlo por mos- trar que la diferencia de dos funciones primitivas F,(x) y F2(x) es siempre constante. Con este fin, considérese la diferencia F(x) — Fo(x) = G(x). Claramente, o( Sin embargo, se probé en la p. 199, a partir del teorema del valor medio del calculo diferencial, que una funcién cuya derivada se hace cero en todas partes de un intervalo es una constante. Por lo tanto, G(x) es una constante ¢, y el teorema queda demostrado. Combinando las dos partes que se acaban de probar, puede formularse ahora el = F(x) — Fi'(*) = f(x) — f(z) = 0. ‘TroremA FUNDAMENTAL peL CktcuLo. Toda funcién primitiva F(x) de una funcién dada f(x), continua en un intervalo, puede ser representa- da en la forma F(x) =e+¢(x) =e+ Vio) du, donde ¢ y a son constantes; y, reciprocamente, para cualesquiera valores constantes de a y c, elegidos arbitrariamente esta expresibn representa siempre una funcién primitiva. Observaciones Es posible conjeturar que la constante ¢ puede, en general, ser omitida debido a que variando el limite inferior a se varia la funcién primitiva mediante una constante aditiva; esto es, que todas las funciones primiti- vas son integrales indefinidas. Frecuentemente, sin embargo, no pueden obtenerse todas las funciones primitivas si se omite la c, como el ejemplo f(x) =0 muestra. Para esta funcién Ja integral indefinida seré siempre cero, independientemente del Iimite inferior; asi, cualquier constante arbi- 1 Siempre que a esté situado en el dominio de f. 210 Ciélculo integral y diferencial Cap. 2 traria es una funcién primitiva de f(x) =0. Un segundo ejemplo es la funcién f(x) = Vx, la cual esta definida sélo para valores no negativos de x, La integral indefinida es g(x) = 40% — 40%, y se ve que no importa cémo se elija el limite inferior a; la integral inde- finida $(x) se obtiene siempre de $(x)* afiadiendo una constante —4a* que es menor que o igual a cero; sin embargo, una funcién tal como 4x% + 1 es también una primitiva de Vx. Asi, en la expresién general para la funcién primitiva no puede hacerse caso omiso de la constante adi- tiva arbitraria. La relacién que se ha encontrado sugiere extender la nocién de integral indefinida de modo que incluya todas las funciones primitivas. En lo suce- sivo toda expresién de la forma ¢ + $(x) =¢+ { f(u) du se denominara una integral indefinida de f(x), y no se distinguira més entre la funcién primitiva y la integral indefinida, Sin embargo, si el lector ha de poscer un correcto entendimiento de las interrelaciones de estos conceptos, es abso- lutamente necesario que tenga en mente que en primera instancia la inte- gracién y la inversién de la derivacién son dos cosas diferentes, y que es sdlo el conocimiento de la relacién entre ellas lo que da el derecho de aplicar el término “integral indefinida” tambicn a la funcién primitiva. Es bastante usual utilizar una notacién la cual no es perfectamente clara sin comentario: se escribe F(x) = {4 dx, cuando se entiende que Ia funcién F(x) es de la forma F(x) =ot+ y flu) du para constantes apropiadas ¢ y a; esto es, se omite el limite superior x, el limite inferior a y la constante aditiva c, y se utiliza la letra x para la va- riable de integracién. Estrictamente hablando, por supuesto, hay una pe- quefia incompatibilidad en utilizar la misma letra para la variable de integracién y el limite superior de integracién x que es la variable indepen- diente en F(x). Al usar la notacién f(x) dx no debe jamés perderse de vista la indeterminacién asociada a ella, esto es, el hecho de que el simbolo denota siempre una de las funciones primitivas de f solamente. La férmula F(x) = JSf(x) dx es justamente una forma simbélica de escribir la rela- cién d Fe) = f(s). Sec. 2.9 Integral, funcién primitiva y teoremas del célculo 211 c. El uso de la funcién primitiva para la evaluacién de integrales definidas Supéngase que se conoce cualquier funcién primitiva F(x) para la fun- cién f(x) y que se desea evaluar la integral definida j f(u) du, Se sabe que la integral indefinida . $(s) = i‘ Hu) du, siendo también una primitiva de f(x), puede sdlo diferir de F(x) por en constante aditiva. Por ello $(x) = F(x) +e, y la constante aditiva c est4 determinada de inmediato debido a que la integral indefinida (x) = \ f(u) du debe tomar el valor cero cuando x =a, Se obtiene asi 0 = ¢(a) = F(a) + ¢, de lo cual se sigue que ¢ = —F(a) y $(x) = F(x) — F(a). En particular, para el valor x = b se tie- ne la formula bisica > \ f(u) du = F(b) — F(a), si Por ello, Si F(x) es cualquier funcién primitiva de la funcién continua f(x), la integral definida de f(x) entre los limites ay b es igual a la diferencia F(b) — F(a). Si se utiliza la relacién F(x) = f(x), esta consecuencia del teorema fundamental puede ser escrita en la forma (31) F(b) — Fa) = fre d= {. HO) ge = \. aF(x), donde ahora F(x) puede ser cualquier funcién con una derivada continua F(x), y donde se utiliza la sugestiva notacién simbélica dF(x) = F(x) dx de Leibnitz. Al aplicar nuestra regla, a menudo se utiliza una barra vertical para denotar la diferencia de valores en los puntos extremos, escribiéndose . \. ae dx = F(b) — F(a) = F(x) |. a e 212 Gdlculo integral y diferencial Cap. 2 Puede escribirse (31) en la forma F(b) — F(a) 1 ( (32) ros \ F(x) dx. Recordando la definicién de la p. 163 relativa al promedio de una funcién en un intervalo, la regla afirma entonces que el cociente incremental de la funcién F(x) formado para los puntos ay b es igual a la media aritmética © promedio de la derivada de F(x) en el intervalo con puntos extremos ay b. Cuando se consider el movimiento de una particula sobre una recta, a la variacién en distancia s dividida por la variacién en tiempo t se le denominé “velocidad promedio”. Se ve ahora que en realidad As/At es precisamente el promedio de las velocidades ds/dt para el intervalo de tiempo dado, si ¢ es la variable independiente utilizada al formar el pro- medio. RELACION ENTRE LOS TEOREMAS DE VALOR MEDIO La férmula 7 (33) F(b) — F(a) a Hx) dx que se cumple para cualquier funcién continua / y una de sus primitivas, F, hace también evidente la relacién entre los teoremas del valor medio del calculo integral (p. 163) y del calcul diferencial (p. 194). Mediante el teorema del valor medio del célculo integral se concluye de (33) que F(b) — F(a) = (b — a) f(é). Puesto que F es una primitiva de f, puede reemplazarse f(£) por F’(é) y obtenerse el teorema del valor medio del cdlculo diferencial para Ja fun- cién F. Por supuesto, el requisito de que F posea derivada continua es mis fuerte que el requisito del teorema del valor medio del cAlculo diferencial, © sea, que la derivada simplemente exista. 4. Ejemplos En el capitulo 3 se hard un uso extensivo del teorema fundamental al evaluar integrales. Por el momento se ilustra el método que esta basado en Ia utilizacién de la formula > dF j P(e) = Yb) ~ F(a) mediante algunos ejemplos. En la p. 185 se dedujo la formula d dx = nx Suplemento 213 para enteros positives n. Esta formula es, en realidad, una consecuencia trivial del teorema del binomio, puesto que os tim (e+ Ay 27] S tin 3 28 nha) 4 MOD page pe phe | moh 2 = lim (ne pM Dygrt yey wr) =n, nao 2 Integrando entre los limites @ y b se encuentra que > \ nxt dx = b" — a", Escribiendo m para n — 1 se obtiene la formula * dx = (om — a) 5 m+1 para enteros m > 0. Esta deduccién de la expresién para la integral de x” es mucho mAs sencilla que la dada en la p. 153, la cual estuvo basada en una subdivisién geométrica del intervalo [a,b]; ademas, el resultado es ahora, en verdad, ms general puesto que podemos excluir de la hipétesis el que ay b sean positivos. Las férmulas fueron obtenidas en la p. 186 aplicando los teoremas de adicién para fun- 7 a rr aye , fsenh F ciones trigonométricas y utilizando til =) = 1. Integrando se obtiene h hoo inmediatamente ° ° \ cos.x dz = sen b — sena, iy sen x dx = cosa — cos b. Nuevamente, esta deduccién de las f6rmulas de integracién a partir del teorema fundamental es més sencilla que aquélla basada en la definicién de la integral definida considerando ésta como limite de una suma. Suplemento. La existencia de la integral definida de una funcién continua Se tiene todavia que demostrar el hecho de que la integral de una funcién f(x) entre los limites a y b (a <6) existe siempre que f(x) sea continua en el intervalo cerrado [a,b]. La demostracién estar basada prin- 214 — Calculo integral y diferencial Cap. 2 cipalmente en la continuidad uniforme de f(x) (véase p. 65): para cual- quier positive dado los valores de f en dos puntos cualesquiera ¢ y 7 del intervalo difieren en menos que ¢ si ¢ y 7 estin suficientemente proximos entre si; y el grado de proximidad depende solamente de e y es indepen- diente de , 7; en otras palabras, existe un médulo uniforme de continuidad 8(e) tal que |f(€) — f(y) | o. Sean F,, las correspondientes sumas de aproximacién. Para cualquier e > 0 la norma de S, cs menor que 8(e) para todo n suficientemente grande, Por lo tanto [Fn — Fn| < 2e(b — a) para n y m suficientemente grandes. Se sigue que la sucesin Fy satisface el criterio de convergencia de Cauchy (véase p. 120): consecuentemente, 216 Galculo integral y diferencial Cap. 2 lim F, = F existe. Queda por probar que el valor de lim F, no depende de las particulares subdivisiones y de los puntos intermedios. Si S,/ denota cualquier otra su- cesién de subdivisiones cuyas normas tienden a cero, entonces la suma correspondiente Fy’ posce un limite F’. Puesto que |Fn’ — Fy] < 2e(b — a) siempre que las normas de Sy y Sq’ sean menores que 3(e), se encuentra para n—> 0 que también |F — P| < 2e(b — a). Puesto que aqui e es un numero positive arbitrario, se sigue que F’ = F. Por lo tanto, el limite F, " que se denota por " f(x) dx, esté determinado de manera tnica. La demostracién de la existencia de la integral definida de una funcién continua queda asi completamente terminada. Sumas de aproximacién més generales. Nuestra demostracién indica mAs claramente Io que es esencial en la aproximacién de una integral me- diante una suma. Se hace evidente el hecho de que se podria formular un proceso de limite algo ms general que conduzca también a la integral, y que la siguiente forma, mds general, del teorema es cierta: f; no tiene que ser un valor de la funcién para que las sumas Fy = S f; Ax; converjan a la integral; en vez de esto es suficiente que |f: — f(&:)| <8(e) para algin punto &; en el intervalo [x:-1, xi], donde 8(e) +0 para e->0. Este aserto general es ‘itil a menudo. Si, por ejemplo, f(x) = $(x) ¥(x), entonces en vez de la suma 3 f(é) Axv, puede considerarse la suma mds general J o(&") $(&") Avy, donde &! y &” son dos puntos de la celda no necesariamente coincidentes. Esta suma también tiende a la integral ( x) dx = { $(x)¥(#) de conforme n crece, siempre que la longitud de la maxima celda tienda a cero. Una propiedad similar vale para otras sumas formadas de manera and- Joga; por ejemplo, la suma 3 veer Tee an tiende a la integral \. Vola)? + lay as. Problemas 217 Para probar estas propiedades se tiene solamente que probar que la variacién D en las sumas de aproximacién debida a la desviacién de £,” con respecto a {,’ tien- de a cero en el limite, Esto es obvio en el primer ejemplo, donde la variacién en la suma de aproximacién es D= Sole") — w(Ey")) Oxy vat Puesto que ¢ es acotada y y uniformemente continua, D puede hacerse arbitrari mente pequefia eligindo celdas suficientemente pequefias. La variacién en la segunda suma est4 representada por D= 3S (VaR) F oy) — VO)? + ED) Oty te Utilizando la desigualdad del_triéngulo aplicada al triéngulo con vértices (4,0), (0,6), (0,¢) en la forma | Va? + 6? — Va? + c| < |b — cl], se encuentra que |VeQQ)2 + GE — Ve? + HEAL S Wels) — v6) de la que se sigue inmediatamente que D tiende a cero. PROBLEMAS SECGION 2.1, pagina 142 1, Sea f una funcién monétona positiva definida en (a, 6], donde 0 2. Deducir la férmula para \ x" dx,a,b > 0, donde a es racional y negativo; por ejemplo, a= —r/s, siendo y y s mimeros naturales, (Sugerencia: Hagase q7/* = 7, donde q = ¥6/a.) 3. Por el método utilizado para encontrar la integral de senx, deducir Ia f6rmula ° j cos x dx = sen b — sena. 4. Hacer una aseveracién general relativa ‘4 I(x) dx cuando f(x) es: (a) una funcién impar, y (b) una funcién par. ° 218 Calcul integral y diferencial Cap. 2 we w/2 senx dx I cosxdx. Explicar con argumentos geométricos o 0 por qué éstas deben ser iguales. Ademés, explicar por qué aon boon if sen x dx = i) cos x dx a 2 para todos los valores de a y 6. 5. Calcular ( 6 (a) Evaluar 1, | xin dx. ¢Qué es lim [,? Interpretar geométricamente. ° me (b) Hacer lo mismo para I, ~ { x dx. 7. Evaluar 1 1 tin = (1 ++ ne V2 v2 SECCION 2.3, pagina 158 "1, Desigualdad de Cauchy para integrales, Probar que para todas las funcio- nes continuas f(x), g(x), es > o > 2 | (Fe)? «| [g(x) dx > (j F(x)g(a) dx ): *2, Probar que si {(x) es continua y entonces f(x) ¢s idénticamente cero. ¥*3, Sea f(x) continua en el sentido de Lipschitz en [0, 1]; esto es I) = 10) | —1. l+u 2. (a) Verificar que log (1 4 x) -S (b) Mostrar para x > 0 que B se Slog +a) + 3 3 ant) (Sugerencia: Comparar 1/(1 + u) con una progresién geométrica.) SECCION 2.6, pagina 171 > f ede =o eo 1. (a) Probar que utilizando una subdivisién de [a,b] en celdas iguales. Sugerencia: Aplicar también log a = lim n( Wa — 1). 2 (5) Encontrar | log x dx. (Véase seccién 2.1, problema 1.) (c) Mostrar para x > 0 que 2 x” Pr aM ayn ftetioge tosersitet ie Qt nt! a! ni (n#1)! (Sugerencia: Obtener estimaciones superiores e inferiores poe § e4 du e integrar repetidamente. ) Obtener estimaciones del mismo tipo para e* cuando x <0. SECCION 2.8c, pagina 184 Calcular las derivadas de las siguientes funciones dondequiera que estén defini- das, directamente como el limite de sus cocientes de incrementos. 1, tanx. 2. sec? x. 3. sen Vz. 4. Veens. 1 5. sens 1 6. sen— 7. x*, donde a es racional y negativo. SECCION 2.8i, pagina 196 1, Mostrar que « > sen x para x positive y x 0 para { F Si Ft =F, al valor comin se le denomina integral de Darboux de f. Probar que la integral de Darboux de f es en realidad Ia integral de Riemann ordinaria; ade- més, mostrar que la integral de Riemann existe si y s6lo si las integrales superior € inferior de Darboux existen y son iguales. in la suma superior 2. Sea f(x) una funcién monétona definida en (a, 6). (@) Mostrar que la diferencia entre las sumas superior e inferior para una sub- division enn celdas iguales est4 dada exactamente por = — a= If(b) — fla)| (6 — a)/n. y explicar este resultado geométricamente. (6) Usar el resultado de (a) para probar que la integral de Darboux o (c) Estimar © — o en términos de f(a), f(b) y la amplitud de la subdivision si las celdas de la subdivisién pueden ser desiguales. (d) En la mayor parte de los casos f(x), si no es monétona, puede escribirse como la suma de funciones monétonas, f(x) = #(x) + ¥(x), donde g es no cre- ciente y y no decreciente. Estimar las diferencias entre las sumas superior e inferior en ese caso. te. 3, Mostrar que si {( entonces f(x) puede es. problema 2d. posee derivada continua en el intervalo cerrado [4,6], se conv Ja suma de funciones monétonas como en cl PROBLEMAS DIVERSOS 1, Probar que a 16 mA (mt)? of (x? — 1)8dx = —; co c-ef (2 — 1m de = SEM? 15° (Qn +1)! Problemas 221 2 2. Probar para el coeficiente binomial ( ) que k (n+ 1) if ak(1 -aerar]. ° *3. Si f(x) posce una derivada f'(x) (no necesariamente continua) en cada punto x de a 0 para todos los valores de x en u *7, Sca f(x) una funcién tal que f(x) 2 0 para todos los valores de x y sea u— u(t) una funcién continua arbitraria. Entonces it" flu de> 7 (2. u(t) «) . ajo a)\o 8 (a) Derivar directamente y escribir abajo las formulas correspondientes de integracién: (i) x%; (ii) tan x. (6) Evaluar 6. Si f’(x) > 0, entonces i( esees ) g flea) + Fes) 1 7 Qn ng Yin = (1 + sec? + sec? = 4. --. + see? "F ) . 