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wi! | Julio Aréstegui LA INVESTIGACION HISTORICA: TEORIA Y METODO JULIO AROSTEGUI LA INVESTIGACION HISTORICA: TEORIA Y METODO BLOG, ran walt G *' tafotocopiano mata * — = dito & Dy, slmorcada st. SO %% yas CRITICA BARCELONA ‘Quen rigrsamente prohibit, vn la sutrizacin excria de Ts Silanes kel cups ao av sanclnesestubleci fe Kye a reproduc oul parca de esta bra Por cualquier sehr pe ‘comprencidn fa reprgrafa ye) Walarico informatie, 9 ta ih on de eemplaex de ela mediante alquler 0 pests pico Caner: oa ac Fruacompeieidn, Fascomplt $A © 1998.) 2001. lula Ardwegn © 2001 Ae bs esette fic para Eapaay América. Hevowiat CHC, SL, Pavenga 2, (8008 Hance ISHN EALO-IVTY Pe ep 10,631.20 Ungree en p 2ONL = ABM Gil. SL Sama Prep de Mood (Breen) PROLOGO A LA NUEVA EDICION Hace cinco afios upareci6 ta primera edieida de esta obra, cuyas intencioes, pelones. expectativas y ayradecimientos se hacfan canstar en el Prilogo escrite pura aqustla oeasiGn. Aparece ahora wna segunaks en cuyo nueva: Priloge me gustaria retomar. con la perspectiva que afade ol tiempo transcurrido y la expe Fiencia wanadki aquellos y otros extremos parejos 4 los que se contenian en el an- terior. Pero es claro que a este propdsito se le impone una consideracisn previa a Ja que no puedo sustraerme, yes ésta: lo que yo pueda incorporar, rectificar © confirmar de to que decia entonces esti inevitablemente condicionado por Ii recepeiiin que el fibro ha tenido y por et eco que ha Hlegado a mf de ello, El hecho the que se vuelva a editar. y que Wo sca con ostensibles reformas —aue ojall sean realmente mejoras—, dice por si mismo algo en 10 que no es preciso reincidir, Pero no lo dice todo. Y ello es fo que me gustaria especialmente considerar. La recepcion a a que me refiero tiene muchos perfiles que sertan dignos de algin comentario, pero que no es ef propio autor de! libro el mas indieado para hacerlos. Entre lo que considera pridemic decir se incluye el hecho, lisonjero, de que aquellos a quienes una obri como-esta tha dinigida especialmente y otros 4 Jos que previsiblemente les iba a servir de ayuda no se han Visto decepciona- dos, cn Jo que yo s¢. Loy aluminas que cursan asignaturas de cuya materia ver sa, los profesionales inieresados en las aspectos mas estructurales de su sisci- plina, algunos estadiosos de cvestiones limitrofes y relacionadas son los cases mds significativos que conozco. Pera no todo funciond conforme a to esperado, Las eriticas y las eontrover- sias que yo barrantabs y, Haturalmente, hublese agradecida, de “aquellos prot sionales y colegas de quienes, sin ids, va a recibir un juicio mis aquilamde y, segurumente, mis severor, deciamos entonces, no se han producido, echo en una expresion minima. No mic aventiniré, sin embargo, en un sitio como ests, & adelantar alguna posible explicacién del heel que, desde luego, puede tenerlas de diverse sign. A lo que yo sé, ¢! libro inleresé bastante més & Jos coleytas que por motives profesionales se encuentran ms implicados en wn abajo historingrifico expecolativo, instrumental « =metahistérico» que i how ‘otros voleaulos en la estricts prdetica empiriea. Reconazce que en sana doetiiii 0, mis Kimplerietve. en lt que exe libro mismo pretende ineulear, esa dstincién 1s impertinente. Peru Hu reatidad es ten y sjyravecho ls ocasidn pars annentar rofundamente semejane wrquectad, 8 (A ISVESTIGACION HOSTORICR:TRORIA.¥ METIOO ‘Ask, quienes mids me han hablado de et en términos constructivos han sido, precisumente, metoddlogon y didictas de In historia y de tas eiencias sociales, Tildsofos y alguaion otros profesionaley de lay ciencias humanas alge mas aleja dos de nuestra conereia dedieacida. Una cosa que puedo aftdir con satisfac Plena e+ que en absoluto han permanecido iiferentey a lo que a fibro ofrestn quienes, especialmente fuera de Espana, tlenen wm dedicacidn histori Plenamente vertida a la meiodologi, w In filosofin de lu historia o 4 la historia de la historiograffa. Esas ctestiones, segdin subemos, no tienen en la univers did espafiola —y, curiosamenie, micho menos en las facultades de Historia — tun estatuto propia defi Pusando ahora a euestiones mis rica de Yo que hacen. La pragmitica idea de que hivtoriografia es lo que los historiadores hacen» no es precisamente Ue las que yo uplaudo. En este terreno adic tiene derecho 4 propiedad ilgura como tampoce u cobrar peaje, pero no <6 oF0 todo lo que reluce. Twuibign el tiempo transcurrido entre fas ds ediciones ha mostrado que es posible y necesario incorporur a nuestro tratamiento muchas propuestas que se han afadido a la visiGn de la disciplina en los aos noventa tanios. ¥ en to posible hemos procurado hacerlo asf. Quienes han tenido a bien hacer comen tarios sobre Ia edicién anterior han coincidido por io geveral en que segurn ‘mente faltaha en el texto un mayor desarrollo de Yo que ha sido ka historia cle kt configuraciGn misma de la disciplina histeriogrifica en la época contermpord- nea, es decir, desde 1 comicnan de la construccidn de el en el siglo XIX, ¥ st Iyraa insistencia en ubjcar la prdctica historiognifica dentro de un mich de disciplinas enya identificacicn cientifica se buscaba afinosamnentc. La presente ‘diciOn ha procurado Himar este enfoque y por ello tod su primera seccion hin sido remodelada, ‘Se manticnen lus lineas bisicas, aunque procuranda mejorar y getwalizar su ‘expusiciin, lon extremos essiclales de Yo que convituye ina tora de Jo his (orice tents w algo mas sue a meras constaaciones empiticay, sin entrar en el terrene a ta espocutacién flesifica, Henos tenido en cuenta, 8 Ho que no il ‘carza, lo mids significative que te bibliografta sobre eb ema hn presicido ces Ade que apsreci a anieror eiciin. No ha varia Ta propuesta esencial aceres de {a explicacién hisiérica y, si Men se insiste, en cuanto a disctrya historiogrdfi- 60 en que! historieisme marativista no representa en manera alyuna tna yp lacin convincente de In Historia, 8 pondera te ecesidad de que la explicucién IWst6rico-social Nextbilice sus vinw, haga uso de recurs diverse. Ul foe Hiatas com hermonduticos. atmos mis cobvencidas que nunc de ye tas ‘enciae de li sociedad, [i histoniografia enti ella, estin par encontrar thy w LA SVESTIGACION HISTORIC: TEDIIA. ¥ SEYODC €) punto wpallileano de su imagen del mundo, que no pox ser georndtrice pero ‘A vo no le bastard tampoco ser podtico, Fin nuestra modesta forma de ver las cosas, la historiograliin —una pata, pov clerto, que tampoca parsce gustiru todos — tw acaba de salir con horizon tecolary del cierio tharasmo en el que s¢ Intemd con Ia crisis de aquellos pode- oso «paradigms que trivmfaban en los afox sesenta y setents, Es evidente que el revival de ellos-es impoxible y. en todo caso, indeseuble. Pero ta amd sevuchia al narrativismo» no fue sino un fiasco, con tibetes de moda medidtiea, potenciads por la expansidn de 14s maneras posmodemniviar y tan vuela de ideas como de competencia tecnica. La suc del sujeto parece entendlerse a ‘veces com al regreso del scontar historias», Y ni que decis tiene que la Histo- is parece prestur cada dia mejores servicios a quienes saben utiliza Pero ninguna experiencia se miraviesa en bale. Ningun situacié histérica. en laciencia normal yen la extraoninaria, representa una yuelus ats. Diria ash ‘Ave, si bien nos parcce encontrar una persistencia en lu crisis de la disciplina, es 5. _Wahiawos de slenpuaje formals, de league comsruahs per et borne he Fr plans ‘ea com aregh + unos reyes cach, Po come con et slenguaje maa, et Maa dt re vn te i eatin La mtralera eupclal dl lenpuay ceo ex ana tava por tpl este (uh. y weak dy la ches, como po la tools del engage Cf, snips. ge nero ‘oan de GG, Granger, Forma 9 Cena Humane. Ade, Bagceloan, He. Cli te ‘et anan oper Ht eK. Roy 4 sre fpr, cones Pane UA. ae Bay ‘ua 1900. Pars Ls hitch $1 Kuen Fave 0 en ogi hace La Fah ea Clow c an ob gl XX. Cea, Maid U0 ah STHONIA, HISTORIA. & HieTEMOREAM A, ‘os expecificos de a economia o de ls Lingbistica, por ejemplo, que son muy ea Tacteristicos y estin absolutamente aceptndos. Pero, en isda caso, ef lenguaie ‘expecializada es hoy una le las cuestiones tis problemiticas en el campo Ue is ciencins sociales £1 problema terminalogice en la ciencia se manifiesta antes que nda a pro Pesito del propio nornbre que una disciplina constinuda debe adoptar. Y por ho {que concieme a (a nuestra ese os e} gue primero vamos a abordar. Se hu dict 44 meaude que el empleo de wns misma palabra para designar tanto wna realidad ‘expecifica como e} conocimienia que se tiene de ella constitutria una dificultad lapreciable para ol ogra de conceptuicionies clara, sin tas que no san posibles adeluntos fundarientales en e} metodo y ea fos descuhrimientos de la ciencia, Por lo tanto, siempre que un cleno tipo de estudio, de la realidad acaha defi. niendo con Ia debvila clara su campo, sv Ambit, su nbjeto, es deci, eli te fendmenos u estudiar, y se va perfilando su formu de pertetrar en ellos, «sea, su método, surge la necesidad de establecer una distincidn, relativa st menos, contre ese campo mismo que se pretende conocer —ya sea Ia sociedad, bi com povicidn de ta materia, ta Vida, fos numeros. ly mente humuna, ete— ¥ eon junto acumulado de conocimienios y de doctrinas sobre tal campo, La creacidn de un vocabulario espectiice pura un dees de conociimienta dada empieea prccisumente ahi: en como diferenclse en e! lengvaje un cierto objeto de conecimicnto y la discipiina cognoscitiva (clenifica) que xe ocups de 41, Se trata, sencillamente, de dotar a sonia disciplina de wn apelativo generico aque deseriba bien xu objeto y el canicter de wu conocimientn. Los nombres He Is clencias se inveman: eso €s lo que vcurri6 a partir det siglo Avil. Es fre- ccwente asf que el nombre de muchas eicnciis nacidas de Io expansidn de fos conocimientos desde entonces se haya compuesto de usta particuta escripti de ba materia, a la que se ha aviadido un sufijo que es un veologisine calificat- vo comtin: logia, tomado del griege logos. Sociologia, paicologta, geologia, ct Ou seces. graffa. sescripcién: veografls, cristalografit. Peri hay putrcelas dl conoeitniento mucho mis etisicas con nombres particulares: la Fésiea es 1 buen ejemplo de antigtst denominacién griega. aplicads ya por Aristétcles. Y hay ain ovo fendmeno no inusital tampoco: ef de gue el vombre de wna ddisciplina haya acabado ercando tn adjetivo nuevo para designar ta realidad que eetuctia: la Implantacidn de fa psicologia ha acabado creanda el términa wpsico- lGpicc, la geologia el iérminy *zcoWigico». ta geografia ageogrificon. El nom- ‘este una cienca determinada, constituide por un neolagismo. ha dads lugar, 4 Voces, « un nombre distintivo purse! tipo de realidad de ta que se ocupe Anilbootrgia sel termine «Historian Jas someras consideraciones que hemos hecho son tiles para aralizar un Jpeoblent andloyo y real de nuestra diseiplina, a suber: el de Ia ms adecuada Ahenimuinacén posible, y distintiva. ura li investigacton de la Héorte y para ‘hulisturso histérico normalisado que esto produce. La shistoriogrifia» es una dosipline aleetda en diversos sentides por el problema del fenguaje en quc se lava 94 favestigacion ¥ su sUiscunso. Par ello es precixy tratarlo ahor. (MISTORIA HMISTORIOGRAMA. LOS FUNDAMMETOS 2 La cuestidn comienza con e! hecho, comun a otras disciplinas, desde hue de que una sola palabra, Historia, ha designudo tradicicnalmente dos cosis is: tins: ts Historia como realidad en la