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Carituco WITT SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO. LA ARGENTINA COMO ESTADO A) INTRODUCCION § 234. Nosesnes orrcuazes. - La Constitucién define @ nues- ro pais come “Nacion” (p.e).. ans. 1°, 4", 9°, 13, 14, ete). *Repé- blica” (arts, 3° y 10). y mds precisomeate, “Estado” (arts. 14 bis, 37.75, ines. 2° y 12. ¥ 126) El nombre constitucionel del Estado argentine ha variado. La Constitucidn de 1853, en su texto original, tenia como expre- sidn prevaleciente la de “Confederacion Argentina’, tiealo ineo- recto, ya que cl Estado reguiado por esa Constituciéa era una fe- deracién y no una confederactsn. La reforma constitucional de 1860 introdujo el actual art. 35, En concreto, segdn ese articulo los nombres “oficiales” del Esta- do argentino son: a) Provincias Unidas det Rto de la Plaia, b) Be- piblica Argentina: c) Confederecién Argentina, yf) Nacién Ar peneina § 335. Dreceno consueruorwanio. - Les nombres “Provinces Unidas del Rio ue la Plata” y “Confederacién. Argentina” han cai- do en desuso, pudiéndoselos considerar derogudos. ‘A su vez, ef derecho consuetudinanie emplea 2 menudo, efi- cialmeate, el titulo de Estado argentino (p.cj.. art. 1° del Acuerds entre fa Santa Sede y la Repiblica Argentina, de 1965), 0 simple- 158 ES TATUTO BEL. PODER EEL DERECHO CONETTLCIONAL ARGENTING gat priori). con lo yue habria que interpretur ta Consituctén or gentina de acuerdo con la visicn propia del Estado social de de- reche. 3.275. Bpicacta ae 1a Constirucion, Carecorizacion FoR Mats TkamOs of ericacta kestmaGios, - En la toctrira argentina tradicional existen dos tipas de cl4usulas constitucionales, en cuamto a su ejecucitn: de eficacia resiringida y de eficacia ptena. Esta clasificacién es de ipo formol (es decir que en cl émbite de la realidad constitwcional fa respuesta puede ser distinta) Las partes de eficucia restringica serian aquellas cuya efecti- vizacién dependerta discrecioralmemte de 12 voluntud de los opera ores de 1a Constituciéa (en particular, legistadores y presidente) 3 decir, que éstcs las cumplan eo el tiempo y det modo que libre- mente adopten. Tales serian las frases del Predmburlo y las “nor- mas programéticas” Les sectores de eficacia (format) plena serfan las demas cléu- sulas de ta Constitucisa Actualmente s¢ tiende 2 olorgar eficacia plemu a pricticamen- te todos los sectores de la Constitucion $276, Vator suntoice pet. Prsamaeea. ~ Aigin sector de la doctrina ha sestenido que el Fredmbuto no integra la Consutucasn y carte de contenido normative (Bielss), Sin embargo. €] Prembulo cumple jaridicamente ies sigmen. ves papeles. a) Ivzeans es Consrrrecioy, Puesto que estd insertads en alla por el constituyente, como su prologa o introduccion. b) Savevons 44 Consrsvcide. Puss, en su parte “erdenames, decretamos y establecemos esia Constitucidn” wir, que la sanctona ©) Anorn ux, nucreivn et rover. En segundo término. al invocar 4 Dios (fuente de toda raz6n y justicia’), el Presimbulo sume uaa postura fefsra, reconoce Ja fuente divina de la autoridad huniana e impone limites a esta (la lev divina y a ley aatucat devi- vada de uguella). FURIOIeS DEL MERECHO CONSTITUCTOWAL ARGENTINO 159 @) Ranirica sos actos mreemarestes. Asi lo indica. de modo expres, el Predmbulo, yu gue Ja Constitucion se dcta “en cumpli- Iieota de pactos preexisientes”. Esto significa que el pover cons. tituyente argentino esté conticionado por viertes ceavenios ¥ trath- dos previgs a la Constiueisn 8) Fareneanza ta Comsrsrecion, Ene} sentido de que sus cliu- sulas deber entenderse ea consonancia con tos fines y objetiwos del Predmbulo, y viceversa. D_ Manco 06 convrrruciontioay De tas woRMAs ceurowstiTveua uss. Eo lal sentido, ly Corte Suprema ha puntulizado que las grandes metas potiticas de La Costitucién estin fiyadas en el Fredanbuto, ¥ que cade al Poder hudicial evatuar la saecnabilidad ude las ormas dictudas para lograr aquéllas ("Nordensthol”, Fatlos, 307.326: ¥ que Jos principios de conperaessn, solidaridad y justi ia estén “normutivamente coruprendidos en Ta Consttucisa” (*Mau- Tito". Faifos, 35:6 14). En otras seatencias ha resuelts casos aplicand nornas del cutpo de ta Corsinucioa y del Preamble, Asi, ep “Portillo”. en muteria de abjecién de conciencia, Unde s¢ basa on toy arts. 14, 20, 21. y en lus frases preambulares sobre [a necesidad de prover a [a defensa comin y uscgucar Jes benclicios de Ia tibertad (CSIN, Failos, 312:496), § 277. Vatow suatesen ox tas cuivsvias proaramaricas, ~ La Constitucién argentina cuenia con clausulas Ce ipo. proyramatico (ver sodte tales normas en § 95 y 96}. Ejemplo de ello son va- fos amos det art. 14 bis, concerniemes a la partieipacién dv los ‘rabajadores en lus gancnvias ¥ dircecidn de las empresas, el seeu Fo sociat obligatorie, protecciGn de la familia, ptoteccibn de Te Propiedad imelectual (art. 17). programacién det jiic:0 por jurados (ants, 24, 67, ine, 11. y 102), exeétera Sobre el vigor jucilica de estas cliusulas, ef alo tibural 4 sentade jurispeudencia mo siempre undnime. En algunos casos sostuyo que eran “directivas trascendentales para la inteligencia el derecho positive vigeme, sesperto de las Cuules 106 jueses ne pueden desensenderse™ ("SA Comercial Staudt y Cia", Fallos, 229:368). mieauas que en clos entendié que eran declaraciones teéricas, que no originaban “prestacianes positives del Estado” (ver AWectamen de] pencurador general. en “Cantarini™. Fatlos, 2371372), 160 —_ESTATUTO DEL PODES EN FL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO En “Mulhall”, con referencia a $a instrumentacion del juicio por jorados, la Corte Suprema habia pantuctizado que la ejecucisn del precepio constitucianal quedaba a criteria diserecional de: Congre- s0 (Faitos, 115.92) Pese a ello, ante la presencia de ana obligacién constitucionst pars el Congreso o el presidente, de diciar las normas que :nstru- menten una ctéusula consticucional programatica de cumplimien- to obligatorie (ver § 95) cabe censtatar que la mora en hacerlo es un caso de inconstitucionalidad por omtisiéa (Bidar Campos), que puede, en ciestos supuestos, ser suplida por el Poder Judicial (ves & 96), Por lo demds, tas reglas programéticas de la Constitucisa 20 pueden valer menos que Las del Preémbulo, de tal modo que también sirven como regla de interpretactén de aquéllas, asf como marco de constitucionalidad de 12s normas subconstitucionales (ver § 276, eyh § 278. Vator suRforco Ok LAS SoRMAS CONSTITUCIONALES DE RICACIA FORMAL PLENA. — {Qué ocurTe con el resto de Las. normas constitucionales ro incluidas en cl Preémbulo o en las cléusulas programdticas, es decir, con aquellas que formalmente tienen plena eficacia? La respuesta a esta pregunta estd dada por la dimensién Féctica {o de 1a cealidad social) del derecho coastitucional argenti- no, donde pueden hallarse estes tipos de normas. Alli se encuen- tran varios supuestos de ineficacia a) NORMAS OEROGADAS fexRSULARMENTE, FoR OEsWeTUDE. Es de- cir, por |4 costumbre contra constitutionem, det detecko informa: por ejemplo; la exigercia de dos mil pesos fuertes para desempe- fiarse come presidente, vicepresidente, senader ¢ miembro de fa Corte Suprema (aris. $5, 89 y 111); kt prohibicién para e] Poder Ejecutivo de asumir roles judiciales fart. 109), ante la aparicién y aceplacién por la Corte Suprema de multiples tribunaies adminis: trativos, etcéters, 1b} Nonkas dnocanas por neeecHo svecovsriTecioNss. Es el case del art, 2° de ta ley 48, que eliminé del art. 116 de Ja Const. na- ional la competercia federal para conocer en pracesos crimina- les contra extranjetos, ya que cind dicha compeiencia solamente a las causas civiles, como lo hizo después el art. 1Lt de fa ley 1893 FUENTES DEL DERECHD CONSTITUCIONAL ARGENTINO 161 ©) Nonwas swevwrusaas, Son (as que todavia no se pueden con- siderar come derogadas por desuetedo, como cl art. $3, que dispo- fe el juicin politico por “mal desempeno”. nunca ejercido por la Camara dc Dipatados respecte de algin presidente @ minisiro ©) Nowwas remezerions. Como ios ans. 4° y 76, inc. 4, gue auiorizen & contracr empresttos, ulilizadas para imponer el “aho- rra forzose” -una suerte de empréstito invetuntario para los parti sulares~: el att, 105, cuando prohibe a fos ministros desempenarse como senadores o diputedos sin previe dimisién (ya que, en la préctica, eso se sortea con licencias en e cargo legislatwvo). ©) Nowas rsavsrentcas. Total o parcialmente, de un scctor constitucional 2 otre, generalmente por delegacién de competen- clas. Asi, la faculted del Congreso de fijar el valor de 1as mone~ das extranjeras (art. 75. ine. 11}, desplazada a écganos (Banco Ceniral} situados cn la drbita del Poder Ejecutivo. B) DERECHO CONSTITUCIONAL INFORMAL PRIMARIO $ 279. Rroras oF cEaecuo consverepinanio. ~ En ta Argenti- a cxisten numerosas normas de dereche consuetudinane consuta- cional, porque la Corstitucién es en parte antigua, eizcunstancia que explica Ta necesidad de actualizarla ¥ cemplémentarla. Ese dere- cho consuetudinario ha sido, segtin los eases, pasitivo o negative, Asi, por ejemplo, ta existencia de leyes sceretas convalidades incluso por jurispredencia de le Corte Suprema; y del mismo medo, la admisién de los “indullos anticipades” (antes de haber settencia condenstaria contra el indultado}, 1a sceptacién como constitucional det Cédigo Acrondutico, pese & 26 estar incluida en el art. 75, ine. 12, etcéters. § 280. Ba oerscno xerewuiao. ~ Ha otiginado wmbien regles de derecho constitucional [ver § 148), Asi, el decreio de 1868 que permitis al gabinere hacerse cargo del Poder Ejecuuivo, ante la muerte del vicepresidente en ejercicia, la eusencia del presidente Mics (en Paraguay), y Ya falta de uns ley de acealia que regnlase al problema, 219 enfaTUTo DEL Pout EN EL BERECHO CONSTHTUENISIAL ARGENTINO mente Argentine. Ast, por ejeraple. [i denomind la Conte ("Dele fina cflllanes", Fatios, 191:405) § 336. Siwzozos paramos. — Diversos paises han constitucia natizade (es decir, Hlevado a su constitucia formal) el tema de los simbolos patrios (p.ej., himno, bandera, escudo). La Constitucién argentina formal guarda silencio, El dec. ley 10.308/44 legislé sobre Ia bandera, ta banda presidencial, el escudo y el himno nacional. La ley 23.208 modifies parciatmen- fe aquel decreto. La delerminacion de los simbolos nactonales es suibuciiia implicita de tode Estado -Io diga 0 a¢ su constitucién-, como la regalacion de su nombre, y atane ¢ lu tdentidud Ce éste, En la Argemiina, a falta de definicién constitucional sobre elles, en prin- sipio es una Facultad que compete al Congreso, a tenor del art. 73, ine, 32, de Ia Coast, nacional. No obstante le dicko, puede concluirse que, en la Argentina, el disefio bisico Ge los cuatro sfinbolos patrios fundamenrales (ban dera, immo, escude y escarapela) ha quededo constinucionaliceds por el uso, dada la profunda valoracion social y el respeto que la comunidad les da, de tal mode que exisie ya un derecho vonstitt- ional consuetudinario sobre el punto. § 337. Prosewirtca consrirvcsonat vit. RESPETO COMPULSIYO 4 105 sieotos sarmos, ~ Bl art. 222 del Cod, Penal argentino cas- tiga con prisidn el ultraje a los simbolos patrios, Es constitucie- ral imponer el respeto a éstos, y sancionar a quienes incumplen ese nomenaje? La Corte Suprema ha entendide que ¢s incoasiitucional saa cicnar a nifios que por motivos religicsos {pertenec(an a la confe- sién Testigos de Jehovd) se negaban a saludar la bandera nacional, siendo por ello expulsados de lus exeuelas piblicas adonde avis- tian. 1 alto teibunal juzg6 imazonable 1a sancion (Ascensi0" Falios, 304:1293), teniende en cuenta que se aplicaba a nitios “in maduros para set plenamente cesponssbles del acto omitide’ En definitiva, los derechos personales de tibertad de cultes, de privacidad, de expzesiGa politica, etc., deden compatibilizarse coa al derecho de Ia comunidad de exigiz corlesta y respeto a sus sim: SISTEMA CONSTITUCIOKAL ARGRNTING LA ARGENTING COMO ESTADO IT holoe patrivs. No es inconstitucional, pues, demardar actos de sa indole, y sancionar ia infraccién 2 tales reglas, Al mismo tempo, no es razonable (ni, por ende, consttucional) aplicar esas sancignes a quienes carecen det discernimiento suficiente para tes- ponsabilizarse de sus actos. B) Récmen potinico $338. Fisonowla cowstrruciovar pet Esrano 4Rcexriso. EL act, 1? de la Const, nacional puntualiza: “La Nacioa Argentine adapta pera su gobierno la forma tepresentativa republicana fede ral, segin la establece la presente Constiucisn En el orden de la realidad constitucional, et resultade puede no sot exactamente correspondiente con ese emunciada forms) § 339. Reotwaw revresenrarivo.