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Entrevista a:

Josep-Maria Fàbregas i Torrens

EDUCACIÓN

¿Qué materias impartes? ¿Qué tipo de alumnado tienes?

Las materias que imparto son Comunicación Publicitaria y Marketing


Relacional. Mis alumnos son estudiantes universitarios y de
postgrado. También doy seminarios de Creatividad e Innovación a
directivos y ejecutivos de todo tipo de empresas e instituciones.

¿Algún link donde podamos ver qué haces o el centro donde


trabajas?

www.idec.upf.edu/mif
www.idec.upf.edu/mmdd
www.upf.edu

¿Qué experiencias del pasado te llevaron a dedicarte a esto?


¿Cómo se despertó en ti la vocación educadora?

Supongo que el hecho que mi padre fuera maestro ayudó a que


viviera de primera mano el mundo de la docencia. Desde muy
joven, mis primeros ingresos ya provenían de las clases particulares
que daba a chicos y chicas.
Finalmente, hace años llegué a la conclusión que el sentido de mi
presencia en este mundo es ayudar a los demás a progresar. La
docencia me ayuda a conseguirlo.

¿Qué maestro o maestra fué más influyente en ti, y por qué?

Se llamaba Ramón y era profesor de Literatura. Sus clases eran


distintas. Su enfoque no era únicamente trasladar conocimientos.
Sobre todo, tenían la intención de hacernos reflexionar sobre la vida
y nuestra actitud frente a ella.

¿Cómo definirías tu filosofía docente?

Creo firmemente que la misión de un docente no es enseñar.


Nuestra misión es facilitar el aprendizaje.
No creo en el paradigma del "yo sé, tú no", que lleva al "yo hablo,
tú escuchas". Lo denomino síndrome del "yo Tarzán, tú Chita".
Creo que la posición del docente de hoy día debe estar más cerca
del coach que del púlpito. Pero ello es imposible si uno no ama a
sus alumnos. Porque quien habla desde el púlpito sólo ama a su
ego.
¿Qué aspecto de la profesión representa un mayor reto para
ti?

El mayor reto para mí es el ejercicio permanente de empatía con


mis alumnos.
Cada año me enfrento a audiencias que siempre tienen la misma
edad. En cambio, yo tengo un año más. Esta curiosidad biológica
hace que cada curso tenga un año más de separación con mis
alumnos. Mi reto es conseguir que eso no vaya en detrimento de la
capacidad de conectar con ellos.

¿Qué tipo de relación estableces con tus alumnos/as?

Quiero que sientan que estoy a su servicio. Estoy para ayudarles a


mejorar como profesionales -o futuros profesionales- y como
personas.
No tengo ningún interés en ser visto como un erudito en ninguna
materia. Ni siquiera como un gran experto en mi profesión.
Lo único que me interesa es transformarles positivamente a través
de la formación.

¿Cuál es el secreto para infundir curiosidad por el


conocimiento?

Pasión y amor. Lo primero es sentir pasión por la materia que estás


impartiendo. Y lo segundo, y más importante todavía, sentir amor
hacia tus alumnos para hacerles ver el impacto positivo que esa
materia puede tener en sus profesiones y sus vidas.
Para mí, hay un axioma esencial en formación: sólo aprendemos de
verdad aquello que necesitamos para conseguir algo.
¿La mejor manera de aprender inglés? Sin duda, enamorarte de
alguien que sólo habla ese idioma.

¿Cuál es tu criterio respecto a poner tareas para la casa y


sobre puntuación?

Los trabajos a desarrollar fuera de clase tienen siempre el mismo


criterio detrás: sólo se aprende haciendo. No es suficiente con
escuchar y ver. Estoy convencido de que sólo aprendes aquello en
lo que te has implicado a fondo.
Respecto a las puntuaciones, siempre evalúan trabajos realizados y
sus presentaciones. Pienso que en la vida profesional -y en la otra
también- las más de las veces no se nos evalúa por lo que somos
capaces de pensar y escribir. Se nos evalúa, sobre todo, por
nuestra capacidad de comunicar y persuadir.

¿Es posible enseñar/aprender creatividad? ¿Cómo?

¡Por descontado que sí! Y esa es mi principal cruzada docente.


Siempre se nos ha dicho que hay personas creativas y otras que no
lo son. De tanto escucharlo, muchos acaban creyéndolo. Pues bien,
es falso. Todos somos creativos. Y no sólo eso. Todos podemos
aprender a serlo más.
En este sentido, he desarrollado una metodología para favorecer el
desarrollo de la Creatividad. La he llamado IDEE: Inspirando,
Desinhibiendo, Entrenando y Entusiasmando. Se trata de hacer
consciente a la persona de su potendial creativo; de hacerle perder
el miedo; de que conozca y practique las técnicas para la
generación de ideas; y de sea capaz de persuadir al comunicar sus
ideas a los demás.

¿Cómo te haces respetar en la clase? ¿Qué haces cuando


surge un problema de disciplina?

Lo primero es que tú muestres respeto hacia tus alumnos. Dos


pistas: empieza por no sentirte superior a ellos; sé capaz de
escuchar, no sólo de hablar. Te lo agradecerán mostrándote respeto
a ti.
Jamás he tenido un problema de disciplina en clase. Aunque, sin
duda, hay que luchar contra la pérdida de concentración y el déficit
de participación.