0 ‘4n 4n 4n 9. Sea f(x) una funcién que posee derivadas primera y segunda para todos los valores reales de x. Probar que si f(x) es positiva en todas partes y céncava, en- tonces f(x) es constante, Las técnicas del calculo Parte A Derivacién e integracién de las funciones elementales 3.1 Las reglas mas simples para derivar, y sus aplicaciones Adin cuando los problemas de integracién son usualmente de mayor importancia que los de diferenciacién, estos Ultimos ofrecen menor difi- cultad formal que los primeros. Por ello es natural el procedimiento de conocer a fondo el arte de derivar Ia mas amplia clase posible de funciones; entonces, por el teorema fundamental (seccién 2.9), los resultados de la derivacién estaran disponibles para Ja evaluacién de integrales. En las si- guientes secciones continuaremos tales aplicaciones del teorema fundamen- tal. Hasta cierto punto se hard un nuevo comienzo y se desarrollaran las técnicas de integracién sistematicamente sobre la base de ciertas reglas generales para la diferenciacién. a. Reglas de la derivacién Se supone que en el intervalo bajo consideracién las funciones f(x) y g(x) son derivables; entonces las siguientes reglas son bdsicas. Regla 1. Multiplicacién por una constante. Para cualquier constante c, la funcién $(x) = cf(x) es derivable, y es (1) $ (x) = of (x) La demostracién, trivial, fue dada en el capitulo 2, p. 187. Regla 2. Derivada de una suma, Si $(x) = f(x) + g(x), entonces $(x) es derivable y es (2) $' (x) = F(x) + &(x)5 223 224 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 esto es, las operaciones de derivacién y adicién son intercambiables. Lo mismo se cumple para la suma de un nimero finito n de funciones deri- vables, $(x) = Dh(x), para la cual se obtiene (x) = Dhi'(x). vl La demostracién es obvia a partir de la definicién de derivada. Regla 3. Derivada de un producto. Si $(x) = {(x)g(x), entonces (x) es derivable y es (3) g(x) = fx)e(x) + a(x) (2). La demostracién se sigue a partir de la ecuacién (x th) — (x) _ fx th)a(e +h) — f(x)als) hk i th) — g(x) +h) — = fort hy EFM AO) 4 (gE FM Me) ‘Tomando el limite en esta expresién para h—> 0 se obtiene la Ec. (3). Esta formula se vuelve mas clara si se divide? por (x) = f(x)g(x)- Se obtiene entonces (x) f(s), es) g(x) f(x) g(x) Utilizando la notacién de diferenciales (capitulo 2, p. 200), puede tam- bién reescribirse la Ec. (3) como d(fg) = fdg + gdf. Por induccién se obtiene para la derivada de un producto de n facto- res una expresién que consiste de n términos, cada uno de los cuales consta de la derivada de un factor multiplicada por todos los otros factores del producto —— g(x) = o 1() f(s)“ fal) ] = fil (x) fol) fale) + fax) fe’) fa) > fax) tot fale) fale) fal (x) = $(#) = Sw (=) fel) Y Debe, por supuesto, suponerse que g(x) en ninguna parte es igual a cero, Sec. 3.1 Las reglas més simples para derivar, y sus aplicaciones 225 o bien, dividiendo por $(x) = fa(x) fo(x) +++ fa(x), o (x) _ f(x) f(s) iv(x) _ & PH) + = (x) fla) fel) fa(x) 7 la cual es valida donde se tenga $(x) 0. Mediante Ja aplicacién repetida de la regla para la derivada de un pro- ducto pueden obtenerse también férmulas para la segunda derivada y deri- vadas de drdenes superiores. Para la segunda derivada se tiene th 210) Ete = 4(/42) + 4(,) ae + alae®, @s , , afdg, af Te, Mus, af, det dade * dt® h(x) fo(x)? Regla de Leibnitz, El lector deberd probar por induccién que la n-ési- ma derivada de un producto puede encontrarse de acuerdo con la siguiente regla (regla de Leibnitz) : a dg , (n) df de aa FOS Gest fH) dx dz n) df ag ( n )ats as (;) agar t TA) ata ta was (1) -m(8) binomiales. (n — 1)]/2!, etc., denotan los coeficientes Regla 4. Derivada de un cociente. Para un cociente se cumple la siguiente regla: La funcién (x) es derivable en cada punto en el cual g(x) no se hace cero, y gy ae SOX)P(#) = Be) Ee) (4) 0) = a Si (x) 0, esto puede ser escrito como (2) _ Pla) _ ¢ (2) os) Fla) ala) 226 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 DEMOSTRACION. Si se supone Ia derivabilidad de $(x), puede aplicarse la regla de un producto a f(x) = $(x)g(x) y concluir que f(x) = o(x)a'(x) + a(x) g'(x)- Mediante la substitucién de f(x) /g(x) en vez de (x) en la derecha y despejando ¢"(x), se obticne la regla 4. Puede probarse la derivabilidad de (x) asi como la regla, si se escribe A) ths) gle th) — ol) eae ea f(a +h) = He) a ee TE) 5) glxje(x th) — Si ahora se hace / tender a cero se obtiene el resultado establecido, pues, por hipétesis, cl denominador no tiende a cero sino al limite [g(x)}*, y los dos términos del numerador poscen limites g(x) f(x) y @(x) f(x) respec- tivamente. Esto prueba tanto la existencia del limite en el miembro izquierdo como la formula de derivacién. b. Derivacién de las funciones racionales Primero, se deduce una vez més la formula da fy ny) dx para todo entero positive n, invocando la regla para derivar un producto. Considérese x" como un producto de n factores, x* = x-++ x, y obténgase asi a a en eee La segunda derivada de la funcién x* se sigue a partir de esta formula y la Ec. (1): n(n — 1)x%2, Continuando, se obtienen las derivadas de érdenes supcriores a Fart = n(n = 1)(n— 2208 Sec. 3.1 Las reglas mds simples para derivar, y sus aplicaciones 227 A partir de la iiltima de estas formulas es claro que la n-ésima derivada de x" es una constante, mientras que la (n + 1)-ésima derivada se hace cero en todas partes. Utilizando las dos primeras reglas y la regla para derivar potencias pue- de derivarse cualquier polinomio y = ao + axe + ax? ++ + aqx*, obte- nigndose of = ay + Yaax + Baye? $0 + nag; ademai of? = aa + 3° Qagx + 4-Bayx? +--+ + n(n — Lane”, y asi sucesivamente. La derivada de cualquier funcién racional puede encontrarse ahora con la ayuda de Ia regla del cociente. En particular, se deduce nuevamente la férmula de derivacién para la funcién x", donde n = —m es un entero negativo. La aplicacién de la regla del cociente, junto con el hecho de que la derivada de una constante es igual a cero, da el resultado (d/dx) (1/x™) = —mx"1/x2™ = —m/x™; o bien, si se toma m= —n, em = nx, dx que coincide formalmente con el resultado para valores positives de n y con los resultados dados anteriormente (p. 186). c. Derivacién de las funciones trigonométricas Para las funciones trigonométricas sen x y cosx se han obtenida ya (p. 186) las formulas de derivacién sen x = cos x ~ cos x = —sen x. dz , & La regla del cociente nos permite ahora derivar las funciones sen x = cote = 284 = cot x= SS* cos x y a sen x tans = y De acuerdo con la regla, la derivada de la primera de estas funciones es __ cos? + sen? de modo que 228 Las técnicas del edlculo Cap. 3 Anélogamente, se obtiene d 1 = cotx = — = — cosec? x = —(1 + cot? x). Lx sen® x A las formulas de derivacién para sen.x, cos x, tan x y cot x correspon- den las siguientes formulas de integracién: y cos x dx = sen x, leu —cos x, 1 1 dx = tanx, —dx = ~ cots. cos? x sen? x A partir de estas formulas se obtiene, por medio de la regla fundamental de la seccién 2.9, p. 211, el valor de la integral definida, entre limites cualesquiera, siendo la tmica restriccién el hecho de que cuando las dos ltimas formulas son utilizadas el intervalo de integracién no debe conte- ner punto alguno de discontinuidad del integrando, tal como un miltiplo impar de 7/2 en el primer caso y un miltiplo par de 7/2 en segundo. Por ejemplo, > j cos dx =sena |” = send ~ sen. 3.2 La derivada de la funcién inversa a, Férmula general Hemos visto en la p. 69 que una funcién continua y = f(x) posee una inversa continua en todo intervalo en el cual aquélla es monétona. Pre- cisamente: Sia 0, o bien f'(x) <0, en todo el intervalo, entonces la funcién Sec. 3.2 La derivada de la funcién inversa 229 inversa x = $(y) posee también una derivada en cada punto interior de su intervalo de definicién: la derivada de y= f(x) y la de su inversa x = $(y) satisfacen la relacién f(x) -¢’(y) = 1 en valores x, y corres- pondientes. Esta relacién puede también expresarse en la forma dy 1 5) = & dx dy Esta dltima formula nuevamente ilustra Jo adecuado de Ia notacién de Leibnitz: el cociente simbélico dy/dx puede ser tratado en las férmulas como si fuera realmente una fraccién. DEMOSTRAGION. La demostracién del teorema es sencilla. Escribiendo la derivada como el limite de un cociente de incrementos, se tiene a, DET yf = P(e) = lim 22 = tim 2 aro AX aye Xp Xk donde x ¢ y = f(x), y *1 © 91 = f(s), respectivamente denotan parejas de valores correspondientes. Por hipétesis el primero de estos valores limite no es igual a cero, Debido a la continuidad de y = f(x) y x= $(y), las relaciones yi y y 1x son equivalentes. Por tanto, el valor limite x1 lim ate WY wey existe y es igual a 1/f"(x). Por otra parte, el valor limite en el miembro derecho es por definicién la derivada ¢’(y) de la funcién inversa $(y), y nuestra formula queda probada. El sencillo significado geométrico de la férmula est4 mostrado clara- mente en la Fig. 3.1. La tangente a la curva y = f(x), 0 bien x = $(y), forma un dngulo « con el eje positivo x y un dngulo 8 con el eje positive 3 ys a partir de la interpretacién geométrica de la derivada de una funcién como la pendiente de la tangente, se tiene P(x) tana, g’(y) = tan. Puesto que la suma de los dngulos a y 8 es 7/2, tanatanB=1, y esta relacién es exactamente equivalente a nuestra formula de derivacién. Puntos criticos Hasta ahora se ha supuesto expresamente que /’(x) >0, 0 bien P(x) <0, esto es, que f(x) nunca es cero, gQué sucede entonces si f(x) =0? Si f(x) =0 en todas partes de un intervalo, entonces f es 230 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Figura 3.1 Derivacién de la funcién inversa. & Figura 3.2. Parabola, Sec. 3.2 La derivada de la funcién inversa 231 constante en él, y consecuentemente no posee inversa debido a que el mismo valor de y corresponde a todos los valores de x en el intervalo. Si f'(x) = 0 solamente en puntos “criticos” aislados (y si f(x) se supone continua), entonces se tienen dos casos, segtin que al pasar por estos puntos f/(x) cam~- bie 0 no de signo. En el primer caso este punto separa una regién donde la funcién es monétona creciente de otra donde es monétona decreciente. En la vecindad de uno de tales puntos no puede haber funcién inversa univaluada, En el segundo caso, el que la derivada se haga cero no con- 1 Figura 3.3. Pardbola cibica. tradice el caricter monétono de la funcién y = f(x), de modo que existe una funcién inversa univaluada, Sin embargo, la funcién inversa ya no sigue siendo derivable en cl correspondiente punto; de hecho, la derivada es alli infinita. Las funciones y = x? ¢ y = x° en el punto x = 0 ofrecen ejemplos de los dos tipos. La Fig. 3.2 y la Fig. 3.3 ilustran el compor- tamiento de las dos funciones al pasar por el origen, y al mismo tiempo muestran que la funcién y = x* posee una inversa univaluada, mientras que la otra funcién, y = 2, no. 232 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 b. La inversa de la n-ésima potencia: la n-ésima raiz E] ejemplo més sencillo lo constituye la inversa de la funcién y = x” para enteros positivos n; primero se suponen valores positivos de x, por lo tanto también y > 0. Bajo estas condiciones »/ es siempre positive, de modo que para todos los valores positivos de y puede formarse la funcién inversa tinica =WVy=y La derivada de esta funcién inversa se obtiene inmediatamente por la re- gla general anterior como sigue: dy") de 1 oi 1 dy dy dyjdx na? nye Si se cambia ahora Ja notacién y se denota nuevamente la variable indepen- diente | or x, puede finalmente escribirse dWx 1 = Zam a bavm dx a aes que coincide con el resultado obtenido en la p. 185. Para n > 1, el punto x = 0 requiere una consideracién especial. Si x se aproxima a cero a través de valores positivos, d(x") /dx creceré obviamen- te més all de toda cota; esto corresponde al hecho de que para n > 1 la derivada de la n-ésima potencia f(x) = x" se hace cero en el origen. Geo- métricamente esto significa que las curvas y = x" para n > 1 tocan el eje y en el origen (véase Fig. 1.35, p. 72). Se deberé notar que para valores impares de n la suposicién x > 0 puede omitirse y la funcién y = x” es monétona y posee una inversa sobre todo el dominio de nimeros reales. La férmula yy 7) = (1/n) pv se sigue cumpliendo para — negativos de y, pero para x = 0, conn > 1, se tiene d(x*) /dx = 0, que corresponde a una derivada infinita dx/dy de la funcién inversa en el punto y = 0. c. Las funciones trigonométricas inversas—Multivalencia Para formar las inversas de las funciones trigonométricas nuevamente se consideran las graficas! de sen x, cos x, tan, y cotx. Se ve de inmediato a partir de las Figs. 1.37, p. 74 y 1.38, p. 74, que para cada una de estas 2 La representacion grifica, ayudard al lector a superar Tas ligeras dificultades inherentes @ la discusién de la “multivalencia” de las funciones inversas. Sec. 3.2 La derivada de la funcién inversa 233 funciones es necesario seleccionar un intervalo definido si va a hablarse de una inversa tinica, pues las rectas y = ¢ paralelas al eje x cortan a las curvas en un nimero infinito de puntos. El seno y el coseno inversos Para la funcién y = sen x (Fig. 3.4), la derivada yf = cos x es positiva en el intervalo —1/2 < x < +/2. En este intervalo y = sen x posee una fun- cién inversa que denotamos por? x = arcseny (Iéase arco seno y; esto significa el Angulo cuyo seno tiene el valor y). Esta funcién crece monétonamente de —x/2 a -+x/2 conforme y recorre el in- tervalo de —1 a +1. Si se desea destacar que estamos considerando la fun- nx \ x= arcseny — — x. Figura 3.4 Gréfica de y = sen.x (el valor principal esté indicado por una curva Mena). cién inversa del seno en este intervalo particular, se habla del valor principal del arco seno. Para algin otro intervalo en el cual sen x es monétona, por ejemplo, el intervalo -+2/2 < x < 3/2, se obtiene otra inversa 0 “rama” del arco seno. Sin la especificacién exacta del intervalo en el cual los valores de la funcién inversa deban estar situados, el simbolo arco seno no re- presenta una funcién bien definida sino que, de hecho, denota un mimero infinito de valores.* La multivalencia de arc sen y estd descripta por la propiedad: A cual- quier valor y del seno le corresponde no sélo un dngulo x especifico sino también cualquier Angulo de la forma 2k + x, 0 bien (2k + 1)" — x, don- de k es cualquier entero (véase Fig. 3.4). 1 La notacién simbélica x = sen-ly es utilizada también cuando no existe peli- gro de confusién con la funcién reciproca 1/sen x. 2” A veces llamada vagamente funcién multivaluada. Cap. 3 Figura 3.5 Gréfica de y = arcsen x (cl valor principal esta indicado por una curva lena). La derivada de la funcién x como sigue: arc sen y sc obtiene a partir de la Ec. (3) donde Ja raiz cuadrada ha de tomarse como positiva si nos restringimos al primer intervalo mencionado, esto es, 2a x/2t Finalmente, cambiamos cl nombre de la variable independiente, de y al comtinmente usado x (Fig. 3.5); entonces la derivada de arc sen x estd expresada por 1 Si, en vez de éste, se hubiese elegido el intervalo z/2 0 para Ax-> 0, esto es, para x; > x1; por tanto, para Ax—>0 los cocientes incre- mentales tienden a sus respectivas derivadas y el teorema est4 probado. Para evitar la hipétesis explicita $’(x) £0 podemos prescindir de la division por Ag de la siguiente manera un poco mas ingeniosa: Por la hipétesis de la derivabilidad de g(g) en el punto ¢ se sabe que la cantidad e = Ag/Ag ~ g(@), como funcién de A para ¢ fijo y Ag £0, posce el limite cero para Ag—> 0. Si se define « = 0 para Ag = sin restriccién sobre Ag se tiene Ag = [2’(¢) + J Ag. Andlogamente, para x fijo, Ag = (x + Ax) — $(x) = [9(x) +a] Ax, donde lim = 0. Entonces, para Ax £0 y $= $(x), es Arto ag 48 _ity) + ele Ea ioe) +=) + ale) +a Sec. 3.3 Derivacién de funciones compuestas 241 Para Ax tendiendo a cero a través de valores distintos de cero se tiene lim Ag = 0 y por lo tanto lime = 0, de modo que aro arto fim 28 = tim fe'(@) + elim [9"(x) + 9] = €(0)8'CH), ar0 AX A200 Jo que demuestra la regla de la cadena. Por aplicacién sucesiva esta regla puede extenderse inmediatamente a funciones que resultan de la composicién de mds de dos funciones. Si, por ejemplo, yse(u), w= gv), v=y(x), entonces y = f(x) = glo(y(x))] es una funcién compuesta de x; su deri- vada esti dada por la regla ds Sava elu eo) ¥(s) = relaciones similares son ciertas para funciones que estan compuestas de un ndamero arbitrario de funciones. Derivadas superiores de una funcién compuesta y = g[¢(x)]. Pueden encon- trarse fécilmente mediante la aplicacién repetida de la regla de la cadena y las reglas anteriores: y= 8's? + we", y= ge! + 3g"8'8" + Be". ‘""", etc., pueden ser deducidas sucesivamente. Férmulas andlogas para 9’ Finalmente, examinemos la composicién de dos funciones que son in- versas una con respecto a la otra. La funcién g(y) es la inversa de y = $(x) si f(x) = gip(x)] = x. Se sigue que f(s) = £0) ¢() = 1 que es exactamente el resultado de la seccién 3.2, p. 228. Ejemplos. Como un ejemplo sencillo, pero importante, relativo a una aplicacién de la regla de la cadena derivemos x"(x > 0) para una potencia real arbitraria a. En el capitulo 2, p. 174, se definié «one, y se probé también para $(x) = log x,y(u) = aw, g(y) = e” que 1 He) HZ VU) =a, oly) = et Ahora x" es la funcién composicién g{y{¢(x)]}- Aplicando, la regla de la cadena se obtiene la formula general 242 Las técnicas del calculo Cap. 3 i Zw) =e ov 9"la) = Vg x por tanto d s(x") = ax, a) un resultado que solamente se podria probar con alguna dificultad si se intentara proceder directamente a partir de la definicién de x" para a irracional como el limite de potencias con exponentes racionales. Una consecuencia inmediata de esta derivacién es, nuevamente, la formu- la integral 1 \ dx=— (a =I). Como un segundo ejemplo, considérese y=yl , Osea y= Ve, donde ¢ = 1 — x* con ~1 0 y como log (—x) para x <0. Para x > 0 es dlog |x| _ dlog x dx dx Para x <0, se obtiene a partir de la regla de la cadena que dlog|sx|_dlog(—x) _ 1 d(—x) _1 dx dx x dx x Por tanto, en forma general para x0 es dlog|x| 1 “dx x Por definicién de a* (ver p. 174), se tiene at = et), El mismo resultado fue obtenido ya en la p. 238 a partir de la regla para la derivada de la funcién inversa. 