~ El art, 1° declara adopla- da la forma “representaliva... segiin lo establece Ia presente Cons cién”, El art, 22 afiadc: “El pucblo no delibera ui gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creacas par sta Constitucién. Toda fuerza armada 0 reunién de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticions a nombre de éste, comete delito de sedicion”. Conforme ¢ ese rigide esquema inicial de 1853-1960, #1 pue- blo no resullaba drgana de gobierno, sino solamente Srgano de designacign o de eleccién (no adoptabs pronunciamientos en nom bre del Estado; no decidia sobre leyes, paz, guerra, planes econd- micos, etcetera) Et sistema, pues, era basicamente representative y muy esca- samenle participative, ya que la imervencién popular en los aego: cios publicos se limitaba a elegir a los electores de presidente y a los diputados. A esto se suma que Ia representacisn de estos lti- mos es libre, puesta que la Constitucién no prevé ningin mandato imperative que pueda ligar al represemtante con €] pueblo repre- sentado, 0 que dé derechos al pueblo para revocur el mandaco de los legisladoces. La expresién constitucional de que el puctle gobrerae por medio de sus representantes puede cer engafiosa, en el sentido de 212 ESTATLIO DEL FONER EN EL DERECKO CONSINIUCIONAL ARGENTINO que haga suponer que es el pueblo quien efectivameste se gobier na En realidad, éste x6lo elige a muchos de tos que gobiernan, ainibucion, por cierte, significativa, pero que ne implica ni nom- bbrar a todes los que gobiernan ni adoptar las decisiones de g0- bierno, FI panorama descripto suftio en ia reforme de 1994 ua vucico sensible, ya que se reconocié al pueblo el derecho a proponer le- yes tart. 39) © incluse a aprobarlas (art. 40, pace. 1), ademas ce poder ser consultedo por el Congreso 0 €l presidente (art. 4, pr. 2%, ver § 433 y 414). Y se acentué la participacién popular en Ja integeaci6n de los poderes ai preverse fa eleceién popular de los senadores a partir del afio 2001 (art. 54 y disposicién iransiteria wary, y dlsponerse Ia eleccién popular diecia del presente de 3 340, LA REPRESENTACION roLtTICA EW LA ConsriT¥cron. ~ ‘Como hecho, 0 dato de la realidad, la representacién politica es un concepto elstico, que importa un fenémeno de adkesién dt los Tepresentados hacia el los representanics, Si se cuenta cov ad hhestén se tiene tepresentatividad. Por ende. exisien miltiples een cos representatives en una sociedad (Way casos de represemtacidn politica en Tos sindicates, In universided, Ta Iglesia, ete.) todos de Tuy variada intensidad e imporancia, Interesa averiguar quiénes soa los “representantes” del pueblo aludidos per el art. 22 de la Const. nacional. En materia de repre- Sentacion politica estazal, a Constitucion vincula la idea de re- presencacién det pucble con la de e/eecién (asi, indica que les Giputadas. que son “representantes elegides direclamente por el pueblo”, Conforine al art. 45, ducan Yen sa sepreseniacida por cus- tro aos”, segin el art. 50). Los otros representantes del pueblo, segiin la Constitucidn 1: ional, fueron los consttayentes, & tenor del texto del Preémbulo (Nos! los reprecontaniee dei guebn de ly Nucién Argentina”) El art. $6 de Ix Contt. nacional, referide a los senadores, s fala que duran seis anos en el ejercicio de su mandate. De 1odos cvedos, no son ellos ea sentide formal repcesentantes del “pueblo” Ccome en cambio si lo enancia Ia Constituciéa respecte 2 los dip- tados): son senadares por cada provinein y por la Ciadud de Bus SISTEMA CORSTTTUCLONAL ARGENTINO. LA ARGRNTIEA coMO EstADD 213 thus Aites (art, $4), 0 de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires (art. 44) A su timo, el presidente de la Nacisn, zungue se to denornini habitualmente “primer mandatario”, 20 es Uamado de ese modo por la Constitueién, que tempoca habla de mandate en cuanto a su funcién (sf ta ealifica coma empleo en cl art. 92, 0 cargo en el art, 93) En sintesis, “representantes del pueblo”, en sentido format, son -segun e] texto constitucional- sélo les constituyentes histéri- cos y Jos diputados. Ellor poseen represemtatividad formal. La sepresentatividad real 0 exisiencial (Paciica) dependerd del grado concrete de adhesin que encuenizen en ia comunidad. $i care- cleran de Gal adhesin perderian su representatividad. ‘A su tuma, otros gobernuntes (el presidente y vicepresidente, los senadores y Tes jueces) ne son Hamados representantes del pueblo por Ia Constitacién nacional: pero pueden alcanzar repre- sentatividad real © exisiencial en cuante encuentren adhesi6n s ciel, y en la medida en que Ia logren. § 341. Los tanmins POLITICUS £X LA neronita consTITOCIONAE be 1994,- La Convencién Constituyente introdujo an nuevo a ticuio, el 38, con importantes novedades. En concrete, estable- Ci6 ta concepcién de que los partides politicos sen institucto- nex fandamentaies del sistema democrdtice (la Constitucién de 1853-1860 ni ios mencionaba en sa texto), Para la Argentina, en sintesis, una democracia sin partidos fesultaria una democtacia inconstitucional, Ademis esiablecié fas siguicntes pastas scbre fu ereacién y el ejercicio de sus actividades: a) Libertad de ac- cin dentro de los limites de la Constiuciéu, b} organicacisa y funcionamiente democritices, «) represeatacion de ss minarias ) competencia pare fa postulaciGn de cand:datos a cargos pubii- os electives; ¢) acceso at Ja informacién pablica y a la difusion de sus ideas y P obligacién del Esiado de contribuir al susteri- miente econdmice de ios partidos y a la capaciiacin de sus &- rigentes. Fan el cenu de la asamblea constituyente quedé perfectamente aclarade por la Comision de Panticipacién Deraocratica y ds Re- daccién, que tal “cumpetencia” no signifieaba que fa Constitueién 214 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO impulsara el monopolio de la presentacién de candidatos por los partidos, aunque la ley si podria hacerlo, o permitir también la existencia de candidatos independientes, no propiciados por par- tidos. Tal opcién quedaba, pues, en manos del legislador (“Dia- tio de Sesiones”, p. 1935 y ss., Obra de la Convencidn Nacional Constituyente 1994, t, V, p. 4371 y siguientes). En cuanto a la contribucién cconémica y capacitacién, segin el miembro infor- mante Caceres, ello posibilitarfa la igualdad de oportunidades de los partidos (“Diario de Sesiones”, p. 1834, Obra de la Conven- cida Nacional Constituyente 1994, t. V, p. 4671). Como contra- partida, los partidos tienen que dar a publicidad el origen y desti- no de sus fondos y patrimonios. § 342. La REPRESENTACION POLITICA EN EL DERECHO CONSTITU- CIONAL SECUNDARIO. REGIMEN LEGAL DE LOS ParTipos.— E| sujeto representado (el pueblo) elige a sus representantes, segun Ia tegis- lacién vigente, sdlo por medio de partidos politicos, declarados por el art. 2° de la ley 23.298: “instrumentos necesarios para la formulacién y realizacién de ia politica nacional”, y a quienes “les incumbe, en forma exclusiva, la nominacién de candidatos para cargos ptblicos electivos”. Para la Corte Suprema, los partidos son instrumentos de go- bierno que tienen como funcién actuar como intermediarios entre éste y las fuerzas sociales (“Partido Obrero”, Failas, 315:380) y. consecuentemente, lienen deberes; por ejemplo, contribuir a la re- gularidad funcional del proceso politico y a una mayor efe y eficiencia del sistema electoral (“Uni6n de Fuerzas Sor Fallos, 315:71). En “Rios” (DJ, 1987-2-647), la Corte Suprema traté el pro- blema de la constitucionalidad de ese monopolio partidario en la presentacién de candidatos a las elecciones, y juzg6é que era una de las vias legales posibles para instrumentar el sistema constitu- cional de elecciones. Para el alto tribunal, en resumen, la Cons- tituci6n no prohibfa ese monopolio (tampoco, desde luego, lo im- ponia). La ley 23.298 permite que los partidos presenten a las elec- ciones candidatos que no estén afiliados, siempre que o autoricen sus carlas organicas (art. 2°). SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO. LA ARGENTINA COMO ESTADO 215 § 343. Formacton. Cowrrot peoLdarco. - La ley 23.298 prevé tres tipos de organizaciones partidarias: a) los partidos de distrito (provincias y Capital Federal) que estén formados por ciudadanos unidos por un vinculo permanente, y deben reunir en principio el cuatro por mit del total de los inscriptos en el regisiro electoral del distrito, 6) los partidos nacionales, que son los reco- nocidos al menos en cinco distritos, y c) las confederaciones, fusiones y alianzas transitorias enwe partidos (arts. 7° a 9°). Los partidos deben presentar una declaracidn de principios (programa o bases de accién politica), su carta orgdnica, su nom- bre (que no podré contener designaciones personales fas ex- presiones “argentino”, “nacional” o “internacional”; ni tampoco palabras que pudiesen afectar las relaciones internacionales o que exterioricen antagonismos raciales, de clases, religiosos, 0 que provoquen confusién con el nombre de otros partidos). Antes de cada eleccién, deben presentar su plataforma electoral (arts. 7°, 16 y 22). Interesa apuntar que, inversamente a otras normas regulatorias de los partidos, la actual! ley 23.298 no establece un control ideo- idgico sobre ellos. Sin embargo, sc los puede declarar cxtinguidos cuando autori- dades del partido o candidatos no desautorizados por aquéilas, cometieren delitos de accién ptblica o impartieren instruccién u organizacién militar a sus afiliados (art. 51, ines. c y d. ley 23.298). En anteriores oportunidades, la Corte Suprema consideré cons- titucional ese control ideolégico y justificd la proscripcién de cual- quier partido que pusiera en peligro la subsistencia de las institu- ciones democraticas (“Partido Obrero”, Fallos, 253:133). Para operar como tales, los partidos deben contar con recono- cimiento de la justicia electoral, de su personerfa juridico-politica. mediante la inscripcién en el registro publico correspondiente (art. 2°, ley 23.298). Cada partido tendré derecho exclusivo al registro y uso de sus simbolos, emblema y nimero (art. 38). La Corte Suprema ha reconocido que ello incluye el uso de sus banderas y canciones (“Partido Justicialista’, Fallos, 291:252). 216 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO § 344. FuncionaMiENTo INTERNO. SELECCION DE CANDIDATOS. Fivanciamtento. ~ Los partidos se regulan segun su carta orgdnica, que disciplina también las elecciones internas, las que son verifi- cadas por la justicia electoral (arts. 29 y 30). Como se puede advertir, fa ley 23.298 no establece -en su texto original- un régimen especifico para seleccionar los candida- os que cada partido presentard en las clecciones generales. Esto permite que dichos candidatos sean reclutados directamente por las cdpulas partidarias, y no mediante comicios internos donde participen los afiliados, circunstancia que acentUa el riesgo de las oligarquias partidocrdticas internas. La ley 25.611 modificd la ley 23.298 y determing el sistema de elecciones internas abiertas para que los partidos escojan sus candidatos a presidente, vicepresidente, diputades nacionales y se- nadores (art. 4°), El voto es secreto y no obligatorio. Los ciuda- danos inscriptos en el padrén electoral general pueden votar tinica- mente en la eleccién interna de un solo partido o alianza. Se impura a este régirnen que simpatizantes de un partido pueden vo- tar en las internas de otro, desfigurando asi a este ultimo y los re- sultados del comicio. A su turno, la ley 25.600 se ha ocupado del financimiento de los partidos politicos. Contempla aportes del Estado, por medio de! Fondo Partidario Permanente, para el desenvolvimiento institu- cional y capacitacién politica, y para las campatias generales (art. 12). Regula asimismo el financiamiente privado. También dispone I{mites a los gastos en las campafias electo- rates, los que ~tanto para las legislativas como para las presiden- ciales- no podran superar el equivalente a un peso por cada elec- tor habilitado para votar (art. 40). La ley programa diversos mecanismos de control y sanciones para supuestos de infraccién. La experiencia ha probado que esos dispositivos de fisealizacién no siempre han sido eficaces. § 345. Capucipap y extincroy. — La ley 23.298 distingue dos supuestos distintos concernientes al retiro de la personeria legal de los partidos politicos. a) La caducidad, que importa la “pérdida de la personalidad politica” (pero no su desaparicién como persona juridica). SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO. LA ARGENTINA COMO EsTaDO 217 b) La extincidn, que importa la disolucién del partido (arts. 49 y 51), acaece por las causas que determine su carta orgénica, por Ja voluntad de sus afiliados, por impartir instruccién militar a éstos u organizarlos militarmente, o si las autoridades det partido, © sus candidatos no desamtorizados por ellas, cometen delitos de accién publica. § 346. La REPRESENTACION POLITICA EN EL ORDEN DE LAS REALI- panes. ~ Entendida como fenémeno de adhesién (ver § 340), la repre- sentacién politica real es mucho mds abundante que la representa- cidn politica formal explicitada en el texto constitucional Por eso ¢s posible encontrar numerosos casos de representa- cién politica 10 incorporados por el texto constitucional (sindical, empresarial, universitaria, etcétera). Tales Tepresentaciones, fun- dadas en hechos de adhesién social, tienen naturaleza polftica en cuanto refieren a situaciones de poder, y a menudo compiten con ta representacién politica parlamentatia explicitada en Ja Consti- tucion. § 347. Réormen rervacicano. Perri. 