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MINISTERIO PUBLICO FISCAL Criminal y Correccional Federal N° 5 de la Capital Federal en el marco de esta causa CFP 7111/2010 (Fisealnet N° 140318/10) caratulada “Magnetto, Héctor y otros s/ delito de accién pablica” del registro de la Secretaria n® 19 de ese Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 10, me presento y digo: L Objeto: En legal tiempo y forma, vengo por el presente a interponer recurso de apelacién contra el auto resolutorio de fecha 12 de marzo de 2015, mediante el cual dispuso el rechazo a la peticién de declaraciones indagatorias realizadas por esta Fiscalia (arts. 448, 449 y concordantes del CP-P.N.). Ello asi, por considerar que la decisién adoptada ocasiona agravios al Ministerio Publico Fiscal, por los motivos que a continuacién expondré. UL Procedencia: En este sentido, la articulacién del recurso que aqui interpongo deviene procedente en los términos del articulo 449 del Cédigo Procesal Penal de la Nacidn, y por deducirlo dentro del término fijado en el articulo 450 del mismo ordenamiento legal. Si bien no desconozco la cuestién de que, en términos generales, el Mamado a declaracién indagatoria del imputado de conformidad con lo establecido por el articulo 294 del Codigo Procesal Penal, resulta ser un resorte discrecional exclusivo del juez, tiene dicho la Cémara Federal de Casacién Penal que “...si bien la decisién que inspira vias de impugnacién intentadas por el acusador piiblico no se encuentra expresamente prevista como recurrible en nuestro ordenamiento legal, no puede desconocerse que aquella comporta una limitacién a la actuacién del Ministerio Pablico Fiscal quien, como érgano independiente tiene a su cargo la promocién de la actuacién de la justicia en defensa de la legalidad y los intereses generales de la sociedad mediante el ejercicio de la accién penal péiblica en causas criminales velando por el efectivo cumplimiento del debido proceso legal (art. 120 de la CN y art. 25, ines. “a”, “c” y “h™ de la ley 24.946)...” (Sala IV, causa N° 14.954 “Ortiz, Carlos Alberto y otros”, reg. Nro. 278 del 14/3/12, con cita de causas N° 14.234 “Patane, Mario y otro”, reg. 15.794.4-y N° 14.223 “Vargas, Antonio Orlando”, reg. 15.793.4). Corresponde destacar que la resolucién atacada aqui bien puede ser equiparada a definitiva en los términos del art. 457 del CPPN, pues la decisién del juez de grado impacta sobre el ejercicio de la accién penal que, como titular que es de acuerdo al mandato constitucional, el representante del Ministerio Piiblico Fiscal promovié para avanzar en el caso bajo una hipstesis delictiva. Esta situacién, al decidir negativamente el requerimiento impetrado por no alcanzar el grado de sospecha que exige el art. 294 del CPPN -segiin su parecer-, resulta suficiente para habilitar, a partir del perjuicio debidamente fundado por el titular de la accién penal, una amplia revisién sobre la razonabilidad y debida fundamentacién de los decidido. Maxime cuando las declaraciones indagatorias que se persiguen, garantizan el derecho de toda persona a ser oida, con las debidas garantias y dentro de un plazo razonable, por un juez.o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por Ia ley, en la sustanciacién de cualquier acusacién penal formulada contra ella (art. 8.1 de la CADH) como componente del derecho de defensa en juicio (art. 18 de la C.N.). En suma, la resolucién sobre la que recae el presente recurso de apelacién se presenta como un acto jurisdiccional meramente formal que no satisfizo una revision sustantiva sobre el tema planteado por esta Fiscalia y las querellas, no observando los. derechos y garantias constitucionales que se encuentran en juego. Por ende, el eje central por el que gira la controversia que se ventila excede la irrecurribilidad del mero rechazo de una diligencia solicitada por una de las partes en el proceso, en tanto el acto procesal que se reclama, repereute sobre el derecho de defensa en juicio y condiciona la actuacién del Ministerio Pablico Fiscal en su derecho obtener una sentencia condenatoria previo juicio (CSJIN, “Santini” S. 401 XXXIV del 3 de diciembre de 1998). Y a todo ello, debe sumarsele que el presente caso reviste una cuestién de gravedad institucional que justifica la procedencia del recurso de apelacién para la intervencién de la Camara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal. En tales condiciones, resulta evidente que el pronunciamiento puesto en crisis involuera un planteo de gravedad institucional que podria lesionar derechos que requieren de inmediata tutela, tal como es el derecho de la sociedad de erradicar la impunidad de los delitos de lesa humanidad cometidos por militares 0 civiles durante el gobierno de facto que estuvo en el poder entre los afios 1976 a 1983 y, por ende, a garantizar y preservar el sentimiento de seguridad juridica, el descubrimiento de la verdad Juridica objetiva, y la sancién de los autores penalmente responsables de hechos atroces. MINISTERIO PUBLICO Vale reiterar, entonces, que al estar en juego la reghonsabilidad det Estado argentino y con el fin ultimo de dar vigencia efectiva a la Corstitucién Nacional, cl Poder Legislativo al declarar la nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida, _ ha considerado oportuno asumir la responsabilidad institucional de remover los obstéculos para hacer posible la justiciabilidad plena en materia de delitos de lesa humanidad, preservando para el Poder Judicial el conocimiento de los casos coneretos y los eventuales efectos de Ja ley sancionada (Fallos 328:2056, CSIN: S. 1767. XXXVIIL: “Simén, Julio Héctor” del 14/06/2005, voto del Dr. Juan Carlos Maqueda). A mayor abundamiento, cabe sefialar que el caso reviste indudablemente