Vous êtes sur la page 1sur 23
Rev. Esp. de Cir. Ost., 20, 257-279 (1985) Aplicaciones clinicas de los campos magnéticos. Magnetoterapia y magnetosteogenia* P. GUILLEN, J. M. MADRIGAL, A. MADRONERO, J. I. PITILLAS, J. M. GALVEZ, J. LLOPIS RESUMEN Se comentan los fundamentos de las dos técnicas fundamentales mediante las cuales pueden utilizarse clinicamente los campos magnéticos, la magnetoterapia, o sea, utiliza- cidn de impulsos de baja frecuencia que activan los procesos celulares mediante un incre- mento del contenido en iones del citoplasma, y la estimulacién de las faltas de consolida- cin ésea mediante la aplicacién de campo magnético continuo y alterno de més altas frecuencias. El campo continuo estimula la fijacién del calcio dseo y los campos alternos estimulan los procesos celulares de las células dseas. Se muestra cémo, a partir de-medidas efectuadas en laboratorio de la respuesta eléc- trica de huesos inmersos en un campo magnético, pueden disefiarse unos equipos basados en circuitos resonantes que, con una electronica simplificada al maximo, vayan suminis- trando a lo largo del tratamiento la frecuencia mas adecuada en cada momento para resolver una falta de consolidacién en el aparato locomotor. Indicadores: Campo magnético en consolidacién ésea, Magnetoterapia para la conso- lidacién dsea SUMMARY ‘The fundamentals of the clinical using of magnetic fields are explained in the two possible ways, the magnetotherapy and the stimulation of bone delayed and non unions. ‘The low frequency magnetic pulses are used to promote cellular functions by increasing of ions formation in the citoplasm. The stimulation of delayed and non union is possible using a contimuos and alternate superimposed magnetic fields. The continuos field promo- tes calcium fixation in bone tissue. The alternate magnetic field promotes the stimulation on the bone cells activity. The experimental use of several kinds of laboratory measurement of electrical respon se of alive bones in magnetic environement is significant. It is possible to design and make an equipment able to supply the most adequate doses of magnetic field in order to get an optimal influence to improve bone consolidation. Key words: Magnetic fields in bone consolidation. Electric magnetic fields in bone consolidation. * Trabajo realizado en el Centro de Rehabil tacién Mapfre en Majadahonda (Madrid) 258 REVISTA ESPANOLA DE CIRUG{A OSTEOARTICULAR I. Introduccion Desde que en el afio 1600, William Gil- bert, en su libro «On the magnet» avanzara la posibilidad de la utilizacién de campos magnéticos con fines terapéuticos, los inten- tos han sido miltiples (1). El gran atractivo de la utilizacién de un campo magnético radica en primer lugar en Jo. comoda que resulta su aplicacién sin casi contraindicaciones, y, en segundo lugar, en el hecho de que al ser nuestros tejidos tota mente permeables a cualquier campo mag- nético, se puede actuar sobre ellos desde el exterior con un campo magnético exdgeno generado en unas simples espiras activadas por la corriente producida por un equipo electrénico. Es como si en el interior de una botella de vidrio horizontal, colocdsemos una moneda de niquel y desde fuera, mo- viendo un iman permanente a lo largo de la superficie exterior de la botella, consiguiéra- mos arrastrar la moneda por el interior de la botella; actuamos a través de la pared de vidrio sin producirla el menor dafio. En el momento que dispongamos de un conoci- miento profundo y completo de la interac- cién entre un campo magnético y una célula viva (2), podremos conseguir un buen apro- yechamiento de las posibilidades terapéuti- cas de los campos magnéticos. En cualquier caso, en una Medicina como la actual, quizds sobrecargada de po- tentes farmacos, la aplicacién terapéutica de los campos magnéticos aparece como una sugestiva posibilidad, sobre todo por su ca- racter indoloro y por su completa inocuidad (se trabaja siempre con campos de intensi- dad muy inferior al nivel de comienzo de efectos secundarios indeseables) de forma que sdlo se pueden presentar contraindica- ciones en enfermos con marcapasos cardia- co implantado, con diabetes 0 en estado de gravidez. Por el momento hay dos rangos de apli- cacién terapéutica de los campos magnéticos: como magnetoterapia y: como estimulacién de la osteogénesis en procesos de reparacion 6sea. Se vislumbra también la deteccién de campos magnéticos endégenos (campos magnéticos. generados por las corrientes eléctricas que tienen lugar en el interior de nuestro cuerpo); asi por ejemplo, puede pensarse en substituir un electroencefalogra- ma por un magnetoencefalograma, un elec~ trocardiograma por un magnetocardiogra- ma. Esta iltinta vertiente de los campos magnéticos sera, sin duda, el préximo bri- Iante paso de la electromedicina, pero aqui nos vamos a ocupar solainente de la magne- toterapia y la estimulacin de la osteogéne- sis. II. La magnetoterapi: Guarda un cierto paralelismo formal con la electroestimulacién, tan habitual ya en nuestras clinicas de rehabilitacién (fig. 1). Consiste esencialmente, de acuerdo con una teoria practicamente aceptada por todos los investigadores (3) en un aumento de la per- meabilidad de las membranas celulares a los iones, de modo que lo que en realidad se origina es un incremento de la actividad de las membranas de las células de los tejidos blandos. El mecanismo parece sencillo. La mem- brana celular mantiene sus biopolimeros or- denados gracias a un fuerte campo eléctrico originado por las carges superficiales acu- muladas en sus dos caras. En su cara inter- celular se acumulan los iones Nat, estando su cara intracelular tapizada de aniones pro- teinicos Av. En la zona estable citoplasmti- ca abundan aniones A~ acomplejados por iones K+, resultando conjuntos neutros y es- tables. De vez en cuando una molécula de agua golpea a un complejo A-K+; si hubiese rotura existe una posibilidad (que, como ve- remos, el campo magnético exogénico au- menta) de que los iones K+ escapen a la atraccién de los A-. El tapizado de aniones A de la cara intracelular de la membrana P. GUILLEN Y OTROS. MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA 259 vit) i(t) i ae) Hoy vu iw we | Bit) b: _Magnetoterapia Electroestimulacion 3 a)Similitud entre magnetoterapia y electroestimulacion Ae Generador LGR Generador Electroestimulacion(c.c. yca) Magnetoterapialso!o ca b)Modo de aporte de la energia,mediante corriente impuesta por electrodos y mediante acoplo electromagnetico | c)Actuacion de Inpulsos de campo Tragiético sobre los Tones de! protoplasma celular Fic. 1.