1proiécico.—La pa- labra “reptibl.ica” significaba antiguamente Estado. Posteriormen- te, se la contrapone a monarquia (gobierno de uno solo). Por tal raz6n, Montesquieu distingue dos tipos de reptblicas: las aristo- craticas, donde gobiernan varios, pero 10 la mayoria, y las de- mocrdticas, donde cl poder reside en la mayoria del pueblo. Actualmente algunos Estados se presentan como reptiblicas democrdticas y populares (p.cj., art. 1°, Const. de China). Son —generalmente— naciones que aspiran a eliminar la divisién de la sociedad en clases y crigit un sistema politico-econémico de tipo socialista. {Qué tipo de repiblica patrocina cl art. 1° de Ja Const. na- cional? Una primera lectura indica que postula una republica democrdtica, ya que es cl pueblo el que elige a los diputados {art, 45), senadores (art. 54) y al presidente (art. 94), como al vicepresidente. También postulan un sistema democratico, expre- samente, tos arts. 36, 38 y 75, incs. 19 y 24, Asimismo, hay dere- chos constitucionales que emanan “de la soberanfa del pueblo” (art. 33). 218 ESTATUTO DEt. PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO Ei marco ideolégico de la repuiblica del art. 1° es miltiple: tiene bases liberales y cristianas, y a partir de la reforma de 1957, las de un Estado social de derecho (§ 272). Rechaza posturas to- talitarias de cualquier signo, al reconocer los derechos naturales de Jos hombres y de !as sociedades (art. 33; ver § 859); y en lo eco- némico, descarta un esquema bdsicamente colectivista (art. 17). Requiere a gobernantes y gobernados virtud republicana, al erigir a la moral publica como valor constitucional (art. 19). § 348. Carscrerisricas DE LA REPUBLICA EN EL MARCO DE LA Consrirucién. — El art. 1° idea una repdblica “segtn lo establece la presente Constituci6n”. Aparte de lo ya indicado en cuanto a su filiacién ideolégica, hay ciertas notas estructurales que emergen del texto constitucional y que veremos a continuacién. a) PERIODICIDAD EN EL DESEMPENO DE LOS CARGOS PUBLICOS FUNDA- menTaLes. Cabe mencionar, con respecto a los poderes Ejecutivo y Legislativo, que quienes los ocupan acnian por perfodos determi- nados, es decir que una de sus caracteristicas consiste en la perio- dicidad en la renovacién de los cargos. No asf para los jueces (Poder Judicial), que son vitalicios, micntras conserven su buena conducta (art. 110, Const. nacional). El art. 99, inc. 4, que esta- blecié en 1994 un tope de edad, fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema (ver § 607). 1b) RESPONSABILIDAD DE LOS GOBERNANTES. Ello se evaldia mediante tres mecanismos clave: el juicio politico al presidente, vicepresi- dente, ministros y jueces de la Corte Suprema (arts. 53, 59 y 60); la correceién 0 remocién de los legisladores, por decisién de cada cdmara (art. 66); y el jurado de enjuiciamiento, para los jueces fe- derales inferiores a la Corte (art. 115). Sin embargo, los dos pri- meros dispositivos han funcionado con muy escaso éxito, ya que ningén presidente, vicepresidente o ministro fue siquiera acusado por la C4mara de Diputados, por mal desempefio en su cargo, en toda la historia argentina, y ningtin diputado o senador, por ejem- plo, ha sido removido por no concurrir habitualmente a las sesio- nes de las cA4maras, o por no presentar proyectos legislativos du- rante su mandato. ©) PusiicipaD DE Los ACTOS DE GoBlERNo. Es un presupuesto indispensable para efectivizar el principio de responsabilidad. No SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO. LA ARGENTINA COMO ESTADO =— 219 obstante, existen en la Argentina mds de un centenar de leyes se- eretas, y miles de decretos secretos, ignorados incluso por el Po- der Judicial; a partir del dictado de la ley 26.134 se ordendé su pu- blicacién. d) Igvatpan ante ta cer. Pese a ello, la Constituci6n inicial de 1853-1960 (art. 16) no programé ningin sistema de iguatdad real de condiciones, o de igualdad real de oportunidades, limitdn- dose a enunciar una igualdad puramente formal. Obviamente, las desigualdades econémicas y culturales hacen disminuvir -y algunas veces impiden— el efectivo ejercicio de ciertos derechos constitu- cionales, civiles y politicos, para quienes se hallen en inferioridad de condiciones. Pero es cierto que la reforma constitucional de 1994 cambié ese panorama, previendo precisamente acciones positivas para ase- gurar una igualdad real de oportunidades, en materia del ejercicio de derechos politicos, para varones y mujeres (art. 37), 0 res- pecto de personas vulnerables. como mujeres, nifios, ancianos y discapacitados (art. 75, ine. 23). e) Divistén ve Los poperes. La Constitucién diseiia tres po- deres: el Legislativo (art. 44) a cargo de dos cd4maras, la de Dipu- tados y ia de Senadores; el Ejecutivo, desempefiado por un presi- dente (art. 87), y el Judicial, a cargo de los jueces de la Nacién (art. 108). La reforma de 1994 incluyé una cuarta seccién en ¢! esquema de los poderes, dedicada al Ministerio Publico (fiscales y defenso- res). Aparentemente, éste tiene fisonomia de “cuarto poder”, aun- que en rigor de verdad es un drgano extrapoder (ver § 615 a 618). esto es, una nueva figura institucional, con importantes atribucio- nes, aunque no equiparable a uno de los tres poderes clasicos. La independencia funcional de estos poderes es relativa. Si un partido politico domina en el Poder Ejecutivo y es mayoria en ambas c4maras, la efectiva divisién de poderes puede entrar seria- mente en crisis (p.ej.. por fatta de control del Poder Legislativo en cuanto a los actos del presidente) m4xime cuando el presidente, con acuerdo del Senado, nombra a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nacion, y el Congreso mediante el juicio politico, est4 habilitado para remover a tales magistrados, 0 para aumentar discrecional e ilimitadamente su mimero (art. 108). 220 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO La Corte Suprema ha dicho que el principio de divisidn de los poderes debe complementarse con el de equilibrio de esos mis- mos poderes (“Recchia de Sedrén”, Fallos, 305:504), § 349. Repsiica y SoBERANIA DEL PuEBLO. — El art. 33 de la Const. nacional incluye dos conceptos que deben conciliarse: so- berania del pueblo y forma republicana de gobierno. La expre- sién “soberania popular” aparece igualmente en el art. 37. La expresién soberanta del pueblo puede dar a entender que éste se encuentra habilitado para adoptar la forma de gobierno que desee (incluso una totalitaria), reconocer los derechos perso- nales que quiera admitir y, en sintesis, hacer !o que le plazca. Tal interpretacién del art. 33 de la Const. nacional es errénea. Primero, porque el pueblo, como cuerpo electoral, elige a legisla- dores y ai presidente o vicepresidente, pero -como establece Ia ley 23.298- tnicamente puede hacerlo entre los candidatos que pre- senten los partidos politicos (ver § 342). También nombra, por derecho consuetudinario, a los miem- bros de la asamblea constituyente. aunque son éstos, y no et pue- blo, quienes elaboran la reforma constitucional, segun ef art. 30 de la Const. nacional. Por otro lado, el art, 33 de Ia Const. nacional (seguin su fuente histérica, la reforma constitucional de 1860) reconoce derechos naturales de los hombres y de las sociedades, previos y superiores a cualquier constituci6n positiva, y que ninguna pucde desconocer, de tal modo que una reforma constitucional -aunque tuviera ap yo social- que intentase defenestrarlos, resultaria inconstituci nal y juridicamente ilegitima, al ir contra preceptos de derecho na- tural. Adem4s, debe tenerse presente que el intérprete final de la Constitucién y del derecho argentino (y quien, define y dirime los conflictos constitucionales y determina de haber juicio— tas cuo- tas de poder en el Estado, y entre el Estado y los particulares) es el Poder Judicial y, en particular, la Corte Suprema, pero no el pueblo. En resumen, técnicamente hablando, el pueblo no es soberano (en un sentido literal y absoluto) dentro del esquema constitucio- nal de 1853-1860, salvo que por soberania popular se entienda que SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO. LA ARGENTINA COMO ESTADO = 221 tiene Jos siguientes derechos fundamentales: a) residencia en él del poder constituyente, recibido de Dios (“fuente de toda raz6n y justicia”, segtin el Predmbulo); 6) con derecho de adoptar y cam- biar la forma de gobierno que repute mejor, en funcién del bien comtin; c) con fa obvia facultad de designar a parte de sus gober- nantes, y 2) con la atribucién de reglar las relaciones entre fas personas y el Estado, pero sin desconocer los derechos naturales de los hombres y de las sociedades. § 350. Récmen Fepera. — Partiendo del supuesto de que “las constituciones deben ser adecuadas al pais que las recibe”, Alberdi propuso en su proyecto de constitucién un sistema mixto (inevita- ble, aiiadia) que “abrace y concilie las tibertades de cada provincia y las prerrogativas de toda la Nacién” (Bases, cap. XVII). La te- sis de la fusidn entre las formas de unidad y federacién (Bases, caps. XXI y XXII) perfila el régimen que la Constituci6n nacional Nama “federal” en su art. 1°. En concreto, la Constitucién disefia un Estado intermedio {como también to rotulé Alberdi) entre una federacién y un pais unitario. con un “Gobierno federal” (asi lo Hama, p.cj., en los arts. 2° y 4°), y “gobiernos de provincia” (como los denomina en e! Ti- tulo Segundo de Ja Segunda Parte). El Gobierno federal y los de provincias forman en su conjunto las “autoridades de la Nacién”, segtin la terminologia empleada como titulo de la Segunda Parte de la Constitucién nacional. Por esa estructura semifederai, 0 mixta, Jas provincias son au- 1énomas, en el sentido de que eligen sus propias autoridades (art. 122), dictan sus constituciones locales, bajo ciertos recaudos (art. 6°), y cuentan con una Camara en el Congreso nacional (el Senado), formado por los senadores de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires (art. 54). Esto ditimo importa, teéricamente, la participacién de la vo- luntad provincial en la elaboraci6n del derecho nacional, en la designacién de algunas autoridades federales, como jueces, milita- ses superiores y embajadores (art. 99, incs. 4°, 7° y 13) y en la adopcién de ciertas decisiones politicas (p.ej., en la declaracién del estado de sitio por ataque exterior, que pronuncia el pre- sidente con acuerdo del Senado ~art. 99, inc. 16, Const. na- cional-), 222 ESTATUTO DEL PODER EN EL. DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO Las ecuaciones de poder entre el Gobierno federal y los pro- vinciales se concretan, adem4s, con un reparto de competencias: poderes exclusives de la Nacién, exclusivos de las provincias, po- deres concurrentes, poderes prohibidos para la Nacién y prohibi- dos para las provincias. Los poderes no otorgados