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exta tren de peosamien,
[LA TEORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 47
ciones, grociana y kantiana, que reinen respectivamente a pensadores racionalistas
y a peasadores revolucionistas, mantienen las denominaciones de Wight (grociana
¥ kantiana). La eleccién se debe al hecho de que, a diferencia de Wight, Bull orga-
aiza las tradiciones de pensammiento en torno a una tinica pregunta esencial: la na-
turaleza de la sociedad internacional, Preocupacién esta lima que conecta con el
objéto de estudio de esta obra —Ia sociedad internacional--, tal y como ha sido
apuntado en el capitulo I
Siguiendo a Butt, las tes tradiciones se basan en una premisa de parti sobre
Ja naturaleza de las relaciones internacionales y, a partir de la misma, en un con-
junto de normas de comportamiento intemacional'”. Vamos a exponer sucesiva-
‘mente la tradicidn hobbesiana, la kantina y la grociana
La tradicion hobbesiana describe las relaciones internacionales como un estado
de guerra de todos contra todos'®. Nos encontramos asi frente a una sitacién pura
de conflicto entre estados 0, en iérminos de teria de juegos, un juego de sum cero.
De tal manera que los inteeses de un estado son excluyentes respecto de los de
cualquier ouo estado. En esta tadicidn, la actividad intemacional mis caracteris-
tica es la guerra. La paz, por su parte, no es mis que un periodo de recuperacién
entre, guerra.
En términos prescriptivos, a tradicin hobbesiana ve el comportamiento inter-
nacional del estado libre de toda restriccin legal © moral, dictado exclusivamente
por sus propios objetivos. Las ideas de moralidad o de legalidad son ajenas al érn-
bito internacional, diferencia de la sociedad interna, a no ser que se trate de la
propia mora del estado, Tanto la idea de vacfo moral (Maquiavelo) como la de mo-
ral de estado (Hegel) tienen cabida en esta traicidn, El dnico principio que rige en
la conducta internacional del mundo hobbesiano es la prudencia, el céleulo ala hora
de emprender las acciones. Asf, los acuerdos se respetan tan S6l0 si ello forma parte
del propio interés en un momento dado
La tradicisn kantiana se sitéa en el extremo opuesto dela anterior”. Segtin los
kantianos las relaciones internacionales se definen a partir de los lazos sociales
transnacionales que unen alos individuos de nacionalidades diferentes, En esta tra-
dicién el estado pierde relevancia en favor del individuo, cuyas relaciones en el
‘marco de una potencial comunidad humana han de borrar el sistema de estados. Se
parte de la idea de que en la comunidad humana los intereses de todos los hombres
fon idénricos. De ahf que la relaciones intemacionsles seu de carécter coopera
tivo puro. Los conflictos de intereses surgen entre los grupos gobernantes de los es-
tades, pero no @ nivel de los pueblos (proletariado en la versiGn marxista). La acti-
Vidad internacional que mejor tiifica el mundo kantiano es el conflict ideolégico
2 De manera sintéica el ema ha sido desuollado oe H. Bus, The Anarchial Society, op. cl,
pp. 24-27 Eltento se hala resogido ene aparado de «Lacuras complements» de ete captulon
"Para profundzar en Ia wadicién hobbesina, vease H. Bus, «Hobbes and the interational
anarchy, Soeial Research, vol. 48, 24 1981, pp. 717-738. enue
"Ca taco katana ha sido sada por A Hoxie, «Kant and the Kantian parade
Sonal Relations, Review of International Stu, vl 16,3, 199, pp. 183-205.48 RELACIONES INTERNACIONALES
‘que pasa a través de las fronteras y divide Ia sociedad humana en campos (bloques)
‘cuasi religiosos: los creyentes y los heréticos, los liberadores y los opresores..