que el hombre ests inserto Y. por otra pa fc, ¢1 conocimicnto y regisivo de las situaciones y los sucesos que senalan ‘manifiestan esa insereidn, Bs verdad que el término istorie que empled el grie- 20 Herduloto como titulo de la mitica obra que todos conocemos significaba jus lamente Los cmpleos tergiversailores son y han sido hastunte frecuentes tmbign en lt historiografin espafiola, aunque no sean universales. Dox ejemplos curacteris- icos por su procedencia bastardin para dar una idea. Un autor muy conocido en sutiempo, ef padre jesuita Zacarias Garcia Villada. decin en un libeo metodol6- zico muy Tecomendado que «Historiografia» significuba wurte o modo de excri- hir Ma Historias, es decir. designaria una especic de preceptivu de lox estilos de escribir a Historia, lo que no deja de ser tna curiosa y rebuscuda definicidn.” Dito autor espafiol mas reciente incluye sin ningda empacho li «Histociogratia, tire «las Hamavdas ciencias auxiliares de la Historian junto Geograffa, Epi grutia y Bibliografia (sic) entre otras,” an detinitiva, ta confusion de historingrafia con sreflexiGn te6rico-¢metedo- diploa sobre Ia investigacion de Ia Historias (Teorta de la Histociografia, hablan 40 con rigor) 0 con «Historia de tos mods de investigar y escribir In Historias Historia de In Histonografia), aunque no sea. como decimos. ura cuesticn erd- al en ta disciplina, sf representa, & nestro parecer, un sintomt de las pte fsiones comientes en los profesionales y tos estudiantes de la materia, De he- he, Ia palabra historiogratis ta sido aplicada, por no se sabe muy bien qué zones, A'cosas aparecidas modemiumente —Teoria de la Histon © Historia jc la Historiogratia— que tienen yu su propio nombre perfectamenie adecundo, oleniando ubvoluuwnente la etimolugia del término que proponemos. La pa: vedere iene Heracon st la cntenatizacin= 04) de a apna con a reefs amculaidad de que la =istvs dela sneograla Hons Atemdicumcae fore) mato Hiworingrsfan 22. Panam op 4. p 31M Kip, freee ta Hora def Cemcha. Cec, Barcelona, 1989, pp 33:34 2 2 Gusta Silat, Motodolosin »-Critea niesrioas, Ediones EX Alt. Barclona, W7%, p31 Keita be exe Tore de {10311 wsevia se esha on oles ch a fecha fe ala | ue ne engi pruchs de rmachas de lx carencius que Westacan en el levi 25. I. Leute, Taos del Discarae Muringricn, Hala wa price cieica smn cer 4 sa vernal Ovieh, Ove. 1992, ps 147, Pate elo eel frp canal a alesis sstniogrdiee» senda dati del que Ine se ence ta ave Mish a HISTORIA b WISTORIOCACAHA Los MINnAMESN TES a Jabra, por Jo demas, no presenta concomitancia ni confusion algun con Ia «Filosofia de la Historia» actividad que, ociose resulta sefalario, los historia- dores no acosttmbran a cultivar. Topolsky ha seftalado de forma precisa, sin duds, el problema, pero no ha /propuesto uns solucidn. Nox parece hoy plausible que uni palabra ya bien ex- fendida como Historiowryfia sea la aceptada. Lx patra historiografia seria, ‘como ya supiere también Topolsky, la que mejor resolvient It necesidad dle un {término para designar la trea de la fnvestigacton y esentura de la Historia, frente al érmino Historia que designarta a realidad hisidrica, Historiogratia es, fm su acepeidn mis simple, xescritura de tu Hisioriam, E histOricamente puede recoger la alusiGn a ta diversas formas de excritura de 1a Historia que se hm sucedido desde I Antigiedad elisica Se pacde hablar de sbisioriografla gric- china» 0 =pnitivisiay, por ejemplo, para sefalar eiertas pricticay bi identificadas de escribir la historia en determinadas épocas. ambitos culturales 9 tradiciones cientificas. Historiogratia seria ta actividad ¥ el producto de Ia actividad de tos historiadores y también ta disciplina intelectual y académica mstiuidn por ellos. Es la soluciin propuesta, dice Ferriter Mora, pars des- pejar la ambigiledad entre lox dos sentidos principales de la palabra Historia. Ello tendria que ser suficiente,aftade, «pero i eeture ast=™ ‘Tul es La significacién que le dio « ls palabra ano de los primeros tedricon denuestna dieeiptinn en sentida moderna, Reneletta. Canc, en st Tor © Hb twria de la Historlografia: en italiano Storiografia tlene el sentido preciso de escritura de ba Historia, Ese es 6 use que le athbuye también Pierre Vilaren sus finds conocidos textos tedricos y metodokdgices. Por su parte, J, Rentua ha uth lizado 1a palabta en st accpcidn enteramente correcta, al hablar en un texto conocido de «la Historiogratfn (esio es. la produceidn escrita acerca de temas histGricos)».* En el mundo anglosajén, esta palabra fe introducida con a mis: ‘a acepcién que Te damos nosotres por el filésofo W. H. Walsh, autor de wna ‘obra hisica en ta «flosofia analiica» de la Historia.” y es de uso commun en lens nua ingles Seria tna falsa iripresion ta de que ts palabra historiogratia es universal- ‘mente mal empleaui. No es asf, ent modo alzuno. Lmportantes historiadores, de feconovida solvencia, influencia y persistente dedicacién, adenss, a Jos temas ile fudole teGrico-metodologica. la han utilizado siempre en su sentido corres to —Georges Lofebwre, P. Vilur, Th. Kubin, R. Samuel, J, Fontana, J. Topots- ky, et¢. Es ese mugisterio el que debe tmponcrse, Por fo demas, el uso de la EXpresidn historiografia para designar la funcidn disciplinar de la investiga AJ, errno, Diamar te Flo del, Alianza val, Nai 1987 nn 27-1. Pomann Homma Ao pnd y propre wr Crea, Bacon, USE pw 20 WL, Wali oad nw da flow a Hai Silo XXL ene, Msion 19 tei egies 1081) Pin wre kn xtc que hice «ee pn WWM Dray Perrier CMTuton Yat Pree de Unvenité OMam uC OR Wty a a “iit y eect de ta Historia ya siendo progresivameme aceptado, sunque haya en no foc, en ampli cape de os stores, oq a tuena noticia EL Lenguaje de la Historiografia {La cuestion del nombre no €* el dnice problema lerminologico en cl estudio Ue ta Historia. La investigacién histériew pnisticamente no ha ereada un len uaje especializado, to que es wmbien un sintom del nivel de mero canoe inients comin que Js historiografia hu tenide desde untiguo com discipline de la investigacidn de Ja Hisloria. Apenas existen términos construidos histori sprdficurtente para designe fendmenos especificos. Algunas connotaciones ero noldgiciss —expresiones como «Edad Media, algunos calificaivos y cate ois para determinadis coyuntiras histéricas — ‘on antipositivista representada arquetipicamente por lu escuela de Anmates. FFuera i ello, slo el lenguaje del marxismo tuvo siempre pecullaridages pro- Pas, Los mistnos componentes de la escuela de los Annales estaban dividias sobre el asunto, Lucien Febvre Hlamaba la atencidn sobre la posicion adoptada al sapecto por Henri Bern. que propugnaba la pemisnencia del «privilegion de li Historia de “emplear et lenguaje comune. Por tno, ¢s portinente hicerse sina pregumia come ésta: qué Fenguaje em- ples ta historiogeafia? Ahora bien, vcompaitada de esta wtrm: ;pe1o es import fe ly existencia de an lenguaje propio y peculiar pura tu investhgaciénr de ta Historia? Respecto a le primero, la respuiesta no es dificil: los historiadores han empleo siempre el lenguaje comin y cuando han quexide perfeccionar 1 faa recurs al Jenyuafe Mierario y, siempre, «un discus de alto contenido metaféiricn —vevolucions. «Mareciniiento, «casos, y otras muchos téminos Ue ese tipo—. Por ello ni debe extraflamos que una parte importante de La actia} ‘vihion Hingston y Herat prosmnodernista haya entondido que ela Historias es ISTORIAf HISTOIGORARA: LOS PUNABLENTOS 29 ‘waa forma mis de ls representacién literara.® Cuando la historiografia ha sido ropwesta como actividad scientiicar, e} perteccionamiento de su expresion hit Yenido propiciado por ef recurso cada vez mayor al Jenguaje de otras cfeacias sociales, El nomire de los fendmenns y tas categorias que estudia ta historio- ‘grafia han sido acunados muy frecuentememie en otras elencias. El aceryo ci niin de las ciencias sociales posce hoy concsptos descriptivirs de use general: revolucion, estructura, cultunt, clase, trunsicidn, proceso, seciatizacion, capita lisino, ew. y algunos otras conceptes heurisicas; modo de produccidn, accién ‘social, cambio, sistema, que ta historiografia cmplea de ta misma forma que tas emis disciplinas sociales, ‘Aaf pues, el lenguaje que emplea ts historiogtafin Ho es em enaners alguns eppecificw de ella. pers gen esto un problema? Creemos que to. Acerca de si la investigacién de la Historia deberta crear su propio Lenguaje In respuesta ‘que ser mutizada. Por s{ mismo, el objetivo sisteméticw de crear un vocabularie ‘eurece enteramente de sentido ¥ nadie podria propenerto de manera seneata. Lt ‘euestidn es otra: la nparicidn de nuevas formas de teorizacidn del conocimienin de la Historia, Lu uparicién de progrous metodaligicos yenerales 0 parciales vo. o que resulta nis inmediata, la explorseidin de nuevos eamipas 6 sectones 0, eft iitiény caso, la uplicaciGn de micvas téenieas. es lo que habit de dar lugar a we ‘eambio enel voeabulario aceptudo. Hay ejemplos evidentes de ello: Ia aparicidn ‘dso fieedente de sustantivos y adjetivos de sixnificucién mils o menos precisa ‘coino Microbistoria, Ecohistoria. prosopografa. mentatidad, wénero, etc ‘La Vitalidad de um disciplina se muestra, entre otras cosas, en su capacidad para crear un lenguaje. como hemos dicho, Hay quue hacer, por tanto, lt pro= Duiesa levrico-mictodol6gica de que lox esfuerzos por la Formalizacidn real de ‘uu discipling historiognifiea no olviden munea 1a reluciGn estreeha entre las onceptualizaciones claras y operativas y los términos espeeificos en que se fexpresan, Pero es unui cuestiGn que no puede sino quedar abiera, Nadie puede pretender tener una solucién a mano Lay insuficiencias teorico-metodoldgicas en la Historiografia Existe Inego otro problema, éste sf de importancia decisive, ese) que ya ‘hemos sefalado refcrente a ta fundamentacidn tedrico-metodoldgica de ka dis Oiptina de la hisionografla, En efecto, a poco qve se cbserve el panorama, apa reco clam que la fundamentacidn de la hisoriogratia parece estar aun hoy Touchy menos establecida y desarrollads comparativamente que en Ia pricticn otalidt de tas dlemiy cienicias yociales. La discusién permancce viva hast Ia Dettalidad y presuiiblemente continuurd estindolo, sobre tedo despues que {uy posiciones decilidamenic yeativistas, come las dk} psmestemismo, hayan 204 Ute ibs oan dé eda vin a dle Hay Wale. yor Aotd conga peor. Wrenn bee inne apn 2S » fx Sheena 30 TOREA, HISTORIA. HESTERUDKTRAPHA ea{do en a0 progresivo deseréito, De otm pare. el intento de apuntalar ted ‘camente ft especiticidad y ta irreductiilidad del conocimiento de la Histor de definir las reglas fundanentales de su método —In que puede compararse con 10 emprendido por Emile Durkheim para! caso de tn sociolagia—" tiene ‘unos origenies notalemente antiguos. Dicho sea esto porno refetirios a la alt= tigedad que tiene también 1s activided misma de historiar, que cuenta en la ‘cultura occidental, como es de sobra conocido, com un hito ¥ mito fundacional ‘on fa Figura y ta obra de Herddoto de Halicamnusa, en el siglo v a. J.C. Bs bien distin te situacton en otras eienicias sociales. donde «mitose como los de Adama Siuith en Ia economia o de Auguste Comte en la sociologin son poco ‘comparables con el de Herédcto, y a Jos que tampoco son cormpurables disc - bles figuras de la historiogratia de} siglo xvin, como Yoluaire, 0 del xtx, come Ranke. Peto, tal vez, ta misma antigicdad de lay maniferiaciones de la escritura de Ja Historia de tas formas histérieas que