por la Consti- tucién de la Nacién, pertenecen a las provincias (art. 121). La Corte Suprema ha calificado a la federacién argentina como una “unidn indestructible de provincias indestructibles” (“Bressani”, Fallos, 178:9), tesis que, sin embargo, no es absoluta (ver § 367). También ha dicho que la Constitucién abraza el ideal federalista con idéntico fervor que el republicano (“Montes de Oca", Fallos, 315:2780) y que, por ende, este dltimo, es de “unidad en ta diversidad”. § 351. REPLIEGVE DEL FEDERALISMO ARGENTINO. ~ El sistema federal originariamente planeado por la Constituci6n de 1853-1860 ha sufrido grandes desequilibrios, en favor del Gobierno federal y en desmedro de los provinciales. Tal mutacién, tiene varias causas, a) Una evolucién natural, comin a muchas federaciones, por la cual el poder tiende a concentrarse en las autoridades centrales. b) La falta de vocacién federalista de la dirigencia politica, que ha transformado a los senadores de representantes de las pro- vincias en representantes de los partidos a los que pertenecen. c) La existencia de grandes partidos nacionales, que han im- puesto sus directivas tanto a legisladores federales cuanto a gober- adores y legisladores provinciales. @) El cesarismo presidencial. ¢) Un uso arbitrario de las intervenciones federales. Ff) La vigencia en todo el pafs, durante lapsos prolongados (un cuarto del siglo xx), de gobiernos de facto que adoptaron una estructura unitaria de gobierno. § 352. La ARGENTINA Como Estabo DE DerecHO. ~ En diver- sos fallos (p.ej., “Gastaldi”, Fallos, 308:1671), la Corte Suprema ha entendido a la Argentina como Estado de derecho. SISTEMA CONSTITUCIONAL ARGENTINO. LA ARGENTINA COMO ESTADO —- 223 En “Recchia de Sedran” (Failos, 305-504}, la Corte dijo que e] Estado de derecho, para tipificarse, exige: a) la existencia de un orden juridico; b) que éste sea justo; c) que tenga vigencia efecti- va, esto es. realizacién practica, y d) que se sancionen las trans- gresiones a tal orden legal. CapituLo IX ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO A) Territorio 1) EL TERRITORIO ARGENTINO § 353. Terrirorio, pominto, surtsprcci6n. — Estos conceptos son controvertidos en el derecho publico. Intentaremos precisar el sentido con que aqui serdn empleados. a) Terarrorio. Es una porcién del espacio geagrafico donde el Estado ejerce su dominio eminente, 0 dominio territorial, es de- cir, la potestad suprema de regular en él la vida social. Puede considerarse que dominio eminente y jurisdiccién coinciden ba- sicamente. El territorio puede ser terrestre (suelo y subsuelo), acudtico (maritimo, fluvial, lacustre) y aéreo. b) Teraitorio “aRGewTivo” 0 “NACIONAL”, “FEDERAL” Y “PROVIN- cat”. Dada la estructura federal es factible distinguir los siguientes: 1) El territorio argentino (art. 14, Const. nacional), ¢s ef te- fritotio global o total, descripto en el art. 15 como “el territorio de la Republica’, y en el art. 75, inc. 2, como “todo el territorio de la Nacién™. Puede llamarse también “territorio nacional”. 2) El territorio federal, formado por la Capital Federal, que es una zona federalizada (art. 3°, Const. nacional); los territorios nacio- nales, cuando existian: art. 75, inc. 15, y ¢l mar territorial argentino y 15. Sapués, Manvat 226 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTING. su plataforma, situado fuera de la franja perteneciente a Jas provin- cias. Todo con el espacio aéreo pertinente y el subsuelo accesorio. 3) El territorio de fas provincias, asiento de éstas, menciona- do por el art, 6° de la Const. nacional, sumado al espacio aéreo del caso, mds la franja costera maritima de wes millas, y el subsuelo accesorio. Tanto en el territorio federal como en el territorio de las provincias, existen territorios municipales. ¢) Dominio pistico ¥ prtvapo. En cada territorto hay bienes de dominio piiblico, cuando son destinados al uso piiblico (también se los Hama bienes dominicales, dominiales 0 ptblicos), y bie- nes de dominio privado, de] Estado o de los particulares, que no estin destinados al uso publico. § 354. Conexrones. ~ Las relaciones entre los conceptos ju- ridicos “dominio eminente” (asimilable a la idea de “jurisdiccién”), “dominio publico”, “dominio privado”, territorios federal-nacional, provincial y argentino, no son faciles de coordinar en un Estado federal (p.ej., en el territorio federal, el dominio pertenece a las autoridades federales -nacionales-, en él hay bienes sometidos al dominio publico ~del Estado nacional~, 0 al dominio privado -de las provincias o de Jos particulars). § 355. Ex rerrrrorio EN LA CONSTITUCION ARGENTINA. ~ La Constituci6n nacional se refiere varias veces al territorio, aunque no siempre guarda coherencia consigo misma. a) Division. Algunas veces, la Constitucién se refiere a tode el “territorio argentino” (asi, art. 14). En otras, alude a partes del territorio argentino: asi, el asiento de fa Capital Federal, o “territorio a federatizar™ (art. 3°), el “territorio de una provincia” (art. 11). b) Noraas pe comretencts. La Constitucién ha dictado aqui varias directrices: por ejemplo, al conferir atribucién al Congreso federal para arreglar los limites de la Nacién, fijar los de Jas pro- vincias, crear otras nuevas, determinar la organizacién de los terzi- torios nacionales (art. 75, inc. 15). § 356. Vicencia DE La CONSTITUCION EN EL TERRITORIO ARGEN* tivo. — El tertitorio actual incluye aproximadamente la mitad del antiguo Virreinato del Rio de la Plata. ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL. ESTADO ARGENTINO 227 Conviene sefalar que ja Constitucién nacional no rige en todo el territorio argentino. Las Islas Malvinas. por ejemplo, se encuentran bajo ocupacién briténica desde 1833 (salvo algunos meses durante 1982, en que fueron transitoriamente recuperadas por la Argentina). En ¢l sector antartico, a su vez, existen bases de oues paises, y ha regido el Tratado Antartico de 1959, que impuse un estatus juridico particular en materia de dominio eminente. La superficie es de 3.761.274 km? sin incluir el lerritorio maritimo, con la conformacién politica (ver cuadro si- guiente). bi , Superficie nacional | ivisiones (provincias) Km? (% Buenos Aires 307.571 82 Catamarca 100.967 27 Chaco 99.633 2.6 Chubur 228.686 6.0 Ciudad de Buenos Aires 200 00 Cérdoba 168.766 4s Corrientes 38.199 23 Ente Rios 78.781 21 Formosa 12.066 20 Jujuy 53.219 14 La Pampa 143.480 40 La Rioja 29.680 23 Mendoza 156.839 40 Misiones 29.301 08 Neuquén $4,078 25 Rio Negro 203.013 54 Saha 184.775 4 ‘San Juan 87.639 23 San Luis 76.748 20 Santa Cruz 243,943 65 Santa Fe 133.007 35 Santiago del Estero 135.254 3.6 Tierra del Fuego, Antartida e Islas del Atidntico Sur 1.002.545 26,6 Tucumin, 22.524 06 Taal general 3.761.2749 100.0 * Al continente americano corresponden 2.791.810 km?, al antértico (in- cluyendo las Islas Oreadas det Sur), 965.314 km?, y a las istas australes (Geor- gias del Sur y Sandwich det Sur), 4.150 km?, Fuente: Adlas universal y de la Republica Argentina (Aguitar) 228 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO Con retacién a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sand- wich del Sur, y espacios insulares correspondientes, la disposicién transitoria primera de ta Constitucién (texto de 1994) ratificé la le- gilima e imprescriptible soberania argentina sobre ellos, “por ser parte integrante del territorio nacional”. La enmienda aiiadié que la recuperacién y e! pleno ejercicio de Ja soberanja, respetando el modo de vida de sus habitantes y el derecho internacional, “constituye un objetivo permanente ¢ irre- nunciable del pueblo argentino”. Juridicamente, las islas Malvinas forman parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antartida e Islas del Adlintico Sur (ley 23.775, decr. tey 2191/57}. De hecho, sin cmbargo, en su territo- rio no se aplica la Constitucién nacionat, ni la provincial del caso, sino la de las islas Falkland (Falktand Island Constitution), sancio- nada por ¢] Parlamento Britdnico en 1985 y reformada en 1997, que reputa a las islas “colonia”, seguin la clausula 2*, de interpreta- cién, det instrumento de promulgacién. § 357. Derermivacion DE Los Litres wacionaLes. Norwas consrrrucionaes. ~ La Constitucién nacional se refiere en una opor- tunidad a los limites nacionales. El art. 75, inc. 15, expresa que corresponde al Congreso nacional “arreglar definitivamente los fi- mites del territorio de la Nacién”. Otra norma complementaria es el art. 75, inc. 22, y el inc. 16, que obliga al Congreso a “proveer a la seguridad de las fronteras”. § 358. Funcrén oe, Conceeso. ~ El empalme de estos pre- ceptos constitucionales no es facil, en torno al papel que debe desempefiar el Congreso. a) Una tesis sostiene que e! sentido de la palabra “arregtar"’, del art. 75, inc. 15, indica que, en materia de limites internacio- nales, el Congreso no podria decidir por si solo, ya que es necesa- tio el acuerdo del otro pais involucrado. Paralelamente, para esta postura, ¢! rol del Congreso deberia ser de contro! del tratado de Iimiies que celebra el presidente, a quien le compete et manejo de las relaciones exteriores (art. 99, inc. 11, Const. nacional}. b) Otra corriente confiere un papet m4s activo al Congreso, el que, en virtud del verbo “arreglar” empleado por el art. 75, inc. ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 229 15, de la Const. nacional, podria intervenir activamente en el tema, participando en la gestién internacional de elaboracién de un trata- do. o imponiéndole al presidente ciertas condiciones previas a su redaccion (sin perjuicio del control posterior, al aprobérselo me- diante ley). § 359. PARTICIPACION POPULAR EN EL ARREGLO DE LiMITES. ~ En ocasién del conflicto del canal de Beagle y zonas contiguas, entre la Argentina y Chile, el Poder Ejecutivo dispuso por decr. 2272/84 celebrar una consulta popular, optativa para la ciudadania y no vinculante para los poderes publicos, en torno de la propuesta papal. El plebiscito se realiz6 ¢! 25 de noviembre de 1984, y su- frag6 alrededor del 70% det electorado. De esos votantes, apro- ximadamente un 81% respondié en favor del jaudo pontificio. La impugnacién a esta consulta se fund6 entonces en el art. 22 de Ja Const. nacional, que impide al pueblo, por si mismo, deli- berat o gobernar, Ahora estd permitida por el art. 40. § 360. PRINCIPALES TRATADOS Y¥ CUESTIONES DE LIMITES PENDIEN. res.—La Argentina ha tenido importantes conflictos fronterizos, resueltos por ejemplo, con Chile mediante los tratados de 1881, los pactos de mayo de 1902, la mediacién papal que culmina con la ley 23.172, etcétera. Con Bolivia, celebré los tratados de 1889, 1925 y el protocolo de 1941. Con el Paraguay, segtin los tratados de 1852, 1876, 1939 y 1945. Respecto del Brasil, por los trata- dos de 1857, 1885, 1889 y laudo arbitral de 1895. Con Uruguay se celebraron tratados en 1910, 1916 y 1973. Quedan pendientes algunas disputas sobre el territorio te- rrestre. La delimitacién del mar territorial es, asimismo, una cues- tidn inconclusa, puesto que el derecho argentino sobre el punto no es el admitido por toda la comunidad internacional. En la Antértida, nuestro pafs declaré como suyo (decr. 2191/57) un tridngulo delimitado por el paralelo 60° y los meridianos 25° oesie y 74° oeste de Greenwich. También suscribi6é el Tratado Antdrtico de 1959 (ley 15.802) que no dispone 1a internacionaliza- cién del continente, pero si regula la utilizacién de ciertos recur- sos del frea. Los Estados firmantes se comprometen a no realizar nuevas reclamaciones de soberania en la Antértida. 230 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO § 361. La securtnaD ou LAS FRONTERAS. — El art. 75, inc. 16, de la Const. nacional puntualiza que corresponde al Congreso “proveer a la seguridad de las fronteras”. En el derecho subconstitucional, ciertas leyes se ocupan del tema como la ley orgdénica de la Gendarmeria Nacional (19.349); la ley de defensa nacionat (23.554), que deja en manos de la Gen- darmeria y de la Prefectura Naval Argentina el “debido y perma- nente control y vigilancia de las fronteras”; el decr. ley 15.385/44, que cred “zonas de seguridad de fronteras”. 