~ Concepto de magnetoterapia 260 los atraen fuertemente como la rejilla de un triodo de vacio; los iones K+ adquieren, en consecuencia, una importante energia ciné- tica que les permite traspasar los canaliculos de la membrana, alcanzando finalmente la zona intercelular o intersticial. Es el conoci- do efecto de bombeo selective de la mem- brana celular. La conveniencia del campo magnético en forma de impulsos es evidente. Un com- plejo A-K+ citoplasmatico estable que se mueve impactado por una molécula de agua*, sufre un esfuerzo rompedor por efec- to del campo magnético, ya que la fuerza que acta sobre K* es opuesta a la que ac- tila sobre A~ por el opuesto signo de ambos ones. Asi pues, imponer un campo magné- tico exégeno es aumentar el flujo de iones K= intracelulares que alcanzan la membra- na con posibilidades de traspasarla. Es bien conocido en la Fisica Clisica que un campo magnético solo actua sobre una particula cargada si éta se encuentra en ‘movimiento, Las particulas cargadas en reposo son insensibles a ‘un campo magnético de cualquier intensidad. REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR, Este es el efecto beneficioso del campo magnético en magnetoterapia. Por ello tiene poca influencia la orientacién del campo con respecto al miembro a tratar. La aplicacidn de esta técnica se verifica en las clinicas de rehabilitacién en sesiones diarias (normalmente de 20 a 30 sesiones Por tratamiento) con un equipo consistente en una camilla de material amagnético, nor- malmente acero inoxidable, donde se acues- ta al paciente (fig. 2). La zona a tratar es colocada en la zona central de una gran bo- bina desplazable, que, activada por una co- rriente producida por un equipo electrénico, sumerge a la zona afectada en un campo magnético adecuado a su fin terapéutico. La dosificacién y tipo de campo a aplicar (in- tensidad del campo, frecuencia de los im- pulsos, etc.) varian segiin el tipo de dolencia a resolver, siendo siempre impulsos rectan- gulares de baja frecuencia (no mas de 1.000 impulsos por seg.) con intensidades de cam- po de hasta 100 gauss (1/100 de tesla). FiG. 2. Equipo comercial para administracién de tratamientos de magnetoterapia en una clinica. P. GUILLEN Y OTROS.- MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA 261 Con esta técnica se resuelven en nuestras clinicas casos de dolores traumaticos, sinusi- tis, artrosis reumatoide, etc. IIL. Estimulacién de los procesos osteogénicos como tratamiento de uniones retardadas, pseudoartrosis congénitas, necrosis avascular, osteoporosis, enfermedad de Paget y procesos metastaticos Cuando un hueso humano se rompe, el remedio tan optimo como antiguo es reducir la fractura y fijarla. El proceso del crecimiento espontdneo de hueso produce una soldadura natural, al originarse un callo de fractura que deja la zona incluso sobrerreforzada. Pero hay oca- siones en las que el callo no se produce po- siblemente debido a que la brecha a rellenar se ve ocupada por un cartilago que inhibe la formacién del callo (4). En estos casos la fractura no se resuelve de un modo esponta- neo, sin que se sepa del tema lo suficiente como, por ejemplo, para prever qué tipo de individuos estan predispuestos a estos pro- blemas. Una esperanzadora posibilidad para estos casos es la aplicacién de impulsos de campos magnéticos, que en 1979 fue admi- tida por la Food and Drug Administration de los EE.UU., posiblemente en base a los trabajos realizados por Bassett y cols. (5, 6, 7 y 8), admitiéndose normalmente que esta técnica es efectiva en el 80 por 100 de los casos (4). Existen también trabajos realizados por otros grupos de investigadores, que emplean impulsos de campo de distinto tipo, como puede verse en la Tabla I. Repasando las relaciones de resultados recogidos en la literatura médica, aparece como si aplicando practicamente cualquier tipo de impulsos de campo magnético, se produjesen maravillosas resoluciones de fal- tas de consolidacién en la mayoria de los casos, siendo imposible en los casos en los que no habia éxito, dar explicacién alguna de la razén del fracaso. Nuestras investigaciones empezaron en este sentido. Comenzamos por construir en nuestros laboratorios un equipo electrénico capaz de suministrar una amplia gama de impulsos eléctricos. Trabajamos con conejos a los que se les producia quirirgicamente una fractura en el fémur, y se les aplicaba campos magnéticos a la zona fracturada. Nuestro propésito era ver si habia alguna diferencia entre el tejido 6seo que constituye un callo formado es- pontdneamente y el tejido dseo crecido bajo la influencia de impulsos de campo magné- tico. No pudimos encontrar diferencia algu- na, y no existia la posibilidad de poderlo achacar a una poca adecuacién del campo magnético producido por el aparato disefia- do y construido en nuestro laboratorio, a los requerimientos de la estimulacién osteogé- nica: con aquel mismo aparato fueron cura- dos enfermos que tenian faltas