‘A diferencia del hobbesiano, el kantiano cree que la conducta internacional est
ictada por imperativos morales. Ahora bien, dichos imperativos no persiguen la
‘cooperaciGn entre los estados sino la desaparicién del sistema de estados y su sus-
titucién por una sociedad cosmopolita. Asf, las reglas de coexistencia entre 10s es-
tados quedan relegadas ante los objetivos morales del kantiano, que dividen el
‘mundo entre elegidos y condenados, entre oprimidos y opresores. Por tanto, cues-
tiones tales como la soberanfa 0 la independencia no se plantean.
‘La tradicién grociana se sitia entre las dos anteriores, al describir las relacio-
nes intemacionales como una sociedad de estados o sociedad intemacional®. En
esta tradicién, el conflicto entre estados es de cardcter limitado en base a la exis-
tencia de reglas y de instituciones. Aqui el juego entre estados es de tipo distibu-
tivo y parcialmente productivo, ya que se descarta tanto la idea del conflicto per-
‘manente como la identidad completa de intereses. La actividad internacional que
mejor tipifica el mundo grociano es el comercio 0, de modo més general, las rela-
ciones econdmicas y sociales entre los estados.
En t&rminos preseriptivos, el grociano cree que la conducta del estado est li-
‘mitada por las reglas y las instituciones de su sociedad (sociedad de estados). Pru-
dencia, moralidad y derecho conformarfan la Iégica del comportamiento estatal,
dispuesto a defender la existencia de dicha sociedad. Asi, el grociano niega tanto la
fnarquia del hobbesiano como la voluntad de emancipacién del kantiano, buscan-
do el punto medio: el mundo del orden. En efecto, anarquta, emancipacién y or-
iden podrian constitu las palabras clave para definir cada una de las tradiciones:
hhobbesiana, kantiana y grociana.
‘Cada una de las wadiciones reine una gran variedad de doctrinas sobre relacio-
nes intemacionales?. Asf Wicitr sitéa en el marco de los maquiavelianos el pen-
samiento de Hobbes, Hegel, Federico el Grande, Clemenceau y, ya en la moderna
Gisciplina de las relaciones internacionales, los trabajos de Carr y de Morgenthau.
En el terreno de los kantianos, el profesor britinico sitéa tres grandes corrientes
doctrinarias ligadas a la reforma protestante, a la Revolucién francesa y a la Revo-
lucién comunista (Calvino, Rousseau y Marx, como ejemplos prominentes), asi
como sus contrapartidas (Contrarreforma, anticomunismo, etc. Los grocianos, fi-
hhalmente, estén dominados por los iusintemacionalistas, por pensadores ingleses
como Locke y Burke y por un elenco de politicos (Gladstone, Castlereagh, Roose-
volt, Churchill, ete.) :
‘La referencia a personalidades concretas (pensadores, politicos) para aludir a
‘una w otra tradicin es puramente indicativa. No hay que olvidar, tal como se apun-
2 Sobre adc grocina,véae las obras de H. Bus el Comps) Hg Gros and Inter
atonal elation, Clarendon Ps, Oxo, 192, y de C- A. Cura, he Groin tao i In
Total Reluonss Review a nematna Sus, 0. 17. 4404p,
‘Tn bum elected tno, qe ree dene Plat asta Sues on elasons iter
acionaen en E- Wasnt, ht, Was) Evans atria eltons and Poll Theor Opa
{UP Boeing 1993, oe
+P Nou eferos a M, Wir, Internat Theory,
‘LA TEORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 49
taba antes, que las tres tradciones no constituyen espacio estancs. Al contri,
€l propio Wight habl6 dels tes tradiciones como formando un especto, de tal ma.