5. y= [f(x)P. Puesto que I(x) PO = et, con $(x) = g(x) log [f(x)], se encuentra que geore =e (eles) +0; f) = Ware (#) los fo] + a) Por ejemplo, cuando g(x) = f(x) = x se tiene dx? Fe 7 (log 1). c. El teorema generalizado del valor medio del cAlculo diferencial Como una aplicacién de la regla de la cadena se deduce el teorema generalizado del valor medio del calculo diferencial. Considérense dos funciones F(x) y G(x) continuas en un intervalo cerrado (a, 6] del eje x y derivables en el interior de este 1 La funcién logx est definida solamente para x > 0, mientras que log |x| esta definida en todas partes excepto para x = 0 244 Lus técnicas del cdlculo Cap. 3 intervalo. Se supone G'(x) positiva, El teorema ordinario del valor medio del calculo diferencial aplicado separadamente a F y a G proporciona una expresién para el ; z F(b) — F(a) cociente de incrementos — tt G(b) — Gla) F(b) — Fla) F'(e)(b—a) _ F(t) G(b) — Gla) Ga) donde ¢ y 7 son valores intermedios apropiados en el intervalo abierto (a,b). El teo- rema generalizado del valor medio establece que el cociente de incrementos puede ser escrito en la forma més sencilla F(b) — F(a) _ Fs) G(b) — Gla) G(s) donde F’ y G' estén evaluadas en el mismo valor intermedio &. Para la demostracién introducimos u = G(x) como una variable independiente en F. De la hipétesis G’ > 0 se concluye que Ia funcién u = G(x) es monétona en el intervalo {a, 6], y, por tanto, que posee una inversa x = g(u) definida en cl in- tervalo [a, B], con a= G(a), B= G(b). La funcién compuesta Flg(u)] = f(u) est4, por tanto, definida para u en el intervalo [@, B]. A partir del teorema ordinario del valor medio se encuentra que F(b) — F(a) = {(B) — fla) = f(y) (B — a) = f(y)1G(b) — G{a)], donde y es un valor apropiado entre a y f. Por la regla de la cadena se infiere que d F(x) ga Pe] = Fle (wee) = Cw’ Al valor u = y le corresponde un valor x = g(y) = § en el intervalo (a,5). Enton- ces f'(y) = F'(S)/G'(8), y se sigue el teorema generalizado del valor medio, f(a) ~ 3.4 Algunas aplicaciones de la funcién exponencial Algunos problemas diversos que involucran la funcién exponencial ilus- trardn la importancia fundamental de esta funcién en toda clase de apli- caciones. a. Definicién de la funcién exponencial por medio de una ecuacién diferencial Podemos definir la funcién exponencial mediante una propiedad senci- a cuyo uso evita muchos argumentos detallados en casos particulares. Si una funcién y = f(x) satisface una ecuacién de la forma o = ay, donde « es una constante, entonces y tiene la expresién (8) y= f(x) = cer, donde c es también una constante; reciprocamente, toda funcidn de la for- ma ce"? satisface la ecuacién y¥ = ay. Sec. 3.4 Algunas aplicaciones de la funcién exponencial 245 Puesto que la Ec. (8) expresa una relacién entre la funcién y su de- rivada, aquélla se denomina la ecuacién diferencial de la funcién exponen- cial. Es claro que y = ce’ satisface esta ecuacién para cualquier constante arbitraria c. Reciprocamente, ninguna otra funcién satisface la ecuacién diferencial »f — ay = 0. En efecto, si y es tal funcién, considérese la. fun- ye-**, Se tiene entonces cién u w= fet = aye" = (ay). Sin embargo, cl miembro derecho se anula, ya que se ha supuesto que y’ = ay; por lo tanto w’ = 0, de modo que (ver p. 199) u es una constan- te c, y asi resulta y = ce“, como se queria probar. Aplicaremos ahora este teorema a cierto ntimero de ejemplos. b. Interés compuesto continuamente Desintegracién radiactiva Una suma “capital” o “principal”, aumentada por su interés en perfodos regulares de tiempo, se incrementa por saltos en estos periodos de la si- guiente mancra. Si 100a cs el porcentaje de interés y, ademas, si el interés acumulado se suma, al finalizar cada aiio, al capital invertido (original), después de x afios la cantidad acumulada de un capital original igual a 1 serh (ta)% Sin embargo, si al capital le fuera sumado el interés no al finalizar cada afio sino al finalizar cada n-ésima parte de un afio, después de x afios (v3y° 1 se encuentra que el capital 1 ha au- (: rs): Si ahora se deja crecer n més alld de toda cota, esto es, si se deja que el interés sea abonado en intervalos cada vez més cortos, el caso limite sig- nificard en cierto sentido que el interés compuesto es abonado a cada ins- tante; entonces la cantidad total después de un afio serd e” veces el capital inicial u original (véase p. 175). Andlogamente, si el interés se calcula de esta manera, un capital original igual a 1 habrd crecido después de x afios hasta una cantidad e"*; aqui x puede ser cualquier niimero, entero o de otra forma. cl capital ascenderia a Tomando, por simplicidad, x mentado después de un afio a 246 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 La discusién de la seccién 3.4a constituye un marco de referencia en el cual ejemplos de este tipo encajan facilmente. Considérese una cantidad, dada por el ntimero y, que crece (0 decrece) con el tiempo de modo que la medida en que la cantidad aumenta o disminuye es proporcional a la cantidad total. Entonces, tomando el tiempo como Ia variable independiente x se obtienc una ley de la forma y/ = ay para el grado de aumento (0 de- crecimiento), donde a, el factor de proporcionalidad, es positive 0 negative dependiendo de que la cantidad esté creciendo 0 decreciendo. Entonces, de acuerdo con Ia seccién 3.4a, la cantidad y est representada por la formula y= ce", donde el significado de la constante ¢ es obvio si se considera el instante x = 0. En este instante e** = 1, y se encuentra que ¢ = yo cs la cantidad al comienzo del tiempo considerado, de modo que se puede escribir y = ye". Un ejemplo caracteristico es el de la desintegracién radiactiva. La me- dida en que Ja cantidad total y de la substancia radiactiva est4 disminuyendo es proporcional en cualquier instante a la cantidad total presente en ese instante; esto es plausible @ priori pues cada porcién de la substancia de- crece tan rapidamente como cualquicr otra porcién. Por tanto, la cantidad y de Ja substancia, expresada como funcién del tiempo, satisface una re- lacién de la forma y = —ky, donde k debe tomarse positiva pucsto que se esta tratando con una cantidad que disminuye. La cantidad de substancia queda asi expresada como funcién del tiempo por y = ye, donde yo es la cantidad de Ja substancia al comienzo del tiempo considerado (tiem- po x=0). Después de un cierto tiempo 7 la substancia radiactiva habra disminuido a la mitad de la cantidad original. Este tiempo, llamado vida media, esta dado por la ecuacién 4y0 de la cual se obtiene de inmediato + = (log 2) /k. yoe*", c. Enfriamiento 0 calentamiento de un cuerpo por el medio ambiente Otro ejemplo tipico en el que aparece la funcién exponencial lo cons- aituye el enfriamiento de un cuerpo; por ejemplo, waa placa de metal de temperatura uniforme que es sumergida en un gran “bafio”, 0 medio cir- cundante 0 “ambiente”, de baja tempcratura. Se supone que Ja extensién del medio ambiente es tan grande que su temperatura no cs afectada por el proceso de enfriamiento. Se supone ademas que en cada instante todas las partes del cuerpo sumergido se encuentran a Ja misma temperatura, y Sec. 34 Algunas aplicaciones de la funcién exponencial 247 que la medida en que la temperatura varia es proporcional a la diferencia entre la temperatura del cuerpo y la del medio circundante (Ley de en- friamiento de Newton). Si se denota el tiempo por x y la diferencia de temperatura entre el cuerpo y el baiio por y = y(x), esta ley de enfriamiento esté expresada por la ecuacién of = ky, donde & es una constante positiva (cuyo valor es una caracteristica fisica de la substancia del cuerpo). A partir de esta ecuacién diferencial, que expresa el efecto del proceso de enfriamiento en un instante dado, se obtie- ne por medio de Ja Ec. (8), p. 244, una “ley integral” que nos da la temperatura cn un instante arbitrario x en la forma y = ce, Esto muestra que la temperatura decrece “exponencialmente” y tiende a ser igual a la temperatura externa. La rapidez con la que esto sucede est expresada por el ntimero k. Como antes, el significado de la constante ¢ es el de la temperatura inicial en el instante x = 0, yo = c, de modo que nuestra ley de enfriamiento puede ser escrita cn la forma 9 = yor™. Evidentemente, la misma discusién se aplica al calentamiento de un cuerpo. Lo tinico que cambia es que la diferencia inicial de temperaturas Yo es en este caso negativa en vez de positiva. d. Variacién de la presién atmosférica con la altura sobre la superficie de la Tierra Un ejemplo mas en el que aparece la férmula exponencial es el de la variacién de la presién atmosférica con la altura: Se hara uso (1) del hecho fisico de que la presin atmosférica es igual al peso de la columna de aire que est verticalmente por encima de una superficie de 4rea uno, y (2) de la Ley de Boyle, de acuerdo con Ia cual la presién p del aire a una temperatura constante es proporcional a su densidad o. La Ley de Boyle, expresada en simbolos, es p = ag, donde a es una constante que depende de una propiedad fisica especffica del aire. Nuestro problema es el de determinar p = f(h) como una funcién de la altura h por encima de la superficie de la Tierra. Si por po se denota la presién atmosférica en la superficie de la Tierra, esto es, el peso total de Ja columna de aire sostenida por un Area unitaria, por g la constante gravitacional y por (A) Ja densidad del aire a la altu- 248 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 ra A sobre la superficie terrestre, el peso’ de la columna de altura h esté » dado por la integral g if o(A)da. La presién a una altura h es, por lo tanto, - ef. (a) da. Derivando esta expresién se obtiene la siguiente relacién entre la presién p = f(h) y la densidad o(h) : b= f(h) go(h) = —f(h) =p". Utilizando ahora la Ley de Boyle para eliminar la cantidad o de esta ecuacién, resulta una relacién p’ = —(g/a) que involucra solamente la funcién presién desconocida, De la Ec. (8), p. 244, se sigue que p= f(h) = ce™, Si, como antes, la presién f(0) en la superficie de la Tierra se denota por fo, ¥ consecuentemente fo, se sigue de inmediato que ¢ p= f(h) = poe™. Tomando logaritmos esto conduce a Estas dos f6rmulas se aplican frecuentemente. Por ejemplo, la constante a, si es conocida, permite determinar la altura de un lugar a partir de la presién barométrica, o bien determinar la diferencia entre las alturas de dos lugares midiendo la presién atmosférica en cada sitio. Por otra parte, si la presin atmosférica y Ja altura h son conocidas, puede determinarse la constante a, la cual es de gran importancia cn la teoria de los gases. ©. Progreso de una reaccién quimica Se considerard ahora un ejemplo de la Quimica, la asi Hamada reac- cién unimolecular. Se supone que una substancia es disuelta en una gran cantidad de solvente; por ejemplo, una cierta cantidad de azticar de cafia en agua. Si ocurre una reaccién quimica, la ley quimica de accién de las masas establece en este caso que la medida de reaccién es proporcional a la cantidad de substancia reaccionante presente. Se supone que el aziicar de cafia esta siendo transformada mediante accién catalitica en azdcar in- vertida, y se denota por u(x) la cantidad de azticar de cafia que al tiempo x permanece invariable atin. La velocidad de reaccién es entonces — du/dx, 2 go(d) es el peso del aire por unidad de volumen a la altura 2. Sec. 34 Algunas aplicaciones de la funcién exponencial 249 y, de acuerdo con la ley de accién de masas, se cumple una ecuacién de la forma du dx donde k es una constgnte que depende de las substancias reaccionantes. A partir de esta ley instantinea 0 diferencial se obtiene de inmediato, como cn la p. 244, una ley integral que da Ja cantidad de azdcar de cafia como funcién del tiempo: —ku u(x) = ae. Esta férmula muestra claramente cémo la reaccién quimica tiende asinté- ticamente a su estado final u = 0, esto es, la transformacién completa de la substancia reaccionante. La constante a es obviamente la cantidad de aaticar de cafia presente en el tiempo x = 0. f. Apertura y cierre de un circuito cléctrico Como un ejemplo final, considérese el crecimiento de una corriente elécti directa o “continua” cuando se cierra un circuito, 0 bien su decai- miento cuando el circuito se abre. Si R es la resistencia del circuito y E la fuerza electromotriz (voltaje), la corriente J se incrementa gradualmente desde su valor original cero hasta un valor estacionario final E/R. Tene- mos, por tanto, que considerar J como una funcién del tiempo x. El au- mento de la corriente depende de Ja autoinduccién del circuito; y el circuito posee una constante caracteristica L, el coeficiente de autoinduccidn, de naturaleza tal que conforme la corriente crece se desarrolla una fuerza elec- tromotriz de magnitud LdI/dx que se opone a la fuerza electromotriz externa E. A partir de la ley de Ohm, que afirma que el producto de la resistencia y de la corriente es en cada instante igual al voltaje efectivo real, se obtiene la relacién _p_,al IR=E-LS. para _ E Hx) = I(x) — se encuentra de inmediato que /’(x) = —(R/L) f(x), de modo que por la Ec. (8), p. 244, es f(x) = {(0)e#*/", Recordando que I(0) = 0, se encuen- tra que {(0) = —E/R; y asi se obtiene la expresion E_E pee E Qe pn T= f(s) +a yl eh) para la corriente como una funcién del tiempo. 250 Las téenicas del cdlculo Cap. 3 Esta expresién muestra cémo la corriente tiende asintéticamente a su valor estacionario E/R cuando se cierra el circuito. 3.5 Las funciones hiperbélicas a. Defi ién analitica En muchas aplicaciones la funcién exponcncial aparece cn combinaciones de Ja forma Hef +e*) obien $e? — e*) Es conveniente introducir éstas y combinaciones similares como funciones especiales, que se definen como sigue: poet es (9a) senh x = a eo, coshe = (9b) tanh x = lamadas seno hiperbélico, coseno hiperbélico, tangente hiperbdlica, y cotan- gente hiperbdlica respectivamente. Las funciones senh x, cosh x, y tanh x estn definidas para todos los valores de x, mientras que para coth x el pun- to x =0 debe ser excluido, Los nombres son elegides para expresar una Gierta analogia con las funciones trigonométricas; y esta analogia, que ha de estudiarse en detalle, es la que justifica una consideracién especial de estas nuevas funciones. En las Figs. 3.9, 3.10 y 3.11 se muestran las graficas de las funciones hiperbélicas; y las Iincas punteadas cn la Fig. 3.9 son las grificas de y = (})e* y de y = (4)e"*, a partir de las cuales pueden cons- truirse fAcilmente las graficas de senh x y cosh x. Cosh x es, evidentemente, una funcidn par, esto es, una funcién que per- manece invariable cuando x es reemplazado por —x, mientras que senh x es una funcién impar, esto es, una funcién que cambia de signo cuando x es reemplazado por —x (ver p. 53). Por su definicién, la funcién et + et 2 cosh x = s positiva y no menor que uno para todos los valores de x. Posee su valor minimo cuando x = 0: cosh 0 = 1. La relacién fundamental entre cosh x y senh x, cosh? x — senh? x = 1, se sigue de inmediato a partir de las definiciones. Si se denota ahora la variable independiente por t, en vez de x, y se escribe x = cosh t, y = senh t, Sec. 3.5 Las funciones hiperbélicas 251 Figura 3.9. Figura 3.10. 252 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 | | Figura 3.11. se tienc esto es, el punto de coordenadas x = cosh t, y = senh¢ se mueve a lo largo de la hipérbola rectangular x? — 2 = 1 conforme ¢ recorre toda la escala de valores de — eo a ++ eo. De acuerdo con la ecuacién de definicién, x > 1, y la férmula hace evidente que y recorre toda la escala de valores de — co a + conforme t lo hace; en efecto, si ¢ tiende a infinito, también et, mien- trsa que et tiende a cero. Se puede por tanto establecer mas exactamente: Conforme t corre de -- 09 a +00 las ecuaciones x = cosh t, y = senh t dan una rama de la hipérbola rectangular, a saber, la del lado derecho. b. Teoremas de adicién y férmulas para derivar A partir de su definicién se obtienen los teoremas de adicién para las funciones hiperbélicas: cosh (a + b) = cosh a cosh b + senh a senh b, senh (a -+ b) = senha cosh 6 + cosh asenh 6. Las demostraciones se obtienen de inmediato si se escribe (10) cosh (@ +b) = Sec. 3.5 Las funciones hiperbélicas 253 y se insertan en estas ecuaciones = cosha + senha, cosh a ~ senha, coshb +senhb, cosh b — senh b. Entre estas férmulas y las correspondientes f6rmulas trigonométricas existe una notable analogia. La tinica diferencia entre los teoremas de adicién es un signo en la primera formula. Una analogia correspondiente se cumple para las {Srmulas de diferencia- cién. Recordando que d(e*) /dx = e, se encuentra facilmente que dq . gatos x = senhx, 5. senh x = cosh x, (yy c eth = are ae = ~ oy De las dos primeras ecuaciones se sigue de inmediato que y = cosh x yy = senh x son soluciones de la ecuacién diferencial ay _ dx la cual difiere s6lo en signo de la ecuacién andloga que es satisfecha por las funciones trigonométricas cos. x y sen x (véase p. 192). (12) c. Las funciones hiperbélicas inversas A las funciones hiperbélicas x = cosh t, y = senht, les corresponden las funciones inversas que denotamos! por t = are cosh x, t = arcsenhy. Puesto que la funcién senh ¢ es monétona creciente® en todo el intervalo —o 1 para todos los valores de #, su inversa arc cosh x est definida solamente para x > 1. Estas funciones inversas pueden expresarse facilmente en términos del logaritmo, interpretando la cantidad e¢ = u en las defini et tet = ones 3 yk notacién simbdlica cosh-* x, etc, es también utilizada (ver nota, pig na, 78). 2 “(d/dt)senh t = cosh t > 0. 254 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 como incégnita y resolviendo estas ecuaciones (cuadrdticas) para u: > usyt vy td; y puesto que w= et sdlo puede posecr valores positives, la raiz cuadrada en la segunda ecuacién debe tomarse con el signo positive, mientras que en la primera cualquier signo es posible (lo que corresponde a la ambi- giiedad mencionada arriba). En la forma logaritmica, t = log u, y por tanto us ak Vx t = log (x + Yx* — 1) = are cosh x, (13) —— t = log (y + V9? #1) = arcsenh y. En el caso de arc cosh x la variable x esta restringida al intervalo x > 1, mientras que arc senh y esta definido para todos los valores de y. La ccuacién (13) da los valores, log (x + v. 1) para arccosh x, que corresponden a las dos ramas de arc cosh x. Puesto que y log (x- VF —1) (x + Vx8 = 1) (x - Vx? - 1) = 1, la suma de estos dos valores de arc cosh x es cero, lo que concuerda con la ambigiiedad en el signo de ¢ mencionada antes. Las inversas de la tangente hiperbélica y la cotangente hiperbélica pue- den ser definidas andlogamente, y también pueden ser expresadas en tér- minos de logaritmos. Estas funciones las denotamos por arctanhx y arccoth x. Expresando la variable independiente en todas partes por x, facilmente se obtiene 1+ . are tanh x = Frog! ~ eel intervalo ~ 1 1. y= La diferenciacién de cstas funciones inversas puede ser Ilevada a cabo por el mismo lector, quien pucde hacer uso ya sca de la regla para deri- var una funcién inversa, o bien de la regla de la cadena simulténeamente con estas expresiones para las funciones inversas en términos de logaritmos. Si x es Ja variable independiente, los resultados son d d 1 are cosh x = * are senh x = dx dx veeFl (5) d a 1 are tanh x Farecoth x Sec. 3.5 Las funciones hiperbélicas 255 Las tiltimas dos férmulas no se contradicen una con otra puesto que la primera se cumple solamente para ~1 0 la curva en la vecindad de! punto @ (o) Figura 3.14 (a)/"(x) > 0. (b)f"(x) <0. esta situada por encima de la tangente, mientras que cuando /”(x) < 0 esté situada por debajo de la tangente (véanse las Figs. 3.14a y 3.14b) (ver problema 4, p. 221 y seccién 5.6). Punto de inflexion Se requiere una consideracién especial solamente en los puntos donde f'(x) =0. Al pasar a través de uno de tales puntos la segunda derivada 7’(x) cambiard generalmente de signo. Tal punto ser entonces un punto de transicién entre los dos casos que se acaban de indicar; esto es, en un lado la tangente esté por encima de la curva y por el otro lado est4 por debajo, mientras que en este punto cruza la curva (véase Fig. 3.15). Tal punto es denominado un punto de inflexién de la curva, y la tangente correspondiente se denomina tangente de inflexidn. 