de consolida- cién. Es decir, los campos magnéticos no producen un callo de fractura «diferente», sino que ponen en marcha el mecanismo os- teogénico normal. ‘A continuacién nos pusimos a pensar acerca de lo que podia haber en todos los impulsos de campo magnético usados en los trabajos (resumidos en la Tabla I, por ejem- plo) referenciados en la literatura médica publicada sobre el tema, que los hacia tera- péuticos la mayoria de las veces, e ineficaces en el resto. El tratamiento matematico por andlisis de Fourier (un tratamiento matema- tico habitual, que nos permite calcular qué intensidad tiene cada componente elemental de un impulso) nos dice que todos los im- pulsos utilizados en estas terapias tienen en comin, al menos una componente continua. Es decir, los impulsos de campo magnético terapéutico tienen en comin un campo magnético continuo a cuyo efecto, a lo me- jor, es debida su capacidad terapéutica. Si esto fuera cierto, la conclusién podria ser que en vez de los costosos equipos electréni- 262 REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR TABLA 1 Diferencias entre los impulsos de campo magnético usados en la estimulacién de la osteogénesis para AUTOR Rooze y Hinsenkamp (1979) Sharrard (1980) O'Connor y cols. Corfield y Jones Watson y Downes (1979) Habirova (1978) Mitbreit (1978) Thielemann (1978) Bogdanovich (1974) resolucién de fallos de consolidacién TIPO DE IMPULSOS Equipo Bio- Osteogen | | | E=1n1,5m Wem | | Soop seg! +1 4,8:104seg.¥— ' 63-107 : | | 2 Gauss A i Sinvseg, | 9 +— 13m. seg——4 1-—66 m.seg.—— NON - UNION PSEUDOARTROSIS 125) seg -+——— 50 Hz —i a) 150 Gauss 1 hz 4 SENOIDAL CONTINUO Frecuencia senoidal de 50 Hz Emplean la R.N.M. para seguimiento de la progresidn de la osteogénesis P. GUILLEN Y OTROS.- MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA cos que normalmente se emplean para estas terapias, podriamos usar unos simples y ba- ratisimos imanes permanentes adheridos a la zona afectada con un simple esparadrapo. Habia que hilar muy fino en la experimen- tacién. ; Por aquel tiempo aparecieron publicados en algunas revistas cientificas una serie de trabajos que daban cuenta del «fracaso» de una serie de experimentos biolégicos reali- zados a bordo de satélites artificiales, con- cretamente en misiones espaciales Skylab (USA) y Cosmos (URSS), descritas en (9 y 10). Los experimentos trataban de estudiar parabstico 263 el comportamiento de los mamiferos (con- cretamente ratas) en condiciones de gravita- cién nula. Los trabajos daban cuenta de como las funciones fisiolégicas normales (circulacién sanguinea, digestion,-etc. etc) se daban en el vuelo orbital con toda normali- dad: habia solo una excepcién pero alta- mente significativa. Todas las ratas, al cabo de unos cuantos dias de vuelo orbital, pre- sentaban una descalcificacién ésea, llegando incluso a presentar la osteoporosis de los viejos. Dicha osteoporosis se les curaba a los animales a su regreso a la Tierra de una forma totalmente espontanea, sin tratamien- Programador |_220 dia - noche ees eee Tope erterior Seeeecess cocceceeren Topo intermedia E2Z77A CZZZZ7Z Tapa interior Forro interno de_aluminio Bolsa para recogida de 'a_orina FAG. 3.~ Corte esquematico de la jaula con el campo magn: 1 cono retiector I~ Bebedero de gota. 2-Bandeja para recoger el agua y que no se mezcle con Ia orina, 3-Criba para retener el excre pasar la orina ©ZQ Acero al sili Apoyos de madera. Insuflador de aire nto y dejar del blindaje ‘0 terrestre apantallado, utilizada para re lizar nuestros experiments. 264 to medicamentoso alguno. El efecto fue achacado a la falta de gravitacion. En vuelos subsiguientes se les hizo vivir a los osteopordsicos viajeros roedores en unas jaulas insertas en una centrifugadora, de modo que en pleno vuelo orbital los roe- dores recobraban las condiciones de gravita- cién terrestre. No se curaban de su osteopo- rosis. Los articulistas acababan sus trabajos reconociendo que tales resultados no tenian facil explicacién. Estos «fracasos cientificos» resultaron ser para nuestro trabajo un faro luminoso que rasgaba la oscuridad. Si hiciéramos la hipo- tesis de que es /a ausencia del campo mag- nético terrestre y no la del campo gravitato- rio terrestre la causa de la aparicién de la osteoporosis durante el vuelo orbital, todo encaja perfectamente. Nosotros no teniamos la posibilidad de mandar al espacio unas ratas y, una vez os- teopordsicas, curarlas durante el vuelo orbi- tal mediante la aplicacién de un campo magnético continuo. Hubimos de confor- marnos con construir en el animalario una caja de tres enyueltas, como se indica en la figura 3, de acero al silicio como el que se emplea en la construccién de los niicleos de EL ANIMAL ES EXTRAIDO DE LAI YAULA PASANDO A SU HABITAT Coleio en sangre (mgr. /100mL) Calele en orina (mgr. /24 horas) 24 6 6 Tiempo (Semanas) 10 2 14 16 18 20 22 FG. 4.- Grafica de la evolucién del calcio en ori- na y sangre de un conejo, debido solamente a su permanencia en ausencia del campo magnético terrestre. REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR los transformadores eléctricos. Dentro de esta caja, el campo magnético terrestre que- daba apantallado hasta una cienmilésima parte de su valor habitual. Pusimos a vivir unos conejos en su inte- rior. Se pudo comprobar, en todos los casos, que (a los conejos no se les suministraba més que luz, agua, aire y su habitual pienso) en cuanto los animales vivian en ausencia del campo magnético terrestre, el contenido en calcio de su sangre aumentaba, e inme- diatamente después eliminaban el calcio por la orina (fig. 4). En la fig. 5 pueden verse unas reproduc- ciones de una radiografia de la zona coxigea de un conejo antes de iniciar un experimen- to y en el maximo de la calcemia