tal escritura ha adquirido, desde ta ‘Cronistica 6 la «Historia Filoséfieas, es fo que ha propiciado que ta fundamnens- twokiin clemtfica y disciplinar de lat historiografia haya tenido, como decimos, lun derrotero tun poco conctuyente, Es cierto, sin embargo, que desde cl si glo vit para ued, 0 han Faltado los estucrzos, ¥ los logros, por parte de histo riadores, escuclas historiogrificas, investigadores sociales y flésofas, para la ccomtmceiin de una sisciptina de ln investigueidn histArien max fundamentad Por qué entonces el grada de formalizacién, cohverencis y urticulacién del co- nocimienta de ls Historia. es decir. de la historiografla, es menue que en otras ramas paralelas de la clencia social” Esperamos que io largo ie esta obra puedan aportarse cierins esbozirs de respuesta a esa pregunta, en la que no es posible detenernos ahora con mids pro Fundidad. Quizds deb sefalare que en el mitndo de tos propios historiadaes ‘ya tardado mucho en munifesuirse un Yerddero espirity cieatifica, mis 9 me- ‘pos arraigado, El entendimiento de una =ciencit» de lt historis por parte de Jos historadores fue dificil adn después de haberse profestonalizado, en el siglo xtx, la actividad de historiar. La verdad e que ts historiogrnfia no hu des= terrado nunca eatersmente, hasta Hoy, la vieja tradicisn de ta eronfrica, de La ddescripcién narmativa y de la despreceupacién metodoldgica. Asf ocurre que 10 Pocas veces li produccion lesrico-metoxtolGeica, o pretendidamente tal, sobre Histon © historiograffa, lu publicacion de undlisis sobre In situacié, significa- ‘i0n y papel de la historiografia en el conjunto de ls ciencins sociales, la «filo soflu» de la Histor y de su conoctmiento, no es obra de historiodores sino de ‘iro tipo de estudiosos; Mdsofos y flosofns We la ciencia, metoddlogos, tedr- ‘ous le otras disciplinas sociales, etc, WL Aki. clan en al eke texto de E Outen, las reas ef md pexthign sss edict origina francena es Je 1895, ue La ism dpa en que sparectan aloe mane ‘erik funtamentacn hisiriogrifica, ln de Lanpens-Seipnobon y Heresa, por ejemplo dy fe Dutt exten maples Yeraiones expabols, muchas ls que de lve Nefiba erabotn eta wo de ae suis sy eRe uma, ho ue ey nnn HISTORIA. € HHSTOMIOGKAPIA 108 FUNDAMENTOS uM Ey historiador britinico Raphact Samuc! se refi a esta stiuucion diciende ‘que lov historiudores no son das, al menas en publico, a la tntrospeecidn so ‘bre su trabajo y, exeeptuando oy momentos solemnes, come lay conferenciay ‘Inaugurates, por ejemplo, cvitan la exposicicin general de sus objetivan. Tampor {60 intentan teorizar sus investigacicmey,"” Carlo M. Cipolla lo sijo de manera Paresida: E aspecto metodoldgico en el que hos historiadores hua queda ‘ojos el de la tcorfas.,. Los historiadorey se han preecupado muy pocay veees de-explicar, no solo frente alos dems, sino también para xf mismos, la teorta [partir de la cual recompontan los datos bisicos recogidoss, Hay fldsofos, ex ‘summa. que insisten en que los historindones setuules =no suelen planers pro ‘Wleris de métode.* Es cient, sin embargo, que se han asravesado tres decenios ‘easl, deste 1945 a 1975, de continu adelanto de fa historiografiaen el contex~ Ws siempre de un progreso espectacular de las ciencias sociales en sv conjunto Pern ello, en nists opini6n, no ha sido suficiente El progreso real dL historiografia come disesplins y, Jo que no es menos Ainportunte, el progresn de la transmisidi y enefianns de los fundamentos disei- pilinares en las aulas universituria. distan Ue ser evidentes. Fs preeiso distingulr ‘eon mucho cuidado lo que significa in progreso de la reflexidn tedrica y motor Holiigica Ue Jo que es no mis que tw amptiacidn del campo de «ld historiable ‘Wi expansion de tas temdticas y tos centros de interés. aunque no quepa near ‘te tiles anaplinciones scaban ucarreando cambios cuando iienos metodolixi- ‘00, Pero ello no es suficiente. Tod lo cual. en defintiva, justifies la impresion Wobul de que en (a historiogratia no acaba de desterrurse definitivamente toate int larga inadicion de singenuismo metodoldgicos. que constituye una de fas [Poors tradiciones de fa profesidn, El «metoddlogon es enire los historiadores. {1 perwonaje sospechoyo de superfluidad 0, exundo menos, un especimen api ‘e9. Br tiempos, como fos pasicriores a In segunda guerra mundial, de espes~ Teular auge de Ia ciencia social, y cuando muchas disciplinas construfan sity iejores edificios tedricos, no hi sido excesivamente habitital tratar —tal vez ‘200 (a excopedn dle! marxisino— de los fundamenios se ta histoniogratfia, a jue ello areca poraaijice, {in cualquier caso, seria vin completo error suponer que este retraso en tn ‘eonuituciin de wna historiografla mejor exiablecida y perttechaxta en fo tedricn ‘meweologico respond tinicamente a kes earencins, 0 lis desidias, de Hos hisori- ‘ores. Lat propia historia yocial dela disciplina, como ta de cualquier otra, mires fy «qe el estado alcauzades por una clenein tione rasumes objetivas explicabes Jnistcricamemie. Liv historia de ha hisioriognafia muestra que la disciptio »e ha ‘no ‘lenciasfsieas, 9 obslante que esas materia son tas ms importants de to. Juewo que comprenden lus cireunstancies principales que afectan al texope Farmenio y a la aaturalera de la especte humana.,.: s€ ha perdido, por tania, ot {tuxlis que bbiera podido obienerse mediante la unalog y ta comparacgn ws Jnabiéndose eneayndo la concentracién de estos trabajos en la historia, de a cual sn, reali pares constttivas indispensablens {ue resonancias no tienen estas palabras, de hace siglo y medi, cuando elas ‘one en reluclin eon la formacida académics que reciben los jévenes historia~ dings ve hoy (al menos en Espafta)? Ess forrmacién es absoluuuente ins ficiente, ademés de inndecuada y, desde luego, culposa por parte de quienes ‘isefian y (olerun tos planes de estudio existentes. El primer esfuerzo para una ‘eflewe-renovacidn en los presupueston ¥ las pricticas historiogrificas deberta Tender » la consceucidn de un objetivo pragmitico y absotutumente bis Mk Lanse storia sincera lie 6 uh de a thon conacit na de Chines Seg Ae Hsien ht nano Prune (183), que espero cOesectarios enue iverson y screstican Lien Fetes. Vener» Fett. Combures rp eite pp 839 AL Me T¥. Wsckle, Miaory of Coilryanion to Englsat, Londres 1 W. Baker ant San 145716 Lac cat wna om comeneta eK Altaminn far ensedamet le Mito Akal va Aun, Mat 1097, p 168 (La evhotn vigil be Alta 190) Ltn Mab ‘al canine wei asa is he seen de tart sg 6 TWORIA. HISTORIA (HSTORIOCIEANA revisidn del bagaje formativo det que se dota hoy ul historiador, La preparacign ‘universituria del historiador tiene que experimentar un profinnde eambio de orien ‘cin i se quiere alcanzar tn salto realmente cualitativo en el oficio de histo- rine. Todo progreso efective en la disciplina historiogrifica, en cuakguiera de sus Iniltiples ramas, pasa por un perfeccionamienta continuo de la fomacidn cien- {diva det historinder. ‘Los argumentos principales en que s€ furkdamenta ta sensseidn de indigen- cia intelectual que ofrece esa preparacidin universitaria no son dificites de env ‘merar, Una eaposicién, sin pretensiones de exhoustividad desde luego, tendri {que sefalar, por 1o promo, tres aspectos claros del problema EI primer de clio, probablemente ef mas grave aunque pueda no parecerio, es ta incretble y esierilizadora unilaterulidad. el niiope consireniraiento con que estan disc ‘hades tos eswuuios universiuarios del fuluro historiador, que se limitan a Jos conocimienios «de Historias, sin practicamenie perspectiva alguna mas, ‘cereanat © lejana, de otros tipos de conecimientos y de priticas.~ sto en sus fundamentos como en sus producioy, Viene Ivego, la mula preparucién redrica > ctentifica que recibe el axpirante a investigador de fa Historia, a historiador.* ‘Yoen tercer lugar. la pricticamente inexistente ensenunca de un soficion uc se proctns en los centios universitarioy. Es palpable que esta triple earencia se inseria en um confexto que © extiende w otras muchas carencias de La uni- versidad actual ¥ que puede ejemplificarse de forma arquotipica. por otra parte, en los estidios en ciencias sociales y, alm mds, en las Hamdas »hu- manidades» Hoy no es una doctrina estubleeida que la investigacidn de la Historia nece- site del apoyo y de un amplio conocimiento de todas las ciencias sociales afie nes. de has mus cercanas ul menos al ipa de investigucidn seal que practica lt historiograffa. De los planes de estudio ha desaparscide prictieamente en Es pila toda referencia —con ta exclusion quiziis de |i Geogratia— al ariplio ‘campo de las diseiplinas que conforman las wciencias det hornbre», Del primes al dltime curso s6lo s€ aprende (") «Historias, Y ni siquicra se han mantenido las tinlaciones de mayor especializacién, El futuro historiador descemoce 1a ‘sociologa, a economia, a politologia, por no hablar de ta demvagrafia of latin, Iwestadistica., etc, ‘Cuando hablamos de tn formacién redriea que se procura hoy’ en la Uni ‘vorsidad a un historiador nos estamos refiriendo, en realidad, a algo que pueds decitse yencillamente que no existe. No ya no existe una prepasacidn wtediriea plunificada y reyulada, sino que ni siquiera hay. al menos de forma clara, una ‘eat donnininle acerea del «campow cientiico-social o humanistico dentro del 42, La eetiow que ain nde patie ello era posible lay revises ue a she ‘somata so esti 4093, Edo hs pli se Ra conse fay “by tenes cameaiicntyr ethetamertelpaday «hy hisoniogriien. Pet eh aye dee ta larg pard gets dort ag tL Wow abe sos para quien ne vn 2 dear investiga an set pee» mice tora yl que e supe a He wa in era Wt ‘eqn HasTORIA E saSTORIOGRANA: UN FURDAMHCTOS 7 ‘ou debe procurarse su formacidin, No hay ninguna teoria historiogrfica que pueda jugar e) papel que la teoria representa cn otras especialidades sociales, ‘Por despracia. sigue sin existir una concieacia general enire los profesionales _ de la historiografia acerca de la importantcia crucial que enctema el establecl Ilene de wn objetivo planificado para dour al historiador de una formacién ‘emifico-social amplia y sétida, completa. No cabe desconoxer que proble- was de ese mismo tipo ifectan, ¥ We manera grave, a otras profesionallzacin- ‘nos en determinadas ciencias sociales, No es ocioxo advertr, sin embargo, qe Jil asunto de ta inadecuacidn de ta formacién historiografica es yn cus, tal ex ef mits extrema, de las deficiencias estructurales y aperativas de In ehse~ Danea y prictica de las eiencias sociales en Espana, campo éste et el que Jilwindsin ivcho muds los mitos beatficus « incombustibles, 108 folos Mei Alave y Ios dispensadoves de ideologia, que fos investigadones rigusosos € Mh Mepersdientes. IE terver aspecto.dc ios sefwinicsses tn clara coma el precedente no roa foos relevante que cl. Nuestra situacion actual es de ausencia pricticamente total en la formacicin det hisioriador de uns minima ensefanes Ue un “oficio®, ffcio cuyon destrezas tendrfan que aicnier tanto a una formaci6e en principhoy ppisizecri coos cx mer ato ae rian cas sad univ La ensefianea de la hiscoriografia en la Universidad tiende muchas ‘Yee w reducirse casi a unt mero verbulismo —no siempre, noturatmemc 9 lun ex8zesis de fa produceién eserita existente, a una lectura de slibros de Historia», de informacién eventual, y no a la trasmisién de tradiciéin cientifica ‘Cuando existen malerias cayo contenido es la «tooria, el «métod~ y -euiestiones afines, lejos de convertirse, como seria imprescindible. en