1 Se hace uso aqui de la observacién intuitivamente obvia: una funcién conti- nua g(x) que es positiva en un punto x. es también positiva para todos los. puntos de una vecindad suficientemente pequefia de x» (siempre que pertenezcan al domi- nio de g). La demostracién rigurosa es sencilla. A partir de la continuidad de g en %, se sabe que para todo e positivo se cumple la desigualdad |g(x) — g(x)| 0, se tiene libertad de clegir para e cl valor 4g(%), de modo que le(z) — g(x0)| <4e(x) en alguna vecindad. Puesto que entonces es g(x) — B(x) S le(x) — g(xo)| <4g(xo), se sigue que g(x) > $¢(x0) > 0. Sec. 3.6 Madximos y minimos 259 El ejemplo més sencillo esté dado por la funcién y = x, la pardbola cibica, para la cual el eje x mismo es una tangente de inflexién en el punto de inflexién x = 0 (véase Fig. 3.3, p. 231). Otro ejemplo esté dado por la funcién f(x) = sen x, para la cual P(x) = d(senx)/dx=cosx y —f'"(x) = d?(sen x) /dx* = —sen x. Consecuentemente, (0) = 1 y /"(0) = 0; y, puesto que el signo de f”(x) cambia en x = 0, la curva scno posee en el origen una tangente de inflexién inclinada a un Angulo de 45 grados con respecto al eje x. f(x) 0 Figura 3.15 Punto de inflexién. Debe notarse, sin embargo, que pueden existir puntos donde /”(x) = 0 y el signo de f(x) no varie al crecer x, en tanto que la tangente no corta a la curva sino que permanece por completo a un lado de ésta. Por ejem- plo, la curva y = x‘ esta situada enteramente por encima del eje x, aun cuando la segunda derivada f”(x) = 12x? se anula para x = 0. b. Maximos y minimos—Extremos relativos. Puntos estacionarios Una funcién f(x) posee un mdximo en el punto si el valor de f en el punto £ no es excedido por el valor de f en cualquier otro punto x del dominio de f; esto es, f(é) > f(x) para todo x donde f esté definidas Andlogamente, f posee un minimo en é si f(¢) < f(x) para todo x en el dominio, La palabra extremos es utilizada para designar tanto a méximos como a minimos. 1 Se habla de un punto mdximo estricto ¢ si f(¢) > f(x) para todo x en el do- minio de { que sea diferente de &. 260 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 La funcién f(x) = V1 , por ejemplo, que esta definida para —1<.* <1, posee minimos en x = + 1 y un maximo en x = 0. Es facil dar ejemplos de funcioncs continuas que no poseen mdximos © no poseen minimos. Asi, la funcién f(x) = 1/(1 + x*) (Fig. 3.8, p. 238) en el domi- nio —co f(x) para todo x de este intervalo para el cual f esté definida, 262 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 car los valores de f en estos puntos. Asi, la labor principal en la determi- nacién de los extremos de una funcién se reduce a la de encontrar los ceros de la derivada de la funcién, que usualmente existen en nimero finito. Para tomar un ejemplo sencillo, determinemos los valores maximos y minimos de la funcién f(x) = Yox® — Yiox? en el intervalo —2< x <2. Aqui los puntos criticos, las rafces de la ecuacién f’(x) = 6(x* — x) /10 = 0, estan localizados en x = 0, +1, —1. Calculando los valores de f en estos puntos y también en los puntos extremos del intervalo encontramos x —2 oar 0 1 2 Wa) | 62 02 0 —02 Es claro que los puntos x = =+1 representan minimos relativos, mientras que Jos maximos relativos ocurren en x = 0 y x = +2. El valor maximo de la funcién, alcanzado en los puntos extremos del intervalo, es 5.2; el valor minimo, alcanzado en los puntos x = +1, es —0.2 (véase Fig, 3.17). Figura 3.17 y = (x° — 3x2)/10. Sin apelar a la intuicién, se puede probar facilmente mediante métodos puramente analiticos que /’(£) = 0 siempre y cuando é es un punto extremo relativo en el interior del dominio de f, suponiendo f derivable en ¢. (Com- parar las consideraciones exactamente andlogas para el teorema de Rolle, Sec. 3.6 Médximos y minimos 263 p. 196.) Sila funcién f(x) posee un maximo relativo en el punto é, entonces para todos los valores suficientemente pequefios de h diferentes de cero la expresion f(£ + h) — f(£) debe ser negativa 0 cero. Por lo tanto, UEFA) =f) 2 9 h a para h > 0, mientras que GE +4) ~ 12) >0 nh = para h <0. Asi, si h tiende a cero a través de valores positivos el limite no puede ser positivo, mientras que si A tiende a cero a través de valores negativos el limite no puede ser negativo. Sin embargo, ya que se ha su- puesto que la derivada en ¢ existe, estos dos limites deben ser iguales entre si y, precisamente, iguales al valor /’(£) que, por consiguiente, solamente puede ser cero; o sea, debe tenerse necesariamente /’(£) = 0. Una demos- tracién anéloga se cumple para un minimo relativo. La demostracién prue- ba también que si el punto extremo izquierdo £ = a es un punto mAximo relativo (minimo), entonces por lo menos f(a) < 0[f’(a) > 0]; si el punto extremo derecho b es un punto maximo relativo (minimo) entonces P(b) 2 Olf'(b) <0}. La condicién f’() = 0 que caracteriza a los puntos criticos no es de ninguna manera suficiente para que existan extremos relativos. Pueden exis- tir puntos en los cuales la derivada se anula, esto es, en los cuales la tan- gente es horizontal, aun cuando la curva no posee mdximo relativo ni minimo relative ahi. Esto ocurre si en el punto dado la curva posee una tangente de inflexién horizontal que la corta, como en el ejemplo de la funcién y = x en el punto x =0. EI siguiente teorema da las condiciones necesarias y suficientes bajo las cuales un punto critico es un punto de m4ximo o minimo relativo (y, por tanto, un criterio para reconocerlo). Se aplica a una funcién continua, f, que posee una derivada continua f’ que se anula en a Jo m4s un némero finito de puntos, 0, mds generalmente, a funciones derivables f para las cuales f’ cambia de signo en a lo mds un niimero finito de puntos: La funcién f(x) posee un extremo relative en un punto interior & de su dominio si y sdlo si la derivada f'(x) cambia de signo cuando x pasa a través de este punto; en particular, la funcién posee un minimo relativo si cerca de & la derivada es negativa a la izquierda de £ y positiva a la derecha, mientras que en el caso contrario posee un mdximo. Se demucstra esto rigurosamente utilizando el teorema del valor medio. Primero se observa que a la izquierda y a la derecha de é existen intervalos, 0 para x >0 eo <0 para x <0 (ver Fig. 2.24, p. 188). La funcién y = Wx? posec del mismo modo un minimo en el punto x = 0, aun cuando su derivada $x" es infinita ahi (ver Fig. 2.27, p. 190). EI método ms sencillo para decidir si un punto critico ¢ ¢s un maximo o minimo relativo involucra la segunda derivada en este punto. Es intuiti- vamente claro que si f’(£) = 0 entonces f tiene un maximo relativo en £ si f'’"(£) <0, y tiene un minimo relativo si f”() > 0. Pues en el primer caso la curva en la vecindad de este punto esta situada completamente por debajo de la tangente y en el segundo caso completamente por encima de la tangente. Este resultado se obtiene analiticamente a partir del criterio (teorema) anterior siempre que f(x) y f(x) sean continuas y que /”(é) exista. En efecto, st f’(£) = 0 y, digamos f”(£) > 0, se tiene £g+h) Pern y a) 0. = lim ’(&) = lim ho ho Se sigue que f'(£ + h) /h > 0 para todos los k 40 que son suficientemente pequefios en valor absoluto; por Io tanto, f’(€-+h) y h poscen el mismo signo en una vecindad de é. Si x estA cerca de &, la derivada f’(x) debe ser negativa para x a la izquierda de £ y positiva para x a la derecha de ¢; y esto implica que existe un minimo relative en £. La situacién es particularmente simple en el caso en que f’(x) es de uno y el mismo signo en todo el intervalo [a, 6] en el cual f est4 definida: Un punto & en el cual f’ se anula es un punto de mdximo de f si (x) <0 en todo el intervalo (0 bien si su curva es céncava), y es un Sec. 3.6 Médximos y minimos 265 punto de minimo de f si en todo el intervalo f(x) > 0 (esto es, si la curva es convexa)+ En efecto, si f(x) <0 la funcién f(x) es monétona decreciente, y, por lo tanto, £ es su tinico cero. Ademés, f’ > 0 para a < x < &, mientras que f/ <0 para 0 en el intervalo. Ejemplos Ejemplo 1. De entre todos los tridngulos con base y area dadas deter- minar aquél con minimo perimetro. Para resolver este problema se toma al eje x a lo largo de la base dada AB y el punto medio de AB como el origen (Fig. 3.18). Si C es el vértice del tridngulo, A su altura (la cual esté determinada por el Area y la base), y (x,h) son las coordenadas del vértice, entonces la suma de los dos lados AC y BC del tridngulo esti dada por f(x) = Vera H+ V(x— a)? +h, donde 2a es Ja longitud de la base. De aqui se obtiene xta Vie Fa)? + hi Vemos de inmediato que: (1) f’(0) se anula, y (2) f”(x) es siempre posi- tiva; por lo tanto, cn x = 0 existe un valor minimo (ver pp. 264 y 265). Este valor minimo estA dado scgiin esto por el tridngulo isésceles. Andlogamente se encuentra que de entre todos los tringulos con peri- metro y base dados el tridngulo isdsceles posce el Area maxima. Ejemplo 2. Encontrar un punto sobre una recta dada tal que la suma de sus distancias a dos puntos fijos sea un minimo 2 También se dice, brevemente, que el punto es un “méximo (minimo) de f(x)” (N. del RD. 266 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Figura 3.18. Supénganse dados la recta y dos puntos fijos cualesquicra A y B en el mismo lado de la recta. Se desea encontrar un punto P sobre la linea recta, tal que la distancia PA + PB tenga el minimo valor posible.* Se toma la recta dada como cl eje x y sc utiliza la notacién de la Fig. 3.19. Entonces, la distancia en cuestién esta dada por e+ Ve — a) Fhe, y se obtiene f(x) i's) =$—— v Figura 3.19 Ley de reflexién, 1 Si Ay B estan situados en lados opuestos de la recta, obviamente P es, pre- cisamente, la interseccién de la recta con el segmento AB. Sec. 3.6 Médximos y minimos 267 La ecuacién f'(é) = 0 significa Verh o bien cosa = cos B; y> por lo tanto, las dos rectas PA y PB deben formar dngulos iguales con la recta dada. El signo positive de f’(x) muestra que realmente tenemos un valor minimo. La solucién de este problema est4 conectada muy de cerca con la ley de reflexién éptica. Por un principio importante de la éptica, conocido Figura 3.20 Ley de refraccién. como “principio del tiempo minimo” de Fermat, la traycctoria de un rayo de luz est4 determinada por la propiedad de que el tiempo que tarda la luz en ir de un punto A a un punto B bajo las condiciones dadas debe ser el menor posible. Si se imponc la condicién de que un rayo de luz en su recorrido de A a B pase por algtin punto de una recta dada (digamos, sobre un espejo), se ve que el tiempo minimo se lograré a lo largo del rayo para el cual el “Angulo de incidencia” sea igual al “Angulo de reflexién”. Ejemplo 3. La Ley de Refraccién.t Considérense dados dos puntos A y Ben lados opuestos del eje x. ;Cudl es la trayectoria de A a B que 1 En tanto que los ejemplos anteriores pueden ser tratados también mediante la geometria elemental, el presente no puede ser facilmente resuelto sin el célculo. 268 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 requiere el menor tiempo posible si la velocidad en un lado del eje x es cx y en el otro Jado es cs? Claramente, esta “trayectoria minima” debe consistir de dos porciones de lineas rectas que se encuentran una a la otra en un punto P sobre el cje x. Utilizando la notacién de la Fig. 3.20 se obtienen las dos expresiones Vie + x* y Win? -+ (a — x)? para las longitudes PA, PB, respectivamente; y el tiempo, 7, de viaje a lo largo de esta trayectoria se encuentra div’ diendo las longitudes de los clos segmentos por las correspondientes veloci- dades y después sumando: Diferenciando, se obtiene Px) = 1 a-x Ve Viet (a= x)? h I he px) = eS + 1 Ve Fee vin Como facilmente se ve por la Fig. 3.20, la ecuacién f'(x) = 0, esto es, la ecuacién 1 x o VFX es equivalente a la condicién (1/¢,) sen a = (1/¢2) sen f, 0 bien, co: Ve + (a— x) sen a Figura 3.21 Punto de una elipse que csté a la minima distancia de otro sobre el eje mayor. Sec. 3.7 El orden de magnitud de las funciones 269 El lector debe verificar el hecho de que existe s6lo un punto que satis- face la condicién, y que este punto proporciona en realidad el valor minimo requerido. EI significado fisico de nuestro ejemplo est precisamente dado por el principio éptico del tiempo minimo. Un rayo de luz que viaja entre dos puntos describe una trayectoria de tiempo minimo. Si c: yc: son las velo- cidades de la luz en dos medios épticos distintos, la trayectoria luminosa estar dada por nuestro resultado, el cual es una forma de la Ley de Snell de la refraccién. Ejemplo 4. Encontrar el punto de una elipse que esta mas cerca que cualquier otro de un punto dado sobre su eje mayor (Fig. 3.21). Tomando la ecuacién de la clipse en la forma xy fl StRal (b 0). Posee un minimo para el mismo x que d. El tnico punto critico de f esta en x = ¢/(1 — b2/a?). Si este punto esta situado en el dominio de d, representa un punto de minimo; si no, cl minimo de d corresponde al punto extremo del cje mayor que esté mas cercano a c. De acuerdo con esto, se encuentran para la minima distancia los valores a= d *3.7 El orden de magnitud de las funciones Las diferencias entre los comportamientos de las funciones para valores grandes del argumento conducen a la nocién de orden de magnitud. Debido a su gran importancia este asunto merece una breve discusién aqui, aunque no esté directamente conectado con la idea de la integral o de la derivada. El concepto de orden de magnitud. Los casos més simples Si la variable x crece més all de toda cota, entonces, para a > 0, las funciones x, log x, e, e"? crecen también mds alla de toda cota. Estas, sin 270 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 embargo, se incrementan en formas esencialmente diferentes. Por ejemplo, la funeién x se torna “infinita en un orden superior” * al de x?; y por esto se entiende que: conforme x crece, el cociente x°/x? se incrementa mas alla de toda cota. Andlogamente, Ja funcién x" se torna infinita en un orden superior al de x* si a > B > 0, ete. En forma general se dice de dos funciones, f(x) y g(x), cuyos valores ahsolutos se incrementan con x més allé de toda cota, que f(x) se torna infinita de un orden superior al de g(x) si para x—> co cl cociente \f(x) /g(x)| se incrementa mds alld de toda cota; y diremos que f(x) se torna infinita en un orden menor que el de g(x) si el cociente |f(x) /g(x)| tiende a cero conforme x crece; y se dird que las dos funciones se tornan infinitas del mismo orden de magnitud si, al crecer x, el cociente |f(x) /g(x)| posee un limite diferente de cero 0, al menos, permanece entre dos cotas fijas positivas. Por ejemplo, la funcién ax* + bx? + ¢ = f(x), donde a0, sera del mismo orden de magnitud que la funcién x*= g(x), pues el co- ciente |f(x) /g(x)| = [(ax*-F bx? +c) /x3| pose el limite [a] conforme x 0. Por otra parte, la funcién x? +x + 1 se torna infinita de un orden de magnitud superior al de la funcién a2 + x + 1. Una suma de dos funciones f(x) y ¢(x), donde f(x) es de orden de magnitud superior al de (x), posce el mismo orden de magnitud que f(x). Pues |(f(x) + 6(x))/f(2)| = | + $(x) /f(2)|, y» por hipétesis, esta ex- presién tiende a uno cuando x crece mas alla de toda cota. b. Los érdenes de magnitud de la funcién exponencial y del logaritmo Se podria estar tentado a medir el orden de magnitud de las funciones mediante una escala, asignando a la cantidad x el orden de magnitud uno y ala potencia x" (a > 0) el orden de magnitud a. Un polinomio de grado n tendria entonces obviamente el orden de magnitud n; una funcién racio- nal, el grado de cuyo numerador es superior en h al del denominador, tendria el orden de magnitud h. Salta a la vista, sin embargo, que cualquier intento para describir el orden de magnitud de funciones arbitrarias mediante tal escala debe fallar. Esto es asi porque existen funciones que se tornan infinitas en un orden superior al de la potencia x” de x, no importa cudn grande se elija a; ade- mis, existen funciones que se tornan infinitas en un orden menor que el de la potencia x", no importa cudn pequefio se elija el ntimero positivo a. Estas funciones, por lo tanto, no encajan en nuestra cscala. Sin entrar en una teoria detallada, se establece el siguiente teorema. 