producida por la ausencia del campo magnético terres tre; puede verse que los huesos que perdie~ ron el calcio se han vuelto osteopordsicos al haber conservado calcio sélo justo debajo del periosteo, dando lugar al caracteristico ahueso de cristal» de los ancianos. Nuestra hipétesis era pues cierta riguro- samente: la descalcificacién no viene produ- cida por la ausencia de campo gravitatorio, sino por la ausencia del campo magnético terrestre. Es decir, normalmente, el campo magnético terrestre actiia sobre nosotros moderando la actividad osteoclistica, y en su ausencia la descalcificacién se pone en marcha y la osteoporosis resulta inevitable: La primer consecuencia de este aserto es que los resultados experimentales publica- dos en la literatura técnica han de ser valo- rados teniendo en cuenta que ademds del campo magnético creado por el equipo elec- trénico, estuvo actuando el campo magnéti- co terrestre, de influencia nada despreciable. Es posible que en el futuro puedan retra- sarse © contenerse las descalcificaciones de los ancianos sin mas que aplicarles un cam- po magnético continuo, que refuerce el efec- to del campo magnético terrestre. Es posible que en el futuro puedan ser resueltas las cal- cificaciones extradseas (tejidos dseos origi- nados por metaplasia) sin mas que hacer vi- P. GUILLEN Y OTROS.- MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA, 265 Fic. 5-Evolucién radiolégica de la zona coxigea de un conejo sometido a permanencia en una zona limpia del campo magnético terrestre. 266 vir a un paciente por una temporada en una habitacién similar a la jaula de nuestro la- boratorio. Es posible también imaginar que una persona con una falta de consolidacién sea pueda ser internada en una habitacién limpia del campo magnético terrestre: cuan- do su osteoporosis alcance su nivel maximo tolerable, bastard retornarle a su habitat normal para que el proceso de calcificacién generalizado que se desencadenard ‘en todo su esqueleto anule y borre su falta de conso- lidaci6n. A esta posibilidad nos hemos per- mitido bautizarla con el casi humoristico nombre de «vacuna magnética». Todo es 0 sera posible, pero volvamos al hilo de nues- tra estimulacién de la osteogénesis. Deciamos que la componente continua de los impulsos de campo magnético tiene por efecto una retencién de la actividad de los osteoclastos. Pero {cual serd el efecto de las componentes alternas? Para ello efectua- mos una serie de medidas de laboratorio, consistentes en sumergir a una serie de hue- sos en un campo magnético alterno de fre- cuencia variable midiendo fa sefial eléctrica que en el hueso se generaba. Los huesos eran extraidos de un animal al que se habia sacrificado en aquel mismo instante, pues una vez extraidos su respuesta se apaga en poco tiempo. En el caso de huesos humanos nos teniamos que limitar, légicamente, a en- Onda senoidal Respuesta electrica REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR sayar huesos de extremidades amputadas por cualquier circunstancia. Los resultados experimentales estan expuestos en la figura 6, de una forma muy sucinta, Naturalmente los huesos se activan de distinto modo segin sean sus poblaciones celulares, por lo que los huesos pequefios (metatarso, etc.) ten- drian una respuesta distinta de los huesos grandes (fémur, etc.). También influye si los impulsos de campo magnético son puros 0 si van acompafiados de muchos arménicos. Desde el punto de vista tedrico estos re- sultados perfectamente justificables dado que la capacidad de penetracién de un impulso de campo magnético en el interior de una célula depende de la forma de ésta. Teniendo en cuenta que es bien sabido que el proceso osteogénico esta regulado por es- tas tres poblaciones de células dseas: son — Osteoclastos, o grandes células plurinu- cleadas que realizan la eliminacién del cal- —Osteoblastos 0 fibroblastos evoluciona- dos, de forma muy alargada, que consti- tuyen el armazén sobre el que se fijard el calcio =Osteocitos, 0 habitantes definitivos del hueso ya estabilizado. Podemos interpretar, por ejemplo la res- puesta a un campo senoidal del hueso pe- = Onda cuadrada a HUESOS GRANDES 2 £ 3S is \ : f 2 “A 5 Y $ 1 1 a t | 7 1 3 & L L fo Fo b HUESOS PEQUENOS Fic. 6~ Respuesta eléctrica de los huesos vivos sometidos a un campo magnético alterno. P. GUILLEN Y OTROS.- MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA quefio de la figura 5.b. A la frecuencia f se excitan los osteoblastos y/o fibroblastos y a la frecuencia F, los osteocitos. La razén para justificar estas interpreta- ciones se sustenta sélidamente en estudios fisicos del problema de la interaccién cam- po magnético-célula. Asi, por ejemplo, en un interesante trabajo de Beltrame y cols. (11), donde, apoyandose solamente en las ecuaciones de Maxwell, (cuatro ecuaciones de Ia Fisica que compendian toda Ia teoria del electromagnetismo clisico) Hegan a la conclusién de que: a) Las células esféricas (osteoclastos) son impermeables a cualquier campo eléctrico alterno. Sélo son traspasables por el campo continuo. b) Las células alargadas son actuables por campos alternos y cuando més baja es la frecuencia, mas penetrables son (osteo- blastos). ¢) Si vamos transformando una geome- tria alargada hacia la esfericidad, cuanto més la aproximemos a la esfera, mas débil sera su respuesta y més alta la baja frecuen- cia que consigue la maxima respuesta. Estabamos pues, en disposicién de pasar a disefiar un equipo para estimular la osteo- 267 génesis mediante campos magnéticos exdge- os, que recoja la filosofia que acabamos de exponer. Diseiio de un equipo ideal Para magnetosteogenia Esta claro que el ideal es un equipo plu- rivalente constituido por el minimo numero de elementos indispensable. Es evidente que tendremos