interés institucional suficiente que justifica la intervenci6n del Superior (Fallos: 253:465: 256: 263:135; 273:103; 299:249, entre otros muchos), pues la cuestién debatida trasciende el marco natural de la causa y los intereses de las partes, afectando el adecuado desempetio de la funcién que, en ejercicio de su misién, le compete al Ministerio Pablico Fiscal. TIL, Antecedentes: Esta causa se 16 en el allo 2010 a través de la denuncia efectuada por el sefior juez subrogante del Juzgado Nacional en lo Comercial N° 2 quien dispuso la extraccién de testimonios y su remisin a la Secretaria General de la Camara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal a fin de investigar la comisién de un delito de accién publica y al cual se acumulara otro expediente iniciado mediante la denuncia radicada por la Secretaria de Derechos Humanos de la Nacién ante el fuero federal de La Plata (ver resolucién de la Sala I de la Camara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de f8. 2887/2890). Desde entonces se acumul al legajo gran cantidad de material probatorio que obligé a que las querellas y esta Fiscalia solicitaran en reiteradas ocasiones las indagatorias de los imputados. La Secretaria de Derechos Humanos de la Nacién ha requerido las declaraciones indagatorias en estos obrados hace casi cinco afios en més de una ocasién, mientras que Lidia Papaleo lo hizo por primera vez en el afio 2013 y en una segunda oportunidad en 2014 a través del aporte de un escrito suscripto por los fiscales generales, Alejandro Alagia, Jorge Auat y Guillermo Friele. Con fecha 11 de marzo del corriente aio, esta Fiscalia hizo lo propio, ocasi6n en la que se efectué una reseiia histérica del caso, y se detallé y valoré cada una de las pruebas que conllevaban a la solicitud alli efectuada. Asimismo, se expusieron los motivos por los cuales las conductas atribuidas debian ser calificadas en forma provisoria como delito de extorsién (articulo 168 del Cédigo Penal) y, por el modo y contexto en el que fueron perpetradas, de acuerdo con las normas de derecho penal intemacional vigentes al momento de los hechos, como el delito contra Ia humanidad de persecucién por motivos politicos y religiosos (fs. 5237/5257). Sin embargo, al dia siguiente -12 de marzo de 2015-, el Sr. magistrado resolvié que no correspondia hacer lugar a la peticién de declaraciones indagatorias realizadas por el suscripto y las querellas. Para asi decidirlo, el Dr. Julian Ercolini, juez a cargo del Juzgado N° 10 de este fuero argumenté que “...se est a la espera de diversas medidas probatorias que todavia no han concluido, algunas que, por el grado de complejidad que revisten, el tiempo transcurrido desde el acaecimiento de los hechos que se conjeturan y se pretenden probar, sumado al volumen de la documentacién a compulsar permitirian contar con un cuadro objetivo de probabilidad que hasta hoy no existe. En ese sentido debe recordarse que se encuentra en curso un peritaje de tasacién histérica y contable, que aparece como muy importante, no sdlo por el valor indiciario que podria arrojar, sino porque fue ordenado con el objetivo de probar o descartar una de las hipétesis principales de sospecha sugeridas por las partes accionantes, de que la empresa Papel Prensa S.A., fue vendida-adquirida a un precio vil o irtisotio. Tal estudio téenico que con el control de todas Jas partes se esté realizando, no s6lo no tuvo oposicién de las querellas, ni del ministerio piiblico, asi como tampoco de las defensas, sino que todos ellos expresaron st. interés en Ja realizacién al proponer peritos de parte y al sugerir -incluso- puntos en conereto de peritacién -que fueron admitidos y proveidos-”. Y que “...este anélisis técnico-historico -en fase de produccién-, permitira desentrafiar una de las aristas investigativas de las que originalmente se invocaron como muy importantes en el hecho denunciado y que dejaron conformado el objeto procesal de autos. Esto es, la reconstruccién histérica de parte de las circunstancias Y contexto dentro del cual se efectué la renombrada venta de las acciones de la empresa Papel Prensa S.A., en el afio 1976. Tales elementos que se procuran y otros pendientes 0 que pudieren sobrevenir, permitirén-a futuro una evaluacién objetiva ¢ imparcial de acreditaci6n o descarte de la hipétesis denunciada. En lo que aqui interesa, sefialé que “La recepcién de declaracién indagatoria, de conformidad con el articulo 294 del C.P.P.N., supone una imputacién formal realizada en un acto en concreto por quien dirige la investigacién, esto es el juez de la causa. Como tal, es también el juez que dirige la instruccién quien evalia sobre la MINISTERIO PUBLICO ISCAL pertinencia y utilidad de las diligencias procesales que se van realizkndo (art. 199 del C.P-PN.). Es una obviedad decir que se encuentra dentro de las facultades de los fiscales y de los querellantes solicitar la declaracién indagatoria cuantas veces lo consideren, pero también que tal acto procesal se dispone cuando existe un grado de verosimilitud ciertamente importante, que debe estar apoyado en evidencias que objetivamente leven a considerar como probable la hipétesis denunciada”. IV. Agravios: En primer término, cabe destacar que la resoluci6n puesta en crisis, me causa gravamen ya que como integrante del Ministerio Piblico Fiscal es mi funcién promover la actuacién de la justicia en defensa de la legalidad y de los intereses generales de la sociedad, como asi también, de la averiguacién y enjuiciamiento del delito que se cometi6, custodiando el respeto del debido proceso legal en consonancia con el art. 120 de la Constitucién Nacional y Jos articulos 1 y 40, inc. “a” de la Ley Orgénica del Ministerio Piblico (ley n° 24.946), teniendo en cuenta que