net que ni fos autores més protoipics cumplen a rajatabla las condiciones del
tiporidea. se es el caso, por ejemplo, de Maguivelo o de Morgenthau, consde-
rads respectivamente com los prottipos del ealismo politico en teoria dl estado
Yn teria de las elacionesintemacionales. El estudio, en profundidad, de su pen-
Samnento permite apuntar que ambos autores unen a su andlissrealista (vacfo mo-
ral interés de estado, lucha por el poder, pradenca) tna éticafralista (ona mision
al estilo Kantiano) que conviere a Maguiavelo en un patita italiano del siglo xt
¥ a Morgenthan en un pacifista americano del sig xx
Si ls tes tradicionesforman un especro, como se acaba de apuntar, tampoco
ests claro que lo mas correcto sea hablar de tes tadiciones y no de cuatro (como
hace el propio Wight en algunos momentos introduce la figura de Gandhi o de
tos eusqueros en blogue aparte) ode cinco, Esta tlima es la opciGn de Michael Do-
ELAN, quien, de modo sugerente y sin voluntad de inflacion en sus propia pala-
bras, present cinco «caminos de pensamiento» (ways of thought) califcados como
realism, fidefsmo,racioalismo, histricismo y derecho netura™
EE sustato filosfico-normativo, desarollado por autores como Wight, Bull 0
Donelan constituye en realidad el panto de paridaen trminos de debate en la mo-
dema disciptna de las relacionesinteraeionales, Nos estamos refriendo al debate
entre idealismioy realismo, Se pucde apuntar que el mismo se desencadens en el
period de entreguerasy la obra de Edward Hallet Carr The Twenty Years" Crisis
1919-1939 estblecs los términos del debate (en su caso calificado de utopismo
versus eaismo)®. El debate ene idealismo y reaismo ha merecido estaios pun
tuales y esté presente en todo trabajo relative al desarollo de nuestra diseiptina
Se trata, en realidad, de un debate asentado en ls diversas tradciones del pensa
riento intermacional. La eseuela dl realismo politica aremete contra la concep-
Cin wilsoniana y su deriva jridico-normativa sobre la base de su Concepcion de
Realpoliik, que presenta cl orden interacional en términos de equliorio del
poder,
'No se tata ag de desarrollar, en detalle, ls claves de un debate permanente
enre el pragmatismo del poder y I voluntad de Ia az6n, Tan sl cabe indicar que
los momentos flgidos de este debate en la discipina de las relciones interac
sales estan ssuvindos los momentos de eformulacion inemacional 0 de posgue-
El desaollo de eid en F Basa, La obra y el pensamlento de Hans J. Morgen, tse do
doctgad (paialmente indi), Uaiversial Complstens de Madi, 1986p.
1M. Doveiax, Element of ternational Political Tey, Clarendon Pres, Oxford, 1990. a cos
ro, sobre el carci acu del ponsamenio del derecho natural bate de Ins eorie de I sociedad
‘mundial sorgidasenlsGlumasdécadus, véaseC-OgL Akt, «La isin deb socednd moni eh
‘scuels de Salamancas, en A. Mavens MAST (com) La escuela de Solamanca 9 ef derecho inter-
nacional en America. Del parade al farro, Uni de Salamanca, Salamanss, 199, pp. 27-48. "=
*Vease un fragmento dela oba de Cart, en el que se recoge el debate ralsno-atopismd, eo el
spanado de «Lecurascomplementaase Ge exe cpio. eee tat
ONS Bnge los gue destaca el de. Hen, Police! Realm and Politica dealiom. A Study Thee
‘and Reais, Chicago UP, Chicago, 1981 ae aaa50 RELACIONES INTERNACIONALES.
ra, en un sentido amplio. En ese seatido, los primeros atlos de la guerra fifa vie~
ron florecer el debate con fuerza y no es de extraflar, por tanto, que en la actuali-
dad se replantee el tema”.
En Estados Unidos, este debate trasciende habitualmente los efreulos académi-
«cos para instalarse en los medios politicos y convertirse en materia de opinién pi-
blica, No en vano, el debate idealismo-realismo constituye un sustrato intelectual
permanente en el proceso de elaboracién de la politica exterior estadounidense.
"Ast pues, las tradiciones de pensamiento quedan recogidas en la moderna teo-
ria de las relaciones intemacionales, de manera signficaiva, a través del, debate
‘dealismo-tealismo, Una vez. establecidos los términos de este debate, propio de la
dimension filos6fico-normativa aportada por las tradiciones de pensamiento, se en
tra en las consideraciones cientficas sobre la modema disciplina que, como vere
‘mos, han sido a su vez motivo de divisién y de debate entre los teGricos de las re-
laciones internacionales.