materins alatatamente estructurales en la formacién del historindor. siguen siendo, por ‘ef comtrario, materias periféricas, meramente complementarias y Wo siempre ‘en J ‘Necesariamente, {a conclusidn sobre ests estado de costs no puede sor ‘mig oplimista. Nuestrns jovenes salidos de lu Universidad liceaciados en Hive ria rara ves estén adécuadamente preparados en la reorfa y el método histo Hoprificus. La formacisn recibids es puramente memoristica y- mAs que me: diocre, Seyuramente nos queda iin un largo camino por recorrer hasta que ‘haya un convencinienia comiin de que el oficio de historiar no es el de scan ‘ut Historias, obviamente, por mas de moda que esté hoy semejante vision, Ni ‘aun cuando esas historias reflewaran de verdad, to que'es muy improbable, lax ‘oois econo realmente sucedicron. seytn ta tan enormemente manda expe: iii de Le vont Ranks. En estes condiciones es difeil que exist imiplso y 1h A(vicin suficienie, que exisia fundlamente vientitice serky entre fos proesier 44 Lan ples decent ae 193 eather evene gipMA trmc ypH HANES Aeon La stoilaco kw ses eo Wve vies per al quent Ag ‘at peor eae hn de Ia portent en a rere 38 “TOREA. HISTORIA t HuSTERUOGHATTA ales de la Historia, para entrenvar ta idea comin en dmbitos come el politica ‘eel inediitice de que la Historta no es ms que una cucstién opinable. Seri incompleta y, seguramente, esti una pretendida formacién tanto det bistoriadtor dedicade a ta Investigacion como, también, del dedicado a lu ense= Sana, que no stienda a dotar al sujeio de un conosimiento suficiente de las slenclas de fa sovicdad y, tras cll, de un fundamento de ta naturatezit, las difi- ullades de andlisis y ta multipticidad de visiones de Yo historica, Que ne eo nozea de forma suficiente ol proceso historico de la historiografia. Que cutezca, fen fin, de las necesarias bases sobre la forma de proceder de un conoximient ‘gue se pretenda wal modo de la clencia, pant el que sera precisa conocer 16e- hnicas de tratamienio de lox dios, de las que hoy no se dota por ko comih & lox historiadores. La formacion Aumanistica de un bistoriador, astnte frrentincia~ Hl no debe entenderse, com por desgracia suele suceder, como algo conirario fa posesién de un talante de basqueda de verdades comprohubles, de unas Henicas y de un eficio. Macts conocimientos sobre el curso del Historia 0 #0, en modo alguno, tn wustinutivo de toda lo anterior. Humanidldder, clencia ¥ téenicas De manera concreta y pragiitica, puede decirse que eh ja formacién de) ientificy sovial hoy, coniprendiendo en esa categorfa de forma incuestionable ul Nistoriader, hubrian ue converger en una siiesis correcta trey dimensiones formativas entesameme imprescindiblex: la formacion fumunéaticn, la clentdica ylniceniea. En primer jugar, la formucidn humanistica, In verdaders forraciOn hum nistica y no cl wpice de las viuumanidadess, mery revoltjo de materias =e Letras, deberfa dow al curriculuan formativo del historiador, como al de cual- ‘quicr otro expecialisa en las efencias humans, de un Conoeirmiento suficlente ie lu cultura elisica, en primer lugar, de donde se nue la sustancia culural de nuestra civiizacién, El humanists no pede prescindir de unos minimos cono- imientos flol6gicos, de un contacto con las lenguas de la culuira grecoating, de su historis y de Ie historia del pensamiento eldsico. Pero probablemente ‘as importante que Ia cultura filokigica lo sea la filosdficx. Como puede acce- derse al lenguyje ciemtifico sit una minima formacion floséfica? Especial. ‘mente In ldgiva y la teorta del conocimiento son imprescindibles para todo cientifico social y, por taato, part historiador. Un cientifico social no pod ‘nunea prescindir del humanismo clisico, de lay concepeiones del hombre que sxe han transmitide hasta hoy y de ta disciplina intelectual que represenia el bite Hlossfico, Pero no hay nada mils nocive que entender que la formacidn fwumanistica es ‘jena, esti refida, como se erve # veces, con La formucion tambien en 1 prin- lplos bisieos del unbajo eientfico, No existe en la cultura do hoy en di, atin, lun error mis nefasto qe el dle yegiir consideraado que humanivnn y clencia son dos dimensiones intelecisales diferentes y contrapuestas, Pore} comtrario, cencia y humanisme son hey dos dimensiones culuvales irrenunciablemente MSTONLA be STORIOGRAFTA: LOS RUNDAMEETOS 4 “apd La forrmacidn sini ‘tiene que weompiaharse de! conocimiento de las condiciones actuales de la cien- “sts social, Todo acceso pwr minitnin que sea a los procedimientos de Ia ciencia setnpezar por la comprensicn de que el trabajo cientifico conileva la adgui- ue un «lenguaje», formalizado en clerta manera, pero que nase reduce en fomma alguna al lenguaje matzmtico, La formncidn cientifico-social genérica y amplia debe atender a que, eo entra caso, e} historiador se fhmiliarice, euanky menos, con la situacion de ujuellas ciencias sociales mis cercanas a la historiografia y, si ex posible, in- ‘elise se soueva en elas con soliura, dada que del conocimiento algo mis que ‘Widimentario de cienus ciencias soctales podri deperider en parte la espectali- “tacion concreta que ¢! historiador pretenda. Pero aquello que debe presiir esta “sisionuitica puesta a punto de fa formacign cientifica del historiador es precisa ‘monte! aspecio mis generalizante, mis global, de lo que constituye la eencia de In sociedad, es decix. ln teoria splicada del conocimtiento de lo social, «1a ‘eoria de la cicncia aplicada u la ciencia social. La formacién en los fundamenos Kogicus y epistemolbyivos de 1a ciencia ‘be ic acornpafiada de una formacién prictica en métodos de investigacion so- sil le orientacidn diverva, y en técnicas que iran desde i archivfsticw a la en “atest de campo. Fin lo dicho nadie debe ver una minusvalorucién del hecho de ier es, naturalmente, la propia formacién historiogritica especifice el objetivo Wltkno y central de cualquier reforma del sistema de preparacisn de tos jivenes Wistariadores, En todo caso, una formacién humunisticn, tesriea, metedolsgica 4 Wdenlea adecuadas es Yo que cahe reclamar desile ahora para estublecer un nue 40 perfil de! historiador, sin perjuicio de las especistizaciones que ta prictica heamseje y que, hoy por hoy. aunque parezes inconcebiile, extin excuidas det squtrioulo de ta licenciatura en Historia. No es ningin despropyisito extrier, por tuto, como recapitulacidn de estas la conclusion de que n0 habra un seria formucién de historia~ danas si no se hace de Ia teoria historiografiew el vento de la formacién dis ‘iplinie'y de la metodotngia de ta Investigacion histériea un habit pricticn de reflenion y de prueba que acompaien x toda preparaciéin emplrica y tenica. En ‘ste sentido, serfan agit pertinentes para conctuirun par de proposiciones max remachen Io que Hevamos expos, Pra retires oecedad ds recosidrar a significacidn completa de to ‘gle eniendemos por «formacién de tn historiadr» en lo que iene de inmersign ¥ ile apropiucién de wna tradicién, un estilo de pensamiento, una eapacidad de alo clentificn y tw preparacién instrament! adecuads. Lit setual prepara ‘VION espyINOLU despecho de los progresos que no han dejado de efectantse, spade lvogo, y en clara couteadiceidn coa tox profundos cambios operados en WW concepcion soctil de lu activided de historia, esta enteramee obsoleta, earganta de rnin, 43. Vian «fea, las camsincens comin nib he dex A. Fred, Wawa 0) macs rote deb sveev, Lies No. Cie 1S 1 Jos problemas de) conocimienia cientifico 40, “TroRIA. HISTORIA E MIsTORIOGRARIA Lata atiende a llamar ta atencidn sobre ta relectura que es precise hacer de las elaciones entre el histcriador y las disciplinas de su entomd, si se quic= re conseguir una historiognifia mds aconle con nuestro tiempo, Este segundo rspecto ha tenido soluciones cambianies. La relacidn entre la historiografia y Jas demds ciencias sociales ha dado Jugar a situaciones bien diversas. Una pi radigmatica es, sin duda, Inde ba Francia de los afi cincuenta ¥ sesenia donde Ja hegemonia de ta escuela de Armales itnpust una prevalencia del “espirti his rico» eel conjunto de las investigaciones sobve la sociedad, Pero la contrar rises a de Estados Unidos cast poresas mistuas fechas, donde la investigacion bhistérica convencional y las cienclas sociales responden a wradiciones y trayee~ torias muy distints y donde la historiografia vificimente pualo ser tenida poe ‘unu practica clentfica.” Los gremislismos de los profesionales de unsts y otras mnaterias no han hecho normalmente sino dificultir Lis relaciones. La historio~ ‘alia sit, « nuestro modo de ver. en condiciones de aparccer en el conjunto de las ciencias sociales sin ningun elemento de distincion peyerativa ode situacin subsidiaria, Lu definicion »clenttfica de ls lavestigaeion social se presenta pro- Demdtica para Yoda tas ciencias sociales. Ung reselucion audecuada de tas dos consideraciones anteriores significarta un importanis cambio de perspectiva. Obligaria a aceptar definitivamente que la funcidn tisica de la formacidn Uc un historiodor es lade inculcur en éste a0. 6n nro algano, ol conucimiento de to que suerdid en la Historia, c30 eaté cx los bros... sino e6mo se construye el discurso historiogratico desde ta investiga- cidn de aquclla, La ensefianza de las pritieas ve tipo ciemiico se basa en 50% ‘conocer Ia quimica es saber eémo son los procesos quimicos, no qué products ‘quimicos existen. Es en.el curso de! aprendizaje de lus tdenieas de constriccién dl discumso historico comp se aprende ese mismo discurso, y me nl revés; de ben aprenderse. ciertamenic, los hechor, pero sobre todo como se establecen los bechos. Y ex que los jdvenes historiadores que hoy salen de nuestras facultades sniversitarias son, por Io general, vfctimas del =ingenuismas tedrico y meto- doldgica del que hemos hablado y que alli se les ineules. Ello ha sido denun indo por no pocos grandes maestros de nuestra profesién. pero. a lo que se ve, ‘munca ha side una protesta suficiente. Aun siguen sienda de so comin sor siones como li de que »no se puede responder exhaustivamerte n la pregunta sobre qué es It Historia, por Hct que esia sea, si nose past por el plano ‘eatrictanente filosdificos.” El remitir a fos fildisofas las respuestas que el bis- ‘oriador mismia tiene que buscar, saliendo del discurso Mlowifico, ey el mis ‘persistente ejerplo de «ingenuismom, ¥ junto a ello, bueno sera celebrar como ‘© rwerpee aquelli propeniciin de wn hintoriador de la vieja escvels, H. 1. Marrow, cumnde decir que Paradiande la maxima plaiinica, pondremos en et frontis, a Ree Mee i ai ein ste WW Kil {Gall i cin ap? WOT. Nl 0 ‘ATA Sai, oo eH Tabs hv Miho, MR, NAB HIRE pH ee et i ere to Miso, STOR ASTOREOGKATIA: Los FUNBAMIeTOSS a e-nnesiros Propitcos esta inscripeidin: Que nadie entre agui si nu es Filéwafo, bi no ha meditado primermente ex la naturateza de Ia historia y en Ma com Micidn de} bistoriador= BD _Lamsromoanarts, LA cimscts VLA CHINCIA SOCIAL {Por qué unis diseusign sobre el carter de} conoeimiento de tn Historia, de ‘sus posibilidades y sus Kites, ha de empezar hablando de la ciencia’? Las r1z0 thos che existen pura que sea indicado bucerlo asi son de indudable peso. pero feecierto que no hay unanimidad de eriterio sobre clas, Desde antiguo, est fextenuida entre los historiadores. anu uetitud escéptica o reticente, euands no “‘Haneamente coniraria, acerca Ue lt pertinencia y la utilidad de ese género de ‘espeailaciones en relacidn con ta historiograffa. Dentro del mundo de los hi ‘torladores nunca ha habide acuerdo acerca de ta cutificacidn intelectiatl 0 ‘pacidad cognoscitiva propia de Ia actividad de histomia; La evestin de sl ‘Woriogeafia es o 00 una actividad scientifica», o qué otra Viper de conocimiente e& munck hu preocupado seniamente a una parte mayoritaria de los historié- “ores En otros casos, la respuesta 4 preguntas de este género no hi tenor nas “ye conterides meramente formales, que no procedan de una reflexion real: ‘ent detenida: ‘Sin embargo, es imprescindibie unt atencion a este tipo de problemuty st ve ‘quiere entender io que es en su micleo la entidad del conocimienio que aporia ‘debe aportar el historiador, Para una comsideracion como esa op parece que ttaya marco adecuado © pinto de partidit mejor que el del conocimiento len Wi ‘on ina dterminacidn tumbién esencial: et conochmiento cientifiee plicad w ta sociedad. Es deci, ef marco de ta ciencia social. {Qué tips de ‘eomocimionto cabe esperar dc ta historiograffa?, jes posible unt conocimiento ‘lemtifico de la realidad soxintemporal, e> decir, be la realidad histirica? “Con preguntis de este gener, estamos sobre el terreno en que se ubica obli> Tn mvesiro juicto, 1a discusién sobre la nanuralezs det coaocimienty IWstdricu, Fn el presente cpigrate se intenta poner jalones pant un debate de ese Jpinery y para vo respuesta que, necesariamente, ha de ser provisional y que Ww» cde evita la usec hasta hoy de un posiciGn unsinime sobre cll, En con- Secuencia, oy por hoy esa respuesta no puede ser, ni Io fa podide ser manca an fio. csfgérica. Ea aingdn sentido, positive ni negative, Existe, sin embaryn, ‘vn conntitcion primers que nos parece incvestionable: tampaco una respuest hess especie pode ser buswada fuera de un marco mis general: el que encvintra to: problem qus, de una vote formu, ex compartido par todo el mbit do ly ‘Gencld de ta wocicdad es pote um Conacimiento cienifico del hombre? Ys en Wath ones, 298 Uehe entenilerse Fignmoxamenc por tal Lips de conocimiento? En Wi respuests 4 esta pregunnt estard includ, sin dui, la historiograffa, Tatente Ha prio coment. enfocande esta ditina enesthin Gonne mas general 4-101 Mar, Ft comactoonns hahion Hla Kat, Wave 1 U8 an “THORIA. HISTORIA F RiSTORIOORAMIA Lr namuraleza de la ciencia y las ciencias sociales {La problemitica det conocimiento cientiico, que es ta Vertiente especificn del problema que aqui nos imerecs.e« la uberduda de manera conereta pe wa parcels de la teoria del eanocimiento que es la Epistemolowi. El de elencia es scan (érmino que en nucsira tradicicn filoséficw y mundana tiene significados muy distintoss.* Pero la palabra. en st sentido mas preciso y correcto, que ex el que empleamos aqui. designa lo que Hlamamos «ciencia moderna» por antona- masia, Es decir, ciencia como el resultado de ta srevolucidn cientifica» que arancé en el Renacitmiento y prextajo la Mecdinica newioniana, 0 ta Quimica, de os siglos x¥H y Xvi, los avances en el conocimiento de la electricidad en ef ‘siglo xny, las teoriae cosmoligicas del sigho XX, et ‘Lat caracteristiea mux decisiva y ta diferenciucion mis explicita del conoci- ‘miento cientifico con respecto a toxas las otras formas de conocer es lt de sit [oceder sistemuatico y su sujecidn a reglas de comprobacicin de todo lo que se ‘Arma como pretcndida verdad cientfica. Como todo conocimicnio, ta ciencin parte, al menos en su aspecto Idgice, Je In observacion, pero desde Ia obser- Yecien 0, »1 se quiere, desde ef conocimiento connin de las cosas hasia ese otro nivel de fo cientfico ta de recorrerse un camino sujeto a un méioda. De forma {nroductoria, poulrfames adclantar, ya que la clencia s¢ define como una forma sde comuciienny siwematico-explicativn, no contadtctorio, facto (tx Nal yo) y tesifcube, Neamos con mayor detalle qué quieren Uecit esos términos. En efecto, no hay conpeimiento cientifico, en primer lugat, si no es conoc- mienio sistemético, que v¢ basa en la observacidn dirigida y urganiizada de la realidad, que construye los sdatosm y lus organiza dando respuestas a las pre gumtas sobre los fensmenos, pero respuesias con allo grado de generalidud La iencia, en segundo lugar, produce explicaciones, es decir, algo diferente Je deseripciones y, warnbicn. de inerpretaciones, Las explicaciones tienen ue set tuniversales, coberentes en todas sus partes y no conteaictoris; en x forma mis perfecia sdquicren la forma de 1orias. Los fensmenos ne tienen mis que tuna identidad, no pueden ser y no ser una eoss al mismo tiempo.” El conoci= 44, Veansc, a prpenito del contri Ue la Episemobgls, M. Runge, Epiiemolei Clones dela Crean Arick arecloma, 1981.1. Monmerat Epteniogsa enol § er de 1a Ciencia, Pebleaciones de la Universidad Ponificin de Comilla Madd. 1987. E- Nagel ar ertewctara ie cnet. Problemas oe la Wei ole I imveniguedin. viens, Paid, Bc ‘ites 1974.1 Pagel Tata de Ligic ycomchmientaclenfcs 2 Naturales y wees de a Ejoterologis, Pak, Buenos Airey, 17, ‘$0. G. Buena, Zewrin del lor catesieiu J: ttrocih Cieweral, Pomel, Oveda, N98. p22. 31 Ab mdiado es dees tod la terers pate de ext obra ‘52. tan cuatier can, clo wo quiere dect que la cient puca W lenge ue evhbcet une ‘xpi unica seo tends, E ernie at cts tao que ex). La sets ‘lan etabece is Una vera para shee, lier ent gia cae ers ec mn juni de feniene wo atin verse eplicacones, Pern ste cow sevevibi te hehe se conti cn imerpaar ISTORIA F NISTOROORARIA: LOS FUND AMENTOS Iiionto de ta ciencia es factieo, es un conocimiento ade hechose no «de Valo; ‘Fes, que no juga ‘ss panto de Wists ético o cualquier oxo ta realidad que de explica. Tampoco es un conocimiento de sesenciw» sino de fendmenos. Por fin, y esta ev probablements la euracteristica mis decisiva, es textficable. pues Me seredemosirados, dt cuenta del camino por el que las propeniciones que se ‘enuncian pueden ser acreditadas 0 no como verdaderas. E} epistemslopo y metodologo neopositivista C, G. Hempel babid de dos Jerupox fundaumeniates de ciencias: las empiricas y as no empiricas.” Pero la cla Aifieweidn mds conocida ¥ puede que también la mas itil, aun cuando con wn exh Jere mis extemo que orra cosa, es la que empez6 distinguiendo, desde fines del “niglo xix, entre dos dmbitos del saber cientifice: oh de la maueralesa y el det home ‘pre. De abt se ha deducido, tras matizaciones sucesivas, la distincidin entre een ‘as de la naturalesa ¥ ciencias del hombre, en una dicotomta que ti Hegado a {ener un caricter mis profundo que ¢} mero referente al ambito estudiado ‘De ta distinckin entre cicncia ve la naturleza y clencla del hombre srraned ‘itm que se ha hecho mis chisiew aun, y mis decisiva, aunque resulta bastante tis problemdtica, puesto que plantea yside forma irreversible ls nevesidad Ue no Hawer de ta ciencia una categoria \inica de conocimiento, Este influyente distin: ‘0m entre las cicicias es Ia que tuyo su origen en ta flosofta alemana de tra icin neokantiana e historicista a finales del siglo xix, y fic ia queestablecit Ia iiforencia entre dos grandes tipos; unas cienclas nemoréticas —del griege 10 ‘os, norma 0 Tey—, Ciencias We 10 general, y uns clencias fdtogrdficas —del Jwiego his, caracteristica 0 singularial—, ciencias de to» componaientor ‘Mgulares. Ta! distincion {ue deftntivumente establecid por W. Windelband™ y {ut posado « ser un lugar comin en todos los tratamictios acctea del cardeter de Jnstencia jon ca lain con do ipo dering [pesca como explicacicin y el que lo hace come comprensidn Beg r wasnt ia Cearnt poco Skes 0 ancldeen que sehen iii ‘o durante mucho tiempo con Ja cieneia natural, tendrian comme funcién Is explis ‘kid (erAliven), a a cienela iingrifics, idemificada con tas etencias del horn Je 6 clencias de la cultura, estaria reservada la comprensin (verstehen }* Las By pamees nicer reece eee es 021 3, py Pees verse nce blade Ree de Rape cseert seme eerste ectnteeeeteee a ee Spree i Aires. WK HG, Gadanner, Wnkul » Método, Sigwenve, Salastunica, 1977.2 vol. : ete a Seg een ea Sotesn eee Sb emeteoemonceraeeeeen e Bea eer notoce me Be crstcacccmamen a“ THOME. HISTUMIA F HISTORIOGIAPLA ‘Genciae del hombre tio extrfan cxpacitadas para dar explicaciones en formes Je {earlas sino que deberiun ditigirse a comprender el xignificade de lis acciones {hitnanas. Elo estd estrectiamere relacionado con la filosofia hermenduticn. ‘Como el hecho de que explicar & comprender Wa realidad es e) objetivo ultimo de todo eonceimiento humano y precisamente la ciencin aspira a ser el conoci- ‘miento humano més fable de todos. conviene detenerse en la manera en que ta Sioncta da eventa de la realidad del nitndo, sea e! natural, sea e} social En tiempos mds recienles se ha hecho freciiente asimismo la apelacién luna distinciGa teipartius entre ciencia natural 0 fisico-natural, ciencia social, 0 iencia del hombre, y ciencia formal, siendo este Whimo aque) géncro de con imnicnty cienttfice que, com la mittemitica o fa Kigica —recientemente amplia- do w campos coma la computacién, por ejemplo, © la semidtica, que presentan tun curdcter propio aunque derivado Ue agjuellos otros— explora itn mundo, de slementos simbslices u ordemaciones formiales que no tiene referentes en las ‘cosas materiales. Jon Elster por su parte ha habludo de tna clasificacidn tripar- {ita de Yos campos se investigacion Ue la clencia, distinguiendo entre ln fisici, La biologia y la cicucta social, seftalando quc lo que distingue realmente a las cien- sslas ex su método, Se ha referido, por tanto, a tres métodos esenciales: el hi Potético-deductivo, ef hesmenéutico y ef dialéctico, y a tres formas tipicas de explicacién: ta causal, la funcional la intencional’” El procedimiente de te ciencla Para caracteriza el funcionamiento de la ciencia, aunque no sea sing le far~ mm en extreme simplificada” lo primero que debe decirsc es que el proccd- rmiento seguide para la construccién del conocimienta ciestifico tiene un camino igico que no siempre coincide con el camino particular que los vicatificos re- ccorren. Lt historia de la ciencia muesira que a los grandes descubrimenton se fa Megudo de muy diferentes maneras, Pero si nos atenemos a lo que cs lt ear {ectura», por decirio asi, del métoda de ta ciencia™ debe decirse que toda bisque- «di parte de una pregunia: que para intentar respenderla se empieza observando la ‘calidad peninerie al caso y eliborande conceptas 0, come poxriamos decir de forma mis sencila, poniendo nombre a ks cosas, Luego se canstruyen enunchis 157.1. Eater, £1 cumbioferiigion. Invealguriomey sehr hr cio ht amp rmaciénwical, Gedisa. Barcelona. 