mediante esa resoluci6n, se resolvi6 rechazar la solicitud del llamado a declarar a los imputados. Ahora bien, desde ya adelanto que de ningtin modo comparto los argumentos ni el decisorio que llevaron a que se disponga el rechazo de tal pedido respecto de Héctor Horacio Magnetto, Emestina Laura Herrera de Noble, Bartolomé Luis Mitre, Raymundo Pfo Podesta y Guillermo Gainza Paz. IV.1. La hipétesis féctica formulada por el Ministerio Piblico Fiscal: Tal como se indicara en el escrito que luce a fs. 5237/5257, la imputacién que pesa sobre Magnetto, gerente general del diario Clarin, y sobre Mitre, director det diario La Naci6n, es la de haber participado en el desapoderamiento extorsivo del paquete accionario controlante de Ja empresa Papel Prensa en supuesta calidad de adquirentes, mientras que Podest4, en su cardcter de secretario de la junta de dictadores, lo hizo dentro del plan persecutorio contra la familia Graiver y allegados desarrollado por funcionarios del régimen de facto. Sus contribuciones se realizaron con pleno conocimiento del riesgo de vida que corrian titulares del paquete accionario (familia Graiver) y representantes al haber sido sefialados por la junta de dictadores como enemigos del pafs. Por su parte, la misma imputacién pesa sobre Herrera de Noble -que otorg6 un mandato al abogado Bernardo Sofovich sin el cual no habria podido instrumentar la operacién extorsiva-, y Gainza Paz -que acercé a los coautores de la extorsién con sus victimas-, aunque en un grado de intervencién diverso. Asi, el inicio de las maniobras fue ubicado en los tltimos dias del mes de septiembre y comienzos de octubre de 1976, cuando el denominado “caso Graiver” ingres6 en la agenda de los més altos mandos del gobierno de facto. Para esa fecha, la detencién de Jorge Papaleo (hermano de Lidia, detenido desde el 24 de marzo de 1976) ¥ los permanentes Iamados amenazantes a su hermana Lidia confirmaron a los integrantes del grupo que se encontraban en Ia mira del régimen. Se explicd que ello también surge de las declaraciones de Podesta y Manrique, quienes por si o a través de intermediarios, aseguraron a Lidia Papaleo que la Junta militar y su ministro de Economia pretendfan la desaparicién del grupo Graiver como tal, lo que exigia la enajenacién de todas las empresas en las que tenian participacién, en favor de personas designadas por el gobiemo dictatorial. A su vez, se sefialé en particular, que se le habia transmitido que Ja trasferencia debia hacerse a “personas de idoneidad moral” desde el punto de vista del gobieno de facto: nacionales argentinos y no judios. Con este escenario intimidatorio configurado, se explicé que para la Consumacién del ilicito restaba solamente que aquél fuera utilizado para obligar al grupo Graiver a la entrega 0 suscripeién de documentos. De este modo, Videla, Massera y Agosti, en carcter de integrantes de la Junta militar; Martinez de Hoz, como ministro de Economia y Podesté, como secretario de Desarrollo Industrial, hicieron su aporte objetivo al hecho generando el escenario intimidatorio, seleccionando y seftalando a quiénes el grupo Graiver debia ceder las acciones, es decir, a los diarios La Nacién, Clarin y La Razén. Asimismo, se refirié al modo en que Héctor Magneto, Bartolomé Mitre, Patricio Peralta Ramos, Bemardo Sofovich y Manuel Benito Campos Carlés participaron de este delito, poniéndose en contacto a través de Guillermo Gainza Paz con Isidoro Graiver a fin de hacer la primera oferta de adquisicién durante el mes de octubre de 1976, que fue considerada inadecuada por el grupo. Por otra parte, se valoré que ante ese rechazo y su diferimiento hasta el 2 de noviembre de 1976, la intimidacién se intensified debido a que, para ese entonces, habia comenzado a circular el rumor de que el hombre de suma confianza del grupo al que se le habia confiado la titularidad de parte de las acciones pertenecientes a David Graiver y, ademés, vicepresidente de Papel Prensa S.A. ~el contador Rafael Ianover-, seria detenido. De esa forma, la coordinacién entre 1a progresion de las amenazas, por un lado, y el avance de las negociaciones, por el otro, resulta claramente un indicio vehemente del acuerdo que, explicitamente o no, existia entre el régimen dictatorial y los MINISTERIO PUBLICO FISCAL empresarios designados como adjudicatatios de las aeciones de Papel obtenerse a partir del desapoderamiento del grupo Graiver. Finalmente, se identified como momento central de la maniobra los hechos acaecidos el 2 de noviembre de 1976 cuando Isidoro Graiver, Lidia Papaleo, Juan Graiver, Eva Gitnacht, Orlando Benjamin Reinoso, Alfredo Abuin, el contador Hugo Bogani y el abogado Miguel de Anchorena concurrieron a las oficinas del diario La Nacién en donde se encontraban, entre otros, Magnetto, Mitre, Peralta Ramos, Campos Carlés y Sofovich. En esas circunstancias, el nombrado Magneto realiz6 su aporte mas evidente al hecho, consistente en apartar a Lidia Papaleo en un sector de la habitacién, desde el cual la obligé a firmar los documentos de cesién de las acciones en su poder bajo Ja amenaza de muerte contra ella y su hija. Recordemos que esta amenaza se encontraba respaldada por los sucesos intimidatorios que la habian tenido por victima en los meses anteriores, y que Magnetto s6lo podia conocer y usuffuctuar en virtud del acuerdo que lo uunja con los funcionarios de la dictadura civico-militar. Por otto lado, Patricio Peralta Ramos, le asegurd a Rafael Tanover en una reunidn esa misma tarde y como respuesta a una pregunta que le hiciera éste tiltimo, que nada le ocurriria ni a él nia su familia en tanto firmara los documentos por los que se obligaba a ceder las acciones de Papel Prensa S.A. que ostentaba como testaferro de David Graiver. IV. 2. La calificacién