que utilizar diversas frecuen- cias, por lo que vamos a tomar la estrategia de en vez de mezclar las corrientes, usar como generador de campo una bobina con espiras separadas, de modo que lo que hare- mos ser llevar la corriente de cada genera- dor a una espira aislada pero yuxtapuesta con sus vecinas, de modo que los distintos campos, cada uno con su frecuencia, se su- men en el espacio. El problema es similar a un altavoz que quisigramos usar para emitit por él un soni do grave y otro agudo simultaneamente. Mejor que esto, separamos ambos generado- res eléctricos y disponemos un altavoz para el agudo (altavoz pequeiio), otro altavoz para el sonido grave (altavoz grande) y los montamos juntos en una nica pantalla XN f oO fe Intensidad a | ®. Fle Intensidad 4 SN F oO fo Intensidad 9 A Fic. 7 Arquitectura de un equipo sencillo con tres devanados independientes, 268 REVISTA ESPANOLA DE acustica. Ambas frecuencias estan eléctrica- Mente separadas y los sonidos alcanzan nuestro oido a la vez, después de haberse mezclado en el aire. Esta segunda forma de proceder tiene, ademds, la ventaja de que podemos dejar apagado un altavoz, dejando encendido el otro. Inexcusablemente necesitamos tres espi- tas independientes para producir: —Campo continuo (c.c.). — Excitacién de los osteoblastos (f). - Excitacién de los osteocitos (F). En consecuencia dispondremos un apa- rato con una arquitectura como la mostrada en la figura 7. Vamos a elegir las tres fre- cuencias. a) Huesos pequefios (fig. 6.b) Si empleamos onda cuadrada no podre- mos actuar tan selectivamente como si tra- bajamos con onda senoidal. Elegimos, pues, onda senoidal con las frecuencias: f, = 10.500 Hz. F, = 45,000 Hz. La secuencia terapéutica de aplicacién sera: 1.* etapa (desparalizacién de la fractura). Se usa f, +c.c. CIRUGIA OSTEOARTICULAR 2.* etapa (formacién del callo). Se usa fy $0.0. + Fy. 3. etapa (estabilizacién final). Se usa Fy. Obviamente sera el traumatélogo el que dispondré la duracién y dosis a suministrar en cada etapa, a la vista de la evolucién de cada paciente, sabiendo que en cada caso dispone de un campo de 4 B, por espira. (Llamos B, a 0°5 Gauss, una densidad de flujo magnético similar al valor del campo magnético terrestre). b) Huesos grandes (fig. 6.a) En este caso no discernimos unas pobla- ciones de otras en el caso de campo senoi- dal. Antes bien, corremos el peligro de que la curva se nos desplace a derecha o izquier- da al pasar al fémur de humano (durante el tiempo que efectuamos el trabajo no se efec- tué en el hospital ninguna amputacién de pierna, por lo que hubimos de conformar- nos con fémur de conejo, pero juzgamos que el resultado es aceptable) y nos quedamos fuera del pico. Elegimos como frecuencias: f. = 14.000 Hz. F, = 24.000 Hz. Mirando la posicién de estas frecuencias en figura 6 se ve ficilmente la estrategia. ‘Aqui no tenemos una «alta» y otra «baja», fs h. pequefios [Amplificador a by “Liver “6” Pe fe h. grandes 3 ce. | — Ln F, |b s Ih. pequefios |Amplificador CC) — de alta = norandes | ~— oeiiaasrasl Amplificacién FAG, 8.- Arquitectura real del equipo polivalente con tres devanados. P. GUILLEN Y OTROS.- MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA sino dos «equivalentes», de modo que aun- que se corra la curva a derecha o izquierda (de acuerdo con la particular casuistica de cada paciente) lo que pierde en eficacig la una lo gana la otra. En consecuencia, la secuencia terapéuti- ca sera: 1.* etapa (desparalizacién de la fractura). Se usaf +¢.c. + Fe. 2. etapa (formacién del callo). Se usa f +00. +Fe. * etapa (estabilizacién final). Se usa fe + Fi. Como conviene disponer de ambos equi- pos para poder abarcar todos los posibles casos, hemos dispuesto la realizacién de un equipo hibrido que con un simple golpe de conmutador se transforma en un equipo para huesos pequefios o en un equipo para huesos grandes, a la libre eleccién del usua- tio. La arquitectura de este equipo esta ex- puésta en la figura 8. La arquitectura del equipo que acaba- at, a a 1|O 6 @: Frecuencia Intensidad ty |Frecuencia intensidad ce. 6S Intensidad © oF; A eS |Frecuencia Intensidad ‘16 O®@ [Frecuencia Intensidad "16 SOT 36 O+ 269 mos de describir es lo minimo que debe contener un equipo portatil que cubra los requerimientos minimos para, de acuerdo con la filosofia expuesta, posibilitar la evo- luci6én optimizada del campo terapéutico de acuerdo con la marcha del proceso osteogé- nico. Ain puede irse a una mayor eficacia en el disefio, sobre todo pensando en equipos de hospital, cuyo costo puede ser mas eleva- do, destinado a casos muy dificiles. Se trata simplemente de cubrir la posibilidad de pru- dentes desplazamientos hacia la derecha o hacia la izquierda de las curvas de la fig. 6. Ello puede hacerse trabajando con cinco espiras, es decir, con una arquitectura como la esquematizada en fig. 9, siendo entonces las frecuencias las indicadas en la Tabla IL. Los equipos trabajan normalmente a las fre- cuencias f,, f y F) y F aunque conviene disponer de la posibilidad de incrementar 0 de reducir levemente estos valores, a fin de poder contrarrestar un leve desplazamiento de los picos en cada caso. Fic, 9.- Arquitectura de un equipo polivalente con cinco espiras. 