1992, pp 10-20, ‘$8 Exite na muy alt erairn acerca deb exrucre del eanosimint ciemtficay de [rvcedhmientn dela jmvetigacion en la ciencia Now lilleoo eda wi cu iy ‘such de difereme grado de aiicuiad Wwede afrendene pra consent de hs Mbt» Ie hac divulgade, AS. Chaleers, «Qu reve lama elect” Madi Sigh XX1 rote, 1984 fy exicines posertes) y ar cieuod y coma alah, Sipe XXI editores Mala 1 Un eoocido manly elisicn es el de M. Bung, a vegan rena Asch Rarceknts 1973. in be emis compticado, donde se expome y analiza lo Gu we ha Tat sconcepeln eral cinco x i. aia de enc aida cx el copontivisn en fo amr he ‘os ios teins que ha dita praticamentc xk el sig xx, F Supp. a evra te (vers cients Mads. Universidad Nacionil de Edcactin » Dic. 39 Vase rnb Yas Obnervaciones wbe eve asain que se hacen ela vec tere la dedicat en nSTORIA. E HISTORUOGRAIA: Los FUNPAAMIASTOS 4s dos 0 proposiviones. es dcet, se hacen aflemaeiones 0 newiciones sobre las cosas ylasteliciones entre ellas se emiten Juicer: Por dltimo, el conoeimienio que pre Tene tlepar a tac dias consecuenciss propone unas ciertas ewplicaciones Una explicacidi es. en definitiva. un cenjunta de prepsiciones orden lopicamente y que se eneadena a través de un exzonamiento del tips de bt /n- duceidn o de Is deduccidn, con lo que se establece una jeraryuia de proposicio~ nes, deducidas unas ve las otras pura formar una argumeniacién fundads. Lo que una explicacin prefende. que es verdadera (pero la verdad pretendida tie- fhe que poder ser vemostrada, aunque ain no lo est), tiene que ser contrastable ¥ verificable, En este caso, antes de la demosiracién de tn verdad, sea por ta vin del experimento, de Ii demostracién matemiticn 1 otro camino, estamos amie ‘una explicacisn ripotdtica, La explicacién més complej, la que pretend tence as mejores prucbas y la que, en cl caso mis perfecto, establece unas eyes a las que se demuestra que obedecen Jos fendmenos, es la que se Hama wna tert En 1érminos sencillos, las feorfas son aquellos conjuntos de. proposiciones, feferidas 4 lu realidad empirica, que imentan War events del comportamicnio global de ur entidad, cs decir, explicar un fendineno © grupu de ellos entrela~ ‘fidos, El conjunto de proposiciones que constituye tn teorta debe tener nt ex- consisfencia interna y alguna de tales propasiciones debe estar formulida fh forma de ley Lo que cabria concluir # partir de esto y como ensenanzit fundamental es que la ciencia construye un Lenguaje con et que abords cl mun: do y que mu mecanismn se puede esquematizar Negin ct siguicme custo: > [Concerros > Frarosiciones| Cuma {at elutwaciin tet Lenguape clentificn 1047-1, Manon, Coaeypnn York a few, Aba Hiv, Mt, 1 46 “THORLA, HISTORIA & isTORIOORAMA Luvexplicneida eientificn suele considerarse que obedece a uno de estos tres modelos, segtin deeia Elster, los Numadox causal, funcional ¢ intencional que ‘corresponderfan respectivamente a las ciencias fisicas, lus ciencias biolOgicas yy las sociales Las tradiciones pesitivista, racionalista y analftica, ban defendi- dda siempre ta superior perfecciGn de la primera de ellas, lu explicacién causal basada en e! mecanismo causa-efecto, que implica la presencia de leyes univer- sales, bien bajo un modelo nomol6gico-deductivo bien bajo el probabilistica inductivo, Ota tradicién de ta ciencia, més dificil de rola, la idealists, anti- Dosiivista 0, mis cominmente, hermenéutica. es la que ha mantenido que el ‘mecanismo causa-efecto no agota la explicacion de hechos, en los que euentan, {as intenciones, los fines, el significado, et Es decir, todo tipo de ueciones fa: ‘mianas, Para esas acciomes serviria mucho mejor ta que Von Wright Hama ex- Plicacién ‘efeolégica, wna forma de la explicacion funcional, También se hs ‘mantenido por un grupo importante de autores que la explicacidn adecuada para {as ciencias sociales es ta snrencional, si bien con planteamientos que difieren 28 puntos notables 0 can algunos elementos afadidos —Ia eleccién pucional, ta logica de Ia situaciéin, en cierto modo In teoria de juegos. etc — que las hacen divergir. Las explicaciones intencionales se convierten en algtin caso en wexpli» ‘caciones basadas en razonese,* mientras quc la explicacién causal es, justamen- 1c, ln que se basa en causa, Esto tiene imporancia notable para la explicacion et ln historiografta, como veremos en su momento, ‘Com el probicma de la expHicacion ef a Ciencia soci Se relacions natural ‘meme un problema que se presenta también en Ia ciencia naturale] de la pre~ diccidn, sumo ambién muy irauido entre tos metoddlogos con referencia al ‘conocimignto secial y, con mayor dedicacidn, at Caso de las *leyes de hi His- tocia, {Hay algun forma de predecir tox comportamienios humanos? Esie problena remite, a su vez, al de la posibildad de descubrir relaciones consti: tes entre tas variables que intervienen en los fendmenos humnanos, La respues- ‘wes imprecisa, pero es eerénea fn ereencia de que lu ciencia puede «predccicn tw aparicién de acontecimientos singulares —ni la ciencia fisica— La predic~ cin os siempre cosa relucionsds con lis condiciones en que un proceso, se deseacadena y con nuesiro conocitmienta 6 no de lay leyes que to regulatt” Condiciones y leyes. en el caso de tas ciencias sociales, son cucstiones de conocimiento problemitico dado que el hombre concede siempre a sus actos tun asignificadon.* 4. comb wep ey 8 2 Tatu explensonoiin Gaon Peony of Mink Vase Gin, a cd le megan at, Ts, Ni 190109 iG AG Gara Dg Eid a pri new seca UNAM, Mee i969 tia de de Oana ssc da Mebane eee i reag < Pen Sihcesboden petcioraeeiy = scapula de hace vencrs pico dee lec ies We vet es por KR Pope: Merit htm, Alana ara Na MSTONIA. MISTORIOOKAMLA: LOS FENDAMUTOS 47 El rigen y concept de las elencias sociales En cl siglo xix s¢ dio el virajs intelectual de aceptar et modelo do la escripoidn clentifica del mundo fisice para elaborar-tumbis ana «ciencia foclaly, afisica sociuls, 0 ciencia del hombre. Fl filésofo Auguste Comte (1798-1857), uno de ls fundadores del positivism, desemnpetiari en todo esie proceso, come es sabido, us papel esencial. La posbilidad y necestdad de estas blecer uns «ciencia del hombre» es. en too caso, una idew amtenor a Augusle Comte. Aparcee ya en lu Hustracién y la exponen tratadistss como Helve~ thus o el hurdn de Holhach, De ta misma forma que ta idea de ta imedhicti Dilidad slma-cucrpo impuso cads vez mas lit necesidad de crear una clencin del alm, lus prmitivas clasificaciones de las ciencias, como Ins de Bacon «+ ‘Ampérs. que tienen también un significado tedrivo, insindan ya esta cient del hombre-alma, Otc de los gnmdes pensadores ihvstrados, Ciaubuatisus Vico. en sus Principios de una Ciencia Nueva, eswblecié que oo hay mils lencia del tombre yuc el estudio de ta Historia, Bajo 1a «Historian s¢ sub -zurne cn li obra ke Vico el estudio cientifico de} hornbre como opueste ata ‘Naturaleza. La relicion enire ciencis natural y elenciu social ha side objeto de espexts facion y de resoluciones de too tips — Mest. gues digs que as cencns sciles no pcde estar reas aun prs - atigma dice y que ello es una diferenciacidn biisica con respecto a las ciencias ‘Hilurales y wn indicador claro de tas dificulades de construit una ciencia de ta ‘wet inet onden de su farmatizaciin y grado de teorizacidin, de ta garanifa de sun nélodos, cxiste una clara jerarquia enire ls ciencias sociales. ean Piaget rer {HASH en su MOMENKO na, sf MO de las Mas COnViNERKes, al MerIOS Sf de Tas HHS eta Giseeciones de lt relacion intertia entre las ciencias sociales y que ademiy "hur hecho fortuna, Lats formulaciones de Piaget, aunque uiseutibles, sin dnd, _preventun un notable imerés en la problematica cormin. a todss las eienclas ‘sosjales™ Piaget hizo, en sue momento, una peculiar conversion de in sti vid wntre clencias numoreticus ¢ idleyrdficas itroducida por Windelban) para ‘Saracterizar # lis naturales y Jos humanas respestivamente, estableciendhy que TH 1. Seale. Memes, cembnys 5 ciency Ciera. Maat (990, KL, em eb caps ‘ss pat la lence sabes Toad 3. 7 Mupbes. om cit. pp. 32-34 18 Qin, lat ipet d do incestigacin wal pean ae pier aa ab ‘fNeduasanticienTons ca wr 4a evepaco 40 THT Kit oe extrrn rnin anes siete, Fon de Cabra Bev Mésico. 1V71 (odoin exiplnaltnplesa de THC Ue Hie exttadinare que eam a et ern se sree a "Laie he Page isa de ent ct La aac de as cnc del a ‘dorm tr. as chews, taut one) it cote J aye, WN Macha Hes 1H LanasteMt of als Truk debe enritieneit et dnt cence wns, UNESCO ‘Alla Mula, Made W7S, pe 44-120 30 TTEOILA, HISTORIA E HISTORIOGRAKTA dentro de lay propias cienciay sociales © humanas exisien unas espeeificamenic ‘nomotéricas, es decir. capaces de extablecer unas sleyese dentvo de su campo, Y otras que no alcancin tal nivel” Piaget consideruba que tas cienclas sociales pdefan agruparse en cuatro grupos: lr nomonérioas, Astéricas, juriticas y Mitosificus, seein se expresarin en este euro; Psicologia cientmica Seciologin Finologis Linguftiea Economia Desvogratia ‘Nonmotéticas Disciplins historiogriticas Hstricas Hnertogratias ectorates Derecho. Juxidieas ‘Clencias juridicas especiales iLogies Filosificas | spinemologia? Cuan 2 Las clencios sociales, segin ta clasiicuciin de Jean Plager Las posiciones de Piaget sobre {a categoria dle las clencias histdrieus —as- ‘poste. que nos imeresa agus— establecen que tal tipo de ciencias tienen que ver ‘caw al dosarmto diacréinico de los fendmenos sociales: se ocupan We Io =testi- Inieién de Ka caneretom. Pero, lo que es mids interesante de todo: presenta visoy de 1 ser sitw sia dimension dinerdnicam de fos fendmenos que ocupun a tas emule elencias soriales, Dicho de oira forma, si ta historiografia tiene alguna ‘eitiia) exirchiads es la que te conceden las dimensiones de otras clenclas ‘eyo aypmaton aiveronicos considera. De esis forms. to historiogrifica, 0 lo ‘ishivio, toe ensttinye um. cammpe wutdnone de ciencia en sf mint, ‘Tal es ot ovannom twa Healaptietio de Piaget, 1h ta toads se tivo lathes ex msrp Mabernae CF, Haber byte 90 HISTORIA F HESTORIOGRATTAL Los FUNDAMIENTES st dificultades tedrico-episiemoligicas de las ciencias sociales” Aunque de hecho hoy no se diseuts ni a pertinencia ni ta necesidad de unas iplinax que estudicn lo especificamente human con un procedimiento que dice «cientificon, esti claro que se ha agudlizado ta duda sobre como debe en el caso del anilisis de las sociedades ese adjetivo tan utilizado, No-se discute tampoce que tales disciplinas presentan wn tronco tinica de fun~ “damentos y de problemas, pero que, mis alld de ello, et grado de desarrollo y ‘le dominio cientffico de su propio campo es altamente desigual si se comparait “ims con otras, En definitiva, 30m irrebatibles las posiciones de aquellos epis- logos y metodélogos-que niegan {a pribilidad de hacer una ciencia del ne? Lo primero que deheria hacer de respuests & tal pregunta es que hoy’ las diferencias entre unas ciencias sociales y otras son de tal entidad que es bastan- ‘improbable que pueda darse vna respuesta ea cuullquicr sentido en ta que pu- ‘comprenderse desde li demogrnfia y la economia a la antropologia y 1s ia por Considerar una gama muy amplia de eacercamientos cientfi- 4 Jo social, Por tanto, ninguna respuesta serfa hoy enteramente concluyente ‘Yede otra parte, e! tema hu dejado yn de apasiona a los tratudistas, ‘En cl Lerreno neopositivista, autores como Ernest Nagel, el mids divulgati- ‘yo Richurd S, Kudner, admitieron que en cl erreno epinierioiigice existen pars “Plestudio scienttfico» de los fendmenos humanos algunos condicionantes me- vos reales:” ta relatividad de las formaciones culurales y ts leyes soxiales, “Tivnaturaieza subjetiva de Ia observacion y el sesge valorativo de la explicacién ‘weial, En el terreno metodokigico, dlestacabvan tas necesidades de wes iavesti _juvidn controlada y ¢1 conocimiento de tos fensimenos sociales como variables “wujeas siempre al cambio, Pero ta conclusidn final es parecida en ambos: tos etalaistr os 1k cicnsia nawral tienen también sit campo de uplicacion en siencia social. ‘Martin Hollis, ea un estudio més reciente. fi mantenido que Jas ciencias sociales tienen como objeto comportamientos que se originan en estados men: ales que, por tuto, son ciencias esencialmente de la «acciGns, de la relacidn foie la estructura y la aceidn, ¥ hoy por hoy no puede decitse que sigan ni “hiyan de seguir los derroteros de las ciencius naturales. Hollis hace ver la di- “foseucia entre las explicaciones por causas y las explicaciones por razones ¥ ‘sohala cOmo en tas ciencias sociales se ha intentado compainar amb tipos de -explicucin de tos actos urnanos.