juridica asignada: Con relaci6n a la calificacién juridica, el Ministerio Pablico de la Nacién también expuso los motivos por los cuales entendié, a la luz de los elementos de prueba ya producidos en el marco de la investigacién, que los hechos se encuadran en la figura de extorsién, Asi, se indicé que el articulo 168 del Cédigo Penal, en lo que atatie al caso de autos, reprime a quien “con intimidacién o simulando autoridad piblica o falsa orden de la misma, obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner a su disposicién o la de un tercero, cosas, dinero o documentos que produzcan efectos juridicos”. Es decir, surge del articulo en cuesti6n, las distintas modalidades con las que puede encuadrarse el obrar humano dentro de la figura tipica de la extorsion. Alli se explicd que una de ellas, la intimidacién “atiende a aquel medio de compulsién moral que se ejerce sin emplear energfa fisica, es decir a aquella violencia moral en la cual el acto realizado, si bien voluntario, es vicioso, porque la voluntad no se determina con libertad suficiente, sino constrefiida; ampliéndose que se llama intimidaci6n propia la ejercida por medio de una amenaza, cuyo objeto se llevaria a cabo en caso de que la victima no cumpliera con el mandato ilegitimo del agente. Los requisitos de esa amenaza son asimilables a los que cubre el tipo penal del art. 149 bis Codigo Penal. En efecto, el dafio amenazado debe ser futuro y debe ser grave al menos desde el punto de vista de a victima, aunque no tiene que tratarse de un dafio extraordinario, sino suficiente como para vencer su libre determinacién” (D'Alessio, Andrés José, “Cédigo Penal Comentado y Anotado, Parte Especial”, Editorial La Ley, Buenos Aires, 2004, p. 438). Asimismo, la jurisprudencia existente en la materia tiene dicho que “Se configura la intimidacién propia de la extorsién cuando la forma de obligar al sujeto pasivo consiste en exigitle el hacer por medio de una amenaza, o sea, el anuncio de un daiio, dependiente de la voluntad del agente” (Cémara Federal de La Plata, Sala I, causa N° 4939 del 24/6/2010, con cita de la Cémara Nacional en lo Crim. y Correc., Sala IV, “Montemarani, Miguel” del 10/4/97). También se destacé que la doctrina sostiene que la accién tipica de esta figura es la de obligar a otro a entregar, enviar, depositar 0 poner a disposicién (del actor o de un tercero). Asi, se obliga a quien tiene una voluntad contraria que el agente debe vencer. ¥ que debe existir por lo tanto relacién causal entre la intimacién desplegada por el sujeto activo y la disposicién de la victima. De ello se desprende que de haber disposicién por parte de la victima no determinada por la intimidacién, se estard fuera del tipo de la extorsién. Respecto de ello, Fontén Balestra es coincidente con esta postura en cuanto a que las modalidades de la extorsién se caracterizan por lesionar tanto el derecho de propiedad como el de libertad individual, 0 sea que constituyen un ataque a la propiedad por medio de una agresién a la libertad (citado por D’alessio, Andrés José, ob. cit.). Ello asi, pues en los casos de extorsi6n el bien juridico atacado es la propiedad, y para algunos, el patrimonio, pero en ambos casos, primero se ataca a la libertad. Y més atin, modernamente Welzel habla del condicionamiento de la funcién social de cualquier bien juridico protegido. Finalmente, no se desconoce que la extorsién se trata de un delito contra la propiedad (Capitulo III, Titulo VI del CP), pero el mecanismo exigido por la figura penal, no obliga a una determinacién o cuantificacién dineraria de la cosa 0 del documento que produce efectos juridicos. Como se expuso en la peticion de indagatorias, la caracteristica de la extorsién “...es la lesién del bien juridico propiedad, pero no es necesario, en cambio, la obtencién del provecho que haya perseguido el autor, ni siquiera que haya existido tal propésito. Como expresa Soler, se trata de un delito contra MINISTERIO PUBLICO FISCAL el patrimonio y no todos los delitos contra el patrimdni6 requieren el logo de un beneficio Por parte del autor; ademiés, si se trata de un documento de crédito y se exigiera la Obtenci6n del beneticio para consumar el delito, seria necesario esperar e] momento en Que el autor hace del documento un uso juridicamente relevante... Basta con el desapoderamiento de Ia victima y no es necesatio el apoderamiento del autor” (Caramuti, Carlos $.; “Cédigo Penal y notmas complementarias. Anélisis doctrinal y Jurisprudencial”, David Baigiin-Eugenio R. Zaffaroni dir-, t, 6, Hammurabi, Buenos Aires, 2006, p. 557 y ss.) el destacado no luce en el original- El comienzo de ejecucién tiene lugar cuando se inicia el despliegue de Jos medios intimidatorios, es decir, cuando se inicia la tarea de intimidacién, ello asi porque el proceso de ‘obligar” necesita antes, aunque mas no sea por un instante, la configuracién de la intimidacién (Caramuti, Carlos S., ob. cit En este sentido, Carlos Creus al analizar este tipo penal sefiala que“... Ja intimidacién no tiene por qué alcanzar una gravedad extraordinaria: basta con que ella esté configurada por el anuncio de un mal suficiente para colocar al sujeto pasivo ante la opcién de salvar el bien amenazado aceptando la exigencia del agente” (Derecho penal. Parte especial, Tomo 1, ed. Astrea, Buenos Aires, 1996, p. 473). IV.3. Las exigencias impuestas por el magistrado instructor. Precisiones respecto de los elementos tipicos: En el auto que dispuso la denegatoria de las indagatorias, se expuso que es el juez quien: dirige la investigacién, ordena las pruebas pertinentes y evaltia cuando hay mérito suficiente para convocar al imputado a declarar en indagatoria, entre otras potestades y, todo ello, bajo los preceptos del C.P.P.N. (arts. 