270 V. Realizacién practica de un equipo para utilizacion clinica Una vez trazada la arquitectura de un equipo ideal que contempla la aplicacién éptima de todas las posibilidades, vamos a intentar explicar la realizacién practica de un equipo portatil de utilizacién domicilia- ria, introduciendo las modificaciones que sean precisas para que pueda realizarse, con una electronica de costo asequible, y con una seguridad total de utilizacion sin peligro REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR de accidentes. En la fig. 10 mostramos su aspecto exterior. En lo que sigue vamos a exponer, no unos complicados cdlculos de disefio que es- tarian fuera de lugar, sino unas sencillas va- loraciones numéricas, que nos van a dar solamente un orden de magnitud de las difi- cultades que van a determinar la configura- cién final de un minimo equipo clinico para utilizacion domiciliaria. Empecemos por las férulas. En‘la fig. 11-a mostramos un esquema de lo que tiene que MAGNETOST ae + ” FiG. 10. Equipo comercial portatil para la estimulacién de la osteogénesis mediante aplicacién de cam- ‘pos magnéticos, del tipo basado en férulas acopladas en resonancia. TABLA II Frecuencias de trabajo de un equipo a cinco espiras independientes como se muestra en fig. 9 f, Minimo (en Hz) Normal Maximo b Minimo (en Hz) Normal Maximo fi Minimo (en Hz) Normal Maximo f Minimo (en Hz) Normal Maximo _Onda cuadrada __Onda senoidal 4.000 10.400 5.500 10.500 7.000 10.600 15.000 16.300 16.500 16.500 18,000 16.700 27.500 26.400 29.000 26.500 30.500 26.600 38.500 40.000 45.500 41.200 P. GUILLEN Y OTROS.~ MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA, 27 ser una férula para aplicar un campo mag- —2°5 Gauss o sea, 2°5.10-4 Teslas), aplicamos nético al muslo de un paciente, Tiene que aa . B=9.107 NL ser ni més ni menos que un cilindro de ma- R terial-eléctricamente aislante conteniendo a un solenoide, al que alimenta un equipo electrénico que genera las tensiones adecua- B=campo magnético a conseguir das y suministra la potencia que se necesite. 2°5.10-4 Teslas. Como queremos que con una corriente radio de la férula = 11 cm. maxima de 0°5 Amp. (un oscilador que en- Itura de la férula = 11 om. tregase mds corriente seria voluminoso y intensidad que da lugar a B = 5 Br. caro) se consiga un campo de 5 Br (es decir, Le hemos fijado 1= 0'5 A. donde: GENERAOOR \ S / \ a) una posible geometria de la férula. i 9. =3,33 ohms roto I ! <7 f { B=9-107 NI | 1 ! vera t-te ~ b) funcionamiento en continua. 1 33 ohms = 61m henrios aa 1 VeI-Z \ oy ; 1 1 Le < ¢) funcionamiento en alterna. Fic. 11.- Esquema eléctrico de una férula para aplicacién de campo magnético al muslo de un paciente. 272 N = niimero de espiras que deben consti- tuir el Solenoide. Con estos datos nos sale N = 61 espiras. Estas espiras estardn constituidas, por ejem- plo, de hilo de cobre para bobinar de un grueso de 0°5 mm. Lo cual dard lugar a una resistencia ohmica. Qe 5 longitud _27RN. seccion siendo: 5=resistividad electrica del cobre = 1°55.106Q em. R = radio de la férula = 11 em. N = numero de espiras = 61 r= radio del hilo de cobre = 0°25 mm. Realizando el sencillo calculo se obtie- ne (2 = 3°33 ohms. Es decir, si solamente fuesemos a originar campo magnético conti- nuo, nos bastaria como generador una fuen- te de tensién continua que suministrara V LR. = 0°5.3°33421°66 Volts. con una poten- cia de W = VI. = 1°66.0°S = 0°83 watios. Podria ser una fuente sencillisima y econé- mica. Pero el problema es que bobinados como éste han de ser recorridos por corriente al- ternas. La bobina presenta entonces, ademas de la resistencia ohmica, una autoinduccién que vale wo N2nR? siendo: s10 = permeabilidad magnética del vacio 47.107 N=61 R=Ilcm h=llem Realizando el sencillo calculo sale °61.10°3H (1°61 mili henrios). Vamos a calcular ahora las caracteristi- cas del generador que se necesitaria, de acuerdo con fig. I1.c. En el caso, por ejem- L= _2-\a@F + REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR plo, de tratamiento de huesos pequefios, ha- bria que llegar a f = 45 kHz, como ya diji- mos. A esta frecuencia la impedancia de la férula sera 2 = \lQxfp + 3°332a2455 ohm lo cual exigiria de nuestro generador una tensién V=Z.. = 455.0'5 = 227 Voltios. con una potencia: W=V.L. cos o pero como o=are tg_27L = arc tg Q 27.45.103,1°61.10°3 ~ ggo 333 sale W =227.0°5.cos @ = 0°83 watios. Existe ademds un término de potencia reactiva que no tomamos en cuenta. Un generador, aunque solamente sea de 0°83 watios, al requerir salida de 227 Volts. a 45.000 Hz, seria realmente muy costoso, por requerir componentes no_habituales, Evidentemente hay que simplificar el pro- blema, Vamos a basarnos en un circuito resi nante, por lo que vamos a explicar en qué consiste y porqué nos va a ahorrar potencia, En la fig. 12.a representamos como es la descarga de un condensador cuando entrega su energia a la resistencia exterior. Por el contrario, cuando aplicamos una tensién a una bobina (fig. 12.b) aparece un frenado de la corriente decreciente en el tiempo, del campo magnético en el entorno de las espi- ras. Si ahora asociamos un condensador car- gado y una bobina (fig. 12.c) nos encontrare- mos con la siguiente secuencia: 1° El condensador consigue descargarse P. GUILLEN Y OTROS. MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA, a través de la bobina, dejando a ésta envuelta en un campo magnético. 2.° Al acabar la corriente originada por el condensador el campo alrededor de las espiras ha de desaparecer. Se deslie generando una prolongacién de corriente que carga al condensador. 3.° El condensador cargando inicia su proceso de descarga, repitiéndose el ciclo una y otra vez. 273 Estamos pues en una situacién de reso- nancia que produce unas oscilaciones amor- tiguadas como se indica en fig. 12.c. La fre- cuencia tiene siempre un valor que depende solamente de los valores L y C, aunque su amplitud decrece paulatinamente por efecto del consumo energético que tiene lugar en la inevitable pequefia resistencia eléctrica del hilo de cobre de la bobina. Alimentando con un genezador de alterna ere. + tee eee Intensidod AWW « a) resistencia pura b) paso de una corriente trot FFF c) generacién de oscila ht L 1 ' amvic ~) Tiempo descarga de un condensador a troves de una Intensidod Tiempo a traves de un Solencide. ciones amortiguadas. d) generacicn de oscilociones mantenidas. Fic. 12.