2) EL TERRITORIO FEDERAL § 362. Inrropuccién. — El territorio propiamente nacional se integra bdsicamente con: a) el territorio federalizado como Capital ce la Nacidn (art. 3°, Const. nacional) y su subsuelo; 6) los territo- trios nacionales y su subsuelo “que queden fuera de los limites que se asignen a las proviacias” (art. 75, inc. 15, Const. nacional), y c) e] mar territorial y el espacio aéreo no provincial. § 363. La Capiran FEDERAL Disposiciones CONSTITUCIONA- LES Y NORMAS COMPLEMENTARIAS. —E] art. 3° de la Const. nacional expresa que “las autoridades que ¢jercen el Gobierno federal, resi- den en Ja ciudad que se declare Capital de la Republica por una ley especial del Congreso, previa cesi6n hecha por una o mis le- gislaturas provinciales, del territorio que haya de federalizarse”. Este texto proviene de la reforma constitucional de 1860. De hecho, Mitre Ilevé Ja capital a Buenos Aires, solucién con- firmada por la ley 19, de 1862, llamada “de compromiso”: las au- toridades capitalinas residirian en la ciudad de Buenos Aires, pero ésta no se encontraba federatizada. Después de una serie de con- tlictos, la ciudad de Buenos Aires quedé federalizada por la ley 1029 (1880), prestando Ja provincia de Buenos Aires su conformi- dad el 26 de noviembre de ese afo. EI territorio capitalino fue ampliado por las leyes 1885 y 2089. § 364. Cuesriones gue PLaNTEA EL ARTicULG 3° DE LA Cons: TITUCION NACIONAL, ~ Esta norma suscita una serie de interro- gantes. ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 234 a) FoRMAS DE aboPCcION DE La CESION PROVINCIAL. El ptocedi- miento por el cual una provincia cede parte de su territorio para instalar en é] la Capital Federal no esta previsto por Ja Constitucién nacional, sino que se regula por el derecho local provincial. No 8 necesariamente en virtud de una ley como podria manifestarse. b) Cesiones connicionates. La Constitucién nacional dice “pre- via cesién”. {Puede existir una cesién condicional? En princi- pio, pareceria que la Constitucién no admite (al variable, mdxime teniendo en cuenta los principios constitucionales de fiencionalidad y estabilidad (ver § 17). Sin embargo, ta ley nacional 23.512 acept6 las cesiones condicionadas dispuestas por las leyes 2086 de Rio Negro y 10.454 de Buenos Aires. ©) Muttipiicipad DE TRaStADOS. La reforma constitucional de 1994 aclara en definitiva el problema. al contemplar en el art. 45, de modo especifico, la posibilidad dei traslado de fa Capital Fede- fal a un lugar distinto de la Ciudad de Buenos Aires. § 365. Terrirorios nacionazes, ~ La Constitucién los men- ciona en el art. 75, inc. 15: son los que “queden fuera de los Iimi- tes que se asignen a las provincias”. Desde el siglo pasado fueron creados distintos “gobernaciones” nacionales. La mayoria de estos territorios fue provincializada por las le- yes 14.037 y 14.408, No hay otros “territorios nacionales”, salvo el territorio fede- ralizado de la Capital Federal (art. 3°) con su régimen sui géneris previsto por el art. 129. Pero nada impediria que con la voluntad de las provincias se formara un territorio nacional, o que éste sur- giese de la incorporacién a la Argentina de una zona de otro pais. Territories” a 3) EL TERRITORIO DE LAS PROVINCIAS § 366. Principio DE La twrEGRIDAD TERRITORIAL. — Cada pro- vincia cuenta con su territorio. Esto se desprende de varias nor- mas constitucionaies (arts. 3°, 13 y 75, inc. 15, elcétera}. El art. 13 enuncia una regla importante: “Podrin admitirse nuevas provin- cias en la Nacién; pero no podra erigirse una provincia en et terti- 232 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO torio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el con- sentimiento de la legislatura de las provincias interesadas y del Congreso”. De esa cldusula se desprende el principio de integridad terri- torial de las provincias: no es v4lido despojarle a una de ellas de un segmento de sv territorio, sin su consentimiento. La Constitu- cién nacional tiene dos directrices prohibitivas claras cuando esta- blece que sin la conformidad de la provincia afectada, no es posible que se forme una provincia en el seno de otra, y que de varias provincias se forme una sola. También cabe preguntarse si el Congreso, al arregtar los limi- tes de la Nacion, de acuerdo al art. 75, inc. 15, de Ja Const. nacio- nal (ver § 370), no podria reducir la superficie de una provincia, y hasta (hipotéticamente) extinguirla. El art. 75, inc. 15, de Ja Const. nacional habilita al Congreso a ceder territorio provincial para concluir un conflicto limitrofe externo, ya que el arregio exige habitualmente alguna concesién de superficie. La duda que emerge es si la provincia perjudicada podria cuestionar 1a constitucionalidad de ese arreglo, de ser noto- riamente arbitrario. Nos parece absurdo negarle legitimacién para ese planteo, sobre un asunto que otrora serfa “cuestién politica no justiciable”, pero que de acuerdo con la actual evolucién jurispru- dencial, bien podria asumir condicién de justiciable. § 367. PRINcIPIO DE LA INDESTRUCTIBILIDAD DE LAS PROVINCIAS. Siguiendo jos lineamientos de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América en “Texas v, White”, nuestro alto tribunal ha dicho que la Argentina es una “unién indestructible de Estados in- destructibles” (“Bressani”, Fallos, 178:9). Sin embargo, la tesis es relativa: la Constitucién permite ex- plicitamente en su art. 13 que una provincia voluntariamente se acople a otra, o que dos (o mds) formen una sola. También es factible, segtin el mentado art. 13, que una pro- vincia se divida en dos o mas. En cualquiera de estos casos, el art. 13 de la Constitucién exi- ge el consentimiento de Ja provincia afectada y del Congreso na- cional, cuyo control, segin la jurisprudencia estadounidense, tiene un doble objetivo: impedir combinaciones de Estados provinciales ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 233 que pudieran afectar la supremacia de la autoridad nacional; y proteger los intereses de los diversos Estados provinciales, en particular de los menos poderosos (casos “Virginia v. Tennessee”; “Buckner v. Finley”; “Mahon v. Justice”, etcétera). § 368. Et peRecHo pe secesion.— Es usual afirmar que en una federacién (como la Argentina), una provincia, /and o cantén carece de la facultad de retitarse 0 separarse. La discusién teéri- ca fue resuelta en los campos de batalla de Estados Unidos de América, con el triunfo de los unionistas y la derrota de los sepa- ratistas, precisamente en la “guerra de secesién” o guerra civil (1861-1865). No obstante, alguna constituci6n federal reconocié el derecho de sus provincias o Estados a separarse (p.ej., art. 72, Const. de la URSS, de 1977). jPermite la Constitucién nacional la separaci6n de una pro- vincia, con anuencia de ella y de la Nacién? El art. 13 facilita que se erija una provincia en el territorio de otra (0 de varias), con autorizacién de la provincia involucrada y del Congreso. No pa- rece, pues, que exista una definida previsin constitucional negato- ria de la posibilidad que comentamos: Ja desmembracién de una provincia presenta més bien un caso de laguna constitucional, in- tegrable por vfa analégica con la previsidn del art. 13, esto es ad- misible, previa decisién de ella y de la Nacién. § 369. CONnFLICTOS LIMITROFES PROVINCIALES. DISTINTAS AL~ TERwaTivas. ~ La regulacién de los limites provinciales incide, na- turalmente, en la conformaci6n del territorio de las provincias. Aqui cabe diferenciar dos situaciones conflictivas distintas: la de- terminacién de {fmites, tarea que comprende la fijacién juridica de esas fronteras, y la demarcacion en el terreno. La fijacién de fos limites provinciales, de haber conflicto al respecto, correspon- de al Congreso nacional (art. 75, inc. 15, Const. nacional), y la so- lucién de controversias respecto de limites preexistentes. En tal caso, de haber limites, pero discutidos, el problema es tarea judicial, siendo en principio competente la Corte Suprema (art. 117, Const. nacional -ver § 373-). § 370. DerermivaciOn DE LIMITES PROVINCIALES POR PARTE DEL ConGREso. NATURALEZA Y BASES DE SU DECISION. - El art. 75, inc. 234 ESTATUTG DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO 15, de Ja Const. nacional deja en manos del Congreso fijar los li- mites “de las provincias”. El acto de delimitacién de las areas provinciales es unilateral de] Congreso, quien, en el lenguaje constitucional, asigna tales li- mites (ver art. 75, inc. 15 in fine, Const. nacional). No obstante. tal asignacién no puede ser (en una Constitucién que se propone “afianzar la justicia”, seguin dice el Predmbulo) arbitraria 0 capri- chosa, sino enmarcada segiin las bases juridicas y los valores ju dico-politicos que patrocina la Constitucién. La doctrina precisa, al respecto, ciertas pautas elementales en el proceso demarcatorio de! Congreso. a) Los principios de derecho piiblico de la Constitucién (ar- gumento del art. 27); por ejemplo, el de integridad de las provin- cias (art. 13). 5) Ciertas reglas de derecho internacional pubtico que. por si- militud con las relaciones internacionales, se aplican a las relacio- nes interprovinciales (Frenkel). ¢) Determinades principios insprivatistas, como el ejercicio de la posesién clara, inequfvoca y actual de Jas dreas en litigio. d) La justicia y equidad, en funcidn de tos principios de jeal- tad federal (ver § 669) y fraternidad interprovincial. e) Otros postulados constitucionales de tipo procesal, como el del debido proceso (Bidegain), que impone oir a las partes afec- tadas. Aun asi, la Corte Suprema ha sostenido que la determinacién de los limites de las provincias, Hevada a cabo por el Congreso, es “de cardcter politico”, y que en ella estén interesadas no sdlo las provincias afectadas, sino también toda la Nacién, ya que esta en juego el equilibrio global de la federacion (“Prov. Santa Fe y Cér- doba s/limites interprovinciales”, Fallos, 114:426). § 371. Recurrtaiitpap. - Se ha puntualizado que la decisidn del Congreso cuando asigna limites provinciales es irrecurrible ju- dicialmente (Carbone), configurando asi una suerte de cuestion po- litica no justiciable. No obstante, de mediar arbitraricdad en lo decidido, el pro- aunciamiento del Congreso resultaria inconstitucional, y ese vicio ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 235 podria eventualmente ser evaluado en sede judicial en funcién de tos arts. 116 y 117 de la Const. nacional. § 372. ALTERNATIVAS DE DETERMINACION DE LIMITES PROVINCIA~ LES SIN INTERVENCION DEL ConGreso.—En la experiencia jurfdica constitucionalista argentina se han instrumentado otras vias de so- luct6n de conflictos interprovinciales, ademds de la decisién del Congreso. Una via es la autocomposicién, o arreglo Conjunto de los pro- blemas fronterizos. sistema auspiciado desde el Ambito nacional por las leyes 1168, 1447, 17.324 y 21.583. Ocasionalmente, al- gunas provincias encauzaron sus problemas por medio de Arbitros, como el presidente de la Nacién: caso ~por ejemplo— dei general Roca, en 1883, en el conflicto entre Cérdoba y San Luis. § 373. Rot pe ta Corre Surrema be Justicia pe 1a Nacion. Nuestro mdximo tribunal ha dicho, en mas de una oportunidad, que no le compete fijar los iimites interprovinciales, pues los debe determinar el Congreso (“Grupo Minero Diablillos”, Failos, 307 1239, y “Oddone”, Faffos, 285:241). También ha indicado que le toca resolver las causas en que es parte una provincia, siempre que no importe demarcar el limite del caso, 0 modificarlo (“Prov. Rio Negro”, Fatlos, 267:352, y “Prov. Jujuy”, Fallos, 228:264). § 374. REGULACION DE LOS LIMITES INTERPROVINCIALES POR CO- BIERNOS DE Facto, ~En ciertos regimenes de facto, sobre todo du- rante aquellos que tuvieron vocacién de permanencia (ver § 253). se han decidido conflictos limftrofes provinciales (p.ej., entre 1968 y 1970 se dictaron catorce leyes sobre el tema). Un sector de la doctrina ha considerado que, teniendo tales gobiernos cardcter precario, no pucden resolver esos conflictos “definitivamente”, como lo indica el art. 75, inc. 15, dé ia Const nacional (Mercado Luna). Otros, en cambio, sosticnen que la norma de facto resolutoria det litigio tiene el mismo valor que cualquier otra emanada de esa auloridad (Carbone). La cuestién es compleja, porque durante Jos gobiernos de fac- to el Estado argentino ha asumido una estructura unitaria, al cadu car las autonomias locales. Pero parece absurdo que, en tales eta- 236 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO pas, se resuelvan problemas relacionados con la funcionalidad de un Estado federal. 