199, 294 y 298). Aqui no debe soslayarse que el actual procedimiento, probablemente, a la brevedad perimido, se corresponde con un modelo de juez de instruccién investigador del imputado, controlador de sus garantias y evaluador de su propia investigacién. No obstante, el diagrama institucional planteado en la Constitucién ‘Nacional y en los tratados internacionales de derechos humanos de igual jerarquia (art. 75, ine, 22 de la C.N.) delinea un proceso contradictorio, con partes y un tercero, drbitro de la contienda. Una de las partes indispensables ¢ insustituibles es la del Ministerio Pablico Fiscal, cuya funcién se observa en el articulo 120 de la Constitucién Nacional: “...promover la actuacién de la justicia en defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad”. La forma en que dicha funcién constitucional se cumplira se encuentra reflejada en los articulos 5 y 65 C.P-P.N., donde se aclara que es el Ministerio Publico Fiscal el titular de la accién penal y, por ende, el encargado de la acusacién en representacién de los intereses generales de la sociedad. Consecuentemente, si es el juez quien investiga, propone diligencias © evalita méritos, deberia hacerlo dentro de limites estipulados por el érgano que, por mandato constitucional, esté llamado a realizar. Sin embargo, ello no se veria corroborado en la actividad plasmada por el magistrado en el proceso, en donde se investigan hechos a priori encuadrados en la figura de extorsién, y en el cual lo relevante es la indagacién sobre el marco de consentimiento en el que los denunciantes transfirieron los activos de Papel Prensa S.A. a los denunciados en un contexto de terrorismo de Estado. Es, por tanto, una obviedad que el estudio contable, dispuesto de oficio por el magistrado sin haber sido pedido por alguna de las partes-, no resulta en absoluto dirimente para dar por configurada, o no, la hipétesis delictiva definida por el Ministerio Publico Fiscal con sujecién a las constancias de la causa. El Juzgado instructor sefialé que la medida ordenada de oficio “que aparece como muy importante, no sélo por el valor indiciario que podria arrojar, sino porque fue ordenado con el objetivo de probar o descartar una de las hipotesis principales de sospecha sugeridas por las partes accionantes, de que la empresa Papel Prensa S.A. fue vendida-adquirida a un precio vil”. Al respecto, cabe sefialar que la determinacién del precio es un indicio no despreciable ni eludible y que, Hegado el momento, se deberfa evaluar como al resto de los elementos probatorios traidos, pero que de ningtin modo constituye el eje de la investiga pero si se pagé como resultado de intimidacién y/o amenazas, el tipo penal de in. Entiéndase: el precio puede ser correcto, o incluso mayor a lo esperado, extorsi6n se configura de todas maneras. No podemos dejar de lado que las conductas endilgadas se levaron a cabo violentando el consentimiento de los denunciantes en un marco de persecucién por motivos politicos y religiosos respecto del grupo, y de gravisimas violaciones a los derechos humanos respecto de la sociedad en general. De ello, se colige que cualquiera sea el resultado final del peritaje contable, el mecanismo extorsivo utilizado en las. maniobras atribuidas a los imputados no desaparecera. Siguiendo esta linea, el juez instructor se encuentra colocando al peritaje en el centro de la escena, de la misma manera en que lo considera dirimente a fin de avanzar en la investigacién o hacerla fenecer, como si los hechos en cuestién se trataran MINISTERIO PULICO FISCAL de una simple transaccién comercial o financier negocios en tiempos de estabilidad institucional y democritica. La génesis de la medida, su valoracién hipotética y el cardcter condicionante que se Ie otorga en el auto atacado, tildan de arbitrariedad la decision de rechazar el pedido de indagatorias efectuado por esta parte y las querellas. Y esta debilidad argumentativa del rechazo impide tenerla por valida. Asi, adviértase el caso de-que el peritaje aporte datos segin los cuales el precio supuestamente abonado resulte adecuado 0 un poco menor, 0 un poco mayor de ‘o habitual en aquel entonces: cello modificaria en algo las maniobras ilicitas que llevé adelante la Junta militar junto a los empresarios civiles duetios de importantes medios grificos para apoderarse de la firma dedicada a la elaboracién de papel?. Esta parte entiende con contundencia que no. Es decir, Ia decision que supedita el avance de la investigacién a la posibilidad de que el peritaje concluya que el precio pagado fue correcto, demuestra vicios en la configuracién de la hipotesis delictiva, que puede conducir a la impunidad de crimenes contra la humanidad, ya que, como muchas veces se dijera, la investigacién no gira en torno a lo que seria un delito econdmico o financiero, sino ante maniobras extorsivas y persecutorias. Lo que aqui se ventila es, precisamente, el control del mercado de la producci6n grafica en Argentina durante la Junta de Ja tiltima dictadura eivico-militar, basicamente, el mercado de ideas. Sin embargo, del auto de fecha 12 del corriente mes y afio, se desprende que las conductas investigadas descansarian principalmente en un peritaje técnico que estableceria el precio al que fue transferido Papel Prensa S.A... Al respecto, en el auto cuestionado se sefialé que “...se encuentran pendientes de recepcién distintas declaraciones vinculadas con la ocasién en Ia que se conereté la transferencia de acciones de la empresa y relacionadas con las derivaciones que tuvo aquella transaceién”. Repito, la conducta no tuvo tinicamente lugar el dia de la transaccin, sino que alli se concreté la firma de la documentacién para lograr la transferencia accionaria, pero los actos de extorsin y persecucién