1 © “infinita de orden superior” al de x*, See. 3.7 El orden de magnitud de las funciones 271 Trorema. Sia es un niimero arbitrario mayor que uno, entonces el cociente a*/x tiende a infinito cuando x crece. pemostraciéN. Para probar esto se construye Ja funcién x log a — log x; y es obvio que ser suficiente mostrar que (x) crece mas alla de toda cota si x tiende a +0. Con este objeto, se considera la derivada 1 log a — — x (x) y se observa que para x > c = 2/loga no es menor que el mimero positivo }log a. Por lo tanto, se sigue que para x > c es }log a dt > 3(x — ¢) loga, $(x) — b(c) =| g(t) dt > \ (x) 2 (ce) + 4(a ~ €) loga, y el miembro derecho se torna infinito para x > 00. Se da en seguida una segunda demostracién de este importante teorema: con Va=b=1+h, se tiene b>1 y h>O. Sca n el entero tal que n 1, de modo que n > 1. Aplicando el lema de la p. 87 sc tiene a ® 1 ye t Ja? bt _ (1 +h) a A)" 1+ mh = > VOR OW vntl” VynFi de modo que of > em y, por lo tanto, el cociente tiende a infinito con x. De este hecho que se acaba de probar se siguen muchos otros. Por ejem- plo: para todo indice positivo @ y todo mimero a> I, el cociente a#/x* tiende a infinito cuando x crece, Esto es, vale el siguiente Teorema. La funcién exponencial se torna infinita de un orden de magnitud superior al de cualquier potencia de x2 Para demostrarlo s6lo se necesita mostrar que la a presién, esto es, ex y==), « También se dice frecuentemente; por brevedad: “de orden superior a cual- quier potencia de x”. Otra expresién equivalente es: “at crece a infinito mds répida- mente que x* cuando x—> 0”, ima raiz de la ex- a LQ “a axja 272 Las técnicas del célculo Cap. 3 tiende a infinito. Esto, sin embargo, se sigue inmediatamente a partir del teorema anterior cuando x es reemplazado por y = x/a. De un modo andlogo se demuestra el siguiente teorema. Para todo valor positivo de a el cociente (log x)/x” tiende a cero cuando x—> e; esto es Teorema. El logaritmo se torna infinito de un orden menor de mag- nitud que el de cualquier potencia positiva arbitrariamente pequetia de x. pEMosTRACION. La demostracién se obtiene de inmediato si se expresa log x = y y asi el cociente es transformado en y/e". Se hace entonces e* = a; entonces a> 1, y cl cociente y/a! se aproxima a cero cuando y tiende a infinito. Puesto que y se aproxima a infinito conforme x fo lace, el teorema esta. demostrado.* Sobre la base de estos resultados pueden construirse funciones de un orden de magnitud muy superior al de la funcién exponencial, y otras fun- ciones de un orden de magnitud bastante mas pequefio que el del logaritmo. Por ejemplo, la funcién e‘*? es de un orden superior al de la funcién ex- ponencial, y la funcién log log x es de un orden menor que el del logaritmo; ademas puede iterarse este proceso tantas veces como se quiera, reiterando los simbolos u operaciones e‘? 0 log tantas veces como se desee. Todas las funciones x, log x, log (log x), log [log (log x)], etc., eventual- mente se tornan arbitrariamente grandes para x suficicntemente grande, pero con creciente lentitud. Tomando, por ejemplo, para x el enorme nimero x = 10! se encuentra que log x es mas 0 menos 230, mientras que log (log x) es sélo 5.4, aproximadamente. c. Comentarios generales Estas consideraciones muestran que no es posible asignar a todas las funciones nimeros definidos, como érdenes de magnitud, de modo que de dos funciones, aquélla con el orden de magnitud més alto tenga un nd- mero superior. Si, por ejemplo, la funcién x es de orden de magnitud uno y la funcidn x*€ de orden de magnitud 1 + e, entonces la funcién x log x debe ser de un orden de magnitud mayor que uno y menor que 1 + e, no importa cudn pequefio sea clegido e. Pero no existe tal mimero. ‘Ademas, es facil ver que las funciones no tienen que poseer un orden relative de magnitud claramente definido. Por ejemplo, la funcién 2 También: “‘crece menos répidamente que x", cuando x~> 0, por pequefio que sea a”. (Cf. Nota al pie de la pagina anterior.) (N. del R.) 2 Puede sugerirse otra demostracion sencilla: Para x > 1 y © >0 oats : toss ef ee y, si se elige ¢ igual a a y se dividen ambos miembros de esta desigualdad por x6, entonces se sigue que (log x)/x*—> 0 cuando x-> 0. Sec. 3.7 El orden de magnitud de las funciones 273 [x2(sen x)* +x + 1]/[x*(cos x)? + x] no se aproxima a un limite definido cuando x crece; por el contrario, para x = nx (donde n es un entero) el valor es 1/nz, mientras que para x= (n-+4)x es (n+4)4+141/ (n +4). Aunque tanto el numerador como el denominador se tornan infinitos, el cociente no permanece entre cotas positivas, ni tiende a cero ni tiende a infinito. El numerador, por lo tanto, no es del mismo orden que el denominador, ni de orden mayor o menor. Esta situacién aparen- temente alarmante significa solamente que las definiciones anteriores no est4n disefiadas de tal forma que se puedan comparar dos funciones cua- lesquicra. Este no es un defecto. No se desea aqui comparar los érdenes de tales funciones como el numerador y el denominador mencionados; pues el conocimiento del valor de uno de ellos no da ninguna informacién util acerca del otro. d. El orden de magnitud de una funcién en la vecindad de un punto arbitrario Asi como se pucden comparar los comportamientos de funciones para x 0, pueden compararse también funciones que se tornan infinitas en el punto finito x = & Se dice que la funcién f(x) =1/|x— é| se torna infinita del primer orden en el punto x = y, correspondientemente, que la funcién 1/|x — é|" se torna infinita de orden a, siempre que a sea positiva. Se reconoce entonces que la funcién el se torna infinita de orden superior para x — & y la funcién log |x — ¢| infinita de menor orden que el de todas estas potencias; esto es, que las relaciones limite Tim (|x — gl e¥IF81) = ~~ yim (|x — €[* log |x — é|) = 0 me =e se cumplen. Para confirmar esto, solamente se hace 1/|x — £| = y; y nuestros asertos se reducen entonces al conocido teorema de la p. 271, puesto que | ev log y — gt eile] = — él) —~g=- ge - lx — [flog |x — | 7 y que y crece mas alla de toda cota conforme x tiende a g. (El método de reducir el comportamiento en un puato £ ai comportamiento en el infinito mediante la substitucién 1/|x — {| = y resulta ser frecuentemente util.) €. El orden de magnitud (pequefiez) de una funcién que tiende a cero Tal como se buscé describir la aproximacién de una funcién al infinito por medio del concepto de orden de magnitud, puede especificarse también 274 Las técnicas del célculo Cap. 3 la forma en Ia cual una funcién se aproxima a cero. Se dice que cuando xc la cantidad 1/x se anula de (con) primer orden; y que la canti- dad x-*, donde a es positiva, se anula de orden a. Se encuentra nuevamente que la funcién 1/logx se anula con orden menor que el de una potencia arbitraria x"; esto es, para todo a positivo la relacién lim (x-*-log x) = 0 se cumple, w De la misma manera se dice que para x = £ la cantidad x — £ se anula en primer orden y la cantidad |x — é|* en orden a. Con nuestros resultados es facil probar las relaciones Tim (|x[*+ 71) = 0, 0 las cuales son expresadas usualmente como sigue: La funcién 1/log |x| se anula cuando x->0 con un orden menor que el de cualquier potencia positiva de x; y la funcién exponencial e/\"| se anula con un orden superior al de cualquier potencia positiva de x. f. Las notaciones “O” y “o” para érdenes de magnitud Una forma conveniente de indicar que una funcién f(x) es de menor orden de magnitud que una funcién g(x) es la de escribir f = o(g). Esta ecuacién simbélica significa solamente que el cociente f/g pose el limite cero, y puede ser utilizada con igual ventaja para funciones que se anulan © se tornan infinitas y para argumentos x que tienden a infinito o se apro- ximan a un valor £3 Muchos de los resultados de la secccién anterior pueden reescribirse en esta notacién; por ejemplo, o(x*) paraa 0 o(x*) paraa > 0 conforuie x —> 00 = o(x*) conforme x —> co o(x*) conforme x —> 0 con valores positivos o(1/x) conforme x > 0 o(x) conforme x — 0. 1 También se dice que “1/x ¢s infinitésimo de primer orden y x* (a >0) es infinitésimo de orden a”. (N. del R.) 2 Osea: “La funcién I/log |x|, cuando x — 0, se torna un infinitésimo de orden inferior al de cualquier potencia z*(a > 0); y la funcién ¢~*/ll se torna un infinilé- simo de orden superior al de cualquier potencia x*(a > 0)”. (N. del R.) 2 'La letra o es elegida para sugerir la palabra “orden”. Obsérvese que la rela~ ciéa f = 0(g) para una g que se anula significa que f se anula con un orden su- perior. Sec. 3.7 El orden de magnitud de las funciones 275 Esta notacién, introducida por E. Landau, es dtil para indicar el orden de magnitud del error en una {érmula de aproximacién. Por ejemplo, 3) para x-> 0 ® Andlogamente, la relacién entre incremento y diferencial de una funcién f que posce derivada en un punto x puede ser escrita en la forma f(x +h) = fx) = hf'(x) + o(h) para: hh. Igualmente util es la notacién simbélica f = O(g) usada para indicar que f(x) ¢s @ lo mds del orden de magnitud de g(x), esto es, que el co- ciente f(x) /g(x) esté acotado para los valores de x en cuestién.? El uso del simbolo O es, ademas, muy flexible. Asi, la frase “f = O(g) para x—> 00” significa que el cociente f/g est acotado para todo x suficientemente gran- de, como en Vl0x—1=O(Vx) para x30. Anlogamente, “f = O(g) para x—> &” significa que f/g est acotada en una vecindad suficientemente pequefia del punto x = e@—1=O(x) para x0. Mis gencralmente, puede utilizarse la ecuacién f = O(g) para indicar la acotacién de f/g en cualquier dominio del eje x sin que se requiera que x se aproxime a un limite. Asi logx = O(x) para x > 1, 7 x = O(sen x) para |x| < z Algunos de los primeros ejemplos que involucran el simbolo 0 pueden ser ahora refinados indicandose una mejor estimacién del error con la ayuda del simbolo O. Asi se tiene para una funci6n f para la cual f” est definida y €s continua: flat h) — f(x) = hf(x) + Oh) para hh. 1 Nétese que f = O(g) no significa que f/g tenga el limite uno o que el co- ciente tenga necesariamente un limite, cualquiera que sea. 276 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Otros ejemplos son 1 ——— +o0(4), Vita 2x (=) cose =1+ O(x*) para todo x. Las mismas notaciones pueden utilizarse para sucesiones ay, con el indice n que tienda a infinito. En lo siguiente se encontraran algunos ejemplos interesantes de tales formulas “asintoticas” con un término de error de orden superior (ver la formula de Stirling para n! Cap. 6, A.l). Una famosa ley asintética,’ ya mencionada en cl capitulo 1, p. 80, afirma que el nimero x(n) de primos menores que n esta dado aproximadamente por n/ (log n). Aqui el orden de magnitud del error ha sido encontrado también y se ti ne, ms precisamente, el resultado a(n =n t O( Z ). log n log? n Apéndice La dificultad para apreciar un desarrollo riguroso del célculo surge de un dilema basico: Aunque los procedimientos y conceptos fundamentales como continuidad, suavidad, etc., son motivados por apremiantes necesida- des intuitivas, deben hacerse precisos para que tengan significado légico y las resultantes definiciones rigurosas puedan cubrir fenémenos que estén mis alld de aquéllos de cardcter intuitivo. Asi, el concepto riguroso de con- tinuidad requiere inevitablemente un grado de ahstraccién que no est to- talmente reflejado en la nocién intuitiva de una curva conexa; y el concepto de derivabilidad es més restrictivo y ms abstracto que la vaga idea que sugiere la suavidad de una curva. Discrepancias de este tipo son inevitables y pueden arruinar la paciencia y el entendimiento de un principiante o de alguien para quien la sutileza légica no es de principal interés. Sin embargo, deseamos hacer mis clara para el lector la necesidad de dicha precisin, mostrando que, quizA inesperadamente, Ja precisién y el refinamiento son requeridos ain para los ejemplos mis sencillos ¢ intuitivamente compren- sibles. A. Algunas funciones especiales Como regla, tales ejemplos pueden no estar dados en términos de ex- presiones analiticas sencillas (véanse Figs. 1.28, p. 62 y 1.30, p. 63). Aqui, 1 La demostracién no puede darse en este libro. Véase: A. E. Ingham, The Distribution of Primes, Cambridge University Press, 1932. Sec. Al Algunas funciones especiales 277 sin embargo, se desea representar varios tipos de discontinuidades y fené- menos inesperados 0 “anormales” mediante expresiones muy sencillas cons- truidas a partir de las funciones elementales. Se comienza con un ejemplo en el cual no se presenta ninguna discontinuidad. a. La funcién y= eV" Esta funcién (ver Fig. 3.22) estd definida en primera instancia sola- mente para valores de x diferentes de cero, y obviamente pose el limite cero cuando x 0. En efecto, mediante Ja transformacién 1/x? = ¢ la fun- cién se vuelve y = ef, y lim ef = 0. Por lo tanto, es natural extender la funcién de modo que sea continua para x= 0 definiendo el valor de la funcién en el punto x = 0 como y(0) = 0. Figura 3.22. Por la regla de la cadena, la derivada de la funcién para x0 es of = —(2/x*) eV = 2e%ert, Si x tiende a cero esta derivada posce también el limite cero, como se deduce inmediatamente de la p. 271. En el punto x =0 la derivada yf (0) = tim ME) = YO). = ogy Aso h noo A puede ser también definida en forma continua como cero. Para las derivadas superiores en x40, obviamente se obtiene siempre el producto de la funcién e-** y un polinomio en 1/x, y el paso al limite x0 conduce siempre al limite cero. Por lo tanto, todas las derivadas superiores se anulan, como 9/, en el punto x = 0. Asi, la funcién es continua en todas partes y derivable tantas veces como se dese; y, atin mds, en el punto x = 0 se anula con todas sus derivadas, pero no sc anula idénticamente. Posteriormente se podré observar (Apén- dice 1.1 del capitulo 5) cudn notable o “anormal” es este comportamiento. 278 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 b. La funcién y = e7 Como se ve facilmente, para valores positives de x esta funcién se com- porta de la misma manera que la funcién que acabamos de tratar: si x tiende a cero por un lado, con valores positivos, la funcién tiende a cero, y lo mismo es cierto para todas sus derivadas. Si se define el valor de la funcién en x = 0 como y(0) = 0, todas las derivadas laterales derechas en el punto x = 0 poscen el valor cero. Otra situacién muy diferente se tiene cuando x tiende a cero a través de valores negativos; pues entonces la fun- cién y todas sus derivadas sc vuelven infinitas, y las derivadas laterales iz~ quierdas no existen cn el punto x = 0. En el punto x = 0, por lo tanto, la funcién pose una clase notable de discontinuidad bastante diferente de las discontinuidadcs infinitas de las funciones racionales consideradas en las pp. 60, 61 (ver Fig. 3.23). Figura 3.23. c. La funcién y = tanh x Como sc ha visto ya en la p. 88, las funciones con discontinuidades de “salto” pueden obtenerse a partir de funciones elementales mediante el paso al limite. La funcién exponencial, definida en la p. 172, junto con el principio de la composicién de funciones, nos da otro método para cons- truir funciones con tales discontinuidades a partir de funciones elementales, sin ningin otro proceso limite adicional. Un ejemplo de esto es la funcién ieee ew = tanh l= #2 y 7 pep ee Sec. Al Algunas funciones especiales 279 y su comportamiento en el punto x = 0. La funcién en primera instancia no estA definida en este punto. Si x se acerca al punto x = 0 a través de valores positivos, obviamente se obtiene el limite 1; si, por otra parte, se aproxima al punto x = 0 a través de valores negativos, se obtiene el limi- te —1. Este punto x = 0 es asi un punto de discontinuidad de salto; confor- me x crece pasando por 0 el valor de Ia funcién salta dos unidades (ver Fig. 3.24). Por otra parte, la derivada 1 cosh? (I/x) = 1 4 x? (FF ee se aproxima al limite cero desde ambos lados, como surge facilmente* a partir de la seccién 3.7, p. 270. Figura 3.24, d. La funcién y = x tanh 1/x En el caso de la funcién ne eve — elle = ztanhte gfe yo ray er Per ja discontinuidad anterior cs climinada por el factor x. Esta funcién tiene el limite cero cuando x0 desde cualquier lado, de modo que se puede nuevamente definir en forma apropiada y(0) como igual a cero, Esta fun- cién es entonces continua en x = 0, pero su primera derivada 1 Otro ejemplo donde aparece una discontinuidad “de salto” esté dado por la funcién y = arc tan 1/x cuando x0. 280 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 1 1 1 = tanh - — - y x x cosh? (I/x) pose justamente la misma clase de discontinuidad del ejemplo anterior. La grafica de la funcién es una curva con una esquina (ver Fig. 3.25); y en el punto x=0 Ia funcién no posee una derivada, sino una derivada lateral derecha con el valor +1 y una derivada lateral izquierda con el valor —1. y=xtanhd Figura 3.25. c. La funcién y xsen1/x, y(0) =0 Se ha visto ya que esta funcién no esté compuesta por un numero finito de partes monétonas—o, lo que es lo mismo, no es “seccionalmente” monéto- na 0 monétona “por pedazos”—pero que, sin embargo, es continua (p. 63 y Fig. 1.31). Su primera derivada (x40), por el contrario, posee una discontinuidad en x = 0; pues conforme x tiende a cero esta derivada oscila continuamente entre curvas acotadas, una positiva y una negativa, las cuales a su vez tienden a +o y —oo respectivamente. En el punto x = 0 el cociente incremental es [y() — »(0)]/h = sen (1/h) ; y puesto que este valor oscila hacia arriba y hacia abajo entre 1 y —1 un numero infinito de veces conforme h > 0, la funcién no posce una derivada lateral derecha ni tampoco una derivada lateral izquierda en x = 0. A.2 Comentarios sobre la derivabilidad de funciones La derivada de una funcién que es continua y posee derivada en cada punto de un intervalo puede no ser continua. Sec. A2 Comentarios sobre la derivabilidad de funciones 281 Como un ejemplo sencillo considérese la funcién dada por y=flx) = “sen para x40 f(0) =0. Esta funcién esta definida y es continua en todas partes. Para todos los valores de x diferentes de cero la derivada esta dada por la expresién (3) 4+ 2esen x) x? Cuando x tiende a cero f’(x) no posee limite. Si, por otra parte, se forma cl cociente incremental [f(h) — f(0)]/h = (A? sen 1/h) /h = hsen 1/h, se ve de inmediato que éste tiende a cero cuando h Io hace. La derivada, por lo tanto, existe para x = 0 y posee el valor 0. Para entender intuitivamente la raz6n de este comportamiento paradé- jico se representa la funcién graficamente (ver Fig, 3.26). Esta oscila entre las curvas y = x? ey = —x? a las cuales toca alternadamente, Asi, las ra- zones de las alturas de las crestas de onda de la curva y sus distancias al y Figura 3.26. 