¿Cómo individualizas la enseñanza? ¿Cómo manejas los


diferentes niveles de los estudiantes de una misma clase?

La mejor manera es mezclarles en un mismo equipo. Así, unos


ayudan a otros. Los que tienen un nivel superior trasladan sus
conocimientos a los demás. En compensación, los estudiantes con
un menor nivel de conocimientos suelen hacer preguntas que los
otros nunca formularían para no demostrar su desconocimiento de
algunos temas. El resultado final es que cada uno obtiene lo suyo...
gracias a los demás.

¿Qué significa para ti aprendizaje colaborativo? ¿Cómo lo


pones en práctica?

La respuesta anterior es válida también aquí. Adicionalmente, cada


día pongo más en práctica lo que denomino sesiones 2.0. Se trata
de clases en las que los estudiantes colaboran conmigo,
participando en el proceso docente.
Lo hago de dos formas distintas. Una, si alguien sabe mucho de una
determinada materia, le pido que nos la cuente al resto, yo incluido.
Dos, un equipo de estudiantes colabora conmigo durante la sesión
aportando ejemplos obtenidos en su preparación previa de la
sesión.

¿Qué esperas de tus supervisores? ¿Qué cualidades valoras


en la persona que dirige el centro?

Lo que espero de ellos es compromiso. Frente a la docencia y a los


estudiantes.
Valoro por encima de todo la capacidad de establecer un marco de
convivencia basado en principios y valores. Y que la relación
conmigo esté basada en la confianza, la libertad y la
responsabilidad.

¿Qué temas a debate sobre enseñanza son de mayor interés


para ti?

Todo lo que pueda aportar algo en la mejora de la metodología


docente. Reconozco mi escaso interés en asuntos relacionados con
el ámbito de lo político y lo administrativo.

¿Sería bueno que los enseñantes tuvieran incentivo


económico en función de los resultados escolares de sus
alumnos?

En mi caso es así. Dirijo dos másters en la Universidad Pompeu


Fabra y, evidentemente, la satisfacción de los estudiantes es la
mejor campaña publicitaria para atraer a nuevos participantes. En
realidad, mis ingresos dependen absolutamente de este boca a boca
positivo.

Aparte de más recursos, ¿qué falta en las escuelas de


nuestro tiempo?

Amor.

¿Cómo es la tecnologia que manejas habitualmente en las


clases?

El portátil para las presentaciones en powerpoint y la conexión a


internet.

A la luz de las nuevas tecnologías ¿hay que reinventar la


escuela, sus métodos y objetivos?

Mi opinión es que no debemos confundir el proceso formativo con


un espacio físico. La pregunta que debemos hacernos es qué rol
deben jugar dentro del proceso la escuela o la universidad, así
como los docentes.
A mi juicio, todo aquello que los estudiantes puedan incorporar por
sí mismos -ya sea individualmente o en equipo- no debería ser
materia de explicación en clase. Simplemente porque eso les
aburre.
Las clases deben estar enfocadas a hacer aquello para lo que se
requiera imprescindiblemente la presencialidad. Y, en este modelo,
la figura del profesor tiene que evolucionar hacia el rol de coach,
ser un facilitador, un catalizador del aprendizaje.

Si pudieras crear una escuela ideal, ¿cómo sería?

Para mí, la escuela ideal tendría como principal misión identificar los
talentos y dones naturales de cada persona y ayudarle a
desarrollarlos de forma absolutamente personalizada.
Conceptualmente, debería basarse en reconocer que existen no uno
sino siete diferentes tipos de inteligencia. Y que cada persona está
genéticamente más orientada a algunas de ellas que a otras. ¿Por
qué no dibujar su camino formativo alrededor de este punto de
partida?
¿Por qué las personas con gran inteligencia emocional -pero no
lógico-matemática- deben fracasar en la escuela por no ser capaces
de manejarse bien con las matemáticas o la física? ¿Por qué no les
ayudamos a ser excelentes vendedores o políticos, por ejemplo?

¿Cómo te imaginas que será una escuela dentro de 20 años?

Me temo que el único gran salto que se producirá será tecnológico.


Habrá ordenadores -o lo que sea- por todas partes. Las TIC
inundarán el proceso docente.
Sin embargo, tengo grandes dudas de que se produzca un gran
salto hacia la verdadera personalización de la formación: aquella
que parte del respeto a la individualidad y que no predetermina qué
tipo de inteligencia es la más valiosa.

¿Cuáles son tus metas personales? ¿Qué te gustaría estar


haciendo dentro de cinco años?

En primer lugar, quiero seguir consolidando los programas


formativos de los que soy responsable. Y, en paralelo, seguir
creando nuevos programas que den respuesta a las necesidades
emergentes de las personas con inquietudes de mejora profesional.
En cinco años quiero tener mucho más desarrollada mi actividad
docente en Creatividad aplicada a la Innovación.

¿Qué cualidades debes ver en alguien para aconsejarle


dedicarse a la enseñanza?

Amor, ego bajo control y capacidad de servicio a los demás. Afán de


superación, autoexigencia y gusto por reinventarse
constantemente. Paciencia, tolerancia y serenidad.

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