ya llevaban mucho tiempo antes de ese 2 de noviembre de 1976 e incluso con posterioridad, y por otro lado, pareceria ser que mediante lo alli consignado, se reduciria a una tinica transaccién comercial, otorgandosele una errénea mirada exclusivamente econémica. Aqui, vale destacar que lo que podria eventualmente surgir de una demanda econémica en el campo privado es una cuestiGn totalmente independiente de lo que aqui se debate. a Por su parte, llama la atencién que se supedite el avance de la causa al resultado de una medida no dirimente y a la produccién “de distintas declaraciones vinculadas con la ocasién en que se concreté Ja transferencia” y “relacionadas con las, derivaciones econémicas” de la misma, cuando, en lo que va desde que ordené la medida (17 de junio de 2013) sélo se ha logrado reunir el 36% de la documentacién necesaria pata llevarla a cabo, encontrindose pendiente la recepcién del 46% (de acuerdo con el informe firmado por la totalidad delos peritos que toman parte en su realizacién, agregado a fs. 5162/5167). Vale sefialar que desde el inicio de la causa en el afio 2010, ya han fallecido cinco (5) imputados, mientras que desde que la causa quedé radicada definitivamente ante el Juzgado N° 10 del fuero se han recibido sélo cinco (5) declaraciones testimoniales. Un recto impartir justicia impide, por estos motivos, anclar semejante investigacién y la contundencia de sus elementos probatorios ya obrantes en la causa a una medida no vinculante. Los datos brindados permiten con holgura sostener que estarse al resultado de la medida someterd a este proceso a plazos extensos, que alejarén a este sumario de la nocién de minima justicia reclamada en todo proceso penal. Otro punto que debilita el argumento denegatorio expuesto por el Sr. juez, es la circunstancia de que se sefiale que el Ministerio Pablico Fiscal cuente con petitos de parte como una raz6n para estar a la espera de los resultados del peritaje a fin de avalar 0 descartar la hipétesis delictiva del Ministerio Pablico. Sobre este punto, destaquese que el hecho de proponer la asistencia de peritos de parte, no implica que los resultados que de alli puedan derivarse, resulten excluyentes ni dirimentes para avanzar con la pesquisa, sino que hace al derecho de las partes de garantizar el control de la actividad jurisdiccional a través de la intervencién técnica de un experto en la ‘materia. ‘Mas atin, obsérvese que uno de Jos puntos de pericia solicitados por esta Fiscalia -al que el Juzgado hizo lugar, conformando hoy una de las cuestiones que el cuerpo de peritos oficiales y de parte deberdn develar-, fue en miras a determinar el beneficio econémico obtenido como provecho del delito por los imputados, por lo que puede deducirse que tal pedido apunta a un eventual decomiso (art, 23 del Cédigo Penal), y no al valor del precio de la transferencia. En fin, todo lo expuesto precedentemente no obsta a que se avance con celeridad en la pericia contable dispuesta el 17 de junio de 2013 y formalmente iniciada el 29 de abril de 2014. Pero ello, tampoco impide que durante su realizacién, se pueda contar con las declaraciones indagatorias de los imputados, a los efectos de que MINISTERIO PUBLICO FISCAL Puedan ser cabalmente intimados y brindar sus verSiorfes de tos hechg mediante el acto Procesal por excelencia de defensa como lo es la indagatoria (art. 18 de la Constitucién Nacional). Y de este modo, impedir que la dilacion de esa medida o cualquier otra, tmunque al Ministerio Pablico Fiscal para que pueda ejercer su rol de promover la actuacién de la justicia en defensa de los intereses generales de Ia sociedad, como asi también, de la averiguacién y enjuiciamiento del delito que se cometid, custodiando el espeto del debido proceso legal en consonancia con el art. 120 de la Constitucién Nacional y los articulos 1 y 40, inc. “a” de la Ley Orgénica del Ministerio Piblico (ley n° 24.946). IV. 4. Valoracion de la prueba: Como ya se dijera, es el tipo penal y no la discrecién del juez instructor Quien necesita la configuracién de determinados elementos reglados normativamente, Para volverse aplicable. No resulta légico que se impongan requisitos frente a los hechos que se exponen, en detrimento de las exigencias normativas y se pretendan elementos distintos de aquellos que han sido requeridos por ley. La garantia contra esta clase de desvios es el deber de fundamentacién de las decisiones, gobemado por la sana critica que es, a su vez, la manera de regular y Controlar la actividad intelectual del juez ante la prueba. En nuestro sistema actual (el de la sana critica racional), la discrecionalidad del magistrado se encuentra limitada. Respecto del planteo concreto, lo que se deberia analizar aqui es el encuadre juridico dado a una conducta investigada, y verificar si se dan los elementos necesarios para darlo o no por configurado, y para ello, corresponderia transitar un sendero visible, asequible a las partes, razonado y fundado en motivos, Su limite es la norma, el tipo de extorsién en este caso, y la que manda fundamentar las decisiones. En este camino que el juez se encuentra obligado a transitar, la evaluacién de la prueba se encuentra delimitada s6lo por el tipo penal en cuestidn, y no por otra razén. En lo que hace al sistema de valoracién de la prueba, el de la sana critica racional (o sistema de libre conviccién) exige fandamentacién y motivacién de la decisién jurisdiccional. Se requiere que la resolucién posea motivacién interna y externa, tanto en lo que se refiere al andlisis de los elementos tenidos en cuenta para tomar una decisién y la asignacién del grado de conviccién que se le asigna, como asi también, que respete los procesos racionales del pensamiento (légicos) y de la experiencia (ciencias