282 Las téenicas del cdleulo Cap. 3 origen se tornan gradualmente més pequefias. Sin embargo, estas ondas no se tornan ms planas pues su pendiente, dada por la derivada f(x) = 2x sen 1/x — cos 1/x, es igual a ~1 en los puntos x = 1/2 nz, donde cos 1/x = 1, e igual a +1 en los puntos x = 1/(2n + 1)x, donde cos 1/x = —1. En contraste con la posibilidad ilustrada aqui (de que una derivada existe en todas partes y sin embargo no es continua), se establece el siguiente sencillo teorema, cl cual iluinina toda una serie de ejemplos y discusiones anteriores. Trorema. Si se sabe que en una vecindad de un punto x = a la funcién f(x) es continua, que para x #a también posee derivada f(x) y si, ademds, la ecuacién lim f'(x) = b se cumple, entonces la derivada f'(x) existe también en el punto ay fila) =o. DEMOSTRACION. La demostracién se obtiene inmediatamente a partir del teore- ma del valor medio, Pues se tiene [f(@ + h) — f(a)]/h = f'(g), donde £ es un valor intermedio entre a y a +h. Si h tiende ahora a cero, por hipétesis f'(£) tiende a 5, y la tesis surge de inmediato. Un teorema andlogo pucde ser probado de un modo similar: Si la funcién f(x) es continua en a co,* se obtiene la expresién a dx h(u) & (: (u) F du como el valor limite, esto es, como cl valor de la integral que se estA con- siderando, de acuerdo con la férmula (23) dada anteriormente. Asi se lega al siguiente resultado. Teorema. Sea h(u) una funcidn continua de u en el intervalo a Su <8. Si la funcién u= y(x) es continua y mondtona y posee una derivada continua du/dx que no se anula en a 0) y es la integral, puesto que, de acuerdo con a continuidad uniforme de u = y(x), la mayor de las longi i ero re e v(x), la mayor de 1: gitudes Au, tiende a c Sec. 3.9 El método de substitucién 291 Esta deduccién exhibe el mérito sugestivo de la notacién de Leibnitz. Para llevar a cabo la substitucién u = y(x) se requiere escribir solamente (dx/du)du en vez de dx, cambiando los limites de los valores originales de x a los correspondientes valores de w. c. Ejemplos. Férmulas de integracién Con la ayuda de la regla de substitucién puede evaluarse en muchos casos una integral dada, ff(x) dx, si se le reduce por medio de una substi- tucién adecuada, x = $(u), a una de las integrales fundamentales de nues- tra tabla. Si tales substituciones existen y cémo encontrarlas son problemas a los cuales no se les puede dar una respuesta general; y ésta es, mas bien, una cuestin en la cual la prdctica y el ingenio, en contraste con los métodos sistematicos, desempefian el papel ms importante. dx Como un cjemplo se evaliia la integral por medio de la substitucién? x = $(u) = au, w=9(x) =x/a, dx =adu, mediante la cual, usando el N° 13 de nuestra tabla, se obtiene (24) adu x , a = arcsenu = arcsen=, para |a| < |a|. a d; Va aV1l—u® Mediante la misma substitucién se obtienen x dx (25) \te —_4# = arsenh? (26) Vata a (27) =arcosh=, para|x| > jal, a 1 7 Zartanh para |x| lal, a @ formulas que aparecen muy frecuentemente y que pueden ser facilmente verificadas derivando el lado derecho de cada ecuacién. 1 Por brevedad nos tomamos nuevamente la libertad de escribir los simbolos dx y du separadamente, esto es dx = ¢'(u) du en vez de dx/du = @'(u) (Ver. p. 201). 292 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 3.10 Otros ejemplos del método de substitucién En esta seccién se recopila un néimero de ejemplos que cl lector puede considerar cuidadosamente para ejercitacién. Mediante la substitucién u = 1 tx, du — 2x dx, se deduce que xdx (29) y (30) +4 log [1 #24), En estas formulas debe tomarse en los tres lugares el mismo signo, ya sea el po- sitivo o bien el negativo. Mediante la substitucién u = ax + b, du = adx (a #0), se obtiene dx (31) ae 7 zlesles + ob 1 (32) {tert near gery ty @#-D, (33) {= (ox +b) dx = — Leos (ax + 6); a y andlogamente, por medio de la substitucién u = cos x, du = —sen x dx, se obtiene (34) ransae = —log |cos 1; Y, por medio de la substitucién u = sen x, du = cos x dx, se tiene (35) cot # dx = log |sen | [Ver (21) p. 287]. Utilizando las substituciones andlogas u = cosh x (que da du = senhx dx) y u = senhx (du = cosh x dx), se obtienen las formulas (36) f nha = log cosh x, (37) { cou ses = log [senh x]. Por medio de la substitucién u dos formulas (a/b) tanx, dt (a/b) sec? x dx, se Mega a las dx 1 1 dx (38) ason?x + Becostx — B®} (@?/%) tan®x + 1 cose 1 f ‘a sparetan (Ztan x 1 ja = are cot (5 tane ab b Sec. 3.10 Otros ejemplos del método de substitucién 293 1 ‘a ~—artanh (> tanz (39) f 2 ab \e ote — Beast 1 ja ~— n)x — cos (m+ n)x], sen mx cos nx = #{sen (m + n)x + sen (m— n)x], cos mx cos nx = Sfcos (m + n)x + cos (m — n)a]. Si sc hace ahora uso de las substituciones u = (m + n)x y u=(m—n)x respectivamente, se obtiene directamente el siguiente sistema de formulas: (60) n)z _ sen(m + n)z! | simaen, m+n evr ronneds = ul (« ~"eu2m2) Sein: 2 2m GI) — }fooste tnd cos(m =m) Saree 2.0 m+n m—n rum ot ne de = _ 4 (cos ame) sim=n: 2\ 2m (52) 1 fee +an)e + sen (m — n2| sim én, 2\ mtn m—n (eee 5 (eum + 2) 2\ 2m Si, en particular, se integra de ~-x a +7, se obtienen de estas formulas las relaciones sumamente importantes Sec. 3.11 Integracién por partes 295 +e (0 sim #n, sen mz sen nx dx = ls [7 sim=n, (53) f sen ma cos nz dx = 0, 4 0 sim#¥n, cos mz cos nz dz = - [7 siman. Estas son las relaciones de ortogonalidad de las funciones trigonométricas, las cuales se encontraran nucvamente en la seccién 8.4e. 3.11 Integracién por partes a, Formula general El segundo método ampliamente utilizado para tratar problemas de in- tegracién cxpresa en forma integral la regla para derivar un producto, (fg)’ = fg + fe’. La correspondiente férmula integral es (Ver. p. 210) Mx)a(x) = feacoreo dx t+ fre dx, o bien, (54) f(x)g(x) dx = f(x) g(x) — | g(x) f(x) dx. Utilizando la notacién diferencial de Leibnitz, esta expresién se convierte en (64a) \ fae = fe- feat Esta formula sera mencionada como la férmula de integracién por partes. Ella reduce el cdlculo de una integral al calcul de otra integral. Puesto que un integrando dado puede ser interpretado como un producto f(x) g(x) de muchas maneras diferentes, esta formula proporciona una herramienta efectiva para la transformacién de integrales. Escrita como formula de integracién definida, la formula para integra- cién por partes es > (54) | Hale (x) dx = f(x) ex) Loe a els)f(s) de = f(b)a(b) — f(a) g(a) — t a(x) f(x) dx. 296 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Esta se obtiene, ya sea directamente integrando la formula de la deriva- da de un producto entre los limites a y b, o bien formando la diferencia de la férmula (54) en los puntos 6 y a. Puede darse una interpretacién geométrica sencilla de la férmula (54b) : Supéngase que y = f(x) y z = g(x) son funciones monétonas y que f(a) = A, f(b) = B, g(a) = @, g(b) = B; puede entonces formarse Ja inversa de la primera funcién y substituir en la segunda ecuacién, obteniéndose asi z como funcién de y. Se supone que esta funcién es monétona creciente. Pues- to que dy = f’(x) dx y dz = g/(x) dx, la formula para integracién por partes puede ser escrita [Ver la regla de substitucién (18), p. 286] como ’ 2 { vac zdy = BB — Aa, 5 \, en concordancia con la relacién que se pone de manifiesto mediante la Fig. 3.27: 4rea NQLK + area PMLQ = area OMLK — érea OPQN. Figura 3.27. EI siguiente ejemplo puede servir como una primera ilustracién: \ log x dx = {toes Idx. El integrando se escribe de esta manera para indicar que se hace f(x) = logs y g'(x) = 1, de modo que se tiene f’(x) = I/x y g(x) = x. La formula de integracién da entonces (55) { log x dx = xlogx — (= de = xlogx — x. Sec. 3.11 Integracién por partes 297 Esta iltima expresién es, por lo tanto, la integral indefinida del logaritmo, como puede verificarse de inmediato derivando. b. Otros ejemplos de integracién por partes Con f(x) , g(x) = ef, se tiene f'(x) = 1, g(x) =e? y la integral es en- tonces (56) (sede ete— De modo andlogo se obtiene (57) {senxar —xcosx + senx y (58) [resede = xsenx + cosx. Para {(x) = log x, g"(x) = x%, se tiene la relacién want 1 (59) slog x dx = log x — : att ail Aqui debe suponerse a # —1. Para a = —1 se obtiene 1 dx jog x dx = (log x)? — \ tog x= * ¥ y pasando la integral del miembro derecho al izquierdo se tiene [Ver (22), p. 287] 1 (60) fbsexae = se x La integral farcsen x dx se calcula tomando f(x) = arcsenx, g'(x) ~ 1. Por tanto, xdx arcsenx dx = xaresenx — \~ vi- La integracién en el miembro derecho puede ser efectuada como en (29), p. 292; se encuentra asi (61) eeeteceetenee vi-* De la misma manera se encuentra la integral (62) {srcunede = earetans— Hoe +x), y muchas otras de un tipo similar. Los siguientes ejemplos son de una naturaleza algo diferente. Aqui la repeticién de la integracién por partes leva nuevamente a la integral original, para la cual se obtienc asi una ecuacién. 298 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Procediendo en esta forma se obtiene 1 a om sen bx dx = — 7 ets cos bx + > \ et# cos bx dx 1 = 5 et 008 bie + 02 sen bx — e*? sen bx dx; Resolviendo esta ecuacién para la integral fe% sen bx dx: 1 (64) {arse be dx = e%#(a sen bx — bcos bx). a+b De manera andloga se sigue que 1 (63) 8 cos bx dx == e%(a cos bx + b sen bx). a? + BF c. Férmula integral para {(b) + f(a) Como un iltimo ejemplo se deduce una {érmula notable que expresa la suma 1(8) + f(a) como una integral definida (en vez de la diferencia f(6) — f(a) dada por la férmula fundamental). La integracién por partes sera aplicada introduciendo 1 = g'(x), donde g(x) = —m_ con una constante m a nuestra disposicién. Se tiene entonces para las integrales indefinidas \ f(x) dx + {ro (x =m) de=f(2)(2—m), y para la integral entre a y b ® ° { f(x) dx + 5 I(x) (x ~ m) dx = f(b) (6 — m) — f(a)(a— m). Si con a y b arbitrarios se elige para m cl valor medio m = (a + b)/2 entre a y b, se obtiene, como el lector puede verificar facilmente, be » ° ~ 5 Ufa) + FO) = \ f(x) dx + § (x= m)f'(x) dx. d. Férmulas recursivas En muchos casos el integrando no sélo es funcién de la variable in- dependiente sino que depende también de un indice entero n. Al integrar por partes se obticne en ocasiones, en vez del valor de la integral, otra expresién similar en la cual el indice n posee un valor menor. Puede Ile- garse asi, después de cierto nimero de pasos, a una integral que puede ser tratada por medio de la tabla de integrales de la p. 284. Tal proceso es Hamado recursivo. Los siguientes ejemplos son ilustraciones: Mediante la repetida inte- gtacién por partes pueden’ calcularse las integrales trigonométricas Sec. 3.11 Integracién por partes 299 for aries | sen” x dx, feo" xcos* x dx, siempre que m y n sean enteros positivos. Pues utilizando f(x) = cos“! x, g(x) = sen x, se encuentra para la primera integral que \ cos" x dx = cos x senx + (n — 1) y cos? x sen? x dx; y el miembro derecho puede ser escrito en la forma cos x sen x + (n — 1) feos: xae = (n-1) foorxae Asi se ha obtenido una relacién recursiva: (65) {cor xdx= cost xsenx +7 - 1 \ cos? x dx. Esta férmula permite disminuir el indice en el integrando paso por paso hasta que finalmente se Ilega a la integral [eossae= sen ° \ac=s dependiendo de que n sea impar o par. De un modo andlogo se obtienen las formulas recursivas similares n-1 (66) {suns dx =~ sen 60x fsnttxds y sen™? x cos"? m+n (67) ( sen™ x cos" x dx = _— j sen™ x cos""* x dx. En particular, se calculan las integrales 2 1 [sted ng (2 sen xeans) 1 feos eae = 5 (x sen eos), como se ha hecho ya por el método de substitucién [Ecs. (42), (43), p- 293), Casi no es necesario mencionar que las integrales correspondientes para las funciones hiperbélicas pueden ser calculadas de exactamente cl mismo modo: 300 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 (68) \ senbe de = x + senh x cosh x), (69) footed = 5 (x + seni x cosh x). Otras formulas recursivas estén dadas por las siguientes transformaciones: (70) if (log x)™ dx = x(log x)™ — af (log x)™-1 dx, (my { srerae = amet — mV amreras (72) \ swan ede = —evcans t m [ am od, a) [ sreceede = rsene ml seen eds x41 (log x) ™ a+] — x@(log x) ™ dx — m \ x0(log x)"-1dx (a —1). a+l e. El producto infinito de Wallis para = La férmula recursiva para la integral f'sen" xdx con n > 1 conduce a una expresién fascinante para el ntimero 7 como “producto infinito”, En la formula 1 n-1 (sent eae = — sent x cos. + sen™? x dx i se insertan los limites 0 y 7/2, obteniéndose asi aa a-icw (75) \ sen" xdx = j sen“?xdx paran> |. ° Si repetidamente se aplica la férmula recursiva, se obtiene, distinguiendo entre los casos n = 2m y n = 2m + 1, las integrales (76) [ener eas = Shad ems... o we km m2 2H (76a) S sent nde = pen eS 34 sen x dx, Sec. 3.11 Integracién por partes 301 por lo que (77) [senate = 2 7 meg 2m Im-2_ 2 (77a) ‘: sent x dy = OT Por divisién resulta "em ed ma) Ta 22.44 66 2m 2m ae (8) 55 335 7 (@m — 1) (2m + 1) (Pee aa ° El cociente de las dos integrales en el micmbro derccho converge a I cuando m crece més alla de toda cota, como se deduce a partir de las si- guientes consideraciones. En el intervalo 0 1) de una expresin lineal ax + B (a0), 0 bien g(x) = (ax? + 2bx + c)*, una potencia de una expresién cuadritica definida.? Si g(x) = (ax + 8)", se introduce £ = ax + B como Una expresin cuadratica Q(x) = ax? + 2bx + ¢ se dice que es definida si para todos los valores reales de x toma valores que poseen uno y el mismo signo, esto es, sila ecuacién Q(x) = 0 no pose raices reales. Para esto es necesario y suficiente que el “discriminante” ac — 62 sea positivo. Esto surge, por supuesto, a partir de la {rmula explicita (—b + V'® — ac)/a para las raices, Equivalentemen- te, una expresién cuadratica definida es aquélla que no puede ser factorizada en dos factores lineales reales. 304 Las técnicas del cdleulo Cap. 3 una nueva variable. Entonces df/dx = a y x = (f — 8) /a es también una funcién lineal de ¢. Cada numerador f(x) se vuelve un polinomio $(é) del mismo grado, y, consecuentemente, f(x) — 1( (6) Varo (ee En el segundo caso se escribe “ ax + Ode tbe =e (ax + b)P+& (d= ac~ bd >0); Ale y como se ha supuesto que la expresién es cuadratica y definida, ac — b* debe ser positive y a 70. Introduciendo la nueva variable ax +b d & se obtiene una integral con denominador [(d?/a) (1 + 2)]", en el inte- grando. Por lo tanto, para integrar funciones racionales cuyos denominadores son potencias de una expresién lineal o de cxpresiones cuadraticas defi- nidas es suficiente con poder integrar los siguientes tipos de funciones: 1 ay xed Se veri, en efecto, que atin estos tipos no requieren ser tratados en general, pues se puede reducir la integracién de cada funcién racional a la inte- gracién de las formas muy especiales obtenidas de estas tres funciones tomando v = 0. De acuerdo con esto se consideraré ahora la integracién de las tres expresiones 1 x ap? CaaS b. Integracién de los tipos fundamentales La integracién del primer tipo de funcién, 1/x", conduce inmediatamente a la expresién log |x| sin = 1, y a la expresién —1/(n —1)x"-1 sin > 1, de modo que en ambos casos la integral es también una funcién elemental. Las funciones del tercer tipo pueden ser integradas rpidamente introduciendo la nueva variable ¢ = x? + 1, de lo cual se obtiene 2x dx = dg y Sec, 3.12 Integracién de funciones racionales 305 Finalmente, para calcular Ja integral dx 1,-\———: j (a + 1) donde n tiene cualquier valor entero mayor que uno, se hace uso del método recur- sivo: Si se pone 1 1 xt Gai” Geiet Gre’ de modo que dx dx de \a Sa Sas -\ ae puede transformarse cl miembro derecho mediante integracién por partes, utilizando la formula (54) de la p. 295 con F f(x) =, a'(x) "Ga Entonces, tal como se ha encontrado, 1 1 8) — GNP y, Consecuentemente, se obtiene hi dx dx a Veet Wn. +1) EI céleulo de Ja integral J, es reducido asi al de la integral J,.,. Sin —1>1, se aplica el mismo proceso a’ esta iiltima integral y se continéa hasta que finalmente se lega a la expresin dx = are tan x. w+) ) Se ve asi que la integral? I, puede ser expresada explicitamente en términos de funciones racionales y de la funcién arc tan x. Por otra parte, nétese que pudo haberse integrado la funcién 1/(x? + 1)" tam- bién en forma directa, utilizando la substitucién x = tant; se habria obtenido en- tonces dx = sec? td y 1/(1 + x2) = cos? t, de modo que \ wee Jenne + 1)" y se ha aprendido ya (Ec. (65), p. 299] cémo evaluar esta integral. 1 La integral de la funcién 1/(x? — 1)” puede ser calculada de la misma ma- nera; por el correspondiente método de recurrencia se reduce ésta a la integral dx = artanhx — (o bien arcoth x). 