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Mensaje marcado

martes, 6 de noviembre de 2012 16:37

Pepe:

Escucho detonaciones, a lo lejos. La ciudad est en llamas. Desde aqu veo


las columnas de humo que se elevan al cielo. Quizs en minutos yo tambin
me convierta en humo, pero dudo que me eleve al cielo.

Oigo pasos que suben por las escaleras y el sonido metlico de los cerrojos
de los fusiles. Los hijos de perra son varios y vienen en tropel. Lo nico que
quiero es cargarme a unos cuantos antes de que me conviertan en un
colador.

Antes de irse, el comandante Davis me pidi que intente negociar con los
nativos. "Si logra salvar la vida, a lo sumo lo encerrarn en una mazmorra y
lo torturarn. Pero regresaremos a rescatarlo. Negocie con ellos, nosotros
volveremos", me dijo.

Lo intentar slo por darle el gusto a Davis. Les dir a estos cochinos que ya
llegarn los papeles confidenciales de Pepo Aoz Muzpiri sobre la Cuarta
Flota. Que se los entregar si me garantizan la vida.

Pero dudo que esos papeles lleguen a tiempo. Slo un milagro podr
salvarme. De todos modos, losmarines confiamos en el entrenamiento pero
no creemos en milagros.

Ya vienen. Tratar de no perder la calma, ni desperdiciar municin.

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