naturales). Esta doble funcién, actiia como limitadora de decisiones arbitrarias (ver en tal B sentido, Maier, Julio B.; “Derecho Procesal Penal. Fundamentos”, Del Puerto, Buenos Aires, 2003). Jurgen Baumann sefiala que este sistema se traslada también a la apreciacién individual de cada prueba. Asi, un peritaje no puede llevar al juez ciegamente a hacerse eco de la conclusién del perito (del autor, “Derecho procesal penal. Nociones y principios procesales”, Depalma, Buenos Aires, 1986). Lo que aqui esta en juego es la mecénica del hecho, y eso lo enmarca Ja figura penal de la extorsién, por lo que no puede haber un apartamiento de la l6gica del universo féctico en juego. Por otra parte, no debe soslayarse que en el auto de fs. 5259/5260, nada sehha dicho sobre la inmensa cantidad de prueba obrante que ha generado un terreno fértil para la sospecha introducida por esta Fiscalia y las querellas como base para Ja recepcién de las declaraciones indagatorias. Ya desde 1984 se tiene dicho que en este tipo de juicios resulta fundamental el aporte de las victimas quienes, con su testimonio, han contribuido y siguen contribuyendo a la reconstruccién histérica de los tragicos sucesos ocurridos durante el liltimo proceso militar en la Republica Argentina: la importancia de las declaraciones testimoniales de los damnificados, tanto directos como indirectos, se ve plasmada en las consideraciones efectuadas por la Camara Federal en el marco de la causa 13/84, oportunidad en la cual se resalté que: “La declaracién testimonial es un medio de prueba que se privilegia frente a modos particulares de ejecucién en los que deliberadamente se borran las huellas, o bien se trata de delitos que no dejan rastros de su perpetracion, ose cometen en el amparo de la privacidad. En tales supuestos a los testigos se los llama necesarios”; y que “En la especie la manera clandestina en que se encaré la represi6n, Ia deliberada destruccién de docunientos y huellas, el anonimato en el cual procuraron escudarse sus autores, avala el aserto. No debe extraftar, entonces, que la mayoria de quienes actuaron como érganos de prueba revistan la calidad de parientes o victimas. Son testigos necesarios”. Surge también de la sentencia de Ia causa 13/84: “En las condiciones vistas, no es posible -descreer de los relatos, ni atribuir las naturales coincidencias a una confabulacién de conjurados”. La circunstaricia de que varios de los testigos sean, a su vez, victimas de los delitos aqui juzgados, no los invalida, maxime cuando el accionat de los imputados se caracterizé por la clandestinidad de la mayoria de sus acciones, por lo tanto sus victimas se convierten en testigos fundamentales. MINISTERIO PUBLICO FISCAL Debe resaltarse el valor probatorio que tienen las distintas declaraciones testimoniales de las victimas en este caso, y mas atin cuando lo juramentado Por la victima tiene cieta solidez, ya que a través de los prineipios acusatorio de inmediacién y oralidad, se concluira de la manera més correcta para su valoraciéa (Goctrina de la Cémara Nacional en lo Criminal y Correccional, Sala VI, causas N° 123/08 “Sosa” del 22/10/08; N° 571/09 “Bordon” del 14/5/09; N° 37.561 “ R.A” del 12/8/09 y N° 244/10 “C.C. s/ procesamiento” del 18/3/10; y del Tribunal Oral en lo Criminal N° 26 de Capital Federal, causa N° 2256 “Aragonez, Eduardo” del 30/1 1/06). En este sentido, la Camara Nacional de Casacién Penal, al confirmar 4a sentencia por la que fue condenado Julio Simén por los casos Poblete y Hlackic, sostuvo: “La condicién de victimas de los testigos no implica que sus dichos per se puedan ser tachados de parcialidad’'. Alli también se indicé que: “De a lectura de los ‘estimonios voleados en la sentencia se advierte su concordancia, y si bien pueden advertirse algunas alteraciones, resultan razonables a tenor del tiempo trascurrido y de 4a perspectiva que han tenido distintas personas sobre los hechos que les tocaron vivir, Lo contrario, esto es si hubiesen sido exactamente iguales, se habrian tornado sospechosas” (C.N.CP., Sala I, causa “Simén Julio Héctor” del 15/5/2007). IV. 5. Conelusiones: En resumen, en la solicitud de indagatorias presentada con fecha 11 del presente mes y afio, esta Fiscalia consigné que se trata del delito internacional de persecuci6n, basicamente por las siguientes cuestiones: a) se comprobé un desapoderamicnto de bienes; b) el mismo se realizé bajo amenazas e intimidacién contra los propietarios de suftir ataques graves a la libertad e integridad fisica; ©) los imputados cooperaron participando en Ja transferencia extorsiva de Ja que se beneficiaron en tanto adquirentes designados por el régimen por un lado y, por otro, por la imposicién beneficiosa del precio de venta; y, 4) con informacién de que las victimas eran objeto de persecucién politica al haber sido incluidas pot los perpetradores estatales como parte de un grupo de poblacién nacional definida como enemigo subversivo a destruir. Es que, el proceder del rechazo de las declaraciones indagatorias puede revelar que se ha prescindido de las constancias actuariales, pues como ya sostuve, el estandar probatorio con el que nos encontramos es muy elevado para ya avanzar hacia dicho acto procesal de defensa por excelencia. 