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Los muertos de mi felicidad

No puedo dejar de ver esos ojos que casi penden, desorbitados por la
confusin de un momento (el ltimo y no tan corto) de soledad. No hara
falta lo dems. Es suficiente que tu mirada exhiba el salto al vaco de tu
cuerpo. Un vaco lleno de de qu lo llenamos? Del lado de ac se llena de
tierra, flores, lgrimas, cantos, cruces, bailes! El fuego, las cenizas, incluso
el mar se han puesto de moda, aunque no son gran novedad. Despus
quedan escenas que de tan borrosas se empiezan a parecer a las fotos con
que nos decimos que existas
Donde acaba tu soledad comienza la ma y me ha ido indefiniendo hasta
que empieza sentirse como un estado cercano al gaseoso que se evapora y
se va al vaco y, entonces del lado de all, de qu lo llenas?
Yo podra imaginarme que hay un polvillo (polvisho) asoleado que se amolda
a tus deseos como una definicin de lo que un amigo (sic?) llama Filosofa
Contempornea (sic).
Por eso no quiero dejar de soarte en las noches Es que la vigilia no te
crea ni te cree y te necesito ms ac de las palabras. Mi amor ya no
importa no creo que mi amor sobreviva una eterna pesadilla y de otro
modo cmo impedir que te vayas
No me conformo con que me queden tus juicios o tus anhelos No quiero
perseguirte, ni extraarte, ni buscarte. Por qu no me estorbas? Por qu no
me atacas? Yo me com tus ojos esperando el resto de tu cuerpo, pero tu
mano me oblig a vomitarte. Es lo ltimo que he vivido de ti, dejndome en
cada maana una baba cida que me define hacia adentro, acorta mi radio,
me quita adjetivos, reduce mi superficie y me deja slo el profundo y
pequesimo punto de mi ser, donde no cabe nada, sino esperar la noche.

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