4) CUESTIONES TERRITORIALES § 375. Los estaBLecimtentos DE LA NACION EN CUALQUIERA DE LAS ProviNciAS. Fines y meptos. ~ El art. 75, inc. 30, de la Const. nacional expresa que al Congreso le corresponde: “Ejercer una lte- gislacién exclusiva en el territorio de la Capital de la Nacién y dictar la legislacién necesaria para el cumplimiento de los fines especificos de los establecimientos de utilidad nacional en el terri- torio de la Repiblica. Las autoridades provinciales y municipales conservaran los poderes de policfa e imposicién sobre estos esta- blecimientos, en tanto no interfieran en el cumplimiento de aque- los fines”. a) Con relacién a los fines de la presencia federal en estos lu- gares, la Corte Suprema ha seguido un criterio amplio. Por ejem- plo, en “Municipalidad de Laprida” (Fallos, 308:647, consid. 9°). &) En cuanto a cémo puede la Nacién llegar a tener “esta- blecimientos de utilidad nacional” en una provincia, el a art. 67, inc. 27, de 1a Constitucién contemplaba dos posibilida- des: compra y cesién. Ambas alternativas contintian siendo po- sibles. El interrogante es si dicha transferencia puede realizarse sin 0 contra la voluntad provincial, en particular, pot via de expropia- cién dispuesta por el Gobierno federal. Aunque el tema es discu- tido en doctrina, lo cierto ¢s que la Corte Suprema ha admitido, haciendo prevalecer el art. 17 (que autoriza a 1a Naci6n a expro- piar bienes, previa indemnizacién, sin distinguir entre los de parti- culares 0 los provinciales), la expropiacién de bienes de! dominio provincial, sean del dominio privado o del piiblico de tales provin- cias (“Michelin”, Fadlos, 208:568, “Empresa Ferrocarril del Sud”, Faltos, 128:62, etcétera). § 376. NaTuRateza suRfprca. — Salvo que el territorio trans- ferido por la provincia a la Nacién sea cedido a los fines de esta- blecer en él la Capital de ia Republica (art. 3°, Const, nacional), o para erigir una provincia © un territorio nacional (arg. art. 3°, ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 237 Const. nacional), ¢l lugar destinado a “establecimientos de utilidad nacional” no queda “federalizado” o “desprovincializado”. Esto €s, no pasa a ser territorio de la Nacién, sino que contintia como territorio provincial, aunque en él !a Nacién ejerza potestades no sélo legislativas (como parece indicar el art. 75, inc. 30, de la Const. nacional), sino también administrativas y judiciales (“Prov. Bs. As. c/Swift", Fallos, 197:292, y “Marconetti”, Fallos, 271:186). § 377. Inrenstpap DE LA JURISDICCION FEDERAL. — Algunas ve- ces el alto tribunal dijo que en los lugares que la Nacién adquiria, ésta ejercia competencias exclusivas. A la postre, sin embargo, ha enunciado !a tesis de la jurisdic- cién compartida: la Nacién ejerce poderes, en aquellas zonas, de tipo legislativo, administrativa y judicial en todo lo referente a realizar la finalidad 0 materia especifica del establecimiento na- cional (“Ambros Palmegiani", Fallos, 308:403). El nuevo art, 75, inc. 30, ha aceptado la doctrina de la “juris- diccién compartida”, en estos términos: la Nacién dicta la “legisla- ci6n necesaria” para el cumplimiento de los fines especificos del establecimiento de utilidad nacional dei caso, situado en una provincia, y las provincias y municipalidades, para el mismo lu- gar, conservan poderes policiales y tibutarios, en tanto no inter- fieran en el cumplimiento de los fines federales del estableci- miento. Resumiendo: para ser inconstitucional no basta que una potes- tad provincial incida en el lugar transferido; debe producir un efecto negativo, una perturbacidén en las actividades federales a las que se dedica el establecimiento en cuestién (ver voto del ministro Frias en “Vialco”, Fallos, 301:1122; cfr. también “Banco Hispano Corfin”, Fatlos, 307:215). § 378. Dererminacton pet inrerts wactonac. — La fijacién del objeto federal de ia compra o cesién del lugar (es decir, de su des- fino), es en principio una cuestién privativa del Congreso (al san- cionar la ley del caso) y del Poder Ejecutivo (al dictar !as normas reglamentartas). Como dijo la Corte Suprema, la fancién del Poder Judicial es en esto secundaria (“Vial Hidrdulica”, Fatlos, 302:1252. y “Prov. Santiago del Estero”. Fallos, 3071381). 238 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO § 379. MRECURSOS NATURALES PROVINCIALES. — Este tema ha dado jugar a una larga discusién en la Republica. En principio, las provincias tienen e} subsuelo correspondien- te al territorio de su superficie. Pero la ley nacional 14.773 de- claré “bienes exclusives, imprescriptidles e inalienables” del Esta- do nacional a los yacimientos de hidrocarburos sdlidos, liquidos y gaseosos, existentes en todo el territorio de la Reptiblica Argenti- na, aunque reconoce a las provincias una participacién en su pro- ducido. La posterior ley 17.319 ratificé esa decision. Lo cierto es que la Convencién Constituyente de 1994 dispu- so en el nuevo art. 124 in fine que “corresponde a las provincias el dominio originario de tos recursos naturales existentes en su territorio”, Esta expresi6n, segdin ef miembro informante Her- nandez de la comisién respectiva, “comprende tanto el suelo como el subsuelo, el espacio aéreo y el litoral maritimo. Por supuesio, también son de dominio de las provincias los recursos tenovables o no” (“Diario de Sesiones”, p. 3864, en sentido simi- lar, el miembro informante Verani, p. 3868, Obra de la Conven- cidn Nacional Constituyente 1994, 1. VI, p. 5768 y 5770, respecti- vamente). La nueva regia subraya que las provincias son ahora “duefias originarias” de tales recursos (convencional Dfaz Araujo, “Diario de Sesiones", p. 3311, Obra de la Convencién Nacionai Constitu- yente 1994, t. VI, p. 5493), lo que no impide que puedan convenir con la Nacién la explotacion de aquéllos. Las leyes 24.145 (de federalizacién de hidrocarburos) y 24.228 (de acuerdo federal mi- nero) se inscriben en ese programa de reprovincializacién de los teferidos bienes. § 380. Ez TERRITORIO MuNrcipaL. — Existen municipios en e! orden provincial. La Constitucién nacional obliga a las provin- cias a asegurar su régimen municipal (art. 5°), aut6nome {art. 123). De tal obligacién constitucional se desprende, que las provin- cias tienen que reconocer a los municipios una serie de derechos minimos a fin de permitir su desarrollo basico (“Rivademar’, LL, 1989-C-47); y, entre ellos, cierta cantidad de bienes. incluyendo un territorio razonable para que puedan cumplir los fines propios de la vida municipal. ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO. 239 En rigor de verdad, Ja superficie de los municipios forma par- te del territorio provincial. Es la provincia dei caso {o Ia Nacién, cuando el municipio estd en territorio nacional) la que tiene sobre ese espacio e] “dominio eminente™ (ver § 353), sin perjuicio del dominio de uso publico 0 privado que los municipios posean sobre aquel territorio provincial. $381. Texasrorto rrovinciat Fivviat.~ Una célebre discu- sién en el Senado federal, en 1869, enfrenté la tesis de Vélez Sdrsfield, segiin la cual las provincias no son propietarias de los cos que corren por ellas (es decir, la Nacidn tiene el dominio te- rritorial sobre tales rios), con la de Mitre, quien sostiene que las Provineias tienen el dominio territorial de todos los cauces fluvia- les que pasan por su territorio. La Corte Suprema ha aceptado la tesis de la pertenencia al tc- sritorio de cada provincia de los rios que corren por é1 (“Franck”, Fallos, 275:357). § 382. “Dominio” y “gurtsDicciONn” SOBRE RIOS PROVINCIALES. Hay que distinguir segiin sean rios navegables o no navegables. a) Rios wavecastes. Aqui la doctrina y la jurisprudencia han diferenciado el “dominio” (territorial) det rio, y su “jurisdiccién” (derecho a regulatlo). Para ta Corte Suprema, la jurisdiccién es independiente del dominio (“Gobierno nacional y Sociedad del Puerto de Rosario”, Faflos, 111:195). A tenor de los arts. 9°, 12, 26, 75, ines. 10 y 13, y 126 de la Const. nacional, y a fin de efectivizar e] contro! federal en lo refe- rente a la libre navegacién de los rios interiores, y el comercio con las naciones extranjeras y de las provincias entre si, se ha recono- cido jurisdiccién al Gobierno nacionat sobre dichos rios (“Prov. de Buenos Aires c/Nacién”, Fallos, 297:236), sin perjuicio del domi- nio provincial. Asimismo, se ha reconocido una jurisdiccién concurrente en temas que la Constitucién asigna de modo comtin a la Nacién y a las provincias, como la exploracién de fos rias y la construccién de canales navegables, o el aprovechamiento y desarrollo de los recursos hidricos (arg. arts. 75, inc. 18, y 125 de la Const. nacio- nal, segun Frias). 240 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO Por dltimo, hay una jurisdiccién provincial sobre tales rios, en todo lo que no haga a Ja jurisdiccién federal y a la concurrente (“Prov. de Buenos Aires c/Nacién”, Fallos, 297-236) b) Rios vo wavecaBLes, Aunque hay posiciones contrapuestas, en esta materia el dominio y la jurisdiccién, como regta, se consi- deran provinciales. Alguna excepcién puede provenir por razo- nes de interés federal (p.cj.. defensa). § 383. Terrrrorio tacusrre. - Lo dicho para los rios es tam- bién aplicable a los lagos, analégicamente. Segtin interpretacién de la Corte Suprema, lagos y rios tienen un régimen comin (“Gri- nivk”, Fallos, 194:337). § 384. Terrrrorio insutar. ~ Las islas situadas en los rfos corren la suerte de éstos: pertenecen a la provincia (o a la Nacién) titular del territorio fluvial del caso (teoria de fa accesién). La Corte ha sentado también tal tesis (“Empresa del Puerto de Rosa- rio”, Fallos, 126:82). Si el ro pertenece a dos o més provincias (0 a una provincia y ata Nacidn), el territorio insular debe repartirse analégicamente, de la manera como resuelve el derecho internacional estos temas (p.ej., sistemas de la linea media, o del thaiweg). § 385. Ee mar arcentino. Exrensién. - Después de varias normas anteriores, el régimen actual, derivado de las leyes 17.094, 17.500 y 18.502, programa ia “soberania” (sic) de la Nacién ar- gentina, hasta doscientas millas marinas, medidas desde las Iineas de las mareas més bajas. Eso, en cuanto a la superficie. Respecto de su profundidad, la ley 17.094 establecié que la soberania se extiende también al lecho del mar y al subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a su territorio, hasta doscientos metros de profundidad y también, fuera de ese limite, hasta donde la profundidad de las aguas permita Ia explotacién de los recursos naturales. Segun ia Jey 17.500, los recursos del mar territorial fueron Geclarados propiedad del Estado nacional. A su turno, la ley 24.922 declar6 el dominio y jurisdiccién de Jas provincias con fitoral maritimo, de los recursos vivos que pue- ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 241 blan las aguas interiores y el mar territorial argentino adyacente a sus costas, hasta las doce millas marinas. Seguin ia Corte Supre- ma, esta ley tiene alcance acotada a la actividad pesquera, y no se aplica en otros 4mbitos dentro de esos limites, donde la Nacién Argentina conserva plena jurisdiccién (“Total Austral”, Failos, 326:3368). Conforme a la ley 18.502, existe una jurisdiccidn compartida entre la Nacién y Jas provincias riberefias adyacentes a las costas respectivas, en una distancia de tres millas. Después de esas tres millas, y hasta las doscientas citadas precedentemente, la jurisdic- cidn es solamente federal. En et afio 1991 se dicté la ley 23.968 y el decreto de necesi- dad y urgencia 2623/91, modificatorio de la primera, normas que imstrumentaron el siguiente sistema de zonas maritimas. a) LAS AGuas INTERIORES DE LA Repuaiica. Son las situadas en el interior de las Ifneas de base normales y de base rectas mencio- nadas por el art. 1° de la ley 23.968. b) Ee mar Teratroriat agcentino. Se extiende hasta una dis- tancia de doce milas a partir de aquellas Ifneas de base. El art. 3° de la ley 23,968 declara la soberania argentina plena sobre ese mar, asi como sobre su espacio aéreo, el Iecho y subsuelo, ¢) Zova conticua argentina. Se extiende veinticuatro millas marinas mis alld de las lineas de base mencionadas. Conforme al art. 4° de la ley 23.968, la Nacién ejerce allf poderes fiscales y j risdiccionales, en materia impositiva, aduanera, sanitaria, cambia- ria ¢ inmigratoria. ¢) Zona ECONOMICA Exctusiva arcenTINA. Se prolonga mds alld del limite exterior del mar territorial, hasta una distancia de dos- cientas millas marinas a partir de las aludidas lineas de base. También alli ejerce la Repiblica poderes fiscales y jurisdiccionales similares a los detallados para la zona contigua (art. 5°, ley 23.968). ) PLATAFORMA CONTINENTAL ARGENTINA. Igualmente bajo sobe- ranfa nacional, que comprende el lecho y el subsuelo de las dreas submarinas que se extienden mas alld de su mar territorial “y a todo fo largo de ta prolongacién natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental” (art. 6°, ley 23.968). 