-Generacion de oscilaciones eléctricas por resonancia LC. 274 REVISTA ESPANOLA DE CIRUG{A OSTEOARTICULAR (fig. 12.c) cuya frecuencia sea justamente la de resonancia, la autoinduccién y la capaci- dad desaparecen como elementos resistivos. El generador de sefial no distingue, para esta frecuencia entre (2+ L +C y (2 solamente. Estamos en la situacién dptima de solamente la bobina de continua. Igual sucede en el simil mecanico de la fig. 13. Aportando pequefios impulsos, con la cadencia adecua- da, logramos que un columpio o péndulo Ppermanezca en situacién de oscilacion man- tenida, puesto que los cadenciosos aportes a) oscilaciones energéticos se consumen en contrarrestar solamente la friccién. La arquitectura del equipo clinico esta ahora clara, y es mostrada en fig. 14 para el caso simplificado de que construyésemos solamente dos férulas para aplicar respecti- vamente en muslo y brazo (lo Idgico es que la geometria de la férula se adapte lo mas posible a la geometria de la zona del miem- bro a tratar), Evidentemente ambas tendrin diferente autoinduccién, por ejemplo L; y Ly. Suponemos que queremos aplicar con amortiguadas. i ro b) oscilaciones mantenidas. Fic. 13.~ Paralelismo entre las oscilaciones manter las de un péndulo simple y un circuito resonante LC, P. GUILLEN Y OTROS.- MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA ellas las frecuencias f de estimulacién y la frecuencia F de estabilizacién segun el caso, de acuerdo con la secuencia del tratamiento por magnetosteogenia. Cuando queramos utilizar la férula para el muslo conectaremos en la salida [I], mientras que cuando queramos utilizar la férula para el brazo conectaremos a la salida [2] del aparato. Cuando queramos dar trata- miento de estabilizacién en muslo cerrare- mos el contacto F). Cuando queramos dar tratamiento de estabilizacién en brazo cerra- remos el contacto Fy. Cuando queramos estimular en muslo cerraremos el contacto f), mientras que cuando queramos estimular en brazo cerraremos el contacto f}. Es importante recalcar que con estas arquitecturas basadas en circuitos resonan- tes, solamente se pueden producir campos magnéticos venoidales, pues jamas se pueden 1 1 2M VG 275 generar con estos sistemas ondas cuadradas de corriente. La arquitectura final de los equipos se muestra en la fig. 15, donde se han suprimido detalles de conmutacién miltiple que apa- rentemente se realizan como si fuese una conmutacién sencilla. El equipo dispone de cuatro férulas para muslo, pierna, brazo y antebrazo. Las frecuencias con las que se puede trabajar en cualquiera de las férulas estan indicadas en la Tabla III. Como puede verse, hemos cambiado las denominaciones «hueso grande» y «hueso pequefio» por «tejido 6seo cortical» y «tejido dseo espon- joso» ya que era la identidad celular mayori- taria de las células la que determinaba la respuesta eléctrica de los huesos, no su geo- metria. En un tercio medio de fémur, por ejemplo, emplearemos bajo denominacién frecuencia que atgjido deo cortical» la Férulo de Musto Férulo de Brozo 2NViaG, Fic. 14,-Esquema basico de un equipo con dos férulas con las que se desea poder aplicar las frecuen- cias Fy F. Estimulacion de la actividad oseas de células f frecuencia de desparalizacion F frecuencia de estabilizacién Estimulacién del proceso de fijacién del calcio fe tejido dseo |__| esponjoso —— ~ on fo, fre | TN tejido dseo fl Wo dl \\ cortical Amplificacién de potencia Fe tejido dseo esponjoso Fe tejido dseo cortical Corriente continua Fic. 15.- Arquitectura de un equipo portatil como el mostrado en fig. 10. oe YVINOILAVOALSO VJONWID IA VIONVASA VISIATY P. GUILLEN Y OTROS. MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA 277 TABLA IIL Frecuencias que el equipo de la fig. 10 aplica a través de cualquiera de sus cuatro férulas Usilzacion Estabilizacién de tejido seo esponjoso . Desparalizacién de tejido dseo esponjoso . Estabilizaci6n de tejido dseo cortical Desparalizacién de tejido dseo cortical... segin la denominacién anterior correspon- dia a «hueso grande», mientras que en una falta de consolidacién en didfisis del mismo hueso, puede interesar utilizar la frecuencia que antes asigndbamos al «hueso pequefio» dado que puede corresponder a una zona de tejido dseo cortical. En modo alguno la idea de estos equipos resonantes portatiles indican que las arqui- tecturas complejas como la de la fig. 9 son desechables por superfluas. Simplemente que la realizacién de un sistema completo conduce a unos costos y a una sofisticacién de los equipos electrénicos que los hace ina- sequibles como equipos portatiles, sencillos, para utilizacion domiciliaria. VI. Proximos desarrollos y perspectivas futuras EI brillante capitulo de la utilizacion terapéutica de los campos magnéticos aparece cada vez como una utilisima técnica no invasiva con cada vez mas amplio horizonte de aplicaciones. Desarrollada inicialmente para resolver retardos de consolidacién ésea, se utiliza cada vez mas en problemas afines de fallos de tejidos ése0s, como por ejemplo en la fijacién de prétesis internas porosas, lo que ha supuesto la posibilidad de iniciar el abandono de cementos acrilicos, con sus secuelas de problemas. En la cirugia maxilo- facial y odontologia (12) las perspectivas aparecen claras. En cuanto a la utilizacién tradicional en problemas de retardos de consolidacién, aunque estd realmente conseguida, cabe espe- Frecuencia en Hz 45,000 10.500 19.000 10.400 rar proximos perfeccionamientos que consi- gan aplicacién satisfactoria en cotas mas proximas al 100 por 100, ya que tltima- mente al menos, es posible una mejor valo- racién de los resultados y, como acabamos de ver, tenemos las ideas mds claras en lo que se refiere a la naturaleza intima del pro- ceso. Ya no se identifican, como errénea- mente se hacia hasta hace bien poco, la corriente impuesta por electrodos (técnica invasiva de electrodos y pila implantados) con la corriente inducida por los impulsos de campo magnético (4). Esta completamente clara la evidencia de que el campo magnético terrestre juega un papel decisivo en el metabolismo del calcio Fic. 16.