15 Incluso, la abundante prueba existente en la causa que avala la imputacién formulada por esta Fiscalia y las querellas en este caso, es mas directa y de mayor poder convictivo que la existente en otras causas por violaciones a los derechos humanos durante el terrorismo de Estado que se tramitan en este fuero, en las cuales hay personas imputadas y procesadas. Volviendo a la cuestién del gravamen que produce el auto en crisis, Francisco D*Albora sefiala que tal gravamen “se produce cuando no es susceptible de obviarse durante el tramite del proceso ni en la sentencia definitiva, de suerte que puede .” (“Cédigo Procesal Penal de la Nacién. Anotado. Comentado. Concordado”, Sta. edicién, Lexis Nexis - Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2002, pag. 979). frustrarse el ejercicio de derechos procesale: En suma, aqui existe un “interés”, porque para que ello exista, la resolucién que se ataca debe tener contenido desfavorable para el impugnante, a los efectos del ordenamiento juridico, concretamente, y no segin su apreciacién subjetiva, y que el gravamen debe consistir siempre en el padecimiento de un perjuicio efectivo (conf. Ayén, M., Recursos en Materia Penal, Lerner Cérdoba, 1985, ps. 87/91). Quiero sefialar que no desconozco Ia jurisprudencia de la Cémara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal en cuanto a que la convocatoria a prestar declaracién indagatoria resulta facultativa del juez de la causa, no requiriendo otro fundamento que su conviccién en punto a la sospecha de que esa persona ha participado en la comisién de un delito (Camara Federal, Sala II, causas N° 27.133 “C”, reg. N° 29.906 del 20.11.08; 29.730 “M”, reg. N° 32.225 del 25.11.10 y N° 3260/11 “D. F., R.”, reg, N° 21/8/14; y de la Sala I, causa N° 42.481 “B”, reg. N° 1601 del 23.12.08, entre otras), y su decisién en un sentido u otro, no resulta apelable en los términos del art. 449 del ritual. Empero, en el presente caso, se da una situacién particular pues, ante semejante acumulacién de prueba de cargo, no queda mas que proceder a indagatlos, tal como se viene requiriendo desde hace casi 5 afios. No debe perderse de vista que la (Camara Federal de Rosario en la causa N° 4272 “Saint Amant, Manuel Fernando y otros”, re. N° 86/12 del 13/09/2012, ha establecido la admisibilidad del recurso de apelacion en aquellos supuestos en que el juez instructor no hizo lugar al requerimiento fiscal para que se indague a los imputados en un caso anélogo al presente (con cita de la Camara Federal de Casacién Penal, Sala IV, causas N° 14720 “Vargas”, reg. N° 15.840 del 4/11/12 y N° 14.954 “Lopez”, reg. 278 del 13/03/2012). MINISTERIO PUBLICO FISCAL Asimismo, corresponde recordar que esta restriccién por parte del magistrado constituye un perjuicio que causa serio gravamen para el Ministerio Péblico Fiscal que posibilita hacer lugar al recurso de apelacién (ver Fallos: 310:148¢ 11:1781; 316:341 y 322:176, entre otros), impidigndolo ejercer su acusacién en contra de los imputados. Se trata, en definitiva, de un perjuicio que se ocasiona al interés de la Parte y tildando a la resolucién de injusta o ilegal. De este modo, se dice que interés y perjuicio integran el concepto de agravio, en donde el primero de ellos debe ser directo, y el segundo, objetivo y préctico, de manera tal que en caso de resolverse favorablemente respecto de la parte que asi lo solicit6, ésta no podria cuestionar los fundamentos que llevaron al dictado del segundo resolutorio (en idéntico sentido, ver Berdichevsky, Adrian; “Reposicién y apelacién”, public. en “Los recursos en el procedimiento penal”; Julio B. Maier, Alberto Bovino y Femando Diaz Cantén ~comp.-, segunda edicién, Del Puerto, Buenos Aires, 2004, pag. 124, con cita de Julio B. Maier, “La Ordenanza Procesal Penal alemana”). En este sentido, entre las caracteristicas mas salientes del recurso de apelacidn, puede mencionarse que se trata de un recurso amplio, pues por su intermedio ¢s posible impugnar una resolucién que contenga errores sobre la reconstruceién historica de un hecho; 0 que contenga un vicio en la actividad desarrollada por el juez de conformidad con la normativa procesal; o que exista una errénea aplicacién de la norma Juridica aplicada a la resolucién del caso; y también es un recurso ordinario ya que a través de él se impugnan resoluciones que no adquirieron firmeza (ver Berdichevsky, Adrién; ob. cit., pag. 122, con cita de Julio Maier), extremos todos éstos, que se dan en el caso del decisorio aqui atacado. Por Io resefiado precedentemente, los argumentos expuestos en el resolutorio carecen de sustento a esta altura de la causa, en tanto condiciona el avance de Ja investigacién penal a la realizacién de medidas cuyo resultado no es exigido por la hipétesis delictiva formulada por el Ministerio Péblico, impidiéndole, por tanto, que lleve a cabo la funcién dispuesta por la Constitucién Nacional, en detrimento de la celeridad y premura con que deben investigarse graves violaciones de derechos humanos, lo que permitiria apartarse del razonamiento efectuado por el juez y citar a las personas individualizadas a fin de recibirles declaracién indagatoria a tenor del art. 294 del Codigo ritual. Finalmente, para el supuesto de un pronunciamiento adverso hago expresa protesta de recurrir en casacién y la reserva del caso federal para concurrir en tltima v7 instancia ante la Corte Suprema de Justicia de la Nacién por via del recurso extraordinario que prevé la ley 48. V. Petitoric Por los argumentos expuestos, solicito al Sr. magistrado se sirva conceder el recurso de apelacién presentado contra el auto de fecha 12 de marzo del corriente afio mediante el cual no hizo lugar a las solicitudes de declaraciones indagatorias (art. 294 del CPP) respecto de Héctor Horacio Magnetto, Ernestina Laura Herrera de Noble, Bartolomé Luis Mitre, Raymundo Pio Podesti y Guillermo Gainza Paz, haciendo expresa protesta de presentar recurso de queja en el supuesto de ser denegado y dejando reserva del caso federal (articulos 18 de la Constitucién Nacional; arts. 449, 450, 476 y 477 del Cédigo Procesal Penal de la Nacién y art. 25, incs. “g” y “h” de la ley 24.946 y ley 48). Fiscalia Federal N° 5, 18 de marzo de 2015.

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