16, Sagues. Manna. 242 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO § 386. AsiGNactén TERRITORIAL. Provincias y Nactow. - La distribuci6n realizada en su momento por e} Cédigo Civil, obliga a considerar territorio maritimo provincial ef mar adyacente al terri- torio terrestre, hasta la distancia de tres millas. El que exceda esas tres millas originales, ha sido espacio in- corporade al territorio nacional por voluntad del Estado federal, y no asignado por éste a las provincias litoralefias, de tal modo que éstas no podrian argiir que se les ha quitado la superficie mariti- ma, aumentada por decisién de la Nacién, Finalmente, la Corte Suprema reputé inconstitucional el art. 81 de Ia Const. de Tierra del Fuego, que extiende la jurisdiccién provinciai en materia de explotacién econdémica hasta donde la Re- publica Argentina ejerce su jurisdiccién, ya que ello importé avan- zar sobre las atribuciones del Gobierno federal en la materia (“To- tal Austral”, Falfos, 326:3405). § 387. Terrrrorio AéREO NACIONAL ¥ PROVINCIAL. — En materia de jurisdiccién, existe jurisdiccién federal o nacional sobre el es- pacio agreo provincial, a los fines federales de aeronavegacién, co- mercio interprovincial ¢ internacional, defensa, radiocomunicacio- nes y dem4s asuntos de interés federal. B) La PoBLaci6n 1) NACIONALES Y CIUDADANOS § 388. Ex PuesLo EN La Cowstiructon aRGentina. — Ek texto constitucional se refiere de diferentes maneras al elemento humano del Estado argentino, y con acepciones no siempre nitidas. a) Pusato. Esta palabra aparece varias veces en la Constitu- cién; por ejemplo, en el Preambulo ("Nos los representantes del pueblo” y, en el art. 22 (“El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes”); en el ari. 33 (hay derechos constitucionales no enumerados “que nacen de! principio de la so- berania del pueblo”), y en el art. 45. Es discutibie si la Constitucién, cuando habla de pueblo, se reflere a toda ja poblacién (hombres, mujeres, menores de edad, ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 243 cxtranjeros, Wransedntes, etc.). 0 s6lo a una parte de ella. En la mayoria de los articulos citados, la Constitucién parece referirse al pueblo, como cuerpo electoral (es decir, a una parte del puedlo todo). b) Hasirares. Esta expresién es utilizada en muchos articu- los de Ja Constitucién (14, 16 a 19 y 45). En principio, compren- de a cualquier persona, incluyendo a los transetintes. Sin embargo, en algunos casos, ta palabra habitante puede ce- hirse a los residentes (p.ej., en el art. 45, con el fin de determinar la base poblacional para elegir diputados), Si se adopta esta no- cidn restringida, los derechos que el art. 14 de ia Const. nacional otorga a los “habitantes” (permanecer y trasladarse, entrar o salir de! territorio, publicar sus ideas sin censura, practicar libremente su culto, eétc.), tutelarian a tos residentes y no cubririan necesaria- mente a (ranseintes, simples visitantes o turistas, por ejemplo. En aquel sentido restrictivo, Ja Corte Suprema ha entendido que el “internado” no es “habitante” (ver § 404), y que. por lo tan- to, no gozaria del derecho a circular libremente que confiere el art. 14. Esta vision restringida de los derechos sotamente para los “habitantes” (residentes) en sentido ¢stricto resulta una interpreta- cién excesivamente literal o textualista de la Constitucién. c) Pomaciow. El art. 4° de la Const. nacional emplea esta palabra, al referirse a quién debe pagar los impuestos y contribu- ciones, Su sentido es también amplio. d) Crupapavos. La Constitucién hace uso de esta expresién muchas veces, con sentidos diversos: “ciudadano de cada provin- cia”, en el art. 8°; “ciudadano native” (se supone argentino nacido en el pais), en el art. 89; “ciudadano por naturalizacién”, en ef art. 21 (argentino por haber adoptado voluntariamemte la ciudadania argentina, siendo originalmente extranjero); “ciudadano extranje- to” (individuo no argentino), art. 116, y ei art. 20 habla de “ciuda- dano”, a secas, pero parece referirse al habitame argentino. La palabra ciudadano no tiene, pues, en la Constitucién, un uso claro. €) Argentinos. El art. 29 refiere a “la vida, el honor o las fortunas de los argentinos". Comprende tanto a argentinos nati- vos como por opcién. 244 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO Ff) Exrrawstxos. Son los no argentinos. g) Vecrwos. En principio, el vecino (mencionado en el art. 116), alude al residente afincado en un lugar de la Argentina. § 389. Cawrioap ve postacién: Constrructén bE 1853 y CENSO Sactonat pf 1980.-La reforma constitucional de 1860 introdujo algunas modificaciones en la retacién poblacién y eleccién de di- putados. El texto constitucional de 1853 asigné en su art. 34 (actual 46). un nimero de diputados a cada distrito que, se suponia, era proporcional a ja poblacién presunta de cada uno de ellos. Si se comparan esos datos con los del censo nacional de 1980, se adver- lird una sugestiva variacién en Ja importancia poblacional de cada provincia y de 1a Capital Federal. § 390. ARGENTINOS ¥ ExrRANJEROS.~ En 1850, el porcentaje de extranjeros cra, aproximadamente, del 10%. La politica inmi- gratoria que patrociné la Constitucién de 1853 elevé ese indice al 25% en 1895 y al 30% en 1914. En 1980, el porcentaje fue del 7%, con lo que se retorné, grosso modo, at cupo de mediados del siglo xix En 1869, el porcentaje de poblacién urbana se acercaba al 29%. En 1980, subié al 85% (segin la investigacién de Susana Ramella). § 391. CruDADANIa, NACIONALIDAD Y NATURALIZACION. DIRECTRI- CES consriructonaces. — La Constitucién nacional adopta, en esta ma- teria, diversas posturas que se reflejan en Ja legislacién sancionada. a) El nuevo art. 75, inc. 12, después de la reforma de 1994. habla de los poderes del Congreso para sancionar leyes “sobre na- turalizacién y nacionalidad”. Acto seguido, el mismo art. 75, ine. 12, dice que las reglas sobre naturalizacién y nacionalidad deben pronunciarse “con suje- cién al principio de nacionalidad natural y por opcién en beneficio de 1a argentina”. 6) El art. 21 habla de los “‘ciudadanos por naturalizacidn”, con lo que suma, a los conceptos de naturalizacién y nacionali- dad, un tercero: el de ciudadania. ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL FSTADO ARGENTINO 245 c) El art. 20 parece unificar otros conceptos: los de ciudada- nia y nacionalidad (“Borda”, Fallos, 327:5118), ya que, refirién- dose a los extranjeros, dice que ellos “no estén obligados a admitir la ciudadanfa”, y después agrega: “Obtienen nacionalizacion resi- diendo dos afios continuos en la Nacién”. d) Introduciendo aun mayor confusién, el art. 8° advierte que “los ciudadanos de cada provincia gozan de todos los derechos, privilegios e inmunidades inherentes al t(tulo de ciudadano en las demds”. Una lectura répida del texto parece indicar que existen ciudadantas provinciales. Del texto constitucional, en resumen, no se pueden desprender nociones claras en torno del instituto que tratamos. La ley 346, actualmente vigente (con ciertas reformas), unifi- c6 los conceptos de nacionalidad y ciudadania, de modo que no existen nacionales no ciudadanos: todos los nacionales son ciuda- danos argentinos. Pero, segtin la Corte Suprema, eso no implica que tales nacio- nales-ciudadanos gocen igualmente de los derechos politicos, ya que hay condicionamientos que Ia ley o la jurisprudencia han reputado razonables, por edad, aptitudes morales y civicas, etc., que pueden instrumentarse por ley (“‘Salinas”, Fallos, 147:282, y “Lanteri de Renshaw", Fallos, 154:289, se negé ef enrolamiento cn funcién del sexo). § 392. DIRECTRICES DE DERECHO INTERNACIONAL Y SUPRANACIO- aL. — Estas normas que tienen jerarquia constitucionat (art. 75, inc, 22), enuncian Jos siguientes postulados basicos: a) toda perso- na tiene derecho a una nacionalidad (art. 20, Pacto de San José de Costa Rica); todo nifio tiene derecho a adquirir una nacionalidad (art. 24, inc. 3°, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polfti- cos); 6) toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nacié si no tiene derecho a otra (art. 20, Pacto de San José de Costa Rica), y c) a nadie se privard arbitrariamente de su nacionalidad, ni del derecho a cambiarla (art. 20, Pacto de San José de Costa Rica). § 393. RéciMen LEGAL ARGENTINOS NATIVOS. - La ley 23.059 restauré la vigencia de la ley 346, de) afio 1869, con las reformas 246 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO. y complementos de, por ejemplo, las leyes 12.951, 16.569. 16.801, 17.692, 20.835 y 20.957. La ley distingue tres categorias basicas de argentinos: nativos, por opeién y naturalizados. La ley 346 declara argentinos nativos (art. 1°, inc, 1) a todas las personas nacidas o por nacer en el territorio de la Republica, con independencia de la nacionalidad de sus padres, y con ex- cepcion de los hijos de ministros extranjeros y miembros de la te- gaci6n extranjera, residentes en la Republica. Esta Jey cumplié asi con Ja directriz constitucional del art. 75, inc, 12; esto es, imponer la ciudadanfa segitin la tesis de la nacio- nalidad natural 0 del ius soli. § 394. ARGENTINOS Por OFCION. - El art. P, incs. 2 y 4, de la ley 346 declara argentinos por opcidén a los hijos de argentinos na- tvos que, habiendo nacido en pais extranjero, eligieren la ciudada- mia de origen de sus padres. La reforma de 1994 admitié explicitamente la categoria de cjudadanos por opcién (art. 75, inc. 22). La Corte Suprema ha indicado, con acierto, que la ciudadania por opcién es excepcional, y que los recaudos del caso deben exigirse restrictivamente (“Be- natar Macias”, Falfos, 301:839). § 395. ARGENTINGS POR NATURALIZACION. — Se trata de los ex- tranjeros que obtienen la aacionalidad argentina. El art. 20 de la Const. nacional expresa que la adquieren residiendo dos aflos con- tinuos en el pais; “pero la autoridad puede acostar este término a favor del que jo solicite, alegando y probando servicios a la Repii- blica”. La ley 20.855 expresa que no podrd negarse la ciudadanfa por razones politicas, ideolégicas, gremiales, religiosas o sociales, mo- dificando asf el art. 11 de la ley 346. La anterior jurisprudencia de la Corte Suprema habia permitido el rechazo de la peticién de la ciudadania a quien hubiese participado en actividades comunis- tas (“Gutman”, Fallos, 259:100). Cabe preguntarse en qué medida puede una ley tratar a los ar- gentinos naturalizados en inferioridad de condiciones a los argenti- nos nativos. Salvo que esa discriminacién surgiese de la Consti- ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 247 tuci6n, la respuesta resulta en principio negativa, En “Sanhueza”, la Suprema Corte de la provincia de Mendoza concluy6, con acier- to, que violaba la Constitucién ta norma local que impedéa al ar- gentino naturalizado desempejiarse en 1a policia, por mas que esta funcién incluyese actos de ejercicio de imperium (DJ, 1996-1-946). Y en “Hooft”, la Corte Suprema de Justicia de la Nacidn reputd violatorio det art. 16 de la Const. nacional una norma de la Cons- tici6n de la provincia de Buenos Aires que impedia al ciudadano por naturalizacién desempefiarse como juez de Camara, reservan- do ese sitio 2 los argentinos nativos o por opeién (“Hooft”, LL, 2005-D-557). § 396. Pérprpa DE 14 NactonaLtDAD. - La ley 14.031 privé de la nacionalidad a un argentino nativo, y ia ley 21.795 contemplé la pérdida de la ciudadania nativa para quienes incurrieren en deter- minados comportamientos. La Constitucién, en su art. 75, inc. 12, obliga a instrumentar el régimen de ciudadanfa, segtin los principios de la ciudadanfa natural y por opcién, pero no explicita si ella puede caducar. A su turno, el art. 20 del Pacto de San José de Casta Rica reconoce a toda persona el derecho a tener una nacionalidad, de Ja cual no puede ser arbitrariamente privada, y que también todo individuo tiene derecho a la nacionalidad del Estado donde nacié, si no tiene derecho a otra. Autores como Ramella y ta propia Corte Suprema (“Geatile”, Fallos, 220:278; “Schnaider”, Falfos, 222:85, y “Glaeser”, Fallos, 212:231) han admitido a su vez la privacién de ta nacionalidad ar- gentina adquirida por un extranjero si incurre en ciertas conductas (actos lesivos contra el Estado, incumplimiento de determinados deberes legales, falsedad en la informacién en base a la cual se otorgé la nacionalidad, etcétera). § 397. Doste vactoxauipab. — ,Es constitucional el régimen de doble nacionalidad instrumentado por la Argentina, por ejem- plo, con Espafia ¢ Italia, mediante las leyes 18.957 y 20.588? En rigor de verdad, la doble nacionalidad. tal como se la co- Noce, ¢s un hecho no previsto por la Constitucién (laguna constitu- cional), Asi entrevisto el problema, y si se trata de integrar un 248 ESTATLTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO vacio constilucional (ver § $7), principios de bien comun, de afian- zamniento de las retaciones internacionales y de proteccién del hom- bre, autorizan a legitimar el mecanismo que comentamos, siempre, desde luego, que sea razonablemente instrumentado. 