* 7K Bebe entender sie press wut de take fox problemas de tipo prpisinenite neve pes esa csi Berane rua ca prt de a obra esto meno 9, rane capt W Ty. HN, Lt e/ Wt A Ly exes fen dei, XU NIV 9 XY, es io hte » he pene he a stn (Msn KS. Ranke, Pal deb ‘hone Ss), Abana ail, Sai. 1A, Wo Poe. on ev epetalaent 9 beer 2 THORIA. HISTORIA HETORIOORAMA Quills el mejor procediniente paca captar Las reales difieultades episte- oldies basics que presenta la construceidn de una ciencia social es hacer lun tecorride comparativo, muy breve de todas formas, entre to que hacen las sioncias de la naturaleza y fos obsticulos que aparscen cuando se intentan apli- ‘ear ess mismas operaciones al conocimiento pretendidamente cientifice de 1a sociedad, Haremos exe recorrido de ta manera mis sistemalies posible. ‘a) La primera de las dificultades es La referente t los modo de abvervacion de lox fendmenos humanos y el estublecimiento de una correcta descripeiin de cellos. pues en lu observaciéin de ln reafidaul se encuentra el origen de todo pro ‘eeso de conocimienta cientfico, La imposibilidad de ta experimentacion en este tipo de fendimenos.. diferencia de lo que octure con Ia mayor pare de os fers menos naturales es unw de los problemas mis importantes. No xilo xe trata de dificultades tScnicas, sine de especificidades sustantivas que posce la estructura social, es decir, de la cualidad fundamental de la materia social que es la reflext= vida, ota consciencia que tiene de su comportamicmo: Lax mumipulacion expe ‘Amental en fos fendmenos humans «resuka posible inicamente en condiciones Drepurndas y untificiales. tan antificiales que rara vez Iss situaciones sociales Hie- rien pana fos sujetos sometidos a dichos experiments un significads cquivalente ‘oeomparable al de una situaciéin naturale." Sin embargo, es reconocid tambien, de manera general que 1a. posibilitad de Ia experimeniacion no es elave par la ‘obtenciGn de tin conocimiento realmente cientfico, 1) La segumndi de hs dhficultades ha sido destgnada muchas veses come ta ccuestion de la objellvidad, que se trae a colacton siempre que se tata de ni i> vestigucidn social, De formu errdnea, desde luego, se supame a veces que el pre bblema de i objetividna del conocimienta afecta sky a la materia social, Lay objctividad det conocimiento tiummne querris decir, en Hinews generale, que cualquier cos que fuese afirmada aceren dr Ta realidad no tendrfa que estar ‘contamina por los intereses, low desea, ls preferencits 0 [0s prejuicios det sujeto que conoce. Pero estamos aguante tin problema filosdiiee, epistemois sco, le muy difell resolucién ¥ que hoy poems considerar. en la mayor par- te de los casos, como mal planteado, No existe nada parecido al conocimicnto absolutamente objetivo en ninguna esfera ni rama de} saber. Longue eabe Uecir es que cuando se afiema Is verdad de aly esa afirmacisn parece mis fable cuanto tnd intersubjetiva, cuants mas companida es. El 4) ‘iGlogo Norbert Elias sebalé Is diferencia entce el «distanciamientom que el pro= ‘greso del conocimiento humana cousigue con respecto u Ia visi de In nat taleza frente al =compromisom que el Nombre atin hoy no puede en general evitur cuando se enfrenta a fos fenémenos sociales. La uctitud de compromise es. en este caso, 1m obsticulo al conacimiento objetivo." Pero no existe ningin 4, 5 lav yu a eine vate ‘hoe peclpicon.por eperph S21 Willey, fa tno aie Hrs y Metouhs, Amor Hue Altos: 16%, /ypetiventables s excluyen hve cshankeom ON Blin Connentns + astmesamenes. Renilla, Hansa 1, yy. 20» we MESTORIA F HSTORGOKAMTA: LOS PUNDIAMETOS 3 _ conocimiento, al menos globalmenie considerudo, que esté enteramente libre de Jos conipromisos de quienes lo proponen, ©} La tercera dificuliad que sole sefialane wfecta mis medularmente al _ propio significado del eonocimiento del hombre y de ta sociedad, los objeti ‘Vos finales de tal eonoeimiento y a su valor real, Se refiere « lu posibilidad de aque Tos fenémenos xoclales puedun ser efectivamente explicados, conve planted "Ya descle Fines uel siglo xix la cienci» sockal patisaria de ta eomprensidn. Ya ‘no hemos referido a {a funciGn explicativa 0 comprensivu de Lu cieneia. El pro _lertut ex exttemadamente complicado para que pueda ser resuiclo en pocos ‘plirafos y. por lo demtis. al case de ta explicacion de la Historia volveremos " ihds adelanie. Lo que eabe decir abwra es que ta capacidad explicativa de tas Ciencias sociales ha sido siempre una cuestién discutida, no sélo en el sentida que sean capaces (» ne Ue hacerlo, sing también en el de que ese Sea su Ver= dadero objeto y no otro, ‘La pregamua clave es, en dltimoextremo, lareferente w a posibilidad misma He estublecer teortas para explicar conjuntos de fenémenos sociales. lo que nos eva a ta cuestin central tamhien de: la positilidad de establecer leyes sociales fan sentido estricto. Jean Piaget dijo que las ciencias sociales se conforman por Tes cormin con el establecimiento dle «mexiclos tedricose que Hleven a ynterpretir lones que sean efectivamente verificables, pew que no paxan dle ser esqqemas Conocimiento ciemifico-social ¢ Historlografia Y-emirames uhors en el punto nodal de nuestra exploracidn; (en qué manera onocimienta de la Hisioria puricipa 1) no de estas caracteristicas ¥ proble- de} conocimiento Hamado ctenitien y. em particular, det conceimiente “Giostifico de to social” Puede el conocimiento hisiéricu ser tenido, en definiti- por 0 mas entre tos conocimientos ciemfice-scciales? SeAulernes, en pr ugar. que afirmiciones del tipo de fa ya antigua de J, P Bury, «ta Histor “eum cicnicia, ai mis ni menos, no pueden tomarse comy gira casa que de “soos volunturisias expresado a Yeces en frases ingenionas* Esoy voluntarismos Who han sido eseasos, en tiempos anteriores se habian dicho miichas veces cosas “ites, desde mediados del siglo xix al menos, Antes de Buty. Johann Gus ‘ay Droysen afirmabsa, en 1838, que las «cienclas hisidricase formaban parte le “Ins eienciax det hombre Hamadas sciencias morales. Pero al empezar el ulti AA Pinpetc opts HS RS. Ra fran se promune en ba lcci hnmugonnl e a serie cede en Onto fn U2 ye puke The Seione of Minors Cots yubcada también en F. Sie ed Muiaies WP Hawa, Harps aud Row, Na Yr, 1966, py 210 Mo. 1G. Droysen, Mugik: Nirleamyen tle Fnistinvtle und Methadbogie ser ties “shir, Mts. Views 190 Lav eben einai HRSA” CEU versie expla Hii Lene nets Rc + Mabe de bs Mir, A Bae 19K s ‘TRORIA. HISTORIA L AMSTORIOORAFTA ‘mo tercio del siglo xx podia decirse aun que wel estatuto de la Historia como disciplina permanece irresuelto=." Y sobre exta cuestion posirfan aducirse citas de autoridad cast indefinidament Hay diversos. géneros tle evestiones previas que deberise dilveidarse antes de imentat una respuesta directa a Ia cuestiGn Ue si lt Historia puede ser objeto de conocimiento como el de ta ciencia. La que ahi queremos abordar es preei- sumente la que se refiere a una presuncin que es incompatible com ese conn. ccimiento cieniifico: ta de que la Historia es en si misma una realidad de Lu que ‘n0 puede haber sino in conocimiento su eeneris que Hos equiparable a ningtin ‘tro, sino que pertenece « una categoria propia, la det sconocimmiento historico». Sin periuicio de volver sobre ello, establezcamos abora que por muy espectfico ¥¥ muy inmateria que sea el objeto historiogrifico su conocimienta es, en senti~ do pleno, conocimienta social, objeto de laciencia social puesto que ho histérico 5 usa cualidad de lo social. Por consiguient, e) planteamiento correcto dé una discusién asf no: puede hacerse sino dentro del contexto general dela »cientitic- Mad» posible del conocimiento del hombre en ta totalidad de sus enfogues, €s decir, dentro del problem episiemoldgico general de las ciencias sociales. No cabe negar tumpoco que lat vielu polemics del cientficismo es, en buena parte, una dispuia verbalista y temntinoldgica y, en otra parte 10 meaor, bans, Pero ls alvernitiva del todo vale» puede tener efecios mas negativos uth, Nich ‘clentificismo a ultrunza, nila postulacign de un conocimiento at generis © uk ‘urna. mis de mero conocimicnty comin, © antstiCa, son pOsiciones satistactO- Fias como punto de partida para intentar responder a la pregunta sobre la five ‘ilidad de) conocinsiento de la Historia que es posible obtener, La cierto es que solo una rigurosa practicn reglada en la obtencin de eonocimicnoy asegura Ia fiabilidad WOgica de ésios, {Debe aceptarse la condicidn escasamente formal de esas cienciy histéricas que les era atribuida, segtin hemos visto, por Pia- _get7," debe considerarse lu historiografia na mis que un humanist descrip Livista a nivel de fos conocimjcntos comunes, como ef que produce la erdaica, ‘una narracisn lteniti, © una forma de dencripeidn filosdfico-artistica del cur- sotempora, o debe, por el contrurio. wnérsela por una disciplinia explicativan? Y¥.en definitiva. zcuil es la relacién cnire lus ciencins sociales més desarrolla- «las y la histonograffa? Es este el tipo de preguntas que, 1 nuestra juicio, puede merecer ta pena ahordar {La historiografia hu Hegado a ser, particndo de la época de esplendor que ‘compartié con las dems ciencins sociales en Jos teinta afios posteriores a fax ‘gunda guerra mundial, una forma de investivucicn social cada vee mis intepra~ dit en ese campo del conocimiento, A pesar de sus origenes rélativamente dis Aintos, en et siglo Xx la historiogratia converrié plenamente con las cienciay sociales, Es, por tanto, perfectamente adecuado mantener que son los pruble- ‘huss epistemoldgicos comtnes a estas diseiplinas los que se presentan tambien en Ja historiograffa, aunque existan matices pariculares, en la misma medida 87, G. Let. sony ond Sexial Theory. The Merlin Press Londres, 1969.11 A J, Plage, Lar sraacin. 