-Similitud entre la absorcién de la ener- gia actistica por un edificio y la absorcién de la ‘energia electromagnética por un hueso viviente. 278 éseo humano. Unos zoologos ingleses (13) han encontrado mintsculos depésitos lenti- culares de magnetita (F304) en capas proxi- mas al periosteo en huesos faciales huma- nos. A lo mejor aqui esta la clave de porqué algunos pacientes presentan un retardo de consolidacién dsea; posiblemente sean defi- citarios en depdsitos subperiosteales de mag- netita. Una vez mas, al hombre le hace mas falta el hierro que el oro. Independientemente de las ventajas que supone la utilizacién de equipos sintoniza- dos a las frecuencias propias de resonancia de los huesos, los experimentos realizados nos abren la posibilidad de utilizar el campo magnético terrestre como elemento terapéu- tico, asi como la posibilidad de abrir un REVISTA ESPANOLA DE CIRUGIA OSTEOARTICULAR sugestivo frente de combate contra la osteo- porosis de los ancianos. Una vez més ha vuelto a repetirse la vieja historia medieval relatada por el Conde Lucanor, de aquel padre que dejé a sus hijos por herencia una modesta vifia «con un tesoro oculto». Hartos de cavar, los herede- ros dieron al fin en comprender Ia naturaleza del oculto tesoro. Al haber cavado tan con- cienzudamente el terreno, palmo a palmo, habian trastocado a su modesta heredad en la mejor de las vifias. No hay experimento baldio, aunque nosotros no seamos capaces de interpretarlo al principio. Lo importante es acabar comprendiendo la naturaleza pro- funda de la técnica que estamos manejando. La energia del campo magnético alterno ts an VE a) Resonancia independiente del materi Te20 G J 32 vibrante (péndulos simples) T=Zamer? K=Constante elastica 33 34 b) Resonancia dependiente de la morfologia y de la densidad del material vibrante (péndulos de torsién). Fic. 17.- Ilustracién sobre diferentes respuestas de la materia a la vibracién mecdnica. P. GUILLEN Y OTROS.~ MAGNETOTERAPIA Y MAGNETOSTEOGENIA no es absorbida por la estructura calcila del hueso, sdlo resuenan sus diminutas células vivas, al igual que las ondas actisticas del trafico urbano (fig. 16) conmueven los cris- tales de los edificios mientras que los ladri- Hlos reflejan mas que absorben los sonidos. EI simil se comprende mejor a la vista de la figura 17. En la figura 17.a vemos como sélo los péndulos A y B se intercambian energfa oscilante, siendo el factor determina- tivo de la entrada o no en resonancia la sim- ple igualdad entre las longitudes de cada péndulo. Tal sucede en el hueso cuando exeitamos con completa independencia a, por ejemplo, osteoblastos y osteoclastos. Es 279 una mera consecuencia de sus formas alarga- das 0 cuasi-esféricas. Si el fenémeno fuese més complejo, como por ejemplo en los péndulos de la figura 17.b en los que, ademas de la geome- tria juega la densidad (un péndulo grande de aluminio puede ser «igual» a un péndulo pequefio de plomo) del material, las cosas serian mas complicadas. Al ser faciles, la Naturaleza nos esta diciendo que lo que hay dentro de una membrana celular (citoplas- ma y micleo) exhibe una respuesta similar, independiente del tipo de célula, a los cam- pos magnéticos. El dia que sepamos sacarle todo el partido posible a esta idea, habremos descubierto nuestro particular tesoro oculto. BIBLIOGRAFIA 1. WaRNKE, U.; WARNKE, V. (1983): «Storia dellimpiego terapeutico di campi magneti- ci». Capitulo incluido en el texto de F. Bisto- fli «Campi magnetici in Medicina. Edizioni Minerva Medica (Torino). 2. Dusrov, A. P. (1978): «The geomagnetic field and life». Plenum Press (New York). 3. RIVA SANSeVERINO, E. (1983): «Interazioni ipotizzabili tra campi magnetici pulsanti ¢ membrane biologiche». Capitulo incluido en el texto de F. Bistolfi «Campi magnetici in Medicina». Edizioni Minerva Medica (Tori- no). 4. Bassett, C. A. L. (1982): «Pulsing electro- magnetic fields: A new method to modify cell behaviour in calcified and non calcified tissues». Calcified Tissue International, 34, 18. 5. BASSETT, C. A. L; PAWLUK, R, Ju; PILLAR, A. A, (1974): «Acceleration of fracture re- pair by electromagnetic fields. A surgical non invasive method». Annals of New York Academy of Sciences, 238, 242-26: 6. BASSETT, C. A. Ls PAWLUK, R.J.; PILLAR, A. S. (1974): Science, 184, 575-577. 7. BAssert, C. A. L.; MITCHELL, S. N.: Gas: TON, S. R. (1981): «Treatment of ununited tibial diaphyseal fractures with pulsing efec- tromagnetic fields». Jour of Bone and Joint Surgery, 63A, 511-523 8. Bassett, C. A. Li: PAWLUK, R. J. (1975): «Non-invasive methods for stimulating osteogenesis». Jour Biomedical Materials Research, 9, 371-374, 9. Griocoriev, SU. G. (1981): «Experimental biology and medicine in space». Endeavour, New. Series, 5, 147-151. 10. PLANEL, H. (1982): «La biologie en apesan- teu. La Recherche, 133, 598-600. II. BELTRAME, F.; CHIABRERA, A.; GRATARDA, M.; GUERIN, P.; PARODI, G.; PONTA, Di: VERNAZZA, G.; VIVALDI, R. (1980): «Elec- tromagnetic control of cell functions». Alta Frequenza, 49, 101-114. 12, VAN Der Keu, P. (1981): «Reducing resi dual ridge reduction», Ph Thesis. Dept. of Prosthodontics, Materials Science and Expe- rimental Medicine. Amsterdam. Free Uni- versity 13, BAKER, R. Ry MATHEY, J. G.; KENNAUGH, J.-H. (1983):’ «Magnetic bones in human sinuses». Nature, 301, 78-80.

Vous aimerez peut-être aussi