306 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 c. Fracciones parciales Se esté ahora en condiciones de integrar las funciones racionales ms gencrales. Se hace uso del hecho de que cualquiera de tales funcioncs puede ser representada como Ja suma de las asi lamadas fracciones par- ciales, esto es, como la suma de un polinomio y un niimero finito de funcio- nes racionales cada una de las cuales tiene, ya sea una potencia de una expresin lineal como denominador y una constante definida como nume- rador, o bien una potencia de una expresién cuadratica definida como denominador y una funcién lineal como numerador. Si el grado del nu- merador f(x) es menor que el del denominador g(x), el polinomio no aparece. Se sabe ya cémo integrar cada fraccién parcial. Pues, de acuerdo con lo visto en la p. 304, el denominador puede ser reducido a una de las formas especiales x" y (x7 + 1), y la fraccién es entonces una combina- cién de los tipos fundamentales integrados en la p. 304. No se dara la demostracién gencral de la posibilidad de esta resolucién en fracciones parciales. Simplemente se tratar4 de hacer inteligible para el lector el contenido del teorema y mostrar mediante ejemplos cémo la reso- Iucién en fraccion parciales puede ser Ievada a cabo en casos tipicos. En la practica se tratan solamente funciones comparativamente sencillas, pues de otra forma los cdlculos se tornan demasiado complicados. Como se sabe del Algebra elemental, todo polinoinio real g(x) puede ser escrito en Ja forma? a(x — a) (x - a(x) ses (x2 + Qbyx + 04) (x2 + Qbox + ce) Aqui los ntimeros distintos ay, :,... son las raices reales de la ecuacién g(x} =0, y los enteros positives 1,3, ... indican la multiplicidad de estas raices; los factores x? + 2byx + cy indican expresiones cuadriticas defini- das, de las cuales no hay dos iguales, con raices complejas conjugadas, y Jos enteros postitivos 71, 7:, ... dan la multiplicidad de estas raices. Se supone que el denominador esté dado en esta forma, o bien que ha sido Hevado a esta forma calculando las rafces reales ¢ imaginarias. Se supone ademas que el numerador f(x) es de menor grado que el denomi- nador (Ver p. 303). Entonces el teorema sobre resolucién en fracciones parciales puede establecerse como sigue: Para cada factor (x — a)', donde a es cualquiera de las raices reales de multiplicidad I, se puede determinar una expresiin de la forma + La demostracién real de este teorema, Hamado teorema fundamental del dl- gebra, no pertenece al algebra, Se la logra més facilmente por métodos que pertene- cen a la teoria de funciones de una variable compleja. See. 3.12 Integracién de funciones racionales 307 _ A xX—a@ (x—a)* y para cada factor cuadrdtico Q(x) = x? + 26x + c en el producto, que estd elevado a la potencia r, se puede determinar una expresién de la forma B+ Cx , Be + Cox Bet Gx cea de tal manera que la funcién f(x) /g(x) es la suma de todas estas expre- siones (Av, By, Cv, son constantes). En otras palabras, el cociente f(x) /g(x) puede ser representado como una suma de fracciones cada una de las cua- les pertenece a uno de los tipos integrados arriba.? En casos particulares la descomposicién en fracciones parciales puede efectuarse facilmente por inspeccién. $i, por ejemplo, g(x) = x? — 1, se ve de inmediato que de modo que Mis gencralmente, si g(x) = (x — a) (x — B), esto es, si g(x) es una ex- presién cuadratica no definida con dos ceros reales a y , se tiene 1 1 1 1 —B)’ (a= 8) (xa) (a=) ( Bosquejamos brevemente un método mediante el cual puede probarse la posi- bilidad de esta descomposicién en fracciones parciales sin usar la teorfa de funciones de variables complejas, suponiendo que g(x) puede factorizarse completamente cn factores lineales. Si g(x) = (x —a)#h(x) y h(a) #0, entonces el numerador en el lado derecho de Ja ecuacién f(x) Fla) 1 flx)h(a) — fla)h(x) a(x) hla)(x—a)¥ hla) (x ~ a) A(x) obviamente se anula para x = a; por consiguiente, es de la forma h(a) (x—a)™f:(x), donde fi(x) es también un polinomio, el entero mes > 1 y fila) #0. Escribiendo Ha)/h(a) = f, la anterior da _ fle) (x —a)* (x = @) h(x) Continuando este proceso, podemos hacer que disminuya paso a paso el grado de la potencia de (x — a) que aparece en el denomninador, hasta que finalmente no aparezca tal factor. Repetimos el proceso con la fraccién restante considerando algu- na otra raiz de g(x), y hacemos lo mismo tantas veces como factores distintos tenga g(x). Haciendo esto no sélo para las raices reales sino también para las complejas, y combinando fracciones complejas conjugadas, finalmente se Hegaré a la descom: posicién completa en fracciones parciales. 308 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 de modo que a (= a) (eB) d. Ejemplos de resolucién en fracciones parciales. El método de los coeficientes indeterminados Si g(x) = (x — ay) (x — az) “1 (x — am), donde a; Aan si ik, esto es, sila ecuacién g(x) = 0 posee solamente raices reales simples, y si f(x) es cualquier polinomio de grado 1. Se prosigue ahora con los problemas de integracién. *b. Integracién de R(cos x, sen x) Denétese por R(cos.x, senx) una expresién que es racional en las dos funciones sen x y cos. x, esto es, una expresién que se forma racionalmente con estas dos funciones y algunas constantes, tal como 3 sen? x + cos x 3 cos? x + sen x Sec. 3.13 Integracién de algunas otras clases de funciones 313 Figura 3.29 Representacién paramétrica de las funciones hiperbilicas. Si se aplica la substitucién ¢ = tan x/2, Ja integral § (cosa, sen x) de es transformada en la integral 1-8 2¢ 2 dt, fa( rte ee )ise y bajo el signo de integral sc tiene ahora una funcién racional de #. Asi se ha obtenido, en principio, la integral de nuestra expresién, puesto que puede efectuarse ahora la integracién por los métodos de Ja seccién an- terior. c. Integracién de R (cosh x, senh x) Del mismo modo, si R(cosh x, senh x) es una expresién racional en tér- minos de las funciones hiperbélicas cosh x y senh x, puede efectuarse su integracién por medio de la substitucién ¢ = tanh x/2. Recordando la Ec. (83), se tiene 314 Las técnicas del calculo Cap. 3 { Recos x,senh x) dx = fx (=: 2e ey (De acuerdo con un comentario anterior pudo haberse introducido también + =e? como una nueva variable y expresado cosh x y senh x en términos de z). La integracién queda nuevamente reducida a la de una funcién racional. *d. Integracién de R(x, V1 — La integral { R(x, VT — #) dx puede ser reducida a la del tipo trata- do en Ia seccién 3.13b utilizando Ja substitucién x=cosu, Yl—x#=senu, dx = —senudu. A partir de este paso la transformacién t = tan u/2 conduce a la integra- cién de una funcién racional. Obsérvese que pudo haberse efectuado la reduccién en un paso, en vez de dos, utilizando la substitucién esto es, pudo haberse introducido ¢ = tan u/2 directamente como la nueva variable y con ello obtenido un integrando racional. %e, Integracién de R(x, Vx — 1) La integral fR(x, Va" — 1) dx es transformada mediante la substitu- cién x = cosh w en una del tipo tratado en la seccién 3.13c. Aqui también pucde Hegarse a la meta directamente introduciendo *f, Integracién de R(x. Ve +1) La integral [R(x, (x2 + 1)) dx es reducida mediante la transforma- cién x = senh wa una del tipo considerado en la seccin 3.13¢ (pp. 313-314) y puede, por ello, ser integrada cn términos de funciones elementales. En vez de la reduccién posterior a la integral de una funcién racional por medio de la substitucién e* = 7, 0 de tanh u/2 = ¢, podria legarse a la integral de una funcién racional en un solo paso por cualquiera de las substituciones 2e AfoB dx Ix dé @ Sec. 3.13 Integracién de algunas otras clases de funciones 315 ¥g. Integracién de R(x, Vax? + 2bx La integral fR(x, Vax? + 2bx +c) dx de una expresién que es ra- cional en términos de x y de la raiz cuadrada de un polinomio arbitrario de segundo grado en x puede ser reducida inmediatamente a uno de los tipos tratados. Se escribe (Ver p. 304) axt + bs te = 4 (ax + 6)? + a @ Si ac — b? > 0, se introduce una nueva variable £ por medio de la transformacién = (ax + b) /\Vae — 6%, despucs de lo cual el radical ad- quiere Ia forma Vac — b°)(E + 1)/a. Por lo tanto, la integral cuando est4 expresada cn términos de € es del tipo de la seccién 3.13f. La cons- tante a debe ser aqui positiva de modo que Ia raiz cuadrada pueda tener valores reale: Si ac — b* = 0 y a>0, entonces por medio de la formula se ve que cl integrando era racional desde un principio. Si, finalmente, ac -- b? <0, se hace £ = (ax + b)//b — ac y se ob- tiene para el radical la expresién (ac (f= 1) /a. Si a es positiva, Ja integral es asi reducida al tipo de la seccién 3.13e; si, por otra parte, a es negativa cl radical se escribe en la forma a), V (BF = ac) (1 — &)/( y se ve que la integral es asi reducida al tipo de la seccién 3.13d. *h. Otros ejemplos de reduccién a integrales de funciones racionales De otros tipos de funciones que pueden ser integradas mediante reduc- cién a funciones racionales, seran mencionados solamente dos: 1) expre- siones racionales que involucran dos raices cuadradas diferentes de expresio- nes lineales, R(x, Vax + b, Vax +B); 2) expresiones de la forma R(x, W(ax ¥ b)/(ax ¥ B)), donde a, b, a, 8 son constantes. En las del primer tipo se introduce la nueva variable £ = \/ax + B, de modo que ax + 8 = &, y, consccuentemente, 316 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 entonces face Vax +b, Vax + B) dx e-68 7 = {af TF Je (a8 — bone | Ea, que es del tipo discutido en la seccién 3.13g. Si en las del segundo tipo se introduce la nueva variable é xb Nate se tiene _ arto ph tb de aB-ba ,, Sate «poe? lesa e inmediatamente se llega a la formula que es la integral de una funcién racional. i. Comentarios sobre los ejemplos Las discusiones anteriores son principalmente de interés tedrico. En ex- presiones complicadas los cdlculos reales podrian ser demasiado intrincados. Es, por lo tanto, conveniente aprovechar cuando sea posible la forma espe- cial del integrando para simplificar el trabajo. Por ejemplo, para integrar 1/(a? sen? x + B® cos? x) es mejor utilizar Ja substitucién ¢ = tan x en vez de la dada en las pp. 313-314; pues sen* x y cos? x pueden ser expresados ra- cionalmente en términos de tan x, y es entonces innecesario retroceder a t = tan x/2. Lo mismo es cierto para toda expresién formada racionalmente a partir de* sen? x, cos?x y sen x cos x. Ademés, para el cdlculo de muchas integrales es preferible una forma trigonométrica a una racional, siempre que la forma trigonométrica pueda ser evaluada por algin método sencillo de recurrencia. Por ejemplo, aunque el integrando en fx"(/1 — x)" dx puede ser reducido a una forma racional, es mejor escribir x = sen u y Ile- varla a la forma fsen"ucos™* udu, puesto que ésta puede ser tratada facilmente por el método de recurrencia de la p. 299 (o bien, utilizando los teoremas de adicién para reducir las potencias del seno y coseno a senos y cosenos de dngulos miltiples). 1 Pues senx cosx = tanx cos?x puede, por supuesto, ser expresado racional- mente en términos de tan x. Sec. 3.14 Integrales de funciones elementales 317 Para la evaluacién de la integral dx ———* ____ (a 44>0), \ractrme TOY en vez de recurrir a la teoria general se escribe A=Vave a +R ene, La integral toma entonces la forma 1 dx ‘Ad sen (x + 0)" € introduciendo la nueva variable x + @ se encuentra [(efr. Ee. (40), p. 293)] que el valor de la integral es log A x+e tan | Parte C Otros pasos en la teoria del cdlculo integral 3.14 Integrales de funciones elementales a, Definicién de funciones por medio de integrales. Integrales y funciones clipticas Con los ejemplos que se han dado de los tipos de funciones que pueden ser integradas mediante la reduccién a funciones racionales se ha terminado practicamente la lista de funciones que son integrables en términos de fun- ciones clementalcs. Intentos de expresar integrales indefinidas tales como (para n > 2) dx Vay Faye FoF ay fve A ayx + 05° + nx" dx, o bien ef —dx x en términos de funciones elementales han fallado. En el siglo xxx finalmen- te se probé que es realmente imposible llevar a cabo estas integraciones en términos de funciones elementales. Si el objeto del calculo integral fucra integrar funciones explicitamente, se habria legado a un alto definitivo. Sin embargo, tal restringido objetivo no posee ninguna justificaci6n intrinseca; es de una naturaleza artificial. 318 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Se sabe que la integral de toda funcién continua existe como un limite y cs ella misma una funcién continua del limite superior, bien sea que Ja in- tegral pueda ser integrada en términos de funciones elementales 0 no. Los rasgos distintivos de las funciones elementales estan basados en el hecho de que sus propiedades son facilmente reconocidas, que su aplicacién a proble- mas numéricos es facilitada mediante tablas convenientes, o bien que pueden ser calculadas con un grado tan grande de precisién como se desce. Siempre que la integral de una funcién no pueda ser expresada por me- dio de funciones con las cuales ya se tenga familiaridad, no existe objecin para introducir esta integral como una nueva funcién “supcrior”, Jo que no es otra cosa que darle a la integral un nombre. El que la introduccién de tal nueva funcién sea conveniente depende de Jas propiedades que posee, la frecuencia con la que aparece y la facilidad con la cual puede ser mani- pulada en la teoria y en la practica. En este sentido cl proceso de integra- cién es un principio general para la gencracién de nuevas funciones. Cierta familiaridad con este principio se ha obtenido ya al tratar con las funciones clementales. Asi, se tuvo necesidad de introducir (p. 167) la integral de 1/x como una nueva funcién, la cual se denominé logaritmo y cuyas propiedades pudieron facilmente ser deducidas. Las funciones trigo- nométricas pudicron haberse introducido del mismo modo, haciendo uso solamente de las funciones racionales, el proceso de integracién y la ope- racién de inversién. Con este objeto, se requiere tomar solamente una u = dt are tan x —— otra de las ecuaciones arc sen x vi como la definicién de la funcién arc tan x, 0 bien arc sen x, respectivamente, y obtener entonces por inversién las funciones trigonométricas. Mediante este proceso la definicién de estas funciones esta divorciada de la intuicién geométrica (en particular, de la nocién intuitiva de “Angulo”), pero queda entonces la tarea de desarrollar estas propiedades independientemente de la geometria.? (Posteriormente, en la seccién 3.16 se dara otra discusién puramente analitica de las funciones trigonométricas.) *Integrales elipticas EI primer ejemplo importante que rebasa los limites del conjunto de las funciones elementales est dado por las integrales elipticas. Estas son 1 No continuaremos aqui con el desarrollo de estas ideas. El paso esencial es el de probar los teoremas de adicién para las funciones inversas, esto es, para el seno y para la tangente. Sec. 3.14 Integrales de funciones elementales 319 integrales en las que el integrando depende racionalmente de Ja raiz cua- drada de un polinomio de tercer o cuarto grado. Entre estas integrales, Ia funcién ha Ilegado a ser particularmente importante. Su funcién inversa s(u) tam- bién desempefia un papel importante. Esta funcién s(w) ha sido examinada detenidamente y tabulada, como se hizo con las funciones clementales.* Es el prototipo de las Hamadas funciones elipticas, que ticnen un lugar principalisimo en la teoria de funciones de variable compleja y aparecen en muchas aplicaciones fisicas (por ejemplo, en conexién con el movimiento de un péndulo simple; ver p. 429). El nombre “integral cliptica” surge del hecho de que tales integrales aparecen en el problema de determinar la longitud de arco de una elipse (Ver capitulo 4, pp. 395-396). Debe hacerse notar adems que integrales que a primera vista tienen una apa- riencia diferente resultan ser integrales clipticas después de una substitucién sen- cilla. Como un ejemplo, la integral § dx Vos a — cose ¢s transformada por medio de la substitucién u = cos x/2 en la integral -w7\ y la integral \ se convierte por medio de la substitucién u = sen x en y, finalmente, la integral dx VI Been? x €s transformada por medio de la substitucién u = sen x en 7 J 2 Para el valor especial k = 0 se obtione u(s) — arcsenx y s(u) = senw res pectivamente, 2” La funcidn s(u), una de las llamadas funciones elipticas jacobianas, es deno- tada usualmente por el simbolo snu para indicar que es una generalizacién de la funcién scno ordinaria. 320 Las técnicas del cdlculo Cap. b. Sobre la derivacién y Ja integracién Debe agregarse otro comentario sobre la relacién entre derivacién e in- tegracién. La derivacién puede ser considerada como un proceso mis ele- mental que la integracién, puesto que ella no conduce fuera del dominio de las funciones “conocidas”. Por otra parte, debe recordarse que la deri- vabilidad de una funcién continua, arbitraria, no es de ninguna manera una conclusién predeterminada sino una hipétesis estipulada. En efecto, como se ha visto, existen funciones continuas que no son derivables en ciertos puntos aislados; en tanto que desde los tiempos de Weierstrass han sido construidos muchos ejemplos de funciones continuas que no poseen derivada en ninguna parte.’ En contraste, aun cuando la integracién en términos de funciones clementales no es posible en general, es cierto, al menos, que la integral de una funcién continua existe. Tomadas cn conjunto, la integracién y la derivacién no pueden ser comparadas entre si sencillamente como operaciones mds elementales o menos elementales una respecto a la otra; desde algunos puntos de vista, la primera pucde ser considerada como mas elemental; desde otros puntos de vista, la segunda. En cuanto a lo que concierne al concepto de integral, no se utilizaré en la siguiente seccién la hipétesis de que el integrando es continuo en todas partes; y se verd que la integral puede ser extendida a una amplia clase de funciones que posee discontinuidades. 3.15 Extensién del concepto de integral a. Introduccién, Definicién de integrales “impropias” . En el capitulo 2 (p. 150) se detnil f(x)dx formando las “sumas de Riemann”, * = 3h) ax basadas en la subdivisién del intervalo [a, 6] en n subintervalos de longitu- des Ax; y en una cleccién de puntos intermedios £; de esos subintervalos. Si las sucesiones F, ticnden al mismo limite, F*, para cualquier sucesién de subdivisiones y puntos intcrmedios, cuando el valor Ax; maximo tiende a cero, se define f {(x) dx como el limite F?. Se mostré que este limite existe 1 Comparese con Titchmarsh, The Theory of Functions, Oxford, 1932, Seccio- nes L121 a 11.23, pp. 350-354. Sec. 3.15 Extensién del concepto de integral 321 cuando f(x) es continua en [a,b]. Sin embargo, a menudo se presenta la necesidad de definir una integral cuando f(x) no est4 definida 0 no es continua en todos los puntos del intervalo cerrado J, o bien cuando el inter- valo de integracin se extiende a infinito. Seria deseable, por ejemplo, adjudicar un significado apropiado a expresiones tales como {3 ts {sent as, ox {r- -* dx, ‘ as, etc. 7 1 En primer lugar, se extiende el concepto de integral a funciones que son continuas en el intervalo abierto (a,b) pero que no estén necesaria- mente definidas o son continuas’en los puntos extremos a, b. Para ntimeros cualesquiera a, B, con a parseuar, | {(x) dx siempre existe cuando f es continua excepto en un f(x) Figura 3.30 La integral de una funcién con discontinuidades. Sec. 3.15 Extensién del concepto de integral 323 numero finito de discontinuidades de salto. Por todo lo anterior, la conver- gencia de una integral impropia de una funcién sobre un intervalo finito requiere atencién solamente cuando f se torna infinita. Notese que la interpretacién geométrica de la integral como el drea bajo la curva es la misma que para una f continua (Fig. 3.30). b. Funciones con discontinuidades infinitas 1 \; dx jo , donde « es un mimero positive. El integrando 1/x" se toma infinito para x0. Por lo tanto, se debe definir J tomando la integral J, desde el limite positivo ¢ hasta el limite 1, y, finalmente, hacer que e tienda a cero, De acuerdo con las reglas elemen- tales de integracién se obtiene, suponiendo «# 1, no('S ! a-ée ex la Se comenzar4 con la integral Se observan de inmediato las siguientes posibilidades: 1) @ es mayor que 1; en- tonces, para e~>0 el miembro derecho tiende a infinito. 