2. LAS CONTROVERSIAS CIENTIFICAS
EN LA FORMULACION TEORICA
Las relaciones internacionales, al igual que las otras ciencias sociales, han ge
nerado importantes controversias en tomo a las cuestiones tedricas. No es de ex-
traflar, si tenemos en cuenta, como apunta HOFRMANK, que «la teoria consttuye el
principio de orden en una disciplina»®. Pese a ello, el témino «teoria» no tiene un
Sentido univoco. Bajo esa denominacién hallamos contenidos diversos, que en oca
‘Siones son excluyentes y, en cambio, en otras, cocxisten de manera positiva, Eso es
qo que ha ocurrido en las relaciones intemacionales con las dos grandes tradiciones
jnteloctuales (comprensidn hist6rica y explicaci6n cientifica). Mientras en los aiios
sesenta originaron un debate metodolégico, en términos excluyentes, entre tradi-
‘cionalistas y ciencistas; su coexistencia es vista hoy en dfa, segiin Houuis y Sarr,
Como «un sfatoma de fertlidad en la disciplina»®. Este comentario apunta ya en la
Sireccién final del presente apartado: Ia direccién del pluralismo y de la coexisten-
cia en materia te6rica en relaciones internacionales.
En este apariado vamos a presentar, de manera sistemética, cuatro aspectos de
1a formulacion teirica, con la voluntad de incidir en el cardcter plural de Ia teorfa
fen relaciones internacionales, Asi, se abordaré sucesivamente: las teorfas como etx
pas diversas del proceso cientifco, las teorias como niveles diferentes de andlisis,
fas teorfas como producto de tradiciones intelectuales y las teorias como «opcién,
personal.
2 Lo que mucsvan algunas obras recientes, como Ia de M. Gaawes, Reliom Idellom and Inter
national Police A reserpreation, Roulledge, Landes, 1993,
3S Homers, Teortas eniemporneas dels reaciones internacionales, Teens, Masi 1963
(ed, ong en ingle, 1960), p26.
OTE ny 8. Sue, Explaining and understanding International Relations, Clarendon Pres,
Confrd, 1992 (emp de a" 6, 1990).
[LA TEORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES st
En primer lugar el término «teoria» se aplica regularmente entre los analistas
de las relaciones internacionales a etapas sucesivas del proceso del conocimiento
cientifico, En efecto, etapas muy diversas del proceso del conocimiento cientfico
son presentadas como teorfa. De ahi, como indica BRaiLtaxD®, que debamos dis-
tinguir entre las formulaciones teéricas, propiamente dichas, y aquellos trabajos de
aproximaciGn te6rica (construccién taxondmica conceptual, elaboracién de mode-
los, exposicién y verificacién de las hipétesis) que constituyen etapas hacia la for-
‘mulacién de un conjunto coherente de proposiciones (teorfa). El mismo Braillard
punta que Ia mayor parte de trabajos teGricos en relaciones internacionales se cen-
‘an en aspectos concretos (isefio de modelos, conceptualizacién) y, en unas pocas
‘ocasiones, encontramos worfss totalmente elaboradas.
Stanley HOFFMANN, por su parte, redunda en la idea de las etapas en la cons-
truccién teérica, al apuntar que algunos se conforman con un simple conjunto de
‘preguntas 0 con meros planteamientos metodol6gicos; otros Megan a un nivel més
complejo, situando las hipstesis que gufan la investigacién y, finalmente, sitéa en
elnivel ms clvado wages ave preteen eabeer as lye que explian foe
‘Uno de ios manuales mas populares en el campo te6rico de las relaciones in-
temacionales™ nos muestra claramente que el grado de elaboracién de los conjun-
tos de proposiciones que se autodenominan «teorfas intemacionales» es extrema-