9, fATSO HOSTORIA FE HISTORIDGRAPIA LOS. FNTAMENTOS: 38 ‘grique los hay en cada disciptina concreta. Elle no tiene que ver con et hecho de que pucda discutime si a ese conjunto de disciptinas tes conyiene en sentido “SFicio, sdurnm, la calificacién de ciencias. Lea que no parece disculible es que, “eiedalquicr caso, no 5¢ fe» puede negar la condicion de pructicas organtzaday Aistemiticas de tipo ciemtifien, sujetas a un rnétodo explicit, aceptado y com: d La impuiaci6n bastante comin desde ta mstodologia de la cicncia de ‘que e! historiador no hace explicitos sus presupuesins, sus principio explicati- ns, puele parecer previsamente contrarian a lo que aqui se dice” La dnica rex- poxible es que. en efecto, no hay prictica elena sin la explicitacion {unos principios explicativos y un proses metodoldico, ‘pregunta por la naturaleza del conocimiente hisidrico es, en consecuen ‘li, del mismo nivel epistemoligien que la que ya hemos visto hecha w propa ‘sito uel conocimiento cientificossccial en su conjunto. Podria plantedree si es Ineludible ta disyuntiva entre conocimiento cientifien ¥ conocirsiento comin w “otras formas de conociniiento: :no existen formas de conocimiento snterwedias? nig hay situiciones intermedias. mixtas, en el conocimento, lo que acurre ue, en apurente contradiccidin con lo anterior, hay nadie muntiene que entre Jsonocimiento cienifico y otras formas de conocer haya un abisimo insalvable i dicho de otra forma, que e! conocimienta cientifico sea una forma mono! ie él: en e} conocimienio cientfico existen diversas wrados.” ___ Tunbién, complementartamente. debe seiidlurse que en el imerior de tas is sociales existen profundas discomtinuidades. Huy ciencias desurrlladas ve lo esti bastante menos. El nbjcto de la historiogrufia, como eonoci- MMishlo «ue tiene como eje inehudible el comporiamiento en et tiempo de los ‘ijt y las entidudes sociales. que tiene que conocer a través de huellas y que puede formalizar por medio de tipologias. es, sin duda, el mis problemi ‘80d kos objetos de la Ciencia soeial. De ah que entre las ciencias sociales ka his: Joniografia, por su desarrollo y sianus metodologicn presenic en cuanto priictica “Wenifico-sorcialdise(ptinar, wo puede sino quedar ubveada en los niveles de baja Jorimalizacion y weneralidad. Existe un campo comin de tus ciencias nociales Jpesenta una similiyd clara en Jos ebjetivos y Jos problemas bisicus, Laas _sbjetos expecificos coniicionan gratos de desarrullo disparcjs. En dkimo extrcmo, cabe preguntuse. jes itmprescindible, 0 siquiesa impor- ‘anic, el plantcamiento de este onden de cuestiones para el porvenir de ta histo- lografia, para su prictica com dissiplina reconoxid y «union? No ya sobre “ic tespuesta sino sobre a pertinencia misma de ln pregunta, La opinion sigue HO Jpatichn. ew efi x omni eno care de a foi asa de a hte ‘ee prounde near a forma cn qu 4 Constuye et conoctnien Mie. 14 hace WH = Wall, A Dans y tava sr terenn, Pail Ricveut 1) Areuetikonics atetracan et ile exist Hastanen Yen onus yu iad aul ton ls se Chak Hughes y Hane CF Fernie fey a Ua del sar hoe fre wt Yasin oem wearers. Helen. Cine 1991 ee pes extremaamene thc ‘Iie oe cienei ro dol racowalino We FE Keyershenl Corel atin Atel, ayehoma, 1VDA teeny ogi ke 1870) Defoe man one 9 oe min Foye ‘vasa Padhsgos bre ol camomionns Cash Mba WAN irc dl tenho Valles 6 TEORIA. HISTORIA HITIOMIOORANA hoy, desde lego, rmuy dividida también" 1.0» escepticismos sobre In uilidad y hnecesidad ie =teoriase y de smnetodologlas» son amplios y eticatan con una x lida tradiciin entre los historiadores. Por el coninitio, es igualmente ineguble ‘ue el desarrollo de ciertos sectores de ln investigacidn historiogrifica, las pre ticas interdisciplinares y otras Influercias han propiciade tamibiéa mayores ‘roacupaciones de flndimentacién, De ollo se desprende que si se quiere re plantear 1 configuracién disciplinar de ta historiografia indudablomenie trabajo ha de emperar por ol tratamiento de este tipo de problers. Es posible un conocimiemo cientifico de la Historia? A. Marwick sefiald hace alos con indudable ucierty que wel gran valor de tun debate como el de “jes Ia Historia uaut ciencix?” reside en ft manera cn que ayuda a clanificar lo naturaleza de la historia (historiografia) y a deltmitar to ‘que la historia puede y no puede hacer». La diferencia entre lo que hace i {f= sica_y To que hace la historiografivno pede, desde luego, ser banalizada com Ia dea de que en décadas recientes del siglo Xx la ciencia natural hi entrado en Inera del srclativismio», del «principio de incertidambres, de las kigicus bor sss y las certezas probabilisticas, lo que relativizaria a Ja ciencia y sus exigen- clas estricias de métod y resultados, A veces se hn echado mano de este tipo de arguinentes que no dojan de ser ua falucis, que desconacen absoluamentc lo que tales cosas significan y, sobre todo, el caudal de trabajo =cieniffico» que ‘es preciso emplear para llegar a la conclusion misma de que la ciencia no da ugar « conoeintienios «seguros», Es indudable que und segunda cvestion previa en este problema det grado de cientificidad que poxiia ofrecer in conocimiento de ta Historia, come cuul- {quicr aire conocimienie yobre el hombre, es el error frecuente de abordarlo por cl camino emprendido tantas yeces de pretender la equiparackin de ta cienciat social con fa ciencia natural, Hoy dla existe} convencimiento general de que l.cumino posible « bien distinis de ése. La ciencia de la sociedad es un tipo particular de ciencia y est ligad a ta ckencia natural en e! miamo sentide y gra- do en que la cultura hurrana Io estéu tas corudiciones de la naturaleza. Este es tuno de los convencimientos mds firmes que se derivan del progres mismo de ls ciencias nuturales en nuestro mundo, en especial de ly biologi, del progre sivo conocimiento de los eddigas de la evolucién genética. La idea de cultura ‘ext en profundi revisi6n y por ello mismo, obviamente, lu idea de ciencias de Yk, Sole exe jrnnams hey Boeri comsieracnes en Mr Be Ch Noel ere susie by Mitra op Espen een te ee et 9: Saber. nmi pder = SRA. Mirwick Th Netere of Hig Maclin, Len 1070, 98 Ui ca pic ee ena manera de grocer del iro de A Marval, Tor ded seer homo were de Ochre: Mad YOK 2 ein OO commas tp eral que i Henan ex tide probabllinica que a Fea y ios iiiacin comer cho ‘ase yt pot La sineerstanves del opi Cenc ISTOWIA AE HISTO RIOGIRANYA. 1.08 PLINDAMIRTES 7 ‘Ja coltura. Ciencia natural y cieneia social son equiparables en su sentido peor undo de ta forma de conocimiento que preteaden, en el terreno de los princi pias epistemoldgicos y de los fundamentos del métedo, No se trata Ue que ter “gan objetivos distinios —por lo que no es aceptable ta dicotomia entre ciencia ‘explicativa y viencia comprensiva—. pero sf de que sis pbjetas se mantienen “my distantes.” ‘Coma en el caso de Jas disciplinas socitles en su conjunto, se pueden adur ‘cit también las opiniones de muchos tratadistas que han negado Ia posibilidad “de considera historiognsfia com una Ciencia. ¥ exto desde tox origenes mis: e la (cori historiognifica, puesto que esa teoria se consiruye precisarmer een cl tempo en que la clencia es cl conocimiento por execiencia, Para hablar ‘s6lo de to veferente al Akimo coano del siglo xx." podriannes citar, Wtulo de ‘gjemplo, como sosiencdores dc esa ponicidn nombres tan ilustres com tox de. Veyne, F, Furet. G. Duby, G. Elton o L. Berlin, para hablar xsto de histor ‘Badores. Analizadas estas posiciones en una perypectiva hisirica, es percepti> file que cuando al viejo —y, en realidad, falso— problema de la cientiticidad dl estudio de la Historia se le ha dado una respuesta o solucidin neyativa, se Io hecho ast, porlo gencral, esse una Wom de estas das consideraciones: uni, sie quienes niegan que pueda construirse un conceimiento =ciemtificow de bi ‘Historia sencitlamente porque no puede alcanzarse. Oura, lade quienes mantienen Jguatmente aie do be Historia en meso alguna juice hacerse ut comaciimiento “cientifico, pero no porque sé irate de un tipo de eonocimiente inalcanzable, “porto en el caso anterior, sino por ereer que de la Historia sOlo puede tenerse un ‘exwoeimiento sui generis, es decir, un conocimiento histirica, que nn es el co- ‘min, nicl cientiico, ni el filoséfico, ni pertenece a ninguna otra calezoria de ellos. sino que forms una cateyoria propia entre los cunocimicntos postbles, Lat ‘Miatoria seria. juntoa ta Filosofia, la Ciencia o la Religin una especie Ue coro simiento de! mismo rango que éstas. Existirfa un «conocimiento hist6ricom, y “in mmétodo hisiGrico, perv no una diseiplina de la Historia, Esta sera la posicin "ide Benedetto Croce. de Collingwood y de los ideaistas. Enel terreno conteario, cuando se ha dado un respuesta positiva, tas apues- ‘us por ln ciemtficidad han sido hectas. desde luego, desde posiciones que pre- ‘scilan también notables diferencias entre ellas. Pot Jo pronto, un cierto sector de “shistoriografia mas tradicional, de impronta spositivistas, ba hablado siempre ‘Yosigue hublundo de una cienciu» de li Historia sin que, en Ghimo extrett, ‘94 Fara ena revisin de lin fas sobre et wgiicado de Ia ire veame alguna obras Deseo} terreus antupoldplciy M- Carters, «Por qa fos hombres tenennas eu ay? Allies fXtots. Mar 1998 (orginl de 1992) Desc la Moa. 1. Mowterin, Fane pg Caar, Ane iil, Ma 101}. San Nar Sa er a Cate, ll Sinton, Mas) 098 UT ysl a rj ea acerca de a relacioo entre Welogia ‘ara (0 Wis, Comaincr Ca nude vom ner, Classe Gsenbery Cinco se Haroon 12%, ‘01 Lammejoneapiicaci veheuhé de ese putea $e La fields pombe ela “Wet sna 8 laa de M1. Valli, Powofa de his Chri Sock. oct "ae The en ites a ol ar és Maia ih ahi. ect yh x ‘heron er pt iin ss TEORIA. HISTORIA. MINTORIOGRANTA ‘haya otra forma de considerar esa expresidn que no sea com es come metifora © i Serta el caso ule G. Monod, J.P Bury. Henn er, pero tambin el de ane istas mils recientes como Malkin, Marrou, EH. Cart, Federico Sudrez o Juan Regd. Otta posiciin esté situada en la tradicién germénien que inchuinia a la histor- ‘manera de uzgar particularmente de flosofoso iratadistas ‘camp his: tonouraco an cme Dey, Weer: Galan Micocur terme Posiciin seria la mantenida por ta metodol i gu: epina que inclenea dea Histor a de cpen en sua one mtn ne animo que todas las demis clencitssoctales,asimilable, au vez. al de la thos de la cioncia en sentido «dures y estin ligadas estrechumente un a th tra, {Puede, en conseeuencia hublarse. en lenguaje rigurosa, de una Ciencia ‘le la Mistorta” En el sentido estricto de la gran ciencia de la naturaleza, come ocimos. de la fisica en sus diversas vertientes, incluida Ja cosmoldgica, la qui- ‘ntica, y una gran parte actualmente de 1a biologia, por ejemplo, evidentemenre “no, Pero conviene hacer dos matizaciones importantes, Primera, que, contra to _gue creyera Piaget y crecn también otros metoddlogos, ese misma ey el caso ge> oneral de las ciencias sociales hoy, aun con los razanables progresos hacia a siciencia dura» de algunas de ellas, Segunda, que no cabe hablar de ciencia soto ‘cuando se trata de establecer leyes universales y predicciones de futuro, Puede Harnarse conocimiento cientiico a construcciones cognoscitivas que no Neguen facertezas de tal nivel. ‘A mmestro modo de ver, ¢} problema de una ciencia de la Historia se mani- fiesta en tres elementos esenciales, aunque no sean los vinicos, Hnsertos en st objeto, c sea en Ja temporalidad de lo social, que plantenn cuestiones epistemi- ‘6a5 tin no resachas para alcanzar un conocimiento ctemtfico. Son estas; ka sins (gwlaridedt de los actos humanos, ta glotatidad de} medio en el que es posible omprenderlos y la remporaiidad que consituye su sucesiGn, A todo ello sub {yace, parece claro, el hecho de que pant el conecimiento cientifico, y, nob todo, jpara cl conocimiento cientitico de fo social. un escollo esencial cs la expticacida He) cubic, paca cuya comprensigin el hombre he descubjerio hasta alsora un fn indo ndmero de Jeyes, desde aquéllas excaln astroncmica hasta Tas de las pias tutus clementales, Es, sexuramente, en el anilisis del significado del iempo Aisidrico donde Ia refleaiGn historiogrifiew necesita insist mis y es af tant bhiéo donde, con toda probutitidad, se encuentra la clave de ta consttueidn de ‘ana Yerdadera teorfa de lo histérieo, Pero es posible constatar hoy Ia existencia le una vishin tedfes histarisadora de todo lo que existe y conjeturar que ta pro Hundizacidn en ella no se detendr$. Can la historiogratfa, come con otras cien- ‘lus sociales, s) no cabe hablar de una wieneia en sentido pleno. st puede decirse {que nos encontramos ante uns priictica vientfica. y que no renuncia a serla. Ine Aontarenios explicate sigaifiendo de esta situscin, Fug el historiadr feancés Lucien Febvre. uno de los fundadores de ts ex- ‘eel de lox Annales, ef que-en tos afos cincuenta del siglo Xx habl6 com cau sla ¥ una clerta lmprecisidn, pero con sapaz eapacidadl de observacién, de lo que dl entondin como practic de be historiogratlas

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