2) @ es menor que 1; entonces el miembro derecho tiende al limite 1/(1 — @). En el segundo caso, por ddx Jo tanto, solamente se tiene que tomar este valor limite como la integral J =\ En ee el primer casosse dice que la integral desde 0 hasta 1 no existe, o bien, qué diverge. 3) En el tercer caso, en el que « = 1, la integral es igual a —loge y, por lo tanto, para e—>0 no tiende a un limite sino que tiende a infinito; esto es, la integral Vide j = = J no existe, o sea, es divergente. * ° Otro ejemplo de un integrando con una discontinuidad infinita esta dado por Hx) =1/V1—a%, Se encuentra ne dx = are sen (1 ~ ¢). VS Para 2-0 el miembro derecho converge al limite x/2; éste es, entonces, el valor de Ja integral: e (' 4 2°), vi-# aun cuando el integrando se torna infinito en el punto x = c. Interpretacién de la integral como un drea Las integrales impropias pueden ser interpretadas como Areas de regiones que se extionden al infinito definidas a partir de regiones acotadas, por medio del paso al limite. Por ejemplo, los resultados anteriores para la funcién 1/x" establecen que el area acotada por el eje x, la recta x = 1, la recta x =e y la curva y = 1/s* 324 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 oO Figura 3.31 Para ilustrar la convergencia o la divergencia de integrales impropias. tiende a un limite finito cuando e—>0, siempre que a <1, y que tiende a infinito sia > 1. Este hecho puede ser expresado como sigue: El area entre el eje x, el eje y, la curva y = 1/s* y Ia recta x= 1 es finita o infinita segin que a<1 0 @2>1. La intuicién no puede dar, por supuesto, una informacién segura sobre la fi- nitud o la infinitud del rea de una regién que sc extiende al infinito. La figura 3.31 ilustra el hecho de que para a <1 el area bajo la curva permanece finita, en tanto que para a > 1 es infinita; un hecho que, ciertamente, no es sugeride por Ja intui- cién geométrica. d, Criterios para determinar la convergencia Para probar la convergencia de la integral de una funcién f(x) con una dis continuidad infinita en el punto x = 6, puede hacerse uso a menudo del siguiente criterio. Sea la funcién f(x) continua en el intervalo a lim f(x) = 0. Entonces, la integral { f(x) dx converge si existe un niimero posi- ab a tivo 4 menor que uno y un némero Tijo M, independientes es x, tal que en todas en otras palabras, sien el punto x = 6 la funcidn f(x) se ue infi menor que el primero: f(x) = O[1/(b — x)*] para algin » <1. Por otra parte, la integral diverge si existen un namero y > 1 y un niimero fijo N tales que en todas par- tes del intervalo a < x < b se cumple la desigualdad f(x) > N/(b — x)”; en otras pa- labras, sien el punto x = b la funcién positiva f(x) se torna infinita de primer orden al menos. La demostracién surge casi de inmediato por comparacién con el caso muy sen- cillo que se acaba de discutir. Para probar la primera parte del teorema se observa que para 0 00, la integral de f(x) sobre el intervalo infinito x >a se define como lim f: f(x) dx “f f(x) dx. aveda Ja Otra vez, tal integral se denomina convergente. 326 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Ejemplos. Ejemplos sencillos de las diversas posibilidades estén dados aqui tam- bién por las funciones f(x) = 1/x": Aqui se ve, una vez més, que si se excluye el caso a = 1, la integral extendida al infinito existe para el caso a > 1, y, en efecto, Cuando @ <1 la integral ya no existe. Para el caso a = 1, claramente la integral de nuevo deja de existir puesto que log x tiende a infinito cuando x tlende a infinito. Por ello se ve que, en lo que respecta a Ja integracién sobre un intervalo infinito, las funciones 1/x* no se comportan del mismo modo que para la integracién hasta el origen. Esta afirmacién se hace también plausible mediante una ojeada a la Fig. 3.31. Pues, obviamente, mientras mds grande sea a las curvas se acercaran mds répidamen- te al eje x para x—> 00; y asi es plausible que el area considerada tienda a un limite definido para valores suficientemente grandes de a. EI siguiente criterio para la existencia de una integral con un Iimite infinito es a menudo til, (Se supone nuevamente que para valores suficientemente grandes de x, digamos, para x > a, el integrando es continuo.) Criterio de convergencia La inca! | f(x) de converge si la funcién f(x) se anula en el infinito con un orden superior al primero; esto es, si existe un ntimero » > 1 tal que para todos los valores de x suficientemente grandes se cumple la relacién |f(x)| < M/x*, donde M es un nimero fijo independiente de x. En simbolos: {(x) = 0 ( 4) Por otra $ parte, la integral diverge si la funcién permanece positiva y se anula en el infinito con un orden no superior al primero, esto es, si existe un niimero fijo N > 0 tal que af(x) >. La demostracién de estos criterios es exactamente paralela al argumento anterior y puede dejarse al lector. 1 dx (a> 0). El integrando se Un ejemplo muy sencillo es la integral j anula en el infinito como infinitésimo de segundo orden. Se ve de inmediato que A dx 1 1 ir dx = ——-—, y, por ende, la integral converge, oun es avahP Otro ejemplo igualmente simple es - 1 © dx = lim (are tan A — arctan0) = \. cme ea ee 3 Entonces, evidentemente también se tiene On dz, wo DF Sec. 3.15 Extensién del concepto de integral 327 puesto que el integrando es una funcién par. Es curioso que el area entre la curva y= I/( +2) y el eje x (ver Fig. 3.8, p. 238), que se extiende al infinito, resulte ser la misma que la del circulo de radio uno. f. La funcién gamma Otro ejemplo de particular importancia en el andlisis es el de Ja Hamada funcién gamma: 1(n) = { etxtdx — (n >0). 0 Partiendo el intervalo de integracién en dos partes, una desde x = 0 hasta x= Ly otra desde x = 1 hasta x = 0, se ve que Ia integral sobre la pri- mera parte converge, puesto que 0 < e#x"* < 1/x# con p=1—n< 1. Para la integral sobre Ja segunda, la parte infinita, el criterio de convergen- cia también se satisface; por ejemplo, para v = 2 se tiene lim xte#x*2 = puesto que la funcién exponencial e** tiende a cero con un orden superior al de cualquier potencia 1/2" (m > 0) (ver p. 274). Esta funcién gamma, que se considera como una funcién del ntimero n (no necesariamente un entero), satisface una relacién notable que se obtiene mediante integracion por partes como sigue. Primero se tiene (con f(x) = x", g(x) =e) {ew Sdx = —e*x™? + (n— 1) ferme Si se toma esta relacién integral entre 0 y A y entonces se deja crecer A mds alld de toda cota, se obtiene inmediatamente 1(n) = (n—1) \, etx? de o (n—1)P(n—1) para n>1; y de esta {érmula de recurrencia, siempre que 4 sea un entero yO —4, u, dx = (1/2Vu) du. como se ve mediante la substitucién x? g- La integral de Dirichlet En muchas aplicaciones se encuentran integrales cuya convergencia no surge directamente a partir de nuestro criterio. Un ejemplo importante es proporcionado por la integral * senx fo \ a oF investigada por Dirichlet. $i el limite superior no es infinito sino finito, la integral es convergente puesto que la funcién (sen x)/x es continua para todo x finito (para senx x = 0, esté dada por lim=—~ — 1 con x->0). La convergencia de la integral I se debe al cambio periédico del signo del integrando, lo que hace que las contribu- ciones a la integral debidas a los intervalos vecinos de longitud 7 casi se cancelen unas con otras (Fig. 3.32). Asi, la suma del nimero infinito de dreas entre el eje x x Figura 3.32. Gréfica de y= ~~, ¥ Sec. 3.15 Extensién del concepto de integral 329 senx . , 5 F converge, si se cuentan las dreas por encima del eje x como y la curva y= positivas y por debajo del eje x como negativas. (Por otra parte, la suma de los valores numéricos de todas las Areas, esto es, la integral = |sen x| —ds o * como puede fécilmente mostrarse, diverge.) El cardcter alternante de la funcién sen x es causa del hecho de que su integral indefinida fvnxee = 1 —cosx esté acotada para todo x. Se hace uso de esto al calcular el valor de la expresin. B senx 7 1 d(1 —cosx) dx = ~ ds A Jax dx La integracién por partes muestra que 1—cosB 1—cosA a tan pe, Por lo tanto, oe ae \ ae tint =f NE te, x ‘470 x? poe donde la integral en el miembro derecho es claramente convergente. En otras pala- bras, la integral I existe. En la seccién 8.4¢ se establecerd, ademas, el hecho notable de que I posee el valor 7/2. h. Substitucién. Integrales de Fresnel Evidentemente, todas las reglas para la substitucién de nuevas variables, etcétera, permanecen validas para integrales impropias convergentes. A me- nudo tales transformaciones pueden conducir a expresiones diferentes més manejables para la integral. Como un ejemplo, para calcular { ae" ds A se introduce la nueva variable u= 4? y se obtiene ne Ds 1¢* 1 xe@dx=s\ e“du= lim =(1—e4) ==. \ 2 \; ave 2 Otro ejemplo en Ia investigacién de integrales impropias esti dado por las integrales de Fresnel, que aparecen en la teoria de difraccién de Ia luz: 330 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Fi \. sen(s*) dx, Fe [cose dx. La substituci6n «' u conduce a rR ie seni ae 1(* cos u == as) Side o Vu 23g Vu Integrando por partes se encuentra 2 1—cosB _1~—cosA VB vA Si A y B tienden a cero ¢ infinito respectivamente, se ve, mediante el mis- mo argumento que para la integral de Dirichlet, que la integral F, converge. La convergencia de Ia integral F, se prucba exactamente de la misma ma- nera. Estas integrales de Fresnel muestran que una integral impropia puede existir atin si el integrando no ticnde a cero cuando x—> o. En efecto, una integral impropia puede existir atin cuando el integrando no esté aco- tado, como se muestra mediante el ejemplo ‘ Qu cos (ut) du ° Wrz, n =0,1,2. =t2Wnz, de modo que no es acotado. Me- x, sin embargo, la integral se reduce a i cos (x*) dx, la cual, justamente, se ha visto que es convergente. Por medio de una substitucién una integral impropia puede ser a me- nudo transformada en una integral propia. Por ejemplo, la transformacién x = sen wu conduce a 1 \ Por otra parte, integrales de funciones continuas pueden ser transformadas en integrales impropias. Esto sucede si la transformacién u = (x) es tal que en un extremo del intervalo de integracién la derivada $"(x) se anula, de modo que dx/du es infinita. Cuando ut = nz, esto es, cuando u . , el integrando se convierte en 2\/nr cos nz diante Ia substitucién u? Sec. 3.16 Ecuaciones diferenciales de las funciones... 331 3.16 Las ecuaciones diferenciales de las funciones trigonométricas a. Comentarios introductorios sobre las ecuaciones diferenciales La integracién es simplemente un primer paso en un campo mucho mis extenso: En vez de invertir la derivacién mediante la integracién, esto es, resolver la ecuacién yf = f(x) con una f(x) dada, para tener y = F(x), puede desearse encontrar funciones y = F(x) que satisfagan relaciones mas generales entre y y las derivadas de y. Tales “ecuaciones diferenciales” apa- recen en todas partes en las aplicaciones, asi como en contextos estricta- mente tedricos. Sobre estas ecuaciones se hacen estudios penctrantes que van mucho mas alla del alcance de este libro. Se volvera sobre algunos aspectos elementales de la teoria de las ecuacioncs diferenciales posteriormente, en éste y en el siguiente volumen. Por ahora la discusién se restringird a ejem- plos bastante sencillos pero significativos, Se discutirén las ecuaciones dife- renciales de las funciones sen x y cos x, las que han sido mencionadas ya en la p. 192. Aunque en la trigonometria elemental estas funciones y sus propiedades fucron tomadas desde el punto de vista geométrico, se descarta ahora la confianza en la intuicién geométrica y se expresan las funciones trigonomé- tricas en una forma sencilla sobre una base precisa, analitica, de acuerdo con la tendencia general del desarrollo mencionado anteriormente. b. Sen x y cos x definidos mediante una ecuacién diferencial y condiciones iniciales Se considera la ecuacién diferencial uw’? +u=0 con el deseo de caracterizar soluciones u(x) que serin identificadas con las funciones seno y coseno. Cualquier funcién u = F(x) que satisface la ecuacién, *ste es, para la cual F’(x) + F(x) = 0, se denomina una solu- cién? Salta a la vista que, junto con una solucién u = F(x), la funcién w F(x +h), para una constante arbitraria h, es también una solucién, como se verifica de inmediato derivando F(x -+ h) dos veces con respecto a x. Andlogamente, se ve de inmediato que, conjuntamente con F(x), la deri- vada F’(x) =u es también una solucién; como también lo es, claro est, cF(x), con el factor constante c. Ademés, junto con F,(x) y Fa(x), cual- quier combinacién lineal cF,(x) + ceF2(x) = F(x), con constantes cy y Gz, €s una solucién. Por supuesto, siempre se entiende qe las funciones consideradas son deriva- bles un niimero suficiente de veces. 332 Las técnicas del cdlculo Cap. 3 Para destacar de la multitud de soluciones de una ecuacién diferencial una especifica se imponen “condiciones iniciales” estipulando que para x = 0 los valores de u = F(0) y u’ = F’(0) estén prefijados como a y b respec tivamente. Se establece primero el siguiente teorema: La solucién estd determinada de manera tinica por estos valores ini- ciales. Para la demostracién, se comienza con un comentario general valido para cualquier solucién u. Multiplicando Ja ecuacién diferencial por 2u’ se encuentra, debido a que 2u’u! = (u!?)’ y 2u’'u = (u?)’, la ecuacién 0 = Qu’u’ + Qua = [(u’)? + wY, la cual puede ser integrada de inmediato e implica wt tw =6, donde c es una constante, esto es, no depende de x. Por lo tanto, ¢ debe poscer el mismo valor que el miembro izquicrdo para x = 0. Asi se tiene que para cualquier solucién u es u'2(0) + u2(0) = Ahora supéngase que se tienen dos soluciones ui y uz con las mismas con- diciones iniciales: Entonces la diferencia z= u, ~ uz es una solucién con 2(0) = z(0) =0. Por lo tanto, se tiene ¢ = 0 y para todo x: x? +27 =0. Esto significa que z = 0 y 7 = 0, lo que demuestra el aserto. Se definen ahora las funciones senx y cosx como aquellas soluciones de la ecuacién diferencial w(x) + u(x) = 0 para las cuales las condicio- nes iniciales son, respectivamente, para u = sen x, u(0) =a w(0) =b 1, y para u = cos x, u(0) =a= w(0) =b=0. Se toma por cierto aqui que tales soluciones existen y son arbitrariamente derivables cuantas veces se quicra; mientras que la demostracin de esto se dard posteriormente en un contexto mds general (ver seccién 9.2).* La (nica solucién u de u” + u = 0 para la cual es u =a, u’ = b para x =0 es entonces la funcién u = @ cos x +6 sen.x. Esto prueba que toda solucién de la ecuacién diferencial es una combinacién lineal de cosx y senx. Se obtienen ahora las propiedades bdsicas de las funciones trigonométri- cas a partir de Ja ecuacién diferencial u” + u = 0 aplicada, por ejemplo, 1 Obsérvese que estos hechos pueden inferirse inmediatamente a partir de la ecuacién u’? + u2 = 1, la cual es valida para sen x, asi como también para cos x, y, a partir de su forma equivalente dx/du = 1/V1 — 4%, las funciones inversas de sen x y cos x son obtenidas inmediatamente por integracién. Sec. 3.16 Ecuaciones diferenciales de las funciones... 333 a la funcién u = sen x. Obviamente, si u es una solucién, v = w’ también lo es: v” + v = 0. Debido a que uw? + u =v’ + u=0, se tiene (0) = —u(0) = 0, mientras que v(0) = w/(0) = 1. Por Io tanto, Andlogamente se deduce (d/dx) cos x = —sen x. EI teorema central de la trigonometria es el teorema de adicién: cos (x + y) = cos x cosy — sen x sen y, Se sigue de inmediato, a partir del presente enfoque, que: en primer lugar, la funcién cos (x + y), como una funcién de x, manteniendo por el mo- mento a y constante, es una solucién u(x) de la ecuacién diferencial w’ + u = 0, que satisface para x = 0 las condiciones iniciales u(0) = cosy = @ y w(0) = ~seny =; en segundo lugar, la solucién —que, de acuerdo con el teorema anterior, es la tinica— para la cual u(0) =a y u"(0) = 6, es precisamente a cos x + b sen x, como se verifica de inmediato. Por lo tan- to, se tiene de inmediato para nuestra solucién cos (x + y) la expresién cos (x ++ y) = cos x cosy — sen x sen y, como se queria probar. Los comentarios en esta seccién podrian ser suficientes para indicar cé6mo las funciones trigonométricas pueden ser introducidas de una manera ente- ramente analitica sin referencia alguna a la geometria. Sin entrar en mds detalles, se menciona lo siguiente. El nimero 47 podria ser definido ahora como el menor valor positivo de x para el cual cos x = 0, La periodicidad de las funciones trigonométricas surge asimismo facil- mente a partir del enfoque analitico. Se volveré a la construccién analitica de las funciones trigonométricas mediante las series infinitas de potencias (ver seccién 5.56). PROBLEMAS SECGION 3.1, pagina 223 1, Sea P(x) = ay + a,x + ayn? + ++ + age (a) Calcular el polinomio F(x) a partir de la ecuacién F(x) — F(x) = P(x). *(b) Calcular F(x) a partir de la ecuacién CgF (x) + OF’ (x) + egF"(x) = P(x). 2. Encontrar el limite, para n—> 00, del valor absoluto de la n-ésima derivada de 1/z en el punto x = 2.

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