2) EXxTRANJEROS § 398. Concerto Y estapo LeGaL. - En nuestro sistema cons- litucional, extranjero equivale a no argentino (sea éste nativo, por opcién o por naturalizacién). Algunos autores han puntualizado que la Constitucién impone reconocer, ademas de las personas fisicas extranjeras, a las perso- has juridicas o ideales extranjetas (constituidas o con domicilio en el exterior). No nos parece que ella obligue a ese reconocimic to, sin perjuicio de que si lo haga (o no) la iegislacién infracons tucional. § 399. Prosocién DE La inmiGRAcION. ~ La Constitucién na- cional tuvo una clara politica inmigratoria: “gobernar es poblar”, afirmaba enfaticamente Alberdi. Todo el esquema constitucional debia responder a ese objetivo: al extranjero debia garantizirsele la libertad religiosa, cl matrimonio, predigarle la ciudadania y el domicilio (Bases. cap. XVUID), etcétera. El art, 25, siguiendo el modelo afberdiano, indica: “El Go- bierno federal fomentard fa inmigracién europea”. En particular, el pensador tucumano reclamaba inmigrantes ingleses: “Sin la coo- peracién de esa raza es imposible aclimatar la libertad y el progre- so material en ninguna parte” (Bases, cap. XXXII), y de ahf la norma citada. El contenido de esta cléusula es, pues, de indole racista, y es, por tanto, ilegitimo. Hay aqui un caso de carencia axioldgica de norma, que impide aplicarla tal como esta (ver § 55), Cabe inter- pretaria descartando esa connotacion étnica. La ley 25.871 de mi- graciones, con acierto, impone el principio de igualdad de trato para los extranjeros. y su acceso igualitario al pafs (arts. 5° y 6°), prohibiendo, ademds, actos discriminatorios por motivos, por ejem- plo, de etnia. religion, nacionalidad, ideologia, opinién publica o gre- mial. sexo. género, posicidn econdmica 0 caracteres fisicos (art. 13). ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 249 § 400. InGREso pe ExTRANJEROS. ~ La ley 25.871 ~con sus modificatorias~ reglamenta esta materia, y organiza la Direccién Nacional de Migraciones, Reconoce como obligatorios los com- promisos internacionales de la Republica en esta materia (art. 3°). En principio, es constitucional para la Corte Suprema regu- lar el derecho de admisién de extranjeros a 1a Republica, por razones de bien comin (“Cuesta Urrutia”, Fallos, 200:107, y “Grunbiatt”, Fallos, 205:632), como cualquier otro derecho cons- utucional. Un caso particular de ingresos es el de asilo politico. La ConstituciGn no dice nada al respecto, pero sf el Pacto de San José de Costa Rica (que tiene rango constitucional: art. 75, inc. 22), en ei art. 22, inc. 7: “Toda persona tiene el derecho de buscar y reci- bir asilo en territorio extranjero cn caso de persecucién por delitos politicos o comunes conexos con los politicos y de acuerdo con ta legislacién de cada Estado y los convenios intemacionales”. Con- forme a la Constitucién, la negativa de ingreso permanente de ex- tranjeros seria inconstitucional para aquellos “que traigan por ob- jeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y ensefiar las ciencias y las artes”, ya que ef Gobierno federal “no podrd res- tringir, limitar ni gravar con impuesto alguno” la entrada de quie- nes tengan esos propésitos (art. 25, Const. nacional). La negativa legal transitoria podria tener sustento en situaciones de guerra o de emergencia, 0 durante ef estado de sitio. Conviene advertir que, segdn informaciones periodfsticas, el mimero de inmigrantes ilegales en la Reptblica alcanzaba, a me- diados de 1990, la cantidad de un millén de personas (“La Na- cién”, 12/6/90). § 401. Reroreso.— La Corte Suprema ha dicho que un ex- tranjero residente en la Argentina, que desea retornar al pais, pue- de hacerlo como cualquier habitante argentino, sin restricciones, gozando dei derecho de entrar y salir libremente que confiere el art. 14 de la Const. nacional (“Bertone”, Fallos, 164:290, y “Ro- defguez”, Fallos, 197:332). § 402. Resrencia.~La legistacién subconstitucional diferen- cia a los extranjeros que estén legalmente en el pais, en tres cate- gorfas de residentes: permanentes, temporarios y transitorios. El 250 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO art, 20 de Ja ley 25.871 se refiere a otra subespecie: la residencia precaria, otorgable a quienes gestionan la regularizacién de su re- sidencia, § 403. Derecuos pet exrransero. — Ha resuelto la Corte Su- prema gue los residentes no nacionaies pueden reputarse Aabiran- tes a los fines del art. 14 de la Const. nacional (“Bunge”, Fatlos, 186:421, y “Shepherd”, Fadlos, 212:493), siempre que hubiesen in- gresado legalmente (“Carizo Coito”, Fallos, 302:604). En cl art. 20, la Constitucién enuncia una serie de derechos especificos para los extranjeros, sin perjuicio de gozar también de “todos los derechos civiles del ciudadano”; pueden ejercer su in- dustria, comercio y profesién; poseer bienes rafces, comprarlos y enajenarlos, navegar los rios y costas; ejercer libremente su cuito; testar y casarse conforme a las leyes, Ademas, los extranjeros tienen derechos negatives, como no ser obligados a convertirse en ciudadanos argentinos, pagar contri- buciones forzosas 0 exiraordinarias (art. 20, Const. nacional), no prestar el servicio militar, si éste fuere obligatorio, durante los diez afios posteriores al dia en que hubiesen obtenido su carta de ciudadania, si la han requerido (art. 21, Const. nacional). Un interrogante constitucional frecuente gira sobre la diferen- ciacién de derechos civiles entre nacionales y extranjeros, esta- blecida por ciertas normas que requieren la condicién de argentino para desempefiar algunas funciones. En la misma Constitucién fi- gucan algunos casos, como la condicién de argentino para ser pre- sidente, vicepresidente, senador 0 diputado o miembro de la Corte Suprema (arts. 48, 55, 89 y 111). Respecto de la exigencia de ciudadania argentina dispuesta por leyes o decretos, la Corte ha dicho reiteradamente que es un recaudo compatible con la Constitucién, “para el desempefio de funciones vinculadas con la soberania y seguridad de la Nacidn, en tanto no infrinjan los limites de ta razonabilidad o no se con- creten propésitos persecutorios o de hostilidad” ("Radulescu”, Fa- ilos, 290:83), como si se exigiera la condicién de argentino para ejercer la profesién de practico de puerto, o para ejercer ta do- cencia con cardcter titular o suplente en la actividad privada (“Re- petto”, Fallos, 311:2272). ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DEL ESTADO ARGENTINO 25) En “Gottschau”, la Corte Suprema, siguiendo pautas de “Hooft” (Fallos, 327:5118), entendié que toda exigencia de nacionalidad argentina para desempefiar ciertos empleos tiene una presuncién de inconstituctonalidad, que justifica un escrutinio riguroso por la Corte, a fin de evaluar ia razonabilidad y la efectiva necesidad de lo asi requerido, respecto de funciones basicas del Estado (JA. 2006-1V-596). Lo que si resulta incompatible con el art. 20 de la Const. na- cional es la diferencia de precios y tarifas para extranjeros, mas gravosas que para los nacionales, con relacién, por ejemplo, a ho- teles, excursiones, pasajes 0 aranceles educativos. que tillimamente han proliferado de manera lamentable en J2 Argentina. En cuanto a los derechos politicos, ta Constitucién no se lox Otorga a los extranjeros (art. 20). Nada impide, sin embargo, que la legislacién infraconstitucionat los conceda (asf, en varias Pro- vincias se les otorga la posibilidad de votar en las elecciones mu- nicipales). § 404. Caso og Guerra. Ev “iwrexwano” ¥ Los SOmDITOS DE FAISES ENEMIGOS. ~ En “Lange”, la Corte Suprema atendié la situa- cidn particular de quien se encuentre en ef pais como iaternade (en tiempo de guerra, es la persona que integra Ja fuerza arma- da de otro pais, y que ingresa a Ja Argentina hasta tanto dure ¢l conflicto bético, bajo un régimen especial de restricciones, que incluye traslados forzosos y limitaciones a fa libertad de circu- lar), El alto tribunal indicé que el internado no es técnicamente habitante, y se encuentra bajo un régimen de excepcién, duran- te el cual sus derechos deben compatibitizarse con sus obligacio- nes al estar en un pais neutral: “el internado no se incorpora al pais; hallase sélo bajo su transitoria asistencia” (“Lange”, Fatlos. 207:125). Con motivo de la declaracién de guerra hecha por Ja Arger- tina a los paises del Eje, ciertas normas (decrs. leyes 7038/45 y 1527/45) establecieron pata nativos de esas naciones (principal- mente alemanes) un sistema especial de registro y vigilancia, aun para aquellos que hubiesen adoptado la ciudadania argentina. Tal tégimen especifico, de ser gravoso, se to puede reputar inc. tucional. 252 ESTATUTO DEL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO § 405. Exputsion pe exrranyjeros.—Segin el Pacto de San José de Costa Rica, un Estado tiene, en ciertos casos, el derecho de expulsar a un extranjero, pero respetando las siguientes pautas (art. 22}: pueden ser expulsados los ingresados ilegalmente, y el] ingresado legalmente, “sdlo podrd ser expulsado... en cumplimien- to de una decisi6n adoptada conforme a la ley” (inc. 6). Sin embargo, agrega el Pacto, “en ningun caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro pais, sea o no de origen, donde su derecho a Ja vida o la libertad personal esté en riesgo de violacién a causa de raza, nacionalidad, religién, condicién social o de sus opiniones polfticas” (inc. 8). La jurisprudencia de la Corte Suprema ha admitido la potes- tad del Estado de expuisar a quien esta irregularmente en la Na- cién (“Ferreyra Hernandez”, Failos, 271:272). También convalidé leyes como la 4144 (de residencia), que autorizaron ta deportacién de extranjeros directamente por el Poder Ejecutivo, por razones de orden piblico y paz social (“Macia y Gassol”, Fallos, 151:211, y “Deportados en el Transporte Chaco”, Fallos, 164:344); pero ad- virtié que existia un control judicial de razonabilidad, que algunas yeces dejé sin efecto tales expulsiones (“‘Argiiello”. Fallos, 268:406. y “Ferrocarriles del Estado Argentino”, Fallos, 270:419). La ley 25.871 prevé distintos supuestos de cancelacién de re- sidencia de extranjeros (comisién de ciertos delitos, permanencia fuera del territorto nacional durante diversos plazos, desnaturaliza- ci6n de las razones por las que se concedi6 la residencia, ete.) por parte de fa Direccién Nacional de Migraciones, pero con vias re- cursivas y judiciales (art. 62 y siguientes). Es impedimento para la residencia, entre otros, tener antecedentes por trdéfico de armas 0 de personas, de estupefacientes o por lavado de dinero, punido con ciertas penas de tres afios o mds, haber incurrido en actos de geno- cidio, crimenes de guerra, terrorismo o delitos de lesa humanidad, promover fa prostitucién, etcélera (art. 29). Es expulsable el ex- tranjero que ingrese a la Nacién por lugares no habilitados, o elu- diendo el control migratorio (art. 37).

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